INTRODUCCIÓN
Arrancamos julio y lo hacemos con un Magazine algo distinto, más estilizado, con menos obras, pero tratando de aportar un valor añadido al cada una de ellas. Así mismo introducimos una nueva sección donde enfrentar dos posturas antagónicas alrededor de una obra o etapa de alguna serie de DC. Asimilamos el formato periodístico asumiendo la personalidad de dos de las más grandes del Universo DC, Linda Park e Iris West, con permiso de Lois Lane, que no tardará en pasarse por aquí, para hablar del trabajo de Bendis en Superman.
Y como somos así nos lanzamos de lleno a hablar con Amancay Nahuelpan, que amablemente ha dedicado tiempo de su apretada agenda a responder algunas preguntas sobre su carrera como dibujante.
Hay grandes obras en este Magazine, al gusto de muchos, Harley Quinn, Aves de Presa, Jóvenes Titanes… y un punto especial para recuperar esos clásicos añorados por muchos. Porque soñar es gratis.
No perdemos la esencia, simplemente la remodelamos esperando sea de vuestro agrado. Disfrutar del verano. Leer mucho y nos vemos en un mes.
TITULARES
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• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• Curiosidad del mes
• Lanzamiento del mes
• No te puedes perder
• Infantil/Juvenil
• Hablamos de Clásicos
• Entrevistamos a…
• Ración de ventas
• Es la hora de la encuesta…
¿TOMOS DE 1000 PÁGINAS?
Reconozco que vengo de un tiempo distinto. Una época pretérita en la que las ediciones de los cómics de superhéroes en España empezaban a encontrar todo un sinfín de mejoras en su edición, que iban desde seguir un orden de publicación, tamaños USA, incluir al pie a que número USA correspondían, correo de los lectores, noticias, listado de novedades… un largo listado de añadidos que eran la delicia de los lectores principiantes. Era tiempos en lo que no había Internet, ni redes sociales, ni nada parecido y todo lo más que se podía hacer era usar el teléfono convencional o mandar una carta si querías intercambiar con alguien impresiones. Tiempos pasados en los que las ediciones buscaban ser baratas, accesibles, portables y fácilmente almacenables. Tiempos en los que, de vez en cuando, aparecía alguna rara avis, en forma de tomo de tapa dura y precio escandaloso, para traer obras de especial calado. Apenas se reeditaba y los retapados era la forma de conseguir más lectura al mejor precio. Y para aquellos proyectos especiales estaba el formato prestigio, fino, pero en mejor papel, más caro, pero con tapa de cartón para dar fuerza a esos cómics con un extra adicional.
Y de todo esto me quedo con lo de accesibles y portables.
Los cómics se hacen para ser leídos.
Y, sin embargo, la figura del lector con el tiempo ha mutado hasta convertirse en un lector coleccionista, que valora también la edición de sus obras favoritas. Hay que recordar que estamos hablando del cómic de superhéroes y no de otras corrientes, como el europeo o el manga, donde todo esta línea d pensamiento cambia por completo.
Y la industria se ha dado cuenta de ello.
Y de un tiempo a esta parte aparecen anunciadas obras que son reediciones de obras ya editadas con anterioridad, que llegan al mercado con extras, portadas Deluxe, tapa dura, lomos cosidos, papel satinado de alto gramaje y una cantidad de páginas cada vez más alta. Tan alta que ya hay tomos que anuncian a todo bombo contener en su interior la friolera de más de mil páginas, por contener etapas completas.
Un tomo con más de mil páginas. Decenas de grapas en un solo libro, que pesa lo suyo, que no es portable y que dista mucho de ser accesible. Y el mercado repite fórmula, buscando cada vez llegar más lejos en el número de páginas, por lo que se entiende que son tomos que funcionan bien y por ello continúan llegando estas propuestas al mercado.
Recientemente se anunciaba un tomo de casi mil cuatrocientas páginas con todo el material del Byrne «menor” en Marvel, al precio de 90 euros. Si se analiza la propuesta, se hace un poco de matemáticas, el coste por página es menor que el coste por página en una grapa. Eso es una gran ventaja, pero se trata de hacer un desembolso de golpe de 90 euros, mientras que a la grapa se accede mediante un pago mucho más pequeño.
Hay ejemplos de otras obras, La Cosa del Pantano, Paper Girls, La Legión de Superhéroes… tomos enormes que nos llevan de lleno a tema de la portabilidad. Son obras que no pueden abandonar la biblioteca en la que quedan encerrados de por vida. No veo a nadie sentado en un recreo entre clases, leyendo un tomo de 1100 páginas sobre el regazo. No veo prestando estas obras de varios kilos. No veo que valor puede tener almacenar en un solo tomo, tan ingente cantidad de cómics, cuando leerlo resulta un ejercicio casi aérobico.
Será que vengo de tiempos pretéritos, porque el mercado parece estar absorbiendo muy bien este tipo de propuestas. Todos los meses aparecen entre las novedades y eso solo puede ser un indicar que, al otro lado, al final de la cadena, hay lectores que reciben con ansia este tipo de edición. Así que diablos voy a saber yo de todo esto.
JUICIO A…SUPERMAN DE BENDIS
En contra…Iris West
Bendis llega a DC envuelto en un gran revuelo. Ver al que fuera el gran arquitecto del universo Marvel trabajando en la Distinguida Competencia tiene un innegable morbo. Además el autor cuenta con un importante número de seguidores que se acercarían a los nuevos cómics del de Cleveland en su nueva editorial. Superman fue su primera serie. El reto de reflotar al primer superhéroe no es uno cualquiera y siendo justos (lo diré ya) no solo Bendis ha fracasado en el intento. Muchos lo han intentado y pocos lo han conseguido, siendo la mayoría de buenos acercamientos al kriptoniano los referidos a series limitadas. Tom King y Adam Kubert con Superman: Arriba en el cielo o la guionizada por Max Landis con un selecto grupo de artistas, Superman: American Alien, posiblemente sean los últimos ejemplos de un Superman que realmente merezca la pena.
Bendis comienza su etapa con la miniserie The Man of Steel. Byrne dejando Marvel, Bendis dejando Marvel…ok DC, es un movimiento editorial y publicitario aceptable que apela a la nostalgia y que dota de cierta epicidad el lanzamiento. Sin embargo, asemejar aquel cómic de Byrne con este no le hace ningún favor al autor de Ultimate Spiderman. Y eso que seguramente sea lo mejor de su etapa. Esta primera miniserie consigue interesar, crear un nuevo paradigma y más allá de lo inconcebible que nos parezca que Kal-El deje a su hijo irse al espacio con su abuelo, es un buen comienzo. El problema viene cuando, a los pocos números, Clark vuelve a estar con Lois. Al lector no le ha dado tiempo de observar la nueva vida de Superman sin su familia. Ni al guionista a expandir su idea. Y este es, para mí, el cíclico error que repite a lo largo de toda su etapa. Exponer buenas ideas que no son desarrolladas o lo son superficialmente. Unido al empeño constante por dar golpes de efecto resulta un cóctel en el que las premisas nunca explotan y las consecuencias no llegan o resultan poco satisfactoria. Hacer crecer a Jon desde luego impacta y su paso a la adolescencia probablemente se vea motivado por el interés de Bendis en La Legión, pero no ha profundizado en las consecuencias de ello. Lo más, un mínimo diálogo entre el Doctor Destino y Superman. Además también trajo de vuelta a Conner Kent en Young Justice. Sin duda aprecia a Superboy (cualquiera de ellos), pero, ¿sabe qué hacer con los personajes? ¿Por qué hizo crecer al niño? Ahora con el guionista fuera de la colección se le está sacando partido a la idea, quizás fuera una decisión editorial con vistas a largo plazo, démosle el beneficio de la duda.
Si de golpes de efecto hablamos no podemos olvidarnos de la revelación. Esa por la cual será recordada la etapa, Superman desvela su identidad al mundo en el arco argumental La verdad. Una vez más la circunstancia no parece aprovechada. Algún momento emotivo se deja ver con sus amigos del Planet, pero la consecuencia palpable es un buen número de chistes en los diálogos. No hace tanto, llegando al final del New 52, Lois Lane revelaba al mundo la identidad del hombre de acero. A partir de ahí la serie cambiaba y se encaminaba hacia la saga los Últimos días de Superman, definitoria del personaje que además traería de vuelta al Superman actual. Con sus defectos, personalmente prefiero aquella a esta; aprovecha la premisa, cambia el estatus, se siente épica y agita de forma definitiva el árbol. Bendis implora tormentas, invoca tsunamis, erupciona volcanes y después…todo sigue igual.
Dejando de lado los momentos críticos, el día a día de la colección no logra interesar ni se siente grande en ningún momento. En todos los arcos sabes que Superman saldrá ganando, sin lograr una mínima incertidumbre en una lectura puramente alimenticia que no despierta pasión ni intriga y eso que se vale de artimañas muy claras y evidentes para conseguirlo. Un pasar de páginas mecánico que, ya sea en Superman donde se trabaja una serie superheroica o en Action Comics donde se centra algo más en la vida del Planet (de nuevo, sin indagar en ningún secundario) o en tramas más detectivescas, no emociona. Bendis fracasa en un su run con Superman entregando un cómic en el mejor de los casos y siendo generoso, entretenido, muy lejos de las aspiraciones que tiene una etapa con sucesos decisivos en la vida de nuestro héroe.
A favor…Linda Park
Muchos de los que aquí están se muestran contrarios al trabajo de Superman de Bendis. La llegada del guionista fue todo un terremoto mediático, pues el arquitecto del Universo Marvel dejaba la editorial donde lo fue todo para dar el salto a la competencia. La serie de Superman no tenía problema alguno, el trabajo de Tomasi resultaba intimista y especial, por lo que pocos esperaban que le quitaran la serie para relanzarla en manos de Bendis. Llegar de esta forma a una serie hace que los lectores miren con recelo la maniobra, lo que no es bueno para Bendis. Y aún con todo en contra acometió la misión que se le encomendó, relanzado al personaje a través de una primera miniserie en la que se presenta a un nuevo villano que reescribe retroactivamente el pasado el personaje. Bendis ha llegado para remover el fondo del armario y no tiene miedo a nada.
Y esa es la máxima de todo su trabajo con el personaje. Bendis ha llegado a la serie para romper moldes, tomar lo establecido, cambiarlo, llevarlo a un nuevo punto y aportar frescura a un concepto que siempre parece mostrarse inamovible para satisfacción de los lectores. La vida es cambio y eso es lo que aplica Bendis sin temor alguno.
Muchos acusan Bendis de rehacer el trabajo realizado con Jon para amoldarlo a sus propios intereses. ¿Qué guionista no lo ha hecho antes? La necesidad de cambiar a Jon está motivada por la llegada de la Legión, de darle un sentido nuevo a un grupo que también se mueve siempre entre la renovación y el clasicismo más enervante. Y eso es lo que hace Bendis, unificarlo todo.
Pero tal vez el cambio más grande y a la vez más polémico sea el de la identidad secreta de Superman. La gran jugada, el gran cambio, romper con algo que hoy en día no es sino ejercicio de mofa. Eliminar algo que hoy no se sostiene es valiente, es una locura, claro que lo es, pero es un paso necesario que abre nuevos caminos a explorar. Da miedo, ¿verdad? Así funcionan los cambios.
Y mientras tanto teje su gran historia de espionaje, con Leviatán al frente, recuperando al Superman más cósmico, más espectacular, con enemigos brutales a los que no siempre hay que vencer a puñetazos.
Y es que viendo su etapa al completo uno entiende que lo que Bendis ha hecho no es sino sacudir el árbol, para ver que podía caer, con el fin de cambiar el estatus del personaje. Una renovación distinta a la que se ha visto en otras ocasiones, pero perfectamente válida. Los cambios han generado atención mediática, han posicionado a los lectores, que llevaban, tal vez, demasiado tiempo leyendo lo mismo, para poner a Clark/Superman en una situación novedosa desde la cual poder trabajar en nuevas direcciones. No ha sido un trabajo fácil. Lo que Bendis ha dejado sobre la mesa le ha generado más dolor que alegrías. Sin embargo, el tiempo nos dirá si lo que Bendis realizó acaba por asentarse o por el contrario es flor de un día. Y que no lo es al final cuando el tiempo pasa…
HARLEY QUINN Y LAS AVES DE PRESA
La idea de Aves de Presa empezó a tomar forma a mediados de los años noventa. Fue en noviembre de 1995 cuando llegaba al mercado el especial Canario Negro / Oráculo – Aves de Presa, con guion de Chuck Dixon y dibujo de Gary Frank. Las ventas no fueron especialmente glamurosas, conformándose con 37.500 ejemplares, pero estaba destinado a poner en marcha una serie de engranajes que acabarían por derivar en una serie regular que llegaría al mercado en 1999 y que, tras 127 números, se cancelaría en 2009.
La idea no nació en la mente Chuck Dixon o Gary Frank, sino en la de la del editor Jordan B. Gorfinkel, que responde a esa imagen de hombre orquesta, polifacético, inquieto creativamente hablando, dedicándose a múltiples facetas como el dibujo, la producción de series de animación, músico vocalista y editor de DC Comics durante toda una década, siendo el responsable de toda la línea de comics de Batman, con su mayor aportación al Caballero Oscuro al editar la saga Tierra de Nadie y el este especial. Un especial que tuvo una larga gestación, pues Gary Frank se tomo más de un año para completarlo, estando su apartado gráfico a la altura del objetivo de la obra: lanzar un nuevo concepto de serie que rivalizara con la otra gran serie de DC protagonizada por una mujer, Wonder Woman.
La idea de aves de Presa evolucionó para pasar a ser el título de la serie regular, no hay que olvidar que el especial hacía mención a sus dos protagonistas en la cabecera, con el subtítulo de Aves de Presa y nunca se autodenominaron de tal forma en su interior hasta la publicación del número 86 USA.
Fue en la serie regular donde eclosiono un grupo compuesto por mujeres, diferente, bajo la tutela de Dixon hasta que en 2003 (número 56) pasaron a ser guionizadas por Gail Simone que condujo la serie hasta su final en 2009, añadiendo al grupo a la Cazadora. En España se ha publicado todo e trabajo de Dixon y algo de Simone cuando Norma tuvo los derechos de DC (números 56- 61 USA) en 2005. EL resto del material continua inédito en nuestro país.
En USA, tras la cancelación en 2009, la serie recibió una nueva oportunidad en 2011, de la mano de Duane Swierczynski y de los artistas Jesús Saiz y Javier Pina, dentro de los Nuevos 52, con un grupo con Batgirl (antigua Oráculo) y Canario Negro, a las que se unían Katana, Hiedra Venenosa y la desconocida Starling. Una serie que como casi todo lo que tuvo que ver con los Nuevos 52 no encontró su sitio y acabó perdiéndose cuando en DC llegó Renacimiento. Cabe mencionar que el grupo tan solo contó con un miembro masculino en sus filas, Halcón, cuando Paloma y él pasaron a engrosar sus filas.
En Renacimiento la serie se tituló Batgirl y las Aves de Presa, que reunían al grupo original, más la Cazadora, en un intento de recuperar el sabor de ataño de la serie de los noventa. Algo que no se consiguió.
En la actualidad el grupo se niega a caer en el olvido. Han dado el salto a la gran pantalla, han tenido ya un especial escrito por Brian Azzarello y dibujado por Emanuela Lupacchino, dentro del sello Black Label, de pobre factura en lo literario. Ahora llega una nueva incursión del grupo de la mano de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, también para el sello Black Label donde, en un claro acercamiento a la película de 2020, aparecen todas sus protagonistas, cuando Harley Quinn decide regresar a Gotham para realizar un trabajo que implica al Joker.
Amanda Conner y Jimmy Palmiotti tienen un largo recorrido con Harley. En su mano el personaje fue adaptado a los tiempos actuales y esta obra vienen ser como el broche final a su trabajo. Cuatro entregas reunidas en un solo tomo, con el particular estilo y humor de este dúo de artistas, que exprimen la fórmula que tan bien les funcionó en la serie regular, trasladando el ambiente y tono de la película a las viñetas, pero sin perder su propio estilo en ello.
DCSOS: PLANETA MUERTO #07
A estas alturas, podemos definir DCsos y todo lo que involucra al cosmos que se ha creado alrededor de tan manida idea como apuesta personal de su autor. En concreto, resuenan declaraciones suyas en los primeros escenarios del tebeo, hablando del proyecto como uno sobre el que no cabía el error, llegando a referirse al mismo como éxito asegurado. No las tenía, no obstante, todas consigo, habida cuenta de que su origen no se trate de uno poco explotado en absoluto. Esto, unido a la amplia colección de vicios presentes en productos relacionados con zombies así como la experiencia vivida en tebeos similares, podría haber decantado la balanza por el lado equivocado. Por suerte, hablamos de Tom Taylor. Y eso es sinónimo de calidad.
En Planeta Muerto ha dado el paso que no se atrevió o quiso tomar con Inmortales, dando un salto al futuro y permitiéndole ello avanzar en la historia y conclusiones que dejó la primera serie. Fundamentalmente, ahondar en la nueva configuración de la Liga de la Justicia, sus nuevos (y antiguos) miembros y la imposibilidad y dificultad a la hora de tomar mantos tan ilustres como los de Batman o Superman. Una de las principales inquietudes del escritor de Escuadrón Suicida es precisamente el estudio acerca de la familia, entendiendo por tal no la concepción clásica y más aceptada del término sino a la camaradería absoluta que puede, de un modo fascinante, nacer en un grupo de personas muy distintas.
Los diálogos siguen tan afilados como de costumbre y la caracterización de personajes tan adecuada. Es normal, independientemente de la historia, preocuparse e involucrarse emocionalmente con los conflictos por la facilidad para encariñarse con los héroes y la personalidad que les desarrolla y aporta su escritor. Como ya hemos aprendido, esto puede funcionar para bien… o para mal. Cuidado con el cariño.
El dibujo de Trevor Hairsine continúa funcionando sin gran espectacularidad pero con oficio, sin limitar en ningún caso las posibilidades del argumento. Sabe captar la emoción de las escenas principales, con un trabajo particularmente elaborado a la hora de retratar la expresividad de los personajes.
El héroe de ocasión, John Constantine, y el papel que ha tenido a lo largo de la miniserie resulta la principal aportación que deja este Planeta Muerto. Sus inquietudes y aprendizaje constante, así como la capacidad de adaptación a todo que tiene a su alrededor, resultan un regalo para el fan. Por su parte, también se guarda una conclusión controvertida y que dará seguro pie a debate entre los aficionados.
BATMAN CABALLERO BLANCO PRESENTA: HARLEY QUINN #06
Harley Quinn dentro del universo de Caballero Blanco es alguien distinta de la versión que los lectores tenemos de ella. La chica no se enamora del Joker sino de Jack Napier. Igual que el payaso de pelo verde es diferente del habitual, también lo es la arlequina. Esto repercute en una nueva interpretación de la mujer que mantiene una relación especial con los dos personajes y enemigos más famosos de Gotham. Circunstancia buscada recientemente en el universo canónico, de forma mucho más forzada, pues desde su concepción el personaje no aspiraba a semejante papel, como sí ocurre en el Murphyverso. Cercana a Batman, en este mundo sin Catwoman (al menos por ahora) es Harley quien, en cierta forma, toma el rol de la mujer gato.
Sean Murphy había sido el autor completo de todos los capítulos de Batman: Caballero Blanco, a excepción del Especial Von Frio, dibujado por su amigo y leyenda del cómic, Klaus Jansen. Un especial encuadrado entre los números 6 y 7 de la segunda serie que resulta una cruda historia sobre las injusticias del nazismo que ambos autores están encantados de realizar juntos, nacida de sus largas conversaciones como constata el propio Murphy en el prólogo del cómic. Un añadido con un claro carácter de complemento a la serie principal, que aporta humanidad y trasfondo pero que por ritmo (en el Murphyverso se suceden los acontecimientos trepidante y constantemente) no casa con la línea principal. Un gran suplemento (pudiendo ser leído de forma independiente) que enriquece, pero que no es necesario estrictamente, cuya realización probablemente se deba al placer que produce trabajar junto a un buen amigo e ídolo de juventud. Harley Quinn no es ese cómic. En esta serie, el universo de Caballero Blanco se expande y muestra una mirada a los personajes que han nacido de la pluma y el lápiz de Murphy.
El autor de Punk Rock Jesus siempre ha tenido muchísimo mimo por su propio cosmos que se rige por una férreas reglas que reflejan el estilo y las inquietudes de Murphy. Estas normas las entrega en el siguiente manifiesto:
Si hago una secuela establezco mis propias normas en ‘Caballero Blanco’, aquí están mis promesas a los lectores:
1. Cuando alguien muere, se queda muerto.
2.Cada número sale a tiempo.
3. Sin globos de narración, a menos que sea una voz en un flashback.
4. Nada de números excesivos de variantes que llenen las librerías. Como mucho habrá dos: la portada principal y una variante para los colectores apasionados.
5. Habrá, por lo menos, un vehículo increíble en cada número.
6. Nada de entradas a otras series o eventos. ‘Caballero Blanco’ será fácil de entrar, leas cómics o no.
Toda una declaración de intenciones y una buena muestra de lo claro que tiene el autor cómo debe ser su universo. Para alguien que pone tanto celo en que sus cómics salgan bien, no debe ser fácil dejar a otros ocuparse de su creación. Desde luego, Harley Quinn no es encargada a cualquiera.
Katana Collins publicó su primera novela en 2012, Soul Stripper, autora de género romántico en todas sus vertientes, cuenta con más de quince libros publicados. Este acercamiento a Harley Quinn es su primera incursión en el mundo del cómic. Murphy tiene la confianza de que su pareja escriba su universo. Sin duda, el matrimonio habrá hablado largo y tendido sobre Caballero Blanco y Collins habrá sido testigo de todo el proceso creativo y de la concepción del cómic original, allá por el año 2017. Todo un lujo para Murphy poder ceder el testigo a alguien tan apegado a su trabajo. La guionista entiende a Harley, tiene un buen concepto del ritmo, escribe acertadamente los diálogos y caracteriza correctamente cada personaje del libro. Sin alardes, tan solo con buen hacer, convierte este cómic en una grata lectura con un guion a la altura del resto de series del Murphyverso.
Con el guion resuelto, queda un tema muy importante, el dibujo. Caballero Blanco siempre ha exhibido una enorme atención a los detalles, hasta un nivel enfermizo. El artista elegido debía mantener estas características y asemejar los personajes a las versiones de Murphy, en la medida de lo posible.
Matteo Scalera es un artista italiano con una larga carrera dentro del cómic americano. En Marvel ha trabajado en Hulk o los Vengadores. En DC se ha prodigado menos y se le ha podido ver esporádicamente en Batman. Dentro de la escena indie, destaca su trabajo en Ciencia Oscura junto a Rick Remender con un resultado sobresaliente. El guionista es un viejo conocido de Murphy, también han colaborado juntos en Tokio Ghost, y es que al autor de Clase Letal tiene un gusto exquisito para elegir a sus compañeros de trabajo. Scalera tiene una muy buena narrativa, una elegante composición de página y posee un trazo similar al de Murphy, resultando el artista idóneo para esta secuela. El dibujante no solo logra que sus personajes se parezcan a los del autor principal sino que también se equipara al excelso nivel de detalle de las obras pretéritas, logrando el ambiente correcto al universo. Cuenta con el color del reputado Dave Stewart, sustituto del no menos importante Matt Hollingsworth, colaborador habitual de Murphy, no solo en esta serie de Batman, sino también en la mencionada Tokio Ghost. La conjunción Scalera/Stewart da un aspecto más pictórico pero tremendamente coherente con los capítulos anteriores. La diferencia en el arte le viene bien al personaje dotando de personalidad propia un cómic, ansioso por corresponderse con el resto de la saga, pero único gracias al desempeño de sus autores. Murphy y Hollingsworth, colaboran en el spin-off encargándose de las portadas. Siendo los jugadores “titulares” del universo, se relajan en esta entrega y otorgan cubiertas excesivamente similares entre sí, algo por otro lado común al mundo del cómic actual.
Harley Quinn tiene lugar tras los hechos acontecidos en La Maldición del Caballero Blanco, que a su vez continúa Caballero Blanco, por lo que no es una lectura independiente. Puedes leerla sin conocer las historias anteriores pero van a referenciar a las mismas despertando interés por ellas, por lo que posiblemente acabarás leyéndolas igual. Así, dos años después de los sucesos del anterior volumen, Harleen debe lidiar con la maternidad, representada de forma desmitificada, honesta y nada idealizada, al mismo tiempo que lucha por encontrar al nuevo asesino en serie de Gotham, con aires de imitador del Joker, lo que inundará la mente de la mujer de constantes recuerdos, como si ella de por sí no fuera propensa a tenerlos. Un cómic bien escrito y fabulosamente dibujado que explora esta versión de Harley Quinn de forma acertada mientras expande el universo de Caballero Blanco. Este mes se publica la conclusión en la última salida de novedades, el día 27 . Aquellos que seguimos la serie en grapa no nos lo pensamos perder. Muchos se han acercado al universo del Batman de Murphy por los tomos unitarios, esta serie también será recopilada próximamente por ECC, su calidad disipa toda duda posible. Murphy es principalmente conocido por su increíble y detallado dibujo. Punk Rock Jesus le inicia como autor completo. Batman: Caballero Blanco le consagra como tal, en parte, gracias a la popularidad del personaje. Y este spin-off de Harley Quinn le destapa como un gran “editor” capaz de encontrar la guionista adecuada y el dibujante más indicado para su universo.
Jóvenes Titanes: Tercera temporada – Yo fui Robin
Llega a las librerías especializadas la tercera temporada de los Jóvenes Titanes. Una buena ocasión de continuar las aventuras de estos nuevos héroes, distintos pero que por dinámica llegaron a recordar en tomos pretéritos a aquellos que engancharon a toda una legión de seguidores, los Nuevos Jóvenes Titanes de Wolfman y Pérez. La serie de los 80 fue uno de los mejores cómics de la década (y el más vendido de la editorial) con un delicioso equilibrio entre el desarrollo de personajes y la acción, con aventuras divertidas y espectaculares. Los Jóvenes Titanes aparecieron por primera vez en la colección The Brave and the Bold, versiones adolescentes de Wonder Woman, Flash, Batman y Aquaman. Estos consiguieron serie propia en el año 1966. Años después, Wolfman impulsó su relanzamiento, tras presentarse previamente en DC Comics Presents (como ocurrió con la serie original presentada en The Brave and the bold) mediante un sueño muy real de Robin que gracias a un vistazo a Raven, advertíamos como cierto, nace New Teen Titans en 1980. Al guionista le gustaba crear nuevos personajes y centró la trama y sus esfuerzos en Cyborg, Starfire y Raven, nuevas y desconocidas incorporaciones, como también ocurre en la serie de Glass. El éxito de la serie no solo se basa en el guion de Wolfman, siendo indispensable, Pérez también es parte fundamental. Sus equilibradas composiciones de páginas, el diseño de personajes o de los entornos a los que viaja el grupo son impresionantes, uno de los mejores dibujantes que ha dado el medio que supone todo un disfrute visual. El propio Pérez recordando la serie con motivo de su 40 aniversario subrayó ¿Quién es Donna Troy?, Un día en la vida, El contrato de Judas y Fugitivos como lo más destacado a su parecer de la histórica cabecera. Todo el gran trabajo de Wolfman y Pérez en los Titanes los posiciona como leyendas del medio. Más aún siendo los autores del gran crossover de la historia de DC (y del cómic superheroico) Crisis en tierras infinitas. El guionista puso el broche de oro a la magnífica serie de artículos realizada por mis compañeros del monumental evento con motivo de la edición XP de reciente publicación por parte de ECC.
Al igual que en la obra clásica, en estos Titanes todo encaja como debe, la trama siempre es impulsada por las coherentes acciones de los personajes. Salvando las distancias (mucho) Bernard Chang es muy importante en estos nuevos Titanes, pues sin su dinamismo y expresividad en los dibujos, el guionista carecería del apoyo necesario para conseguir que el cómic llegue a impactar al espectador. Los personajes nuevos tienen un importante papel, como ocurría en la serie clásica, aunque Glass siempre exprime sus propios recursos, jugando acertadamente las cartas ganadoras y así ir convirtiendo las menos interesantes en sugestivos recursos, aun cuando no deja de referenciar la mítica cabecera.
Damian Wayne es el personaje más conocido que integra el grupo, ejerce como líder y las tramas giran en torno a él. Siendo una serie coral, realmente lo es, el hijo de Batman es quien adquiere un mayor protagonismo. Un papel que no le sienta nada mal al soberbio imberbe, tampoco a la trama, bien sustentada en Robin pero perfectamente repartida entre el resto de integrantes, un elenco con varios personajes nuevos que a priori no interesan en absoluto, pero que gracias a la gran caracterización de la que hacen gala enseguida calan en el lector. Crush, la hija de Lobo, el personaje badass del equipo. Medio humana medio czarniana ya vimos en el volumen anterior lo “bien” que se lleva con su padre. Crush y Lobo han obtenido recientemente serie propia con Mariko Tamaki y Amancay Nahuelpan (más del excepcional artista chileno en este magazine) Emiko, Red Arrow, hija de la letal asesina Shado, es uno de los personajes con más grises, aliada habitual para los excesos de Damian. Wallace West, Kid Flash el héroe de la formación, siempre dispuesto a ayudar y a tratar de hacer lo correcto. Roundhouse es el alivio cómico. El simpático azul tiene poderes increíbles, problemas familiares y un importante papel en una trama principal del cómic. Djinn, una genio mágica de 4000 años de edad. El personaje más poderoso, aislado del mundo trata de aprender a vivir en él, pero un triángulo amoroso con Damian y Crush solo puede complicar las cosas. Unas definiciones estereotipadas que pueden generar dudas, pero el paso de los números otorga matices a cada personaje convirtiéndolos en únicos. Los acertados diálogos y la buena introducción y conjunción de los elementos en la trama hace de este grupo de Titanes una de las mejores series de equipo de la editorial, a la altura de la mucho más reverenciada Escuadrón Suicida de Taylor y Redondo. Con elegancia, Adam Glass, interesa en cada arco argumental que plantea, homenajeando el pasado, sin tan solo copiarlo o ponerlo en la palestra sin talento, ambición o ideas propias. Los diálogos, las acciones e impulsos de los personajes están perfectamente justificados, el guion se retroalimenta continuamente siendo coherente en todo momento sin dejar de sorprender por ello.
La serie puede recordar en cuanto a tramas a la clásica del grupo pero se distingue, no busca imitarla y logra infundir un inspirado enfoque a la franquicia de los Titanes. Un aire fresco que le hacía mucha falta y que se traduce en satisfacción para los aficionados. Estos tomos de los Jóvenes Titanes están agotados. Ahora Robbie Thompson (con Glass implicado en algunos capítulos del tomo) y dibujantes como Eduardo Pansica, Jesús Merino y Javier Fernández se hacen cargo de la serie. Muchos de los que acabaron con las existencias seguirán a este nuevo equipo artístico. Buenos mimbres tienen para acabar la etapa, donde una vez más recordaremos la serie de Wolfman y Pérez, a su Dick Grayson y su paso de Robin a Nightwing. En esta tercera temporada, Damian Wayne, el actual Robin, haciendo patente su personalidad y de manera distinta, buscará su propio camino al igual que hiciera su “hermano”. Un tomo donde también asistiremos a las Djinn Wars que prometen poner al equipo una vez más patas arriba. Una etapa de los Titanes que no debes dejar pasar, si puedes encontrar los primeros tomos hazte con ellos y continúa por este tercero, es una gran serie, una cabecera apartada de los focos bien merecedora de ellos.
MORTAL KOMBAT
El 8 de octubre de 1992 llegó a los salones recreativos de Estados Unidos un videojuego de peleas de Midway titulado Mortal Kombat. Este juego revolucionaría un género en plena efervescencia por títulos japoneses tales como los Fatal Fury: King of Fighters y Art of Fighting de SNK, o el mítico Street Fighter II de Capcom. La entrega creadora de los «Finish him/her!» y sus Fatality llegaría a las consolas domésticas en 1993, mientras su secuela Mortal Kombat II ya había llegado a los arcades y posteriormente el año siguiente también acabaría en consolas. En 1995 llegaría tanto en arcades como consolas el Mortal Kombat 3, mientras que su ampliación Ultimate Mortal Kombat 3 lo haría en arcades ese mismo año para llegar en consolas domésticas en 1996. Justamente en esos años llegaron a España los cómics ambientados en las épocas de las 2 primeras entregas.
Publicado en Estados Unidos por el sello editorial Malibú, fueron de las últimas obras antes de cerrar el sello y ser adquiridos finalmente por Marvel. Viendo como evolucionó la franquicia, uno se pregunta si estos cómics hubieran tenido un revivir de haber sido DC Comics. En cualquier caso aquí en España fueron publicados en su día por Norma Editorial. La serie principal era Mortal Kombat: Sangre y Trueno, que estaba prevista tener 12 números. Finalmente quedaron en 6 números, teniendo un séptimo número que en realidad eran los 2 números de Mortal Kombat: Edición del Torneo. Otras mini-series que llegaron a publicarse fueron Mortal Kombat Goro: Príncipe del Dolor de 3 números y Mortal Kombat: Battlewave, que recopiló los 6 números en dos pequeños tomos.
No todo llegó a España de aquella época, puesto que también hubo un Mortal Kombat 0, que fue un resumen de la saga Sangre y Trueno y que servía como introducción a la mini-serie Battlewave. También hubo un par de números de Mortal Kombat: U.S. Special Forces, una mini-serie de Rayden y Kano (si, en los primeros años había conflicto con el Raiden de King of Fighters), así como one-shots dedicados a Kung Lao; Baraka; Kitana & Mileena; los nuevos personajes introducidos en MK2. También hubo un número que servía de enlace entre el final del primer videojuego con el segundo, titulado Mortal Kombat: Tournament Edition 2, que transcurre ya durante los eventos de la segunda entrega. Obviamente todos estos cómics están llenos de secundarios que jamás han aparecido en un videojuego, para ser carne de Fatality para los protagonistas, ya fueran los héroes o villanos.
No fueron los únicos cómics publicados, ya que varias entregas tuvieron números publicados por la propia Midway como prólogo/presentación del videojuego. Guionizados y dibujados por el co-creador de la saga John Tobias, tuvimos Mortal Kombat Collector’s Edition y Mortal Kombat II Collector’s Edition – el cómic oficial con más discrepancias con lo establecido posteriormente en la saga de videojuegos -. En Mortal Kombat 4 aún estaba la firma de John Tobias, si bien ya estuvo guionizado y dibujado por otros autores. Tras el resurgir de la franquicia con Mortal Kombat: Deadly Alliance, su secuela Mortal Kombat: Deception también tuvo un cómic introductorio de la trama, así como varias ilustraciones y bocetos de personajes que debutaban y/o regresaban a la saga para esta sexta entrega.
La última entrega publicaba bajo Midway también tuvo un número especial introductorio, pero no fue auto-publicado. Al ser la octava entrega el Mortal Kombat vs DC Universe, este fue publicado por la editorial que daba el visto bueno al cruce. El número fue muy especial porque fue dibujado con John Tobias, que regresaba a la franquicia de forma puntual tras su salida ante el desastre que iba a ser Mortal Kombat: Special Forces, con el guión de John Vogel, quien había tomado las riendas de los guiones de la franquicia durante la etapa 3D, conquistando a una gran parte de los aficionados. El cómic nos presentaba como Shao Kahn y Darkseid estaban a punto de ser derrotados por los héroes de sus realidades, y en el último momento escapaban para emerger como un único ser llamado Dark Kahn, quien sería el jefe final del cruce entre ambas franquicias.
Tras esta entrega Midway quebró, y las diferentes compañías de videojuegos empezaron a adquirir las distintas franquicias producidas. Warner Bros no dejó escapar la oportunidad de seguir trabajando con el equipo de Ed Boon, que pasó a llamarse NetherRealm Studios, para que la franquicia Mortal Kombat siguiera con vida. El precio a pagar fue que la saga ha estado intercalándose con otra igualmente popular: los Injustice. En esta tercera era 2.5D – gráficos 3D punteros pero jugabilidad 2D – nos deberían haber llegado mil y un cómics de Mortal Kombat… la realidad por parte de WB/DC Comics fue muy distinta.
Bajo Warner Bros Interactive Games la saga se reinició, porque si DC Comics lo iba a hacer con los Nuevos 52, que menos que lo hiciera cualquiera con quien se hubiera cruzado anteriormente en algún punto del multiverso. Mortal Kombat (2011) no tuvo cómic alguno, ya que recorría nuevamente la etapa 2D de la saga, así como un amplio Modo Historia que explicaba con bastante soltura todo lo ocurrido con el videojuego. Luego vino Injustice: Gods Among Us y su cómic Digital First a cargo de Tom Taylor se convirtió en un inesperado éxito en ventas pero sobretodo en críticas.
Esto pareció animar a repetir el experimento con la siguiente entrega de la saga, ya que los acontecimientos del Mortal Kombat X daban un salto de 20 años tras el final visto en la anterior entrega. Eso daba mucho margen para colocar historias sin afectar al videojuego, además que se introducían un montón de nuevos personajes, cosa que no pasaba desde la sexta entrega. Estos cómics han sido publicados integramente por ECC Comics en 3 tomos recopilatorios: Mortal Kombat X: Lazos de sangre, Mortal Kombat X: Dioses de sangre y Mortal Kombat X: Isla de sangre. Este mismo mes además ECC publicará Mortal Kombat X, un omnibus de 400 páginas que recopila las 12 grapas (36 Digital First) de la precuela escrita por Shawn Kittlesen, quien estuvo acompañado de artistas como Dexter Soy, Daniel Sampere o Igor Vitorino.
Estuvo planeada una segunda temporada de los cómics, quien iba a cubrir huecos que nos ha dejado la saga de videojuegos hasta la fecha. Desafortunadamente, ya fuera porque los planes para Mortal Kombat 11 acabaron cambiando, o simplemente porque las ventas no lo justificaron, estos han sido los últimos cómics de la franquicia hasta el momento. Incluso en su día Gail Simone comentó que iba a escribir cómics de Mortal Kombat, comentando que a diferencia de las editoriales de cómics como DC o Marvel, en los videojuegos para informarte sobre personajes, historias canónicas y demás elementos de su universo, había que recurrir a los aficionados puesto que las compañías no suelen tener registros de todos estos elementos. Tampoco Ed Boon ha sido muy aficionado a sacar la saga más allá de los videojuegos, a pesar de las películas, series de animación y actores reales, así como los cómics ya mencionados.
La saga en los próximos años tendrá una 4ª etapa/era tras el cierre visto en Mortal Kombat 11: Aftermath. Antes de la doceava entrega de la franquicia no sabemos que se vendrá. Lo lógico es pensar un Injustice 3, pero los rumores también apuntan que tras los videojuegos de Square-Enix de los Vengadores y Guardianes de la Galaxia, se podría venir un juego de peleas de Marvel. Tras un enorme descontento con Capcom, puede que veamos vengadores y mutantes pegándose cual sueño húmedo de Brian Michael Bendis. O quizás directamente será un Marvel vs DC, siendo el sueño húmedo del propio Boon y de miles de aficionados, a falta de un imposible MK vs SF. Tras ello veremos si la política sobre expandir el universo Mortal Kombat en las viñetas habrá quedado enterrado para siempre, o se vendrá una nueva época dorada para este nuevo universo… o para seguir sacando tajada del clásico/moderno conocido para la mayoría.
WONDER WOMAN TIERRA UNO VOL. III
La gran sorpresa de las novedades del mes de ECC Ediciones es, incontestablemente, la épica conclusión a la aventura desarrollada a lo largo de tres tomos por parte de Grant Morrison y Yanick Paquette. De todas las obras contenidas en Tierra Uno (iniciativa que involucra a muchos de los grandes personajes de DC Comics), esta WW es la que mejor ha sabido entender sus posibilidades, con una notable aproximación a la amazona. El talento descomunal de Morrison se demuestra en este tipo de tebeos en los que puede acomodar su talento al desarrollo de una historia protagonizada por los héroes y heroínas de niñez. Se presentó (y fue durante aproximadamente treinta segundos) como la última obra del escocés para la editorial, lo cual da cuenta de la importancia que guardaba para sus autores publicar un final que les satisficiera.
Para ello, toma buena parte de lo presentado en las dos obras anteriores, combinándolo con otras nuevas que permiten hablar de la misma como algo novedoso y original. Reaccionando ante la realidad desde su propia visión, construyendo un mundo distinto, particular, que se opone en buena medida a lo que percibe de los tiempos actuales. Es tan imposible como inadecuado desligar el tebeo de la historia reciente mundial, fundamentalmente en lo que involucra a EEUU.
El arte vuelve a ser brillante, particularmente a la hora de definir la presencia y poder de Diana. Un personaje de su entidad requiere de un dibujante que entienda no solo su personalidad, sino también las posibilidades que guarda disponer de ella en una escena. El diseño ha de ser efectivo, único, y Paquette resulta el artista adecuado. También lo es por la construcción del espacio, con equilibrio entre lo moderno y lo primitivo, así como las posibilidades que ofrece el legado de la mitología griega, tan presentes en la octogenaria trayectoria de WW. A su vez, elabora una amplia galería de disposiciones de viñeta e ideas que completan un trabajo notable.
La caracterización de la protagonista en el guion es, de igual modo, muy adecuada. Su intervención en la historia y la reflexión principal sobre temas de la entidad de la guerra, paz o libertad, hace que recordemos la categoría del personaje y la posición que ocupa (y ha de ocupar siempre) en la insondable infinidad de mundos deceítas.
BATMAN / CATWOMAN #01
Aproximadamente hace un año, finalizaba la publicación en nuestro país de la etapa de Batman guionizada por Tom King (con dibujantes ilustres de la talla de Mikel Janín, Jorge Fornés y Mitch Gerads). Una decisión controvertida por parte de DC Comics, precipitando la conclusión de la misma, con más de una docena de números programados todavía por publicar. Inmediatamente después, se daba anuncio de una miniserie de doce números Batman/Catwoman, del propio King con Clay Mann al dibujo. ¿Una oportunidad para que el primero diera final a los frentes abiertos durante los últimos años o una ocasión de oro para subvertir las expectativas y crear algo nuevo?
El arranque, contenido en esta primera grapa, es un bofetón a muchas concepciones previas que el lector pudiera tener después de su etapa. Sin matizar en exceso su estilo literario, sí ofrece una nueva aproximación al conflicto y sus personajes, y es entonces, precisamente, cuando mejor y más cómodo se siente con su historia. Es una obra interesante desde la elección del protagonista principal, decantándose acertadamente por Catwoman en detrimento del murciélago. No es una sorpresa a estas alturas comprobar lo mucho que le gusta al escritor de Mister Milagro disponer de la gata en sus guiones. La presencia de tres momentos temporales distintos para narrar le permite desarrollar distintas personalidades e ideas en cada uno de ellos, estudiando su figura con una meta concreta que el lector irá descubriendo a lo largo de los meses. En cuanto a Batman, también dispone de aspectos atractivos, en la línea de lo que vino tratando (y no dejaron continuar) en la serie principal. La intimidad que veíamos en los arcos principales vuelve a hacer acto de presencia, con una química potente y asombrosa, comiéndose cada viñeta en la que se desarrolla.
En lo relativo al arte, tenemos al controvertido Clay Mann. Para esta ocasión, su arte funciona particularmente bien en los momentos íntimos de la pareja, entendiéndose con el guionista a la hora de trazar la personalidad que quieren dar a la historia. Sigue exportando, no obstante, toda su colección de vicios a la hora de disponer el dibujo y que el lector reconocerá de inmediato, para bien o para mal, dependiendo de la opinión que tenga cada uno de su estilo, continuista con lo que ha demostrado en obras como Héroes en crisis.
Primer número, primera pieza sobre el tablero. Una miniserie esperada y única que dará mucho que hablar en los próximos meses.
BATMAN A TODO GAS
Batman: A todo gas es una nueva incorporación al amplio catálogo que la Editorial Hidra tiene publicado en nuestro país de novelas gráficas de DC Comics, DC Kids o Young Adult. Esta obra en concreto está encuadrada dentro del sello DC Kids, indicado especialmente para los más pequeños de la casa con trabajos tan destacados como Superman de Smallville o El cuaderno secreto del chico del pantano.
Dos autores habituales de la línea se ocupan de este Batman: A todo gas, a ambos se les ha podido ver en DC Super Hero Girls, se trata de Shea Fontana y Marcelo DiChiara que saben muy bien cómo entregar a los infantes entretenimiento y diversión. El trazo de DiChiara es apropiado, muy atractivo para su público objetivo y el guion de Fontana es capaz de introducir apreciables valores como la amistad, el perdón o la confianza de forma amena en una trama con una buena dosis de acción.
Un joven Bruce Wayne quiere descubrir el secreto del fallecimiento de sus padres. Entrena sus habilidades de detective y de combate, además de intentar arreglar un antiguo coche de su padre. Pronto se da cuenta de que no puede hacerlo solo, lo que le lleva a una travesía personal donde encontrará nuevos amigos (entre ellos Selina Kyle) y nuevos peligros que deberá superar para lograr sus objetivos. Un cómic que abraza la cultura del automóvil cuya versión de Batman podría recordar a aquel Bruce Wayne visto en la televisa Gotham, siempre pensando en su lector predilecto con todos los elementos aplicados y ambientados hacia él de forma que ninguna característica de la trama pueda suponer un problema.
WONDER WOMAN – HACÍA LA TORMENTA
No es la primera obra que gira alrededor de Wonder Woman dentro de la línea de obras DC Ink y DC Kids. Muchas son las que ya se han editado que giran alrededor de la figura de la amazona, desde su niñez a su etapa ya como adulta, como estudiante en el instituto con sus compañeras a esta que llega este mismo mes en la que una Diana adolescente va a dar el paso que la integrará con el resto de sus hermanas. Algo que se ve interrumpido cuando salva a varias balsas de refugiados que llegan a las costas de Themyscira. Un ejercicio innato a su propia naturaleza, que implica correr riesgos para poder salvar las vidas de aquellos que más lo necesitan… salvo que en medio del rescate la propia Diana se convierte en una refugiada en una tierra extraña.
Una historia que no es sino una forma de explorar el sentido del yo, el sacrificio, el descubrimiento de los limites personales y el sentimiento de pertenencia a un sitio, a un grupo, sin por ello perder la identidad que nos caracteriza.
Escrito por Laurie Halse Anderson (1961) que comenzó su carrera en las letras como reportara autónoma en periódicos y revistas. Un trabajo duro donde recibía más críticas que alabanzas. Hasta que recondujo sus esfuerzos en otra dirección, los libros ilustrados e históricos, donde tras la publicación de siete libros previos alcanzó el éxito de forma clara en 2009 con Wintergirls, donde trata el tema de la bulimia y la anorexia, recibiendo elogiosas críticas por el enfoque de su trabajo.
Un trabajo elegante, gracias al dibujo de Luca, que aporta una visión de Diana alejada de la estándar del Universo DC, con al que poder profundizar en temas muy cercanos a los lectores y lectoras a los que va dirigida.
PRIMER
Una de las grandes propuestas de la Editorial Hidra para el verano es esta rara avis superheroica. A diferencia de otros tebeos publicados como el sobresaliente trabajo Harley Quinn: Cristales rotos, de Mariko Tamaki y Steve Pugh, no se trata de un personaje reconocido o que cuente con una legión de fans. De la imaginación de Thomas Krajewski y Jennifer Muro, la obra nace con una intención muy clara: construir una heroína distinta con la que ambos pudieran sentirse identificados, partiendo de una idea que hemos visto trasladada en muchas ocasiones en las viñetas como es disponer de un personaje que tenga TODOS los poderes, no solo uno o varios. Con una influencia tan grande, ¿de qué capacidades podríamos estar hablando? ¿Qué retos se podrían llegar a superar y en qué medida podrían cumplirse unas expectativas?
La principal virtud exhibida se encuentra en la honestidad y amor con la que ambos se involucran en la historia, tratando temas delicados. Las distintas realidades que se encuentran dentro del concepto de familia, así como la dificultad a la hora de fundar un hogar y adquirir sentido de pertenencia a un sitio. Ashley es un personaje entrañable, con el que es fácil entenderse, apelando a tipos muy distintos de lectores, lo cual es la principal dificultad añadida a la hora de crear una aventura de estas características. También hay que destacar que rescata aspectos procedentes del folclore clásico de los superhéroes de la Editorial para subvertirlos y jugar con ellos, de un modo inteligente y que, sin duda, hará las delicias de los lectores más jóvenes.
El dibujo, por su parte, de Gretel Lusky es sencillamente impecable. Tal y como cuenta en su página personal, tanto como espectadora como artista tiene unas bases sólidas en las series de animación de los 90. Es fácil rastrear la influencia de productos de las características de la celebrada Banda del Patio en su trabajo, a la hora de determinar el diseño para la historia. Es fácil empatizar con los personajes tanto por cómo se les muestra en el guion como específicamente por lo adorables que resultan por el dibujo.
Por todo ello, tenemos una nueva aportación a un catálogo repleto de obras notables que resultan fascinantes tanto para los niños y niñas a los que va dirigido como para el adulto que, con mirada abierta, quiera conocer otro tipo de historias.
La Patrulla Condenada de Paul Kupperberg
¿Hay vida antes de Morrison? Desde luego que el personaje de Animal Man paseaba renqueante de serie en serie antes de su llegada, pero la Patrulla Condenada había tenido un revival justo antes de ser manejada por el genio de Glasgow. Tras las Crisis, Paul Kupperberg se hizo cargo del revival del grupo, durante el vilipendiado comienzo del volumen 2 de Doom Patrol. Si, he dicho vilipendiado, pero podríamos añadir criticado, menospreciado y olvidado. Por favor, si hasta el propio guionista aprovechó un encuentro con Arnold Drake, creador de los personajes, para disculparse. Sin embargo, en esta sección de clásicos a reivindicar me atrevo a hacerlo con este periodo, pero podríamos añadir a alabarlo, apreciarlo y recordarlo.
La Patrulla nació en My Greatest Aventure 80 (1963), de la mano de Drake y Bob Haney a los guiones y Bruno Premiani a la puesta en escena. Era un grupo de parias encabezados por el Jefe, Niles Caulder, que reunía a Robotman, Cliff Steele, el Hombre Negativo, Larry Trainor, y Elasti Girl, Rita Farr. Después de la sorprendente muerte del grupo a manos del propio Drake en 1968 (según parece, por desavenencias editoriales), los fascinados y ecléticos fans eventualmente pedían un renacimiento de la Patrulla. Precisamente uno de ellos sería el encargado de hacerlo, bajo la edición de Paul Levitz y en una colección que también perteneció a Drake y la cual era también era rescatada, Showcase (después de su cierre en 1970, volvía continuando la numeración original en 1977). Ese fan era Kupperberg, pero su ansia y juventud le han hecho arrepentirse mucho de aquellos primeros 3 números. Él era de la antigua escuela y se sentía mal por haber revolucionado un grupo olvidado con semejante revival, algo que actualmente sería lo mínimo a exigir. Sin embargo, bien valen la pena por el dinámico dibujo de Joe Staton y las muchas ideas puestas sobre el papel, entre otras: la resurrección de Robotman, la vuelta de la energía negativa, en este caso controlada por Valentina Vostok, y la creación de otros dos personajes que darían mucho juego, el desertor de Vietnam Tempest, Joshua Clay, y Celsius, Arani Desai, clamando ser nada menos que la esposa perdida del Jefe. Con esa presentación estuvo a punto de conseguir serie propia, pero en plena implosión de DC todo quedó en agua de borrajas.
Pero en la nueva DC del 1987 se presentaban tiempos de oportunidad y al fin llegó el turno de la Patrulla. Primero Kupperberg, acompañado de un pletórico John Byrne, hizo una prueba en Secret Origins Annual 1. Un pedazo de número de manual con el que se abrió la colección en España de La Patrulla Condenada gracias a Ediciones Zinco. Los críticos del guionista podrían estudiar esta grapa en la que con muy hábiles excusas se desgrana la historia del grupo de manera harto entretenida, cierto que Byrne contribuye al espectáculo como sólo él sabe hacer. Y a partir de ahí surge la serie propia, el volumen 2 de Doom Patrol que desgranamos en este artículo. El dibujante asignado es el apreciado Steve Lightle, que había deleitado a todos con su etapa en la Legión de Superhéroes. La primera trama comienza con una Arani segura de que su marido está vivo, pues ha encontrado su silla de ruedas prácticamente intacta. Recluta a Robotman y éste a Tempest de una manera muy traicionera. Aunque las razones son burdas, la manera en la que se intuyen las vidas que estos habían emprendido ya dota de la necesaria profundidad a los personajes. Este equipo cogido con hilos se entremezcla con los primeros pasos de la agencia Checkmate (también creada por Kupperberg en las páginas de Vigilante) y su la agente Vostok, la Mujer Negativa, dando lugar a una trepidante trama de espías. La saga hasta hace pinitos con el terror gracias al enemigo en la sombra, mezcla de Dr No y un personaje sacado de Hellraiser. Este resulta tener lazos con Arani y el mismo Caulder y entre sus sueños megalómanos se cuela la resurrección del Hombre Negativo original.
Cierto es que después la serie sufre un bajón. Según a confirmado Lightle, estaba programada (o al menos así se la vendió Dick Giordano, el editor de la serie) como una miniserie de 6 números. El éxito debió motivar la continuación, que no sólo supuso la marcha del dibujante (entre otras desavenencias con el editor), sino que parece que pilló al guionista por sorpresa. Éste mete una trama demasiado engañosa (un Jefe que finalmente no lo es…) y pijamera para este grupo (…el cual crea superhéroes con ínfulas). Y hablando de pijamas, Kupperberg comienza a introducir superhéroes como Lodestone, Rhea Jones, y Karma, Wayne Hawkins. En el arco debuta el que sería el artista más longevo de la etapa, un jovencísimo Erik Larsen, el cual, si bien se le ven las costuras en estos primeros números, no estaba sino cogiendo carrerilla.
A partir de este paréntesis creativo, la nueva pareja de artistas coge fuerza y la serie se convierte en trepidante. Aunque esta acción es la que más han criticado los acérrimos seguidores de la atípica Patrulla clásica, es decididamente rompedora y no te deja levantar la vista del tebeo. Un ejemplo de ello es el cruce con el Escuadrón Suicida de John Ostrander. Para un servidor ese número es el que marca definitivamente el tono de esta nueva Patrulla le pese a quien le pese. El propio Ostrander colabora en un guion que no tiene nada que envidiar a la mejor película de acción de la época, para lucimiento de un Larsen desatado que comienza a experimentar con la perspectiva. Y a partir de ahí un crescendo de mamporros con Shrapnel, Garguax y sus hombres de plástico, Metallo (con la ayuda de Superman), el Hombre Radiactivo, los Señores del Caos (con la ayuda de Supergirl y la primera aparición de Dorothy Spinner), el Hombre Animal Vegetal y Mineral, Inmortius… entre medio de la trama principal de la búsqueda del Jefe por parte de una obsesiva Arani en continuo enfrentamiento con el resto de miembros, junto con otras menores como la relación perdida entre Joshua y Valentina, la de los tejemanejes que les ponen la ciudad de Kansas en contra, o la de los “jóvenes patrulleros” a los que se le une Scott Fisher, un chavalito con manos radiantes. Y especialmente interesante, la de Larry, que pasa de amargado enfermo a traidor, deseando reencontrarse con la Energía Negativa que le daba poder.
No se puede negar la simplicidad con la que se acercan amigos o enemigos, con la que se trata la búsqueda del Jefe, o con la que la Patrulla se mezcla con la policía local, pero ¡estamos hablando de una colección de superhéroes ochenteros! El problema es la comparación con la primera etapa, un clásico, o con la posterior, una auténtica obra maestra. Sin embargo, considerada por si sola, es una serie entretenidísima y con personajes en continua provocación, con un dibujo rompedor y en constante evolución. El propio Larsen participó en la creación de Shrapnel, y se nota, se trata de un punto álgido de la serie. Su versión de Robotman es ciertamente para el recuerdo y su visión del Hombre Animal Vegetal y Mineral es simplemente asombrosa.
Pero todo se acaba y, justo con el esperado regreso del Jefe, al guionista le comunican que las ventas están cayendo y que le van a entregar a serie a una estrella en ascenso, una joven promesa inglesa que ha escrito la novela gráfica más lucrativa de DC y a revolucionado el medio con Animal Man. Encima Larsen se quita del medio y los tres últimos números de la etapa los dibuja el entonces novato Graham Nolan, que pese a cumplir correctamente y dejar alguna viñeta interesante, supone un bajón en las expresiones, los fondos y las composiciones. Para añadir más leña al fuego, Morrison dicta sus condiciones que incluyen eliminar a todos los juniors, Arani y a Valentina. Kupperberg cumple a rajatabla y habiéndose librado ya de Karma antes de la debacle, en los números relacionados con el evento Invasión le quita los poderes a Valentina y mata a Celsius de mala manera, dejando el misterio de si efectivamente se llegó a casar con Niles, que niega siquiera conocerla, en el aire. Incluso recupera a Dorothy en el funeral de Arani ante la perspectiva de Morrison de usarla en su próxima etapa. Es más, de dejar en coma a Lodestone y matar a Scott ni se ocupa su creador, lo hace Keith Giffen en el último número de la serie principal de Invasion.
Todo este mal sabor de boca final afeó una etapa rompedora, divertida y magistralmente dibujada tanto en su primera como en su segunda parte. Una etapa que merece la reivindicación aquí lanzada y ser reeditada en España, algo nunca hecho desde su publicación por Zinco hace ya 32 años. Además, DC comics la recopiló en el ómnibus Doom Patrol The Bronze Age en 2019, con lo que no hay excusa para ECC ¡Por soñar que no quede!
AMANCAY NAHUELPAN
Con motivo de la reciente publicación del especial Crush & Lobo, nos pusimos en contacto con su dibujante, Amancay Nahuelpan, para trasladarle algunas preguntas con las que poder conocer a este dibujante.
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo del cómic?
Siempre dibujé de pequeño, y me la pasaba haciendo y creando mis historias y todo eso. En el colegio creaba mis comics de principio a fin con superhéroes que inventaba y todo eso. Pero creo que cuando realmente empecé a ser consiente de estar creando un comic como tal, ya con más forma y cuerpo, fue en el colegio cuando hice mi primer fanzine. Una historia de un Detective de NY. Me encargue de fotocopiar y corchetear cada número que después vendía en el colegio y en un quiosco y una tienda de comics que había aquí en Temuco.
Ese diría que fue como el inicio, porque años después ya tuve la suerte de poder publicar en papel a todo color aquí en Chile mi obra Hijos de P.
Estudiaste diseño de interiores, ¿es una carrera a la que le sacas partido en tu labor como dibujante?
La verdad es que cuando entré a la carrera, afortunadamente ya manejaba una buena cantidad de cosas como el manejo espacial y todo eso que había aprendido precisamente de los comics. Pero sin duda lo que más aprendí de la fase universitaria fue la disciplina del deadline, y acostumbrarte a la crítica. Cuando estudias carreras prácticas, como diseño de interiores, donde tienes que presentar maquetas y que después los profes te descueren adelante, te sirve mucho en la profesión de dibujante, donde estas bajo la constante presión del deadline y el escrutinio público. O cuando estás empezando y recibes las críticas de editores que ven tu portafolio. Vas creando esa coraza para aceptar cuando te critican y rescatar lo bueno y aprendizaje de eso.
En menor o menor medida conocemos como es la industria del cómic en USA. Aquí en España resulta complicado para los autores poder vivir de sus proyectos siendo un sector que aún debe avanzar en muchos aspectos. En tu país publicaste Hijos de P con la extinta Caleuche Cómic. ¿Cuál es la situación de la industria del cómic en Chile?
Sin duda que tampoco es fácil vivir de crear comics sólo para el medio local. La gran mayoría de dibujantes trabaja para el extranjero ya sea en editoriales más reconocidas o con proyectos más particulares. Pero a pesar de eso la industria local está pasando por un buen momento, con mucho material de donde elegir, y editoriales grandes y chicas atreviéndose más y más a publicar y apostar por los creadores locales.
En Clandestino creas tu propio cómic como autor completo, ¿cómo definiste sus páginas? ¿Pensabas primero en el dibujo y luego en el texto o viceversa? ¿Qué tal la experiencia como autor completo?
Fue una experiencia entretenida pero agotadora, ya que me encargué de todo, desde el guion hasta el dibujo, color, rótulos y diseño del comic.
Lo primero fueron siempre las imágenes y ya teniendo una idea de lo que quería que apareciera en el comic, desarrollé la historia. Después de haber escrito todos los números pasé a dibujar las páginas.
Como escritor, además de dibujante, ¿Te interesaría guionizar una serie regular de DC Comics con la cadencia americana? ¿En cuáles te verías en el futuro?
Creo que de momento estoy muy a gusto solo dibujando, quizá por ahí i escribir una historia corta, pero por ahora no he pensado en abordar una serie o algo más largo como escritor.
Fuiste seleccionado por DC para su taller de futuros talentos, ¿qué nos puedes contar de esa experiencia?
Sin duda fue una de las experiencias más increíbles de mi vida. De esas que te marcan por siempre y de las que sólo tienes recuerdos gratos. Aprendí un montón de la industria y desde el punto de vista artístico. Poder aprender de los capos como Andy Kubert, Klaus Janson y Jim Lee fue fenomenal.
También formamos una amistad muy buena con los otros 5 seleccionados. Esas dos semanas que formamos parte del workshop fueron muy importantes para mi desarrollo como dibujante.
En años recientes, se ha producido un desembarco de creadores de distintas nacionalidades en la editorial DC en específico y en el mercado americano en general, ¿Cómo lo has vivido como autor y qué crees que ha cambiado tanto en el público como en las editoriales con ello?
Creo que la clave está en la diversidad artística. Eso es lo que parece llama el interés tanto de editores como del público lector. Como en España, por ejemplo, que tienen una variedad infinita de dibujantes y sus estilos y eso se va replicando en otros países también. Y al final cada uno va aportando a la variedad a la hora de elegir tu artista o título preferido.
Y bueno, como autor obviamente eso es beneficioso, el que ya no sea una barrera sólo tener que vivir en EEUU para poder trabajar en esta industria, sino que poder hacerlo desde cualquier rincón del planeta donde tengas wifi. Ha abierto las puertas a miles de dibujantes y nos ha permitido también ver una variedad increíble de estilos y arte, que al final creo que es lo más bello de todo esto.
Monstruos de Gotham es una divertida serie sobre los monstruos de la editorial, bajo tu lápiz se muestran imponentes, ¿qué tal la experiencia de dibujarla?
Fue muy divertido trabajar en esta serie y también le tengo un cariño especial porque fue mi primera serie regular que hice para DC. Hasta entonces sólo había hecho algunos números sueltos por aquí y por allá y varias antologías, así que fue un desafío que tomé con mucho gusto. Y qué decir lo diverso que era cada personaje, así que eso también hacía que me entretuviera al dibujar cada uno de ellos. Creo que es super importante tener personajes diversos en un equipo para hacerlo visualmente más interesante. También tuve la suerte de trabajar con un gran equipo, desde los editores hasta el guion de Steve Orlando y los fenomenales colores de Trish, de quien era un fan desde 100 balas. Así que eso fue un verdadero lujo para mí.
Has trabajado en Monstruos de Gotham o Liga de la Justicia oscura, ¿crees que las series oscuras se adhieren mejor a tu estilo?
Lo cierto es q me siento muy cómodo y a gusto trabajando con personajes más oscuros o que viven entre las sombras, el noir siempre ha sido uno de mis géneros favoritos. Pero salir de tu zona de confort también viene bien, y así ahora con Crush & Lobo he explorado otras facetas artísticas que no había explorado antes, y ha sido un desafío muy interesante.
Dibujaste un par de números de Nightwing personaje al que le viene muy bien el dinamismo que impregnas a tus páginas. Es un personaje importante en la editorial, ¿te gustaría volver a su serie en algún momento?
Sin duda, Dick Grayson fue siempre mi Robin favorito, o el que crecí leyendo y siempre fui fan de la evolución que tuvo como personaje hasta convertirse en Nightwing. Cuando me tocó hacer esos números estaba aún medio nuevo en DC así que fue super desafiante y emocionante a la vez aportar a esa serie. Trabajar con él como personaje siempre es una tarea que me entusiasma por lo versátil del personaje y la frescura que le aporta al universo de Batman.
Liga de la Justicia Oscura es una de las mejores series de DC Comics de la temporada. ¿Cómo entraste a formar parte de la colección, qué cualidades te hicieron idóneo para la misma?
Fue después de terminar Gotham City Monsters, que a los editores les gustó el trabajo que había hecho, y me ofrecieron la oportunidad de tomar la serie ya que Álvaro se retiraba para empezar a trabajar en su otra serie. Fue un desafío muy entretenido, ya que era fan tanto de la serie como del trabajo de Álvaro, así que tenía que poner lo mejor de mi parte. Cooperó mucho también que el guion de Ram estaba fenomenal.
En lo relativo a los guiones de la colección, ¿Cómo era el proceso de trabajo con Ram V? ¿Te dejaba espacio para que crearas en mayor libertad? ¿Cuál consideras que fue tu mayor aportación a la serie como dibujante?
Fue super fluido, para cada guion nuevo nos juntábamos por video para que Ram me explicara de que iba ese número y lo que esperaba transmitir, y luego ya me dejaba el espacio para trabajar en su guion. Para algunas páginas puntuales él tenía en mente el diseño, pero el resto me dejaba la libertad de interpretar su guion como yo quisiera.
En una colección con tantos personajes, ¿Cuáles te supusieron una mayor dificultad? Por el contrario, ¿Con cuáles te sentiste más cómodo trabajando?
No sé si dificultad es la palabra, pero puede que Constantine haya sido el que me tenía más “nervioso” por decirlo de alguna forma, porque es otro de los personajes que siempre quise poder dibujar. Entonces tenía esa auto presión de querer hacer el personaje que siempre había visionado, muy apegado a las raíces de Vértigo. Pero a la vez lo pasé genial dibujándolo. Y con Wonder Woman siempre me siento cómodo dibujándola, me encanta ese personaje, lo encantadora y fiera que puede ser a la vez, una tremenda luchadora y una sensación de esperanza y tranquilidad que deposita en las páginas.
Una constante en la serie ha sido la multiplicidad de diseños de página y distribución de viñetas, ¿Cómo fue el proceso de creación en ese apartado? ¿Con cuál te sientes más cómodo y libre como creador?
Fue otro de los desafíos al sumarme a la serie, Álvaro estaba haciendo un trabajo tan impresionantemente fantástico que había que estar a la altura. Ayudó mucho tener conversaciones antes con Ram como para ponernos en el mismo tempo y planificar las páginas y viñetas más complejas de nuestra parte de la serie, otro gran desafío al trabajar en JLD.
Eres el dibujante de la reciente Crush y Lobo, ¿qué podemos encontrar en esta serie?
Por sobre todo mucha diversión, Crush y Lobo son dos personajes geniales y con personalidades muy peculiares, habrá acción, humor, amor, y situaciones del día a día que mucha gente podrá relacionarse en determinados momentos con los personajes.
¿Qué nos puedes contar de tus futuros proyectos?
Por ahora sólo enfocado en Crush y Lobo hasta terminar la serie, pero cuando haya novedades lo estaré comentando en mis redes. Twitter e Instagram: @amancay_art
RACIÓN DE VENTAS
Para la entrega de hoy nos vamos a ir de nuevo a los años 80 y ver como le sentó a Superman su relanzamiento tras Crisis y compararlo con las ventas de finales de los 80 de Batman tras el estreno de la película de Tim Burton. Fueron es su momento los cómics más vendidos durante los meses de julio a octubre de 1986 y julio a octubre de 1989. Cifras que tampoco se puede decir que fueran altas, aún quedaban un poco para los años de la especulación y las cifras millonarias, pero que reflejan como los lectores arropaban los cambios alrededor de sus personajes favoritos. Recordar que se puede ampliar la gráfica haciendo click sobre la imagen.
ES LA HORA DE LA ENCUESTA…
Y como ya es costumbre cerramos este mes con una encuesta para tomarle el pulso a vuestro sentir en relación a los tomo de mil páginas que cada vez proliferan más en el mercado. Darle sin miedo.
Y esto ha sido todo por este mes.
dos cosas bendis es un calvo malvado .
y gracias a jim lee por mantener en nomina a Tom King
Gran sección, muy buen repaso a las novedades de DC del mes. El Magazine tiene la misma calidad que el Magazine de Marvel.
Solo hay una diferencia.Mientras en Marvel hablan de clásicos que sí se van a publicar,aquí nos tenemos que imaginar el posible clásico a publicar y reivindicarlo.
Muy triste la política de clásicos de ECC.
Muchas gracias Jaime! Al menos nos divertimos soñando, te ha gustado el clásico elegido?
Pues la verdad es que sí,compré algunos números cuando lo sacó Zinco,si no me falla la memoria sacaron una miniserie de prueba como solían hacer casi siempre.Tengo buen recuerdo sobre todo del dibujo de Steve Lightle que me gustaba mucho en la Legión. Lo recuerdo como un cómic de superhéroes normal y entretenido, nada que ver con la posterior locura de Grant Morrison.
Tengo que reconocer que al verlo en la sección mi primera reacción ingenua ha sido»de verdad van a editar esto?».
Saludos.
Jajajaja, total! Efectivamente Zinco pensaba que se quedaría en miniserie pero lo aceptación del público les llevó a editar la etapa entera (aunque los 2 últimos números dentro de los especiales de Invasión)
Yo venia de leer los x-men de Bendis cuando recibi la noticia de su arribo a SUperman. Lo espere con cierto resquemor a ver que podría aportar pero no cerrado a su llegada a pesar de que en esos momentos Bendis era repudiado por los fans de Marvel por sus ultimos trabajos (Guardianes de la Galaxia y X-Men). Tenia más interes en lo que podría hacer con el Planet y el mundo de Clark Kent que con Superman propiamente tal.
Y tras ver su etapa concluida…. pues estoy más cerca de lo que opina Iris. La etapa de Bendis, fuera de los giros que se dio es intranscendente. Tenia buenas ideas, tuvo escenas que recuerdo, pero la suma total de su etapa solo se recordara por los elementos polemicos, desastres que al final otros escritores tienen que asumir y ttratar de sacar provecho o deshacer a la brevedad, no por alguna historia que se integre al mito de Superman. Me da la impresión que Bendis quizo hacer historia en Superman, dejar una marca indeleble en el personaje, pero solo hizo desastres y sus mejores aportes los anulo sumariamente. El concepto de la mafia invisible y la situación del Planet pudo dar más historia, pero lo anula en un par de numeros. Y admitamoslo, lo que hizo con Rogol Zaar y la Legión (no…me extendere…en ese tema…debo… controlarme…), va a ser borrado en la proxima reescritura del origen de Superman, que sinos atenemos al paradigma de Schwartz, tendria que ser a mas tardar el 2026. O antes si tenemos suerte.
Aunque Bendis si hizo historia ¡al escribir lo que quizas sea el reboot de más corta duración de la Legion! ¡Menos que el threeboot de Waid!! ¡Y teniendo via libre!! Waid, con una oficina en contra se mantuvo dos años y medio al frente de su colección de la Legion. Bendis, con suerte año y medio y hasta ahi. Oh, claro, trolea con que viene más, viene más, pero si llegados a marzo de 2022 aun no se ha publicado nada de la Legion, podremos llamar a su reboot un fracaso con mayuscula. Quien, sabe, quizas en las proximas solicitudes de octubre algo deje caer, al menos para saber que aun existen.
Y lo dejaré hasta ahí, porque ya me desvie del tema.
Buen lavado de cara! Yo tengo un buen recuerdo de esa etapa de Doom Patrol, especialmente del dibujo de Larsen, su homenaje a la JLA y el cruce con el ES. Si lo sacaran, me lo pensaría!
Jejeje, sigo rebañando seguidores!