Los Imposibles Vengadores de Rick Remender

No cabe duda de que Rick Remender lleva un tiempo siendo uno de los nombres clave de la Marvel actual. Parece haber sustituido a Ed Brubaker en esa lista de Arquitectos de la editorial que hace unos años incluía al autor de Fatale junto con otros guionistas como Matt Fraction, Brian Michael Bendis, Jason Aaron y Jonathan Hickman. Tras haberse labrado un nombre con sus andaduras en Imposibles X-Force, Veneno -y en menor medida Punisher– poco a poco se fue ocupando de las series que Bru abandonaba, primero de Vengadores Secretos y después de Capitán América. Es cierto que aunque continúa al frente de las andanzas del lanza escudos, hace tiempo que la colección de la unidad de operaciones encubiertas de los héroes más poderosos de la tierra está en manos de otros autores. Pero el relevo que recibió en ella por parte de Nick Spencer y Ales Kot no sirvió para alejarle de la franquicia, ni muchísimo menos, sino para ponerle, junto al mencionado Hickman, en primera línea de la misma.

Y así, tras el evento Vengadores Vs X-Men, Remender inauguró la colección Imposibles Vengadores, la cual, tras el enfrentamiento, establecía puntos en común entre ambos grupos de seres superpoderosos. La serie acaba de ver publicado en Estados Unidos su número 23, un epílogo a una larga e intrincada saga y un preámbulo a Axis, del cual Remender es el máximo ideólogo. Acumulado todo este material y dada su relativa importancia para el inminente evento marveliano, hemos juzgado conveniente hacer un análisis de lo que llevamos de colección.

Desde el primer relevo casi completo en su alineación, los héroes más poderosos de la tierra han contado con presencia de miembros de la subespecie Homo superior en sus filas. Si nos remontamos a aquel mítico “El viejo orden cambió ” publicado en 1965 en el número 16 USA de su serie, recordaremos que allí Mercurio y la Bruja Escarlata ingresaban en las filas Vengadoras. Considerando que el resto del equipo lo conformaban tan solo el Capitán América y Ojo de Halcón, los mutantes pasaban a estar representados en un 50 % del total del grupo.

No está mal, considerando que además los hermanos provenían de la Hermandad de mutantes malignos de Magneto. No parece por tanto muy arriesgado decir que los Vengadores tienen una larga tradición de no dudar en arriesgar su posición de niños bonitos del superheroísmo frente a una opinión pública a menudo intolerante dando ejemplo con el tema de la integración de la minoría quintaesencial del Universo Marvel. Con los años ésta presencia –al igual que al de otros colectivos- fue manteniéndose en mayor o menor medida mientras los Vengadores iban ampliando y variando sus filas: La Bestia, Justicia, Estrella de Fuego, Lobezno…todos esos miembros cuentan con el factor-X en su código genético, e incluso se estableció que otros como Namor, el Halcón o Hulk también podrían de algún modo ser considerados mutantes. Tampoco podemos olvidar que no han dudado en enfrentarse a villanos como los Centinelas, enemigos habituales de la Patrulla X.

Todo eso por supuesto no quita para que los patrones de Edwin Jarvis hayan cruzado sus espadas con diversos especímenes del Homo superior: Magneto, los secuaces de Apocalipsis, los mismísimos X-Men… unos eran terribles terroristas, otros nobles marginados incomprendidos y odiados por una sociedad que exigía que sus superheroicos defensores del establishment pusiesen en vereda a quienes percibía como amenaza. Normalmente el equipo dirigido por el Capitán América se mostraba reacio a hostigar a quienes sabía héroes oprimidos, pero a veces las acciones de los estudiantes de Graymalkin Lane y de sus enemigos en la sociedad ponían a los Vengadores en la incómoda posición de tener que perseguirlos.

Uno de los más recientes choques tuvo lugar en el mencionado evento Vengadores Vs X-Men. Allí, Cíclope, líder de una facción de los X-men mucho más beligerante tras Cisma, enloquecía al obtener el poder del Fénix. Tal demencia quedó patente cuando Scott Summers llegaba a ejecutar a su calvo mentor Charles Xavier. Cuando el humo de todo aquello se despejó, la opinión pública veía reforzados sus miedos y suspicacias hacia el Homo superior, y los Vengadores se planteaban si no podían haber hecho más para haber prevenido a una situación así. Tal vez las cosas no hubiesen llegado a ese punto si hubiesen tomado antes cartas más directas en el asunto con la cuestión mutante. Quizás si su esfuerzo para la integración hubiese sido mayor, el diálogo con Ciclope y los suyos, segregados ya casi completamente de la humanidad, hubiese sido posible. Con ese guante lanzado, Remender y John Cassaday comenzaron a trazar la hoja de ruta para esta Imposibles Vengadores.

Así, el Capitán América y Thor quieren formar un equipo que muestre públicamente su reforzado compromiso con la integración de los mutantes incorporando a varios de éstos a sus filas. Esta llamada Escuadra de Unidad de Vengadores no será solo una treta publicitaria, sino que se encargará además de lidiar específicamente con males y villanos que tengan que ver con la problemática Homo superior.

Aparte del abanderado y el hijo de Odín, miembros ya establecidos como Lobezno y la Bruja Escarlata se unirán a nuevos reclutas como Pícara y Kaos, quien hará la función de líder.

En realidad y si se piensa bien, a pesar de lo sorprendente de la elección, Alex Summers resulta ser el hombre idóneo para dirigir un grupo así: se trata de una figura que tiene importantes lazos con la comunidad Homo superior como miembro de la Patrulla X y como hermano de Cíclope, pudiendo servir así de puente de diálogo con los seguidores de éste. Por otra parte, en su día dirigió el equipo de mutantes al servicio del gobierno USA llamado Factor-X, lo cual no solo garantiza su experiencia al mando y en el campo de batalla, sino le hace un candidato muy aceptable de cara a los organismos oficiales y a esa sociedad a la que hay que convencer de que es posible la convivencia entre subespecies de la humanidad.

La fundación de esta escuadra de Unidad no podría llegar más a tiempo. Cráneo rojo, obteniendo poderes mentales gracias a la profanación del cuerpo del fallecido Profesor X, ha iniciado una campaña para tensar aún más la relaciones entre ambas comunidades. Junto a sus nuevos secuaces, los S-men, pretende que la humanidad repita con los mutantes el trato que los nazis dispensaron a los judíos en los años 30 y 40. Usar a este villano caracterizado precisamente por ser el máximo exponente de una ideología definida por la intolerancia, es una muestra de algunas de las virtudes de Remender, que sin duda sabe usar determinados aspectos de la continuidad para que sus relatos tengan un barniz de lógica consecuencia. Su otro fuerte, la caracterización, brilla aquí tanto en el Cráneo rojo como en Thor, la Bruja escarlata o Pícara.

La historia finaliza con un epilogo que nos muestra un futuro cercano en el que Cráneo rojo no solo ha obtenido partes del cerebro del profesor X, sino nada menos que el cuerpo de Onslaught. Este aparente adelanto de Axis además sugiere que el villano participará en elementos de aquella mítica saga de la Patrulla-X clásica, Días del pasado futuro. Y así, vemos otra más de las características de la labor de Remender, evocar algunas de las historias clásicas que sabe que más emocionan al lector, especialmente las de Chris Claremont.

Para el quinto número, Cassaday ya solo se dedica a dibujar portadas y los interiores de esta entrega son debidos a Olivier Coipiel. Aparte de por incorporar a la Avispa, Fuego Solar y Wonder man en el equipo (y por mostrar la muerte del Segador a manos de Picara ante las cámaras) este número es recordado por el discurso que Alex Summers da ante los medios acerca del tema de la integración. En él Kaos aboga por la desaparición absoluta de barreras y distinciones ente mutante y humanos, y cierta polémica se desató en el mundo real a raíz de estas declaraciones. Hubo quien mostró su desacuerdo con el mensaje de Remender, que fue interpretado como un posicionamiento en contra de la celebración de la diversidad. Estas voces lamentaban que Kaos prefiriese pasar desapercibido entre la gente y hasta renegase de la palabra “mutante” en lugar de mostrar orgullo por ser parte de una minoría y querer que la multiculturalidad cobre presencia pública hasta que sea aceptada y asimilada con normalidad. Estas declaraciones, por cierto, sentaron muy mal a Remender, que contestó de forma airada en su twitter.

El autor, cuyas tendencias ideológicas ya hemos cuestionado alguna vez aquí, usó más adelante y más calmado uno de los siguientes números para aclarar su punto de vista mediante palabras de sus personajes. Los mutantes, a pesar de ser la metáfora comiquera sobre las minorías, no comparten entre sí un patrimonio cultural propio del que sentirse orgullosos, como sí hacen otros colectivos en el mundo real. Si provienen de todas las razas, sexos y estratos sociales de la humanidad, no se puede decir que haya una identidad cultural mutante que reivindicar. La verdad es que las palabras de Remender, que no hacían sino distinguir entre minorías reales (a las que hacía deudoras de todo respeto) y ficticias, resultan difíciles de rebatir. Kaos solo pedía que no se juzgase a la gente por su condición de nacimiento y que se derrumbasen las barreras a la integración plena, no que la gente real esconda avergonzada su pertenencia a un colectivo.

Continuando con la gran saga que Remender nos ofrecía (apoyado en los lápices de Daniel Acuña, excepto por unos números obra de Steve NcNiven y Salvador Larroca), en ella los Gemelos Apocalipsis elaboraban un intrincado plan para secuestrar a todos los mutantes de la tierra y llevarlos a un paraíso en las estrellas para su especie. Estos gemelos, por cierto son los hijos concebidos por Arcangel en la Saga del Ángel oscuro que Remender escribió para Imposibles X-Force. Para ello, por un lado necesitaban la colaboración de la Bruja Escarlata para realizar la abducción y por otro, provocaban la ira de los mismísimos Celestiales matando a uno de ellos usando Jarnbjorn, el hacha que portaba el joven Thor hace mil años. Ésta había recibido un encantamiento que la hacía capaz de tal proeza tras varias manipulaciones a lo largo de los siglos efectuadas por un célebre viajero del tiempo y viejo enemigo de los Vengadores: Kang el conquistador.

El plan de los gemelos para vengarse de Kang -el odiado mentor que les esclavizó durante años- pasa porque Exitar, el celestial ejecutor, destruya la Tierra en represalia por la muerte de su congénere. Así se abortará el futuro en el que Kang reina supremo sobre nuestro planeta. La acción se va desarrollando mientras varios de los héroes mueren hasta que los gemelos -que también reciben bajas, ellos y sus sorprendentes secuaces- consiguen que su plan cristalice.

La trama es intrincada, desarrollándose en varios escenarios en el espacio y el tiempo, y cada elemento está ahí por algo: todo tiene consecuencias como si de un recorrido de piezas de dominó cayendo se tratase. Las muertes de personajes principales van sucediéndose ante un espectador boquiabierto hasta llegar el clímax que nos muestra la destrucción de la misma Tierra y de todos sus habitantes en ella. Bueno, excepto por, como hemos dicho, los miembros de la raza mutante, a salvo en el Planeta X que los gemelos gobernarán benignamente para ellos.

Pero también algunos miembros de los Vengadores sobrevivieron, y la acción del siguiente acto se centra en ellos. Seis años después de los fatídicos hechos, tratan de encontrar una manera de volver atrás en el tiempo y cambiar los hechos con la colaboración del mismísimo Kang y un interesante grupo de personajes venidos de futuros alternativos del universo Marvel interesados también en la supervivencia de la Tierra.

Algunas puntos de interés a los que asistimos durante esos episodios en el Planeta X (nada que ver, por cierto, con el mundo de origen de Groot) son el matrimonio entre Janet Van Dyne y Alex Summers, la existencia de Katie, la hija de ambos secuestrada por Kang para asegurarse de que los cónyuges seguirán sus planes, y la caracterización que recibe Cíclope. Echábamos de menos verte hablando y actuando como un héroe Scott, viejo amigo, de verdad.

A partir de aquí entramos en el peligroso terreno de lo que no ha sido publicado todavía en España, así que aquellos que sigáis la edición de Panini, advertidos quedáis de que en los próximos párrafos y hasta el siguiente apartado (el de Algunas conclusiones) hay importantes spoilers.

Evocando de nuevo el Días del Futuro pasado de Claremont y John Byrne, los héroes consiguen proyectar sus consciencias atrás en el tiempo, enmendar viejos errores dejando aparte las diferencias entre ellos y entrar en acción para repeler a Exitar el Celestial, salvar la Tierra y poner fin a los planes de los gemelos. Pero por supuesto Kang no había mostrado todas sus cartas, y Fuego Solar y Kaos deben pagar importantes precios para detener las maquinaciones del Conquistador.

Tras todo ello, habremos asistido a una saga de proporciones gigantescas, épica (por denostada que la palabra esté por saturación) y en la que lo que les sucede a los personajes consigue importarnos aunque sospechemos de antemano que algún truco habrá para restituirlos al estado inicial. Y aunque a grandes rasgos esto termina siendo así, lo cierto es que algunos personajes habrán sufrido importantes consecuencias. Muchas de ellas se exploran en el número 23, broche a la saga que lamentablemente luce unos mediocres dibujos obra de Sanford Greene.

Remender vuelve ser autoreferencial como acostumbra: al igual que hizo con Steve Rogers en su colección, los miembros de los Vengadores cuyas consciencias vienen de aquel futuro que han conseguido abortar, tienen una gran cantidad de recuerdos de una vida pesadillesca que en su mundo parece no haber existido jamás. Los mayores afectados por esto serán Kaos y la Avispa, enamorados y habiendo compartido seis años de matrimonio ahora inexistente en el Planeta X. Su hija Katie también ha sido borrada de la corriente temporal, aunque reciben un regalo por parte de Inmortus, una emotiva forma de volver a reencontrarse con ella. Alex, además también ha sufrido terribles quemaduras que han deformado su rostro.

Shiro Yashida, Fuego Solar, verá como sus heridas le llevan a que su aspecto cambie hacia el que lucía en La Era de Apocalipsis. Una vez más, Remender rinde homenaje a esta popular saga de los mutantes, como ya hiciese en sus Imposibles X-Force.

Picara ha sufrido una regresión y de nuevo es incapaz de controlar su poderes de absorción al tacto. Y para colmo de males, de nuevo la consciencia de un Vengador ha quedado atrapada en su psique, como cuando parte de Carol Danvers residía en la mente de Anne Marie.

Por otro lado, ya hemos visto que los gemelos Apocalipsis, junto con sus resucitados y sanguinarios lacayos Dakken y Segador, continúan con vida a pesar de su cataclísmica derrota. Pero el autentico peligro inminente reside en Cráneo rojo, que junto con Ahab (dejado atrás en nuestro tiempo según ordenes de su nuevo señor Kang) va a conducir al mundo a un futuro apocalíptico para la población superhumana, a imagen y semejanza de (de nuevo) aquel visto en Días del pasado futuro. Como dice el Cráneo al contemplar el campo de concentración que está montando el Señor de la Jauría en la isla de Genosha, “No puedo creerme que no se me haya ocurrido a mi primero ”. Próxima parada, también por cortesía de Rick Remender, Axis.

Mención aparte habría que hacer del Anual de la serie que Panini publicará en el número 21 de su edición en castellano, tras concluir la mencionada saga. En él los lectores españoles viejunos recordaremos aquellos maravillosos especiales estacionales de la Patrulla-X y los Nuevos Mutantes con los que Cómics Forum nos maravillaba hace ya tanto. No solo porque podremos disfrutar de una portada de Arthur Adams -el artista de muchos de los mejores de ellos- sino porque Remender recupera al personaje de Mojo y emula el estilo distendido, casi de comedia que Claremont a menudo usaba en esas entregas.

Para colmo de hallazgos, Remender parece hacer una sátira de las obras encargadas por ocurrencia de comité directivo. Y considerando el modo en que son presentados los Vengadores de lo Sobrenatural (grupo formado por el Motorista Fantasma, el Hombre Cosa, Satana, el Doctor Extraño, Blade y Manphibian), es complicado no pensar que también se esté parodiando a la Justice League Dark de DC cómics, y a la posición en la misma del escritor Peter Milligan. Pobre Peter, le toca que Mojo haga su papel en esta pantomima. Del dibujo de Paul Renaud, eso sí, solo decir que en las primera páginas se nota menos la presión de las fechas de entrega que en las demás.

La idea de lanzar una colección así parecía buena, no solo desde un punto de vista argumental, sino del de marketing: hablamos de una colección que incluiría a miembros de las franquicias más vendidas y que probablemente arrastrase a lectores de ambas. Si además consideramos el status de fan-favourite de los autores iniciales involucrados, el éxito de la serie y el respaldo de la crítica parecían asegurados.

Sin embargo, empezaba a haber voces que señalaban cierto bajón de calidad en el antaño unánimemente aclamado dibujo de Cassaday. Tras el primer arco argumental, de tan solo cinco números, fue sustituido por el excelente pero menos popular Daniel Acuña. Salvador Larroca firmó los lápices de una entrega. Durante unos números fue Steve McNiven quien se ocupó del apartado gráfico. Pero tampoco nos engañemos, el dibujante de Civil War, Némesis y El Viejo Logan está empezando a ser cuestionado al igual que Cassaday. Esto ha tenido cierto reflejo en las ventas y Uncanny Avengers, que en su debut de Octubre de 2012 fue el cómic más vendido según la distribuidora estadounidense Diamond, ha pasado a un discretísimo puesto 38 en su número 22 de Julio de 2014.

Ahora bien, puede que ni Cassaday ni McNiven estén dando lo mejor de sí mismos, pero con franqueza, siguen teniendo un nivel muy alto y disfrutable. Además Acuña, que en realidad es quien más episodios ha dibujado hasta ahora, se encuentra en estado de gracia. Tal vez el apartado gráfico en sí mismo no justifique por si solo una caída tan rotunda en la popularidad de la colección. Quizás la responsabilidad hay que buscarla también en los guiones de Rick Remender: el segundo arco argumental ha sido de tal escala, tanto a nivel duración (18 números en total) como de lo contado (hubiese dado para un evento en sí mismo), que ha parecido cansar y perder el favor de los lectores.

Y es cierto que la historia, leída mes a mes, a pesar de los abundantes golpes de efecto y la enormidad de lo narrado parecía ir perdiendo algo de gracia y pasando a ser una ración de hecatombe mensual más. Pero una vez revisitada en su conjunto y del tirón, su lectura resulta mucho más gratificante. Tener en mente todas las piezas que se están moviendo sin los lapsos entre entrega y entrega enriquece mucho el disfrute de la serie, y uno cobra perspectiva de la enormidad y complejidad de la historia que valientemente ha trazado un Remender al que empezábamos a mirar con ojos escépticos, pero que en realidad vuelve a mostrar aquí su gran valía.

Hay eventos y crossovers -muchos- que no tienen tantas líneas de acción abiertas y que luego resultan tan bien cerradas, que no ofrecen una dimensión de amenaza tan grande, y que -por supuesto- no invierten tanto tiempo en la adecuada caracterización de los personajes como en esta etapa. Hallazgos como la animosidad entre Pícara y Wanda, el flirteo de Jan con Alex, el pacifismo de Simon, o la muerte del Segador, cobran posteriormente un valor añadido aun mayor cuando uno se da cuenta de para qué van a ser utilizados luego.

Y aunque por supuesto que hay detalles que no quedan bien atados (¿alguien dijo “esa conversión del Vigía ”?), en general lo que más le puede ser echado en cara a la serie es precisamente esa planificación de la serie orientada a la lectura como obra completa, como (enorme tendrá que ser en este caso) tomo recopilatorio. Ese descuido del ritmo y dosificación de información en las entregas mensuales ha jugado en su contra, pero eso no quita para que estemos ante una gran colección de Los Vengadores. Quizás incluso merezca mas ese título, un sencillo Vengadores, que la escrita por Hickman a pesar de su naturaleza de cabecera híbrida con los mutantes.

Si lo que tiene Remender preparado para Axis va en esta línea (a pesar de lo extravagante a primera vista de la propuesta), me temo que otros eventos de reciente finalización van a palidecer al ser comparados.