Magazine DC – septiembre 2023

Llega el Magazine DC con el que despedir al verano.

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INTRODUCCIÓN

Llega septiembre y lo hace como todos los años, con el fin de las vacaciones para muchos, el inicio de las clases para otros… la rutina regresa para aportar valor y estabilidad a nuestras vidas tras unos meses de calor extremo y muchas lecturas. Pero la maquinaria no debe parar y como somos fieles a nuestro compromiso, aquí os dejamos una nueva entrega del Magazine DC.

Imaginamos que todos habréis ya ido al cine a ver el aluvión de películas con las que este verano nos ha bendecido, desde Flash, pasando por Spiderman, Blue Beetle, Oppenheimer, Barbie, Misión Imposible y las Tortugas, entre otras como Indiana Jones. Pero no solo de celuloide puede vivir el ser humano y toca también ver que tenemos este mes de septiembre en el Magazine DC.

Y para este mes, que se celebra el Batman Day por todo lo alto, os traemos algunas cosillas muy interesantes. Como los dos tomos especiales, derivados de sendos mecenazgos, que por fin llegan a las tiendas, El Regreso de Question y Lobo Gris.

Pero no dejamos caer en saco roto que tenemos un mes de lo más bélico con el Sgto. Rock protagonista del mes gracias a la publicación de una nueva obra dedicada a su figura, el Sgto. Rock contra el ejército de las tinieblas.

No nos olvidaos de las secciones más jugosas como la de clásicos en la que hablamos de los cómics bélicos de DC y de una cabecera que cumple 45 años de lo más curiosa…

No lo demoramos más y damos paso al Magazine DC de septiembre.

TITULARES

ECC

A nadie le sorprenderá si digo que Eduardo Risso (Argentina, 1959) es uno de los dibujantes más reconocibles y especiales de las últimas décadas. Este mes vuelve a la palestra con el proyecto El sgto. Rock contra el ejército de los muertos.

La primera etapa de su carrera se caracteriza por la colaboración con guionistas argentinos de renombre o directamente legendarios: Robin Wood (El Ángel), Ricardo Barreiro (Parque Chas) y Carlos Trillo (Chico Vampiro, Los misterios de la luna roja).

La consagración llegó para Risso con la segunda época de su trayectoria. En 1998, Risso se asoció con el por entonces casi novato y casi desconocido Brian Azzarello para producir Jonny Double. Un año después llegó 100 Balas. Poco se puede decir a estas alturas de uno de los títulos más conocidos y legendarios de Vertigo.

Después de 100 Balas, Azzarello y Risso formaron un tándem inseparable, un equipo olímpico. Algunas obras de las suyas. Ciudad Rota. Spaceman. El Caballero de la Venganza. Moonshine.

Más allá de esto, Risso aprovechó su estatus para asociarse con algunos de los mejores guionistas de principios del siglo XX: Greg Rucka en La Telaraña de Spiderman, Brian K. Vaughan en Logan, Joe Michael Straczynski en Antes de Watchmen. Moloch.

En los últimos tiempos, Risso ha entrado en lo que podríamos definir como su tercera época: una época de comodidad, estabilidad y proyectos más o menos interesantes, como Hit-Girl en Canadá (con Jeff Lemire) o Torpedo 1972 (con Enrique Sánchez Abulí).

«Bienvenidos a la Compañía Easy, donde nada nunca es fácil». Esta frase de algún modo condensa la condición legendaria y épica del Sargento Rock y sus soldados.

Frank John Rock apareció por primera vez en Our Army at War #83 (junio de 1959) y, como ya sabréis, es una creación de Robert Kanigher y Joe Kubert (aunque diversos prototipos del personaje, que podrían ser o no ser nuestro querido sargento, aparecieron en historietas bélicas anteriores).

Algunos apuntes biográficos sobre el personaje. Antes de la 2ª Guerra Mundial, trabajaba en una fábrica de acero en Pittsburgh. Tuvo dos hermanos: Larry (que luchó en el Pacífico) y Amy (monja). Rock se alistó en el cuerpo de infantería y combatió en el norte de África y en Italia. Cuando lo conocemos, en Europa Central, Rock ya es sargento. Podemos establecer con bastante exactitud que Rock construyó su leyenda en menos de doce meses: desde junio de 1944 hasta mayo de 1945.

A pesar de ser un soldado legendario y extremadamente capaz, Rock odiaba la guerra con todas sus fuerzas, y a menudo se intuye leyendo sus aventuras que su único motivo para luchar (además de la derrota de los nazis, claro) es la lealtad hacia los miembros de la Compañía Easy. Eso no quiere decir que Rock no se enfrentara a sus soldados si lo consideraba justo/necesario.

Es lo que ocurre en Head Count (Our Army at War #233), la respuesta de Kanigher y Kubert a la masacre de My Lai, donde Rock lucha (en el plano físico y/o ideológico) contra Johnny Doe (=nadie, un truco literario para dar al Mal un nombre, y el nombre del psicópata de Seven, por cierto), un soldado que disfruta matando civiles y prisioneros de guerra.

No es del todo descabellado pensar que esta historia (muy polémica en su momento) influenció a Brian Azzarello a la hora de escribir Entre el Infierno y algo peor, su aproximación al Sargento Rock en una trama dibujada por Joe Kubert y con muchas similitudes con Head Count.

DC nos ha contado que Rock sobrevivió a la 2ª Guerra Mundial, que trabajó para el gobierno de EE.UU en operaciones secretas, que fue consejero de Lex Luthor y que incluso luchó en las Guerras del Metal. Pero no nos engañan.

Una leyenda debe tener un final a la altura de la leyenda misma, la proverbial fecha en la tumba de Robin Hood. La flecha de Rock es una bala que le atraviesa el pecho al salvar la vida de una niña.

Hay quien dice que esa bala fue la última bala disparada el último día de la guerra.

ENCUESTA SGTO. ROCK

Y ha llegado la hora de la verdad…

¿Os parece que este tipo de personajes carecen de sentido hoy en día?

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EL REGRESO DE QUESTION


Esta historia comienza en 1987, aunque en realidad empezara mucho antes, en 1946, año en el que el Marvels of Science #01 se publicó bajo la editorial Charlton Comics. Pero también empezó en 1988 cuando la serie de Question fue editada por primera vez en España, de la mano de Ediciones Zinco, dónde se apostó fuerte por hacer llegar a los lectores de aquellos días una serie que se alejaba mucho de lo que puede ser entendido como un cómic de superhéroes. Y la cosa no quedó allí, pues Planeta regresó a Hub City para hacer una edición más completa, pero reducida de tamaño ya en pleno siglo XXI y no es hasta ahora que se completa de verdad, y se cierra una vieja herida, una serie fundamental de los años 80 de DC.

Question, de O´Neil y Cowan, es una obra cargada de pesimismo, es un círculo narrativo, con un aspecto visual que se atraganta de primeras, cargada de historias rudas, ásperas y espesas, que no dejan espacio para ver esperanza alguna. Vic Sage no sabe quién es. Fue abandonado a la puerta de un orfanato. Su vida está profundamente atormentada por cuestiones básicas que se pueden encontrar en casi toda la filosofía humanista. ¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo aquí? En términos individuales, eso es lo que está intentando responder y la necesidad de responder a esas preguntas es lo que lo lleva a investigar, a ser Question.

Con este párrafo se podría resumir lo que es Question, la obra magna de 1987 que marcó un hito dentro de la carrera de sus dos autores y que ve como este mes llega a las tiendas el especial de regalo para todos aquellos que participaron el mecenazgo de ECC. Un tomo que ha estado perdido en el limbo editorial, pero que finalmente llega para satisfacción de aquellos que hayan comprado la serie en tiendas y con la que se cierra toda la producción alrededor de este personaje por parte de O,Neil.

Este tomo incluye la única historia que quedaba inédita, Azrael Plus Question, pendiente de que llegara a nuestro país puesto que ni Zinco en su edición en grapas, ni posteriormente Planeta, en sus tomos, la llegó a incluir. Por tanto, de esta forma, se concluye de manera definitiva todo el trabajo realizado con el personaje de esa etapa, con un colofón que viene a ser el broche de oro a una historia cerrada de Vic Sage.

LA COSA DEL PANTANO – INFIERNO VERDE


Por fin y porqué.

Estas son las dos primeras cosas que nos deben venir a la cabeza al ver que se publica el tercer y último volumen de Infierno Verde.

Por fin… porque ya tocaba. El primer tomo (de tres) de la serie salió en febrero de 2022 y el segundo más de un año más tarde. Retrasos en las entregas y problemas editoriales nos dejaron con cara de tontos durante unos cuantos meses después de disfrutar de un primer número uno tan cañón con un cliffhanger de los que es difícil no hacer spoiler. Sí, hablo del mayor fumador de DC y supporter del Liverpool para más señas.

Porqué… porque por lo que parece esta serie está quedando bastante por debajo del radar. Y es algo que escribiendo estas líneas no se entiende. No solo por los nombres que lideran este proyecto, el guionista Jeff Lemire y el dibujante Dough Mahnke, sino por la premisa. Tenemos terror, ciencia ficción, postapocalipsis, violencia y una Cosa del Pantano desencadenada y letal, aunque no es la auténtica.

Cierto es que Lemire es un autor que se prodiga mucho y que estuvo de moda no hace tanto pero que su nombre ha caído en una especie de segunda fila, no por calidad, si no por impacto. El mercado americano, tan dado a buscar novedades, impacto, colorido y ventas, se dedica a mimar a los nuevos (aunque no tan nuevos) niños bonitos del sector como King, Taylor, Zdarsky u otros.

Las mejores obras de Lemire se dieron en el pasado (reciente) y sus temas predilectos (la familia, la familia y la familia) se pueden hacer repetitivos. Cada uno tendrá sus motivos para sentir cierta desmotivación al leer el nombre del canadiense en una cabecera, pero en esta ocasión debemos dejarlos al lado. Estamos ante un cómic que mezcla la crítica social, el terror, la ciencia ficción y los superhéroes de manera eficaz y solvente, en un producto cerrado, entretenido y tremendamente eficaz. Cuenta además con algunos de los más carismáticos personajes de DC, como por ejemplo nuestra amada Cosa del Pantano. De todas formas, si se tratara de un cómic independiente con personajes nuevos, funcionaría perfectamente. El hecho de que esté mezclado con héroes de la editorial de Burbank simplemente le da sabor y color.

Hablando de color… el apartado gráfico es lo que esperamos de un producto Black Label. Un autor solvente y eficaz con tiempo y espacio para desplegar todo su arsenal de recursos, toda su calidad… que no se guarde nada. Mahnke está estelar y su punto álgido cristaliza en una narrativa casi de fotograma y un gusto por las mutilaciones y el terror que harán las delicias de los lectores con los paladares más exigentes. El estilo detallado y minucioso del dibujante se recrea en el gore y en la monstruosidad más peligrosa de Swampy.

El cómic nos conecta con obras de otros medios como La Carretera, La Cosa o incluso Alien. Las referencias están ahí, no se ha inventado nada nuevo pero nos queda el oficio y la calidad de autores top que nos traen productos de DC en los que gozan con una dosis importante de calidad.

LOBO GRIS


Brin Londo, ese es el nombre de uno de los legionarios más importantes del famoso grupo de superhéroes del futuro del Universo DC. Su planeta de origen es Zuun y en España se tradujo de manera libre su nombre de guerra, Timberwolf (Lobo de madera, en una traducción literal e igualmente libre) en el original, quedando perfectamente anclado en el imaginario de toda una generación de lectores, como Lobo Gris, que pudieron conocerlo en la primera edición de la serie realizada por Zinco en los años 80.

A Londo se le pudo ver por primera vez en Adventure Comics #327 en 1964, de la mano de Edmond Hamilton y John Forte, para ir, con el tiempo, narrándose el origen de sus poderes, fruto de la experimentación realizada por su padre, el Dr. Marr Londo, que lo expuso al misterioso material denominado zuunium. Entre sus habilidades destacan unos reflejos sobrehumanos, fuerza, agilidad y olfato potenciados, pudiendo ser el Lobezno del Universo DC, de no ser que el pequeño mutante hizo acto de presencia en 1974 (con algunas divergencias geniales, como esas garras retractiles).

La historia de Londo con la Legión hizo que en un enfrentamiento con el Dr. Regulus, fuera atacado con un rayo que mutó su forma humana a la de un lobo, pasando a denominarse dentro del grupo, Furball, algo que mantuvo en secreto hasta que fue secuestrado por Darkseid, junto con Brainiac 5, entrando en contacto con la diosa Gemini que lo devolvió a su forma humana… pero con una pega… cuanto más tiempo pasara en su forma humana, más tiempo de vida perdía. Sin embargo, como suele ocurrir en los cómics, no llegaría a morir, cuando la misma Gemini lo intentó salvar de este destino lo catapultó a siglo XX, donde adquirió una forma física a medio camino entre humano y lobo. Y es aquí donde DC publicó una miniserie dedicada al personaje, escrita por Al Gordon y dibujo de Joe Philips, recopilada por primera vez por ECC para España y que fue el regalo para todos aquellos que participaron en el mecenazgo de los tomos de la Legión 5 años después.

Este mes llega a las tiendas para quedar accesible a todo los que puedan sentirse interesados por este personaje y más por rellenar uno de los huecos de la Legión en nuestro país. Se trata de un trabajo poco inspirada, las cosas como son, pero nos muestra claramente toda esa corriente que se vivía en el momento de su publicación, por la radicalización de muchos de los héroes de la casa. Y lo dejamos aquí porque luego le llegó la oleada de reinicios, siendo el primero en Hora Zero, para luego llegar un segundo en 2004 y un tercero en post Crisis Infinita, Nuevos 52… y es que la legión siempre ha sido un quebradero de cabeza en la continuidad del Universo DC

A todo aficionado al cómic siempre le ha resultado confuso que se celebre el Batman Day en septiembre y no el 30 de marzo fecha que coincidiría con el día que vio la luz el Detective Comics #27 en 1939. La explicación hay que ir a buscarla a temas meramente empresariales, en su inicio, para luego quedar anclado a septiembre sin más explicación de ser el tercer sábado de dicho mes.

En su inicio, cuando Batman iba a cumplir 75 años, DC se planteó la posibilidad de celebrarlo en el citado mes de marzo, Pero luego se vio que era mejor trasladar dicha fecha a julio y que coincidiera con la San Diego Comic Con. Y así se hizo en el año 2014. Pero nunca más.

Llegó el año 2015 y la fecha cambio de fecha para acabar incrustada en septiembre como evento global con el que celebrar la figura del murciélago. Las razones, pues podrían ser muchas, entre las que se encuentra que septiembre es un mes transicional tras el verano y colocar una festividad relacionada con Batman podría favorecer a las ventas globales. Pero al final, es un quien sabe y lo que en realidad nos vale a todos es que se hacen actividades de todo tipo en distintas ciudades y en las tiendas especializadas, con el lanzamiento de ediciones especiales como es el caso de Batman: La Gárgola de Gotham.

El artista premiado con un Eisner, Rafael Grampá, crea una visión oscura y aterradora de Batman y Gotham City en esta nueva serie de DC Black Label. Esta serie de cuatro números bimestrales se lanzará el Batman Day, el sábado 16 de septiembre, en Norteamérica, Brasil, España, Italia y Alemania, lo que hace muy especial su llegada a las tiendas.

Un trabajo opresivo, cargado de oscuridad y de retorcidas versiones de la galería de villanos de Batman, viene a ser el cómic especial con el que la editorial española, ECC, quiere conmemorar el Batman Day de este año.

EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…


GENE COLAN 1 de septiembre de 1926 – 26 junio de 2011 (hubiera cumplido 97 años)

Gene Colan tiene su nombre labrado a fuego entre los seguidores de Marvel. Su trabajo en Daredevil, La Tumba de Drácula, Ironman, Namor y el Pato Howard, con Steve Gerber, son algunos de sus extraordinarios trabajos para esa editorial. Sin embargo, no todo es Marvel en su carrera y se pueden encontrar trabajos de exquisita factura en DC.

Este neoyorquino pronto demostró interés y desplegó talento por el dibujo y fruto de ello fue que ya en 1944 comenzó a dibujar historietas para la editorial Fiction House, en el título Wings Comics. Participó en la Segunda Guerra Mundial, lo que generó un parón en su actividad artística, pero en 1946, a su regreso a la vida civil, comenzó a trabajar para la editorial Timely Comics, la futura Marvel. Sin embargo, en 1948 fue despedido por la crisis del negocio de los cómics, lo que lo llevó a trabajar en National Comics, la futura DC, donde desarrolló su talento en las distintas series bélicas de la editorial, como Our Army at War y ya en los años 60 trabajó en las series románticas de DC, antes de dar el salto a Marvel, donde permaneció hasta 1981, momento que dio el salto de nuevo a DC gracias al choque que tuvo con Jim Shooter.

Así fue como Colan se convirtió en el artista principal de Batman entre los años 1981 y 1986, tanto en Detective Comics, como en Batman. Fue el encargado del rediseño del traje de Wonder Woman en 1982, siendo presentado en su propia colección en el Wonder Woman #288 y permaneció en el título hasta el número 305. Otros de sus trabajos en DC, fueron Night Force, con Marv Wolfman, The Phamtom Zone con Steve Gerber, Jemm, Hijo de Saturno con Greg Potter, Silver Blade con Cary Bates y la serie limitada DC Challenge.

Volvió a Marvel más tarde y también realizó trabajos para otras editoriales independientes como Eclipse Comics, Dark Horse, Archie Comics, convirtiéndose a finales de los años 80 también en profesor de arte en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Trabajo en distintos cómics hasta el año 2009, el mismo que ganó un Eisner por su trabajo en el Captain America #601. Falleció a los 87 años de cáncer hepático.

Un dibujante de un estilo inconfundible, de depurado grafismo, fluido y limpio, que fue un maestro de maestros y una de las figuras claves de la industria durante toda su carrera profesional.


GERRY CONWAY 10 de septiembre de 1952 (cumple 71 años)

Conway ha sido escritor de cómics, productor televisivo, guionista de televisión y editor y para los seguidores de Marvel, es recordado por ser el creador de Ms. Marvel, la Araña Escarlata (Ben Reilly) y el Castigador, siendo el responsable de la muerte de Gwen Stacy durante su larga estancia en Amazing Spiderman. Sin embargo, también tuvo una fructífera carrera en DC.

Y tanto porque fue en DC donde publicó, con tan solo 16 años, su primer trabajo como profesional, en House of Secrets #81 en 1969, una historia de terror de seis páginas que le permitió poder seguir vendiendo trabajos suyos a la editorial hasta 1970, momento en el que pudo escribir su primera historia larga en The Phantom Strange #10. Ese mismo año también logró escribir su primer trabajo largo para Marvel, del personaje Ka-Zar, en Astonishing Tales #03.

Durante los siguiente 7 años pasó por Marvel para realizar muchos de los trabajos comentados y demostrar lo prolífico que podía ser, hasta que su pluma volvió a DC de forma exclusiva. Su trabajo pasó por series de alto calado, como Superman, Wonder Woman o la Legión, pero también se podía ver su nombre en otras colecciones de menor impacto como Atari Force y Sun Devils. Se encargó de escribir la serie de la Liga de la Justicia durante 8 años consecutivos, entre los números #151 – 255, así como realizar dos proyectos en formato extragrande, Wonder Woman vs. Superman, con dibujo de José Luis García López y Superman vs. Shazam, con dibujo de Rick Buckler. Y hablando de versus, fue el guionista del mítico Superman vs. Spiderman, editado por Zinco en nuestro país con dibujo de Ross Andru.

Estuvo involucrado en la creación de personajes tan relevantes como Firestorm (cuya serie se encargó de escribir), Vixen, así como Gybsy y Vibe.

Se encargó de guionizar Batman, en sus dos series regulares, durante los tres años que se mantuvo al frente introdujo a Killer Croc y a Jason Todd, el que sería el segundo Robin. Antes de regresar a Marvel en la década de los 80, iba a encargarse el crossover entre Marvel y DC de la JLA y los Vengadores, junto con Roy Thomas, pero las desavenencias entre las dos editoriales paralizaron el proyecto en su primera fase y quedo en vía muerta un buen tiempo.

Yo no volvería a trabajar para DC hasta el nuevo siglo, en 2009, haciéndose cargo de la miniserie The Last Days of Animal Man con Chris Batista al dibujo.

Fuera de los cómics tiene dos novelas de ciencia ficción publicadas, The Midnaght Dancers y Mindship. Para la televisión coescribió, con Roy Thomas, la película de animación Ice&Fire. También se encargaron de escribir la idea central de la película Conan el Destructor de 1984, que Stanley Mann usaría para escribir el guion de la cinta. En su faceta de productor se puede encontrar su nombre (en algunas también firmando guiones) en series como Father Dowling Mysteries, Diagnosis: Murder, Matlock, Jake and the Fatman, Hercules: The Legendary Journeys, Baywatch Nights, Pacific Blue, Silk Stalkings, Perry Mason, Law & Order

En 2022 se le diagnosticó un cáncer de páncreas, pero tras el tratamiento, en 2023, anunció que había podido superar la enfermedad.


MIKE GRELL 13 de septiembre de 1947 (cumple 76 años)

Artista y guionista muy conocido por los aficionados a DC, por sus trabajos en esta editorial y cuya formación paso por Wisconsin y Chicago, donde se formó como dibujante, tarea que ejerció en sus inicios dentro de las tiras de prensa de Tarzán, para llegar a DC con el reto de ser el sustituto de Dave Cockrum en la serie de Superboy y la Legión de los Superhéroes, donde realizó un trabajo sobresaliente y pronto logró erigirse como uno de los dibujantes más importantes del grupo del siglo XXX de DC.

Si hubiera que buscar cual fue su mayor y más relevante aportación al Universo DC (trabajó con otros muchos personajes de manera puntual, como Aquaman, Batman, Green Lantern…), está la creación del personaje de Travis Morgan, alias Warlord, dentro del género de espada y brujería, tan de moda en los años 70. Se hizo cargo de la serie hasta el número 52.

A principio de los años 80 apostó por el mercado independiente, que estaba empezando a eclosionar en USA, con series de creación propia como Jon Sable Freelance y Starslayer, para la editorial First.

En 1987 regresó a DC para hacerse cargo de la miniserie de tres números de Green Arrow, The Longbow Hunters, donde rediseño el uniforme del personaje y lo convirtió en un justiciero urbano centrado en los problemas criminales que asolaban las ciudades de los Estados Unidos en esos momentos. Eliminó las flechas trucadas y logró que la popularidad del personaje creciera tanto que llegó a estrenar nueva serie regular que escribió durante un total de 80 entregas. Ya entrados en el siglo XXI trabajó en Iron Man para Marvel.


JOE KUBERT 18 de septiembre de 1926 – 1 de agosto de 2012 (Hubiera cumplido 97 años)

Nació en Polonia y su impacto en la industria como artista y profesor es, hoy en día, innegable, pues su legado e inspiración para varias generaciones de dibujantes es más que palpable, pero es que, además, sus dos hijos acabaron dedicándose también a dibujar cómic, con una importante carrera a sus espaldas.

Comenzó su carrera profesional entintando una historia corta de seis páginas, Black Out, en Holyoke Publishing´s Catman Comics #08. Durante los años 40 trabajó en diversas editoriales, hasta que recaló en DC, para encargarse de rediseñar a Hawkman, creado por Dennis Neville. Fue un pionero en el campo del 3D, porque tras ver las primeras fotografías en Alemania, durante su servicio militar, regreso a USA y se encargó de dibujar le primer cómic 3D de la historia, con Super Ratón como protagonista en 1952.

En 1953 creó el cómic Tor, el primer cómic de cavernícolas al que regresaría en varias ocasiones a lo largo de su carrera.

En este mismo Magazine hablamos del Sgto. Rock, justamente siendo uno de los grandes trabajos de Kubert en DC. De toda su carrera, Kubert le dedicó más de 20 años al género bélico, donde también hay que destacar su trabajo en Enemy Ace, dejando su huella eternamente en todos estos trabajos. Tanto que en 1967 llegó a ser el editor de toda la línea en DC y destacó por su postura antibélica en plena guerra del Vietnam.

A principios de los años 70 DC se hizo con los derechos de Tarzán y Kubert se encargó de adaptar las historias de Edgar Rice Burroughs, que han quedado como canónicas a día de hoy.

Una de sus mayores portaciones la medio, más allá de todo su trabajo en el noveno arte, es la fundación de una escuela, The Joe Kubert school of cartoon and graphic art, que llegó a tener hasta 35 profesores para formar a muchos de los mejores dibujantes del momento.

ESTE MES ES EL ANIVERSARIO DE… CANCELLED COMIC CAVALCADE

Ya estamos con los aniversarios retorcidos que le gustan a nuestro jefe, pero vale la pena en todo caso reivindicar esta curiosidad (conste que ya os mencionamos algo de ello). Se trata de Cancelled Comic Cavalcade, que cumple la friolera de 45 años.

Para hablaros de esta rareza hay que contaros más cositas, como las que ocurrieron en DC en el movidito 1978. Nos referimos a la DC explosion y a la… implosion. Aunque con el tiempo hayamos terminado adorándola, los comienzos de Jenette Kahn en DC Comics no auguraban lo mejor.

Hay que admitir que no todo debió ser culpa suya porque los títulos comenzaron a crecer desde 1975, un año antes de su llegada, pero el crescendo no paró hasta el fatídico año, llegando a 57 nuevas cabeceras y la acuñación del término de marras. Además, ella asumió plena autoría de toda la movida en un editorial en el que también comentaba la subida de precios, de páginas, más diversificación y nuevas iniciativas.

Añadamos el brutal invierno entre 1977 y 1978 que paralizó durante meses la distribución todo Estados Unidos. Desde luego fue un palo para toda la industria del comic, pero si tienes muchos títulos nuevos en el mercado que no son impresionantemente atrayentes en el balance calidad/precio, te la pegas.

¿El resultado? Las altas esferas de Warner obligaron a cancelar al menos 32 títulos, carnicería que acabó alcanzando a ¡65 cabeceras! Quedando incluso 8 menos que antes de la ahora humillante explosión. De ahí la sorna y el nombre con el que ha quedado, la implosión de DC. Aunque conste que hubo muchas que se iban a cancelar de todas maneras (Aquaman, Metal Men, Mr Miracle…), pero cualquiera defiende ese detalle ahora.

El caso es que no sólo se cancelaron series clásicas (Our Fighting Forces o House of Secrets, e incluso las malas lenguas dicen que Detective Comics estuvo a punto de palmarla) o nuevas (Firestorm o Steel: The Indestructible Man), si no que hubo cinco títulos que no llegaron ni a salir. Para no perder los derechos de éstos se llevó a cabo una práctica muy típica de la Edad de Oro, aunque ya por entonces en desuso; crear una edición “ashcan” (para la incineradora, en traducción algo libre). Estas ediciones en blanco y negro de baja tirada se hacían principalmente para la Oficina de Marcas y Patentes y el resto se repartían o tiraban.

Por fin llegamos pues a nuestra homenajeada cabecera creada para tal ocasión, los dos números (se “publicaron” a la vez, pero fueron dos por la cantidad de material) de Cancelled Comic Cavalcade (en homenaje ella misma a la viejuna Comic Cavalcade, que agrupaba historias de Green Lantern, Wonder Woman y Flash antes de que DC se conociera siquiera como tal). El objetivo, idea de Mike Gold, era publicar estos títulos antes de que se perdieran y, ya de paso, publicar otros comics cancelados, pero ya creados, por mostrar un mínimo de dignidad.

Los que no llegaron a ver la luz en un cómic oficial fueron The Deserter #1 (un western crepuscular), Green Team: Boy Millionaires #1-2 (que habían probado suerte en 1st Issue Special #2, tal como ya os contamos), The Vixen #1 (hubiera sido el primer cómic protagonizado por una heroína afroamericana) y sólo las portadas de Demand Classics #1-2 (que pretendían re-publicar el Flash de 2 mundos y la muerte de Ferro Land, respectivamente) y Western Classics #1-2 (con historias de Bat Lash y Johnny Thunder).

Había un trío de series de autor en este ramillete, por cierto, que terminarían en otras editoriales (entre Pacific y Continuity Comics) antes de la debacle y rescate in extremis con el Cancelled. Estas son el Bucky O’Hare de Larry Hama, la Ms. Mystic de Neal Adams y el Starslayer de Mike Grell.

Y los “afortunados” que pudieron finalizar sus tramas fueron Black Lightning #12 (y portada del #13), Claw the Unconquered #13-14, Doorway to Nightmare #6, Firestorm #6, Kamandi #60-61, Prez #5, Shade, the Changing Man #9, Showcase #105-106 (con historias de Deadman el primero y Creeper el segundo), Secret Society of Super Villains #16-17, Steel #6 y las cubiertas de Army at War #2, Battle Classics #3, Dynamic Classics #2, Mister Miracle #26, Ragman #6 y Weird Mystery Tales #25-26. Conste que la mayoría terminarían viendo la luz en otros títulos y recopilatorios.

Entre unos y otros, hay joyitas y cutreces, no nos engañemos. Lo que está claro es que muchos de los autores implicados no son moco de pavo. Por nombrar sólo unos pocos; Dennis O’Neil, Mike W. Barr, David Michelinie, Tom DeFalco, Romeo Tanghal, Gerry Conway, Dick Ayers, Joe Simon, Jerry Grandenetti, Jim Starlin, Jack Kirby, Steve Ditko, Len Wein, Gerry Conway, Jim Aparo

Las portadas de sendos números se encargaron deprisa y corriendo a Al Milgrom (el 1) y Alex Saviuk (el 2) representando a todos los protagonistas de las series incluidas derrotados por el suelo o directamente saliendo de las oficinas de DC a patadas, respectivamente. Sorna y rabia en estado puro. Nada menos que Todd Klein diseñó el logo, mientras que Paul Kupperberg fue el que recopiló el material (con ayuda puntual de Paul Levitz y Cary Burkett).

Ni que decir tiene que como se hicieron 35 míseras copias (40 según Kupperberg) para la Oficina y para los autores (a las que se puso un precio ficticio de 10 y 1 dólar), ahora estas se venden a unas cantidades de escándalo cuando reaparecen en alguna casa de subastas ¡La vida, nen!

PETER DAVID / PERO ESTOY DIVAGANDO…

En el reciente homenaje de ZN a Peter David quedó un hueco que de manera carroñera aprovechamos para nuestro flamante magazine.

Los convulsos noventa en el cómic tuvieron repercusiones varias. La espantada de autores top para crear Image y la creación de proyectos propios en editoriales independientes de nombres como Miller, Adams o Byrne, hizo que las grandes editoriales cambiaran su estrategia y empezaran a abrir ventanas y ventilar sus ideas. Mejoraron las condiciones de los autores y se les dio más voz. La finalidad era retener talento y sobretodo mantener o mejorar las ventas, detener la sangría.

Los autores pasaron a ser más cercanos. Byrne tenia su columna en Next Men, los chicos de Image también tenían sus propios sellos en los que tenían todas las posibilidades del mundo para hacer oir su voz.

Los autores tenían cosas que decir en una industria cerrada a cal y canto hasta el momento y sufriendo unos cambios hiperacelerados en los noventa. Peter David tuvo la posibilidad de escribir una columna en la revista Comics Buyers Guide.

En su columna David hablaba de los entresijos del sector, ponía a caldo a los chicos de Image, nos hablaba de su vida, de su trabajo, de cine y de cómics. Con su estilo irónico y ácido, generoso con los amigos, despiadado con los enemigos, vemos su posicionamiento en determinados temas comiqueros y sociales, sus filias, sus fobias y sus justificaciones.

Se tratan de textos para cafeteros, en el sentido de que hay que ser muy comiquero para sentir interés por estos temas. Pero si lo eres, es delicioso, jugoso, gozoso… con su salseo y sus chafarderías. El texto es ágil, cómodo y adictivo y retrata una época muy concreta del cómic y de las grandes editoriales. No en vano, David fue fiel a su amada Marvel en esos momentos convulsos. Las interioridades de las editoriales e incluso aspectos más administrativos y aparentemente soporíferos son apasionantes a manos de la pluma irónica y genial de Peter David.

100% aprovechables son las columnas de fuego cruzado que se lanzó con Todd McFarlane y sobretodo otra inevitable bocazas como Erik Larssen, dando luz a uno de los más marvillosos piques entre Image y uno de sus mayores antagonistas, Peter David. Allí el guionista de Hulk nos explica el porqué de ponerle una aleta verde a la cabeza del gigante esmeralda… original.

Dolmen recopiló hace más de veinte años algunas de las principales columnas de PAD y nos trajo un libro imprescindible para los amantes del cómic y de los superhéroes.

CÓMICS BÉLICOS EN DC

¡Fiiiirmes!

Los cómics bélicos han sido uno de los géneros clásicos del medio prácticamente desde su nacimiento, si consideramos las tiras de prensa. Pero también ya en formato de grapa durante la Edad de Oro americana. Tenemos uno de los primeros ejemplos y más longevos en los Blackhawk (1944) de Quality Comics, que precisamente heredaría nuestra editorial favorita. De hecho, tanto Quality como otra editorial con muchos títulos de guerra, Charlton, terminarían siendo absorbidos por el gigante editorial que nos ocupa.

Empecemos pues por el primer título propio de DC, que también es de los más veteranos, nada menos que los Boy Commandos de Joe Simon y Jack “King” Kirby. Que empezaron en plena Segunda Guerra Mundial (WWII, la más referenciada de todas las guerras) y acabaron años después del conflicto. Los Boy Commandos (1942-1949), como su nombre sugiere, eran un grupo de chavales, huérfanos para más señas, que lucharon en todos los frentes bajo las órdenes del Capitán Rip Carter. Tuvieron una segunda y muy corta serie en los 70 pero era de reimpresiones de sus apariciones en Detective Comics, donde habían sobrevivido tras el fin de su cabecera original.

Pese a la corriente patriótica tras la WWII, desde la editorial contracorriente EC intentaron hacer cómics diferentes que tuvieran en cuenta ambos lados del conflicto o, al menos, se plantearan los horrores de la guerra… no es el caso de DC. La editorial comenzó su explosión editorial bélica durante los años 50 con un patriotismo exacerbado.

De hecho, el título de nuestro siguiente ejemplo lo dice todo, All-American Men of War (1952-1966). Cierto que retomaba la numeración de All-American Western (a partir del #127), que a su vez venía de All-American Comics, pero en todo caso re-empezaría numeración un número después. Atención que aparece como guionista y editor el gran Robert Kanigher, que ya ligaría su carrera el género por DCnios (ba dum tss!). Y los autores, además del mencionado, iros apuntándolos porque se repartirán por las distintas cabeceras; Irv Novick, Frank Giacoia, Jerry Grandenetti, los genios de EC Robert Bernstein y Bernie Krigstein, Dave Wood, Bob Haney, Russ Heath (es en esta serie, en el #89, donde le plagiaría el artista de pop art Roy Lichtenstein), Bill Finger, Ross Andru, un tal Joe Kubert

Donde se lucirá la otra estrella bélica de DC, Kubert, es en otra cabecera patriótica donde las haya, Our Army at War (1952-1977). Efectivamente, aquí aparece por vez primera el más famoso héroe deceíta de la WWII, el Sargento Rock (en el #81) y su cuadrilla, la Easy Company. Es más, la cabecera cambiaría el título por Sgt. Rock (1977-1988) a partir del #302. Como dijimos, los autores se repiten, aunque podemos añadir clásicos como Gil Kane, Gene Colan, Henry Boltinoff o John Severin. Una vez se dedica en exclusiva a Rock, los autores indiscutibles son sus creadores, Kanigher y Kubert (substituido muchas veces por Frank Redondo).

Y seguimos con el tercer título bélico que vería la luz en el prolífico 52, Star-Spangled War Stories (1952-1977). De nuevo cabecera reciclada, recogiendo Star-Spangled Comics desde el #131, aunque después de tres números re-empezaría con el #3. Por la serie pasarían personajes y conceptos posteriormente famosos como Mademoiselle Marie (que tuvo una hija con Alfred ¿os acordáis?), The War that Time Forgot (una manera de reagrupar bajo un mismo nombre distintas historias que mezclan la WWII y dinosaurios), G.I. Robot (otro que es más concepto que personaje, con todo lo que ha cambiado), el Escuadrón Suicida original, Enemy Ace (la otra gran creación de Kanigher y Kubert) o el Soldado Desconocido. De hecho, la cabecera pasó a llamarse Unknown Soldier (1977-1982) a partir del #205. Los autores, los de siempre, aunque a partir del cambio de título principalmente Haney y Dick Ayers.

Cambiamos de año, pero seguimos con cabecera antológica de fuerte tono patriótico, Our Fighting Forces (1954-1978). Por sus páginas pasaron otros mitos como Los Perdedores o el Capitán Storm. Éste último adquiriría fama suficiente como para obtener serie propia, Capt. Storm (1964—1967), pero tras 18 números se cancelaría y volvería a la cabecera original para liderar a los mentados Losers. La revista la fundarían Khanigher, cómo no, y Grandenetti, aunque se sumarían los sospechosos habituales. El mismo guionista y editor, junto con Irv Novick, se encargaría del spin-off.

Llegamos cronológicamente a los Blackhawk (1957-1984), que pasan a DC Comics en su número 108. Creados originalmente por Will Eisner, Bob Powell y Chuck Cuidera para Military Comics #1 (1941), el Escuadrón Blackhawk está compuesto por pilotos provenientes de países ocupados por la Alemania Nazi o el Japón Imperial. En DC los editaría Jack Schiff y contarían con Bernstein a los guiones, Dick Dillin a los lápices y todavía sobrevivía Cuidera a las tintas. Un equipo que se quedaría largo tiempo, aunque en los últimos compases cabe destacar la dupla Mark Evanier y Dan Spiegle. Tendría un segundo volumen, pero como es post crisis y tiene entidad propia, lo veremos en breve.

La otra longeva cabecera heredada de Quality es G.I. Combat (1952, aunque adquirida por DC en el 57-1987). Desde el #44, por aquí también se pasearía el imbatible Rock, junto con Johnny Cloud, un piloto navajo que también terminaría en los Losers, y el Tanque Embrujado. Éste último, creación de (adivinad quien) Kanigher y Heath, estaba formado por la cuadrilla de amigos de Stuart, cuyo abuelo, un general confederado, poseía a su tanque ligero M3. Los autores más habituales de la serie ya los conocéis, os lo aseguro.

Y con este título podemos dar por concluida la edad de oro (aunque fuera en realidad de Plata, jejeje) del cómic bélico de DC. Con la llegada de los 70, aparte de los títulos supervivientes, lo que abunda es una vuelta de tuerca oscura y escabrosa.

Como muestra, un estupendo botón, Weird War Tales (1971-1983). Una cabecera que, aparte de ser presentada por la propia muerte uniformada, mezclaba la guerra con la ciencia ficción, el horror, el misterio y el suspense. En ella debutarían clásicos del género como los Creature Commandos, mientras que otros personajes bizarros más antiguos encontrarían acomodo, como G.I. Robot y The War that Time Forgot. El editor y autor principal sería Joe Kubert, pero también tendríamos a la cuadrilla de siempre entre Kanigher, Haney, Novick

En el 76 llega Blitzkrieg, que solo aguantaría 5 entregas. Era un cómic sobre la ocupación Nazi, pero, por supuesto, desde el punto de vista de los oprimidos territorios ocupados y la noble resistencia. Las portadacas (por cierto, en todo lo visto hasta ahora abundan las portadas con suspense e imágenes impactantes que te tentaban a mirar el interior) son del propio editor, Kubert, mientras que los interiores son de Kanigher acompañado principalmente de Ric Estrada.

También con tintes oscuros es Men of War (1977-1980). Además de seguir deleitándonos con historias del As Enemigo, ya de por si bastante ambiguo, nos presentaría a Gravedigger, un soldado afroamericano que reivindica su condición (a los soldados negros se les solían encargar trabajos más humildes, como este de sepulturero) aunque en realidad lleve a cabo misiones de alto riesgo. Aquí la novedad de autores se nota hasta en el editor, Paul Levitz, que se acompaña de artistas como David Michelinie, Ed Davis, Roger McKenzie, Jack C. Harris, Ayers… El mismo editor también lo intentaría con Army At War (1978), de Scott Edelman y Ruben Yandoc, pero sólo le duraría un número debido a la DC Implosion (de la que os hablamos en este mismo Magazine DC).

Otra que lo intentó con algo más de suerte fue All-Out War (1979-1980). 6 numeritos con portadas de Kubert que darían para dar a conocer al Viking Commando, un guerrero traído desde tiempos ancestrales, o a Black Eagle, un piloto afroamericano. Los principales autores fueron Kanigher y George Evans.

Y por fin llegamos a las Crisis, con las que se renueva el Universo DC. Se acabó la vetusta WWII y los escasos relanzamientos bélicos tendrán un toque realmente novedoso.

Como es el caso del segundo volumen de Blackhawk (1988). Howard Chaykin se encarga como autor completo de un revival duro y a la yugular, en el que elimina al cabeza de escuadrón mientras añade más elementos políticos y de espionaje de los que nunca tuvo. Eso sí, con un respeto al original y con la idea de iniciar una serie regular. Ésta comenzaría el año siguiente y duraría algo más de un año. En el volumen 3 de Blackhawk, Martin Pasko, Doug Moench y Rick Burchett se encargarían de seguir dando alegrías a los seguidores del famoso escuadrón de aviadores.

Y qué decir de esa maravilla que es As Enemigo: Amor de Guerra (1990) de George Pratt. Un auténtico canto a la inutilidad y futilidad de los conflictos armados con un dibujo apabullante, que contribuye a dejártelo en la memoria por siempre.

Pero el que se lleva la palma es el segundo volumen de Unknown Soldier (12 números entre 1988-89). Aquí el guionista antes conocido como Jim Owsley se alía con un rígido Phil Gascoine para ofrecer un cómic no sólo sugerido para lectores maduros, sino que le añaden la coletilla “sólo parece una historia de guerra”. Es realmente de digestión difícil, pues el protagonista hace de todo menos heroicidades por el bien de la patria y debe lidiar con ello. El concepto gustó al maestro de los comics de guerra contemporáneo, Garth Ennis, que se encargaría de retorcer aún más al personaje principal junto con el dibujante Kilian Plunkett en el volumen 3 (1997). Y ya para los que tengan estómago, recomendadísimo el volumen 4 de Unknown Soldier (de 2008 a 2011) en el que Joshua Dysart, ayudado por Alberto Ponticelli, no tuvo reparos en situar a semejante bestia de la guerra en uno de los conflictos más sangrientos de nuestra época, la guerra civil de Ruanda.

Como podéis imaginar, las dos últimas series del soldado de cara vendada eran de la línea Vertigo. Gracias a ésta y casi medio siglo después, DC se lanza sin reservas a una explosión de títulos que se replantean los entresijos de la guerra, los grises, las grietas en el patriotismo y la heroicidad de los combatientes.

Hay ejemplos de todo tipo, como el revival de Weird War Tales (Volume 2, 1997) gracias a Brian Azzarello y nada menos que Richard Corben. O The Light Brigade (2004) por Peter Snejbjerg y Peter Tomasi, que mezcla la WWII con ángeles y demonios. Pero como decíamos, el amo indiscutible es Ennis, que se lanza tanto con tonos más satíricos como Adventures in the Rifle Brigade (Volumen 1 en el 2000 y 2 entre 2001-02), junto con Carlos Ezquerra, como bestiales alegatos más a su estilo como Enemy Ace: War in Heaven (2001), acompañado de Chris Weston y Russ Heath.

También hay obras de autor, mucho más íntimas, como el reencuentro de Kubert con su criatura en Sgt. Rock: Between Hell and a Hard Place (2003), guionizado por Azzarello, que animaría al dibujante a dar su propia version en Sgt. Rock: The Prophecy (2006). O la llena de capas y miradas Other Side (2006-2007) en la que, junto con Cameron Stewart, debutaba Jason Aaron en Vertigo, donde nos daría su obra maestra poco después. Aunque por supuesto también hay bizarradas como Army @ Love (2007-2008) del siempre indefinible Rick Veitch.

En todo caso, lo que más abundan son los revivals como The War That Time Forgot (2008-2009) en la que Bruce Jones se fue juntando con diferentes artistas para cruzar a los dinosaurios con otros protagonistas como Enemy Ace, Tomahawk o Viking Prince. En Haunted Tank (2009), Frank Marraffino y Henry Flint revivieron al famoso tanque embrujado. Finalmente, Billy Tucci dio su propia versión del héroe por antonomasia en Sgt. Rock: The Lost Battalion (2009).

Con la llegada de los Nuevos 52 y la muerte de Vertigo, los cómics bélicos se han visto drásticamente reducidos. Cabe destacar la serie Men of War (2011-2012), donde Ivan Brandon y Tom Derenick se sacaron de la manga al hijo de Sgt. Rock para ir desvelando nuevas versiones de Gravedigger, Frankenstein o G.I. Robot. Estos dos últimos ya con baile de guionistas y tono más ochentero. En esta línea llega la última de la lista y que ha dado origen a esta entrada; DC Horror Presents: Sgt. Rock vs. the Army of the Dead (2022-2023), en la que el actor Bruce Campbell disfruta de los lápices de Eduardo Risso para dar rienda suelta a sus locas ideas.

Conste que nos hemos saltados muchas cositas como complementos, series localizadas en un conflicto pero con un tono mucho más ligero o superheroico y algunas cabeceras que no eran más que reprints. Además de los inevitables olvidos que cada uno se encargará de hacernos notar. Pero es que la guerra, aunque nadie la quiere y en sí misma es una derrota, desgraciadamente da para mucho.

¡Rompaaaaan filas!

DESTACADO DEL MES

SGTO. ROCK CONTRA EL EJERCITO DE LAS TINIEBLAS
(G): Bruce Campbell.
(D): Eduardo Risso.

Bruce Campbell está considerado el actor más grande del cine de serie B… o el más famoso al menos. Indispensable, para cualquier amante del cine de segunda y con buenos conocimientos en inglés, es su autobiografía inédita en español, If this chin could kill. Allí vemos como Campbell empezó en el mundillo de la mano de los Raimi, formando un terrible trío que perpetró el clasicazo Evil Dead. Llegando a solicitar al padre de Ace que vendiera el coche para financiar la película.

Estoy divagando… el libro es interesante para conocer los porqués de su amor por el cine de bajo presupuesto y su utilidad. Os hago spoiler, el cine de serie B sirve para entretener, divertirte, disfrutar de la película sin complejos o reírte de ella sin remordimientos.

En este tipo de cine tenemos ideas estrafalarias, conceptos macarrísimos , personajes imposibles, argumentos bizarros… todo sirve, sin cortapisa. Aquello a lo que no se atreve un gran estudio, es lanzado a los perros de la serie B, a las fauces hambrientas de su público desacomplejado y disfrutón.

Nazis zombis es la idea central, palomitera y desacomplejada, típicamente de serie B, de este cómic. Campbell es consciente de lo que implica su nombre y de porqué le han fichado. No decepciona.

La historia no tiene la profundidad de un ciclo de cine de arte y ensayo, pero tampoco es una estupidez para hacernos perder el tiempo y el dinero. El tebeo divierte, es trepidante y te permite hacerte una risas con ese Hitler no muerto. Sin embargo, como en todo, incluso Sharknado hay mensaje, hay ideas y guiños. Vivimos una época que ideologías que parecían muertas resucitan para sembrar el terror. Tendencias, ideas, conceptos del pasado, que creíamos superados por su toxicidad y su falta de humanidad, vuelven a caballo de los nuevos métodos de comunicación y del capital de los de siempre.

Los nazis zombis, que no zombis nazis, a los que se enfrenta el endurecido y abigarrado Sargento Rock, resurgen para avisarnos del peligro de los monstruos del pasado. Mala hierba…

El nombre es Campbell, pero si hay un autor en esta cabecera del que podemos estar seguros de que es sinónimo de calidad es del argentino Eduardo Risso. Su estilo claro, detallado, sencillo y expresivo, es motivo suficiente para adquirir este tebeo. El ilustrador se recrea y disfruta con la macarrada y las ganas de humillar a los villanos más indudablemente malvados del siglo XX.

Acción a raudales, risas, exageraciones y situaciones estrambóticas. Un coctel para disfrutar en los últimos coletazos del verano y soñar en cómo sería adaptar esta obra a una película o miniserie.

DESTACADO DE…PABLO MENÉNDEZ
Magazine DC

AQUAMAN: LAS CRÓNICAS DE ATLANTIS
(G): Peter David
(D): Esteban Maroto

Seamos honestos, como cantaba John Lennon. Crónicas de Atlantis es un tebeo que ahora no podría publicarse. Y no solo (que también) por el erotismo en el arte de Esteban Maroto: el guion de Peter David aborda temas incomodísimos como el genocidio, el racismo, la naturaleza de la fe, el poder de la ciencia y las consecuencias de la violación y el abuso.

Esto es 1990, y tocaba a su fin la maravillosa época donde la influencia del boom del cómic adulto y europeo se había dejado sentir en USA (solo en DC: Camelot 3000, Ronin, El Regreso del Caballero Oscuro, The Shadow, Cinder & Ashe, Hawkworld y muchas otras). Pronto esas influencias y ese espíritu se estandarizaría en la línea Vertigo; en cierto modo, una estrategia para mantener a los supers alejados de esos temas incómodos que mencionaba más arriba. Pero eso es otra historia.

Esteban Maroto venía de dibujar Amatista. Peter David se encontraba en su mejor época: había escrito La Muerte de Jean DeWolff y llevaba cuatro años construyendo su legendaria era con Hulk. Así que podría decirse que los dos titanes se juntaron para levantar su particular Juego de Tronos pero en Atlantis. Pero la cosa es que Canción de Hielo y Fuego todavía no existía, así que es más apropiado decir que se juntaron para levantar su Dinastía pero en Atlantis.

Maroto no acababa de entender de todo el guion (no hablaba bien inglés), así que, dicho un poco vulgarmente, hacía lo que se le cantaba el orto: meteoritos con forma de calavera por aquí, psicodelias por allá, aquí meto unos desnudos, etc. Lo más sorprendente es que nada de esto desentona, e incluso funciona, con el conjunto de la historia.

Magazine

Batman Day

David aprovecha para solucionar ciertas incongruencias de la mitología (Arion, la existencia de sirenas, el tema del pelo rubio de Aquaman, etc.) y de paso, y más importante, expandir el “lore” de manera coherente, consiguiendo que todos los aficionados de la fantasía aplaudan como locos al leer esta historia.

En ese sentido también resulta muy interesante el componente meta-textual que añaden al conjunto los textos al final de cada capítulo. Según se nos explica, esos textos (enfocados en temas como la mitología, con referencias reales a personalidades como Lovecraft, L. Sprague de Camp o Erich von Däniken) pertenecen al profesor que descubrió los volúmenes de Las Crónicas de Atlantis.

Cada capítulo (es decir, cada volumen) está narrado por un cronista distinto. Peter David y Esteban Maroto solo serían los encargados de adaptar los volúmenes de estos cronistas al cómic. Teniendo en cuenta que (a) cada cronista cuenta con su propia historia y evolución del relato principal y (b) el profesor envió los volúmenes originales a DC por las similitudes entre el Atlantis “ficticio” y el Atlantis “real”…bueno, el malabarismo narrativo de David resulta bastante impresionante.

Así que no, no fue Geoff Johns el que demostró que Aquaman era mucho más que un tipo que hablaba con los peces (por cierto, también hay una explicación para esto). Ayudado por el trazo elegante, alucinado y alucinante, calenturiento y desprejuiciado, de Esteban Maroto, Peter David demostró que es mucho más que el “guionista-con-oficio-escritor-de-sitcoms” con el que se le suele identificar.

Y LA ENCUESTA FINAL…

Vamos a lanzar una cuestión que de algún forma sale a relucir cada vez más cuando visitamos nuestras tiendas de cómics de confianza. Es un tema relevante y reducirlo a la encuesta no es justo, por lo que invitamos a los lectores y lectoras a dejar registro de sus impresiones en los comentarios.

¿Os consideráis más lectores o coleccionistas?

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Nos vemos en 30 días en un nuevo Magazine DC.

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Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
5 septiembre, 2023 20:20

Chau loco, lo del laburo con los comics bélicos DCitas ya roza el masoquismo…salvo que te guste muchisimo. A mi la verdad en historieta siempre me aburrio un poco, en Nippur Magnum o El Tony salían algunas y siempre me sabieron a naftalina (rancia). Pero, como voté más arriba, siempre a todo género se le puede sacar el jugo con los autores adecuados.
Gran rescate una vez más Crónicas de Atlantis, otra obra maestra medio olvidada, 1000 veces mejor que lo que hizo David después con Aquaman (muy irregular) sobre todo por el zarpado de Maroto.
Respecto de la última encuesta, y si, yo me considero más lector que coleccionista quizás por no ser completista y no fijarme mucho la forma de edición, de hecho sigo prefiriendo los tomitos tapa blanda, la revista simple o taco que sirvan para LEER, antes que un super tomaco tapa dura supermegaplatino (de hecho no se si tengo alguno) que quede de adorno. Pero…(siempre hay un pero) la cosas viejunas me pueden. Esta semana mismo de casualidad en una app de acá (sigla ML ya sabrán) encontré recontrabarato el taco de El Regreso del Señor de la Noche de Zinco. Ya lo tengo de 2 tomitos de Vid ($10 en tapa cada uno!) pero no pude resistirme…y si, creo que eso es coleccionismo del subdesarrollo

Last edited 1 año atrás by Dr Kadok
Pablo Menendez
En respuesta a  Dr Kadok
5 septiembre, 2023 20:37

Yo pienso lo mismo que tú sobre el género Dr.K. No hay malas historias o malos personajes, hay malos autores 🙂

Enrique Doblas
En respuesta a  Dr Kadok
5 septiembre, 2023 22:09

Siempre me haces reír, lo del coleccionismo del subdesarrollo me ha matado y me adhiero al 100%
Lo de los cómics bélicos me ha apasionado según aprendía, pero desde luego sólo he leído del 80 para alante… el tufillo patriótico no puedo con él.

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
En respuesta a  Enrique Doblas
5 septiembre, 2023 22:53

Yo te sigo felicitando la paciencia y estilo, se siente como las notas (la base de TODO lo que se de DC precrisis) de Crisis en Tierras Infinitas, pero muchisimo más exhaustivas y divertidas. Son los nuevos Miguel Saavedra y Sergio Pradera!

Enrique Doblas
En respuesta a  Dr Kadok
6 septiembre, 2023 8:23

Ohhh, eso ha sido un piropazo! Me lo guardo, gracias!!!