Febrero es el mes más corto del año, lo que no quiere decir que sea parco en novedades. Panini Cómics nos tiene previsto un ingente número de lanzamientos para que sigamos disfrutando de esta pasión nuestra en los tiempos de pandemia. Especialmente relevante es el lanzamiento de la colección basada en Aniquilación, nada menos que veintiocho tomos donde se va a recoger una de las etapas doradas de la vertiente cósmica marvelita. Un material muy demandado por el aficionado, pese a contar con diversas ediciones (tomitos o en Colección Extra de Superhéroes), no muy alejadas en el tiempo. Nos encontramos con el inicio de algo muy grande, que sigue la tendencia de recopilación reciente de la editorial italiana, que se abrió con la Colección Jim Starlin y que desde luego no se puede decir que no vaya a sentar cátedra, ya que próximamente entrarán en juego los Eternos con esa misma filosofía.
Por esa misma razón, porque estamos convencidos de que Aniquilación es uno de los lanzamientos estrella del mes, le dedicamos unas palabras en nuestra columna de opinión. Una simple toma de contacto con un material al que le debemos un mayor reconocimiento. Pero no solo de aniquilaciones vive el aficionado Marvel. ¡Qué sería de esta sección sin las novedades! Es nuestra columna vertebral, la piedra sobre la que nos asentamos, por lo que estén atentos y atentas a nuestras selecciones, tanto en material de nuevo cuño como en reediciones. Este mes la polémica gira en torno a un personaje muy popular, Iron Man, cuya reinvención en tiempos modernos se debe muy mucho a Extremis, nuestra obra sometida a juicio. No duden en dejar su veredicto personal. Nos ponemos en modo clasicote cuando señalamos, sin rubor, como cómic del mes a la enésima reedición de «Dios Ama, el Hombre Mata«, la que se publicita como la «versión del director» de Chris Claremont y Brent Anderson, una obra capital para la comprensión del entorno mutante. También nos hemos fijado en lo bien que está funcionando los Guardianes de la Galaxia de Al Ewing y Juann Cabal. Para la redacción de la sección Marvel, es un imprescindible moderno y una de las colecciones a seguir. En clásicos, volvemos a abusar del gen X, con recomendaciones como el Tributo a Len Wein y Dave Cokrum, y el primer volumen de Factor-X, otro título más que añadir a la franquicia mutante. Hablando de hombres y mujeres X, repasamos las interioridades y vicisitudes de los integrantes de Academia X, una evolución de los Nuevos Mutantes de comienzos de siglo. Por último, haremos nuestro ya tradicional paseo por la historia, por ende, por la nostalgia. Que no falte.
Sin más dilación, abrimos el paso para que nuestros lectores y lectoras se empapen del Magazine. Pónganse cómodos. Hay material de sobra para degustar.
TITULARES
• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Quién es quién
• Hablemos de clásicos
• Otras reediciones
• Aquellas maravillosas novedades
Columna de opinión
Mientras la mayoría miraban al suelo, algunos miraban al cielo. Los fuegos artificiales que se lanzaban desde la Tierra eran bonitos y su luz tan fuerte que tapaba el brillo de las estrellas, ¿cómo no?, era difícil apartar la vista del planeta más famoso de toda la galaxia cuando tenías un evento llamado a cambiar más que nunca (y parecía que esta vez de verdad… o por lo menos durante unos años) el estatus de los superhéroes, partiendo en dos a todas las familias. ¿Iron Man o el Capitán América?, ¿Tony o Steve?, ¿de qué lado estás?, ¿cuál es tu bando?, la maquinaria de Marvel trabajaba a tope para involucrar al fan en una historia de división, en una guerra civil que implicaba a (casi)todos los personajes de la editorial y que pasaría a la historia. Un par de años después, con Tony Stark como líder de SHIELD y de las defensas terrestres, veríamos a Nova, Richard Rider, llegando a la Tierra y encontrándose con él, dando lugar a una brillante conversación que daba buena cuenta de lo que realmente había pasado en ese 2006, cuando Iron Man le explica la gran batalla entre héroes por una ley, con algún que otro muerto, y Nova le contesta que ha visto planetas, con especies enteras, desaparecer en medio de una “guerra de verdad”. Eso fue
Aniquilación tiene dos grandes virtudes, la primera ser un evento (aunque mejor diríamos “una serie de eventos” por lo que vendrá después) que es muy bueno, brillante a un nivel cualitativo y con un atrevimiento que otros no tienen. La segunda que realmente produjo un cambio profundo en una parcela del universo Marvel que se mantiene a día de hoy, quince años después de su llegada, y esto se debe principalmente a su artífice, Keith Giffen, que dio una vuelta de tuerca a lo que tradicionalmente era el Marvel Cósmico, rompiendo en estilo pero teniendo en cuenta todo su bagaje previo, que dio como resultado cosas muy diversas, algunas irregulares y otras envidiables.
Independientemente que se puedan otorgar autorías a unos u otros, Jim Starlin marcó pautas y estilos para la visión de lo que sucede en el universo Marvel alejado de la Tierra. Lo hizo durante años, décadas, y dio lugar a algunas de las mejores historias de la editorial. Por eso, un cambio ya iba a ser duro de cualquier forma. Coger a un escritor como Keith Giffen para ello generaba dudas, incluso a quienes disfrutaban de sus obras más famosas, a saber, Lobo o la JLI, alejadas demasiado del tono serio y metafísico del gran Starlin. Cabe decir que el resultado fue totalmente inesperado, Giffen se alejaba de la comedia y construía una guerra, que contenía tanta épica como drama, que era cruel e injusta, como lo son las guerras, y al mismo tiempo se alejaba de Starlin.
Aniquilación no surge de la nada, Giffen construye una historia empezando por el mismo sitio que Starlin, con Thanos, aunque su importancia será menor que en otros eventos cósmicos, no deja de estar presente y todo ello tiene un germen en la serie del Titán Loco, un germen que no es necesario leer para entender este evento, de hecho la nueva edición de Panini no empieza por ahí, pero que ya hace ver que puede llegar algo grande, y llegó, vaya que sí.
Se trata de un evento muy agradecido, en el sentido de que está mucho más contenido que otros y diversifica sus tie-in, a la vez que los hace imprescindibles, de ahí que la primera edición de Panini numerase sus tomos en rústica incluyendo todos los cruces, bueno excepto uno que era el preludio y se publicó después, cosa que en la nueva edición no ocurre pues la serie de Drax ya está incluida en el primer tomo.
Sin duda, la nueva edición es lo que hacía falta para hacer justicia a un cómic de esta magnitud. Estamos hablando de una obra que hace las delicias tanto de seguidores de Marvel como de aquellos que quieran picar con historias concretas y que solo se había reeditado en tomos de gran volumen y pequeño tamaño, haciendo que pareciese solo un apunte más en la historia de la editorial y no lo que es; se trata de un evento que revolucionó, reinventó y realzó la parte más cósmica de la editorial. Un evento que llevó a Nova a ser lo mejor que nos podíamos imaginar, a crear unos predecesores a los Guardianes de la Galaxia del año 3000, que tendrían una fama mundial sin precedentes o a jugar con villanos hasta el punto de cambiar nuestra percepción para conocer el verdadero terror.
Es cierto que después de todo esto vinieron épocas peores, donde guionistas famosos pretendieron seguir a un estilo más Marvel, más superheroico y eliminando terrores más reales, pero lo que aquí se va a recoger es en un 90% de cómic de primerísima calidad, no solo por los dos eventos, Aniquilación y Aniquilación: Conquista, sino series como la de Nova o Guardianes de la Galaxia son un disfrute continuo. Y los eventos posteriores, inferiores en varios sentidos, siguen superando con creces a muchas de las colecciones y grandes batallas que ocurrían por aquel entonces en la Tierra.
Es curioso que algo tan distinto a la etapa de Starlin sea la continuación perfecta para su coleccionable, quizás porque el gran escritor realizó algunos de los mejores cómics de la Casa de las Ideas en el siglo pasado y estos son algunos de los mejores cómics Marvel del presente siglo.
Juicio a… Iron Man. Extremis de Warren Ellis y Adi Granov
No hay dudas de que los personajes Marvel son de una iconicidad aplastante. En algunos casos, no queremos ni que cambien una pieza del traje o el color del pelo, que se supone original. Muchos crecemos con una imagen muy predeterminada de tal o cual superhéroe y es esa la que queremos, hasta el día que abandonemos la afición o nos visite la parca, sea cual sea la desgracia que nos arribe antes. Precisamente, no advertimos que algunos de esos personajes cuentan con una larguísima tradición a sus espaldas, y que por su propio bien, cada cierto tiempo deben ser reinventados, para las generaciones venideras. Eso mismo le pasó a Iron Man, entre 2005 y 2006.
Tony Stark, el Vengador Dorado, es miembro fundador de los Vengadores, además de haber gozado con la suerte de disponer una serie abierta, con buena salud (pese a los consabidos altibajos), desde que echó a andar por primera vez, allá por marzo de 1963, en la cabecera Tales of Suspense. Stan Lee, Larry Lieber, Jack Kirby y Don Heck nos habían dejado una historia de origen, clara y diáfana, que se había desarrollado a lo largo del difuso tiempo Marvel, además de ser una motivación constante para las bases del personaje: Stark, el industrial frívolo, sin corazón, amante de la tecnología, que va a depender, a partir del conveniente accidente, de ella. Warren Ellis y Adi Granov sabían muy bien a lo que venían cuando se hicieron cargo, de manera transitoria, de la colección del Cabeza de Lata. Revolucionar, socavar cimientos, para provocar atención en el respetable. Normalmente, este tipo de acciones suelen atraer la polémica. Así que ya estamos dispuestos, con nuestras plumas en alto, para dar voz a los contendientes. ¡¡ Por el honor de los Stark!!
A favor …. Robbie R.
A Iron Man podemos considerarlo un personaje maltratado. ¿Por qué afirmo esto con semejante taxatividad?, sencillo, porque parece que existe el Vengador Dorado desde que el Universo Marvel Cinematográfico lo llevase a las pantallas de todo el mundo.
Tenemos para el recuerdo sagas como Iron Man vol. 1 #193-200, en la que Iron Monger hace que la vida de Tony se convierta en una pesadilla, de la mano de Denis O´Neill y Luke McDonell. Armor Wars de la mano del David Michelinie, Bob Layton y Mark Bright en Iron-Man vol. 1 #225-232 y finalmente Iron Man vol. 1 #120-128 donde Tony se enfrenta a su alcoholismo.
Como puede verse, de dichas obras maestras se extrajeron muchos conceptos incluidos, de mejor o peor manera, en las famosas películas en la que Robert Downey Jr. caracterizaba a el vengador de hierro.
Es cierto que el personaje, miembro fundador de Los Vengadores, no ha sido el más exitoso. Es cierto también que entró en una deriva que solo Kurt Busiek pudo por lo menos paliar con Heroes Return. Puede ser que el concepto, el personaje quedase encasillado o atrapado en los arquetipos de la mascara de hierro.
Si bien, llegó un momento que clamaba un cambio sustancial. Warren Ellis llegó como ingeniero para hacerse con el control de Iron Man. El guionista británico suele bordar sus trabajos, y suelo impregnarlos con toques de ciencia ficción que maneja con maestría. Iron Man era su armadura perfecta para explotar un personaje muy encorsetado.
La obra que tenemos en formato Marvel Must-Have se titula Extremis. Extremis es el nombre del suero inventado por un amigo de Tony que va a jugar un papel fundamental en la vida de nuestro protagonista cambiándole para siempre. De tal forma que la genialidad de Ellis fue cambiar el concepto de hombre y armadura; en lugar de que Tony sea simplemente un tipo con una armadura, ahora es parte de ese traje. A nadie se le ocurrió, nadie fue capaz de llevar el personaje a otro nivel, y eso que se trata de un superhéroe que encaja a las mil maravillas con la ciencia ficción.
Warren Ellis consiguió dotar de un nuevo trasfondo a su protagonista. La historia profundiza en la mente de Stark, yendo más allá de un enemigo invencible al que batir. El guionista británico nos expone los miedos y fracasos de Stark, y de un terrible pasado del que se ha valido para llegar hasta su yo actual. Es obligado echar la vista atrás, mostrándonos un nuevo origen del personaje, actualizándolo en Afganistán. En lugar de en las selvas del este de Asia, Stark se encuentra herido por su propio armamento en los áridos desiertos centroasiáticos. Como vamos viendo, Extremis fue fundamental en la versión cinematográfica.
En cuanto al concepto de Extremis, desde un enfoque minimalista, permite revisionar el origen de Iron Man. Tony parece tener un conocimiento asombroso de lo que puede hacer con sus nuevos poderes, pero el guionista irá dejando miguitas de pan en el camino para que futuros guionistas desarrollen lo que nos cuenta esta historia.
Extremis redefinió por completo al HOmbre de Hierro, pero esta importancia no es sólo mérito de su guionista. La elección de Adi Granov para el trabajo fue fundamental. Su experiencia en diseño gráfico se convirtió en la piedra angular de una obra impecable a nivel gráfico y artístico. Antes de Extremis, fue el artista de portada principal de la segunda serie en curso de Iron Man. Su trabajo es meticuloso, y su versión del traje de Iron Man es definitivamente maravilloso. Al igual que las películas, da la sensación de que el traje no es tanto un disfraz de superhéroe, un cubo de metal, o una armadura con cables, sino un arma de destrucción masiva. Se trata de un diseño de líneas finas y aerodinámico. La única pega es que Adi Granov, en según que momentos, parece algo falto de dinamismo. Si bien esta deficiencia es contrarrestada con páginas cargadas de paneles llenos de belleza que encajan perfectamente con la ciencia ficción.
Extremis, en definitiva, es un imprescindible, una obra que redefinió la figura de Iron Man de tal manera que se alineó con el nuevo milenio, con destino a la grandeza.
La verdad, nada más que la verdad.
En contra …. J.J.J.
Hubo un tiempo en el que los relanzamientos eran acontecimientos excepcionales, relacionados con personajes que recibían una segunda oportunidad. Las colecciones de solera tenían unas numeraciones que abarcaban varios centenares de números y dejaban patente con este dato su permanencia en el mercado. Sin embargo, de unos años para acá, se asiste a una progresiva «televisación» de las ediciones: la excepción se ha convertido en norma y cualquier excusa parece ser buena para un nuevo número uno.
No se puede negar que un reinicio es algo tentador: se puede captar a un público que se muestra remiso a subirse a un tren en marcha; se busca la atención de los medios, en unos tiempos en los que los tebeos tienen que competir con otros medios de entretenimiento, se presenta la promesa de una nueva y diferente versión del personaje de turno y su mundo. Sin embargo, rara vez se cumplen las expectativas y lo normal es que la colección derive, más tarde o más pronto, hacia la rutina. Extremis es un buen ejemplo de ello.
La llegada de Warren Ellis y Adi Granov a la vida en viñetas del Hombre de Hierro se produjo en un momento en el que el Vengador Dorado estaba pasando por una etapa singularmente anodina. Sin llegar al desastre de la etapa previa a Heroes Reborn, las andanzas del cabeza de lata, después la interesante etapa de Kurt Busiek y la curiosa realizada por Joe Quesada, se habían movido en el terreno de lo olvidable. No es extraño, pues, que buena parte de los tebeos publicados en su cabecera permanezcan inéditos en España, pese a corresponder a unos tiempos en los que se publicaba prácticamente todo. Iron Man es uno de los héroes clásicos de Marvel, pero aún no era la estrella cinematográfica que es en la actualidad y, para ser sinceros, los rumores sobre su salto a la gran pantalla generaban más suspicacias que otra cosa. La iniciativa de relanzarlo con un equipo de primera era una buena, que no nueva, idea.
Sin embargo, el propio equipo creativo no es garantía de éxito. Warren Ellis es un nombre bien conocido en la industria, pero no se puede obviar el hecho de que, en materia de superhéroes, ha tenido aportaciones memorables y propuestas olvidables. En esta ocasión, hay que decantarse por un tibio intermedio, notablemente mejorado por la espectacular labor del ilustrador Adi Granov. La imagen de Iron Man que presenta este arco argumental será icónica y, también, la base de la versión cinematográfica, mas ¿es esto suficiente como para recomendar Extremis? No, definitivamente, no.
Pese a su espectacularidad gráfica, la historia que se presenta no es más que un típico ejemplo de actualización del personaje, para adaptarlo a los tiempos que corren y borrar los anacronismos inherentes a su primer origen. La aventura tiene los elementos definitorios de la franquicia férrica: Anthony Stark, el industrial que diseñaba armas; el enfrentamiento con las consecuencias de sus actos; las implicaciones de un mal uso del talento para la tecnología… todo conocido y todo manido, pues los retornos a los orígenes tienen el desagradable efecto secundario de desandar lo andado por el personaje. Así ha sido y así será, pero la inevitabilidad inherente al negocio no implica que no pueda hacerse interesante para el público veterano.
En conclusión, Extremis es una obra cuyos valores son más circunstanciales que intrínsecos: sirvió de base para la primera película protagonizada por Iron Man y la trama específica relacionada con el arma que da nombre a la historia fue uno de los elementos centrales de Iron Man 3, pero, más allá de ello, no supone una historia particularmente memorable en la dilatada y tortuosa trayectoria del latoso.
He dicho.
Análisis de novedades (grapas y tomos)
Lanzamientos Grapa
Este mes, damos relevancia tan solo a un par de grapas, dentro de la ingente cantidad de novedades que en este formato nos brinda Panini, un especial que calidad que tenemos el gusto de destacar y el inicio de la revisitación del fenómeno Marvels (junto, por supuesto, a la segunda hornada de grapas pertenecientes a X de Espadas, el evento mutante de 2021 en España)
El Inmortal Hulk 27. La Inmortal Hulka
Es posible que os estéis preguntando por qué recomendamos el número vigésimo séptimo de la serie de El Inmortal Hulk. Pues bien, en primer lugar, porque esta colección, la mejor del personaje en años, es también la mejor serie actual en grapa de todo Marvel. En segundo lugar, porque esta etapa está llamada a convertirse en un cómic definitorio del Gigante de Jade, y en tercer lugar, porque este número 27 tiene trampa.
Y es que, como su propio nombre indica, esta grapa no encierra en sí misma una aventura del coloso esmeralda, sino de su prima, que en su momento fue editada en Marvel Comics como una grapa unitaria llamada The Inmortal She-Hulk, que en sí misma consistía en un especial desgajado de la serie principal. Por coherencia con la edición española, Panini ha decidido ofrecernos este número unitario como parte de la colección.
En esta grapa, Jennifer Walters tendrá que encontrarse a sí misma tras los sucesos de Imperio, viviendo una interesante aventura que nos da pistas de cuál será el lugar del personaje en los eventos venideros.
Marvel 1
En el mundo del cómic americano de los noventa, que veneraba el grim & gritty como si no hubiera un mañana, Kurt Busiek y Alex Ross demostraron que había espacio para la luz, para el clasicismo, para el género de superhéroes bien entendido. Ambos dos posibilitaron la salida de Marvels, una obra que causó un profundo impacto en el aficionado de la época. Busiek y Ross concluyeron su obra y sobre ella se ha vuelto, de las más variadas formas. En estos tiempos tan convulsos, volvemos a revisitar ese mundo de los prodigios, de la mano de los mismos autores.
Esta nueva Marvel se constituye, obviando la típica estructura de una historia río, en un conjunto de relatos, pertrechados por distintos autores, diferentes equipos creativos, aunque todo ello gestionado por la dirección de Alex Ross. Por aquí volveremos a ver a Busiek, pero también a dibujantes como Steve Rude o Frank Espinosa. Si eres de los que te gana la morriña, por el recuerdo de la salida de la obra original, o si eres nuevo y quieres probar qué se siente cuando uno camina hacia la luz, es un tebeo que difícilmente puedes dejar pasar.
Lanzamientos Tomo
En el apartado de tomos, este mes se cubre de gloria en Marvel, puesto que no pocas e interesantes novedades tratarán de llenar nuestra estantería.
100% Marvel HC. Academia X 1. Elegir Bando
Hace dos años, irrumpió en Marvel Collection la etapa de Nunzio DeFilippis y Christina Weir al frente de los Nuevos Mutantes, en un tomo unitario en el que, aprovechándose el contexto de los X-Men de Grant Morrison, momento en el que la Mansión Xavier se llenaba de nuevos alumnos, se nos presentaba a una nueva generación de Nuevos Mutantes que poco o nada tenía que ver con el grupo clásico de Chris Claremont, Bob Mcleod y Bill Sienkiewicz. Si bien, algunos de ellos se pasaban por la colección para hacer más identificable al lector la transición en el cambio de protagonismo.
Pues bien, las aventuras de dichos personajes continuaron en otra serie distinta, llamada Academia X, en la que sus protagonistas se desprendían del apelativo Nuevos Mutantes, y volaban solos, editándose ahora por Panini por primera vez en tomo dicha serie, que ve su primer volumen (de dos) en este particular mes de febrero.
Una novedad fresca y distinta si os gustan los mutantes modernos, por si os apetece alejaros un poco de Jonathan Hickman.
100% Marvel HC. Spiderman Vs. Morbius
A pesar de la pandemia del Covid-19, está claro que en algún momento, más pronto que tarde, veremos la película del Vampiro Viviente de Marvel Comics en salas de cine (o plataformas de streaming), por lo que éste resulta un momento muy oportuno para dar a conocer a Morbius entre aquellos que todavía no sepan por dónde empezar a leer las aventuras de este particular no-muerto, que en realidad está muy vivo.
Por ello, Panini nos brinda este tomo recopilatorio en el que se recogen las historias más reconocibles del personaje, relacionadas por supuesto todas ellas con Spiderman, al ser Morbius un villano que forma parte de la galería de malhechores arácnidos.
Marvel Now! Deluxe. Los Vengadores de Mark Waid 1. Los Siete Magníficos
Siguiendo la estela de publicaciones en formato Marvel Deluxe, estaba claro que tarde o temprano tenía que comenzar la recopilación de la etapa al frente de Los Vengadores de Mark Waid. Y es que, tras las series de Jonathan Hickman, fue este prolífico guionista el que recogió el manto de la colección, ofreciéndonos una serie mucho más convencional y cercana a lo clásico, alejada de la pretenciosidad y grandilocuencia de su predecesor.
Como todos los cómics de Mark Waid, tanto aquellos que resultan imprescindibles, como los que no lo son tanto, este tomo es ideal para iniciarse en la lectura de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, e ir conociendo a algunos de sus integrantes, alejándose eso sí esta serie no en su tono, pero sí en la formación del grupo protagonista, del clasicismo.
Los Vengadores de Marvel Now! pasan a ser Los Vengadores de All New-All Different Marvel, y de la grapa, saltamos a su primera edición en tomo.
Marvel Omnibus. Loki: Viaje al Misterio
Una novedad muy interesante se incorpora a la genial línea Marvel Omnibus que tantas alegrías nos da en cómodos tochales. En esta ocasión, le llega el tuno a Loki: Viaje al Misterio, la mítica etapa de Kieron Gillen en el que este particular guionista, que tan bien entiende el cómic moderno, recuperaba la nomenclatura primigenia de la serie del Dios del Trueno para narrarnos las aventuras de su pérfido y mentiroso hermano… que había vuelto a la vida en una forma más joven.
¿Puede un dios redimirse? ¿Es la renovada juventud de Loki la oportunidad que el Dios de las Mentiras necesitaba para enmendar su pasado? ¿O resulta todo esto un elaborado engaño de un Loki que con un cuerpo más joven sigue siendo el de siempre?
A estas contundentes preguntas responderá este tomo que hará las delicias de los fans del personaje, ahora que el mismo protagonizará una serie propia en Disney +.
El cómic destacado del mes
Hablar de Dios ama, el hombre mata es hacerlo de una obra mayúscula, para muchos uno de los mejores trabajos de Chris Claremont al frente de La Patrulla-X. Publicada en 1982 y como novela gráfica independiente, en ella, tanto Claremont como Brent Anderson, dibujante de la historia, construyen un relato universal sobre el odio a lo diferente y la importancia de la tolerancia rascando en las bases sobre las que se construyeron los cimientos de los X-Men, “jóvenes y perseguidos por el simple hecho de ser diferentes.” Es ahí donde entra en juego un personaje de nueva creación como es el reverendo Stryker, quien inicia una cruzada contra Xavier y sus pupilos. ¿Sus intenciones? Exterminar toda vida mutante.
Probablemente si esta obra ha cosechado tan buena crítica es por su naturaleza de punto de entrada al universo mutante. Absolutamente todo lo que cualquiera que se acerque por primera vez a estos personajes debe conocer está aquí explicado, sus motivaciones, el porqué de determinadas alianzas, su comportamiento ante el mensaje de odio predicado por Stryker, todo está perfectamente hilvanado. Cierto es que hay indicar que Dios ama, el hombre mata es hija de su tiempo. El uso de los textos de apoyo para explicar determinadas situaciones, diálogos densos, … pero es tal la grandeza de Chris Claremont que en vez de convertirse en una lectura pesada consigue el efecto contrario, la sensación de contarnos en algo menos de cien páginas, lo que hoy en día tranquilamente sería el doble o triple de páginas. Estamos ante un Chris Claremont en estado de gracia, habiendo dejado atrás las etapas acompañado de Dave Cockrum, John Byrne y Paul Smith, metido ya de lleno en esa Patrulla-X de conceptos más punk al lado de John Romita Jr., sorprende y alegra a partes iguales pues la elección de Brent Anderson como artista para este proyecto, quien recordemos se hizo cargo de él después de que Neal Adams optase por declinar su participación. Estamos ante un dibujante de corte clásico y espectacular, especialmente dotado en la narrativa y caracterización de los personajes, un autor al que recordemos durante varias décadas hemos podido disfrutar en la que es su gran obra, Astro City, junto a Kurt Busiek.
Pero… ¿Qué hace especial a esta nueva edición de Dios ama, el hombre mata como para colarlo en nuestro Magazine, más allá de su propia importancia como obra? Pues que el año pasado Marvel Comics optó por publicar una versión extendida en la que fraccionaron la obra en dos entregas, añadiendo en cada una de ellas cinco páginas con el mismo equipo creativo, pero realizadas en la actualidad. Cinco páginas que sirven a modo de entrada en la historia y otras cinco con las que se cierra dicha apertura, de esta forma no afecta al ritmo de lectura de una obra ya de por sí excepcional en ese sentido. La pregunta es obvia, ¿aportan valor añadido esas páginas a la historia? Y la respuesta es un rotundo no, pero tampoco entorpecen por como están planteadas y además sirven para demostrar que el que tuvo retuvo y que ojalá sirvan para más pronto que tarde poder leer más proyectos de Chris Claremont, y por supuesto, volver a disfrutar del trabajo de Brent Anderson. Como último apunte decir que en Estados Unidos ambos números contaron con portadas de Salvador Larroca (para el primer número) y Phil Noto (para la segunda entrega), siendo la escogida para el volumen publicado por Panini la de Phil Noto, quien con su estilo mejor ha sabido reflejar el contenido al cual iba destinada.
No te puedes perder… Guardianes de la Galaxia de Al Ewing y Juann Cabal
Retomando el final de la etapa de Donny Cates, los Guardianes están juntos de nuevo, viviendo lo que parece una vida fácil e idílica. Tras la calma viene la tormenta e interrumpiendo una cena familiar, Richard Rider, el último de los Nova Corps pide auxilio. El comienzo de esta etapa pisa el acelerador de cero a cien en un segundo. Al Ewing ya ha demostrado que es uno de los mejores guionistas de la Casa de las Ideas y aquí lo encontramos muy cómodo al timón de un grupo que nos permite conocer distintos mundos y galaxias del Universo Marvel.
Cualquiera que tenga delante esta colección puede asustarse si no ha sido un ferviente seguidor del grupo o de la parcela cósmica del Universo Marvel. Si bien, Al Ewing permite que un lector lego en la materia estelar pueda ponerse al día muy rápidamente y seguir esta nueva etapa.
Los primeros números que se han publicado en España suponen centrar la atención en el grupo, en cada uno de los integrantes, pero desde el punto de vista de un equipo, de una interacción de personas o entidades con poderes que escapan a nuestra comprensión. Importante para el desarrollo de lo que nos cuenta Al Ewing es el completo conocimiento de los personajes, de su historia, de su “mochila”. Con su buen hacer y gran conocimiento de lo que trata, los números iniciáticos se basan en la química de los miembros del equipo. La lectura de esta etapa nos rememora a aquella maravillosa Patrulla-X que de la mano de Chris Claremont, Dave Cockrum y John Byrne. La riqueza de cada personaje, sus tragedias, su dolor y, en definitiva, la esencia de su personalidad se percibe en cada viñeta, en cada expresión, y en cada diálogo.
Se nota en el autor un profundo amor por la Marvel cósmica, a la vez que se instuye un intento de dejar de lado a algunos de los miembros de la versión cinematográfica de los Guardianes, lo que es un completo acierto. Por mucho que pueda gustarnos la película, no es menos cierto que ampliar el abanico a personajes como Dragón Lunar, Phyla Vell y Marvel Boy es gratificante y enriquecedor. En concreto digno de mención es cómo se gesta en dos números la solución a las dos Dragón Lunar que conviven en nuestro Universo, y se lleva a cabo de una manera nada forzada e incluso podemos decir que es una evolución acorde al personaje.
Con grandes dosis de aventura épica, se intercalan números de contenido emocional y con sustancia. En concreto destacamos ese número que puede pasar desapercibido centrado en Nova. Hablamos de la entrega del mes de enero de 2021. “Depende de mi…”; es una frase que, si miramos en nuestro interior, la llevamos encima cada día de nuestras vidas. Nuestra educación, nuestro día a día, las responsabilidades que asumimos, o que nos van viniendo con el transcurso de los años, suponen en algunos casos llevar el peso de una carga que, en solitario, se torna imposible de soportar. Richard Rider lo ha vivido en sus carnes, el peso de los Nova Corps y del destino de la galaxia, y esa carga mental, a otro nivel, la podemos llevar a nuestro día a día. Al Ewing intenta hacernos comprender que es en solitario cuando perderemos seguro.
De todo lo expuesto podemos afirmar que Al Ewing y su equipo artístico están desarrollando en Guardianes de la Galaxia una labor digna de elogio. Como guionista es impecable, y conoce muy bien la historia de sus personajes. Podemos también afirmar sin temor que está llamando a la puerta de una serie puntera como Los Vengadores. Marvel Comics tiene que abrirle camino para poder llevar a la gloria que se merecen los Héroes más Poderosos de la Tierra.
En cuanto a la parte gráfica, tenemos que destacar la labor de Juann Cabal. Un maestro de la expresión que trae al recuerdo a Kevin Maguire. Tenemos delante un dibujante que transmite, que comunica, que traslada al lector lo que piensan y sienten los personajes que plasma en papel.
En definitiva, estamos ante una colección que cualquier lector debe seguir, sea o no conocedor de esta parcela que es la denominada Marvel Cósmica.
Quién es quién: Academia X
Este mes de febrero se publica por primera vez en tomo Academia X, una serie menor dentro de la franquicia mutante que sin embargo consiguió reunir a un considerable número de seguidores durante su publicación original. Es buen momento, por tanto, para repasar los orígenes de esta colección y conocer a sus personajes principales.
En 2003 Marvel lanzó su línea Tsunami, un sello que pretendía atraer a lectores más cercanos al manga que al cómic de superhéroes bajo el que comenzaron a publicarse series como Runaways, Mística o Nuevos Mutantes. El experimento no funcionó demasiado bien y la línea Tsunami desapareció poco después, pero algunas de las cabeceras que había albergado se independizaron y continuaron adelante. Fue el caso de Nuevos Mutantes, que había surgido durante la época de los New X-Men de Grant Morrison y se centraba en los nuevos estudiantes que poblaban el Instituto Xavier por aquel entonces. Escrita por el matrimonio formado por Nunzio DeFilippis y Christina Weir, esta colección supo conjugar el tono adolescente de sus historias con las dinámicas propias de un cómic de la franquicia mutante. Si bien los Nuevos Mutantes originales se dejaron caer por sus páginas para ejercer como mentores y consejeros, en realidad el protagonismo recayó en una nueva generación de Nuevos Mutantes compuesta por nuevas incorporaciones como Tensión, Prodigio y Danza del Viento. Como no podía ser de otra forma, estos Nuevos Mutantes supervisados por Dani Moonstar estaban enemistados con una nueva generación de Infernales que tenían como mentora a Emma Frost, la antigua Reina Blanca del Club Fuego Infernal.
Cuando Morrison abandonó la franquicia mutante y se produjo la renovación de todas sus colecciones conocida como X-Men: Reload, Nuevos Mutantes se relanzó bajo el nuevo título de New X-Men: Academia X, manteniendo a DeFilippis y Weir a los mandos y continuando sus tramas en el punto en el que se habían quedado. En ese momento el contexto de la cabecera se amplió, pues a los Nuevos Mutantes e Infernales que ya conocíamos se les unirían otros escuadrones de adolescentes mutantes, cada uno de ellos supervisado por uno de los profesores del Instituto Xavier. De entre todos estos estudiantes surgieron personajes como Hada, Loa, Indra, Anole o Alud, que tiempo después gozarían de cierta popularidad. Academia X incluso se trajo a personajes de otras series para ampliar su reparto. Es el caso de Ícaro, mutante alado perteneciente a la familia Guthrie que había sido el protagonista de un arco con ecos de Romeo y Julieta que había podido leerse por esa época en la Patrulla-X de Chuck Austen y Salvador Larroca. No obstante, para no estropear la lectura a los que se acerquen a esta colección por primera vez, en esta sección vamos a centrarnos únicamente en los personajes principales del escuadrón de los Nuevos Mutantes.
Dani Moonstar necesita poca presentación. Esta nativa cheyenne fue miembro de la primera encarnación de los Nuevos Mutantes reunida por el Profesor Xavier junto a Bala de Cañón, Loba Venenosa, Karma y Mancha Solar. Sus poderes mutantes le permiten proyectar imágenes salidas de las mentes de quienes le rodean, en especial aquellas que tienen una fuerte carga emocional (de hecho, al principio sólo era capaz de proyectar los miedos más aterradores de los demás). No obstante, su naturaleza mutante convive con una vertiente mística que siempre ha estado presente en su vida. Desde la clásica Saga del Oso Místico, en la que los Nuevos Mutantes se enfrentaron a la criatura sobrenatural que había matado a los padres de Dani, pasando por su época como una de las Valquirias de Asgard, Espejismo siempre ha estado en contacto con realidades más allá de lo material. Con el tiempo acabó convertida en una de las profesoras del Instituto Xavier y, pese a que aún tenía mucho que aprender de su rol como docente, ocupó el puesto de mentora de la nueva generación de Nuevos Mutantes. Dani pronto aprendió que estos Nuevos Mutantes tenían algo en común con los antiguos: su tendencia a desafiar a sus profesores.
Esta joven mutante originaria de Tokio huyó de su casa familiar y viajó hasta Estados Unidos cuando se manifestaron sus poderes eléctricos por primera vez. Incapaz de controlarlos y temiendo por la seguridad de aquellos que se acercasen a ella, acabó viviendo en la calle y tomando drogas para mantener a raya sus descargas eléctricas. Los miembros de la segunda generación de Nuevos Mutantes la encontraron poco después y la invitaron al Instituto Xavier, donde recibió los guanteletes diseñados por Forja que le permiten regular sus poderes. Noriko absorbe electricidad constantemente y tiene la capacidad de canalizarla en forma de estallidos puntuales de energía o utilizarla para acelerar su propio cuerpo hasta alcanzar supervelocidad. No obstante, para hacerlo de forma controlada debe llevar los guanteletes mecánicos en todo momento. Sin ellos es un peligro andante.
David era un estudiante excepcional nacido en una familia acomodada de Chicago y tenía un futuro brillante por delante. Sin embargo, el despertar de sus poderes mutantes cambió su vida por completo. Su mutación es de naturaleza psicomimética, lo que quiere decir que le permite duplicar las capacidades físicas y mentales de las personas que hay a su alrededor. De esta forma, ya no necesitaba estudiar porque las respuestas de los exámenes simplemente aparecían en su cabeza mientras estuviese cerca del profesor. En lugar de aprovecharse de la situación, y siendo consciente de que su acceso a esos conocimientos estaba limitado por la cercanía física, David decidió esforzarse aún más en sus estudios. Orgulloso como era, se empeñó en conseguir el éxito por méritos propios y no por un capricho de su genética. Expuesto poco después por un grupo antimutante, a David no le quedó más remedio que ingresar en el Instituto Xavier, donde se unió al escuadrón de los Nuevos Mutantes usando el nombre código de Prodigio.
Nacida en Venezuela, Sofía pasó los primeros años de su vida en su país de origen y bajo los cuidados de su tío. Tiempo después viajó a Estados Unidos para quedar bajo la custodia de su padre, el dueño de una gran cadena de supermercados. Ignorada por su progenitor e insatisfecha con su nueva situación, el despertar de sus poderes mutantes liberó un auténtico huracán dentro de una de las tiendas de su padre. Los poderes de Sofía son aeroquinéticos, por lo que le permiten manipular el viento y elevarse (a sí misma y a otros) en el aire. También puede amplificar las vibraciones del aire, pudiendo escuchar así conversaciones lejanas. Acogida por Dani Moonstar en el Instituto Xavier, Sofía adoptó el nombre de Danza del Viento y entró en el escuadrón de los Nuevos Mutantes, convirtiéndose en su líder de campo. Como líder de los Nuevos Mutantes, Danza del Viento tuvo que encararse en más de una ocasión con el líder de los Infernales, Julian Keller, más conocido como Infernal. Lo que nadie esperaba es que los líderes de ambos escuadrones rivales comenzasen a sentirse atraídos entre sí.
Originalmente un miembro de los Cosechadores de Donald Pierce, antiguo integrante del Club Fuego Infernal y enemigo de los mutantes, el primer encuentro entre Josh Foley y los Nuevos Mutantes fue como enemigos. Sin embargo, al descubrir que él mismo era un mutante con poderes curativos pronto cambió de bando. Rechazado por sus antiguos aliados y por sus propios padres, Josh fue acogido con reticencias en el Instituto Xavier. Obligado a compartir habitación con Prodigio, la relación entre ellos se fue haciendo cada vez más tirante, hasta el punto de que Josh comenzó a acercarse al escuadrón rival de los Infernales. Claro que, en cuanto descubrieron que había servido a Donald Pierce, los chicos de Emma Frost le dieron la espalda. Josh también tuvo problemas con Loba Venenosa, integrante de los Nuevos Mutantes originales que había perdido sus poderes, hacia quien se sintió fuertemente atraído. Un beso entre ellos activó los poderes curativos de Josh, que despertaron de nuevo la capacidad de Loba Venenosa para adoptar su forma lupina y desataron de paso sus instintos salvajes. Herido por Loba Venenosa, Elixir tuvo que utilizar sus poderes para sanarse a sí mismo, obteniendo así la piel dorada que le ha caracterizado desde entonces. Josh es un mutante de nivel omega y uno de los sanadores más poderosos que existen. La verdadera amplitud de sus capacidades es uno de los temas que se tratan en la serie, por lo que mejor no diremos nada más al respecto.
Esta chica tímida de Connecticut es una mutante de segunda generación. Su padre tenía el poder de proyectar feromonas que le permitían alterar las emociones de los demás y lo utilizaba para conseguir dinero, fama y mujeres. De hecho, la madre de Laurie estaba bajo la influencia de su poder mutante hasta que se quedó embarazada y adquirió una inmunidad natural a sus feromonas, lo que la llevó a abandonar su casa y a criar a su hija en solitario. Con el tiempo, la joven Laurie comenzó a manifestar el mismo poder que su padre y esto la aterrorizó. Se había pasado toda su vida alejada de la gente y descubrir de repente que podía alterar la voluntad de los demás sin ser consciente de ello era demasiado. ¿Y si acababa aprovechándose de ellos como hacía su padre? Por petición de su madre, Laurie entró en el Instituto Xavier para entrenarse en el control de sus poderes, aunque al principio tuvo poco éxito en su empeño. Las cosas comenzaron a cambiar cuando Sofía Mantega se convirtió en su compañera de habitación, ya que su dominio sobre el viento le permitía evitar los efectos de sus feromonas y, por tanto, Laurie podía estar segura de que no la estaba manipulando sin querer. Usando el nombre de Alhelí, Laurie entró en el escuadrón de los Nuevos Mutantes y fue herida en una pelea contra los Cosechadores de Donald Pierce. Por suerte, Josh Foley utilizó sus poderes para sanar sus heridas. Desde ese momento Laurie quedó prendada por Elixir, aunque sus sentimientos no eran correspondidos… al menos al principio.
Nos hemos dejado fuera de nuestro repaso a otros personajes centrales de la colección, pero por una buena razón. El inicio de Academia X está caracterizado por el conflicto entre los dos escuadrones protagonistas, los Nuevos Mutantes y los Infernales, y las alineaciones de ambos grupos se verán alteradas como resultado del choque. Veremos a un Nuevo Mutante convertirse en Infernal y a un Infernal convertirse en Nuevo Mutante… y eso sólo será el principio. Veremos varios romances… y no todos acabarán bien para los implicados. También veremos cómo evolucionan los poderes de estos personajes, que nos reservan alguna que otra sorpresa (atentos sobre todo a Elixir). Asistiremos a la muerte de uno de los profesores del Instituto Xavier y hasta contaremos con un auténtico anuario dedicado a estos peculiares estudiantes. No obstante, lo más interesante vendrá tras concluir la edición en dos tomos de esta primera etapa de Academia X. La llegada del Día M y la pérdida masiva de poderes mutantes pondrá patas arriba a todos los escuadrones, dando inicio a una nueva etapa con Craig Kyle y Chris Yost encabezando un nuevo equipo creativo. Hoy se considera una etapa de culto por su extraordinario manejo de los personajes, su altísima tensión dramática y sus constantes referencias al pasado de la franquicia, por lo que conviene estar al tanto del devenir de esta nueva edición en tomo de Academia X. Como suele decirse, lo mejor aún está por llegar.
Hablemos de clásicos
Es complejo calibrar la importancia de las cosas, si no te alejas lo suficiente para ponerte en perspectiva. Muchos números míticos del mundo del cómic se lanzaron, no como avanzadilla de algo importante, sino más bien como intentos de captar la atención. Nadie podía imaginar que el Giant Size X-Men #1 de 1975 iba a ser algo especial. No sus creadores, Len Wein y Dave Cockrum, no Roy Thomas, cerebro en la sombra, y desde luego no Marv Wolfman, editor en jefe de la época. El fenómeno Giant Size era un formato de mayor paginación y precio que se había extendido desde el año anterior por toda la editorial, con todo tipo de personajes; no había nada especial o novedoso con ese lanzamiento. Además, seamos sinceros, los mutantes venían de ser un concepto fallido, cancelado en su tiempo, por lo que solo un puñado de románticos esperaría que se recuperase a la Patrulla-X. Sin embargo, dicho lo dicho, este tebeo acabó transmutado en referencia, en objeto de pleitesía, con apenas un breve paso del tiempo.
Esa adoración ha pasado por el continuo homenaje a su portada o por las referencias a las génesis (tras la segunda, años después tuvimos a la tercera) en el entorno mutante. Pero el año 2020, Marvel dio el paso definitivo hacia adelante. Aprovechando el cuarenta y cinco aniversario de su publicación, la editorial cogió a treinta y siete de sus mejores artistas y les propuso reproducir cada una de las páginas de aquel número especial, consignando una clara reverencia, un tributo, al trabajo de Len Wein y Dave Cockrum. La editorial Panini ha decidido publicarlo en España en un formato tomo, con las planchas originales junto a sus réplicas actuales. Pocas veces se ha sentido tan marcado el homenaje a un ejemplar unitario, como era este Giant Size, prueba fehaciente de su importante valor histórico.
Dave Cockrum fue prácticamente fichado por la Casa de las Ideas para llevar a cabo este proyecto. El dibujante de la Legión de Superhéroes de DC era un artista con una tremenda inventiva, capaz de diseñar montones de personajes, por lo que se atisbaba necesario su talento para configurar un equipo donde la mezcla de lo nuevo y lo viejo iba a estar al día. Len Wein era un ya veterano guionista, curtido en mil movidas editoriales y seguidor de los mutantes originales. En su periplo en la serie de Hulk, hizo debutar a un ejemplar canadiense con garras de adamamtium, bastante antes de que la idea de los X-Men estuviese de nuevo sobre la mesa. No sería por falta de interés; Roy Thomas iba sondeando a varios guionistas que estuvieran interesados en el proyecto, ya que Thomas fue guionista destacado en los años sesenta. Tenía la seguridad de que iban a funcionar ya que la cabecera de X-Men continuaba activa con reediciones de material clásico…. ¡¡y vendía muy bien!!
Wein era, como ya hemos dicho, un escritor consagrado, de los pocos que contaban en su contrato como autor-editor, es decir, responsable último de su trabajo, por lo que decidió que era un buen momento para intentarlo de nuevo con los mutantes. Era necesario cambiar ciertas cosas, entre ellas el concepto de escuela, que fue muy importante en su desarrollo primigenio, o buscar un enfoque más internacional, con personajes venidos de todos los rincones del globo. También tuvo claro que no iba a ser una renovación de la cabeza a los pies, que se mantendrían ciertos elementos como Cíclope o el Profesor X; aun así, lo que se buscaba era novedad, impacto, por lo que los cinco originales debían desaparecer de la circulación.
La historia de este Giant Size #1 comienza así, con un Charles Xavier reclutando efectivos a lo largo y ancho del globo. Lo mismo se adentra en lo profundo de África para recabar los servicios de una diosa del clima, que se pasea por las estepas rusas buscando la fuerza de un hombre de metal, que gira hacia el Canadá donde un pequeño y malcarado mutante con garras acepta su trato; también se le ve dirigirse a Alemania donde se han oído cuentos sobre un demonio, buscar la ayuda de un conocido irlandés, viajar hasta Japón donde un orgulloso ejemplar posee un ególatra fuego interior o más en territorio local, consigue convencer a un nativo americano sobre su causa. Xavier tiene un cometido importante, lograr la ayuda de mutantes poderosos, dado que su primigenio grupo ha desaparecido por causas misteriosas.
Y básicamente es esto el Giant Size, la reunión de nuevos efectivos y la configuración de una Patrulla-X para el futuro, uno brillante, que cambiará el género de superhéroes americano. Toda esa revolución comenzó aquí, motivo más que suficiente para generar homenajes varios.
Los mutantes se convirtieron en los personajes con mayor tirón editorial. Se transformaron en sensación y empezaron a despuntar en ventas. Todo ello bajo la dirección de Chris Claremont (acompañado de un buen puñado de artistas como Dave Cockrum, John Byrne, John Romita Jr. o Paul Smith). Eso no quiere decir que dentro del mismo Bullpen se pusiesen pegas a determinadas decisiones creativas. Uno de los continuos escollos que tuvo que sufrir Claremont fue la actitud de Jim Shooter. El gran editor en jefe había disfrutado de la Patrulla en su más vieja encarnación, es decir, como escuela para jóvenes inadaptados. La función de Xavier quedaba muy deslucida liderando a un grupo curtido en mil batallas, como era la Segunda Génesis. Y Shooter anduvo incordiando con el tema hasta que se salió con la suya. De hecho, había apalabrado ya una futura serie con Mark Gruenwald, obviando al guionista principal, que se encontraba en una convención cuando se enteró de la treta. El bueno de Chris pudo salvar la papeleta presentando su propio proyecto con estudiantes, la colección denominada New Mutants, pero estaba claro que no se podía despistar si buscaba mantener cohesión y uniformidad en su parcela.
Durante un tiempo, Claremont mantuvo un férreo control sobre la esfera mutante, escribiendo y coordinando las historias en las dos cabeceras primordiales, X-Men y New Mutans. Pero en enero de 1986, salta la bomba. Jean Grey retorna a la vida en Fantastic Four #286, cortesía de un John Byrne que vivía las mieles del éxito como autor completo en la Primera Familia. El Patriarca Mutante fue advertido de tal movimiento, por parte de Shooter, por lo que sale acreditado en el citado cómic, como parte implicada. Ahora sabemos que aquello no le sentó nada bien a Claremont; algo presagiaba que se trataba de un movimiento a mayor escala y la confirmación la tuvimos en tiendas el mes siguiente. Ya hemos adelantado que al editor en jefe le gustaban los mutantes de Lee y Kirby. Se empeñó en que hubiera de nuevo una escuela y cuando, entre bambalinas, Byrne propuso la resurrección de Jean Grey, a Shooter le faltó tiempo en preparar una reunión de los cinco originales en una nueva cabecera. Hablamos, claro, de X-Factor.
Factor-X, como la conocemos en nuestro país, es asignada a elementos nada afectos a Chris Claremont. Guionizada por Bob Layton, dibujada por Jackson Guice (que colaboró con Byrne en la parte artística de la resurrección de Jean) y editada por Mike Carlin….. nombres todos ellos muy alejados del círculo de influencia de Chris Claremont. A partir del #2, entraría en responsabilidades editoriales Bob Harras, sucediendo a Carlin, un nombre que se hará importante en la franquicia. El presupuesto del que partimos para una reunión más que impostada es complicado. Teniendo en cuenta que el único integrante original que manejaba el guionista mutante era Cíclope, no debería ser complicado unir los puntos. El Ángel, la Bestia y el Hombre de Hielo formaban parte de los Defensores y la pobre Jean estaba descansando en paz. Pero claro, con Scott Summers se cometió una de esas tropelías que todavía se recuerdan, al cortar de raíz la historia de amor entre el mutante y Madelyne Pryor. La imagen de un Summers abandonando a su mujer y a su hijo, por el retorno de Jean Grey, es como mínimo decepcionante.
El propósito de este Factor-X era ayudar a otros jóvenes mutantes, de manera soterrada, un objetivo que trataba de honrar los principios de Xavier. Pese a ello, se notaba que el guionista no sabía muy bien cómo encarar la colección, aunque por el camino nos había dejado la creación de un personaje muy importante como Apocalipsis. El relevo no tardó en arribar. A partir del #6 USA, entra Louise Simonson como escritora titular de la cabecera , editora y guionista con más cercanía a Chris Claremont (que a la larga posibilitará la llegada de su marido, Walter Simonson, al apartado del dibujo, un autor que había revitalizado Thor de manera ostensible), lo que llevó a la serie a imbricarse en los eventos pergeñados por el Patriarca Mutante (tal como la Masacre Mutante, la Caída de los Mutantes, Inferno, Etc.).
Las propuestas de Louise Simonson nos dejan una colección que iba más en consonancia con aquello que los seguidores mutantes consideraban como la línea de la franquicia. Y la conjunción del matrimonio Simonson nos deja unas primeras historias del grupo muy estimables, sobre todo en cuanto el tratamiento del villano Apocalipsis se refiere. El concepto de X-Factor no se ha mantenido inmutable en el tiempo. Es más, se trata de las encarnaciones más variables que se conocen en el entorno X (grupo encubierto de mutantes, equipo al servicio del gobierno, agencia de detectives, parte de un conglomerado industrial, etc.). En estas páginas podemos observar de cerca los pasos iniciales de la formación y todos aquellos con morriña de los cinco originales, volver a disfrutar de nuevas interacciones entre ellos, mientras luchan por salvar el mundo, otra vez más.
El primer Omnigold que pone en tiendas Panini Cómics cubre el ciclo de renacimiento de Jean Grey, los dieciséis primeros números de la cabecera y algunos complementos. Con la salida de este tomo, la editorial italiana va articulando la reedición ordenada y cohesionada de todo el micro cosmos mutante. Una forma de trabajar que nos permitimos aplaudir desde estas líneas.
Cuando se habla de los X-Men, uno se imagina un mundo de rarezas, surgidas a raíz de la era atómica, pero mucho antes de eso, existía un luchador contra monstruos y demonios que la historia ha tratado de ocultar, pues muy pocos recuerdan a Solomon Kane. Surgido de la imaginación de Robert E. Howard, creador de Conan, era un habitual de la producción pulp de inicios del S. XX. Tras el acuerdo con los herederos de Howard, en Marvel no solo trataron de implementar todo aquello relativo al bárbaro mundo de Cimmeria, sino que también se fijaron en este puritano del S. XVI, especialista en la búsqueda y sometimiento de monstruos.
Fue Roy Thomas, como no, el que primero trató de que el público lector de los magazines, publicados por Curtis, se entusiasmara con el personaje. Ese mundo aventurero, mezcla de época y fantasía, lo vimos debutar en Monsters Unsleahed #1 y luego se estableció cómodamente en los complementos de The Savage Sword of Conan. Fue también Thomas, acompañado por el gran Howard Chaykin a los lápices, el que lo introdujo en las páginas a color, con una saga en Marvel Premiere. Lo cierto es que sus aventuras parecieron calar más en el lector adulto de las revistas en blanco y negro, porque cuando se le puso como reclamo en un título mensual, a mediados de los ochenta, su recorrido se cerró a los seis ejemplares.
Panini y SD Distribuciones ponen a disposición del aficionado clásico un Limited Edition con toda la etapa Marvel original del bueno del Solomon Kane. Historias con un tono muy pulp, con una ambientación digamos particular (mayormente, la Europa del S. XVI), repleto de un componente aventurero muy estimable, que hace que las historias contenidas en este tomo entren de una manera muy fácil y que el indudable paso del tiempo apenas las ha dañado. Una oportunidad de oro que los buenos aficionados no deben dejar pasar, ya que nos encontramos con un material muy dependiente de las negociaciones de derechos y que llevaba sin reeditarse desde hace más de veinte años. No lo dejéis escapar.
Otras reediciones
En el apartado de reediciones en tomo, este mes de febrero no se queda corto en absoluto y nos ofrece interesantes propuestas a las que hincar el diente.
Aniquilación Saga 1. Prólogo
Siguiendo la estela de la Colección Jim Starlin, llega en tapa dura su continuación directa, Aniquilación de Keith Giffen primero y de Dan Abnett y Andy Lanning después. La puesta a punto para el Siglo XXI de la franquicia cósmica marvelita comienza aquí, en el primer tomo de una colección que incluirá todas las series principales y accesorias que fueron planeadas para dar renovada vida al espacio marvelita, comenzando por la mini serie de Drax el Destructor (incluida en este tomo junto al prólogo al evento Aniquilación) y finalizando por Aniquiladores, el epílogo al Imperativo Thanos que también veremos publicado en tomo cuando corresponda.
Un punto de entrada fantástico para aquellos que sintáis interés por la Marvel de las Galaxias, pero que os confeséis abrumados ante tanto material, sin saber por dónde empezar vuestro viaje espacial. Pues bien, en una edición que por fin hace justicia a la gran calidad de los cómics que encontraréis en su interior, llega la nave perfecta para comenzar vuestra exploración de las estrellas marvelianas…
Marvel Saga. Jessica Jones: The Pulse
Marvel Saga se enriquece con un nuevo título. En esta ocasión, se cierra el círculo respecto de las publicaciones protagonizadas por la detective más malhablada de Marvel al reeditarse The Pulse, la serie en la que Brian Michael Bendis, acompañado al dibujo de Mark Bagley, hizo a su hija predilecta dar un paso más allá al convertirla en investigadora para el Daily Bugle.
Una excusa como cualquier otra para darnos un punto de vista del Universo Marvel más cercano a la calle y al ciudadano que al clasicismo superheroico.
Mark Bagley, quien ya dibujara al personaje en Alias cuando se ocupaba de los flashbacks protagonizados por Joya, sustituye aquí definitivamente a Michael Gaydos en este interesante cómic.
Aquellas maravillosas novedades
Hemos llegado al final de otro de nuestros magazines mensuales y, como de costumbre, es el momento de olvidarnos de la rabiosa actualidad para echar un vistazo al pasado. A falta de una máquina del tiempo que nos permita revisitar aquellas viejas anécdotas que tanto dieron que hablar en su día, siempre nos quedará abrir el baúl de nuestra memoria y preguntar: ¿Recuerdas lo que pasó…?
¿… hace un año? En febrero de 2020 comenzó la etapa mutante de Amanecer de X con el primer número de Patrulla-X de Jonathan Hickman y Leinil Francis Yu. Dinastía de X y Potencias de X, las dos miniseries interconectadas que servían como prólogo para esta nueva y esperada etapa, habían disparado las expectativas hasta la estratosfera, así que para algunos lectores el inicio de Amanecer de X supuso un pequeño bajón. El estilo del dibujante, no apto para todos los paladares, quizá tuvo algo que ver. Sin embargo, este número supuso un hito para la historia mutante tan importante como la fundación de la nación de Krakoa… o incluso más. En aquel momento la conversación sobre el inicio de la serie giró única y exclusivamente sobre un tema: las habitaciones interconectadas de Cíclope, Lobezno y la Chica Maravillosa en el plano de la casa de los Summers. Las redes sociales se volvieron locas por este detalle, que permitía imaginar las locas aventuras entre las sábanas del popular trío, ya prácticamente confirmado como tal. La colección ha tenido un buen puñado de páginas repletas de esos esquemas y diagramas que tanto le gustan a Hickman, pero ninguna ha dado tanto juego como la de ese plano, su estratégico reparto de habitaciones y la peculiar ausencia de ciertas puertas.
¿… hace cinco años? En febrero de 2016 el impronunciable nombre de Chip Zdarsky comenzaba a ser cada vez más popular entre los lectores de Marvel. Buena parte de la responsabilidad la tuvo el inicio de la serie dedicada a Howard el Pato, que Panini publicó dentro de su colección 100% Marvel. El ácido humor de Zdarsky le sentó como un guante a su emplumado protagonista, dando lugar a una serie de historias tan irreverentes como divertidas por las que desfilaron numerosos personajes marvelitas. El bueno de Chip brilló especialmente en su retrato de Spiderman, al que convirtió en una parodia de sí mismo y de sus numerosos traumas. Mostrado como una gelatina temblorosa que lloraba a lágrima viva cada vez que algo le recordaba a su desaparecido tío Ben, Peter Parker fue el objeto de las mejores y más certeras burlas del guionista. ¿Quién nos iba a decir que el mismo autor que se reía de Spiderman con tanta mala leche iba a escribir años después Spiderman: Toda una vida, uno de los mejores cómics que ha protagonizado el trepamuros en la última década?
¿… hace diez años? En febrero de 2011 los Vengadores entraban en La Edad Heroica tras la finalización de Asedio. La etapa de Brian Michael Bendis, que tanto había contribuido a colocar de nuevo a los Héroes Más Poderosos de la Tierra en el centro del panorama marvelita, ya comenzaba a mostrar cierto desgaste y estos números junto a John Romita Jr. fueron una buena prueba de ello. Bendis intentó hacer una historia de los Vengadores “de toda la vida”, incluyendo a la trinidad formada por el Capitán América (aunque en este caso era Bucky el que llevaba el escudo), Iron Man y Thor, recurriendo a villanos clásicos como Kang el Conquistador e Inmortus y buscando un tono más luminoso y épico. Pero Bendis seguía siendo Bendis, claro, y en este grupo no estaban incluidos ninguno de sus personajes fetiche, como Jessica Jones, Luke Cage o Spiderwoman, así que el invento no salió demasiado bien. A eso habría que unir que el trabajo de Romita Jr. en la colección se llevó unas cuantas críticas negativas… y con razón. Recordar aquel número construido a base de splash pages en el que el Encapuchado se enfrentaba a los Vengadores usando las Gemas del Infinito aún nos produce escalofríos.
¿… hace veinte años? En febrero de 2001, Forum comenzó a publicar la pequeña saga con la que se iba a poner fin a la etapa de Alan Davis como guionista principal de los mutantes. El nuevo arco, supuestamente obra de Davis, en realidad fue escrito desde las sombras por otra persona: nada más y nada menos que por Chris Claremont, que volvía a guionizar a los personajes a los que había ayudado a convertir en un éxito tras su poco amistosa salida de la franquicia años atrás. El Patriarca Mutante utilizó aquel arco menor como calentamiento y de paso lo aprovechó para introducir a los Neo, que iban a ser los grandes villanos de la nueva y brillante etapa que estaba a punto de iniciarse. El único problema es que no tardó mucho en hacerse evidente que esa nueva y brillante etapa iba a tener poco de brillante. El regreso oficial de Claremont fue tan catastrófico que, en comparación, este arco escrito de tapadillo en el que el Alto Evolucionador se cansaba de los mutantes y les quitaba sus poderes parecía literatura de alto nivel.
¿… hace la tira de años, en un mes de febrero como este? Allá por febrero de 1981, hace exactamente cuarenta años, Vértice publicó su segundo volumen de La Tumba de Drácula… que en realidad era el primer volumen americano, ya que el primer volumen de Vértice que se había publicado poco antes contenía el segundo volumen americano. En aquella época estas cosas eran normales y, como no existían foros ni redes sociales en los que quejarse, la mayoría de lectores ni se enteraba de que algunos números se habían publicado en un orden inapropiado… o incluso habían sufrido otras alteraciones peores en su edición española. Bastante era entonces que nos llegasen aquellos tebeos, aunque estuviesen desordenados, tuviesen viñetas cambiadas o contasen con portadas que poco tenían que ver con las originales. Al menos la obra maestra de Marv Wolfman y Gene Colan podía leerse en castellano y a todo color, que no era poca cosa. Lo cierto es que, independientemente de su edición, aquellos números siguen siendo tan actuales que no parecen haber envejecido ni un día, lo cual tampoco debería sorprendernos mucho: después de todo, cuarenta años no son nada para el señor inmortal de los vampiros.
Mucho gasto hacerse con todos los tomos de Aniquilación. De momento me haré con el prólogo y el tomo del evento como tal e iré viendo como sigo con Conquista y demás
Yo seguramente me los haga todos pero no al ritmo de Panini, sino al mío. Algo bueno que tiene esta editorial (y Norma) es que mantienen mucho tiempo sus ediciones y suelen reeditar los números que faltan al poco tiempo. No es como ECC que tienes que estar más pendiente por si te quedas colgado.
Lo que hizo Bob Layton con respecto a Cíclope es algo que no va para nada con el perfil psicológico del personaje, por lo que debió ser despedido de Marvel de inmediato.
Totalmente de acuerdo con la reseña de Aniquilación, un evento que a mí me resulta mucho más espectacular y satisfactorio que la propia Civil War de ese año también.
Sobre Extremis, apuntadme en el lado del «en contra». Me parece un arco totalmente sobrevalorado con una estructura poco original: Iron Man se enfrenta a un enemigo con poderes genéricos (un paleto sureño con superfuerza, supervelocidad, invulnerabilidad y que escupe fuego) que le forra a hostias (como si fuera la primera vez que se enfrenta a alguien así), pero se hace una armadura más poderosa y en el segundo asalto le devuelve la paliza. Fin.
Sí, es cierto, aquí introduce el elemento novedoso de que no solo mejora la armadura sino también a sí mismo, pero no deja de ser un «upgrade» de poder y no me parece lo suficiente como para hacer especial la historia.