Magazine DC – noviembre 2023

Arrancamos elmes con un Especial Halloween de DC... Truco o trato.

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INTRODUCCIÓN

Inauguramos nuevo mes y lo hacemos con un Magazine que sigue de resaca por la celebración del Día de los Muertos, Halloween, Todos Santos, haciendo de su edición todo un especial dedicado a obras, autores y personajes de DC adscritos al género del terror, suspense y misterio. Un especial que nos va a llevar por los oscuros callejones de DC, casas encantadas, tenebrosos pantanos, en un recorrido entre bastidores de un género que resiste el paso del tiempo con solidez y buenos resultados siempre que se realiza una propuesta nueva adscrita a su temática.

De esta forma hablaremos de uno de los dibujantes más importantes del género en DC, Berni Wrightson, de una de sus mejores creaciones, adentrándonos en un recorrido por series clásicas de DC de terror y misterio. Y todo ello sin olvidarnos de recomendar obras de DC terroríficas. Y en el apartado de libros comentaremos uno que es especialmente importante porque habla de la historia de la editorial que más partido sacó en su día al terror, misterio, suspense y ciencia ficción, entre otros géneros, EC Comics.

Bueno, criaturas del averno, lo dejamos aquí para dar paso a este Magazine Especial y cuidado todos los que tengan problemas de corazón porque no escatimamos en sustos.

TITULARES

ECC

El artista de este mes es el grandísimo Bernie Wrightson. El autor nació el 27 de octubre de 1948 en Baltimore (Maryland, USA) en el seno de una familia de fuertes convicciones católicas.

Su pasión por los cómics y el terror nació de la temprana lectura de los cómics de la EC, la exinta y legendaria editorial con la que se cebó el Comics Code. Wrightson aprendió a través de esos cómics sus primeras lecciones de dibujo. Posteriormento realizó un curso por correspondencia de la Escuela de Artistas Famosos.

Sus inicios profesionales fueron en 1966 en un periódico que les va a sonar mucho a los aficionados a la multipremiada serie The Wire, el Baltimore Sun. Al año siguiente, conoció al legendario Frank Frazetta en una convención de cómics en Nueva York. Gracias a sus consejos Wrightson se inspiró para crear sus propias historias. En 1968, mostró al editor de DC Comics, Dick Giordano, algunos ejemplos de su obra. El mismo año, en una convención de ciencia ficción, recibió el reconocimiento como nuevo talento.

En 1970 empezó a publicar en DC en la cabecera House of Mistery y en 1971 colabora con Len Wein para la creación de la Cosa del Pantano (House of Secrets #92). El éxito del personaje fue tal que la editorial propuso a los autores sacar adelante una colección regular. Ambos rechazaron la idea para repensarlo un año después modificando algunos aspsectos del planteamiento inicial.

Wrightson estuvo hasta el número 10. Posteriormente pasó a ilustrar cómics de terror para Warren e ilustraciones para libros de HP Lovecraft o Edgar Allan Poe.

En 1975, Wrightson se unió a sus compañeros artistas Jeff Jones, Michael Kaluta y Barry Windsor-Smith para formar The Studio, un loft compartido en Manhattan para realizar trabajos fuera del circuito más comercial. El padre de La Cosa del Pantano no dejó de colaborar en editoriales de cómic pero desde ese momento empezó a realizar ilustraciones para carteles, posters, grabados, etcéteras relacionados con la literatura y el cine de terror. Fue el autor del cartel de la película Creepshow, por ejemplo.

Especialmente prolífica fue su relación con Stephen King, ilustrando ediciones de sus libros como La Tienda, la novela breve El ciclo del hombre lobo, Buick 8 o la Torre Oscura. Ambos autores participaron en una versión del Frankenstein de Mary Shelley donde Wrightson realizó cincuenta ilustraciones a tinta con un nivel de detalle espectacular y King la introducción. Otra celebre colaboración entre ambos fue el cómic Creepshow que adaptaba la película al medio de la viñetas.

En los ochenta volvió a los cómics colaborando con DC y Marvel. En la editorial de Burbank realizó títulos como The Weird y Batman: The Cult con guion de Jim Starlin, o The Big Change y Hooky.

En los noventa dibujó a El Castigador, Spiderman o Purgatoty para Marvel, con niveles de calidad dispares. También trabajó para Dark Horse dibujando Aliens. En 2007 publicó City of Others en la misma editorial.

Otra faceta destacada de Wrightson es su colaboración con el mundo del cine realizando diseño y Storyborads como con la película Spider-man

Murió el 18 de marzo de 2017, a la edad de 68 años, en fechas muy cercanas a las que también falleció Len Wein. Vivía en Austin, Texas con su esposa Liz. Además de su esposa, le sobreviven dos hijos, John y Jeffrey, un hijastro, Thomas Adamson.

Wrightson está considerado uno de los grandes maestros del terror del cómic americano. Su capacidad para dibujar figuras deformes y realistas con su característico estilo ha dejado una huella imborrable en miles de lectores a lo largo de décadas. Su influencia en el sector es legendaria, así como su capacidad para trasladar gélidas y terroríficas atmosferas ambientadas en las historias del terror más clásico.

La Cosa del Pantano fue la creación de dos leyendas del medio. El guionista Len Wein y nuestro autor del mes, Bernie Wrightson. Wein además de creador de Swamp Thing fue el guionista responsable del X-Men Giant size #1, famoso cómic de la competencia que supuso el exitoso reinicio de la Patrulla X y el creador de Lobezno. Se trata, por tanto de un guionista que ha estado en el comienzo de auténticos titanes del medio.

Pero yendo a lo que nos interesa, la primera aparición de la Cosa del Pantano fue en una historia en House of Secrets #91 en verano de 1971. La historia explicaba el asesinato de Alex Olsen por parte de su amigo Damian Ridge, con la intención de casarse con la viuda de Alex, Linda. El cómic se sumaba a la nueva moda sobre tebeos de terror de los setenta. La historia fue un éxito y se planteó realizar una serie original que ambos autores declinaron.

Aunque un año después aceptaron realizarla y para ello resetearon al personaje. Allí ya teníamos a Alec Holland, un biólogo que estudiaba una fórmula bioregenrativa de las planas. Una explosión en el labortorio (la mezcla de productos químicos y eso) provocada por Mister E convirtió a Alec en el monstruo que todos conocemos.

Las primeras aventuras del personaje son más cercanas al terror puro. Holland se enfrenta a diferentes monstruos e incluso a los asesinos de su esposa.

Wein fue sustituido a los guionies por David Micheline. El punto fuerte de la serie estaba en el dibujo de Wrigthson. Si bien los guiones eran interesantes, no se salían de lo habitual en la época. El apartado gráfico, en cambio, era algo auténticamente revolucionario y novedoso. El autor le dio una nueva dimensión al cómic de terror con sus atmósferas opresivas y sus monstruos deformes. Supuso el canon y la referencia gráfica de la Cosa del Pantano durante años.

La serie se canceló hasta que en 1982 fue recuperada en Saga of the Swamp Thing de Martin Pasko y Dan Mishkin. Con la idea de aprovechar el tirón de la película que sobre el personaje realizó Wes Craven. Una película que causaba auténtico espanto debido a su baja calidad.

Se hicieron muchos cambios respecto a la colección anterior, principalmente sobre lo escrito por Micheline (el editor era Wein). Personajes como Abigail o Matt Cable que aparecieron en la etapa anterior sufrieron modificaciones. Matt acababa en coma debido a electroshocks. La Cosa era abatida y secuestrada.

En esta etapa ya pasaron por la colección dos dibujantes fuertemente influidos por Wrightson como son Stephen Bissete y John Tobleten.

La serie languidecía como una más hasta que llegó “el momento”. Y es que a ningún conocedor del medio mínimamente informado se le escapa el vínculo, el nombre que tenemos en la cabeza cuando oímos las palabras Swamp Thing. Alan Moore aterrizó en la colección con muy poco bagaje, muchas ideas y la fuerza de un huracán transgresor repleto de conceptos que iban a resonar durante décadas.

El Barbas llegó a La Cosa del Pantano para escribir un hito del personaje, de la editorial y del cómic. Un Moore incipiente, experimental y profundamente creativo como solo puede serlo el genio de Northampton.

En su segundo número (en el primero se dedicó a cerrar tramas) redefinió el personaje en el legendario número «La lección de anatomía, allí vemos como los asesinos de Holland le encargan al Hombre Florónico que le haga una autopsia al cadáver de la Cosa. Woodrue descubre que los órganos de Holland son inútiles. La conclusión es que Holand está muerto y la Cosa del Pantano es un conjunto de plantas que sueñan con ser un humano.

Moore acababa de situar al personaje haciéndole consciente de su esencia, demostrando que Matt Cable ha sido poseído por Arcane e iniciando el romance entre la Cosa y Abby. La relación amorosa será uno de los cimientos de la etapa de Moore.

El guionista le da un tono fuertemente ecologista e izquierdoso a la colección con números sobre la contaminación nuclear y sus peligros como son la historia del radiactivo Cara Nuclear.

American Gothic es una extensa saga del personaje en la que Moore nos presenta al carismático e impertinente mago inglés, John Constantine. Éste recluta a Swamp Thing para evitar que fuerzas oscuras se adueñen de la Tierra. La Cosa viaja por América enfrentándose a diferentes pagas monstruosas como el pueblo de los vampiros acuáticos, por ejemplo.

Constantine es importante porque enseña a su peculiar manera a la Cosa a controlar sus poderes. Además de ser una de las semillas que surgen de la cabeza del Barbas y que en un futuro brotarán y echarán profundas raíces en la editorial y la cultura pop.

Moore integra al personaje en el universo DC, le da coherencia y nos muestra sus vinculaciones a macro eventos a través de las consecuencias de estos, como por ejemplo, Crisis en Tierras Infinitas y la saga de “La Brujería”. Allí convergen la mayoría de personajes mágicos de DC, donde Moore ejerce su maestría dándoles contenido y personalidad propia, sin perder su esencia original.

Durante el tiempo que la Cosa está “fuera” de Lousiana, Moore inicia una saga para criticar duramente la hipocresía y puritanismo de la sociedad americana. Abby es encarcelada por unas fotos comprometedoras con Alec. La Cosa toma como rehén Gotham City buscando la liberación de su amada. En estos números vemos la auténtica dimensión de los poderes de Swampy y su terquedad. El crossover con Batman es uno de las concesiones que hace el guionista a la línea más oficial de DC pero no dejan de ser unos números muy apreciables en los que podemos gozar del murciélago escrito por Alan Moore.

Una vez liberada Abby. La Cosa es supuestamente asesinada (con colaboración de Lex Luthor). Sin embargo, Alec ha conseguido trasladar su consciencia por lo que viaja por el universo en una serie de números increíblemente imaginativos. Se cruzará con Adam Strange, Linterna Verde, Metron, Darkseid, etcétera.

Destaca el número “Mi cielo azul” donde la cosa habitará de forma solitaria un planeta. Este episodio parece una especie de ensayo sobre el mítico número del Dr Manhanttan en Marte. También existe la interpretación subtxtual de que Moore esté hablando de si mismo, viéndose como un ser aislado, solitario e introspectivo.

El espectacular regreso a la Tierra de la Cosa del Pantano supone el final de Alan Moore en la serie y el cierre de una etapa inmortal.

Rick Veitch, que había sido dibujante de la serie, pasó a ocuparse también de los guiones en el número 65, entintado por Alfredo Alcalá. En esta etapa vemos como el Parlamento de los árboles había sacrificado a un inocente como sustituto de la Cosa al creerla muerta. Esta semilla pasa a ser el hijo de Abby y Alec al regreso de éste.

A su regreso Swamp Thing busca vengarse de sus asesinos y acecha al creador del arma que casi lo aniquiló, Lex Luthor, lo que le lleva a enfrentarse a Superman.

A causa de Invasión La Cosa retrocede en el tiempo y pasa medio año intentando volver. Durante este tiempo Matt Cable pasa del como al mundo de los sueños y se integra en The Sandman.

Llega uno de los momentos polémicos del personaje. En el número 88 debía aparecer Jesucristo, pero DC decidió no sacar el número para evitar meterse en marrones innecesarios en una serie minoritaria (estaba muy reciente la polémica con el film de Scorsese La última tentación de Cristo). Esto provocó la salida de la serie de un enfadado Veitch.

Jamie Delano y Neil Gaiman iban a ser los continuadores, repartiéndose los números. Pero ambos declinaron por solidaridad con Veitch. Las historias de Gaiman terminaron apareciendo en Swamp Thing Annual.

La serie quedó en un impás hasta la llegada del guionista Doug Wheeler. Puso las cosas al día finalizando el viaje en el tiempo y “dando a luz” a Tefé, la hija de la Cosa y Abby. Durante estos números El Parlamento sostiene una guerra contra el «Gris», otro grupo de Elementales. Pat Broderick era el dibujante principal de la etapa.

La escritora de terror Nancy A. Collins fue la siguiente guionista. Resucitó a Anton Arcane, junto con Sunderland Corporation, como antagonistas para Swamp Thing. Esta etapa se caracteriza por ser continuista con la línea de Moore en temas como el ecologismo, la crítica a las grandes corporaciones y el terror.

Posteriormente un par de escoceses conocidos como Gran Morrison y Mark Millar (éste aún bastante anónimo para el público) escribieron un arco de cuatro números. Los autores escindieron la personalidad de Holland de la Cosa, convirtiendo al monstruo en una fuerza destructiva. Millar pasó a ser guionista en solitario durante veinticinco números que concluye con la Cosa como maestro de todas las fuerzas elementales, incluido el planeta.

El Volumen 3 del personaje cuenta con Brian K. Vaughan, Roger Petersen y Giuseppe Camuncoli . Estamos en 2001 y la serie se centra en la hija de Alec, Tefé Holland. La niña pasó de 11 a 18 años para facilitar la trama. Sus padres y Constantine le lavan el cerebro para reprimir sus instintos más destructivos.

Creyéndose una chica humana normal llamada Mary que se había recuperado milagrosamente de un cáncer tres años antes, redescubre sus poderes y su identidad cuando se da cuenta que su novio y su mejor amigo la traicionan en la noche del baile de graduación. En un momento de ira, sus poderes se manifiestan y los mata a ambos. Luego, Tefé finge su propia muerte y se embarca en una serie de desventuras que la llevan por todo el país y, finalmente, hasta África, en busca de un mítico «Árbol del conocimiento».

Abbigail y la Cosa vuelven a restablecer su relación y a vivir en el Pantano. En esta etapa, Vaughan no acaba de separar el vínculo entra la Cosa y Holland.

La serie se reinicia en el volumen 4 con guionistas como Diggle, Pfeifer y Dysart. La Cosa intenta vivir una vida apartada del mundanal ruido. Su aislamiento es tal que la serie es cancelada por sus malas ventas.

Swamp Thing volvió primera línea DC en el evento El Dás Más Brillante. Había sido corrompida por Nekron en La Noche Más Oscura. La Cosa del Pantano hizo estragos en Star City y buscó destruir toda la vida en la Tierra. La Entidad dentro de White Lantern usó varios héroes, incluidos Hawkman , Hawkgirl , Firestorm , Detective Marciano, Aquaman y Deadman para frenarla y reconstruirla. La nueva Cosa del Pantano derrotó y mató a la Cosa del Pantano original y corrupta. Luego restauró la vida en áreas naturales de todo el mundo y declaró que aquellos que lastimaran a lo Verde enfrentarían su ira.

La cosa estaba clara, la Cosa del Pantano tenía que participar más activamente en el universo DC y a la editorial no se le ocurrió una mejor manera de darle las riendas a Scott Snyder durante los controvertidos New 52. Está claro que los tiempos de Moore quedaban lejos y el personaje era una sombra de sus tiempos de gloria. Vulgarizado y “modernizado” la cosa no dio para mucho más.

En 2016 se lanzó una miniserie de seis números escrita por Len Wein y Kelley Jones. Donde volvemos a ver a personajes como Anton Arcane y Matt Cable. Posteriormente Tom King escribe un especial navideño del personaje (2018) done podemos leer el último número escrito por Wein (había fallecido en 2017).

En 2021 se publica una miniserie escrita por Ram V. Se trata de una recreación extremadamente compleja del personaje, pero encarnado por un tal Levi Kami de origen indio. Mike Perkins es el dibujante de esta sobresaliente serie limitada de 16 números. El éxito de esta colección implicó que pasará de los diez números planificados inicialmente a los dieciséis.

En 2022 además Swamp Thing publica una mini serie de tres números en Black Label con guion de Jeff Lemire y dibujo de Dough Mahnke. Una espectacular historia futurista que mezcla el gore, el terror ecológico, el post apocalipsis y el magnetismo de Swampy y Constantine.

El presente del personaje parece que está en tierra de nadie. Sin embargo, el carisma y el recuerdo de ser el protagonista de un hito del cómic nos retrotrae a los ochenta. Los ojos nos hacen chiribitas cada vez que oímos que hay nueva colección de la Cosa. No en vano, recientemente Ram V ha demostrado que se pueden hacer todavía historias terroríficas y muy destacadas del personaje.

ENCUESTA LA COSA DEL PANTANO

Y ha llegado la hora de la verdad…

¿Cuál de estos pantanosos personajes os parece más interesante?

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LA COSA DEL PANTANO #21

La Cosa del Pantano nació en el año 1971 de la mano de Len Wein y el dibujante Berni Wrightson, en House of Secrets #92, para más tarde dar el salto a su propia colección en solitario. Nacido como Alex Olsen en su primera aparición, pasó a ser Alec Holland en su propia serie. Fue allí donde se reescribió su origen haciendo de Holland un científico que investigaba una fórmula bioregenerativa vegetal que moría víctima de un sabotaje de sus instalaciones al abrasarse vivo bañado por su propia fórmula, antes de caer en las fangosas aguas del pantano donde tenía montado su laboratorio. Su muerte no fue tal y resurgió de las aguas del pantano convertido en un monstruo primigenio. La serie gustó, pero su éxito fue efímero y mostró síntomas de fatiga y las ventas comenzaron a verse afectadas y su andadura editorial terminó en 1976. El personaje tuvo una segunda oportunidad en 1982, con Martin Pasko y Dan Mishkin, aprovechando que se acababa de estrenar la cinta de Wes Craven del personaje. La serie de nuevo comenzó a perder interés y antes de cumplir dos años en las tiendas, en el número 20 de la serie, llegó Alan Moore, guionista británico, que iba a probar si su talento podía adaptarse a los Estados Unidos, algo que hizo de manera realmente contundente al dar un cambio radical al personaje en su conocida Lección de Anatomía.

Un comic para la historia de DC, porque tomó lo que se había estado haciendo con el personaje y lo uso para cambiar por completo el concepto que se había tenido hasta ese momento de este al plantear que no se trataba de Alex Holland convertido en una planta viviente, sino una planta que creía ser Alec Holland. Un cambio aparentemente simple, pero que permitió al guionista no solo firmar un número brillante, sino dar pie a una de las mejores etapas del personaje jamás escritas.

Estamos ante un relato de terror de la vieja escuela, orquestado con milimétrica recisión en el que Moore reescribió el origen de la criatura al tiempo que plasmó todas sus intenciones futuras en la colección. Se definió, el tono, la forma y el sentido de esta, con un marcado mensaje ecologista, en el que el terror y todas sus ramificaciones fueron fundamentales, pero sin dejar de lado el género superhéroico al que se veía adscrita la criatura. Y con todo ello conjugó una magnífica historia de amor imposible. Una historia concisa, donde la narración hipnotizaba, con una capacidad de concreción de ideas y conceptos sublime, que además cautivaba por el impactante dibujo de Steve Bissette y John Tobleben, capaces de plasmar una atmosfera sobrecogedora, desesperada y triste, de un drama horripilante, para poner la puntilla a un trabajo perfecto con el que Moore demostró que no existen los personajes malos en los cómics.

TALES OF THE GREEN LANTERNS ANNUAL #02

Una de las grandes virtudes de Alan Moore, que vuelve a colarse en esta sección, es la de saber contar historias de potente calado en pocas páginas. Su capacidad para mirar lo que otros miran y ser capaz de ver algo nuevo en su interior es lo que hace de su talento algo especial. Dentro de ese enorme volumen de historias que tiene diseminadas por múltiples editoriales y colecciones, hay una que merece la pena rescatarse hoy dada la temática del Magazine. Se publicó en un anual dedicado a los Green Lanterns y en aquella breve historia en la que sentó sentencia sobre el futuro del cuerpo siendo, además, fuente de inspiración para el trabajo que llevaría a cabo Geoff Johns años más tarde con la franquicia.

Nos referimos a la historia Tygers, con dibujo de Kevin O´Neill, dónde de la mente de ambos autores nace un mundo cuajado de monstruos dignos de cualquier pesadilla al que llega Abin Sur, donde se le hará participe del final de los Green Lantern Corps, de sí mismo y de la propia idea que encarnan los policías de los Guardianes. Y todo ello narrado dentro de ese mundo imposible de dolor, muerte y destrucción.

Moore construyó un relato de terror dentro de la estética de la ciencia ficción y nos regaló una historia que juega con el mito del predecesor, las profecías autocumplidas y el daño que puede hacer el conocer lo que nos depara el futuro, tamizado a través de imágenes realmente inquietantes y escalofriantes. Imprescindible.

ANIMAL MAN: CARNE Y SANGRE

Muchos lectores conocen el trabajo de Grant Morrison en Animal Man. No en vano su etapa de 26 números es considerada como una mejores del personaje por su singularidad. Pero tras el paso del escoces por la colección que el mismo puso en marcha, le llegó el turno a Peter Milligan (que ya estaba escribiendo Shade) mantener el tipo frente a lo desarrollado por Morrison. Por tanto, su estrategia fue entrar en la serie con un enfoque que le permitiera distanciarse al máximo de las ideas de Morrison. Pero arriesgó demasiado, mucho, tanto que su trabajo apenas duró seis entregas, porque su apuesta no fue del agrado de los lectores que estaban demasiado metidos en lo que Morrison había desarrollado y no estaban muy por la labor de tolerar cambios tan radicales. Milligan no es un guionista de masas, no hay que olvidarlo, tanto que incluso el que puede ser considerado uno de sus mejores trabajos, Shade, se canceló antes de poder concluir por las bajísimas ventas que acarreaba.

Tocaba, por tanto, buscar a un guionista capaz de devolver a la serie del prestigio de antaño y el elegido fue Tom Veitch que firmó una etapa comprendida entre los números 33 al 50, con dibujo de Steve Dillon. Y aquí sí que la tecla encontró el tono adecuado, pues lo que hizo fue olvidarse del origen alienígena de los poderes del personaje para dotarlo de algo más totémico, más ancestral, más enlazado con las fuerzas místicas del planeta, lo que llegó a sentar las bases del Animal Man que tenemos hoy en día en el Universo DC. Pero el que de verdad supo cómo aprovechar todo ese nuevo potencial fue el sustituto de Veitch, Jaime Delano, que con su primer arco construyó un relato de terror ancestral y orgánico digno de colarse en este Magazine por pleno derecho.

Maestro de la prosa con influencia poética, su trabajo en Animal Man fue toda una declaración de intenciones y en Carne y Sangre, sentó las bases de lo que iba a ser una de las etapas más potentes del personaje. Y para ello no dudo en matarlo en su primer número y que esto fuera el germen de un viaje a través del rojo, de índole terrorífica, con el que definir todos los nuevos patrones por los que se iba a regir el personaje a partir de entonces. Su primer arco pasó a formar parte de Vertigo en el número 57 de la colección y el mensaje de que la colección había transmutado algo nuevo y distinto, como nido para lectores de otro tipo, quedo patente con la inclusión en portada del menaje: Para lectores adultos.

La serie había encontrado de nuevo su propia voz, en el terror primigenio, en la propia naturaleza humana, en la carne y la sangre, en lo que implica el rojo y sus consecuencias a nivel emocional para Buddy Baker y todo su entorno. Un relato de miedo, con casquería incluida, que merece revisitarse cada cierto tiempo.

Delano dejó la serie en el número 79 con todo el personaje y su familia totalmente remodelados y dejando una impronta indeleble de mensaje ecologista que sigue muy vigente hoy en día. Una etapa que es toda una joya de la corona del Vertigo inicial.

DC especial Halloween

En esta época tan especial y escalofriante, no se nos ocurre mejor idea que hacer un repaso por los especiales dedicados a la noche de los difuntos… venga, hablamos de una editorial norteamericana, digamos claro que nos referimos a los especiales de Halloween.

Ni que decir tiene que el listado podría ser kilométrico, así que hemos ido picoteando, tratando de ofrecer una variada muestra de entre toda la historia de DC. Por supuesto todos son de fecha de portada entre noviembre y enero del año que tocara, pero os podemos asegurar que su fecha de salida fue Octubre (y si me fuerzas, la última semana).

Empecemos pues por uno de los más antiguos, en 1945. En la portada de Comic Cavalcade #12 se reúnen sobre la calabaza el trío de Wonder Woman, Flash y Green Lantern. Probablemente dibujados cada uno por su artista habitual; Harry G. Peter, Everett E. Hibbard y Martin Naydel respectivamente. Pero las historias no se correspondían a tan mágica festividad, así que me permito añadir otro del año siguiente, el Flash Comics #78. Bajo el título de Haunted Halloween, sí que se desarrolla una historia en la que los disfraces y la famosa noche cobran protagonismo, cortesía de Gardner Fox y Hibbard.

A finales de la década siguiente comienzan los verdaderos reyes de la fiesta. Aquí nos llegaron escasamente como Sal y Pimienta gracias a Novaro, pero Sugar and Spike fueron probablemente los caracteres infantiles más famosos de DC. Y como tales les tocó ser anfitriones de una de las celebraciones más queridas de los niños estadounidenses. Concretamente desde el #25 (1959) hasta el #98 (1971) se encargó Sheldon Mayer de las típicas trastadas de Halloween. Otros títulos juveniles se encargarían de la celebración en alguna que otra ocasión, como el Swing With Scooter #24 de 1969, por Henry Scarpelli.

Pero volvamos a los supers, y que mejor que el primero de los cómics. En plena Edad de Plata, el protagonista de Halloween sería la versión más monstruosa de Superman, Bizarro, en Adventure Comics #294 (1962). En el número, de Jerry Siegel y John Forte, los bizarros se disfrazan de famosos, asustan a la gente y maltratan a Bizarro Krypto, que, tras salir espantado y buscarse nuevos dueños bizarros, vuelve para recibir el inverso “cariño”. Como os podéis imaginar, otro enemigo carismático que ha dado problemas a Supes en tan digna fecha no ha sido otro que Mr. Mxyzptlk. Sería ya a las puertas de las Crisis, en DC Comics Presents #53 de 1983, cortesía de Dan Mishkin y Curt Swan, y lo llevaría nada menos que a la Casa del Misterio.

Para la Edad de Bronce nos vamos al más terrorífico de los enmascarados, Batman. En su serie homónima, en el número #237 de 1971, nos desplazamos hasta Rutland, en Vermont. Y no será la primera ni la última vez, os recomiendo repasar la wiki porque lo del desfile de Halloween de este pueblo y los superhéroes tiene tela. El protagonista de esta historia, escrita a 6 manos por Dennis O’Neil, Bernie Wrightson y Harlan Ellison y dibujada por un inconmensurable Neal Adams, es más bien Robin. Y atención que es la primera aparición del Segador, aunque no es el que conocimos en Batman: Año Dos, sino un tal Doctor Benjamin Gruener.

Al año siguiente, los anfitriones de la fiesta sería la Justice League of America (#103, 1972). En concreto Superman, Batman, Hawkman, Flash, Green Lantern y Green Arrow, a quienes el Fantasma Errante termina llevando a Rutland (otra vez) para enfrentarse a Felix Faust. La historia correría a cargo de uno de los equipos más longevos en el título, Len Wein y Dick Dillin. ¡Pero espera! Que en el 1977 los que terminarían en el pueblo éste serían los Freedom Fighters (#6) gracias a Bob Rozakis y la gran Ramona Fradon. Al año siguiente le tocaría de nuevo al Fantasma Errante, junto con Deadman, volver a Rutland (again). Se vio en DC Super-Stars #18 por Martin Pasko, Gerry Conway y Romeo Tanghal.

Y llegamos a unos cómics que han hecho historia por méritos propios, más que por la relación con la fecha clave. Todo comenzó en 1993 con el Batman: Legends of the Dark Knight Halloween Special #1 de Jeph Loeb y Tim Sale… ya sabéis por dónde voy ¿no? Efectivamente, los autores le cogieron gusto a la celebración, en este caso protagonizada por el Espantapájaros, y volvieron a darle cancha en el 94 y 95 con sendos especiales protagonizados por el Sombrerero Loco y el Pingüino. Como ya os suponíais, la traca viene ahora con la miniserie Batman: The Long Halloween. Comenzada en Octubre de 1996 acabó en otro Halloween, el de 1997, tras 13 fantásticos números que revolucionaron el pasado del murciélago. Aparte de continuaciones y spin-offs, tendrían otro Batman: The Long Halloween Special en 2021, que para muchos se quedó algo lejos de la calidad de la serie original.

En los 90, qué mejor que un antihéroe para celebrar esta fiesta, acompañado de un monstruo en el Lobo/Demon – Hellowe’en (1996). La gamberrada sería obra, para variar, del añorado Alan Grant junto con Vince Giarrano. Pero no todos los 90 son Lobo (aunque no lo parezca), y los jovencitos Young Justice se unen a la fiesta. En su número #3 (1998), de los habituales entonces Peter David y Todd Nauck, se cruzan con un rejuvenecido Mr. Mxyzptlk.

A finales de la década Vertigo se suma a la celebración con la miniserie de 3 números Vamps: Pumpkin Time (1998- 1999), de Elaine Lee y William Simpson, donde lo más destacable son las portadas de Frank Quitely. Ahora si en los 2000, vale la pena acordarnos de la serie 52, que en el #25 (2006) le dedico la portada de J.G. Jones a Halloween, además de un desfile en Rutland ¡Nueva York!

Y a partir de ahí, manda el talonario. Los jefazos de DC se dan cuenta que estos especiales molan y lo convierten casi en franquicia (al menos se rompen la cabeza en cambiarle el nombre cada año). De 2007 a 2010 tenemos Infinite Halloween Special, DC Universe Halloween Special, DC Halloween Special acompañado de un House of Mystery Halloween Annual de Vertigo y DCU Halloween Special junto con el segundo anual de HoM Halloween. No sé por qué, pero me he encontrado un parón hasta 2017, conde seguiría la racha con DC House of Horror, Cursed Comics Cavalcade y Swamp Thing Halloween Horror Giant, Secrets of Sinister House, DC: The Doomed and the Damned y Legend of the Swamp Thing: Halloween Spectacular y DC’s Terrors Through Time en 2022.

Ya sabéis, si no tenéis a nadie para celebrar la noche más terrorífica del año, revisar el catálogo de vuestra editorial favorita.

EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…

STEVE DITKO (2 de noviembre de 1927 – 29 de junio de 2018 hubiera cumplido 96 años)
Siempre que se nombra a este autor en cualquier conversación, enseguida salen a relucir dos de sus más famosas co-creaciones, el Dr. Extraño y Spiderman. Dos personajes de largo recorrido editorial y profundo acervo cultural entre los lectores del mundo. Pero Ditko está detrás de otros muchos personajes del cómic USA, no tan famosos y relevantes, pero sin duda interesantes, por ser creaciones muy personales y cercanas a su propia forma de ser y de percibir el mundo.

Ditko nació en el seno de una familia de inmigrantes austro húngaros, formándose como artista en la escuela de caricaturistas e ilustradores de Nueva York. Debutó en el mundo del noveno arte en 1952 para la editorial Charlton Comics centrado en producir historias de terror, misterio y ciencia ficción. Fue por aquellos días cuando también comenzó a trabajar en Atlas Comics, la futura Marvel, donde se encargó de co-crear los dos personajes comentados. Pero, tras cuatro años en la editorial, la dejó para volver a Charlton Comics para crear a Blue Beetle, Capitán Atom y The Question, así como a Mr. A, siendo estos dos últimos personajes donde Ditko volcaría más sus propias ideas y su forma de vida centrada en la corriente objetivista de Any Rand.

Estos personajes, cuando DC se quedó con el fondo editorial de Charlton, pasaron a formar parte del Universo DC, y son muy nombrados siempre que se habla de la génesis de Watchmen, pues forman parte del proyecto que DC encargó a Alan Moore para integraros en el Universo DC que tuvo que reformularse cuando el guionista presentó sus ideas a la editorial.

Pero también trabajó para la propia DC y en ese tiempo no dejó de aportar personajes tan relevantes y conocidos para los aficionados a esta editorial, como Halcón y Paloma, Shade el hombre cambiante, y Creeper, cuya seña de identidad es sin duda lo particular de sus poderes y orígenes, así como lo interesante de su aspecto físico.

Fue encontrado muerto en su aparamento víctima de un infarto de miocardio a la edad de 90 años. Un autor único, diferente, introvertido, de desatada imaginación y estilo diferente, que supo labrar su nombre con letras de otro en la historia del noveno arte.

WALLY WOOD (17 de junio de 1927 – 2 de noviembre de 1981 hubiera cumplido 96 años)
Wood es sin duda un apellido que en seguida se asocia a EC Comics. Y claro, estando en un Magazine especial Halloween era necesario hablar de uno de los autores que trabajaron en tan mítica editorial, porque, además, también se le puede encontrar en la revista MAD, editada por DC Comics en su recta final, de la que fue uno de sus fundadores en 1952, así como la serie de T.H.U.N.D.E.R Agents y como entintador en múltiples series de DC.
Wood fue todo un artista multifacético, que trabajó no solo dentro de la industria del cómic, sino también como publicista realizando ilustraciones de productos, cromos (los míticos de Mars Attaks), portadas de discos, tiras de prensas sindicadas y posters de todo tipo.

Su estilo siempre estuvo muy influenciado por las tres obras que más le cautivaron de joven, Flash Gordon, Terry y los Piratas y El Príncipe Valiente. Su sueño desde muy joven era el poder encontrar un lápiz con el que poder dibujar cualquier cosa y su fértil imaginación y capacidad de trabajo le hicieron llegar a conseguir hacer realidad aquel sueño de la niñez.

En 1968, en DC Comics, con Jim Shotter, lanzó la serie Captain Action, para pasar a ser el entintador de la serie de Superboy al año siguiente, así como encargarse de las tintas del trabajo de Kirby en DC, en las series de Sandman y Stalker. Y sin dejar las tintas también se le puede ver aplicándolas al lápiz de José Luís García López y a Walter Simonson, en la serie de Hercules Unbound. Fue colaborador activo en la creación de Power Girl, en All Star Comics. Su último trabajo para DC fue en Wonder Woman #269 en 1980.

Un autor especial, de estilo limpio y de imaginación infinita que hizo grande a un medio que amó profundamente desde su más tierna infancia, hasta su fallecimiento.

PAUL NORRIS (26 de abril de 1914 y falleció el 5 de noviembre de 2007 – hubiera cumplido 109 años)
Paul Norris empezó a trabajar en 1940 para la editorial Prize Publications, en la que realizaba tareas de dibujante y entintador, creando a Futureman, Power Nelson y Yank & Doodle. En 1941 comienza a trabajar en National y publica la historia “Sandman at sea” protagonizada por Wesley Dodds, para Adventure Comics #65 (1941). Pero sería un poco más tarde, en noviembre de ese mismo año, cuando colaboraría con Weisinger a la hora de crear a Aquaman. El nacimiento de Aquaman, en plena Segunda Guerra Mundial, definió las primeras historias del personaje. Su andadura comenzó en el More Fun Comics #73 (1941) y terminó en el More Fun Comics #107 (1946), momento en el editorialmente el personaje cambio de cabecera y debutó en el Adventure Comics #103 (1946), colección en la que permanecería, inicialmente, hasta el número 284 de 1961. Norris cobraba 13 dólares por página en Aquaman que intentaba sacar adelante diez páginas por semana. Una producción muy elevada que no le permitió poder realizar más de cinco números. Norris, por aquel entonces firmó, sin ser consciente de ello, un contrato en exclusiva con el diario liberal PM de Nueva York, para dibujar las tiras de Vic Jordan. Esta circunstancia, pasó inadvertida para Norris durante todo un año, en el que compaginaba su trabajo en el periódico con sus historias en More Fun Comics dibujando las aventuras de Aquaman. Cuando fue informado de este conflicto de intereses abandonó National en 1943 y dejó a su creación en manos de otros artistas, mientras él, tras cumplir con su servicio militar y realizar otros trabajos esporádicos como freelance para DC, pasaría los siguientes 35 años dibujando la tira Brick Bradford (creada por William Ritt) sustituyendo a Clarence Gray (1952-1987).

TONY DE ZUÑIGA (8 de noviembre de 1932 cumple 91 años)
Nació en Manila y a la tierna edad de 16 años ya comenzó a hacer sus primeros trabajos en el noveno arte en la revista filipina, Liwayway, donde ya entró en contacto con dos artistas que acabarían siendo sus mentores, Alfredo Alcalá y Néstor Redondo, hasta que se graduó en arte comercial en la Universidad de Santo Tomás que lo llevó a viajar a Nueva York para completar sus estudios en 1962. A su regreso a su país trabajó como publicista y artista independiente en varias revistas filipinas. A finales de los años 60 se trasladó de nuevo a Estados Unidos y pasó a estar en nómina en DC Comics, con Joe Orlando como editor, que le encargó acabar los bocetos de Ric Estrada de Girl´s Love Stories #153, siendo su primer trabajo como artistas en 1970 en la serie House of Mistery #188.

En DC su trabajo se puede disfrutar en múltiples series, porque nunca estuvo mucho tiempo como autor regular de una colección, pero su arte puede verse en Jonah Hex, Ghost, House Of Secrets, Phamton Stranger, Weird War Tales, Weird Mistery Tales, Arak… donde su estilo se adaptaba a la perfección con las intenciones de estas series relacionadas con lo siniestro y el terror.

ESTE MES ES EL 40 ANIVERSARIO DE… LA CANCELACIÓN DE HOUSE OF MISTERY

Buscando aniversarios que tuvieran que ver con la temática terrorífica, nuestro auténtico ratón de comiteca, Gustavo Higuero, ha descubierto uno maravilloso. Hace ya 4 lustros que nos dejó la más mítica cabecera del terror y lo fantástico de DC, hablamos de House of Mystery. Cierto que el añorado Pablo Menéndez ya le dedico un profuso y celebrado artículo, pero siempre se pueden aportar nuevos ángulos de un título tan trascendental para la editorial.

House of Mistery, nacida (cómo no) en el Halloween de 1951, es la primera de las publicaciones que ligarían a DC comics con una respetable tradición terrorífica. Porque, atentos a la fecha, nació antes del famoso Comic Code, en plena competencia con la verdadera grande en tales menesteres, EC Comics.

Algo lejos de la calidad de su modelo, la cabecera albergaba historias de miedo bastante suaves y con finales que trataban de justificar los infundados temores. En todo caso, con guionistas como Henry Boltinoff o Jack Schiff y dibujantes de la talla de Curt Swan, Howard Purcell o el inconmensurable Bernie Krigstein. El idilio con el terror le duraría hasta la centena de números, momento en que se instaura la dichosa (y autoimpuesta) censura y la cabecera pasó a albergar historias más cercanas a la ciencia ficción.

Con el resurgir de los superhéroes en la Edad de Plata, la Casa del Misterio admitiría en sus páginas los más cercanos a la sci-fi. Es el caso del Detective Marciano (del #143 en 1964 al 155 en el 66), creado por Joseph Samachson y Joe Certa, o esa bizarrada (en el sentido inglés de la palabra) que es Dial “H” for Hero (desde el #156 al 173, en 1968), de Dave Wood y Jim Mooney.

Pero la suerte cambiaría en los sesenta cuando Joe Orlando, el veterano dibujante y editor proveniente precisamente de EC, se haría cargo de la cabecera de DC Comics. Éste la devolvería a sus orígenes y aún más allá, llenándola de talentos e incluso dándole ese tono “EC” por medio de la figura de un anfitrión; nada menos que el primer asesino de la historia, Caín, en HoM #175 (1968).

El éxito de la cabecera, provocado en gran medida por talentos como Bernie Wrightson, Marv Wolfman, Wally Wood, Nick Cardy, Sergio Aragones, Gil Kane, Robert Kanigher, Len Wein, Jack Oleck, Mike Kaluta, etc., donó una nueva vida al género en DC. Como veremos en los Clásicos de este mismo Magazine, los nuevos títulos crecieron como setas, llegando incluso a promocionar la subscripción a tales cabeceras con un elocuente «Make Mystery Your Thing!»

Cabe destacar que, en los últimos tiempos de las vacas gordas, se le dio burocrática localización y origen a la casa, aparte de la mística. Fue nada menos que Paul Kupperberg en el #252 (1977). Para los curiosos, está en Kentucky y es la Mansión Braithwaite, construida por el coronel homónimo después de la Guerra Civil estadounidense.

Pero todo tiene su final, y la lenta agonía fue acompañada de un cambio progresivo de editores entre Orlando, Paul Levitz, Jack C. Harris, Wein y, por último, la pronto famosa Karen Berger. Aún tuvo tiempo de albergar otro personaje carismático “Yo… Vampiro” antes de su final en 1983. En el número final, #321, fueron los propios Orlando y Berger los que despidieron a Caín de sus funciones.

La Casa por excelencia del horror en DC abrió la puerta al género en la editorial, a los anfitriones macabros, al talento, a romper códigos y a los editores de talento y visión de futuro. Nada mal para una desvencijada mansión.

HISTORIA DE EC COMICS

Es bien sabido por todos que en los comics cabe de todo. No hay temática que no se haya abordado, con mayor o menor acierto, pudiéndose encontrar en ellos historias de terror, crímenes, guerra, western, fantasía, historia, artes marciales, humor, romances, suspense, misterio, aventuras y la ciencia ficción.

Una lista larga, inabarcable ya que cada uno de esos temas, a su vez, se puede mezclar pudiendo ya albergar historias donde no existen los límites. Un cómic de aventuras puede suceder en un escenario propio de la ciencia ficción, al tiempo que aparecen trazas de un misterio, en medio de una guerra intergaláctica. O un western en el que los protagonistas deben recorren un valle terrorífico rumbo a una mansión encantada en el que sus pistolas de poco servirán contra los espectrales indios que pueblan el cementerio en el que se haya ubicada. O un luchador de artes marciales puede acabar metido en una espiral de venganza tras el crimen de su mejor amigo y acabar enamorándose de la viuda de este. Un sinfín de combinaciones sobre un tema central que tuvieron su máxima representación en una editorial americana que brilló con fuerza a finales de la década de los años 40 y buena parte de los años 50, conocida por muchos aficionados por haber sido capaz de basar su línea editorial en hacer llegar al mercado comics centrados en alguno de los temas anteriormente nombrados y que respondía al nombre de EC Comics.

EC Comics (Educational Comics), fundada por Maxwell Gaines, un ex editor de All American Publications, vio cómo su editorial se fusionaba con DC Comics y fue capaz de mantener los derechos de explotación de la línea Pictures Stories from the Bible, con el objetivo de editar comics sobre ciencia, historia y la biblia para escuelas e iglesias. Una idea que evolucionó tras la muerte de Gaines en 1947, tras tomar el mando su hijo William, que encaró el destino de la editorial a la publicación de obras centradas en el suspense, la guerra, el horror, la ciencia ficción y el crimen.

Este planteamiento la catapultó al éxito y fue pionera en fomentar las relaciones con lectores mediante los correos, la creación de clubs de fans y la correcta acreditación de los autores en todos sus trabajos, unido a una labor editorial valiente en la que sus obras abordaban con maestría temas políticos y sociales como el racismo, el sexo y las drogas y al final sorpresa que acabarían por ser la marca registrada e inconfundible de EC Comics.

Una editorial que tuvo que sufrir en sus carnes la creación del Comic Code Authority con la publicación en 1954 del libro La Seducción del Inocente del Dr. Fredic Wertham, donde se atacaba directamente al noveno arte de bombardear con ideas, conceptos e imágenes a los niños y adolescentes de América con efectos nocivos para sus vidas. Fueron años oscuros para el cómic que vio como los editores edulcoraban sus publicaciones en un afán claro por sobrevivir como industria.

Pero antes de llegar a este punto EC fue la punta de lanza, el estandarte que marcó la forma de entender y hacer comics de ciencia ficción, terror, suspense… con series coordinadas por Al Feldstein, que contarían con la inmensa mayoría de dibujantes de los que disponía la editorial incluyendo a Bill Elder, Reed Crandall, Jack Kamen, siendo sus principales valedores Wally Wood, Al Williamson y Joe Orlando. Estos tres últimos iban a ser capaces de desarrollar su talento de tal forma que su producción hoy en día sea considerada como una de las grandes obras maestras del cómic.

Y es que la historia de EC Comics es tan apasionante como sus propios comics, obras escalofriantes, llenas de ideas extraordinarias, capaces de tener el vilo a los lectores de entonces y a los de hoy en día. Este libro es eso, la puerta de entrada a esa historia entre bambalinas, detrás del telón, lo que se vivió en aquellos días en una editorial que no tuvo miedo a nada haciendo pasar miedo a miles de lectores y haciéndoles disfrutar con sus cómics en todas sus vertientes.

Antologías de Terror DC

En el mencionado artículo de Pablo ya se le dio también buena cuenta a La Casa de los Secretos y La Hora Bruja. E incluso tiempo después le dedicó un complemento en el que también incluyó la interesante Tierra Yerma. Pero DC comics ha sido la cuna de muchas más antologías de fantasía terrorífica.

Saltémonos pues la primera de todas, La Casa de los Misterios, una vez descrita en aniversarios, y pasemos de puntillas por la siguiente, House of Secrets. Recordar al menos que llegó a 80 números entre 1956-66, siendo la “casa” (nunca mejor dicho) de Mark Merlin aka Principe Ra-Man (no preguntéis), el buen científico/malvado místico Eclipso, Abel como maestro de ceremonias y, por supuesto, la Cosa del Pantano.

La tercera del trío de ases inicial es Tales of the Unexpected (nada menos que 104 números entre 1956 y 1968). Aunque ya nacida tras la imposición del Comic Code Authority y mucho más orientada a la ciencia ficción, o incluso el humor, no se puede negar que autores como John Broome, Gardner Fox (se supone, pues la mayoría de las historias no iban firmadas y mientras que los dibujantes se pueden averiguar, lo de los guionistas es más difícil), Murphy Anderson o Gil Kane intentaron darle un tono terrorífico a muchas de sus historias. En sus páginas cabe destacar el nacimiento del Space Ranger, mientras que algunas curiosidades o personajes que no volverían a salir fueron aprovechadas post-crisis, como el Globo Verde o Tiger-Man.

Fue esta cabecera y no House of Secrets, como algunos confunden (ay, la Wikipedia), la que se convertiría en The Unexpected, llegando hasta el #222 con un tono mucho más orientado hacia el horror. Lo que pasa es que este segundo título (que duró de 1968 a 1982) sí que absorbió muchas de las historias que se quedaron colgadas con la Implosión de DC de House of Secrets, The Witching Hour, Doorway to Nightmare o Time Warp (joyita esta última, por cierto, de sólo 5 números claramente sci-fi). En todo caso, por The Unexpected se paseó un nada despreciable elenco de estrellas como Johnny Peril, las tres Brujas, Judge Gallows (este sí nació en la cabecera), Abel y Madame Xanadu. Además de artistas como Carl Wessler (que guionizó muchas de las historias), Lee Elias, Ruben Moreira, Ric Estrada, Nestor Redondo, portadacas de Neal Adams, Nick Cardy

Hablando de las tres Furias Benevolas; Cynthia, Mildred y Mordred fueron encargadas de presentar el otro gran título hospedado de DC, The Witching Hour. Pasaremos también rápido, mencionando sus 85 entregas (del 1969 al 78), el diseño de Alex Toth, las maravillosas portadas de Cardy y los interiores de E.R. Cruz, entre otros muchos.

Llegamos a otro clásico del horror deceíta, Ghosts (112 números, 1971-1982). Las “True Tales of the Weird and Supernatural» no tenían anfitrión (bueno, a 8 números de la cancelación metieron a un clon del Fantasma Caballero llamado Squire Shade) como sus predecesoras, aunque desde el #75 contaron con una introducción de los “archivos del Dr Geist”. Otro Doctor, el Thirteen, fue su personaje principal a partir del #95. La revista fue creación de Leo Dorfman, guionista de la mayoría de historias, aunque con algún cambio de nombre. De nuevo Cardy fue uno de los portadistas más asiduos junto con Luis Domínguez, otro clásico de estas cabeceras, mientras que artistas como Jim Aparo, Gerry Talaoc o Sam Glanzman embellecieron sus páginas.

Ese mismo 1971 vería el nacimiento de dos series de terror muy similares en título, temática y rumbo. Me refiero a Dark Mansion of Forbidden Love y Sinister House of Secret Love (ambas con cuatro números entre 1971 y 72); Las dos de género suspense-romántico y con estilísticas portadas, ambas redirigidas al horror y rebautizadas en el 1972, respectivamente, Forbidden Tales of Dark Mansion y Secrets of Sinister House, para llegar al 1974. La segunda, la cual llegó un poco más lejos hasta el número 18, estaba presentada por la hechicera Eva (que luego Gaiman imaginaría como madre de Caín y Abel). Ambas contarían con los lápices de Tony DeZuniga y portadas del inconfundible Mike Kaluta, entre un inigualable plantel de artistas.

Y también en 1971 nace la primera de las que llamaremos las 4 rarezas; Weird War Tales (de la que ya os hablamos), Weird Mystery Tales (1972 – 1975), Plop! (1973 – 1976) y Strange Sports Stories (1973 – 1974). Ninguna se puede clasificar exactamente dentro del género, pero no se les puede negar su amor por lo macabro. La segunda, que llegó a 24 números, es la más terrorífica y puede presumir de haber presentado al carácter Destino, además de estrenarse con el talento del rey Kirby. Plop! es famosa como cabecera humorística, pero gracias al inimitable Sergio Aragonés, Caín, Abel y hasta Eva se pasearon por sus páginas para presentar alguna historia más sombría de lo habitual… y no se puede negar que las portadas de Basil Wolverton eran a su manera inquietantes. Por último, la mezcla de deporte y locura no dio más que para 6 números, en su mayoría guionizados por Frank Robbins con portadas de, cómo no, Cardy.

Los setenta aún darían para mucho. Como por ejemplo los 9 números de Black Magic (1973-1975), que en realidad eran reimpresiones de la serie original de la Prize Publications de Joe Simon y Jack Kirby, absorbida por DC. O Tales of Ghost Castle (1975), capricho de Paul Levitz que sólo duraría 3 números, pero que vería nacer a nuestro querido Lucien, el bibliotecario de Sueño. Y qué decir de Doorway to Nightmare (1978), hospedada por su propia creación, Madame Xanadu, pero que pese a las preciosas portadas de Kaluta no pasaría del #5. La más longeva de esta selección sería Secrets of Haunted House (1975-1982), que aguantaría pese a dos parones de medio año cada uno hasta las 46 entregas. En sus páginas surgiría Mister E, gracias a Bob Rozakis y Dan Spiegle.

En los 80 se abandonaría el género por un estreno más superheroico, aunque durante las Crisis aguantaría la segunda intentona de la más antigua de todas. Elvira’s House of Mystery (1986-1987) daría para 11 números en los que la curvilínea hospedadora substituiría al (y se burlaría del) Caín original. Un variado grupo de autores y unas portadas de infarto le valdrían su lugar en este meritorio listado. De Wasteland poco se puede añadir, salvo sus 18 numerazos entre 1987 y 89, abalados por John Ostrander y Del Close.

Esperamos haberos provocado algún escalofrío… de placer, se entiende.

DESTACADO DEL MES
Magazine

PAIS DE PESADILLAS
(G): James Tynion IV
(D): Francesco Francavilla, Yanick Paquette, Aaron Campbell, Andrea Sorrentino, Lisandro Estherren

El cómic en el terror es un género complicado. Los clásicos provienen en su mayoría de la literatura y el cine. Ambos medios tienen sus características exclusivas. El cómic como hermano pequeño de ambos suele intentar replicar sus códigos para generar terror.

Por favor, no caigamos en el (t)error de decir “como la peli/libro/cómic no me da miedo no es de terror”. Esta confusión viene de denominar a un género con una emoción. El género de terror tiene una serie de características que se vuelven difusas en sus márgenes. Nadie dice de una película “no es una comedia porque no me río”, porque entendemos sus códigos. Como la ciencia ficción, el drama o la comedia, el terror tiene sus características propias, sus temas, su manera de desarrollarlos, su estructura, sus clichés, su manera de desarrollar la tensión.

El problema con el terror en el cómic es que la cantidad y calidad de los medios “vecinos” es tal que muchas veces los autores y editores tratan de mimetizar su estructura, sus trucos, sus tempos. Y no funciona. O funciona de aquella manera.

El cómic debe profundizar en sus códigos, en sus características, en sus elementos más definitorios, en sus posibilidades para adaptar el medio y ofrecer auténtico y genuino terror comiquero.

Tynion es un fan del terror en diferentes medios. Lo ha mamado, saboreado, estudiado, se ha acostado con él como si fuera la frazada de Linus. Su piel se ha permeabilizado y absorbido su esencia. Nos ha ofrecido obras incómodas, mareantes, terroríficas. Nos ha enfrentado a miedos, nos ha indignado, ha abierto la caja de las pesadillas. Y ha sido variado, diverso (aunque tiene sus lugares comunes). Desde Hay algo matando niños hasta Nice house of the lake, pasando por El Armario o El departamento de la verdad, Tynion ha mostrado ser el maestro del terror en el cómic que siempre soñó ser. La crueldad de sus planteamientos, la oscuridad de sus tramas, la terrible ambigüedad de sus personajes han hecho avanzar el género en el cómic americano.

Todo tiene un origen. Según el autor fue Sandman el inicio de todo. La colección inmortal de Gaiman le abrió la perspectiva, le iluminó (u oscureció) la mirada. Una nueva manera de molestar, de incomodar, de aterrorizar a través de páginas, viñetas, dibujos y texto..

Con País de Pesadillas Tynion le devuelve a Sandman parte de lo que le dio y nos lleva por un viaje terrorífico, violento, sanguinario y cruel con la peor de las pesadillas, El Corintio. Conoceremos personajes espantosos, entes asquerosos, seres salvajes e insaciables.

Le acompañan los ilustradores argentinos Lisandro Estherren y Patricio Delpeche (además de numerosos autores para desarrollar los flashbacks) dotados de un estilo onírico, suave, turbio y peligroso, de los mejores trabajos gráficos vinculados al universo de Morfeo.

Lo hemos leído mil veces, nos lo han dicho en muchas ocasiones, pero esta vez es verdad. País de Pesadillas recupera la atmosfera que convirtió a The Sandman en una obra maestra, se trata de una continuación digna y absoluta de la serie original, un spin-off que nos llena de esperanza y terror.

DESTACADO DE…JORDI T. PARDO
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LA FAMILIA DE LA CASA DE MUÑECAS
(G): Mike Carey
(D): Peter Gross, Vince Locke y Cris Peter

Las historias de casas encantadas siempre han estado muy ligadas a la imaginería de DC Comics. La mítica cabecera House of Mystery estrenada en 1951 alimentó de pesadillas a toda una generación y, junto a su serie hermana House of Secrets, y las publicaciones de EC Comics de la época, con Tales from the Crypt al frente, fue una influencia decisiva en las antologías de terror y suspense de la época. La historia ya sabemos como terminó, pero el mayor éxito de estas publicaciones fue perdurar en la mente de los lectores pese a la censura, la cancelación y la persecusión pasada. Esto evidencia una lección que nadie debería olvidar: el terror y el miedo siempre nos van a acompañar… ¡y también las historias de casa encantadas!

House of Secrets intentó ser rescatada en 1996 por Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen en la línea Vertigo y lo mismo intentaron en 2008 Bill Willingham, Matthew Sturges y Lilah Sturges con House of Mystery. No fueron un gran éxito, pero este regreso evidenciaba ya la huella que ambas series habían dejado en la cultura popular en anteriores décadas. La misma que había llevado a autores como Alan Moore y Neil Gaiman a referenciar su mitología y a trabajar con algunos de sus personajes en series tan definitorias de los ochenta y noventa como La Cosa del Pantano y The Sandman. Las series fundacionales de la línea Vertigo tenían muy presente el pasado de la editorial y, en parte, este sello siempre ha sido heredero de aquellas primeras historias de terror de DC Comics pobladas por criaturas terroríficas, aventuras espantosas y, por supuesto, casas encantadas.

¿Pero qué ha sido de las casas encantadas a día de hoy en las publicaciones de DC Comics? Pues siguen estando muy presentes a poco que uno sea observador, para muestra hoy vamos a hablar de La familia de la casa de muñecas de Mike Carey, Peter Gross y Vince Locke. Una historia publicada dentro del joven sello Hill House Comics de la compañía, fundado en 2019 a mayor gloria de Joe Hill y en el que también se han publicado espeluznantes propuestas como Un cesto lleno de cabeza, del propio Hill junto a Leomacs y Riccardo La Bella; En lo profundo del bosque, de Carmen María Machado y Dani Strips; y Daphne Byrne, de Laura Marks y Kelley Jones, entre otras tantas.

En La familia de la casa de muñecas nos encontramos una historia de desarrollo clásico, pero narrada de una forma actual. El resultado acaba dando lugar a una cierta vuelta de tuerca a la mitología de las casa encantadas y al potente subtexto que pueden llevar asociado este arquetipo tan ligado al concepto de familia. El cómic de Mike Carey, Peter Gross y Vince Locke es una auténtica «matrioska temporal» que nos cuenta la historia del peso del legado y de la misma familia. Sus autores utilizan el origen de una demoníaca casa de muñecas como vórtice de una terrorífica epopeya que se mueve adelante y atrás en el tiempo, situando sus extremos más opuestos a principios del siglo XIX y en la actualidad.

Todo empieza con una joven llamada Alice que a raíz de su sexto cumpleaños recibe como regalo una gran y preciosa casa de muñecas del siglo XIX. Una casa de muñecas que contiene un secreto escalofriante: en ella reside una entidad capaz de convertir todos tus deseos en realidad. Pero, como debéis suponer, todo tiene un precio y más si estamos hablando de una historia de terror. Si no la habéis leído todavía, no daremos más detalles por ahora ya que La familia de la casa de muñecas es una de esas piezas de orfebrería cuyo punto más débil es saber demasiado sobre ella al afrontar la lectura. Las buenas historias de terror manejan el suspense y ritmo de una manera que atrapa y nos invitan a querer saber más… ¡pero todo debe llegar a su tiempo!

Carey tiene esto último muy interiorizado como el buen y talentoso guionista que suele ser. El co-creador de La familia de la casa de muñecas siempre ha sido sinónimo de calidad y prueba de ello son sus trabajos para la línea Vertigo como su etapa en Hellblazer, Lucifer o The Unwritten. Esta última, una auténtica maravilla, estaba dibujada por un Peter Gross sublime con el que se reencuentra en La familia de la casa de muñecas. Por desgracia, Gross aquí se limita a hacer los bocetos dejando los acabados a su compañero Vince Locke al que muchos recordaréis por Una historia de violencia. El resultado gráfico se queda a medio camino de ninguna parte siendo el elemento que más desluce el conjunto de La familia de la casa de muñecas.

Pero para los amantes del terror, estamos ante un cómic muy interesante con muchas capas y lecturas en torno al ecosistema de la familia. Hay caminos ya transitados, pero la forma y la intención son genuinas, tomando influencias tan variadas como el cine de terror japonés así como producciones del género como El Orfanato de Juan Antonio Bayona, referencias literarias como Otra vuelta de tuerca de Henry James e It de Stephen King y, por supuesto, a los cómics, desde el Locke & Key del omnipresente Joe Hill y Gabriel Rodríguez, a ese pasado lejano pero siempre latente que son los cómics clásicos de terror que representa -y siempre representará- House of Mystery y sucedáneos.

Y LA ENCUESTA FINAL…

¿Sois seguidores del género de terror y misterio?

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Nos vemos en 30 días en un nuevo Magazine DC y disfrutar del mes de noviembre.

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Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
7 noviembre, 2023 16:12

La Cosa #21: el comic individual más importante de los últimos 40 años. Para mi…y las pocas hojas de Tigres son mejores que quichicientos números de Linterna de Johns.
Tremendas las notas antológicas como siempre (esas portadas!).

Enrique Doblas
En respuesta a  Dr Kadok
7 noviembre, 2023 21:51

Por ta da cas. Me gusta lo de cómic individual más importante, habrá que barajarla en un especial…

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Enrique Doblas
7 noviembre, 2023 23:08

compro!

Vansalth
Vansalth
Lector
En respuesta a  Gustavo Higuero
8 noviembre, 2023 11:36

Ahora mismo en DC, solo dos autores: King y Mark Russell. Lo que hizo este en el número único del año del villano de Sinestro es una gozada absoluta. Una cantidad de conceptos y de habilidad narrativa increíble.
Que fuera capaz de hacer algo así en una tontuna de evento como era lo del año del villano habla del nivel de Russell.

Dr. No
Dr. No
Lector
En respuesta a  Enrique Doblas
12 noviembre, 2023 15:03

Cada vez que publican algún artículo relacionado con la DC de los 80 me encuentro con unas portadas tremendas (a las reseñas de los tomos de los Titanes, o a la de las obras de kupperberg me remito).
Sin querer caer en la dañina justificación de «todo pasado fue mejor», creo que hoy día pocas portadas me sorprenden, o me resultan tan buenas como aquellas.

Y también me sumo a ese top de comics unitarios, ya con el swampy de Moore tenemos varios candidatos…

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Dr. No
12 noviembre, 2023 15:20

Yo pondria El Evangelio del Coyote(Animal Man 5) en un cómodo 2o lugar, de esos números rompeaguas totales. Bueno, y haría trampita repitiendo, pero la de bronce para mi es Watchmen No1.

Last edited 8 meses atrás by Dr Kadok
ipso_facto
ipso_facto
Lector
9 noviembre, 2023 14:27

«Ambos autores colaboraron en una versión modernizada de Frankenstein donde Wrightson realizó cincuenta ilustraciones a tinta con un nivel de detalle espectacular.»

Hay un error en esta frase. Wrightson realizó sus famosas ilustraciones de Frankenstein (quizás el mejor trabajo de toda su carrera) para ilustra el texto clásico de Mary Shelley. Sthepen King se limitó a escribir la introducción de la edición de Dark Horse, pero en ningún caso se trató de colaborar para ofrecer una «versión modernizada».

Román de Muelas
En respuesta a  ipso_facto
11 noviembre, 2023 18:42

Arreglado. Gracias x el apunte.