Los sustitutos (The Surrogates): De carne y hueso

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Los sustitutos: De carne y hueso
Guión: Robert Venditti
Dibujo: Brett Weldele
Glénat. 144 págs color 19,95 €.

Descripción editorial

La trama se sitúa en un tiempo anterior a The Surrogates, durante la primera fase de implantación de los surrogates en la sociedad. El asesinato de un vagabundo negro por tres surrogates, inicia una investigación en la que participará un joven Harvey Greer, cuando todavía era un agente que patrullaba las calles. El caso, de tintes racistas, revelará un entramado de intereses políticos y económicos.

Reseña

Las recientes críticas que ha recibido la película Los Sustitutos (Surrogates) protagonizada por Bruce Willis, y unos comentarios de mi compañero José Torralba acerca del cómic en el que ésta se inspira, me hicieron recordar unas declaraciones que le leí ya hace bastantes años al director de cine Samuel Fuller en la revista Dirigido por. José venía a enjuiciar el cómic de la misma forma que en distintos medios se estaba enjuiciando la película: presenta un planteamiento prometedor que no llega a desarrollar en plenitud (ni parece intentarlo). Fuller, confeso aficionado a la historieta, hacía la siguiente comparación entre la vida, el Septimo y el Noveno Arte: «El cine consigue reflejar únicamente la superficie de la vida… y el cómic refleja la superficie de la superficie».

La valoración de Fuller es – sin duda – polémica y discutible, pero a mi entender refrenda algo que por aquí ya se ha dicho muchas veces: los mecanismos comunicativos que manejan el cine y la historieta son bien distintos. Eso es algo que no debemos olvidar; más considerando que a menudo ambos lenguajes – por el uso que hacen de su componente visual – aparentan ser más similares de lo que lo son en realidad. Y, aunque disiento parcialmente de lo apuntado por Fuller, de su afirmación se desprende que el cómic debe tomar caminos distintos de los del cine para alcanzar las cotas de hondura suficientes como para que sus propuestas les resulten relevantes – y no sólo entretenidas – a los consumidores de este tipo de producto. Raramente un cómic de 48 páginas nos llevará tan lejos como una película de 90 minutos o uno de 64 páginas como las dos horas de muchas producciones cinematográficas: la gestualidad de los actores, la potencia sugestiva de la música y la velocidad de discurso propias del Septimo Arte son armas poderosas.

Sin embargo el Cómic, cuando saca buen partido de sus peculiaridades, puede apuntar tan alto como cualquier otra disciplina artística. Y, aunque éste no es momento de hacer una exposición detallada de esas particularidades, podemos aventurar que las más evidentes son la potencia expresiva de ciertos grafismos, las distintas modalidades de serialización – casi se diría que – connaturales al medio y la posibilidad de dilatar el tiempo de lectura alrededor de momentos clave en el discurrir del relato.

¿A qué viene todo este rollo? En parte, a que estoy más espeso que de costumbre, pero también a que con sus Surrogates Robert Venditti creo que está construyendo un tapiz historietístico aceptablemente interesante gracias a una juiciosa utilización de algunas de esas peculiaridades que comentábamos… a pesar de Brett Weldele.

Si está claro que la premisa de Los Sustitutos da para mucho, el analisis en profundidad de la misma se despliega sólo parcialmente y de forma colateral en los dos tomos publicados hasta ahora. Una y otra vez Venditti ha escogido una investigación policial para llevar al lector de la mano a lo largo del relato… y es más o menos tangencialmente que se nos presentan reflexiones y análisis concretos acerca del fenómeno surrogate. Ahora que sabemos que Venditti tiene planificados un total de cinco arcos argumentales, queda claro que este escritor se está sirviendo de las posibilidades de serialización que le ofrece la industria del tebeo estadounidense para ultimar un desarrollo de su propuesta que hoy por hoy sólo podemos contemplar de forma fragmentaria. Antes que entrar a fondo con una diatriba filosófica acerca de la existencia humana, Venditti le está presentándo a su público entretenidas historias de polis y ladrones que, únicamente cuando podamos vislumbrarlas como parte de un gran conjunto, nos darán la justa medida del trasfondo en el que se ubican.

Flaco favor, no obstante, le hace Weldele a su guionista. Si ya en la reseña del primer cómic exponíamos nuestras dudas acerca de este ilustrador, en este segundo tomo quedan claras sus limitaciones a la hora de otorgar densidad a ciertos momentos del relato y, peor todavía, su absoluta incapacidad para construir unos escenarios que contextualicen adecuadamente lo que sucede. Hace ya tiempo Pepo Pérez decía que Watchmen sin Dave Gibbons no sería Watchmen. Podría decirse también que, si el apartado gráfico de Los Sustitutos estuviese en manos de un Dave Gibbons, percibiríamos con mayor claridad las bondades de esta obra. Afortunadamente, algo ha mejorado Weldele del primer cómic a este segundo y no todo son errores en su trabajo. Algunas situaciones están bien resueltas y, por lo general, la historia puede seguirse con fluidez.

Finalmente, si creo que Los Sustitutos es una propuesta a tener en cuenta, lo hago amparándome en la capacidad de sus autores para presentar, tanto en el primer como en el segundo libro, escenas que son auténtica poesia (de esa que hurga en nuestras entrañas). Parece mentira que en un sola página y con cuatro rallas, Venditti y Weldele consigan echar sobre el lector todo el impulso argumental que la historia lleva acumulado en un punto concreto… pero así sucede al final del primer capítulo de este Los Sustitutos: De carne y hueso… y el resultado es tan potente que esa escena por sí sola ya se merecería un post de análisis. Tal vez dentro de un año, cuando todos hayais tenido ya la oportunidad de leeros el cómic 😉

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CURIOSO
CURIOSO
Lector
24 octubre, 2009 11:09

PUES NO HE LEÍDO EL COMIC NI LA PELÍCULA.

Pero seguro lo hago para poder opinar con más criterio.

saludos

CURIOSO
CURIOSO
Lector
24 octubre, 2009 11:10

PUES NO HE LEÍDO EL COMIC NI LA PELÍCULA.Pero seguro lo hago para poder opinar con más criterio.saludos

Tachuela
Tachuela
24 octubre, 2009 12:48

Hablando sólo del primer tomo de Surrogates y la película, el problema de la película es que no aprovecha ninguna de las ideas del tebeo. ¿Dónde está esa mujer que justifica el uso de los Sustis enseñándole las tetas? ¿O el compañero fumando todo el rato? ¿O el protagonista dejando de usar un sustituto por un motivo lógico?

Releí hace poco el primer tomo y me gustó más que en la primera lectura. Que el final sea tan previsible no es tan malo como pensaba.

donniedarko
donniedarko
24 octubre, 2009 14:25

O sea,que hay que leerse éste primero,..no?
A mí la peli,independientemente de que sea o no fiel al cómic,no me pareció tan mala como la están poniendo por ahí,a mi me entretuvo y las escenas de acción están bastante bien resueltas,para mi gusto.
A ver si le meto mano a primerl cómic,que desde que salió,le quiero echar el guante,pero con tanta novedad hay que priorizar,que es lo que pasa.
Que alguien me aclare la duda de más arriba,porfa.
Saludos!

josep rom
josep rom
Lector
24 octubre, 2009 21:35

Toni, cabo de leerme el George Sprott de Seth. A mi me gusta Seth, pero este cómic es la bomba y pienso que responde, en parte, a la cuestión que planteas sobre la profundidad de un cómic. Seth elabora simpre historietas sobre «la vida gris», pero a diferencia de Ware su visión es más equilibrada, menos pretenciosa. Y en este libro se supera. Si el cómic es una narración fragmentada en esta obra el lenguaje del cómic es el hilo conductor de la vida. La obra es profunda pq es una suma de varias historietas de una o dos páginas que son por su naturaleza fragmentos de superficie. Me ha sorprendido descubrir como se puede sumar superficialidad hasta alcanzar la densidad adecuada.

Ziggy
Lector
24 octubre, 2009 21:40

Apuesto a que Fuller nunca ha leído Maus o algo de Eisner en su vida o albumes europeos.