Hágase su voluntad
Los dioses son un concepto que siempre me ha fascinado. Ya en su uso original me pirraban desde pequeño, con todas esas antiguas leyendas que servían en su tiempo para explicar el mundo que nos rodea, quién hace salir el sol, de dónde vienen las estrellas y demás vainas. Pero además de todo eso, los dioses son mucho más aún a la hora de contar historias. Son la viva imagen del poder y el privilegio, figuras que otean desde las alturas y gracias a su derecho de cuna rigen los destinos de los tristes mortales, a los que (a veces) otorgan sus dones a cambio de pleitesía. Nada representa tan bien la vanidad, la tiranía y la necesidad de derrocar a los poderosos, y bien sabe Dios (je) que esa metáfora siempre viene bien tenerla a mano.
De dioses y de vanidad es de lo que nos viene a hablar Los Sacrificadores, el nuevo estreno que nos trae este caluroso verano Norma Editorial. Una serie que lleva uno de los sellos de calidad que más nos gusta por nuestra redacción: Rick Remender. El veterano guionista estadounidense, co-creador de obras como Ciencia Oscura o Clase Letal, es uno de nuestros niños bonitos, y todo nuevo estreno que lleve su firma es de obligada lectura. Tanto, que de hecho ya os hablamos de su primer capítulo dentro de nuestros estrenos USA.
Como ya sabréis, Remender es un autor que lleva años sin pisar el freno en su producción bibliográfica, estrictamente limitada ya al creator-owned, y desde su sello editorial, Giant Generator, siempre hay algo nuevo en las estanterías. Lo último ha sido esta serie de fantasía en la que el autor se ha unido al argentino Max Fiumara, artista al que hemos podido ver en variados trabajos de Marvel como Amazing Spider-Man o Namor, o en la serie del blackhammerverso Doctor Star y el reino de los mañanas perdidos. Completa el equipo Dave McCaig, colorista estadounidense de primera liga, al que ya pudimos ver en Low y que está dando color a la nueva edición de The Walking Dead.
La serie, estrenada el pasado año bajo el paraguas de Image Comics (como siempre con Remender y su sello), nos lleva a un mundo en el que sus habitantes viven con todo lo que necesitan a cambio de un trato muy sencillo: una vez al año, una serie de familias son seleccionadas para entregar a un miembro, los cuales son entregados a los dioses a cambio de que estos sigan utilizando sus dones divinos para proveer al pueblo de lo que necesitan para vivir. Nadie sabe qué sucede exactamente a estos sacrificadores. ¿Un retiro sagrado? ¿Una muerte honorable? El encuentro entre un sacrificador de familia humilde y una joven diosa inexperta podría dar respuesta a ese misterio.
Los Sacrificadores es una serie que respira el alma de Rick Remender por cada poro, y es que esta nueva incursión del guionista en el género fantástico viene acompañada de sus señas de identidad más habituales. El autor de Ciencia Oscura nos construye un mundo en el que se pone sobre la mesa la diferencia entre las élites y el pueblo, tan grande que ni siquiera habitan en el mismo plano, y explora lo único que un punky podría hacer: la subversión. Remender toca temas como la raza y la religión, pero sobre todo se centra en el poder y en la necesidad de enfrentarse a él, de quitarnos la venda y levantarnos contra el status quo.
Lo hace, además, con una calma tremenda, y es que Los Sacrificadores es una serie que lleva un ritmo tan lento en lo que a avanzar la trama se refiere, que el contenido de este tomo y lo que plantea bien podría haber sido la premisa de una grapa de introducción en la mayoría de las series. Pero que no os confundan mis palabras, esto no lo digo como una crítica. Remender se toma un tiempo enorme en presentar su cosmos y sus protagonistas, logrando que para la conclusión del volumen estemos ya metidos de lleno en el conflicto que, ahora sí, queda en el aire para el siguiente número, y esa paciencia para dejar fermentar la historia sin prisas por lanzar el cliffhanger es algo que yo personalmente valoro. Para una lectura a ritmo de grapa USA entiendo que debe de haber sido un poco frustrante, pero a ritmo de TPB como lo vamos a tener nosotros, está perfecto.
El apartado visual es un eje fundamental (más de lo ya habitual) en la obra, y es que si hay algo de lo que depende la fantasía es de un buen diseño de su mundo, su estética y su mitología, y ese trabajo se puede dar por aprobado con nota por parte de Max Fiumara. El artista argentino centra sus esfuerzos en crear una gran galería de razas y seres de diversos tipos, entre las formas naturales y algo toscas de los dioses a las razas de animales antropomórficos del pueblo llano. Son decisiones arriesgadas, pues como sucede por ejemplo con el joven palomo protagonista, no son diseños que favorezcan la expresividad.
Sin embargo, esta misma decisión logra darle un punto diferenciador clave a la obra para dotarla de identidad propia. Quizás no hablemos de unos diseños icónicos, pero sí de una serie que apuesta por sí misma sin buscar la convencionalidad, con un diseño menos agradable al ojo en primera instancia, pero que termina calando según entramos en su épica. Por la parte del color, Dave McCaig realiza un trabajo de nivel, dándole ese brillo de fantasía que pide el género, pero con el toque de oscuridad que reclama la crudeza de su historia.
Los Sacrificadores arranca con un excelente primer tomo en el que Rick Remender y Max Fiumara se toman su tiempo para presentarnos un cosmos y una historia que puede dar mucho de sí. Los autores nos hablan de la rebelión contra el poder en clave de fantasía, con una serie que, quizás sin la iconicidad de otras grandes obras del guionista, sin duda se postula para ser una lectura fija para los próximos años.
Lo mejor
• Los interesantes diseños de Max Fiumara.
• Un desarrollo que se toma su tiempo hasta atraparte en su mitología…
Lo peor
• …pero que podría aburrir al lector en busca de una lectura más dinámica.
Guion - 8
Dibujo - 8.2
Interés - 8
8.1
Prometedora
Rick Remender vuelve junto a Max Fiumara para presentarnos una historia de fantasía oscura que puede dar mucho de sí.
Este lo he reservado a ciegas en la tienda por eso de ser de Remender que me suele encantar y la premisa me llamaba. Veremos que tal.