Decíamos ayer que en las solicitaciones de DC para Junio se anuncia el primer capítulo de Albión, nueva serie surgida de la Factoria Moore.
Esta serie revisita a los personajes clásicos de la editorial británica IPC, paisaje común para los habitantes del Reino Unido, y también para nosotros, aunque desconocido en los USA. Fugitivos, ladrones y aventureros entre lo mágico y lo fantástico. Personajes e historias entretenidas, a veces sumamente emocionantes, publicados en nuestro país por Vertice y Surco, que gozaron de talentos creativos tales como Jesús Blasco (Zarpa de Acero) y Solano López (Kelly, ojo mágico).
Es de suponer que la serie que ahora empieza no estará tampoco faltada de talento, a poco que la genialidad se herede en parte y en parte se consiga comunicar a través de educación y sortilegios. Y esto es así puesto que a las riendas del proyecto está, junto al mago del cómic, la hija de papa Alan, Leah Moore. En el aspecto creativo también destacan dos antiguos colaboradores de Mr. M: George Freeman, exquisito dibujante canadiense poco publicado en nuestro país (Batman Vol.2 nº 14 y Wasteland 1 de Zinco; limited con Jack, la Sota de Corazones y Marvel heroes con la Viuda Negra de Fórum), y Dave Gibbons (sin palabras) a las cubiertas. Completa John Reppion (WILD GIRL) el apartado narrativo y Shane Oakley el gráfico.
Cuando la serie se anunció, los mejores del lugar (Depapel, Lacarcel Depapel) echaron las campanas al vuelo ante la posibilidad de un alud de reediciones de dicho material clásico. Ahora, junto a Albion, se anuncia la salida de Spider bajo el sello de Titan Books. Otros, con sorna, se preguntarón: ¿pero esto no lo tenemos ya en Jack Staff? Y digo yo que no les faltaba razón.
La gente de Recerca nos ha venido regalando recientemente ese genial tebeo de Paul Grist que es Jack Staff. Y mire usted por donde que la serie se erige en una especie de amalgama entre el Union Jack marveliano y algunos de los personajes de la IPC manejados con suma gracia. La historia de Grist nos lleva adelante y atrás en el tiempo y nos presenta un interesante universo de aventura e intriga donde lecciones de narrativa y diversión se dan la mano. Los personajes de la IPC se integran en el tapiz que entreteje Grist con naturalidad e interés y la lectura está al alcance de todos los públicos, sin que eso sea un demérito.
Habrá que ver si la factoría Moore, con su pope ejerciendo sólo de argumentista, sabe estar a la altura de su compatriota Grist y consiguen transportarnos también como él hacia la emoción y la aventura de la misma manera como en su día lo hicieron los personajes de la IPC (y el maestro Blasco, sin duda).