Dos niños y un botín
«Los caballos son admitidos en este establecimiento, los perros a duras penas, pero los niños no…”»
Los indomables de Blutch es una excelente aventura de Lucky Luke, extraordinariamente dibujada y con un guion a la altura.
El sexto volumen de Lucky Luke vu par… (Lucky Luke visto por…) está a la par de los mejores de esta colección que ofrece a autores como Ralf König, Mattieu Bonhomme o Guillaume Bouzard, entre otros, la oportunidad de jugar con el universo creado por Morris (Maurice de Bévère) y perfeccionado hasta el infinito por las ideas y la escritura del gran René Goscinny. De hecho este Los indomables también está dentro del pelotón de las historias más destacadas realizadas por la dupla Morris/Goscinny.
Lucky Luke llega al pueblo de Rubbish Gulch con un joven delincuente que ha intentado robarle el caballo, además este prisionero está buscado por la ley por lo que es encarcelado por el burocrático sheriff del villorrio. Cuando se dirigen hacia otros pastos, Luke y su caballo Jolly Jumper son atacados por una pareja de niños abandonados por su familia. Una vez reducidos y apaciguados, se impone volver a Rubbish Gulch para poner a buen recaudo los infantes, pero no será tan fácil…
Con un ritmo constante, más cercano al trote que al galope, Blutch nos va conduciendo por los meandros de su historia, por los sucesivos anillos que conforman la narración de una traición, la descripción de una saga familiar y una crónica de un pueblo lleno de personajes arquetípicos del western: el sheriff, la maestra, el jefe indio, la corista, el barman del saloon, las señoronas del Ejercito de Salvación… solo faltan el enterrador, el terrateniente y el juez.
La trama es sencilla, siempre en crescendo aunque presenta algún descuido, pero garantiza varias sonrisas agradables e incluso alguna risa espontánea. Los personajes son lo mejor de la función, destacando de manera especial los dos niños protagonistas y un sheriff tan caradura como negligente que nos ofrece alguno de los momentos más memorables del álbum. Los textos de cada uno de los carteles de entrada en cada pueblo que visita Lucky Luke tampoco tienen desperdicio.
Blutch, igual que hiciera con Tif y Tondu en el álbum ¿Dónde está Kiki?, se camufla perfectamente, tomando el espíritu de la serie original y aportándole ciertos toques de originalidad que le sientan muy bien.
Gráficamente hablando, estamos ante un trabajo prodigioso. El trazo suelto, nervioso y a veces barroco del señor Hincker se convierte aquí en un prodigio de agilidad, precisión y exactitud que retrata perfectamente a los personajes y a su entorno. La narrativa es clásica con algunos momentos de ruptura, pero en todo momento clara, elegante y cristalina; siempre al servicio de la narración, siempre dispuesta a potenciar el gag. El color, a cargo de Daniel Blancou ayuda a dar cohesión al conjunto y se permite algunas concesiones poéticas que embellecen la narración, especialmente en los atardeceres campestres o en las escenas nocturnas del saloon. Se ha comentado mucho el recurso de dibujar los revólveres más pequeños de lo convencional. ¿Por anti belicismo? ¿Una metáfora sexual? ¿Una convención humorística? Simplemente, es algo curioso.
Christian Hincker más conocido en el mundo editorial como Blutch nació en Estrasburgo en 1967. Estudia en L’École supérieure des arts décoratifs de Strasbourg y tiene su primer contacto con el mundillo profesional de la bande dessinée a través de un concurso de jóvenes talentos organizado por la revista Fluide Glacial. Debuta en esta misma revista con las series Waldo’s Bar y Blotch, además de realizar numerosos relatos breves. Paralelamente empieza a colaborar con editoriales independientes como L’Association, donde publica Sunnymoon, tu es malade (1994), relatos aparecidos anteriormente en la revista Lapin. Con el sello editorial Cornelius publica La lettre américaine (1995) y Mitchum (1996-1999), una serie compuesta por cinco tomos.
En 1996 se une a la prestigiosa revista (À suivre) donde publica una de sus grandes obras, Peplum (1997), cuya recopilación en álbum correrá a cargo de Cornelius. Con Peplum – la adaptación libre del Satyricon de Pétrone, uno de los primeros clásicos de la literatura – Blutch demuestra un excelente ritmo narrativo y un trazo que combina lo expresivo con lo funcional.
Otras obras de Blutch, publicadas a caballo entre los dos siglos, son Rancho Bravo (1998), editada por Audie; el primer tomo de Le Petit Christian (1998) con historietas prepublicadas en Fluide Glacial y en Lapin o el álbum Blotch, le roi de Paris (1999) que consigue el premio Alph-Art Humour del Festival de Cómic de Angoulême del año 2000. Blotch es un personaje emblemático en la carrera de Blutch ya que retrata, con ironía y mala baba, a un dibujante misógino, cínico y pedante en la sociedad cultural de París de las décadas de los veinte y treinta del siglo pasado.
Paralelamente, trabaja como ilustrador para los rotativos y revistas más destacados de la época como Liberation, The New-Yorker o Les Inrockuptibles. También se ocupa de ilustrar numerosos cuentos infantiles donde demuestra un amplio espectro de técnicas y estilos artísticos. Se dedica, además, a producir y realizar espectáculos audiovisuales, cortos de animación y carteles cinematográficos, especialmente para las obras del director francés Alain Resnais.
Siendo un maestro del dibujo en blanco y negro, empieza a experimentar con el color y en 2002 publica su primera obra coloreada, por la artista Ruby (Veronique Dorey), bajo el título de Vitesse Moderne. La edita Dupuis.
Blutch, Participa del séptimo álbum de la colección Donjon Monsters, creada por Sfar y Trondheim. La publicación de este álbum, titulado Mon fils le Tueur (2003), supone uno de los momentos de mayor popularidad en la carrera del autor de Peplum.
Empieza su colaboración con la editorial Futuropolis con el recopilatorio titulado C’était le bonheur (2005), luego La Volupté (2006) y La Beauté (2008). En la década siguiente publica obras como Pour en finir avec le cinéma (2011); Lune l’envers (2014) o Variations (2017), todas publicadas por la editorial Dargaud. En el año 2009 recibió el Grand Prix de la ville d’Angoulême por el conjunto de su obra, lo que le llevo a ser presidente del jurado de este certamen el año siguiente.
En 2020 aparece el que podría considerarse el cuadragésimo sexto tomo de la serie Tif et Tondu, titulado Mais où est Kiki? donde Blutch realiza el arte, con enorme maestría, de un guion escrito por su hermano Patrick, que firma con el seudónimo de Robber. La obra se había prepublicado por capítulos en blanco y negro desde el 2018, con el título de Cahiers Tif et Tondu 01, 02 y 03. Todo editado por Dupuis.
Finalmente, Blutch publica La mer à boire (2022), una obra vanguardista, enigmática y rompedora de la que se encarga del guion, dibujo y color, editada por el sello 2024 y Les indomptés (2023) de la serie Lucky Luke vu par… que se ha incluido en la Selección Oficial del Festival de Angoulême del año siguiente. Todo esto es una prueba más del talento mutante y extraordinario de este creador único.
La edición de este episodio de Lucky Luke alternativo, a cargo de Ediciones Kraken, es bastante correcta. El tomo es en cartoné y tiene el formato de un álbum europeo tradicional. El papel es satinado y algo fino y la reproducción es correcta. En la edición francesa a cargo de Lucky Comics el papel es mate y mucho más grueso lo que se aviene más al estilo de arte del autor de La mer à boire. El precio está entre lo adecuado y lo ligeramente excesivo.
Existe una edición francesa de este álbum, en blanco y negro al estilo Artist’s Edition, pero en un tamaño convencional y dividido en medias páginas que nos permite apreciar de manera más contundente el arte desplegado por Blutch. Incluso en francés, este hermoso volumen es un complemento ideal a la edición de Kraken ya que es improbable que se edite por estos pagos.
Los indomables de Blutch es un álbum divertido y prodigiosamente dibujado. Viene avalado por su inclusión en la Selección Oficial del próximo Festival de Angoulême y respeta de manera excepcional la mejor tradición de la serie, aderezándola con unos toques sutiles y traviesos de modernidad que le dan un valor añadido al conjunto. Ojala todas las reinterpretaciones de personajes clásicos fueran así…
Salut!
Lo mejor
• El respeto desenfadado y creativo al estilo de la serie.
• El trazo de Blutch.
• Algunos gags prodigiosos.
Lo peor
• El papel escogido en la edición española.
Guion - 8
Dibujo - 9
Interés - 9
8.7
Traviesa
Una recreación de un personaje clásico de la BD hecha con ingenio, respeto y un arte mayúsculo