Los Vengadores: El viejo orden cambió

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Edición original: Marvel Comics – mayo 1965
Edición España: Panini Comics – febrero 2015 (publicación más reciente)
Guión: Stan Lee
Dibujo: Jack Kirby
Entintado: Dick Ayers
Color: Stan Goldberg
Portada: Jack Kirby
Precio: Última edición en España: 39.95 euros (tomo en tapa dura de quinientas sesenta páginas, que contiene el tebeo original)

 
Prólogo: la liga justiciera de Marvel

La colaboración entre Stan Lee y Jack Kirby en los días de la edad de plata es, sin ningún género de dudas, la piedra angular sobre la que Marvel Comics o, mejor dicho, toda la línea de entretenimiento que un día fue la casa de las ideas, se sustenta. En unas colecciones permanecieron más que en otras y, desde luego, nada supera su prolongada estancia en la serie dedicada a los Cuatro Fantásticos. Sin embargo, allá por donde pasaron dejaron tras de sí personajes, ideas y conceptos que, más pronto o más tarde, acabaron siendo utilizados por quienes les sucedieron en aquellas cabeceras. Los Vengadores no serían la excepción. En las dieciséis entregas en las que Lee y Kirby contaron las aventuras de los héroes más poderosos de la Tierra, rescataron al Capitán América original (o, mejor dicho, pasaron de largo de la versión de los cincuenta); convirtieron a un miembro fundador -Hulk- en oponente; hicieron su aparición los Amos del Mal, el Hombre Maravilla, Kang el Conquistador, Immortus, el Conde Nefaria y la organización criminal que comandaba -MAGGIA-. Cada uno de estos conceptos ha tenido, como poco, una aventura memorable, una aparición mítica, una historia para recordar en la franquicia vengadora. Sin embargo, en su último número conjunto en la colección, Stan y Jack abrieron la puerta a una nueva época, en la que los fundadores abandonaban en bloque y una nueva membresía, totalmente inesperada, tomaba el relevo. Llegaba el cuarteto loco del Capi.

El nuevo orden cambió

The old order changeth! se presenta como el epílogo del ultimo encuentro entre los Vengadores y los Amos del Mal. El Capitán América ha podido por fin tomar revancha por la muerte de Bucky (recordemos que el regreso del señor Barnes como Soldado de Invierno es relativamente reciente). El Barón Heinrich Zemo ha caído y, sin su liderazgo, sus compañeros de armas son fácilmente reducidos por los camaradas del Capi. Solo el Ejecutor y la Encantadora logran poner pies en polvorosa, dejando a los Vengadores con la sensación de que han neutralizado por fin al grupo que surgió para hacerles frente. Es el momento en el que Thor, el Hombre de Hierro, el Hombre Gigante y la Avispa deciden tomarse un respiro. Sin embargo, ninguno desea que la iniciativa que han puesto en marcha finalice con ellos. Por tal razón, deciden hacer un llamamiento que permita el reclutamiento de sangre nueva. Tras un infructuoso intento con Namor, vendrán tres propuestas que acabarán derivando en otras tantas membresías: Ojo de Halcón, Mercurio y la Bruja Escarlata. Ninguno de ellos es nuevo en el oficio de los pijamas, pero hay un importante detalle a tener en cuenta: son villanos. El arquero ha cruzado armas con Iron Man, en tanto que los hermanos gemelos han sido -un poco a su pesar- seguidores de Magneto, en su cruzada contra la Patrulla-X. Cuando el Capitán América retorne desde Sudamérica, se encontrará con una alineación completamente nueva, en la que tres extraños se convierten en un equipo al que tiene que conjuntar y liderar.

Durante su primer año y medio de vida, la colección dedicada a los Vengadores no dejó de ser la versión «lee-kirbiana» de la Liga de la Justicia de la distinguida competencia. Cuatro personajes con cabecera independiente -que no necesariamente propia- vivían aventuras y se enfrentaban a amenazas que, por separado, no podían resolver. Desde un principio, guionista y dibujante presentaron una colección donde el estilo marveliano de la edad de plata estaba presente: aquellos vengadores peleaban entre sí, tenían fricciones y debían lidiar con sus propios problemas particulares. El Capitán América se convirtió en la pieza que completaba el rompecabezas, transformándose rápidamente en el arquetipo de vengador y en su indiscutible líder. Sin embargo, pronto quedó patente que, con personajes que debían ser compartidos con sus respectivas colecciones, la serie grupal siempre llevaría las de perder. Después de todo, aquella nueva Marvel presentaba un universo cohesionado, con tramas que iban más allá de un único episodio, por lo que era muy difícil concebir una aventura de importancia en una colección distinta de aquella protagonizada por el vengador de turno. Una mayor libertad solo podía venir a través de la renuncia a los pesos pesados. Seguiría habiendo unos vengadores; la membresía fundadora seguiría acudiendo a la llamada, pero el peso específico de la serie recaería sobre personajes sin colección propia. Héroes como Spider-Man o el Doctor Extraño, con cabecera particular y tendencia a la soledad, quedaban descartados pero, muy seguramente, no se vería venir la arriesgada maniobra de presentar a tres villanos como nuevos vengadores.

En honor a la verdad, hay que reconocer que Lee y Kirby echaron mano de tres enemigos que se movían en una suerte de zona gris. Si sus héroes podían tener los pies de barro, sus villanos también podían tener cierto grado de conciencia. Ojo de Halcón había hecho sus pinitos como justiciero, pero su primera experiencia había sido un desastre; luego, había hecho equipo con la Viuda Negra (en los días en los que la URSS y el bloque socialista proporcionaban una nutrida cantera de malvados rojos) para volver a buscarle las cosquillas al guardaespaldas de Tony Stark. Por su parte, Mercurio y la Bruja Escarlata habían estado en la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto pero más por temor que por auténtica lealtad. Cuando el amo del magnetismo fue dejado temporalmente fuera de juego -en la colección de la Patrulla-X- vieron la ocasión de escabullirse. Los tres presentaron sus particulares curricula para avalar sus respectivas candidaturas: los hermanos Maximoff enviaron una carta, en tanto que maese Barton se coló en el cuartel general y secuestró a Edwin Jarvis, inmovilizándole conforme al procedimiento de atarle como una morcilla. Los tres entrarían en nómina y, con los años, se convertirían en sinónimo de vengadores. El detalle de que hayan contado con versiones cinematográficas es la mejor prueba de ello.

Epílogo: Vengadores de libro

La nueva alineación fue, en su momento, un desafío, tanto desde el punto de vista de la ficción como del de la realidad. En el primer apartado, el Capitán América -que aún está adaptándose a la época en la que ha sido descongelado- siente la inclinación de aislarse del mundo y quedarse rumiando sus recuerdos en soledad; Ojo de Halcón cuestiona constantemente las órdenes y está más que dispuesto a echarle un pulso a un líder que considera anacrónico y desfasado. Mercurio es tan veloz como impaciente, y muestra una tendencia sobreprotectora hacia su hermana, la Bruja Escarlata. Con el tiempo, Clint y Wanda llegarán a ser líderes; por su parte, Pietro se moverá a uno y otro lado de la línea de la legalidad, oponiéndose y reuniéndose con los vengadores. Estos paseos, estas integraciones incómodas de elementos de dudoso pasado, se repetirán en la colección y se convertirán en una de sus marcas distintivas. El propio Lee no tardará mucho en usar el truco otra vez, con la incorporación -y posterior traición- del Espadachín. Eso nos lleva al desafío que se planteó desde el punto de vista editorial y empresarial: ¿cómo podría aguantar una colección que tenía como premisa los pesos pesados de Marvel, ahora que estos ahuecaban el ala? La respuesta, a la vista de lo que vino después, resulta ociosa.

Stan Lee permanecería como guionista de Los Vengadores hasta el número trigésimo quinto, en el que cedería el bolígrafo a un joven Roy Thomas. Este último firmaría una etapa memorable en la historia de la colección. Tras él vendrían otros nombres, como los de Steve Englehart, Jim Shooter, Roger Stern, Bob Harras, Kurt Busiek o Brian Michael Bendis. Buena parte de más memorables historias se basa en personajes, conceptos e historias surgidas en los tiempos en los que Lee firmaba los guiones de la serie. Quizá no fueran sus mejores ocurrencias pero, desde luego, casi todas fueron buenas, como lo demuestra el hecho de que, a medio siglo de distancia, se sigan utilizando.

Un final y un principio
El fin… y el principio

  Edición original: Marvel Comics – mayo 1965 Edición España: Panini Comics – febrero 2015 (publicación más reciente) Guión: Stan Lee Dibujo: Jack Kirby Entintado: Dick Ayers Color: Stan Goldberg Portada: Jack Kirby Precio: Última edición en España: 39.95 euros (tomo en tapa dura de quinientas sesenta páginas, que contiene…

Clásico de la franquicia vengadora

Guión - 7.5
Dibujo - 7.9
Interés - 8.5

8

Número básico de la colección

La historia de un cambio arriesgado con final feliz

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Juan Iglesia Gutiérrez
19 noviembre, 2018 18:52

Genial reseña, Luis!

Cuando salió el Marvel Gold 1 de Los Vengadores (donde viene esta historia) lo pillé y lo leí del tirón. Ya había leído en su momento el Orígenes Marvel de forum, donde te venían los 5 primeros números de Avengers, pero lo cierto es que me encantó esta segunda lectura.

Suele decirse que es un trabajo menor de Lee/Kirby y es verdad, pero los primeros números son una gozada de principio a fin. Y este número en concreto es genial, rompe totalmente con la tentación de ser un mero trasunto de la JLA y lleva la serie por derroteros sorprendentes.

Adoro la JLA, en todas sus épocas y encarnaciones, pero hay que leerse su colección en aquella época y compararla con ésta… no hay color.