El mundo a través de un objetivo
«Quiero que veas muchas cosas en mi lugar y me enseñes las fotos que saques».
Hace tan solo unos meses, Distrito Manga, el sello de cómic japonés de Penguin Random House, hizo su debut en el mercado español. Llegó pisando fuerte, con unas primeras licencias bastante llamativas entre las que se encontraban títulos como el interesantísimo El incidente Darwin, de UMEZAWA Shun —ganador del prestigio Manga Taishô—, el entrañable Shikimori es más que una cara bonita o el BL Joy, una historia de amor que tiene como trasfondo el propio mundo del manga. Desde entonces, el sello ha ido anunciando otros títulos, algunos de ellos muy sorprendentes y otros bastante esperados por los lectores españoles.
Entre esas primeras licencias, se encontraba también Love in focus, una obra de tres tomos de NOGIRI Yôko, autora a la que ya conocíamos por Mi chico lobo, publicado por Norma Editorial en 2018. Sin embargo, en este título —serializado originalmente en la revista Aria de Kodansha—, la autora deja a un lado esa vertiente más fantástica y nos ofrece una historia de amistad y romance articulada en torno a la fotografía.
Mako Mochizuki lleva mucho tiempo viendo el mundo a través del objetivo de su cámara. Desde que era pequeña, su abuelo, fotógrafo profesional, le enseñó a hacer fotos y a reflejar su mirada en los negativos. Por eso, ahora que él ya no está, Mako quiere seguir mejorando: se traslada a un instituto de Hokkaido donde hay un club de fotografía animada por su mejor amigo de la infancia, Kei Akahoshi, y se instala en el mismo alojamiento que él, la pensión Hasumi, conocida como la «pensión Gran Angular». Todo parece ir sobre ruedas, pero, nada más llegar a su destino, Mako fotografía a un chico desconocido sin su consentimiento… y este resulta ser otro de los estudiantes que viven en la pensión, Mitsuru Amemura, que siempre oculta su rostro con su flequillo y se mantiene en silencio, en un segundo plano. Mako siente curiosidad por él. ¿Quién es exactamente y por qué se comporta de esa forma?
Love in focus es una historia sencilla, agradable, perfecta para quien busque una lectura ligera y con corazón. En este primer tomo, NOGIRI Yôko nos presenta a los protagonistas, a los personajes secundarios —el profesor de fotografía, el resto de estudiantes de la pensión Gran Angular— y sienta las bases de su triángulo amoroso. Lo hace de una forma natural, sin forzar la relación entre los personajes, aunque utiliza varios tópicos que hemos leído en otras historias románticas como desencadenante de ciertas situaciones: caídas, encuentros desafortunados… En este sentido, puede que parte de lo que la autora nos cuenta no nos resulte original.
Sin embargo, hay un elemento que le da un toque especial al argumento: la fotografía, que es casi un personaje más de Love in focus porque está muy presente según va desarrollándose la trama. Es fundamental en la vida de los personajes, que la abordan desde una perspectiva diferente: para Mako, es una forma de vivir y mirar, además de un vínculo con su abuelo; para Kei, un recuerdo compartido con su mejor amiga y una vía de escape de las estrictas exigencias de su padre; Amemura tiene una relación complicada con ella, algo que se aprecia desde el momento en que aparece. Nogiri aprovecha bastante bien este recurso no solo para vertebrar la historia, sino también para desarrollar a sus protagonistas, establecer vínculos entre ellos y otorgarles profundidad. Gracias a la fotografía, descubrimos algunos de sus secretos y se nos abre una puerta para entender mejor su forma de actuar.
Precisamente, esos secretos hacen que queramos averiguar más sobre los personajes, especialmente sobre Amemura, el más reservado de los tres. Por lo que se aprecia en el primer tomo, parece que las relaciones que se establecen —o avanzan— entre ellos van a ayudarlos a crecer y a dejar atrás algunos momentos dolorosos del pasado, lo que siempre es interesante.
En cuanto al dibujo, el estilo de NOGIRI Yôko es amable, en línea con la historia que nos cuenta. Se centra sobre todo en los personajes, sus gestos, sus reacciones, y los entornos —aunque no suelan estar muy detallados— nos sumergen en el ambiente de un instituto japonés. Una de las cosas que más destaca es el hecho de que la autora, al inicio del manga, nos permita mirar por el objetivo de la cámara de Mako y observar un pequeño momento tal y como ella lo ve. Esa fascinación que ejercen en la chica los instantes en los que los demás se muestran tal y como son se nos transmite bien de esta forma.
El primer tomo de Love in focus nos ofrece el principio de una historia sosegada y bonita. Pese a que varios de los elementos que la componen son comunes a otros mangas de romance de instituto, NOGIRI Yôko sabe cómo aprovechar la fotografía para darle un toque personal a su historia. Al constar únicamente de tres tomos, se trata de un título breve. ¡Habrá que ver cómo se desarrolla en los siguientes volúmenes y cómo evolucionan los personajes! Ya no falta mucho para que se publique al completo.
Lo mejor
• La ternura que destila la historia.
• Lo bien que NOGIRI Yôko integra el mundo de la fotografía para potenciar el argumento y a los personajes.
Lo peor
• Hay algunos elementos que pueden resultar poco originales.
Guión - 7
Dibujo - 7.1
Interés - 6.9
7
El primer tomo de Love in focus sienta las bases de una historia tierna que, pese a ciertos tópicos, es entretenida y llama la atención por el papel que la fotografía desempeña en el argumento.
