Lot 13: Terreno Maldito

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Guión: Steve Niles
Dibujo: Glenn Fabry
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: LOT 13 Núm. 1-5 USA
Formato: Tomo rústica 120 páginas
Precio: 11,95€
Valoración:

 

«Creamos nuestros propios demonios
¡Pero a veces los demonios no lo saben!»

Desde el punto de vista histórico parece lógico que los verdaderos orígenes del género de terror ligados al cómic tuviesen lugar a partir de 1945, superada la Segunda Guerra Mundial, ofreciendo al público la posibilidad de afrontar terrores intangibles y fantásticos más benévolos que los dejados por la cruda realidad del conflicto bélico. En su apogeo, a principios de los cincuenta, nacerían las cabeceras míticas de EC Comics como Tales from the Crypt (1950) o The Vault of Horror (1950), siendo la línea seguida por las historias recopiladas en estas antologías la encargada de definir las características y directrices propias de las publicaciones de género de terror clásico. Estas no alcanzarían la «madurez» hasta casi finales de los años sesenta, cuando Warren Publishing abandonase las restricciones del nefasto Comics Code Authority para devolver este tipo de historias al lector adulto, legándonos una etapa dorada encabezada por revistas como Creepy (1964), Eerie (1966) y Vampirella (1969). El fenómeno se trasladaría a las principales editoriales estadounidenses, DC Comics presentaría House of Secrets (1969) o Weird War Tales, mientras, Marvel Comics, reticente a abandonar el apogeo de sus relatos superheroicos intentaría integrar en ellos sus coqueteos con el terror como demuestra un personaje como El Motorista Fantasma (1972) de Roy Thomas, Gary Friedrich y Mike Ploog.

En la actualidad, el género de terror se ha adaptado a los nuevos tiempos, a las influencias recibidas cada vez más directamente del celuloide, construyendo historias que estriban desde el gore más anárquico, como podría ser, por ejemplo, el Crossed de Garth Ennis y Jacen Burrows, hasta los relatos de corte clásico, con una potente carga psicológica y opresivas atmósferas, en la línea de la más reciente Fatale de Ed Brubaker y Sean Philips o Ecos de Joshua Hale Fialkov y Rahsan Ekedal. No obstante, estos extremos parecen reconciliarse en títulos puntuales como la insalvable y brutalmente cerebral Los Muertos Vivientes (2003) de Robert Kirkman y Charlie Adlard o en la alabada Locke & Key de Joe Hill y Gabriel Rodríguez. En este caso, sus principales artífices, Robert Kirkman y Joe Hill, se han convertido en abanderados y promotores del nuevo género de terror moderno. Pero no podemos olvidar, entre otros muchos autores destacados, la aportación del ya veterano guionista estadounidense Steve Niles, uno de los más claros exponentes del género de terror en la actualidad como demustran sus trabajos en Criminal Macabre (1990), 30 días de oscuridad (2002), Remains (2004), Freaks of the Heartland (2004), Simon Dark (2007) o en adaptaciones del calibre de Richard Matheson’s I Am Legend (1991), el primer trabajo de su carrera enfrentando el relato de un autor al que siempre ha intentado emular, o 28 Days Later: The Aftermath (2007).

La presente Lot 13: Terreno Maldito, ha sido una de las últimas incursiones de este autor en el género de terror, en este caso para la editorial DC Comics, aunque no para la línea Vertigo como posiblemente hubiese sido de esperar en otros tiempos, y con el británico Glenn Fabry como confidente y compañero de travesuras. La historia de Lot 13: Terreno Maldito sigue las desventuras de Ron Waytt y su familia, su mujer Judy y sus tres hijos Jackie, Donna y Austin, cuando en plena mudanza se ven obligados a recalar en un bloque de apartamentos de alquiler para pasar la noche descubriendo inmediatamente el terror y la muerte que habita en cada rincón de las paredes del lugar. Es decir, los crueles demiurgos de turno, Steve Niles y Glenn Fabry, nos ofrecen una historia ligada al subgénero de las casas encantadas, tomando los ingredientes básicos de esta para formular su legítima interpretación del mismo resultando en un relato ligero de digna serie B con todo lo que ello supone y conlleva. Esta es una historia que no tiene mayores pretensiones más allá de intentar asustarnos con truculentas escenas llenas de sangre, vísceras y cuerpos deformes y corrompidos. En este sentido, El Resplandor de Stephen King, o posiblemente el de Stanley Kubrick, ejercen una alargada sombra sobre los planteamientos en los que sustenta su obra Steve Niles, aunque apostando este más dedicidamente por el «valor añadido» del gore y la trepidante acción deudora del slasher.

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Algunas páginas de Lot 13: Terreno Maldito de Steve Niles y Glenn Fabry

Por supuesto, aunque resulte de perogrullo, cabe recordar que Steve Niles no pretende reinventar nada en Lot 13: Terreno Maldito, como tampoco busca jugar con los recursos propios ofrecidos por el medio de la viñeta como ya harían en su día en La Cosa del Pantano (1984) Alan Moore, Stephen R. Bissette y John Totleben, porque sus referentes siempre han sido cinéfilos y, si acaso, literarios, asumiendo simplemente el cometido básico del género de terror: engañarnos y asustarnos. En Lot 13: Terreno Maldito quedan muchas incógnitas por resolver y muchas preguntas apenas planteadas, hasta que punto intencionadas será algo que deberá decidir el lector, pero la historia y sus autores nos animan a estar más atentos a lo que sucede en ella de lo que estaremos seguramente al dejarnos llevar por su ligereza y sencillez argumental. Desde luego, Steve Niles tiene muchas tablas en esto, pues puede no saber o no querer sacar partido a la «gramática de la viñeta» pero comprende excelentemente las limitaciones del medio, por lo que en todo momento busca sorprendernos con la sordidez y repulsión de su puesta en escena. En esta se destapa como gran aliado su compañero Glenn Fabry, un autor de desagradable y fascinante corte realista, aunque de tendencia a la caricatura, y especialmente inspirado en Lot 13: Terreno Maldito en la ambientación del relato y en hacer carne y tinta la endiablada imaginación de un Steve Niles dispuesto a morder.

En general, las críticas en Estados Unidos aparecidas con el estreno del primer capítulo de la miniserie de Lot 13: Terreno Maldito resultaron bastante tibias, aunque esperanzadas en el talento de sus responsables, porque como comentaba Kelly Thompson en Comic Book Resources «el concepto y el talento aquí merecen, y puede ofrecer, más». De la misma opinión sería Michelle White en el portal Multiverstity Comics reconociendo en la obra de Steve Niles y Glenn Fabry «un gran potencial», mientras, en Talking Comics, su redactora Melissa Megan, se mostraba más entusiasta al hablarnos de una historia en la que destacan como elementos su «implacable violencia, muerte y repugnantes criaturas del infierno» utilizadas por sus autores «para crear una sólida historia de terror». En resumen, lo único que juega en contra de Lot 13: Terreno Maldito, como casi siempre, son las expectativas del lector, por la tanto, hemos de tener presente que este cómic está especialmente destinado a los verdaderos amantes del género de terror en su forma más básica, a los aficionados a la serie B conscientes de lo que pueden ofrecer este tipo de propuestas e historias. Por lo tanto, no serán los giros argumentales los que nos sorprendan en Lot 13: Terreno Maldito, incluso cuando Steve Niles y Glenn Fabry confeccionan algunos pasajes grotescamente surrealistas, ni tampoco sus personajes, auténticos clichés del género de terror, pero sí la entretenida sencillez de su historia y su supurante y sangriento apartado gráfico.

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Tito Konan
Tito Konan
Lector
25 julio, 2013 12:10

Como bien se lee no busca reinventar nada. Es un mero entretenimiento de terror a lo Creepy o Flinch, sin ninguna pretensión y basando su fuerte en el gore, el diseño grotesco de sus personajes y una trama con referencias como El Resplandor, aprovechando la buena salud del género con Robert Kirkman y Joe Hill a la cabeza. Espero que haya más y mejores muestras en un medio que no sufre tantas represiones como en el cine, el cual doy al terror por medio muerto con películas asépticas y sosas como Insidious o Paranormal Activity.

Karuba
Karuba
Lector
25 julio, 2013 12:14

Revisa las fechas de EC…

jaque
jaque
Lector
25 julio, 2013 19:17

Pues voy a tener que leerla de nuevo, porque la verdad me desorientó bastante la historia, igual es que estaba «espeso» ese día.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
26 julio, 2013 11:14

No me ha molado mucho, la verdad. Me gusta mucho el género, lo ojeé y lo pille a ver que tal resultaba y me ha parecido algo flojo, empieza bien, tiene cosas buenas, pero luego es demasiado trillado para mi gusto.

Reverend Dust
Lector
30 julio, 2013 23:38

Tarde, pero en el momento justo, que 7 horas de bus de vuelta han dado para leer esta obra y algo más.

Me ha dado exactamente lo que esperaba, aunque excediendo mis expectativas en lo gráfico. Lo más sorprendente, como en la reseña, es que esto no lo editaran bajo el sello Vertigo (señal inequívoca de que por aquel entonces ya querían quitárselo de en medio, hayan hecho lo que hayan hecho recientemente). Terror de serie B del que, sin duda, esperas que termine únicamente de dos formas: una vaga, con «final feliz»; y la otra más inevitable y lógica, con el final que nos han dado.

No me arrepiento para nada de haber pagado los casi 12 eurillos que nos ha regalado ECC, teniendo en cuenta que este tipo de productos no venden ni por asomo lo que otros de los tapablándicos deceítas.

Así que gracias a ECC por editar esto (aunque sea con una edición tan peladísima, que ni introducción tenía) y gracias a Jordi por la reseña (y el aviso facebookil, hamijo).