Ciencia elevada al infinito
Los Proyectos Manhattan han sido, sin duda alguna, una de las colecciones más llamativas de los últimos diez años. Precisamente coincidiendo con su décimo aniversario Planeta Cómic ha lanzado un primer volumen integral recopilando la mitad de la serie (un segundo volumen saldrá el mes que viene), así que parece un buen momento para volver a hablar de ella o para descubrirla, en caso de que alguien aún no se haya decidido a leerla.
Jonathan Hickman se ha convertido en uno de los grandes nombres del cómic norteamericano de los últimos años, alcanzando una gran fama gracias principalmente a su trabajo en Marvel. Allí se ocupó de algunas de las colecciones más importantes de la editorial, con resultados diversos pero llamando la atención ya en una etapa temprana al ocuparse de Guerreros Secretos. Mientras hacía dicha serie, dada su acogida, la editorial confía en él para guionizar a la primera familia, propiciando la que será una de las etapas más laureadas de los Cuatro Fantásticos del presente siglo, superando a su predecesor en dicha colección, el archiconocido Mark Millar. Además de otros trabajos de menor tamaño pero gran calidad, véase su serie sobre SHIELD muy relacionada en temática con la que aquí se destaca, son estos guiones en los 4F lo que le hace conseguir pasar al equipo del momento, Los Vengadores, donde desarrolla una etapa que se extiende por varias colecciones, con un evento que dirige él mismo, Infinity en 2013, y acaba culminando en otro más grande, las terceras Secret Wars en 2015. No se queda ahí la cosa y, después de unos años de descanso, la casa de las ideas le volvió a confiar una franquicia entera a resucitar, los X-Men, donde ha obtenido críticas variadas pero muy buenas ventas y, ahora, con una versión del Caballero Luna, otro de los personajes del momento.
Pero esto no es todo lo que Jonathan Hickman ha hecho, el autor logra una carrera a tener en cuenta dentro del cómic independiente, que continúa en la actualidad, sobre todo en Image Comics y con su actual estancia en Substack, aunque siempre está bien recordar cosas como su God Is Dead en Avatar Press.
Al principio Hickman trabajaba como autor completo y empieza a sacar obras muy vinculadas a los temas sociales y políticos de la actualidad, haciendo El Informativo Nocturno y Pax Romana, aunque no tarda en ir a por un tema sobre el que incidirá más, la ciencia-ficción, con obras que ya no dibuja él, como Réquiem por Marte junto a Ryan Bodenheim o The Red Wing con Nick Pitarra (mucho de ello recopilado en un integral hace poco) y aquí es donde encaja Los Proyectos Manhattan, no solo por temática sino porque este último dibujante será el que se encargue de la serie.
La carrera de Nick Pitarra es más corta, su primer gran trabajo es una historia para Astonishing Tales en 2009 que precisamente escribía Jonathan Hickman. Se ve que los autores se entendieron bien porque, tras trabajar en 2011 en otro especial en Marvel, realizan esa miniserie para Image antes mencionada, The Red Wing, donde cuentan batallas en naves espaciales que pueden viajar en el tiempo, donde ya se muestra de manera más que definitiva ese gusto de Hickman por crear mundos complejos y situaciones fantásticas muy imaginativas. Poco después de finalizar esto ambos deciden embarcarse en un proyecto más ambicioso, valga la redundancia, Los Proyectos Manhattan, una serie que se plantea como regular y, una vez más, dentro de Image Comics. Esta colección consta de un primer volumen de veinticinco números publicados de manera bastante regular entre 2012 y 2014, seguido de un segundo volumen compuesto tan solo por cuatro grapas que salieron a la venta en 2015 y 2016.
Los Proyectos Manhattan es una historia de ciencia-ficción como nunca antes se ha visto, tira mucho de esos mundos imaginarios y extraños que le gustan al guionista pero también es una obra diferente de lo que nos tiene acostumbrados, pues su dosis de humor es considerablemente alta, sobre todo si la comparamos con el resto de sus trabajos. El propio Hickman afirmaba que le gusta comenzar partiendo de ideas reales para luego retorcer sus conceptos, aquí lo hace con el Proyecto Manhattan, famoso por dar lugar a las primeras armas nucleares en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Lo que plantea el escritor es ¿y si no fuera un proyecto sino varios?, una idea tan simple hace que este comience a desatar su imaginación con invasiones extradimensionales, telépatas y muchos científicos famosos, entre infinitos elementos tomados de todo tipo de obras de ciencia-ficción.
Que Nick Pitarra encaja en esta obra como un guante es un hecho, el dibujante logra transmitir aún más inquietud con su dibujo de formas irregulares y trazo fino, a la vez que potencia la violencia y el humor, todo sin descuidar la narrativa ni lo más mínimo, lo cual es un plus en un cómic destinado a contar historias extrañas con seres y tecnología de todo tipo. Con una colorista como Jordie Bellaire, de aquella no tan conocida pero igualmente conocedora de las mejores maneras de potenciar una página, la calidad está asegurada, pero los números iniciales de Cris Peter tampoco son poca cosa. De la misma manera los dos números de Ryan Browne, como sustituto de Pitarra, que aquí se incluyen tienen una gran fuerza gráfica.
Todo lo que se pueda decir sobre esta serie parece poco para describir lo que en ella sucede. Seguimos la historia de famosos hombres de ciencia, pero de manera muy diferente a la que la historia los describe, caricaturizados y embrutecidos, como si se tratase de un grupo de superhéroes oscuros dispuestos a hacer cualquier cosa para defender su realidad. Así tenemos a Joseph Oppenheimer, director del proyecto real que aquí tiene como contrapartida a Robert, su gemelo malvado. Albert Einstein también es uno de los personajes principales, convertido en un bárbaro que tendrá que lidiar con versiones suyas de otras realidades. Richard Feynman, físico que hará la vez de novato, o el extraterreste disfrazado del italiano Enrico Fermi, todos ellos relacionados con el proyecto original pero añadiendo elementos de enemigos derrotados y utilizados como prisioneros, como Wernher Von Braun, científico nazi que fuera utilizado por los Estados Unidos, aquí con un brazo robótico, o enemigos con los que se alían por el bien de su realidad, ahí está el cosmonauta Yuri Gagarin o la perra Laika representando a la antigua URSS.
Todo ello sin dejar de lado a los políticos, de forma muy irreverente, con personajes como Harry S. Truman, John F. Kennedy o Lyndon B. Johnson, y los omnipresentes militares estadounidenses como William Westmoreland, es decir, los autores no dejan títere con cabeza. A lo que hay que sumar todos esos elementos ficticios que tanto le gustan a Hickman, incluyendo su ya clásica creación de una simbología propia, que dotan a la obra de una imaginación pocas veces vista en nuestro querido medio. Pero no es una locura que simplemente busque llamar la atención, los arcos argumentales van formando pequeñas historias muy interesantes que tienen un poco de todo, humor, intriga, drama y alguna que otra reflexión sobre la realidad.
Las historias de Jonathan Hickman en el mercado independiente siguen siendo muy recomendables, a quien guste de ellas, ahí tenemos los ejemplos de Este del Oeste o Los asesinatos del Lunes Negro, pero si hubiese que destacar una Los Proyectos Manhattan se llevan el premio, por su inteligencia, su diversión y sus locuras. Incluso si uno no es un gran seguidor del guionista se podría decir que esta historia está a otro nivel.
Lo mejor
• Un Hickman pletórico, sin miedos ni trabas, que resulta más desbordante de imaginación que nunca.
• El apartado gráfico de Pitarra y Peter/Bellaire es único.
• Los personajes son apasionantes, muy bien definidos y retorcidos.
Lo peor
• No hemos visto tanto como nos gustaría de estos locos mundos, pero sí lo suficiente como para saber que Los Proyectos Manhattan es un auténtico must have.
Guión - 8.8
Dibujo - 8.8
Interés - 9
8.9
Proyectante
La mejor obra de Jonathan Hickman, con ese toque único de Pitarra, en una nueva edición de merecida calidad. Imprescindible te gusten o no el resto de obras del guionista.
Los Proyectos Manhattan es un cómic tremendo. Imaginativo, llamativo visualmente, sobresaliente en todos sus aspectos. Y si conoces un poco la historia del Proyecto Manhattan real o a los personajes históricos que aparecen, aún se disfruta más.
Le tengo muchas ganas a esta edición, a ver qué tal está, que en la reseña no se comenta nada. Lo cual me lleva al dato más preocupante: la traducción. Ignacio Bentz es quien firma las traducciones ilegibles de los trabajos que se trajeron aquí de Ennis en Aftershock. ¿Con qué nos encontramos en ese aspecto en este integral?