Los mercenarios, culto a los 80’s

Cuando Silvester Stallone declaró sus intenciones de realizar una película de acción homenajeando a las producciones de los ochenta ya empezaron a gestarse altas expectativas entre los espectadores. Cuando dijo que contaría con grandes estrellas del cine de acción de esa época, como Schwarzeneger, Bruce Willis, Mickey Rourke, Dolph Lundgren o Eric Roberts, a muchos comenzó a caérseles la baba. Y cuando remató la jugada afirmando que también estarían otros grandes del cine de artes marciales y de acción, como Jet Li y Jason Stathman, además de algunos pesos pesados de la lucha libre como Randy Couture o Steve Austin, las ganas de ver esta película ascendieron al máximo.

Al final, las expectativas se han cumplido y Los mercenarios (dirigida y con guión del propio Stallone) resulta un digno entretenimiento repleto de momentos memorables, con diálogos absurdos y brillantes a partes iguales (con muchos mensajes extrapolables fuera de la película, como la escena con Schwarzeneger y Willis, por ejemplo).

Todo ello dentro de un buen ambiente y un compañerismo entre los implicados que va más allá del sano buen rollo, algo remarcable y que lucha contra los tópicos y las leyendas urbanas que enfrentan los egos de estas superestrellas del cine de acción en sus vidas reales. La mayoría de ellos están mayores, eso se nota; aunque el que tuvo retuvo, y el carisma en este filme se encuentra a kilos; kilos de músculo, de adrenalina y de testosterona.

La película está formada por una serie de gags de acción en el que cada uno de los personajes tiene su momento de gloria, independientemente de si venía a cuento en la trama o no. Quizá lo peor sean esas elipsis temporales que van apareciendo a lo largo de la historia, cuando los personajes están en un lugar y de pronto aparecen en otro… aunque esto es comprensible y buscado, ya que muchas veces ocurría algo parecido en los productos de los años ochenta que Sly pretende homenajear.

Todos los tópicos de esas producciones se encuentran aquí: desde el dictador hispanoamericano, las escenas de lucha, los ejércitos de esbirros, la chica guapa en peligro… en esta película, en este festival de la acción más pura hay sitio para todo ello y mucho más.

En Los Expendables (título original) hay patadas, puñetazos, sangre, tatuajes, mujeres imponentes (ojo con Charisma Carpenter que a sus cuarenta años está aún más guapa que cuando salía en Buffy, Cazavampiros), persecuciones a toda velocidad, disparos y explosiones, muchas explosiones.

Es un filme que va más allá del homenaje, prodigando el culto a los ochenta. Por otro lado, se echan en falta a muchos de los grandes, como Kurt Russell, Jean Claude Van Damme, Chuck Norris o Steven Segal, algunos fueron invitados a unirse a la “fiesta” y rehusaron, otros no. Quizá se lo piensen y podamos verles compartir cartel con esta panda de amigos que conforman Los mercenarios en una hipotética segunda parte, de la que ya se está empezando a oír hablar. Ojalá.

Nos leemos.