INTRODUCCIÓN
Hemos logrado superar la cuesta de enero y nos adentramos en la de febrero, porque esto no para y cada mes los bolsillos sufren al ver las novedades con las que ECC nos quiere deleitar. Así que para los aficionados al noveno arte ya no hay mes que no tenga su particular cuesta.
Febrero es un mes que llega con algunas novedades interesantes y que deja atrás dos meses de reediciones. Sin embargo, no lancemos los sombreros al aire porque de nuevo hay una buena cantidad de reediciones que doblegan a las pocas novedades que nos llegan.
Las grapas se van apagando sistemáticamente y los tomos afloran con fuerza este mes de febrero. Tenemos a los Titanes con nosotros, un cómic que sirve de precuela al lanzamiento del videojuego con el Escuadrón Suicida como protagonista y tenemos entre nosotros un tebeo que ha dado el salto a la pequeña pantalla, Cadáveres.
Hablamos también esa pequeña joya escondida como complemento en Action comics en USA, con Lois y Clark, criando al pequeño Jon y nos adentramos en un gran aniversario en DC. Hablamos de cumpleaños y efemérides y nos adentraremos en una obra que cumple años y es que en DC el 2024 es fuente inagotable de celebraciones. Es año de entomología DC.
Y ya os dejamos en paz y damos paso al Magazine de febrero para disfrute sin límites.
TITULARES
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• Autor del mes
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• Novedades DC
• Este mes debes saber
• Aniversarios
• Libros
• Clásicos DC
• Recomendaciones DC
Entre las novedades que hemos preparado para el próximo mes de febrero os presentamos el cómic original en el que se basa la serie de éxito de Netflix: Cadáveres. Una historia inédita en España, escrita por Si Spencer y dibujada por Dean Ormston, Phil Winslade, Meghan Hetrick y Tula Lotay.
Justo a tiempo para el lanzamiento del videojuego Suicide Squad: Kill the Justice League, llega el inicio de la miniserie Escuadrón Suicida: Destruir el Asilo Arkham. Siguiendo la estela de Batman/Fortnite: Punto cero o Batman: Gotham Knights – Ciudad Dorada, cada entrega incluirá un código que permitirá desbloquear contenido exclusivo para el videojuego.
Otro grupo de leyenda, los Titanes, está punto de regresar a primera línea del Universo DC. El especial Relatos de los Titanes os dará las claves para adentrarnos en una de las cabeceras más esperadas de El Amanecer de DC. Recuperamos Los Picapiedra de Mark Russell, Steve Pugh y Rick Leonardi, así como La casa en el confín de la tierra, de Simon Revelstroke y la leyenda del cómic Richard Corben.
Nacido en Holywood (Condado de Down, Irlanda del Norte) el 16 de enero de 1970, nuestro guionista del mes es el iconoclasta y gamberro Garth Ennis.
Su carrera como autor de cómics comenzó a finales de los ochenta en editoriales británicas como Fleetway e IPC donde escribió colecciones como Troubled Souls, Juez Dredd y Perro de Estroncio entre otras. Como muchos otros grandes autores de cómic estas revistas y personajes fueron un campo de pruebas para dar el salto al otro lado del océano y aterrizar en la DC post-Moore.
Debutó escribiendo la cabecera más british de la editorial: Hellblazer. El personaje le va a Ennis como anillo al dedo de un Green Lantern. Deslenguado, escéptico y cínico, el mago londinense vivió una de sus etapas más icónicas.
El trabajo en Hellblazer fue la previa a la que sería su gran serie en Vertigo: Predicador. Esta colección llevó a Ennis a la fama y al reconocimiento del medio. Le acompañaba el malogrado Steve Dillon y duró 5 años (95-00) siendo uno de los cómics más característicos del sello y de los noventa. Jesse y sus compinches fueron una de sus creaciones más icónicas. La serie mezclaba el terror, el humor negro, la violencia, el western y el catolicismo de una manera nunca vista.
Otra serie característica de Ennis es Hitman junto John McCrea. Allí nos explican las peripecias de un superhéroe irlandés afincado en Nueva York. Aunque lo que define mejor a Hitman es precisamente lo que indica su nombre, se trata de un sicario. Aquí Ennis muestra algunos de sus elementos más característicos como el colegueo, las batallitas de veteranos de mil guerras, el ambiente etílico del pub y su humor escatológico.
Convertido ya en superestrella, Marvel fichó al norirlandés para que escribiera a El Castigador. Inicialmente le acompañó su compañero habitual, Dillon. Al principio, serie mezcló humor y violencia, para posteriormente oscurecerse en el sello MAX y ser una colección mucho más adulta mezclándose con tramas de género negro y bélico.
Otro de los hitos de Ennis fue la iconoclasta The Boys (junto con Darick Roberson) para Dynamite donde el guionista se desmelena del todo y vuelca toda su mala baba, su humor negro, su sátira como si fuera metralla sobre el género de superhéroes. El lado más gamberro, exagerado y sin cortapisas es el centro de la trama de esta colección donde destruye una a una todas las bases y tópicos superheróicos.
Uno de los géneros favoritos de Garth Ennis es el bélico. Batallas, soldados, aviones, paracaidistas… algunos de sus mejores momentos lo han escrito en este tipo de historias en diversas colecciones como As Enemigo, War Story, el Soldado Desconocido (DC). Ennis creció rodeado de violencia en Irlanda del Norte. El ruido y la destrucción propios del género bélico son prácticamente la banda sonora de su infancia. El autor se muestra en este tipo de historias mucho más comedido, profundo, adulto y maduro.
Ennis ha escrito numerosos fill-ins sobre sus propias colecciones como Six-Pack o el Predicador. También ha escrito a The Authority y a Midnighter en solitario, además de muchas etapas cortas y one-shots del gran abanico de personajes de DC como el Pacificador, Batman, Lobo o la Liga. El guionista sabe dosificar su capacidad de desbarrar, por lo que suele mostrarse mucho más contenido en series genéricas. Sin embargo, su humor negro es inevitable y se puede encontrar en multitud de momentos.
En los últimos años Ennis se ha prodigado mucho menos seguramente debido a sus compromisos con el material audiovisual de sus cómics. Sin embargo, destaca sobremanera la afiladísima Batman: Reptil (2023) con algunos de los mejores diálogos escritos para Batman. Allí el norirlandés pone de relieve su capacidad para refrenar su humor escatológico sin dejar atrás su mala leche.
Garth Ennis ha ganado numerosos premios entre los que destacan los otorgados por la industria británica y los Eisner como mejor guionista (lo ha llegado a ganar en cuatro ocasiones).
Su estilo se caracteriza por un humor corrosivo y brutal, un uso de la violencia desacomplejado y una crítica sin piedad al género, a los personajes, a los autores y a las tramas, además de una sátira social constante, pero con especial énfasis contra los ricos y poderosos. Siente especial atracción por hablar de historias la amistad y el colegueo que surge entre camaradas y compañeros que han compartido batallas y pérdidas. Allí Ennis demuestra una capacidad empática especial y una habilidad única en explicar los pliegues del ser humano ante situaciones extremas, entendiendo los resortes que nos obligan a hacer cosas de difícil justificación, puede que sea parte de su cultura católica (a pesar de manifestarse siempre como ateo). Donde no hay olvido ni perdón es en el retrato que hace Ennis de los poderosos.
Durante los últimos años de los 90s y la primera mitad de la década de los 2000s entre los autores del mercado independiente se puso de moda la creación de mundos alternativos con sus propios grupos superheroicos. Algunos de estos grupos quedarían en el olvido mientras que otros pasarían a ser recordados como algunas de las mejores series de esa época y de la historia del medio.
Series como: Astro City, The Boys, Invencible o la que hoy nos concierne Authority, son series que hemos visto editadas y reeditadas en nuestro país. Todas ellas tienen varios puntos en común: su trama gira en torno a los superhéroes, se desarrollaron en los 2000s, los superhéroes son en su mayoría inspirados por la JLA y traen al género superheroico un nuevo punto de vista.
Y es que a estas alturas de la película habíamos superado la etapa más edgy de los supers y tocaba enfrentarse al muro de la realidad. Estos son los años en que los superhéroes no vacilarían al exclamar h#j0 de p&ta, la línea entre el bien y el mal se desdibujaría, enfrentaríamos temas más sexuales en sus tramas y por supuesto veríamos a los poderosos mostrando su carácter más cínico, alejados del hombre perfecto e incorruptible que por muchos años se nos había dibujado en el imaginario colectivo.
Cabe destacar cual es el entorno y momento histórico en el que se fraguan estas obras. El telón de acero ha caído y la hegemonía estadounidense parece irremediable. EE. UU. ha librado diferentes guerras por todo el globo siendo su pretexto el llevar paz a los diferentes rincones del mundo y no una búsqueda de nuevos puntos comerciales. Ante el desbalance de poderes establecido la opinión general del pueblo y por tanto del público se torna un tanto antiyanqui y comienzan a ser populares movimientos anti globalistas. EE. UU. pasa a ser, a los ojos del mundo, el policía y sobre todo el brazo duro de la ley. Y vamos a ser sinceros a nadie le gusta estar en el bando de los malos.
En este caldo de cultivo grunch y antisistema nacería Authority, un grupo superheroico que emergería como spin-off de las páginas de Stormwatch. Creado por el laureado Warren Ellis y dibujado por el no menos conocido Bryan Hitch, la serie comenzaría como un proyecto corto que acabaría alargándose más de 50 números teniendo diferentes guionistas, dibujantes y spin-off del mismo.
La serie se desarrollaría en una Tierra donde las amenazas cósmicas y los seres super poderosos no son raros. Frente a estos desafíos se erige el supergrupo conocido como Authority. Capitaneado, al menos en su primer volumen, por Jenny Sparks, obviamente influenciada por Jean Grey con fuerza fénix, seguida de otros 7 supers de los cuales toca destacar Apollo y Midnighter, por supuesto. Estos serán una de las razones por las que la obra generó críticas desde un principio. Apollo, el Superman de este universo, y Midnighter, el Batman de este universo, no solo representan dos caras de la misma moneda, sino que Ellis y luego Millar y compañía, decidieron jugar con la sexualidad de estos, trayéndonos a la pareja superheroica homosexual más poderosa del momento hasta donde mi conocimiento me permite saber.
Como antes reflejaba, Authority se hizo un nombre por tratar temas diferentes y por darles una pátina de realismo cínico a los héroes. Aquí serian comunes las amenazas mundiales y la humanidad al borde de la extinción como un todo. Esto supondría una nueva manera de enfocar las tramas porque hasta la fecha las cabeceras más conocidas de los supers parecían ser los protectores de las barras y estrellas, pero no tanto del resto de continentes.
Relacionado a esto tramas sobre la gobernabilidad mundial y la validez de los diferentes gobiernos a la hora de tomar decisiones no solo sobre su territorio sino sobre otros serian recurrentes siendo el grupo superheroico a veces el que por medio del puño de hierro decidirían actuar en contra de los propios gobiernos, dejando al lector el trabajo ético de decidir por que bando se decante.
Otro punto importante que destacar en el desarrollo de la obra fueron los de temas de carácter más personal, personajes principales superando graves adicciones o parejas no convencionales saliendo a la luz sin tapujos, o la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo serian temáticas que harían a los personajes más humanos y ayudarían a acercar a los personajes a un público nuevo.
Cabe destacar que estás temáticas tan polémicas a la crítica de los más exigentes con el medio. Durante la etapa de Millar y Quitely, se llegó a cancelar el estreno de uno de sus capítulos por la elevada violencia y el suceso terrorista contemporáneo al mismo, 11S. Tal vez del conjunto global del cómic la etapa más recordada sea la confeccionada por el inglés Mark Millar y el escocés Frank Quitely, quienes se amoldaban perfectamente a este tipo de personajes y supieron sacarle el 100% al tipo de tramas planteadas.
En 1999 DC adquiriría los derechos de Wildstorm sello editorial de Jim Lee en Image al que pertenecía Stormwatch y por tanto Authority que fue uno de los primeros lanzamientos de la editorial al adquirir las licencias. Algunas de estas cabeceras nunca entrarían a formar parte de la línea de continuidad de DC como es el caso de Stormwatch. Mientras que otras, o mejor dicho otros personajes acabarían formando parte de esta misma continuidad, eso sí, con el tiempo.
Midnighter, el primero con una serie en solitario para los New 52, y Apollo, junto al anterior pasaría a la continuidad en DC Rebirth siendo una de las primeras parejas homosexuales en protagonizar un cómic de superhéroes.
Hoy en día la serie y sus personajes están un poco olvidados por DC, pero a decir verdad lo que hicieron Ellis y Millar sigue siendo super valido actualmente y no le pesan nada los años. Quien quiera disfrutar de superhéroes cínicos y humanos que no le tenga miedo a acercarse a un cómic de 10.
ENCUESTA AUTHORITY
Y ha llegado la hora de la verdad…
CADÁVERES
Y tenemos este mes una novedad para los amantes de los misterios alrededor de un asesinato. Y es que este mes llega el cómic en el que se basa la serie de televisión de Netflix, Bodies, que parte de la premisa de cuatro detectives que viven en cuatro épocas distintas, 1890, 1941, 2023 y 2053, que encuentran a una víctima de asesinato en el barrio londinense de Whitechapel. Cuatro protagonistas que no pueden diferir más, pero que comparten un pasado oscuro que los llevará a tener que lidiar con una conspiración que abarca la friolera de 150 años.
El maestro detrás de esta obra es Si Spencer, que nos dejó en 2012, tras una corta carrera en USA, con una fructífera producción en su país de origen Reino Unido. Su trabajo en Estados Unidos estuvo muy centrado en el sello Vertigo, con obras como Los Libros de la Magia, Hellblazer: Cuidad de Demonios, The Vinyl Underground, entre otras y la que nos atañe, de 2016, que llega a nuestras tierras gracias al estreno de la serie, que no ha logrado entusiasmar a la audiencia, dejando las opiniones de la mayoría en una respuesta tibia a su propuesta. Parece que el cambio de medio no le ha sentado muy bien a esta historia, que no logra enganchar más allá de una promesa inicial que no acaba de cumplir durante su desarrollo.
Spencer une su pluma al talento de cuatro artistas, Dean Ormston, Phil Winslade, Tula Lotay, Megan Hetrick que se encargan de dotar a la obra de cuatro estilos muy distintos, algo buscado por sus creadores, adentrándose en cuatro estilos de la novela policiaca: detective victoriano, detective noir de la Segunda Guerra Mundial, drama policial actual y la investigación policial en un entorno de ciencia ficción con distopía al punto.
Un coctel para amantes de la novela negra que apunta a buscar satisfacer a cualquier paladar con su innovadora propuesta.
RELATOS DE LOS TITANES
Como bien reza el eslogan, esta miniserie, que ECC nos trae en un solo tomo, está entablada dentro de la iniciativa el Amanecer de DC. Y es que, tras los acontecimientos narrados en Crisis Oscura en Tierras Infinitas, las series de DC han visto como los grandes han cedido espacio a otros personajes con menos peso, asumiendo, como es el caso de los Titanes, el ser el nuevo supergrupo del Universo DC. Y es que, si no hay Liga, es responsabilidad suya asumir su espacio como defensores unidos contra los villanos de turno.
Sin embargo, tenemos una peculiaridad que bien merece ser comentada aprovechando este espacio.
La miniserie no llegó en USA antes de la publicación de la serie regular comandada por Tom Taylor, con Nicola Scott al dibujo. Lo hizo más tarde, cuanto esta ya estaba en las tiendas. Aquí, por el contrario, los lectores patrios van a poderla leer antes de la serie regular, que está anunciada por parte de ECC, en formato tomo aperiódico, para el mes de abril. La miniserie en USA se publicó en entre julio y octubre de 2023.
La miniserie consta de cuatro equipos creativos distintos. Cada entrega se centra en un Titan, Starfire, Donna Troy, Beast Boy y Raven, lo que hace entendible que desde ECC hayan invertido el orden de publicación de esta miniserie y la usen como puente y presentación de estos personajes de cara a allanar el camino a la serie de Taylor / Scott.
Steve Orlando, Dean Hale, Shannon Hale, Andrew Constant, Tini Howard, al guion y con Eleonora Carlini, Javier Rodríguez, Ro Stein, Ted Brandt, Kath Lobo, Bob Quinn al dibujo, son los que conforman el apartado artístico de este tomo en el que los lectores van a poder conocer a estos cuatro personajes (Nightwing, Cyborg y Flash se les presupone presentados por disponer de series o miniseries en solitario, en USA, claro) con los que calibrar si este nuevo retorno del grupo será un retorno a la grandeza. Una grandeza que le resulta esquiva desde que Wolfman y Perez se encargaron de sus aventuras en los años 80. Un éxito de ventas y crítica que no han vuelto a tener, salvo contadas ocasiones, como el que disfrutaron con Johns y también brevemente en manos de Devin Grayson.
ESCUADRÓN SUICIDA: DESTRUYE ARKHAM
Este año ha llegado a las consolas y PC, el videojuego que le ha dedicado Rockstady (los mismos de la gloriosa trilogía de Arkham) al Escuadrón Suicida. Ambientado en el mismo universo que los de Batman (estamos ante el último trabajo, póstumo, de Will Conroy, poniendo voz al personaje), pero sin este como protagonista, cuando el Escuadrón recibe la orden de Amanda Waller de eliminar a la Liga de la Justica, mientras se enfrentan a Brainiac.
En el videojuego hay cuatro protagonistas, el Capitán Bumerang, el Rey Tiburón, Deadshot y como no podía ser de otra forma, Harley Quinn.
Se anunció por primera vez en 2010, para informar, tras haber visto al grupo formarse en las escenas postcréditos de los juegos de Batman, en 2016, que el proyecto se cancelaba. Sin embargo, Rockstady anunció en 2022 que estaba trabajando en su realización. Finalmente ha llegado a nuestras casas y lo hace con opiniones diversas y enfrentadas, sobre el mismo.
El juego tenía que haber llagado a las tiendas en mayo de 2023, pero se retrasó hasta octubre, para finalmente ver la luz este mismo mes de febrero. Y es por ello por lo que ECC publica el cómic que sirve de precuela, de primer paso para meternos de lleno en los acontecimientos que hemos narrado, en el que los lectores podrán ver como Amada Waller toma el control de Arkham para reclutar entre sus reclusos, a la Fuerza Especial X. Con guion de John Layman y dibujo de Jesús Hervás, incluye, además, un código para descargar contenido exclusivo para el juego.
Pixeles y viñetas se dan la mano de nuevo y lo hacen para unir fuerzas en una aventura conjunta que empieza entre el papel y acaba dando el salto a la pantalla y los polígonos renderizados.
Los nuevos 52 trajeron un reinicio en DC Cómics que modificaría en mayor o menor medida el estatus de los personajes. En el caso que nos atañe, con Superman, fue un giro muy brusco a las historias que estábamos acostumbrados en las últimas décadas. Clark ya no estaba con Lois, nadie conocía su secreto y no había vivido la mayoría de los eventos importantes que todos recordamos del hombre de acero. Esto ayudó a traer muchos nuevos lectores, pero, dejó desamparado a los más antiguos.
Mientras seguían pasando los años y los eventos editoriales, DC tuvo que cambiar su sede, mudándose de costa a costa. Y para esos meses de transición realizaron un macro evento editorial frenando todas sus líneas, llamado Convergencia. Fue aquí donde Dan Jurgens y Lee Weeks nos contaron la historia de un Superman y una Lois, los cuales habían tenido un hijo llamado John en este mundo de convergencia. Esta superfamilia venida desde pre-flashpoint sobrevivió a la convergencia y llegó a parar al universo principal de de la continuidad. Esto nos llevó a que paralelamente a Superman y Action Comics, se publicase de la mano de los autores citados anteriormente Lois y Clark: la llegada.
Una colección que sorprendió para bien y se convirtió en una de las mejores de todos los Nuevos 52. Dan es conocido por dos cosas: el amor que le tiene a Lois y Clark y los viajes en el tiempo. Este cómic reunía todo lo mejor que tiene este autor en un estado de gracia. Un cómic intimista, superheroico y que nos demostraba quién era la familia Superman y todas las virtudes y bondades que tienen estos personajes. Cada viñeta exhumaba amor, empatía y admiración.
Con la llegada de Renacimiento sería este Superman el que se quedase de forma permanente en la continuidad tras la muerte del Superman de los Nuevos 52. Volver a contar con un Superman que ha bebido todas las historias clásicas y a la vez con el toque novedoso de ser padre y de haber estado muchos años retirado era una combinación que funcionaba muy bien y que atrajo tanto a lectores nuevos como a veteranos de la franquicia.
Todo este contexto editorial, que madre mía si es largo, es del que partimos para esta nueva entrega publicada este mes por ECC: Lois y Clark: Vuelta a casa. En este tomo se recopilan las historias de Action Comics actuales, al menos las partes de Dan Jurgens y Lee Weeks, que hablan de esos años perdidos en los que este Superman estaba viviendo con su familia y John todavía era un niño. Una historia muy estilo Jurgens, con el mismo espíritu que sus historias originales de New 52. Con alienígenas que llegan a la tierra buscando un rey, una familia que se tiene que ocultar y que son el corazón que bombea la esperanza y el valor por todo el universo del cómic. Una historia que se mantiene fresca y a la vez nostálgica.
EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…
EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…
Hoy os traemos tres autores que estan intrínsicamente ligados entre ellos. Y es que en la Sección DC no hay puntada sin hilo… atentos porque esta semana tendremos más cositas.
VAL SEMEIKS
(Nació el 5 de febrero de 1955 y cumple 69 años) Semeiks es un tipo muy listo. Una mente privilegiada que se graduó en química y matemáticas, para más tarde derivar al mundo de la publicidad. Y fue allí, donde desarrolló su trabajo hasta que en 1986 dio el salto al mundo de cómic.
Su primer trabajo como profesional acreditado fue para una historia del Rey Kull, dentro de la serie de La Espada Salvaje de Conan. Este trabajo acabó por derivarlo a la serie de Conan el Bárbaro. Esto le permitió poder abandonar su trabajo y dedicarse al dibujo tal y como siempre había sido su plan inicial.
Paradójicamente donde se forjó un nombre en la industria fue en DC, porque fue el encargado de dibujar dos series de éxito en los años noventa, ambas bajo la tutela de Alan Grant. Nos referimos a The Demon y Lobo, series en las que se mantuvo por más de dos años.
En 1995 se encargó del cruce entre DC y 2000AD, para unir a Lobo con el Juez Dredd con guiones de Alan Grant y John Grant. Ya en 1996 se encargó de uno de los experimentos editoriales más curiosos de aquella época, el Universo Amalgam, donde dibujó el especial, Lobo the Duck, con Alan Grant de nuevo al guion.
Dejó brevemente DC, para retornar a Marvel, pero a su vuelta a la editorial de Burbank se encargó de diversos proyectos. Trabajó en la JLA de Morrison, en le cruce de la Liga con el equipo de Jim Lee, los WildC.A.T.S, DC Un Millón, Superman Némesis, Leyendas de Batman, y ayudó a concluir el volumen de la serie de Flash en 2006. Semeiks es conocido por su sentido del humor, algo que también le ha permitido pode trabajar en la mítica revista MAD.
ALAN GRANT
(Nació el 7 de febrero de 1941 y falleció el 21 de julio de 2022. Hubiera cumplido 83 años). Hace casi dos años que nos dejó este conocido y prolífico guionista ingles que supo encontrar su zona ideal de trabajo en obras de diverso calado con los más disfuncionales personajes del noveno arte.
Grant nación en Bristol un frio y húmedo mes de febrero. Fue su abuela la que le enseño a leer en casa antes de los tres años y lo hizo haciendo uso de comics británicos. Sin embargo, fue gracias a los paquetes que le hacía llegar un primo que se había ido a vivir a USA, llenos de cómics book de superhéroes, que tomó contacto con este género.
Su intención era la de ser dibujante, pero su talento no estaba en el lápiz, sino en la pluma, por lo que pronto empezó a escribir y hacer correcciones en diversas revistas británicas. Su primer trabajo dentro de la industria fue como editor, en 1967, en DC Thompson & CO ayudando a John Wagner, en los títulos de Tarzán.
Comenzó a escribir la serie de Juez Dredd donde volcó muchos de sus intereses políticos, lo que no evitó que, además, también apostara por usarlos como vehículo para reflexionar sobre cuestiones filosóficas.
Un ejemplo de ello es que, durante su trabajo en la serie de Batman, con el dibujante Norm Breyfogle, crearan al personaje de Anarquía.
Su primer trabajo para DC fue la miniserie de 12 entregas, Outcast en 1987. No fue una serie que tuviera ventas especialmente memorables, pero de alguna forma le permitió saltar a escribir la serie de Detective Comics, siendo su primer número el 583, en 1988, donde ya unió fuerzas con otro de los autores de los que hablamos este mes, Norm Breyfogle.
Grant también se alió con John Wagner para ser los amos del devenir de Batman durante esos años, estando detrás de la creación de personajes como el Ventrílocuo, el Cazarratas, pero tras una docena de entregas, Wagner dejó la colección, lo que dejó a Grant en solitario en las series de Batman hasta 1990, en la que hoy es una muy querida etapa del personaje entre los aficionados.
En los años 90 el personaje de Lobo cambio su carrera. Lobo en manos de Grant y de Giffen se convirtió en una estrella gracias al trabajo realizados por ambos junto con Simon Bisley, en sendas miniseries del personaje, al que rediseñaron por completo. Motivo por el que se hizo cargo de la serie regular de Lobo.
Pero su trabajo también se puede encontrar en un spin off de la Legión de Superhéroes, denominado, LEGION y en la serie regular dedicada a Demon. Y como su teclado parecía no tener descanso, también se encargó de los primeros números de una nueva serie de Batman, con el subtítulo de Shadow of Bat, donde creó tres nuevos personajes, Jeremiah Arkham, Zsazz y Amygdala.
Su pluma en DC también está detrás de las sagas Contagio, Legado, Cataclismo y La Caída del Murciélago, junto con los demás guionistas de la Batoficina.
A mediados de los años 90 se encargó de escribir una miniserie de Anarquía, que fue todo un éxito, que derivó en una serie regular de nuevo con Norm Breyfogle a los lápices. La miniserie no funcionó nada bien y se canceló tras 8 entregas, aunque Grant siempre argumento que fue por las injerencias editoriales que sufrió durante su publicación
NORM BREYFOGLE
(Nació el 20 de febrero de 1960 y falleció el 24 de septiembre de 2018. Hubiera cumplido 64 años) Breyfogle, trabajó como dibujante e ilustrador técnico antes de dedicarse al cómic profesionalmente en 1984 con su debut en New Talent DC Showcase. Sin embargo, no fue en DC donde prosiguió su trabajo, sino en First Comics, en la serie American Flagg, pero encargándose de las historias de complemento, a la que siguió una historia para Marvel Fanfare del Capitán América. De ahí recaló en Eclipse Cómics en Tales of Terror, compaginando su trabajo con otros en Fisrt Comics. Pero donde Breyfogle hizo historia fue cuando empezó a dibujar la serie Detective Comics, siendo el co-creador, junto a Alan Grant, de personajes tan relevantes como el Ventrílocuo y Scarface, así como el asesino Sr. Zsasz y Amígdala. Su lápiz estuvo al servicio del Señor de la Noche entre 1987 y 1995, publicando obras tan relevantes como Batman: Terror Sagrado y Batman: Nacimiento del Demonio. Su estilo se caracterizaba por el uso de la línea recta, con dinámicas composiciones de página y un excelente uso de las luces y las sombras, lo que confirió a Batman uno de los aspectos más icónicos de los años ochenta y noventa.
Pero no todo fue el murciélago, pues se puede ver su trabajo en la miniserie Flashpoint en el año 2000, uno de los pocos Otros Mundos dedicados al personaje de Flash. En 2001 se hizo cargo de la serie de El Espectro durante un año. Fue a partir de este punto en el que se dedicó cada vez más a la ilustración de libros hasta que en 2014 sufrió un derrame cerebral que lo apartó de la mesa de dibujo, hasta que una insuficiencia cardiaca, en 2018, nos dejó sin su persona y talento.
ESTE MES ES EL 39 ANIVERSARIO DE… DE CRISIS EN TIERRAS INFINITAS
Menuda tesitura hablar de nuevo de Crisis en Tierras Infinitas en esta vuestra página. Además, respetando los rebuscados aniversarios de Gustavo que “Gusta” de números antiredondos y poco dados a la efeméride. Pero repito, lo peor aquí es el “de nuevo”, pues hemos estudiado esta importantísima saga por activa y por pasiva.
Dicho esto, nuestro amado líder es también comprensivo y, ante la idea de preparar un popurrí de reciclados, me dio el visto bueno. Pues el esfuerzo de propios y extraños ha sido grande y en vez de marear la perdiz, vale la pena reflotarlo para disfrute de los que se lo perdieron, o les gustaría recordarlo.
Empezaremos pues por la página por excelencia al respecto. Sergio Robla se marcó un celebrado (¡más de 24.000 visitas!) articulazo en el que desgrana las Crisis empezando por los orígenes de las Crisis en DC, el de la propia Crisis en Tierras Infinitas, explicando la saga en sí en detalle, e incluso un apartado sobre como lo vivimos los viejunos que disfrutamos en directo del evento. Conste que en los numerosos comentarios (270, nada menos) también hay curtidos y novatos que nos cuentan su experiencia lectora. Francamente, si sólo vas a dar click a un enlace hoy, pulsa este.
Modestia aparte, el macro-reportaje que nos marcamos el Higuero y el Doblas tampoco fue moco de pavo. Con motivo de la edición XP de las Crisis, que incluía todos los cruces en una época ya de por si interesante, se nos fue la olla encontrando curiosidades, repasando la trayectoria de autores e implicados y hablando sobre el sexo de los héroes (historia pre y post crisis y el cruce en sí).
En la primera parte, Gustavo se atrevió con una inmersión en los maravillosos años 80, la situación de las dos grandes (incluyendo a la excelsa competencia) y nos dio una detallada lección de cómo se gestó la obra, amén de hablar de los principales responsables, Marv Wolfman y George Pérez. Los cruces a los que les dimos amor fueron el All Star Squadron, Infinity Inc., Green Lantern, Batman y Detective Comics. Debido a las dos primeras, puedes encontrar apuntes sobre la obra de Roy Thomas y Jerry Ordway. Gracias a los lanterns, hablamos de Guy Gadner, pero especialmente de Steve Englehart y Joe Staton. En las series del murciélago reinaba Doug Moench, acompañado por Tom Mandrake en una y el gran Gene Colan en la otra.
Para la segunda parte, se me ocurrió repasar como se quedó el universo DC tras las Crisis, desde los panteones a las agencias, desde la historia hasta los viajes en el tiempo… y claro, mencionamos a uno de los principales responsables, el editor y chico para todo Robert Greenberger. Tocó repaso de La Cosa del Pantano del inconmensurable Alan Moore y un entregado Stephen Bissette, el Vigilante de mi querido Paul Kupperberg, con la excusa de Wonder Woman hablamos de Mindy Newell y Don Heck, los Nuevos Titanes de Wolfman y, por entonces, Eduardo Barreto, y la Liga de la Justicia de América, en su etapa más bizarra cuando guionizaba Gerry Conway.
Gran fumada lo de la tercera parte, cuando analizamos teóricamente el concepto (como suena ¿sabías que los universos superheroicos es el constructo ficticio más extenso creado por el ser humano?). Esta vez repasamos los Omega Men de Todd Klein y Shawn McManus; Superman, en aquellos tiempos en manos del polivalente Cary Bates y Curt clasicazo Swan; esa rareza que era el Blue Devil, de Dan Mishkin y Alan Kupperberg; The Fury of Firestorm, aún comandado por Conway, acompañado de Rafael Kayanan; y la Legión de Superhéroes por excelencia, la de Paul Levitz, junto a Greg LaRocque en este caso.
Y para la cuarta y última parte ¡atención! Redoble de tambores… porque grancias a nuestro Ángel (García) ¡el mismísimo Marv Wolfman nos concedió una breve pero jugosa entrevista! La dejamos para el final, ya que antes le dimos un repaso al mundillo de los cómics norteamericanos que estaba en plena efervescencia. Y entre medias sobrevolamos: aquella eclética DC Comics Present, aprovechando para homenajear a Julius Schwartz, Tony Isabella, Elliot S. Maggin o Barbara Randall (Kesel); Amatista, Princesa de Mundo Gema por el maestro Keith Giffen; un solo cruce con los Perdedores nos permite dedicar unas líneas a Robert Kanigher y la menos conocida Judith Hant. Como consecuencias de las Crisis también nos atrevimos con la Historia del Universo DC y con el relanzamiento de Flash por Mike Baron y Jackson Guice. Y por si te pareciera poco, Gustavo añadió el listado con los personajes caídos en batalla.
Si aún no has tenido suficiente, también hemos hablado de las otras Crisis ¿no sabes que esa palabra es fetiche en la compañía de Superman y Batman? Pues Víctor José Rodriguez te lo explica con pelos y señales, repasando los eventos más conocidos y volviendo a los orígenes de tan vilipendiado término. Yo también quise darle mi propia revisión en un Magazine y me pasé de listo, pero es que la palabra se ha convertido en algo tan recurrente en el Universo DC que da mucho juego.
Y ya para los muy cafeteros, algunas entradas que pasan de manera más o menos tangencial por el tema. Como la que Sergio Robla le dedico a los tejemanejes que se dejaban oír por el mundillo sobre Marv Wolfman. O la sección del Magazine que le dedicó Gustavo a uno de los protagonistas principales de las Crisis en Tierras Infinitas, el cenizo de Pariah. Y por último, el mismo señor de Higuero a Brevero me mataría si no mencionara el articulazo que le dedicó al PERSONAJE más importante de las Crisis, por si alguien lo dudaba Flash, en otro de nuestros sesudos Magazines.
Lo dicho, como para contaros algo que no hayamos dicho ya. Pero no creáis que para el próximo aniversario de tan excelso evento rascaremos por ti hasta encontrar petróleo de nuevo, palabrita del Monitor.
La labor de divulgador de David Hernando en el páramo, en el secarral que es la divulgación comiquera ensayística en España, es vitamina para el lector.
Antes de empezar permitid que me ponga en plan autoodio. En el mundo anglosajón la proliferación de ensayos, recopilaciones de artículos, crónicas periodísticas, libro-entrevistas, obras de análisis, biografías (autorizadas o no), auotbiografías, libros de memorias, etcétera… le pinta la cara al mercado hispano. Y digo hispano con intención. Es evidente que España no se puede medir con el gigante americano. Pero a nivel de lectores por idioma poca envidia le debe tener el castellano al inglés, más allá de complejitos y una falta de liderazgo y unión que espanta.
La cuestión es que la tradición anglosajona está ahí (y no ocurre solo con el cómic, también en muchos otros ámbitos). Pues aprovechémosla, hay muchas obras de referencia, muchas obras de consulta, traduzcámoslas.
Bueno, pues no. Aquí todo llega con cuentagotas. ¿No será que nos llenamos la boca de orgullo patrio y lingüístico y al final no son más que consignas futboleras?
De ahí, que la labor de Hernando sea un oasis en medio de un secarral post-apocalíptico.
Sus libros sobre cómics son rigurosos, precisos, están muy bien documentados, escritos con espíritu didáctico, sin aspavientos pedantes, sintéticos, claros.
Además, el autor se informa de primera mano, entrevista a los protagonistas, contrasta versiones, aclara dudas y plantea los interrogantes que el fan arrastra durante décadas.
Batman: Serenata Nocturna no es tanto la biografía de Batman como la historia de su creación, pero sobre todo supone poner luz a uno de los ejemplos de abuso más despreciables y es el ninguneo que sufrió el genial Bill Finger, el hombre que convirtió a Batman en lo que acabaría siendo.
El villano del libro es el inefable Bob Kane. Tal y como lo platea Hernando es indefendible la actuación del dibujante. Ahí radica quizás la única pega del libro y es que el autor se posiciona y se le nota un pelín. Todos sentiríamos simpatía por el apocado Finger, es cierto, pero no hace falta cargar tanto las tintas contra Kane. Los hechos hablan por sí mismos.
Un Kane cuya actuación, por cierto, recuerda bastante a un «maestro» del tebeo español recientemente fallecido que se aprovechó de un equipo de autores «fantasma» a los que infrapagaba mientras él se forraba, pero esa es otra historia. (¿Para cuándo la biografía no autorizada de Ibáñez?)
Kane se aprovechó de Finger de una forma patética, cierto. Pero también hay un punto poético en ese hombre que doblegó a la todopoderosa y casi monopolística DC, la compañía que humilló a autores como Shuster y Siegel (ver el libro de Hernando sobre Superman), abdujo a otras editoriales mediante con una auténtica constelación de villanos superpoderosos en forma de equipo jurídico y exprimió a a decenas de dibujantes y guionistas. A Finger lo que es de Finger, a Kane lo que es de Kane… y a DC lo que le corresponde también.
Porque al final, la compañía se sale de rositas y queda como parte del contexto, como si su maldad y abuso fuera algo tan inevitable como la lluvia.
Quién roba a un ladrón…
BATMAN THE CULT
Jim Starlin llegó a DC para hacer magia. Ya había dicho todo lo que podía y más de sus personajes fetiche en Marvel. Había matado incluso al mayor de ellos, algo que ni la todopoderosa editorial se ha atrevido nunca a deshacer. Así que pensó que la mejor manera de cambiar era hacerlo de aires.
En DC nos dejó muestras de su amor por las odiseas galácticas y por los personajes extraños, pero sobre todo dejó clara su pasión por Batman. En sus manos el hombre murciélago se hizo más humano que nunca y la obra que reseñamos como clásico es la mayor muestra de ello.
La relectura de The Cult, o La Secta (como acertadamente han titulado en la última edición de ECC) me ha resultado mucho más profunda y satisfactoria de lo que esperaba. No quiero llevar a engaño porque estamos ante un cómic pijamero de finales de los 80, pero aun contando con esa (por otro lado agradable) simpleza, se disfruta a muchos más niveles.
Además de redescubrir la sutil complejidad de Starlin, he disfrutado como nunca del color de Bill Wray. El colorista despliega un acertado número de técnicas que combina con una elección de tonalidades sorprendente pero nunca estridente. Decididamente diferentes para el cómic del momento, si no existiera ya por entonces esa maravilla llamada Lynn Varley.
De hecho, la influencia del Regreso del Señor de la Noche se nota mucho también en la tercera pata de esta confabulación de artistas. Guardado para el final por su apabullante despliegue, con ustedes el inigualable Bernie Wrightson.
Hay que admitir que la mano de Starlin se nota en ciertas composiciones de página e incluso en los diseños de algunos personajes. Pese no haber encontrado ninguna mención en entrevistas al respecto (aunque guionista y dibujante sí que reflejaron el entusiasmo de trabajar juntos) me aventuraría a decir que participó de alguna manera en el abocetado. Pero movidas propias aparte, lo de Wrightson es de traca.
Qué acertada su elección para una historia que no tiene miedo a mostrarnos cadáveres, marginación, pobreza, alcantarillas, ratas, opresión, sangre… Cierto que abusa de caras repetidas, tanto en la televisión como en algún monólogo de Blackfire, pero siempre narrativamente acertadas. Pero es que dibuja lo que quiere y como quiere. Usa la distorsión de la realidad cuando toca. Exprime los espacios a su antojo. Las sombras son prodigiosas. Está espectacular.
No me gustaría dejar de mencionar a John Costanza, el rotulista. Aparte de que es un profesional como la copa de un pino, no escatima en efectos interesantes en bocadillos y cartelas, y las onomatopeyas, que potencian la narrativa de Wrightson, son totalmente obra suya.
Entrando en la propia obra, el comienzo es magnífico. Desde esa imagen de la mansión Wayne que refleja un claro homenaje al Motel Bates de Psicosis, hasta darnos cuenta, al salir del sueño febril, que Batman ya está apresado. Efectivamente, la historia no sólo empieza in medias res, como todas las buenas que se precien, si no que el invencible héroe está maniatado y en mitad de un lavado de cerebro.
Dicho proceso es perfectamente narrado, en absoluto se usa la elipsis para esquivar la explicación de la derrota moral. De hecho, la tortura es magníficamente aprovechada para abrumar también al lector con la leyenda de la némesis de nuestro héroe, el diácono Blackfire. E igualmente, los recuerdos del torturado nos van colocando sobre cómo el infatigable Batman puede encontrarse en semejante situación.
Así, desde la primera entrega, ya somos conscientes de que nos encontramos con un villano a tener en cuenta. Bien construido, con un pasado novelesco y una estrategia realista que funciona. Una que no se basa en bases secretas imposibles y vehículos Pulp, sino en el manido populismo, en la manipulación de las masas, en aprovechar los males de la sociedad para el beneficio propio.
De hecho, la trama no utiliza ninguno de los habituales enemigos Camp de Batman salvo para enfatizar sueños o en referencias para reafirmar la caída del protagonista. También destaca el buen uso de Robin (por el momento, ¿eh Mr. Muerte?) que, sin quitar un ápice de protagonismo a Batman, aporta a la trama y se comporta como digno (y musculado, oye) compañero del héroe.
Lo que sí que sorprenderá a más de un purista es la actitud de Batman ante la muerte de culpables e inocentes. Si en el segundo número lo vemos sospechosamente cerca de un cadáver y el arma que acaba de disparar en sueños, en el último dejará claro que en la guerra algunas víctimas son inevitables. Desde la defensa propia, pasando al daño colateral, hasta finalmente la inacción ante el linchamiento.
Pero decíamos de la influencia de Miller. El uso de la televisión como componente narrativo es exprimido hasta la médula. Las pequeñas historias de víctimas y verdugos nos otorgan una capa más de emoción (todo sea dicho, hay que ser Miller o Starlin para que, en vez de despistar, estos incisos sumen). Y por último dos referencias directas como son el asesinato de los padres de Bruce (prácticamente copiado), y el uso de un vehículo blindado y todoterreno para el combate final.
En todo caso la historia se desarrolla de una manera magistral, con giros de guion milimetrados para cada uno de los cuatro números. Dando espacio para la trama policial, el terrorismo político y el populismo social, que se entremezclan con la huida, renuncia y resurrección del héroe.
Algo que se ha repetido desde entonces en más de una ocasión (excepto desde los 2010, que parece que Batman es omnipotente, ubicuo y hasta omnívoro) con resultados más o menos dispares. Pero en aquel momento, con la reciente versión de Miller que mostraba un Batman seguro de sí mismo y hasta capaz de vencer a Superman, era toda una valorable sorpresa. Además, Starlin trata el tema sin tapujos, poniendo en boca de Batman y Bruce sus más sinceros miedos y debilidades.
Otro leitmotiv en el que realmente la obra supuso un inicio, es el aislamiento de Gotham por culpa de las maquinaciones de un villano o de la propia naturaleza. Algo que en el cambio de siglo se convirtió casi en canon (Cataclismo, Tierra de Nadie…) y hasta recientemente usó Snyder en su personal año cero en plenos New52.
Es decir, una obra que marcó un punto y parte y que ha sido referenciada de una u otra manera desde entonces.
Starlin y Wrightson trabajaron juntos otra vez para DC en el mismo año en la también atípica, aunque mucho más superheroica, El Extraño. Y Starlin nos deleitó como autor completo en DC con, para el que escribe, esa auténtica joya que es Gilgamesh II. Pero lo que pocos conocen es que el equipo completo, añadiendo a Wray, empezaron a trabajar en la secuela de The Cult, que llamaron Batman: P.O.V. ¿os suena, Marvelmaníacos?
Efectivamente, Starlin ha declarado sin pudor que, tras el rechazo de DC a la idea (querían que Wrightson volviera a La Cosa del Pantano, algo que no llegó a ocurrir) se la vendieron a Marvel. Está aceptó y el resultado es el conocido, aunque sin llegar ni de lejos a la calidad de su predecesora, Punisher: P.O.V. En el que los más observadores podrán encontrar alguna referencia a su protagonista original.
Curiosidades aparte, La Secta es sin duda un clásico que merece reedición tanto como las obras que ECC se empeña en ofrecernos una y otra vez. Si aún no se encuentra en vuestra biblioteca versión Zinco, Planeta o ECC (ya la ofreció escondida en otros coleccionables), no os la perdáis.
(D):
A pesar de que mis lecturas juveniles siempre me llevaron más hacia Marvel, durante años, ya algo más crecidito, encontré cierto refugio en las historias de DC. Y me refiero al universo DC, no solo a Vertigo. Siento no ser nada original, pero aunque siempre tonteé con personajes como Green Arrow o Green Lantern, tuve una época en la que Batman y la Batfamilia captaron el centro de mi atención. De aquella, principios de los dos mil, muchos recordaréis que Norma editaba estos cómics y ahí apareció una serie llamada Gotham Central. ¿Una colección sobre el departamento de policía de la ciudad más oscura y corrupta? Eso tenía que leerlo.
De aquella Greg Rucka no tenía el renombre internacional que tiene ahora. Ya había demostrado su buen hacer con Batman, pero sus dos grandes obras propias (muy premiadas), Whiteout y Queen & Country, aún no habían cruzado el charco. Lo mismo se puede decir del otro guionista de esta colección, Ed Brubaker. Sí, teníamos su Batman y en Vertigo estaba La escena del crimen, que ya había sido publicada también por Norma, pero su nombre estaba lejos de lo que es actualmente, gracias a sus obras con Sean Phillips que lo han encumbrado como un exponente fundamental en el género negro. Y hablando de La escena del crimen, su dibujante es un recién iniciado Michael Lark, que precisamente años después volverá con Greg Rucka para realizar una de las mejores series independientes del momento. ¿Os imagináis que ahora nos dicen que Rucka y Brubaker se unen para escribir una nueva serie y su dibujante será Michael Lark? Sería la bomba. Y eso fue Gotham Central, una experiencia increíble.
Esta serie, que duró la friolera de cuarenta números, se metía de pleno en el departamento de policía de Gotham para contarnos su día a día con los villanos de la ciudad. Aunque está apegada al género superheroico, en tanto que está insertada en el marco del universo DC y aparecen supers clásicos de la Batfamilia en ella, tanto buenos como malos, lo cierto es que es puro noir, un drama policíaco del mejor que os podéis encontrar en el cómic del presente siglo, que no es poco.
En ella veremos como protagonistas a los diversos detectives de la división, entre ellos a los más conocidos René Montoya o Crispus Allen, algunos de sus superiores y a personajes como Harvey Bullock o el Comisario Gordon de manera recurrente. Las historias son muy variadas, desde la desaparición de una niña, la investigación de la muerte de un compañero, amenazas a agentes del cuerpo o un francotirador loco que se dedica a disparar indiscriminadamente contra civiles y policías. Cada arco argumental es una pequeña delicia del género negro, algunas escritas por Rucka, otras por Brubaker y otras por los dos juntos.
En cuanto al apartado gráfico simplemente tenemos a un Michael Lark que si bien no llega a la calidad actual, aún estaba cogiendo su estilo, hace un trabajo maravilloso. Si bien el autor no está durante los cuarenta números hay que admitir que tiene sustitutos de lujo como Brian Hurtt, Steve Lieber o el español Kano entre otros.
En nuestro país, como decía antes, fue Norma la que comenzó su publicación, aunque luego sería Planeta, al hacerse con los derechos, quien la finalizase. Hace unos años ECC la reeditó en varios tomos y este mismo mes han decidido lanzar un tomo integral, de esos grandes que tanto parecen gustar ahora, con la colección completa. Sea el formato que sea, sin duda es una serie que merece la pena tener en la biblioteca para leer y releer.
Y LA ENCUESTA FINAL…
Nos vemos en 30 días en un nuevo Magazine DC y disfrutar del mes de marzo.
Rayos, Batman alimento a varios personajes de Marvel por lo que cuentan, con diferentes historias. Que entre POV y La ultima caceria de Kraven me intriga saber que otras historias planeadas para Batman terminaron en Marvel.
Para Batman no sé, pero me viene a la cabeza los personajes q Cockrum diseñó para la Legión y terminaron en una nueva Patrulla… pero seguro q hay mil casos más en una y otra dirección
No se que histories de los personajes de Marvel se podrian trasladar a las de DC, me parece mas dificil. Hay varios casos al reves, proyectos que no se dieron en DC y terminan en Marvel, pero no conozco casos en sentido opuesto.
Pues nada menos que el Dark Knight. Hablo de memorieta y me puedo equivocar, pero en la intro del DK editado por Norma (2002), se cuenta en palabras del propio Frank Miller: le expuso una idea a su editora de Daredevil y esta le contestó “es una idea para Batman”.
Menuda crack la tía.
OH… entonces seguramente el rol de Superman en esa historia estaba pensado para el Capitan America en la propuesta original…
Eso explica mucho.
«parece que Batman es omnipotente, ubicuo y hasta omnívoro».
Omnipotente y ubicuo vale que puedan ser considerados superpoderes, ¿pero omnívoro?
Se os coló también un «abdució» en el texto 😉
Jajaja, no Raku, es una broma propia en honor a Faemino y Cansado: «Dios, tú q eres omni… omnívoro»
Venga, va, te lo compro. Pero el «abdució» a ver cómo me lo vendes jaja.
Eso ha sido el becario, seguro!
Eso es «invendible». Ha sido fallo mío. Gracias por estar tan atento.
¡Qué gran artículo!
Va tan cargado que seguro que me dejo algo que comentar. Releí hace poco From Hell y por ello ahora mismo no me apetece mucho meterme en asesinatos londinenses, pero me ha llamado la atención la premisa de Cadáveres y Si Spurrier es un autor a seguir. Lo leeré en verano.
Relatos de los Titanes la leí a ritmo USA y me gustó más que los Titanes nuevos.
Qué recuerdos y qué gusto me da ver a Alan Grant y Norm Breyfogle. Quince años para hacerme con todas sus grapas de Zinco (maldita Universo DC hahah).
Serenata Nocturna lo leí en verano y me encantó, siempre he admirado, respetado y querido saber más sobre Bill Finger. Fue un verdadero artista, un creador. Su riqueza fue su mente. Igual que la de Steve Ditko, sobre el que leo mucho también desde hace un par de años. DC y Marvel en general y Kane y Lee en particular deben mucho a cada uno de ellos.
Por lo último, hacéis bien en traernos de nuevo los artículos de Crisis, yo voy a releer la entrevista a Wolfman cuando pueda. Además, llevo unos días buscando un artículo de Superman de hace un par de años o tres en el que dejamos varios comentarios muy interesantes sobre historias de Supes de la Edad de Plata y la de Bronce, no consigo encontrarlo.
A ver si sale un voluntario para organizar la hemeroteca hahah, o si alguien se acuerda que lo diga plis!
Siempre es un lacer poder leer comentarios como los vuestros.
Sobre Superman, te dejamos por aquí algunos links por si te son de ayuda:
Especial Kryptonita (Parte I) – Zona Negativa
Especial Kryptonita (Parte II) – Zona Negativa
Son los dos artículos que me vienen a la cabeza que, con la excusa de la kryptonita se habla de muchas historias de la Oro, Plata y Bronce como comentas.
Mil gracias.
Fua, muchas gracias! Llevo un par de semanas bastante supermaniaco, los voy a disfrutar
Las tapas de The Cult fueron otras de esas publicidades de Zinco grabadas a fuego, que recién pude leer con la colección 80 Aniversario hace un par de años. El guión es extraaaaño, más si lo comparamos con el Batman que acostumbramos del 2000 para acá. Pero si lo pienso bien, no desentona con otras historias de la época como Veneno o Las Diez Noches de la Bestia, con respecto a la vulnerabilidad y decisiones rarunas de Batman. Es una historia interesante e original, me recuerda en su misticismo a Gothic de Morrison.. El dibujo de Wrightson tremendo, unido como dicen al color una obra de arte. Joyita.
Doc!
A mí The Cult me acojonó totalmente, también te digo que tenía siete años. Pero la página que se ve arriba de Robin en una cloaca, y luego ese “bienvenido al infierno”… pues eso. Que me creí que era el infierno de verdad.
Casi veinte años después lo leí en tomo, con una intro de Starlin titulada “¡Quemad Este Libro!” que me caló hondo.
Pero, y esto es innegable, fue una de tantas obras que calcó descaradamente el espíritu del Dark Knight. Está guapo, pero solo hay un Miller.
Y si, mejor inspirarse en Miller que en…Liefeld ponele. Pensa que el y su generacion estaban ahi asomando jeje. Últimos retazos de los 80 dorados, hasta los comics de mediana clase eran joyas.
Yo creo que más que calcar, se sintió realmente inspirado (y en todo caso, no creo que Starlin necesite copiar a nadie). Fijaros que incluso con Una Muerte en la Familia ponía piezas para que Dark Knight fuera canon
Es verdad que lo de calcar suena un poco demasiado rotundo.
Pero realmente no me refería a Starlin, sino a la política editorial que impregnó todo el cómic superheroico después del DK y Watchmen, tratando de replicar su tono.
Lo de Una Muerte en la Familia me parece genial, porque fue por una diferencia de cincuenta votos de los fans que votaron por teléfono. Que un detalle así sea el que deja la puerta abierta a que el DK pueda ser canon es algo que me encanta hahah.
Por cierto, que la versión del Batman #428 en la que Jason sobrevive lleva poco más de una semana a la semana.
Maldito Jason. Le desearía la muerte si no supiese que acabaría por resucitar otra vez.