La verdadera magnitud de las cosas
«Supongo que llega por fin el momento de tomar las riendas de mi vida… Qué desgracia»
La diferencia entre considerar algo como grande o como pequeño no nos suele llevar más tiempo que el que tardamos en echar un vistazo, en escuchar de qué se trata. Sabemos que nosotros somos el término de comparación, la medida universal de la perspectiva. Y aun así, cuando nos detenemos a observar, siempre parece haber algo que se nos escapa. Tras bajar del avión, cuanto más observamos a la hormiga más grande se nos hace su mundo, hasta ese momento minúsculo; tras estar toda la tarde hablando sobre lo importante, cuanto más pensamos en esas dos últimas palabras aparentemente dichas como relleno, más significado encontramos en ellas. Siempre hay algo grande en las pequeñas cosas, algo complejo en la simplicidad, y viceversa. Esta es una historia sobre esa enorme y minúscula dificultad, sobre como le dijeron a Eduardo Galeano: “tener un ojo en el telescopio y el otro en el microscopio”. Sobre la perspectiva.
Quien controla las lentes
Frederik Peeters nace en Ginebra, en 1974. En el año 1997 ganaría el Premio Nuevos Talentos del Festival de Sierre por sus primeras historietas cortas. A partir de ese momento, colabora con diferentes revistas (Bile Noire, Lapin, Le Drozophile, Spirou).
Pero no sería hasta 2001 que Peeters sacaría a la luz una de sus obras más representativas y valientes, Píldoras azules (Atiberri). En ella vemos un personaje que intenta lidiar con la relación que contrae con una mujer portadora del VIH y su hijo. Una historia autobiográfica llena de humor negro y mucha realidad.
En 2003 empezaría varios proyectos como la parte ilustrada de la serie Koma junto a Pierre Wazem editado en Les Humanoïdes Associés. Pero también comenzaría la que hasta ahora ha sido su serie más alabada, Lupus (Astiberri). Esta obra le hizo merecedor, en su cuarta y última entrega en 2007, del premio Imprescindibles de Angoulême, al que fue nominado con los tres números anteriores de la misma serie.
Lo que se ve de un vistazo
Lupus se nos presenta como una road movie espacial psicotrópica con claras referencias al Hunter S. Thompson que interpretó de forma pletórica Johnny Depp en la lisérgica Miedo y asco en Las Vegas, encarnado en este caso por Tony, el compañero de viaje de nuestro protagonista, Lupus.
Pero lo que comienza como un viaje por las estrellas, tanto literales como figuradas, en busca de los mejores lugares de pesca del universo, termina en una huida hacia delante y en una travesía por la psicología de los personajes, en concreto de Lupus. Porque a fin de cuentas esta es una historia de huida. Huida de la infancia, de los problemas, huida de la realidad. Por eso están tan presentes los recuerdos y flashbacks de la infancia, o las drogas de toda clase.
Todo ese recorrido por el interior del protagonista se ve reforzado por el monólogo interior que se hace presente desde el principio. Aun así no se vuelve pesado ya que tiene casi una conversación con el lector que, pese a ser de bastante profundidad, se hace amena por la fácil comprensión y el contenido universal de los temas tratados. Otro de los motivos es la empatía que se logra gracias a conocer sus pensamientos y por tanto hacerse más evidentes sus motivaciones.
En el apartado gráfico, encontramos un dibujo sencillo pero muy efectivo, con un estilo similar al de Píldoras azules (obra de la que no se llega a desprender en esta serie), pero con muchos más matices en los fondos galácticos.
Hay muchas imágenes alegóricas, tanto de conceptos materiales como de ideas o estados de ánimo. Unas de las más claras son las pistas que da por composición, en algunas viñetas, de un embarazo. Todo ello con un dibujo basado en formas y presencias de apariencia viscosa y cambiante. Como fragmentos de seres que se pudieran encontrar en un microscopio según nuestra ciencia o en un telescopio según nuestra ficción. Todas esas imágenes no son explícitas, pretenden evocar sensaciones que hagan de refuerzo a la historia o que ayuden con lo que se avecina en futuras páginas. Casi a modo de pista oculta a plena vista. Es una obra que se disfruta mucho la primera vez, pero que se entiende en su totalidad, con la cantidad de easter eggs y autoreferencias que se esconden, en una segunda lectura.
Lo que se ve tras mirar
Nos encontramos ante una obra grande que habla de las pequeñas cosas en un escenario enorme. Porque aunque sea una historia eminentemente de huida, se plantea en última instancia como una huida interior, acompañada por una exterior meramente artificial.
Planetas y naves espaciales son muy vistosos y tienen una gran presencia física, pero no son lo más grande que aparece en Lupus. Pues una enfermedad microscópica, al igual que un ovulo fecundado, pueden ser más imponentes que un planeta, y doblarle en tamaño debido a la gravedad que ejerce sobre uno. Ese es el contraste que se ve en esta historia, en el que cosas invisibles como lo que uno siente tienen un impacto muy superior al mayor de los objetos imaginados, y por tanto su dimensión queda trivializada. Porque que nosotros seamos la medida de todas las cosas, no significa que nuestra medida se reduzca al apartado físico, pues es en el lugar que trasciende lo material donde encontramos nuestra verdadera magnitud.
Lo mejor
• La capacidad del autor de conseguir aunar una historia de huida tanto por fuera como por dentro de los personajes, y que ambos viajes sean equiparables e indivisibles.
Lo peor
• La cantidad de monólogo interno, en contadas ocasiones, es abusivo y deja poco a la interpretación de las miradas.
Guión - 9
Dibujo - 9.5
Interés - 9
9.2
Huidizo
Lupus se revela como una historia intima con disfraz de aventura espacial. En ella descubriremos el significado de la perspectiva, y de que la importancia no atiende a la magnitud de lo que abarca sino al peso que ejerce.
Anotado esta Lupus para un futuro cercano. El dibujo y los temas se me hacen muy interesantes (sobre todo el dibujo).
Buena reseña.
Es una maravilla en todos los sentidos, seguro que te encanta.
¡Gracias!
Lo leí hace unos años y me había gustado mucho. Le volveré a echar un vistazo próximamente, que apenas lo recuerdo ya.
Aprovecho para preguntar por otra obra de Peeters. ¿Se sabe algo del integral de Aama?
Sí, además es una obra que gana en segunda lectura.
Sobre lo que preguntas. Un compañero de sección ha planteado, no sin lógica, que, aunque no se ha comentado nada, viendo la apuesta que está teniendo últimamente Astiberri por los integrales, Aama es una de las candidatas. Por lo que si estás atento a las novedades mensuales que publicamos, es probable que un día te lleves una sorpresa agradable.
¡Un saludo!