Los evaporados, de Isao Moutte

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Portada Los evaporados, de Isao Moutte

Edición original: Les Évaporés (Sarbacane, 2023)
Edición nacional/España: Los evaporados (Astiberri, 2024)
Guion: Isao Moutte adaptando la novela de Thomas B. Reverdy
Dibujo: Isao Moutte
Traducción:: Lucía Bermúdez
Corrección: Soraya Pollo
Maquetación: Alba Diethelm
Rotulación: Ana González de la Peña
Edición: Héloïse Guerrier
Formato: Cartoné. 160 páginas. 22€

Sin mirar atrás.

«Papa es adulto, y a los adultos que deciden desaparecer no los buscan. Aunque estemos convencidas de que es una desaparición inquietante, ellos no van a mover un dedo mientras no haya pruebas.»

Cada año desaparecen en Japón de forma voluntaria más de 80.000 personas. Un fenómeno ante el que las autoridades no pueden hacer nada puesto que se trata de adultos que, por diferentes motivos, deciden dejar su vida atrás y comenzar de cero en un nuevo lugar con una identidad falsa. A las personas que toman esa decisión se les conoce en el país del sol naciente como Johatsu que se puede traducir al castellano como evaporados. Dos de esas personas son las que protagonizan la novela de Thomas B. Reverdy Los evaporados publicada en 2013 por Editions Flammarion que el autor franco-japones Isao Moutte (Niihama, 1983) ha adaptado en un cómic aparecido originalmente en Francia en 2023 y que ha publicado hace unas semanas Astiberri en nuestro país. Se trata del segundo trabajo del autor que hemos podido leer en castellano tras Clapas, un trepidante thriller editada por Ponent Mon en 2022, pero que ya tiene una trayectoria bastante larga en el país vecino con títulos como Armany Jeans, Hard Money, Castagne o La trève, chérie.

Los evaporados nos cuenta la historia de Kaze Watanabe, un modélico oficinista de una empresa de seguridad en la que llevaba trabajando 35 años, que de la noche a la mañana decide marcharse de su cuidad dejando a su familia. No rebelaremos los porqués de la esa decisión, pero sí que su marcha provoca que Yukiko, su hija, tenga que volver desde Francia para ayudar a su madre a buscarle. En su nueva vida en los bajos fondos de Tokio Kaze se cruza con Akainu, un adolescente de doce años que malvive en las calles de la capital tras el tsunami de Fukushima de 2011.

La obra sigue dos tramas paralelas; por un lado, tenemos la investigación de Yukiko que nos permite ver la forma en la que se trata con los evaporados y por el otro tenemos nueva realidad de Kaze tras su desaparición donde él y Akainu se mezclan con diferentes elementos delictivos que les ponen en peligro. Dos historias que posibilitan clasificar la historia como un thriller noir. Esas dos historias que se entrelazan nos permiten ver algunas de las caras ocultas y las miserias de la sociedad japonesa con la corrupción y delincuencia de todo tipo campando a sus anchas por Japón. Sin embargo, esta trama, aunque es el motor que hace avanzar la historia, no es lo que más interesa a su autor y su resolución y desarrollo resultan bastante sencillos, pero están muy bien hilvanados y te enganchan hasta su resolución. Esa sencillez no hace que sea menos disfrutable, ya que nos permite ver como Japón no es lugar idílico que nos venden donde la educación el respeto son la norma.

Página de Los evaporados, de Isao Moutte

Pero la parte más interesante de la obra es la que va ligada a los dramas que viven sus protagonistas. A través del de Kaze vemos como en la sociedad japonesa en su totalidad, no solo la ligada al mundo delictivo tiene una cara muy oscura y turbia que está marcada por las ideas un tanto anticuadas sobre el fracaso, la vergüenza o el deshonor que modelan las relaciones personales. Una interesante radiografía sobre cómo es la vida de esos desaparecidos por voluntad propia que acaban en la marginalidad. La historia de Akainu nos permite visualizar las consecuencias de la catástrofe nuclear de Fukushima y la inoperancia de un estado marcado por la corrupción y que no se preocupa en absoluto ni por los damnificados ni por las condiciones de quienes tienen que trabajar limpiando el desastre. Ambos nos abren de par en par una venta en la que ver como la sociedad nipona deja de lado a cualquier que se sale mínimamente del sistema quedando en el más absoluto desamparo. Lo que convierte a la obra de Isao Moutte en una feroz crítica al sistema en su totalidad que va desde el estado, al tejido económico e incluso al modelo de familia.

Narrativamente estamos ante una obra en la que el autor sabe hibridar a la perfección su herencia nipona con la narrativa occidental, creando una obra que se cuenta desde más desde los silencios y las miradas que desde la acción. Algo que hace que la obra tenga una entidad propia alejada de ser simplemente una adaptación para convertirse en un cómic que aprovecha a la perfección las herramientas propias del medio. La historia tiene un ritmo pausado que nos puede hacer creer que la trama no avanza, pero lo hace de una forma sutil que nos permite vislumbrar todos los detalles y emociones que acompañan a los personajes, algo similar a lo que vemos en las obras del maestro Taniguchi que también nos hacían detenernos en los detalles más nimios de las viñetas y en los diferentes entornos. Los paisajes aquí tienen una belleza muy particular, sobre todo en las dobles páginas en las que vemos las consecuencias de la destrucción provocada por el tsunami. Esa herencia del manga también la paladeamos en el blanco y negro de la obra, con unas líneas rotundas y de trazo tan roto como el alma de sus personajes.

Los evaporados de Isao Moutte es uno de los cómics más interesantes del año gracias a una trama de género negro que nos permite sumergirnos en el drama de los Johatsus y en la tragedia de Fukushima para desnudar las miserias más oscuras de la sociedad nipona.

“Por desgracia, pasa a menudo en los casos de evaporación: La gente abandona su identidad y empieza una nueva vida, muchas veces al margen de la sociedad.”

Lo mejor

• El ritmo pausado que tiene la historia hace que entres poco a poco y te deleites con cada imagen.
• El reflejo de una realidad desconocida.
• Las imágenes de los destrozos provocados por el tsunami.

Lo peor

• La trama más puramente noir queda en un segundo plano, así que si has llegado a la obra por ella te puede decepcionar. Aunque es una lectura absolutamente fascinante.

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