Los muertos vivientes vol. 7 y 8

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Si hace un par de semanas centramos nuestra atención en la puesta al día –en términos de reseñas publicadas en Zona Negativa– de la 8º temporada de Buffy, Cazavampiros, en esta ocasión comentaremos las impresiones derivadas de la lectura de las dos últimas entregas de Los muertos vivientes. A estas alturas, parece una cuestión pacífica que, junto a Invencible, ésta es la colección en la que Robert Kirkman da lo mejor de sí mismo, a diferencia de lo sucedido en sus diferentes incursiones como guionista de “La Casa de las Ideas”.

La calma antes de… y Creados para sufrir presentan un ritmo y contenido completamente diferentes, siendo la primera una clara historia de transición y la segunda una cruda revolución del status quo de los protagonistas de esta colección. Vaya por delante que la lectura del segundo tomo que hoy comentamos no deja el ánimo como para escribir unas líneas especialmente inspiradas (no por su calidad, elevada, sino por su contenido, especialmente desasosegante). Hecha esta advertencia, entremos en materia…

Los muertos vivientes vol. 7: La calma antes de…

Edición original: The walking dead: The calm before (#37-42); Image Comics.
Edición España: septiembre de 2008; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión: Robert Kirkman.
Dibujo: Charlie Adlard.
Entintado: Cliff Rathburn.
Color:
blanco y negro.
Formato: tomo recopilatorio de 136 págs. encuadernado rústica.
Precio: 7,50 €.

“… la tempestad”, podríamos añadir al título de este tomo recopilatorio. Y es que Kirkman plantea una historia de transición, a la espera de los acontecimientos que a buen seguro alterarán los ánimos del más versado lector. Pero lo hace de modo que, lejos de carecer de importancia, estos seis tebeos sirven para profundizar en las relaciones entre personajes en constante y razonable evolución. Personajes que aprenden de sus errores, que padecen las consecuencias de vivir sucesos extremadamente traumáticos, de haber perdido a seres queridos y de aceptar con cierta resignación la necesidad de amoldarse a circunstancias tan extremas como las padecidas desde el inicio de esta interminable aventura.

Aunque en el presente volumen se presta la atención debida a los diferentes frentes abiertos, observamos cómo la atención parece centrarse de forma especial en la relación entre Rick y Lori –más complicada de lo que puede parecer en primera instancia– y el inminente nacimiento del bebé que esperan. Un acontecimiento ansiado y temido. Temores fundados en la carencia de medios y conocimientos médicos adecuados para afrontar una situación siempre delicada, pero también por el hecho de traer a una criatura frágil e inocente a un mundo roto, cruel y extremadamente violento. Circunstancias que propician una tensa espera, que a su vez genera una constante sensación de tensión: una más de la miríada de emociones apreciables en los rostros, actitudes y estados de ánimo de los personajes, trasladadas con sorprendente intensidad al lector, quien durante este pequeño respiro comparte la esperanza, el miedo y la desazón de estos “muertos vivientes”.

Así, ésta se presenta como la oportunidad perfecta para conocer en profundidad a los numerosos personajes que el guionista ha venido desarrollando desde el inicio de la serie: sus sueños, sus ilusiones, miedos y temores, y el modo en el que algunos de ellos atisban un futuro en el que una nueva vida sea posible, al amparo de la “seguridad tras los barrotes” de la prisión, reconvertida en insospechado hogar.

Comentario

La evolución también resulta más que apreciable en Glenn y Maggie, quienes tras las fogosas etapas iniciales de su relación, parecen dispuestos a llevarla un paso más allá. Por otra parte, un grupo comandado por Tyreese aprovechará la calma reinante para avituallarse frente a un posible ataque procedente de Woodbury. Una amenaza mucho más cercana de lo que pueden llegar a intuir… Como no podía ser de otro, si tenemos presente la especial habilidad de Robert Kirkman para jugar con el ritmo y las emociones, las últimas páginas de este notable arco argumental no sólo reflejan la confluencia de los diferentes frentes abiertos, sino que también demuestran que la calma disfrutada por los personajes era más aparente que real. En el horizonte, se atisba una batalla anticipada en la última viñeta de este tomo y desarrollada en toda su crudeza en Creados para sufrir…

Llegados a este punto, sin que se nos haya pasado por la cabeza destripar las sorpresas y recovecos argumentales de La calma antes de…, bien podríamos centrarnos en la figura de un Charlie Adlard que, de forma análoga al caso de Ryan Ottley en la siempre recomendable Invencible, corre el riesgo de que su trabajo se vea eclipsado por el del guionista. En mi opinión, nada más lejos de la realidad: casi desde un primer momento, Adlard se reveló como un dibujante mucho más completo que su predecesor –un más que correcto Tony Moore– en lo relativo a los aspectos narrativos y compositivos, la iluminación y el ritmo tanto de las secuencias más frenéticas como de las numerosas escenas en las que prima el diálogo –talking heads, que dirían los angloparlantes– frente a la acción. Difícilmente podría funcionar tan bien la propuesta planteada por Kirkman si contara con un dibujante menos hábil.

Los muertos vivientes vol. 8: Creados para sufrir

Edición original: The walking dead: Made to suffer (#34-48); Image Comics.
Edición España: febrero de 2009; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión: Robert Kirkman.
Dibujo: Charlie Adlard.
Entintado: Cliff Rathburn.
Color:
blanco y negro.
Formato: tomo recopilatorio de 136 págs. encuadernado rústica.
Precio: 7,50 €.

Ni la portada ni el título de este volumen pretenden engañar al lector, sino servir de anticipo de los crueles acontecimientos que se desarrollarán en su interior. Como era de esperar, como se temían los protagonistas, los más beligerantes habitantes de Woodbury han llegado a la prisión y, comandados por un Gobernador ansioso de venganza y totalmente fuera de sus cabales, amenazan con romper la tensa calma imperante hasta entonces. Mediando el oportuno flashback que ponga al día al lector del desarrollo de los acontecimientos en el pequeño poblado desde Esta triste vida, se desencadena una feroz pugna por el dominio de la prisión.

Más allá de este sucinto comentario, entiendo que flaco favor le haría al lector que todavía no haya disfrutado –o padecido– las páginas de este tebeo, pues lejos está de mi ánimo detallar las claves que han hecho de ésta una de las lecturas más impactantes que recuerde. Tan sólo comentar que en estas páginas, además de escenificarse una revolución argumental en toda regla, tienen cabida dos escenas particularmente significativas: una por su carácter absolutamente grotesco y repulsivo, y otra por la crueldad, violencia y dureza implícitas.

En este sentido, me reafirmo en lo comentado en la reseña de Esta triste vida: me resulta especialmente preocupante el progresivo abandono de lo implícito en beneficio de lo explícito, y en ocasiones excesivo. Me atrevería a decir que el nivel de “sadismo” de Kirkman no tiene precedentes en el cómic mainstream, pero tal afirmación resultaría un tanto arriesgada. Me conformo con poner de manifiesto la profunda incomodidad derivada de la lectura de determinados pasajes, la inquietante sensación de que el equipo creativo está jugando a un “más difícil todavía” cuyo objetivo parece ser provocar las arcadas incontroladas del lector. Vaya por delante que considero que en la mayoría de las ocasiones, Kirkman se recrea en escenas particularmente desagradables partiendo de una justificación argumental. Pero es precisamente en las ocasiones en las que se excede, recalcando lo ya apuntado, regodeándose en lo escabroso, cuando la paciencia de un servidor está a punto de ser rebasada. Ojalá no se convierta en tendencia…

Comentario

Espero que las líneas precedentes no se entiendan como una minusvaloración de esta colección, pues siempre he aprovechado la más mínima oportunidad para enumerar sus bondades, recomendarla y reivindicarla como uno de los títulos contemporáneos más destacados. Tan sólo pretendo reflejar una sensación muy personal: la lectura de Creados para sufrir deja hecho polvo, abruma por su ferocidad, por su brutalidad, por lo descarnado de su violencia, por dirigir, en su exploración de las reacciones del ser humano frente a situaciones extremas, un contundente puñetazo a la boca del estómago del lector. Deja muy mal cuerpo, y los ánimos por los suelos. Pero al mismo tiempo, deja con ganas de conocer el futuro que les espera a estos personajes, tras un desenlace inesperado e impactante. Y, por supuesto, también pone de manifiesto las ingentes dosis de talento que atesora Robert Kirkman, quien alcanza cotas de “manipulación emocional” en raras ocasiones experimentadas con el disfrute de otras obras de ficción.

A la espera de conocer los derroteros por los que se desarrollará, y de comprobar si se reincide en los mismos excesos hasta alcanzar límites vomitivos, Los muertos vivientes continúa postulándose como una lectura trepidante, dura, impactante y muy recomendable, de la que deberían abstenerse las mentes más impresionables.

Enlaces de interés


Página web oficial de Robert Kirkman.
Página web oficial de Charlie Adlard.
Reseña de Los muertos vivientes: Días pasados.
Reseña de Los muertos vivientes: Muchos kilómetros a las espaldas.
Reseña de Los muertos vivientes: Seguridad tras los barrotes.
Reseña de Los muertos vivientes: Lo que más anhelas.
Reseña de Los muertos vivientes: La mejor defensa.
Reseña de Los muertos vivientes: Esta triste vida.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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Ali Boulala
Ali Boulala
21 marzo, 2009 10:25

Prime!!!

Unas de las series actuales más entretenida.Y muy bien de precio.Lástima la periodicidad…

Ali Boulala
Ali Boulala
21 marzo, 2009 10:26

…y que nos dejan sin portadas

wixdom
wixdom
Lector
21 marzo, 2009 10:34

Una serie grandiosa,q cuando parece que no va a dar mas la historia,llega la pagina final y te deja enganchadisimo al continuara del proximo numero…y en america ya van por el 60!!!!!!

PATER
21 marzo, 2009 10:55

a día de hoy es lo mejor que uno puede leer 🙂

Don Guri
21 marzo, 2009 11:18

A mi, la «escena cruel» hasta me hizo olvidar esa otra, la «repulsiva».

Ricardo
Ricardo
Lector
21 marzo, 2009 11:27

Estoy contigo David, la capacidad de kirkman para crear desasosiego y mal rollo es inaudita. Y espero, que como tu mismo dices, esta brutalidad desesperanzadora (a falta de una expresión mejor) no sea la tónica imperante a partir de ahora ya que si no la cole perdería parte de su «encanto». Aunque creo que kirkman ha debido pensar: «que no se me relaje nadie» y vaya si lo ha conseguido.

Tambien es cierto que este último tomo es tan impactante porque todo ha sucedido una vez nos habíamos acostumbrado a la «placentera vida carcelaria», supongo que a partir de ahora se dedicará a recuperar (si eso es posible) el status de los personajes y en la medida de lo posible volver a normalizarlos y cuando menos lo esperemos, ahí estará Kirkman para volver a recordarnos que fueron CREADOS PARA SUFRIR; lo que no sabíamos es que nosotros llegaríamos a sufrir casi tanto como ellos.

Un saludo.

Ricardo.

vinilator
21 marzo, 2009 11:31

Este tebeo es increible, Kirkman sorprende en 1 de cada 2 planchas.
Tenía miedo de que le pasara como a Preacher, que fue de más a menos, pero este último tomo es genial.

yota
Lector
21 marzo, 2009 12:13

Para mi es la mejor serie de cómic que se publica en la actualidad, así de simple.

Miguel Rodríguez
21 marzo, 2009 12:33

Pues yo lamento decir que tras leer el número 8 se me han quitado las ganas de seguir leyendo esta colección (lo que no quiere decir que lo haga).

Kike
21 marzo, 2009 16:14

Es muy desasosegante. El problema es que es tan, tan excesivo, que uno ya piensa que Kirkman se pasa de la raya.

Espero que se ponga un final a la serie, ¿alguien sabe si está planeado parar al llegar a algún número o algo así? No me gustaría que la serie se alargase demasiado.

pequeño rondador
pequeño rondador
21 marzo, 2009 16:52

a mí me daba la impresión de flojear, pero al terminar creados para sufrir no podía cerrar los ojos ni la boca, de pasmao que me quedé; un hostión en toda regla, eso es lo que es

Felipe
Felipe
21 marzo, 2009 17:03

Concuerdo contigo Yota, esta es la mejor serie de comics en la actualidad!!! que nivel!!

A pesar de lo sorprendente y desgarrador que fue el tomo 8, era esperable… es decir la gente que ha estado siguiendo la serie sabia que esto iba a suceder.

Para aquellos que quedaron mal con la serie, los 3 numeros americanos siguientes siguen con esta etapa oscura en Walking Dead. Aunque en el cuarto numero gringo despues del tomo 8, algunas esperanzas reflotan, De hecho actualmente esta un poco estancda la serie… pero esta agarrando vuelo ya que pasan cosas importantes, nuevas travesias, nuevas metas, regresos, mas muertes!

Leyendo la seccion de cartas del ultimo numero aca en USA de kirkman sobre Walking Dead dijo varias cosas interesante:

– Un fan le pedia ue porfavor no matara a Carl, porque el pobre Rick ha sufrido demasiado ya…  lo que responde que en sus planes esta eliminar a Carl!!! pq el es un sadico y pq Rick no ha sufrido aun lo suficiente… tambien dejo medio claro de que Rick no sobrevivira a la serie completa.

– Esta abierto a crear un video juego sobre Walking dead… espera propuestas.

– Tiene muchisimas ganas de llevar este comics a una serie de television… de duracion prolongada y que podrian haber novedades respecto a eso.

– Una pelicula no, a no ser que sea una saga de muchisimas peliculas.

Saludos Chilenos desde USA.

Dicker
Dicker
Lector
21 marzo, 2009 23:13

Pues, sin haber leido el último tomo que comentais, me congratula el cambio visceral.

Me parece una muy buena serie, con un buen tratamiento de los personajes y de las relaciones, pero que ya empezaba a caer, para mi, en la reiteración y la falta de ideas.

Ali Boulala
Ali Boulala
22 marzo, 2009 0:54

David,ya sé el tema de las portadas pero es que son muy buenas.

Saludos

IvánN Díaz
22 marzo, 2009 12:51

Cada vez que empiezo a leer un tomo de esta serie me lo termino de un tirón. Y acabo con un mal rollo… Después del tomo 8 me quedé con un mal rollo terrible! Qué gran serie!

Komakino
23 marzo, 2009 9:04

Coincido con IvánN Díaz ….
es el comic más adictivo que leo, y el final del tomo 8 … bufff… qué angustia!

Pennywise
Lector
23 marzo, 2009 10:48

Hacia tiempo que un comic no me dejaba con el cuerpo tan hecho polvo, aún así muy grande. Lástima que el tomo sea casi anual y esperar un año es duro.

x
x
2 abril, 2009 10:36

De acuerdo casi con todos: la mejor serie del mercado. Yo además la cogí por el tomo 6, me he leído todo prácticamente del tirón, y la he disfrutado mucho más que cualquier peli de zombis, género que creía que no me gustaba más allá de «La noche de los muertos vivientes».

En este último tomo hay cinco, seis viñetas de las que se te quedan… chapeau por Kirkman, ¿quién quiere que lo bueno se acabe? 🙂

javibus
javibus
24 junio, 2009 23:05

Pero si el Vol 8 ha sido buenísimo!!!!Sabe alguien cuando sale el numero 9????

Tx
Tx
11 septiembre, 2009 16:15

El tomo 8 es una cúspide de la trama donde podia haber finalizado, a partir de ahí hay un bajón considerable en la trama en mi opinión.

Peribáñez
Peribáñez
Lector
22 mayo, 2011 21:55

Este mensaje llega con 2 años de retraso: he leído LMV tomo 8 y, joder, te destroza. Cualquier atisbo de esperanza para los personajes se fulmina en este tomo. Son tantas las desgracias que ocurren… Tengo el tomo 9 y lo leeré, claro que sí, pero lo haré con muy malas vibraciones. Qué mamon que es Kirkman, cómo nos hace sufrir.