Magazine Marvel España – Marzo 2021

Nueva edición del magazine, con las novedades más jugosas que nos trae Panini en este mes de marzo. Aparte de los flamantes lanzamientos, muy esperados por nuestros lectores y lectoras, desplegamos el abanico de secciones habituales. Pasen y lean. El gusto es nuestro.

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Bienvenidos, amantes de la actualidad Marvel. Estamos en marzo, el mes que abre la primavera. Como almendros en flor, las novedades de Panini Cómics también afloran, para nuestro gozo y regocijo. En esta ocasión, vamos a destacar la consolidación de los Marvel Premiere, un formato muy necesario para recortar la distancia con lo publicado en USA, en formato tomo y, para más inri, económico. Después de la prueba piloto, la editorial italiana ya mostró un plan de próxima publicación para el formato durante este año 2021 y en marzo tenemos el debut de Daredevil, una de las joyas que publica Marvel en la actualidad. Para la redacción, es el cómic del mes, sin concesiones y desde aquí alentamos su compra a todos aquellos que dejaron pasar la grapa en su momento.

Tenemos algunos hitos todavía por destacar. Para empezar, este mes se cierra, en España, el primer gran evento de la era Hickman de los mutantes, X de Espadas. Debido a su trascendencia, le dedicamos unas palabras en la columna de opinión. Analizamos, desde dos vertientes enfrentadas, el Marvel Must-Have sobre el Punisher, llamado «Bienvenido, Frank«, o cuando Garth Ennis encontró a Frank Castle. Un juicio con las pistolas en todo lo alto. Otro frente que no dejamos pasar es la recomendación del Thor de Donny Cates y Nic Klein, todo un festival mitológico, con reinvenciones y mucho amor por el personaje, que ha conseguido alcanzar el estatus de serie a seguir. No lo dejéis pasar. Con motivo del lanzamiento de la nueva cabecera regular de Spiderwoman, hacemos un repaso a las distintas portadoras del manto, que históricamente han sido unas cuantas. Pasen y lean, ya verán como alguna que otra le había pasado inadvertida. En clásicos celebramos el cierre de la Biblioteca Drácula, una renovada forma de recopilar ciertas series que puede ser muy interesante para el futuro. No hay nada como mirar al pasado, para saber hacia dónde nos dirigimos. Y para ello lo mejor es rememorar las novedades de otros años, de otros tiempos. Vaya recuerdos.

Falta nuestro ingrediente principal, las novedades. Es nuestro compromiso dejar a los lectores una selección de aquello que más nos ha llamado la atención del catálogo de Panini para este mes. Dicho y hecho. Ya tienen preparado el Magazine Marvel España; esperamos que sobrevivan a la experiencia.

TITULARES

Columna de opinión
Juicio a…
Análisis de novedades
El cómic destacado del mes
No te puedes perder…
Quién es quién
Hablemos de clásicos
Otras reediciones
Aquellas maravillosas novedades

Magazine Marvel España logo

Columna de opinión

X de Espadas. El nuevo evento mutante. Veintidós episodios, repartidos en variadas colecciones. Todo un esfuerzo por parte de los aficionados a la franquicia. Esta es nuestra reflexión final.

Empezamos con una afirmación clara, X de Espadas no es perfecto, pero como evento mutante funciona y como propuesta resulta interesante. Tiene defectos, pero también virtudes. Supone un punto de inflexión para lo que Jonathan Hickman quiere contarnos, y ello hace que su lectura genere expectación. Ante nosotros una concatenación de multitud de números. No son tie-in, son números de las colecciones mutantes en las cuales se relata una única historia. Visto así, es preferible a lo que se nos ofrece a fecha de hoy por Marvel Comics. Dicho esto, no debemos despreciar X de Espadas.

Cuando se anunció esta saga, volvieron a mi interior sensaciones perdidas de aquellos años 90 en los que crecí. Recuerdo, y que me perdonen por ello, lo ilusionado que estaba con un macro evento como lo fue “La Canción del Verdugo”, o la inexplicable ansiedad por hacerme con todos los números de aquella saga de Wildstorm Comics, que se anunció como la explicación de todo lo que teníamos que saber del origen de ese universo: “Fire From Heaven”. Mucho ha llovido desde entonces. Ahora esas sensaciones se han tornado en practicidad y economía. Lo bueno, si es breve, dos veces bueno; y además, si podemos economizar, pues se agradece. X de Espadas peca de largo, como todo lo que últimamente se ve en el género. Sin perjuicio de que cada número que lo conforma es un aporte distinto e interesante, esta saga se podría narrar en unos diez cómics como mucho.

La franquicia de la Patrulla-X pasó los años 80 creciendo rápidamente en popularidad al dar constantemente a los lectores más contenido y mitología, con nuevos personajes y series derivadas; como los Nuevos Mutantes, Factor-X y Excalibur. X de Espadas aprovecha esa energía y esa sinergia. Amanecer de X situó a los lectores en un ambiente donde todo lo viejo es nuevo, reviviendo figuras del pasado y uniendo a todas las facciones dispares de la franquicia mutante.

Ahora es el momento de más y X de Espadas da a los lectores versiones inesperadas de personajes e introduce mitología nueva en torno a los mutantes. Apocalipsis ha sido un personaje destacado en esta nueva era mutante, y será en esta saga donde vamos a comprender su naturaleza y por qué siempre ha defendido la supervivencia del más apto. Además de ello, descubriremos algo sorprendente en esta némesis mutante: tiene una debilidad. Como cualquier ser vivo su familia es aquello que puede hacerle daño de una manera mucho peor que el perjuicio físico. Incluso Apocalipsis es un esclavo del amor, y el romance entre él y su esposa, Génesis, es el corazón de este evento.

Con este evento se ha logrado que cada serie mantenga su identidad, mientras se relata una historia cohesionada. Esto es bueno y es de agradecer, en gran medida para los seguidores de cada una de las colecciones. También debemos decir que no todos los capítulos son esenciales para la trama principal, pero dan un contenido al conjunto, de ahí esa sinergia que se menciona. Todo lo dicho se debe no solo al rey de espadas, sino a un gran trabajo de guionistas como Leah Williams, Zeb Wells, Vita Ayala, Benjamin Percy, Gerry Duggan, Ed Brisson; y finalmente la sota de espadas, Tini Howard.

El experimento Krakoa, que es así como lo denomino, no pierde energías, y la confianza y la emoción de este crossover sugiere que lo mejor está por venir a medida que vamos viendo que las semillas que Jonathan Hickman sembró ya echan raíces y el mundo de la Patrulla-X sigue creciendo.

En cuanto a lo que supone la parte gráfica, ninguna objeción. Es más, el conjunto es superior al notable. Tenemos grandes autores. A la cabeza Pepe Larraz. ¿Qué más podemos decir de nuestro artista patrio que no hayamos dicho? Su nivel no hace más que crecer y crecer. Sus páginas, sus viñetas, su encuadre, su visión de los guiones es inmejorable. No por ello debemos olvidar a Mahmud Asrar, Carlos Gómez, Carmen Carnero, Viktor Bogdanovic, Matteo Lolli, Leinil Francis Yu, Phil Noto, Rod Reis, R. B. Silva. Cada uno de los autores que menciono suponen un trabajo impecable, a la par que soberbio. Tal es la calidad de la parte gráfica que se percibe, a todas luces, cómo se ha puesto toda la carne en el asador con un equipo de artistas muy solvente.

En definitiva, una saga entretenida. Una Patrulla-X distinta. Una versión muy de Jonathan Hickman, pero no por ello desdeñable. Me quedo con el dolor emocional relatado entre líneas. Un dolor que se circunscribe a los actos que rigen nuestras vidas, actos que vistos desde ángulos distintos y diferentes percepciones suponen un enfrentamiento, una distancia, una ruptura. Todo ello desde el ámbito de la familia y amor fraternal, consigue que hasta el ser más fuerte se pliegue ante un dolor que alcanza nuestra alma.

Juicio a… El Castigador: Bienvenido, Frank

Hay autores que parecen destinados para cierto personaje. Es el caso de Garth Ennis. El guionista norirlandés es alguien que ha admitido su animadversión por el género de los superhéroes, hecho que no le ha privado de trabajar en el mismo, de manera continua. Por eso, un personaje como Frank Castle, un justiciero implacable dispuesto a todo por vengar a su familia, logra una mayor conexión con la forma de abordar la temática de este enfant terrible. La primera vez que encontraron sus caminos se trató de un especial, a mediados de los noventa, donde el Castigador se dedicaba a terminar con la totalidad del Universo Marvel. El experimento fue satisfactorio para las partes, por lo que se requirió de nuevo sus servicios, esta vez en la línea Marvel Knights, una de las grandes apuestas de finales del S.XX. Otra larga colaboración en la línea MAX corona a Ennis como el guionista definitivo de Castle, pero vamos a quedarnos con la intentona anterior, la de MK.

La figura del Punisher llevaba en cuesta abajo, en su vertiente creativa, desde mediados de la década de los noventa. De hecho, Garth Ennis recoge a un Castigador cuya última etapa se había basado en un concepto de lo más inverosímil: el buen Castle, muerto en una cruzada de violencia sin fin, cede sus servicios al cielo, convirtiéndose en un ángel vengador. Así, como suena. Algo tan loco no podía funcionar, por lo que la aventura quedó cancelada a la mínima. Joe Quesada le cedió las riendas del personaje a un escritor que gustaba tratar temas conflictivos, descarnados, profundos, sin miedo a nada; además, le posibilita la reunión con Steve Dillon, dibujante con el que dio forma a una colección tan redonda como Predicador. Nada podía salir mal.

La manera de abordar al Punisher, por parte del equipo creativo, es extrema, violenta, a veces hasta paródica, por lo que hubo una parte de la parroquia que la abrazó con algarabía, mientras que otra mostró su rechazo. Recepción mixta, polémica a la vista. Damos comienzo al juicio al Frank Castle de Marvel Knights. Prometemos no ser tan duros como él con los maleantes.

A favor …. Robbie R.

Garth Ennis es un guionista de indudable talento. Cualquiera que repase su amplia trayectoria será capaz de apercibirse de este pequeño detalle, por lo que no descubrimos la pólvora con esta afirmación. Puede que haya ciertos reparos cuando saca su lado salvaje, un poco cafre de más, pero admitamos que eso también es parte de su encanto. Cuando te enfrentas a un cómic guionizado por Ennis pocas veces defrauda. Imaginen si encima se encuentra con un personaje que le permite meter subtextos, crítica social, velada o no tan velada, y un poco de inconformismo; tenemos un combo ganador. Garth y Castle son una pareja bien avenida. Porque seamos muy claros, contar las aventuras y desventuras de un justiciero asesino de masas no es algo sencillo.

El Castigador nace en los años setenta como reflejo de una época de crisis en la sociedad norteamericana. El vigilantismo llegó a ser un fenómeno cultural y de ahí que Marvel probase a tener en sus filas a alguien que se autodenominaba juez, jurado y verdugo. Podemos entender las circunstancias de Frank Castle, el asesinato injusto de una familia querida, pero costaba mucho imbricarlo en un panorama donde el negro y el blanco, villanos y héroes, se encontraba tan estereotipado. De ahí su errático peregrinar hasta convertirse en todo un fenómeno en los noventa, con varias series regulares y apariciones estelares por doquier. Casi una celebración de lo que supone ser un ejecutor. Es algo que desgraciadamente se puede trasladar a nuestro mundo real, con la reciente polémica por parte del uso del emblema del Punisher por elementos de clara raigambre supremacista y su consiguiente rechazo por parte de uno de sus creadores, Gerry Conway.

Ennis sabía que podía ser muy sencillo convertir a Frank en un mártir y rápidamente nos marca que de lejos no es su intención. El Castle del guionista norirlandés es frío, rudo y profundamente obsesivo. Además, no se queda aquí, ya que una de sus subtramas en esta primera docena de números es el surgimiento de un grupo de imitadores, auténticos zumbados que piensan que el camino del Castigador es el correcto. La manera en la que aborda Garth Ennis el encuentro entre Frank y sus “seguidores” es simplemente magistral, dejando muy claro que la senda del justiciero no es nada admirable.

Otro aspecto a destacar es la calidad con la que aborda al grupo de nuevos secundarios en la serie. Desde los pintorescos nuevos vecinos de Frank, un pequeño esbozo de retrato social, hasta la villana Ma Gnucci, líder de los mafiosos de turno. Sin duda, su imagen en esta serie es muy difícil de olvidar. Pero en este caso nos vamos quedar con el impagable detective Soap, ese entrañable inútil que consigue ascender hasta lo más alto solo por estar en el momento justo y en el lugar adecuado, cuando precisamente ha sido elegido por su incompetencia. El guionista golpea duro con su figura de perdedor, pero a la vez nos mete de soslayo la reflexión de la cantidad de este tipo de ejemplares, incapaces e ineptos, colocados en los primeros puestos directivos.

En el aspecto gráfico contamos con Steve Dillon, un dibujante que seamos francos, no es que fuera un especialista en acción y frenesí, pero que lo compensa con toneladas de oficio y mucha personalidad. Uno sabe que está ante un cómic del tristemente fallecido autor británico, solo con ver la primera viñeta. Su trabajo en la empresa de recrear un Frank Castle rudo y descarnado, con evidentes escenas de violencia explícita, es fundamental para llevar a buen término las ideas del guionista.

Nos encontramos ante una buenísima forma de acercarse al Castigador y a su complejo entorno, lleno de delirantes mafiosos y perdedores de la vida. Si alguna vez te ha planteado algún reparo la figura de un justiciero ejecutor, Ennis y Dillon te explican muy el porqué de ese rechazo. Se trata de un cómic con multitud de bondades (y muy pocas fallas) que merece ser parte de cualquier buena biblioteca comiquera. No es lo más que se ha hecho con el personaje, premio que también se halla en las manos de Ennis y su etapa en la Línea MAX, pero lo podemos poner perfectamente en el podio. Bienvenido, Frank, que la violencia siempre esté contigo.

La verdad, nada más que la verdad.

En contra …. J.J.J.

Una de las frases hechas que más se repite para justificar cierto tipo de opiniones es la de que «todo es relativo» y siendo cierto que la vida se ve del color del cristal de la botella a través de la cual se mira, ha acabado convirtiéndose en la excusa comodín que permite matizar, a veces con brocha gorda, algunas realidades que no son fáciles de digerir. Esto es lo que sucede cuando se trata de valorar el trabajo que Garth Ennis y Steve Dillon realizaron con Frank Castle, el Castigador.

Para empezar, se hace necesario el reconocimiento a esta pareja de autores que, por derecho propio, ha ganado un lugar en la historia del noveno arte. Series como Predicador dan testimonio de su talento y buen hacer, juntos o por separado y, cuando reciben la oferta de hacerse cargo de una nueva serie protagonizada por el Castigador, dentro del sello Marvel Knights, aceptan luciendo la vitola ser un equipo consagrado y generando grandes expectativas. En justicia, hay que reconocer que su continuidad en la cabecera da testimonio de su éxito entre el público, pero ¿hasta el punto de considerarla una obra imprescindible? Eso ya es harina de un costal bien distinto.

La llegada de Ennis y Dillon a Marvel, concretamente a las aventuras del Castigador, se produce en un momento difícil para el personaje. Aquél que hubiera llegado a sostener tres cabeceras de cadencia mensual en el mercado a principios de los noventa, había sido una de las víctimas del colapso operado a mediados de esa década. Frank Castle se había beneficiado de la moda del anti-heroísmo imperante en aquellos tiempos, fruto de la influencia, no siempre bien asimilada, de obras como Watchmen, El regreso del Señor de la Noche o Born again. La implosión del mercado y el agotamiento de la fórmula dejaron al justiciero de la calavera en una situación en la que los sucesivos relanzamientos se traducían en fracasos. Ni la incorporación al sello cajón desastre Marvel Edge -junto a otros solitarios como Hulk, Daredevil, Nick Furia o el Doctor Extraño- ni un relanzamiento con guion de un artista tan competente como John Ostrander supusieron mejoras en tan precaria situación. La aparición del sello Marvel Knights, que supuso un nuevo impulso para Daredevil y la consagración de la Pantera Negra, tampoco ayudó al Castigador. Allí donde sus colegas de escudería habían obtenido una serie abierta, él debía conformarse con una miniserie que, para más inri, le llevaba a un lugar tan alejado de sus escenarios habituales como el mundo sobrenatural. Ni siquiera la presencia de Bernie Wrightson pudo hacer atractivo un proyecto que intentaba mezclar agua y aceite con el resultado de no convencer prácticamente a nadie. Es en este momento en el que Garth Ennis y Steve Dillon llegan a la «vida» de Frank Castle.

Guionista y dibujante consiguen que, por primera vez en años, el Castigador llame la atención del público. Vuelve a manar agua de una fuente que parecía agotada sin remedio, pero el hecho de tener entre manos un producto mejor que los anteriores no lo convierte necesariamente en memorable. Ennis y Dillon hacen aquello por lo que son bien conocidos, pero dejan la sensación de tener un reflejo, pálido pero saludable, de lo que han dado con Predicador. Corrigen el error que supuso la serie limitada anterior, cerrando en una viñeta el paseo por el más allá, pero lo hacen para dejar paso a una historia en la que la que lo que queda para el recuerdo son las anécdotas, muy por encima del relato principal. Si hubiera que hacer un resumen de este cómic se podría decir que se trata de una historia curiosa, divertida a ratos y más importante por haber sido la base de una película, que por aportar un capítulo especialmente memorable en la dilatada historia del personaje protagonista.

He dicho.

Análisis de novedades (grapas y tomos)

Lanzamientos en Grapa

Doctor Extraño: El Fin

Mark Waid ha dejado cerrada la colección y Panini ha aprovechado para incluir en la grapa un one-shot unitario, escrito por Leah Williams, con el dibujo de Filipe Andrade, que nos cuenta los últimos días del Hechicero Supremo, en una grapa que trata de rememorar aquellas obras de principios de siglo, en la que icónicos autores nos contaban cuál era el posible final de Los Vengadores, Lobezno, Hulk etc.

Un número entretenido y autoconlusivo que sirve para todos aquellos fieles del Maestro de las Artes Místicas que necesiten darle un final dentro de esa historia interminable que es el Universo Marvel.

Lanzamientos en Tomo

El Halcón y Soldado de Invierno: Corta una cabeza

Marzo es un mes de estreno para Marvel Studios y Disney+. Y es que, como es bien conocido, la plataforma de streaming perteneciente a la compañía del ratón, estrenará una serie protagonizada por Sam Wilson y Bucky, en la que ambos personajes tratarán de superar, a su manera, la marcha de Steve Rogers, honrando su legado en un entramado en el que el espionaje y el thriller de conspiración política se dan la mano como ya lo hicieron en producciones como Capitán América: Soldado de Invierno o Capitán América: Civil War.

Panini Cómics es consciente de esto, y de que el estreno de la serie quizás anime a no pocos lectores a conocer más sobre sus protagonistas en las viñetas. Por eso, este mes aterriza en nuestras librerías la serie más reciente de El Halcón y el Soldado de Invierno, de Derek Landy y Federico Vicentini, en la que ambos autores llevan a los personajes por el conocido territorio de la lucha contra Hydra.

Perfecto para nuevos lectores y para fans del mítico dúo, aunque , a nuestro entender, nada supere a la etapa del Capitán América de Ed Brubaker

Spiderman Noir: Crepúsculo en Babilonia

Margaret Stohl y Juan Ferreyra recogen el testigo de Carmine Di Giandomenico, Fabrice Sapolsky y David Hine en una nueva colección que lleva a la versión más oscura y pulp de Spiderman a Europa, y nada más y nada menos que en el periodo de entreguerras.

Autores con talento, un personaje muy interesante y nuevas aventuras para el mismo. ¿Cómo podíamos no recomendarlo? Ideal para aquellos que disfrutaran con las historias previas del personaje, o con su intervención en la película de animación, Spiderman: Un Nuevo Universo.

Marvel Now! Deluxe. Capitán América de Nick Spencer 1: Capitán Anti-América

Hablar del Capitán América es hablar de historia de los Estados Unidos en la era contemporánea. El que empezara como un símbolo de propaganda militarista y aliada, en plena Segunda Guerra Mundial, de la mano de Joe Simon y Jack Kirby, rápidamente fue convertido en soldado anticomunista por Stan Lee en su regreso en la década de los cincuenta y luego un hombre fuera de su tiempo, en los sesenta. Más tarde, en manos de Steve Englehart, le vimos renunciar a la bandera por la enorme decepción que en el personaje causaba un gobierno culpable, nada velado trasunto del escándalo del Watergate. Ya en este siglo, tuvimos las aventuras del personaje en manos de Ed Brubaker y Mark Millar, como un revolucionario que se oponía a la Ley misma, si ésta suponía el fin de las libertades por las que Steve Rogers había luchado y matado.

Pues bien, dentro de esta constante evolución del personaje, el Centinela de la Libertad cambia de cara, y lo hace con el legado del escudo de Steve Rogers a Sam Wilson, el Halcón, que ahora se convierte en un Capitán América al que todo el mundo tiene en el punto de mira por ser negro, social y por centrarse en los problemas cotidianos del ciudadano medio, aunque ello le suponga ser rechazado por el público en general.

Anticipándose en las viñetas al debate que sabía que se produciría fuera de las mismas, y efectuando una fuerte crítica al supremacismo blanco y a los neofascismos que se avecinaban en el país de las barras y las estrellas, Nick Spencer comienza así su etapa al frente de Capitán América, empezando por la colección protagonizada por Sam Wilson dentro de esa sucesión de constantes legados y novedades que fue la Marvel Now!, posterior a Secret Wars.

Con un fantástico dibujo de Daniel Acuña (no olvidemos a ese dibujante que tanto nos suena y que aparece en las primeras páginas de este tomo), Mark Bagley y Joe Bennett, entre otros, este ejemplar es el primer peldaño de lo que sería Imperio Secreto de 2017, y por ello se convierte en un imprescindible para fans del personaje y de la evolución histórica del Capi, en cada una de las décadas en las que tienen lugar sus distintas etapas.

Marvel Omnibus. Morbius: El Vampiro Viviente

Se esperaba que en 2021 la película de Sony protagonizada por Michael Morbius, el Vampiro Viviente, inundará las salas de cine, con Jared Leto en el papel del mítico remedo de Drácula ideado por Roy Thomas y Gil Kane. Finalmente, el proyecto se ha pospuesto a 2022, pero eso no ha variado los planes de Panini de recordarnos al personaje, con tomos con su correspondiente material.

No sabemos si la película merecerá o no la pena, o si hará justicia a este anti-héroe tan icónico del trepamuros, pero lo que sí sabemos es que la ocasión no podía ser mejor para Panini, que la aprovecha (como siempre suele ocurrir cuando se realizan distintas adaptaciones audiovisuales de personajes Marvel) para recopilar las apariciones en cómic más modernas del personaje, al margen de su serie actual.

Richard Elson y Joseph Keatinge recogieron el testigo del personaje en la era Marvel Now!, tras la aparición de éste en el Spiderman de Dan Slott, como compañero de Peter Parker en el laboratorio Horizon, que acababa de contratar al alter ego del Lanzarredes. A partir de aquí, esperen un ambiente urbano, algo que en apariencia no se asocia con un vampiro sintético, en un volumen autoconlusivo, ya que los pasos de Morbius en los barrios bajos no dieron para más.

Un tomo imprescindible si deseamos conocer al personaje en una versión más reciente y moderna.

El cómic destacado del mes

Marvel Premiere. Daredevil 1: Conoce el miedo

Cuando iniciamos esta sección, el pasado mes de julio, decidimos dejar un apartado para destacar una serie regular diferente cada mes y la primera fue clara, Daredevil. Aunque la serie de Inmortal Hulk es una dura competidora, El hombre sin miedo se alzó con una nueva y maravillosa etapa que nos ha dado muchas alegrías durante el pasado 2020, tantas que los redactores de esta casa la posicionaron como la mejor serie en el top Marvel anual.

¿Y qué nos ofrece esta colección para gustarnos tanto? La respuesta no pasa tanto por la innovación sino por el buen hacer de su equipo creativo, ya que sigue con el tono apegado al género negro que surgiera de la famosa etapa de Frank Miller. No podía ser de otro modo, en las últimas dos décadas solo Mark Waid describió al Daredevil más luminoso, el resto no innovaban y obtenían resultados muy diversos, desde la grandeza de Brubaker o Bendis, hasta lo anodino de Diggle o de Soule. De hecho de este último venimos, Charles Soule, un autor que prometía pero se quedó en poco o nada, a cada arco argumental decente que tenía le seguía otro mediocre. Así que esta nueva etapa, aún siguiendo la línea ya clásica, ha resultado un soplo de aire fresco por sus personajes, por la disposición de las piezas en el tablero y por la manera de abordar la psique de Matt Murdock.

Y eso que, por no romper, no rompe ni con la etapa de Soule, siendo totalmente continuista. No ya por seguir desde el punto anterior, con esa “resurrección” de Matt Murdock, su curación tanto física como mental, sino porque gran parte de su historia viene de esto, de Murdock queriendo dejar de ser Daredevil tras haber cometido un terrible error derivado de su estado. Pero no entremos en spoilers, eso mejor que lo descubran los lectores.

A los mandos tenemos a un guionista conocido por esta casa. Steven Murray se encarga de los guiones, aunque seguramente lo conozcan mejor por su pseudónimo: Chip Zdarsky. Este ilustrador, escritor, diseñador, periodista y mucho más, se dio a conocer por su trabajo en cómics como Jughead o Sex Criminals, con los que se llevó dos de los cuatro Eisners que tiene en su haber, pero quizás la fama le viene más por su trabajo en Marvel, donde ha dejado obras muy potentes como Spiderman: Toda una vida, Howard El Pato o el último recorrido de la cabecera Marvel Two-in-One. Con esta Daredevil ya se establece como un autor a tener en cuenta y Marvel no debería dudar en apostar por él, aunque también estamos deseosos de que llegue a España otra de sus obras de creación propia, Stillwater.

Este tomo tiene como artista a Marco Checchetto, el que resultará el dibujante principal hasta el momento pero no el único, pues hará paradas por las que entrarán otros artistas con partes mejores, partes peores y un sublime Jorge Fornés haciendo varios números. Aunque lo cierto es que en este tomo podemos disfrutar por completo del arte de Checcheto, que hace un trabajo maravilloso, mucho mejor que el de su anterior estancia en Daredevil, en la etapa de Andy Diggle. Y es que el dibujante ha evolucionado mucho, sus etapas en Spiderman o Punisher ya iban a mejor, pero en este Daredevil se está coronando.

La colección está resultando apasionante, no tienen miedo a jugar con Matt Murdock, moviéndose a su pasado, reflexionando sobre sus últimas aventuras, tratando de cambiarlo sin tocar su esencia e introduciendo personajes nuevos con la intención de calar hondo, donde destaca Cole North, un policía nuevo en la ciudad, que tiene un pasado envuelto en cierto misterio y con el que los autores nos hacen dudar constantemente. Eso sin olvidar a los viejos conocidos, de hecho quizás esta pareja sea los que mejor han sabido tratar a la actual figura de Wilson Fisk como alcalde.

Así hoy destacamos este tomo, este increíble inicio de lo mejor que nos está ofreciendo Marvel a día de hoy, pero también porque esto significa certificar lo anunciado hace unas semanas, la continuidad de este nuevo formato Marvel Premiere que pretende recuperar series publicadas en grapa hace relativamente poco tiempo, algo que hacía falta en nuestro mercado, y que además tiene un precio bastante interesante, concretamente este tomo cubre los cinco primeros números por diez euros. Doble alegría.

No te puedes perder… Thor de Donny Cates y Nic Klein

El Rey ha muerto, larga vida al Rey. Esta mera frase hecha, que alude al duelo generalizado que se produce cuando muere un monarca, así como al instantáneo regocijo que el pueblo siente cuando su sucesor es coronado a continuación, alude, en la vida en general, a la máxima de que hay que saber pasar página, de que toda época termina, y que siempre hay cosas nuevas que afrontar.

En el caso del Thor de Donny Cates, la frase se aplica en sentido tanto literal como figurado, por lo que se aplica en la ficción como en la realidad editorial del personaje. Y es que cuando Jason Aaron, tras nueve años, dejó la colección del Dios del Trueno, lo hizo en lo más alto. Sí, es cierto que la Guerra de los Reinos, tantas veces anunciada y tan cacareada desde el comienzo de la etapa del guionista actual de Los Vengadores, no fue finalmente lo que esperábamos, pero entre este gran evento y el epílogo que supuso Rey Thor, Aaron abandonaba la colección merecidamente laureado.

Había hecho indigno al personaje, lo había sustituido por una Jane Foster que se ganó rápidamente el corazón de los lectores, y había vuelto a dignificar a nuestro Thor habitual, de la mejor de las maneras posibles, volviendo a poner Mjolnir en su mano, y dándole el trono de Asgard. Por fin, el hijo sucedía al padre. Odín, Padre de Todos, pero especialmente de Thor, dejaba a un lado todas las rencillas que había tenido con su hijo en el pasado y daba un paso al lado para ceder el trono a su vástago más merecedor del mismo.

Y en este contexto, llegaba Donny Cates, aclamado guionista de God Country o Babyteeth en el terreno independiente, y pieza clave en la Marvel actual, con grandes series como Veneno, La Muerte de los Inhumanos, Thanos o Guardianes de la Galaxia, entre otras muchas. Cates gusta a casi todos, siendo uno de esos guionistas que, sin ser trascendental, siempre resulta divertido de leer y que, además, gusta mucho de ser continuista con los elementos que introduce en sus historias, y por ello siempre deja la marca de su estilo en todo cuanto escribe.

Así pues, cuando se reveló en la Comic Con de Nueva York, que Cates (junto con Nic Klein como dibujante) sería el guionista de Thor (de lo que esta web se hizo eco aquí), la sensación generalizada fue de celebración, y es que en general nos gusta bastante Cates como guionista, y supondría un soplo de aire fresco a una colección que, habiendo acabado tan alto con Jason Aaron, necesitaba un fuerte revulsivo para seguir manteniendo el buen nivel de ventas.

En este contexto, conviene explicar que cuando el autor previo ha realizado una gran etapa, su sucesor tiene dos opciones: continuar en la misma línea que el autor anterior, y por tanto seguir aportando cosas nuevas a lo que otro autor ya ha asentado, o ser marcadamente revolucionario y cambiar de contexto. De lo primero tenemos bastantes ejemplos, siendo quizás uno de los más claros el de el Daredevil de Ed Brubaker, que a pesar de suceder a Brian Michael Bendis en un momento en el que el autor de Cleveland había dejado a Matt Murdock muy tocado, supo reconducir la historia sin que nada sonara prefabricado y continuó la misma exactamente con el mismo tono noir que Bendis había establecido en ella, lo que el autor de Criminal dominaba a la perfección.

Pues bien, esta opción se presentaba como muy difícil en el caso de Thor. Y es que, si Jason Aaron había terminado su Guerra de los Reinos, si el Thor del Futuro, ese Rey Thor viejo y cansado ya se había enfrentado a Gorr por última vez y había confirmado su dignidad como portador del Mjolnir, con Jane Foster asentada en su papel de Valkyria. A partir de aquí… ¿Qué hacer con Thor? Quizás una trama política que analizara los problemas del personaje como Rey de Asgard a lo Juego de Tronos habría sido lo lógico, pero eso no casaba con el estilo de Cates, tan plagado de acción y aventuras.

De este modo, el nuevo guionista decidió sacar a Thor del trono pero sin que abdicara de éste, y convertirlo en Heraldo de Galactus para prevenir una gran amenaza que algún día acabaría con Asgard. El arco argumental en el que esto ocurre, el inicial de la serie, sirvió a Cates para tomarle la medida al personaje, y para dejarnos claro que no iba a hablarnos de Knull (otra vez) y que podía encargarse perfectamente del personaje, sin convertirlo en un Guardián de la Galaxia, o sin darle un simbionte. Los miedos de muchos lectores ya estaban calmados. Todo ello además aderezado con el fantástico dibujo de Nic Klein, que dota al personaje de un aspecto completamente glam que hace que nos recuerde más a un concierto de Mötley Crüe o de Steel Panther que a un cómic Marvel, sin que eso tenga que ser algo malo, si no más bien todo lo contrario.

Así pues, tocaba ahora continuar la colección por otros derroteros, y para ello Cates no solo hace uso de Bill Rayos Beta, la fantástica creación de Walter Simonson que vemos menos de lo que nos gustaría por las series Marvel (y que al escritor le encanta, como hemos podido comprobar en muchos de sus cómics Marvel, como Guardianes de la Galaxia o La Muerte de los Inhumanos) o de Lady Sif, sino en general de ese contexto de Thor como Rey que se enfrenta a difíciles decisiones y que se encuentra a medio camino entre el héroe y el gobernante, sin dejar nunca de lado la acción o la aventura que tanto caracterizan el estilo del autor.

Es en este punto en el que se encuentra la colección ahora, con un número muy especial este mes en el que Cates se atreve con todo y devuelve a la colección a Donald Blake, un elemento que hacía tiempo que había dejado de funcionar en la cabecera (la figura del alter ego solo encajaba con Thor en el pasado, cuando la industria necesitaba siempre de una identidad civil para el personaje) y al que Cates reintroduce con una maestría impresionante, dándole un papel que jamás nos podríamos haber imaginado.

Dado que lo que seguiría a continuación de ser esa mi intención, entraría en el terreno del spoiler, dejémoslo en que si os gusta Cates, y os gusta Thor, necesitáis comprar esta colección. ¡Por Asgard!

Quién es quién: Spiderwoman

Bienvenidos, viajeros del Spider-Verse. Este mes de marzo nos llega el tomo Spiderwoman: Mala sangre, el inicio de la etapa más reciente de la Mujer Araña, que cuenta con guiones de Karla Pacheco y dibujo de Pere Pérez. El arranque de las nuevas aventuras de Jessica Drew nos parece una buena excusa para repasar la historia de algunas de las Mujeres Araña más destacadas del multiverso, ya que el legado de la Spiderwoman original no sólo ha tenido un gran impacto en Tierra-616, sino que también ha resonado por todo el Spider-Verse. Por tanto, preparaos para una nueva entrega de nuestro quién es quién que nos llevará a través de todo el multiverso.

Spiderwoman Spidergirl Spider-Gwen Seda

Al contrario de lo que suele suceder con otras contrapartidas femeninas de famosos héroes masculinos, como por ejemplo Hulka, la primera Spiderwoman no tiene ninguna relación con Spiderman. De hecho, en su primera aparición ni siquiera recibió el nombre de Spiderwoman sino el de Arachne, un nombre código que más tarde utilizarían otras Mujeres Araña. Cuatro han sido las mujeres que han usado el título de Spiderwoman en algún momento, al menos en Tierra-616. En el resto del Spider-Verse la cantidad de Mujeres Araña es infinita, aunque tres de ellas destacan sobre todas sus compañeras por méritos propios. Curiosamente, estas tres sí que están íntimamente ligadas a la figura del Peter Parker de sus respectivos mundos. Veamos quiénes son.

Spiderwoman Jessica Drez

Jessica Drew (Spiderwoman I de Tierra-616)

Creada por Archie Goodwin, Sal Buscema y Marie Severin, la primera Spiderwoman hizo su debut en Marvel Spotlight #32 de 1977. Esta primera versión del personaje es bastante distinta a la que conocemos hoy y no sólo por haber empezado su carrera como villana a las órdenes de Hydra: en un principio era parte de los Nuevos Hombres del Alto Evolucionador, es decir, era una araña que había sido evolucionada de forma artificial hasta desarrollar una forma humana. Posteriores versiones de su origen introdujeron la experimentación genética a la que la joven Jessica fue sometida por parte de su padre, aunque mantuvieron a la figura del Conde Otto Vermis, el agente de Hydra que había sido responsable de adoctrinar a la Mujer Araña para las filas de la organización terrorista. Para más información puede consultarse el artículo retrospectivo que le dedicamos al personaje hace tiempo.

Dejando atrás su pasado como villana, Spiderwoman actuó durante años como justiciera enmascarada y, más tarde, tras perder temporalmente sus poderes, como detective privada. No obstante, durante su momento de mayor popularidad no fue ella misma: la Spiderwoman que se unió a los Vengadores durante la época de Brian Michael Bendis era en realidad una impostora Skrull, la Reina Veranke, tal y como se desveló durante Invasión Secreta. Pese a la desconfianza que esto generó hacia ella, la auténtica Jessica logró hacerse un hueco como Vengadora y participó en los eventos de Universo Spiderman, la primera gran reunión de Arañas del Spider-Verse. Un tiempo después volvió a sus raíces como investigadora y dejó a los Vengadores para centrarse en un nuevo reto: la maternidad. Jessica optó por la inseminación artificial para quedarse embarazada, dando a luz a su hijo Gerry (que por cierto ha heredado sus poderes arácnidos) mientras continuaba su carrera contra el crimen con la ayuda del periodista Ben Urich y el villano reformado Roger Gocking, más conocido como el Puercoespín, su actual pareja. En tiempos más recientes hemos visto a Spiderwoman como parte del supergrupo Strikeforce y como Acusadora Kree durante el evento Imperio. Ahora comienza su nueva colección, en la que jugará un papel fundamental un nuevo personaje: Octavia Vermis, la hija del hombre que le lavó el cerebro para que fuese una agente de Hydra.

Julia Carpenter Spiderwoman Madame Web

Julia Carpenter (Spiderwoman II de Tierra-616, Madame Web)

La segunda Spiderwoman hizo su debut en las Secret Wars originales de Jim Shooter y Mike Zeck en 1984, aunque poco se comentó entonces sobre su origen. Su participación en los acontecimientos desarrollados en Mundo de Batalla tampoco fue especialmente destacada, aunque se considera que el diseño de su uniforme negro influenció de alguna forma a Spiderman cuando este se hizo con su famoso traje alienígena. Julia Carpenter había sido voluntaria en un experimento gubernamental en el que se le inyectó el suero que le otorgó sus poderes arácnidos. Formó parte de los Vengadores Costa Oeste y de Fuerza de Choque antes de abandonar su carrera heroica para cuidar a su hija Rachel. Más tarde sus poderes le fueron robados por Charlotte Witter (de quien hablaremos en un momento) y pasó un tiempo en coma hasta recuperarse y reclamar el nombre código Arachne. En la época posterior a Civil War, Julia firmó el Acta de Registro y trabajó entrenando a jóvenes héroes junto a Ms. Marvel y Wonder Man al mismo tiempo que ayudaba en secreto a que otros escaparan del registro. Cuando fue descubierta tuvo que escapar a Canadá, donde se unió al supergrupo Omega Flight. A su regreso a Estados Unidos fue capturada por Sasha Kravinoff, que pretendía sacrificar a varios seres con poderes arácnidos para resucitar a su marido, Kraven el Cazador. Fue entonces cuando una moribunda Cassandra Web, la psíquica conocida como Madame Web, le transfirió sus poderes precognitivos, convirtiendo así a Julia en la nueva Madame Web. Desde entonces ha actuado como consejera de Spiderman, avisando al trepamuros de eventos como la crisis de Spider-Island, el regreso de Morlun o los planes del misterioso Pariente.

Mattie Franklin Spiderwoman

Martha “Mattie” Franklin (Spiderwoman III de Tierra-616)

Presentada por John Byrne y Rafael Kayanan durante el arco La reunión de los cinco de 1998, Mattie Franklin era la sobrina de J. Jonah Jameson. Mattie tomó el papel de su padre fallecido, Jerry Franklin, en un ritual en el que varios hombres y mujeres destacados de Nueva York se expusieron a cinco reliquias místicas que, según la tradición, ofrecían una bendición o una maldición: poder, conocimiento, inmortalidad, locura o muerte. Al recibir la bendición del poder, Mattie desarrolló habilidades sobrehumanas y la capacidad de volar. Inspirada por Spiderman, al que idolatraba, decidió convertirse en justiciera y proteger a los habitantes de la ciudad. Tras enfrentarse a Charlotte Witter (llegaremos a ella en un momento), recibió los poderes arácnidos que había robado la villana. Mattie se convirtió entonces en la nueva Spiderwoman, contando incluso con el beneplácito de Jessica Drew. Sus aventuras se narraron en una colección propia que contó con cerca de veinte números y fue guionizada por el propio John Byrne, aunque el personaje pronto cayó en el olvido. Brian Michael Bendis la recuperó momentáneamente para un arco de Alias en el que Jessica Jones investigaba la desaparición de Mattie junto a Jessica Drew, pero la carrera de la tercera Spiderwoman fue breve. Volvimos a ver a Mattie como parte de los Solitarios, el grupo de apoyo para superhéroes retirados, pero su siguiente aparición fue también su final: capturada por Sasha Kravinoff durante la Cacería Siniestra, Mattie fue sacrificada para que resucitase el hijo de la villana, Vladimir, como una prueba antes del regreso de Kraven el Cazador. Aunque volvió a la vida temporalmente como uno de los clones creados por el Chacal durante La Conspiración del Clon, ahora Mattie descansa de nuevo en paz.

Charlotte Witter Spiderwoman

Charlotte Witter (Spiderwoman IV de Tierra-616)

Creada por Howard Mackie y John Byrne en 1999, Charlotte Witter era la nieta de la Madame Web original y, como tal, contaba con ciertos talentos psíquicos latentes. El Doctor Octopus quiso aprovechar esos talentos y secuestró a Charlotte para experimentar con ella, inyectándole ADN arácnido y convirtiéndola en una criatura híbrida que se alimentaba de sangre. Después de lavarle el cerebro, Octopus la lanzó contra las anteriores Mujeres Araña para que les robase los poderes. Charlotte derrotó a Jessica Drew y a Julia Carpenter, obteniendo así la capacidad de generar estallidos de energía y de crear telarañas psíquicas. Poco después se lanzó a la caza de la joven Mattie Franklin, que contó con la ayuda de Spiderman durante el combate. Finalmente, Charlotte fue derrotada y todos los poderes arácnidos que había robado pasaron a Mattie, que obtuvo oficialmente el título de Spiderwoman. No obstante, Charlotte conservó parte de sus poderes y aún sigue activa como villana, si bien sus apariciones posteriores han sido escasas.

Mayday Parker Spidergirl Spiderwoman

May «Mayday» Parker (Spidergirl, Spiderwoman de Tierra-982)

Dejamos Tierra-616 para pasar a Tierra-982, el mundo de MC2 (Marvel Comics 2): una realidad alternativa en la que la era de los héroes comenzó quince años antes que en Tierra-616, por lo que la mayoría se han retirado o han cedido el puesto a sus hijos. Mayday Parker debutó en What If…? #105 de 1998 de la mano de Tom DeFalco y Ron Frenz, antes de convertirse en un personaje de culto y protagonizar una colección que superó las cien entregas. Hija de Peter Parker y Mary Jane Watson-Parker, heredó los poderes arácnidos de su padre y vistió una versión del traje de Ben Reilly durante los inicios de su carrera heroica. Haciéndose llamar Spidergirl, vivió numerosas aventuras junto a personajes como Normie Osborn, el nieto del gran enemigo de su padre. Cuando Morlun y los Herederos comenzaron a cazar a los tótems arácnidos por el multiverso, la vida de Spidergirl se puso patas arriba: su padre murió a manos de Daemos y su hermano pequeño Ben fue secuestrado. De esta forma, Mayday se unió a los héroes de Universo Spiderman y luchó contra los Herederos. Tras rescatar a su hermano y vengar a su padre, decidió dejar atrás el traje y la identidad de Spidergirl, pasando a llevar una versión del traje de su padre y reclamando el nombre de Spiderwoman. Hemos visto a Mayday formando parte de los Guerreros Araña que actúan a través del multiverso y también la hemos visto participar en Spidergedón, evento en el que se solucionó de una vez el asunto de los Herederos y se resucitó al viejo Peter Parker de Tierra-982. Está claro que aún quedan historias por contar en ese mundo, por lo que esperamos que este personaje de culto siga contando con su pequeño nicho en el futuro.

Jessica Drew Ultimate Spidewoman

Jessica Drew (Spiderwoman de Tierra-1610, Viuda Negra)

La Jessica Drew del Universo Ultimate fue presentada por Brian Michael Bendis y Mark Bagley durante la Saga del Clon de Ultimate Spiderman en 2006. Esta Jessica Drew es, en efecto, un clon femenino del Peter Parker de Tierra-1610 y, como tal, cuenta con sus mismos poderes. Jessica ayudó a Peter a derrotar a su creador, el Doctor Octopus, y se convirtió en su aliada usando el nombre código Spiderwoman. Con el tiempo llegó a ser miembro de los Ultimates y, tras la muerte de Peter, se encargó de vigilar a su sucesor, el joven e inexperto Miles Morales. Cuando los Ultimates se desbandaron, Jessica se encargó de reunir a unos Jóvenes Ultimates para ocupar su puesto. Fue en esta época cuando decidió dejar atrás el nombre de Spiderwoman en busca de una nueva identidad más personal, pasando a llamarse Viuda Negra. Bajo esta identidad participó en los acontecimientos de Universo Spiderman, destacando la misión en la que formó equipo junto a otros dos spiderclones para destruir las instalaciones que permitían a los Herederos regresar de la muerte gracias a sendos cuerpos clónicos. Curiosamente, pese a que otros personajes arácnidos de universo alternativos vieron reforzada su presencia con la saga y participaron luego en la colección Guerreros Araña y en el evento-secuela Spidergedón, la Viuda Negra de Tierra-1610 se ha dejado ver poco desde entonces. Quizá volvamos a verla si algún autor decide regresar al Universo Ultimate.

Gwen Stacy Spider-Gwen Ghost-Spider

Gwendolyn «Gwen» Stacy (Spider-Gwen, Spiderwoman de Tierra-65, Ghost Spider, Gwenom)

Creada por Jason Latour y Robbi Rodriguez en Edge of Spider-Verse #2 en 2014, la presentación de la que pronto pasó a conocerse como Spider-Gwen fue uno de los grandes reclamos de Universo Spiderman. Tras ser mordida por una araña alterada genéticamente, la Gwen Stacy de Tierra-65 adquirió poderes arácnidos y se convirtió en Spiderwoman. Sin embargo, sus poderes no le sirvieron para salvar a su amigo Peter Parker, quien, cansado del acoso que sufría en el instituto y deseando ser especial como su admirada Spiderwoman, experimentó consigo mismo hasta convertirse en una especie de lagarto. Gwen luchó contra él para detenerle y Peter acabó muriendo en el combate. La prensa culpó a Spiderwoman y Gwen fue perseguida por su propio padre, el Capitán George Stacy de la policía de Nueva York, que pronto descubrió la identidad secreta de su hija. Aunque participó en Universo Spiderman, formó parte de los Guerreros Araña y tuvo su papel en Spidergedón, la mayor parte de sus aventuras se han narrado en la serie que protagoniza, que ha sido relanzada en varias ocasiones (primero bajo el título Spider-Gwen, luego Radioactive Spider-Gwen y finalmente Spider-Gwen: Ghost-Spider). Quizá lo más destacado de su carrera, más allá de su breve romance con Miles Morales, sea la consecución de su simbionte, que antes perteneció al Lobezno de Tierra-65. Ha habido momentos en los que la influencia del simbionte ha alterado a Gwen, convirtiéndola en lo que se conoce como Gwenom (el juego de palabras era inevitable), aunque en general parece tenerlo bajo control. En la actualidad Gwen (que se hace llamar Ghost Spider) se encuentra exiliada en Tierra-616 y ha jugado un papel importante en la colección de Spiderman, así como en el evento King in Black. Además, conviene recordar que, pese a que su popularidad parece haber decaído un poco, es uno de los personajes centrales de la adaptación animada de Spiderman: Un nuevo universo y estará presente en su esperada secuela.

En este pequeño repaso nos hemos quedado sin espacio para abordar a otras Mujeres Araña que han gozado de cierto protagonismo en el Spider-Verse, como pueden ser Ashley Barton (la Spiderwoman de Tierra-807128, el mundo de El Viejo Logan) o Mary Jane Watson (la Spiderwoman de Tierra-2301, el mundo del Mangaverse). Evidentemente, como nos hemos centrado en los personajes que han usado el nombre código Spiderwoman, también nos hemos dejado fuera a otras importantes Mujeres Araña como Anya Corazon (Spidergirl de Tierra-616), Cindy Moon (Seda de Tierra-616), May Reilly (Lady Spider de Tierra-803, la Mujer Araña steampunk), Mary Jane Watson-Parker (Spinneret de Tierra-18119, la esposa de Peter Parker en el mundo de Renueva tus votos) o May Reilly (la anciana Spider-Madam de Tierra-3123). Está claro que el Spider-Verse es infinito y no basta con un único viaje para conocer todos sus misterios. Hasta nuestra próxima visita al multiverso, viajeros.

Hablemos de clásicos

El mundo de los clásicos para Panini ha recorrido un largo camino en cuanto a formatos. Primero heredaron de Forum el completar las Bibliotecas Marvel, en un tamaño reducido y sin color. Obviamente, este proyecto contaba con una fecha de fin marcada y las bajas ventas complicaron la conclusión de algunas de ellas. Parece claro que era un formato caduco, ramplón e inadecuado para la recopilación de clásicos en tiempos modernos. Tras esto, volúmenes puntuales en los Best Of Marvel Essentials, que abogaban por etapas muy concretas y sin visos de continuación. También se probó a traer el formato estrella en USA para este material, el Marvel Masterwork, con los primeros ejemplares de 4 Fantásticos, Vengadores y X-Men. Tras un par de ejemplares de cada uno, nunca más se supo.

En la editorial italiana dieron con la tecla con la presentación del Marvel Gold. Hay que recordar que sus primeros pasos no tenían una intención completista; parecía más bien una continuación de los Best Of Marvel, con etapas más breves, eso sí, y en un formato en tapa blanda. Con la Guerra Kree-Skrull, de Roy Thomas y asociados, se puso la primera piedra de toque para instaurar una línea que fuera completando publicaciones clásicas. Hablamos, claro, del formato con solapas y papel satinado, que tanto resaltaba los colores, y que Panini dejó de publicar hace unos pocos años. Aquí se empezó a recuperar obras tan importantes como los Vengadores desde los tiempos de Thomas, a la que se sumaron otras cabeceras de referencia como Thor o el Capitán América.

No tardó mucho en buscarse otra variante de este Marvel Gold, en este caso, en tapa dura, papel poroso y muchas páginas por un precio ajustado. Aunque la editorial siempre lo ha denominado Marvel Gold Tapa Dura, en el imaginario popular ha calado como el Omnigold. Desde el año 2010, ha sido la forma que se ha ido imponiendo para aglutinar los cómics clásicos de Marvel, llegando en casos a sustituir ediciones previas en tapa blanda, ya recopiladas. No se puede más que catalogar de éxito a esta iniciativa, puesto que, desde su lanzamiento, ha conseguido completar importantes intervalos de tiempo para personajes fundamentales (Vengadores, Spiderman, 4 Fantásticos, Hulk, etc.) o tiene previsto hacerlos con otros caracteres más rezagados (Iron Man, Daredevil, Doctor Extraño). Además, no se puede negar que ha sido el molde maestro para otros proyectos, como la reconversión del Marvel Héroes, la implantación del Omnibus americano o el nacimiento del Marvel Limited Edition, formatos que ahora mismo son top en la editorial.

Por tanto, viendo la evolución en perspectiva, se puede asegurar que el Omnigold ha sido una pieza fundamental e indispensable para mantener a los clásicos en primera plana de lanzamientos. Pero como todo en la vida, se avista una finalización para el formato. Ya lo decía Jonathan Hickman, todo muere. Y esto es algo que ha corroborado el propio editor Marvel en España, Julián Clemente, cuando adelanta que el Omnigold cerrará en el mismo momento que se completen las series en curso, lo que viene a ser el plazo de unos pocos años, según sus cálculos. Pero el hecho de que no se abran nuevas colecciones no querrá decir que desaparezca, al menos a corto plazo, ya que la intención es que todo ese material esté siempre disponible en tiendas.

A todo esto, se produce un fenómeno inesperado. La Espada Salvaje de Conan se publica en Marvel Limited Edition y la tirada se queda corta, para cubrir toda la demanda. Panini, que recién había recuperado los derechos de la creación de Robert E. Howard, decide ceder a SD Distribuciones los contenidos en magacín del cimerio, mientas apuesta por su propia marca con el material en comic-book, en formato Omnibus. Pocos vieron esa jugada con alguna lógica y así se lo hizo saber el mercado a la editorial italiana, por lo que pronto puso en marcha un plan B. La llamada Biblioteca Conan se instaura como otra línea dentro de Panini y recoge el mismo material de salida que los MLE, pero esta vez en tomos ostensiblemente más finos. Dado que SD continúa la publicación de la Espada en tomos con mayor paginación, se podía entender que la casa madre dejaba espacio para que el material cedido a su licenciataria se fuera agotando y así seguir sus pasos con la Biblioteca Conan.

La jugada parece funcionar mejor de lo esperado, ya que a mediados del año pasado, ya saben, el de la pandemia, se anuncia que se va a seguir este mismo modelo con la recopilación de otro clásico de culto, la Tumba de Drácula de Marv Wolfman y Gene Colan. Esta serie ya se había publicado en 2015, en la línea Marvel Limited Edition. Pero como bien recuerda Julián Clemente, con esta cabecera había una espinita clavada, ya que fue otro de esos intentos fallidos de recopilar material clásico, al publicarse en tapa dura y total blanco y negro, para ser un desastre en ventas. Tanto que no llegó, ni de cerca, a completarse. En noviembre de 2020 teníamos el primer tomo de la Biblioteca Drácula disponible en tiendas y, a partir de aquí, en un auténtico abrir y cerrar de ojos, en marzo de 2021 se ponen a la venta los dos últimos ejemplares, los que corresponden al tomo nueve y al tomo diez.

El cambio de paradigma parece evidente. En Panini hay una tendencia clara y diáfana en adelgazar los tomos. Lo que antes se cubría en cuatro ejemplares bien voluminosos, caso de la Tumba de Drácula, ahora lo tenemos en diez. Y por los datos que se transmiten, parece ser que estas Bibliotecas están gustando y se venden muy bien. Por tanto, no es nada descabellado pensar que la editorial italiana, a no muy tardar, comience a trufar su catálogo con esta renovada forma de publicación y que el debate se abra en el aficionado… manejabilidad frente a precio, ¿de qué lado estás?

Dejando de lado debates sobre el futuro del mercado de los clásicos, lo que es innegable es que nos encontramos ante un momento importante para un personaje como Drácula. Quitando su versión en MLE, totalmente agotada, no existía una edición en condiciones para que cualquier aficionado pudiera degustar un clásico de la calidad de la Tumba de Drácula. Hagamos un pequeño recordatorio de dónde procede esta colección señera del terror Marvel.

Los años setenta fueron momentos propicios para la temática del horror. El Comic Code Authority levantó la veda para la aparición de las criaturas de la noche y Marvel Comics sufrió una verdadera fiebre al respecto del género. El título capital, además de ser el más longevo, fue Tomb Of Dracula, prueba ineludible de su calidad. Roy Thomas llevaba tiempo fantaseando con la posibilidad de traer al viejo conde transilvano a las revistas de la Casa de las Ideas, por lo que tan pronto vio la posibilidad, presentó el proyecto. La cuestión es que Thomas estaba sobrecargado de trabajo y decidió ceder sus notas a otro guionista, Gerry Conway, que apenas asumió un parte de la tarea, la que venía a ser la pura presentación, y no quiso saber más. En la parte gráfica sí se encontró un baluarte fiable, en la figura de Gene Colan, fan irredento de la creación de Bram Stoker. Desde su inicio hasta su final, el bueno de Eugene dibujó con su maestría habitual las aventuras del vampiro.

En el aspecto literario, como ya hemos dicho, contamos con una pequeña marejada editorial, con la salida de Conway. Gardner Fox y Archie Goodwin rellenan los huecos hasta la llegada de Marv Wolfman, el escritor que dará auténtico lustre a la cabecera. Este legendario autor sabrá condensar las características que harán grande a la serie, con un tratamiento más maduro de los acontecimientos, un desarrollo de personajes (tanto principales, como secundarios) y una sensación de estar ante una colección con un sentido novelesco, con una trama rio que pretende un objetivo muy claro.

Eso es, ni más ni menos, lo que tenemos en el tomo 9 de la Biblioteca Drácula, la conclusión orgánica de las tramas realizadas desde la llegada de Marv Wolfman. Una vuelta a Transilvania donde los asuntos familiares entre Frank Drake y el Conde Drácula se deberán dar por finiquitados. Algo que no estaba en los planes de los autores es que el cierre de la colección se tornó en algo bastante polémico, por cuestiones entre bambalinas.

La serie, que se había mantenido fuerte en ventas durante la década, comenzaba a flaquear y el editor en jefe, Jim Shooter, les pidió a los autores que planificaran un cierre. El bueno del Shooter les prometió otra cabecera, con flamante número uno en su portada, para seguir desarrollando historias, por lo que todo en orden. Ese final se fijó para el número 72, pero a Big Jim, de modo unilateral, se le ocurrió adelantarlo al 70, provocando premuras y presiones en el equipo creativo. Wolfman se cabreó sobremanera y ese feo detalle se transformó en la gota que colmó el vaso. Sí es cierto que se hizo cargo del inicio de ese volumen dos de la Tumba, tal como estaba pactado, pero conforme pudo, hizo los arreglos y se marchó a DC Comics, cansado de la actitud del editor.

Al menos, pudo dejar una conclusión digna a una obra que se merecía lo mejor. Se puede decir que la Tumba de Drácula, gracias al trabajo conjunto de Marv Wolfman y Gene Colan, es una de las mejores muestras del terror Marvel. Y alabemos a los astros, la tenemos disponible en tiendas, de nuevo, para ser degustada de manera íntegra.

Algo falla aquí. Si decimos que el tomo nueve de la Biblioteca Drácula es la conclusión natural, ¿qué material se ha utilizado para cubrir el décimo? Bien, todos aquellos usuarios que se hicieran con los Limited Edition ya saben de qué hablamos. El viejo conde había pasado a formar parte de la continuidad tradicional, con toda su parafernalia. Recordamos que sus aventuras en Tomb Of discurrían en tiempo actual Marvel, ya que la adaptación de la novela o recreaciones de su vida anterior se cedieron al territorio de los magazines. De hecho, ya habíamos apreciado cruces con otras rarezas de la época, como el ocurrido con Jack Russell, el Hombre Lobo de la editorial. Pero el peaje definitorio es el encuentro con Spiderman, lo que ya te habilitaba a ser usado por cualquier otro elemento del staff editorial.

Este último volumen se compone de un par de ciclos muy concretos. En uno de ellos tenemos al vampiro en el entorno de los X-Men de Chris Claremont, dibujado por un gigante como Bill Sienkiewicz. El objetivo de Drácula es asimilar a la pobre Tormenta, por lo que sus compañeros se las tendrán que ver con terroríficas fuerzas de la noche.

La otra parte tiene que ver con Jim Shooter y sus manías. Como hemos dicho, el personaje era libre para ser utilizado por cualquier creativo que tuviese una idea de historia. Pero lo cierto es que sus apariciones fueron muy esporádicas. A Shooter le parecía que los vampiros estaban de más en el Universo Marvel; a mediados de los ochenta, los tiempos de la bonanza del género de terror eran un simple recuerdo. Por lo que se reunió con Roger Stern, entonces guionista de Doctor Strange, para barruntar la posibilidad de borrarlos del mapa, para siempre. Dicho y hecho, con la fórmula Montesi, los vampiros y las criaturas de las noche serán erradicados de la Tierra 616 y en este tomo tienen todo el desarrollo. Las rarezas volverían, con fuerza renovada, poco tiempo después. Al menos, el capricho del editor en jefe quedaba cubierto.

Por tanto, este último ejemplar se convierte en un complemento interesante, ya que está repleto de calidad, pero para nada es un imprescindible para el disfrute de la Tumba de Drácula. En realidad, si uno ya es seguidor del universo compartido, tendrá estos cómics de manera previa ya que se han recopilado en sus correspondientes series regulares en España. Es interesante apuntarlo para el comprador despistado. Lo que no se puede obviar es el innegable éxito de una recuperación de un clásico, que no es nada corto, en un breve espacio de tiempo. Ahora toca esperar por si Panini ha tomado nota y nos regala otra empresa similar.

Los 4 Fantásticos fue la vanguardia del entorno compartido, tejido por Stan Lee, Jack Kirby y demás colaboradores. Un gran banco de pruebas donde iban surgiendo variados conceptos que se incorporaban, de manera más o menos rauda, a un tapiz mayor, que a larga se convertirá en el Universo Marvel. Por tanto, Fantastic Four era el título capital de la compañía, el lugar donde ocurría lo importante, y sus protagonistas no tardaron en transmutar en iconos muy populares.

Dentro de su escueto elenco, dos caracteres destacaron sobremanera en sus instantes iniciales: la Cosa y la Antorcha Humana. Stan Lee estaba convencido de que sería este último el que más éxito tendría, debido a que su juventud conectaría con el público potencial de los tebeos, y por eso apostó por él, otorgándole una parte de la cabecera contenedor Strange Tales, desde la práctica salida de los Fantásticos. Johnny Storm tenía la oportunidad de brillar en solitario, con aventuras ligeras y sin apenas complicación, aunque su periplo independiente no se acabó por consolidar. La adorable Cosa de ojos azules se unía, en cierto momento, a su compañero de equipo, consignando que el sobrino de la tía Petunia gozaba del favor del público. La fama del alter ego comiquero de Jack Kirby iba creciendo conforme los años avanzaban.

En 1973, la popularidad de la Cosa se percibe como amplia. Incluso se le otorga dos historias independientes de sus compañeros, en Marvel Premiere. La recepción más que positiva propició que surgiera una serie regular con protagonismo exclusivo de Ben Grimm, Marvel Two-in-One. El modelo ya lo teníamos funcionando en Marvel Team-Up, donde Spiderman se juntaba cada mes con personajes distintos de la editorial para salvar el escollo del día. Pues eso mismo se va a aplicar a la Cosa, en una colección que llegó a contar con nada menos que cien números. No está nada mal.

Marvel Two-in-One se comenzó a recopilar en MLE el año pasado y ahora contamos con un segundo volumen, que para todos aquellos amantes de la Marvel clásica, no deja de ser una lectura entrañable. Por aquí vemos pasar a Thor, Spiderwoman, Puño de Hierro, al Doc Savage, la Legión de la Libertad… Lo que no cambia es la estructura, es decir, aventuras autoconclusivas con rotación de personajes. No es la octava maravilla del mundo, ni siquiera de lo más destacado de la editorial, en esos años. Son cómics hechos de una manera muy particular, casi a la artesana, que tratan de hacer pasar un buen rato, a todo el lector que entre en el juego, ya que conforme mayores sean tus conocimientos del Universo Marvel, más sustancia se le saca. Este Marvel Two-in-One es otra pieza más del maravilloso intento de asentar un entorno compartido, pues resultaba una manera divertida de testar renovados conceptos o, directamente, un lugar para solucionar tramas inconclusas. Y nuestro Ben Grimm servía como un cicerone casi perfecto.

Otras reediciones

Marvel Integral. Secret War

¿Qué es Marvel si no una constante historia río en la que con mayor o menor acierto todo encaja desde el primer número de los Cuatro Fantásticos hasta el último de Imperio? Brian Michael Bendis era muy consciente de esto, y desde que llegó a Marvel Comics, como su autor estrella, quería hacer suya esta definición, creando su propia epopeya dentro de la editorial que ya venía comportándose así desde sus inicios.

Siendo responsable de diversos eventos y etapas, en distintas colecciones, y convirtiéndose en el arquitecto del Universo Marvel durante los diecisiete años que permaneció en la editorial, el calvo de Cleveland comenzó aquí, en Secret War, su particular visión de los héroes Marvel, con un toque conspiranoico, un entorno que comenzaba a destruirse desde dentro. De aquí nacerían Vengadores Desunidos (heredero directo de este evento), Dinastía de M, María Hill, el estatus actual de Nick Furia precedido por sus señuelos dotados de vida, y, por qué no decirlo, hasta Civil War e Imperio Secreto, que ni siquiera son de Bendis.

El prolífico autor se une a Gabrielle Del’Otto en un cómic que en el año 2004 rompió moldes al llevar el conflicto diplomático e internacional al cómic de superhéroes, a la vez que nos recordaba que Nick Furia era mucho más que un super policía, y que estaba dispuesto a lo que fuera necesario, con tal de llevar a buen puerto sus propósitos, estuviéramos con él… o no.

Un imprescindible que se reedita en el genial formato Marvel Integral para disfrute de quienes todavía no lo conozcan o de aquellos que quieran renovar su edición.

Marvel Must Have. Los 4 Fantásticos: El Lobo a la Puertas

El sello Must-Have de Panini Cómics no deja de sorprendernos, y lo hace en esta ocasión porque recopila en el económico formato una etapa corta de Los Cuatro Fantásticos que siempre ha estado un poco olvidada y muy poco reconocida.

Me refiero, claro está, al arco argumental para Marvel Knights que Roberto Aguirre Sacasa (Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina) y Steve McNiven (Capitán América, Civil War, Némesis, El Viejo Logan) realizaron sobre la Primera Familia en el presente siglo, en el que ponían al mítico grupo al frente, no del Doctor Muerte ni de Annihilus, sino de un vilano peor contra el que los superpoderes no bastan: la ruina económica.

¡Un imprescindible para esta primavera!

Sepadarador Magazine Marvel

Aquellas maravillosas novedades

Otro mes más, otro magazine más. El tiempo pasa inexorablemente y aquí seguimos nosotros, anclados en el presente cuando lo que nos gustaría hacer es robar una máquina del tiempo y viajar hacia atrás; hacia aquella época en la que aún éramos jóvenes y el mundillo de los tebeos todavía nos resultaba nuevo e ilusionante. Al menos una cosa tenemos clara: puede que nos impidan violar las leyes del espacio y el tiempo, pero nunca podrán impedir que viajemos al pasado con nuestra imaginación. ¿Recuerdas lo que pasó…?

¿… hace un año? En marzo de 2020, poco antes de aquel estado de alarma que nos dejó sin librerías durante una temporada, nos llegó el primer número de Ángeles Caídos, la última colección de la primera oleada de series de Amanecer de X. Los mutantes de Hickman venían de su exitosa presentación en las miniseries Dinastía de X y Potencias de X, así que se esperaba mucho de ellos. Otras colecciones como Merodeadores o X-Force cumplieron más o menos con las expectativas, pero entonces llegó Ángeles Caídos, el gran descalabro de Amanecer de X y la auténtica oveja negra de la era Hickman. Ángeles Caídos fue un desastre en todos los sentidos: su argumento era pobre, su dibujo estaba al menos un par de décadas desfasado y su narrativa era confusa a más no poder. Había páginas que no se entendían en absoluto y que nos hicieron cuestionar en qué estaban pensando los editores cuando dieron luz verde a este proyecto. No nos extraña que Marvel le pusiese fin a la colección y la escondiese bajo la alfombra en cuanto tuvo la ocasión. Desde entonces prácticamente no se ha vuelto a mencionar la existencia de esos ángeles caídos de los que usted me habla.

¿… hace cinco años? En marzo de 2016, tras la finalización de las Secret Wars, comenzó una nueva etapa en la vida de Peter Parker. Después de que su cuerpo pasase una temporada bajo el control de Otto Octavius y de participar en las Guerras Secretas, el trepamuros tuvo que lidiar con los cambios que el bueno de Octavius le había dejado: un doctorado, una empresa internacional y una socia. Con los recursos de Industrias Parker a su disposición, Spiderman tenía un nuevo traje, un nuevo spidermóvil y un montón de nuevos artilugios. Esta no fue la etapa más brillante de los guiones de Dan Slott, es cierto, pero la idea de convertir a un pobretón que apenas tenía dinero para pagarse las telarañas en una especie de Bruce Wayne tenía su gracia. Ni Peter Parker es un playboy multimillonario ni Spiderman es un justiciero preparado para cualquier eventualidad, desde luego. Al igual que sucedió con el Spiderman Superior, al que Slott usó para demostrar qué es lo que caracteriza realmente a Spiderman (algo que por cierto Octavius no llegó a tener hasta el final), el Spiderman internacional nos enseñó que lo que nos hace conectar en realidad con el personaje tiene poco que ver con los complejos artilugios en forma de araña y mucho con sus dificultades para llegar a fin de mes.

¿… hace diez años? En marzo de 2011, la entonces saludable vertiente cósmica del Universo Marvel llegó a un importante punto de inflexión con El imperativo Thanos. De hecho, el evento incluso se podía considerar el final de aquella brillante etapa, a la que apenas le quedaba el epílogo formado por las dos miniseries de los Aniquiladores para finalizar. Por si un Thanos renacido y enloquecido no fuese suficiente amenaza, Nova y los Guardianes de la Galaxia debían enfrentarse al terror del Cancerverso, un lovecraftiano universo alternativo en el que la muerte había sido derrotada por completo y todos sus habitantes se habían corrompido hasta convertirse en retorcidos cánceres vivientes. Recordarlo aún nos produce escalofríos, al igual que recordar esa emocionante conclusión en la que Nova y Starlord decidieron interponerse entre nuestro universo y un Thanos completamente fuera de control, sacrificándose para proteger a toda la creación. Fue el final perfecto para esa etapa de la Marvel cósmica… o lo habría sido de no ser por nuestro amigo Brian Michael Bendis, que primero ignoró por completo lo que había sucedido con Starlord para llevárselo a su nueva colección de los Guardianes de la Galaxia y luego, tras varios años sin explicar lo que había sucedido en el Cancerverso, decidió hacerlo de la peor forma posible, estropeando el buen sabor que nos había dejado El Imperativo Thanos en su momento. Está claro que no podemos tener cosas bonitas en esta industria, sobre todo cuando el nombre de Bendis entra en escena.

¿… hace veinte años? En marzo de 2001 se produjo un acontecimiento inesperado que revolucionó a los seguidores de los mutantes: nada más y nada menos que el regreso del Patriarca Mutante, Chris Claremont, a las dos colecciones principales de la franquicia a la que había ayudado a convertir en la más exitosa de Marvel. El bueno de Claremont se había pasado tres lustros escribiendo a la Patrulla-X, hasta que sus roces con los editores y con Jim Lee, que al parecer quería que escribiese menos diálogos para que sus textos no le tapasen sus dibujos, le llevaron a dejar huérfanos a sus hijos mutantes. Pero unos cuantos años después regresó como muchos habíamos deseado y… bueno… esto… en fin, no hay forma suave de decirlo: su ansiado regreso nos dejó unos tebeos tan malos que costaba creer que los había escrito Claremont. Las caracterizaciones de los personajes estaban totalmente fuera de lugar, con ese inexplicable amago de romance entre Coloso y Pícara o esa injustificada actitud chulesca de Gatasombra. La propia Kitty desapareció para no volver nada más empezar la etapa, como si se oliese lo que iba a venir a continuación. Porque si el principio fue malo, la continuación ya fue catastrófica: la historia de los Neo que no llegó a ninguna parte, Cecilia Reyes convertida en una yonki, villanos nuevos de usar y tirar en cada número… el horror, el auténtico horror. Marvel no tuvo ningún miramiento en apartar a Claremont poco después y dejarle la maltrecha franquicia a Grant Morrison para que hiciese y deshiciese a su antojo. El Patriarca Mutante se redimió luego con sus X-Treme X-Men, pero a nosotros olvidarnos de aquellos tebeos nos ha costado muchos años de terapia y una buena cantidad de medicación.

¿… hace la tira de años, en un mes de marzo como este? Allá por marzo de 1987, hace treinta y cuatro años, nos llegó Muerte Viva, una de las historias más especiales de todas cuantas escribió Chris Claremont. En efecto, acabamos de mencionar su desastroso regreso a los mutantes y saltamos ahora hasta su época de gloria. Como solía pasar en aquellos años dorados, los mejores y más memorables números nacieron del conflicto creativo con sus dibujantes. En ausencia de John Byrne, Claremont tuvo ocasión de trabajar con el preciosista Barry Windsor-Smith en esta historia protagonizada por una Tormenta que había perdido sus poderes. En Muerte Viva se abordaban temas realmente serios como la depresión y el suicidio, pero sobre todo se mostraba un conflicto al que se han tenido que enfrentar muchas mujeres. Tormenta, caracterizada por sus salvajes emociones y sus ansias de libertad, se encontraba metida en un romance que depositaba sobre ella unas expectativas que iban en contra de su propia identidad (y que en el fondo no eran más que las expectativas que la sociedad deposita sobre cualquier otra mujer). Aquella historia acababa con una Tormenta empoderada que rechazaba el papel que se esperaba de ella y proclamaba que algún día volvería a volar por sus propios medios, sin ayuda de hombre alguno. Muchos años antes de que empezase a hablarse sobre la “tiranía de lo políticamente correcto” y de que cierto sector se obsesionara con ver en la Capitana Marvel al peor de todos los males, Muerte Viva ya fue un fantástico ejemplo de ideología feminista llevada a los cómics. Resulta que Chris Claremont fue uno de los primeros Social Justice Warriors de los tebeos. Bravo por él.

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AlbierZot
AlbierZot
Lector
4 marzo, 2021 21:28

Hay toneladas de tebeos inéditos o a recuperar del Castigador más interesantes que lo de Marvel Knights. Un tomaco con los distintos especiales de Navidad sería un lujazo

Jack Knight
Jack Knight
Lector
En respuesta a  AlbierZot
4 marzo, 2021 23:29

Yo estoy esperando para algún año un Omnigold-Marvel Héroes con la etapa de Dixon.

Justiciero Desmesurado
Justiciero Desmesurado
Lector
4 marzo, 2021 23:04

“Frank Castle se había beneficiado de la moda del anti-heroísmo imperante en aquellos tiempos, fruto de la influencia, no siempre bien asimilada, de obras como Watchmen, El regreso del Señor de la Noche o Born again
 
No creo que sea un análisis acertado del auge del castigador en esos tiempos y que para nada esas obras tuvieran influencia ninguna en el alzamiento del Castigador a la primera división en ventas. Coinciden en el tiempo pero las causas son otras y los “antiheroes” ya en la propia Marvel estaban entrando antes (más de un lustro antes al menos, véase Caballero Luna por ejemplo) de que cualquiera de esas obras se publicaran. Para el Castigador concretamente los referentes se encuentran antes en el cine de acción que triunfaba en los ochenta que en los comics.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
5 marzo, 2021 20:15

Leído X de espadas tengo que hacer una valoración bastante positiva. Para empezar aunque solo fuera por el apartado gráfico todo el crossover resulta sobresaliente, pero luego la historia tiene un buen ritmo, es espectacular y deja consecuencias reales para el futuro. Como pega pondría que la parte de los combates parece más una excusa que otra cosa y que para la resolución final casi no habría hecho ni falta. Aun así es un evento muy potente que certifica el buen estado de la rama mutante del universo Marvel.