La llegada de mayo anuncia el buen tiempo, momento en el nos vamos preparando para el verano, si la pandemia nos lo permite. Sin entrar en uno de esos debates de los que es difícil escapar (comics a la playa, ¿sí o no?), Panini nos presenta el habitual surtido de novedades, para que no nos falten lecturas. De todo tipo y condición, grapas, tomos finos, volúmenes gruesos, material actual, recopilaciones clásicas, éxitos seguros y estrellas a descubrir. Cualquier cosa cabe dentro de la extensa producción de la Marvel actual y en el Magazine Marvel España tenemos el propósito de dejar de constancia de las mismas.
Este mes contamos con títulos de lo más interesantes. Tenemos el lanzamiento de la más moderna colección sobre los Eternos, a cargo de Kieron Gillen y Esad Ribic. Una reinvención del concepto ideado por Jack Kirby, a mediados de los 70, tan rompedor y extravagante, incluso para los niveles de creatividad del Rey de los cómics. Lo cierto es que esta nueva serie está llamando la atención en la crítica comiquera y el usuario español va estar en disposición de comprobarlo, en breve. Destacamos una colección como Miles Morales Spider-Man, con un recorrido sólido de unos de los personajes más importantes de reciente creación. Brian Michael Bendis supo poner los cimientos para asentar la colección y Saladin Ahmed ha terminado por consolidarla en el mercado.
La novedad manda, con recopilaciones modernas y actuales, para seguir la actualidad, pero no podemos dejar de recomendar nuestra ración de clásicos, repasar momentos estelares de nuestro pasado editorial o diseccionar a los integrantes de S.W.O.R.D., el nuevo grupo que aúna lore mutante y ambientación cósmica. En el Magazine pasado lo destacamos como cómic del mes y este, de nuevo, le damos un empujón, gracias a nuestro quién es quién. Tenemos también tenemos una columna de opinión muy especial, dedicado al cómic infantil, una vertiente que no deberíamos pasar por alto, si buscamos una renovación orgánica del espectro lector.
Sin más dilación, pasamos a dejar nuestra aportación a la actualidad marvelita en nuestro país. Esperemos que disfruten del Magazine.
TITULARES
• Columna de opinión
• Juicio a…
• Análisis de novedades
• El cómic destacado del mes
• No te puedes perder…
• Quién es quién
• Hablemos de clásicos
• Otras reediciones
• Aquellas maravillosas novedades
Una Columna muy personal, por Juanjo Carrascón
Determinadas edades suelen ser, a fecha de hoy, un momento complejo en lo que a la educación se refiere. Hoy en día, en la vorágine en la que nos vemos inmersos, educar a un hijo es tarea ardua.
Por un lado, nuestros trabajos hacen que en muchos casos tener a un niño pegado a una Tablet, IPad o videoconsola sea un descanso. Esto puede suponer a todas luces un circulo vicioso que al final lleva a lo que denomino la alienación del menor.
Por otra parte, vivimos en una época en la que nos ha tocado experimentar una revolución tecnológica que va cada día a mayor velocidad y a la que los menores acceden con mucha facilidad. Nuestros hijos prefieren un videojuego a un playmobil. Si bien, en muchos casos los niños consiguen sorprendernos cuando te encuentras que juegan con una pelota de papel “Albal” de la manera más jovial e inocente que uno pudiere esperar.
Con estos antecedentes me introduzco en el objeto de este texto. A día de hoy la lectura se ha tornado en muchos niños en un dolor tanto para ellos como para sus padres. El problema no es el libro, o lo que se ofrece en el mercado, puesto que en muchos casos existen obras literarias para esas edades que son imperecederas y que son de una alta calidad. El problema es la falta de interés hacia ese producto.
A la vista de lo anterior, como padre que soy, opté por intentar que mi hija leyese lo que yo leí casi a su edad (bueno empecé más tarde a los 12 y mi niña tiene 9): cómics o tebeos. Buscando y buscando encontré muchas cosas, pero hoy me centro en una línea que ha sido a todas luces un éxito rotundo. Me refiero claro está, a la línea Marvel Action.
Ante nosotros Panini Cómics ha desarrollado un formato muy llamativo en base a lo que se viene publicando en Estados Unidos. Son tomos cartoné, de un tamaño próximo al formato europeo, que contiene entre cuatro y cinco números de diversas colecciones. Actualmente tenemos en ciernes 3 cabeceras abiertas: Spiderman, la Capitana Marvel y los Vengadores.
Recuerdo con mucho cariño a mi padre, cuando tras mucho indagar, descubrí una tienda especializada en Zaragoza, allá hace 30 años, y entonces me llevó y compró un comic que me supo a delicias. Siempre me había “pillado” números sueltos y colecciones en kioskos. Pero entrar en una tienda especializada era lo más. Como muy bien dice un amigo mío y compañero de redacción, cada generación tiene su cómic, o su formato para acceder a este apasionante mundo. Creo sinceramente que al modo y manera que esa grapa me enganchó ahora es Marvel Action lo que puede llamar la atención de los más pequeños. Las nuevas generaciones son más exigentes, y su atención debe ser llamada de una forma más directa. Por eso debo insistir en que Panini Cómics tiene en sus manos la llave de acceso para esos pequeños que pueden leer algo distinto a un libro y engancharse a un mundo divertido y que a muchos de nosotros nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida.
Entre las tres colecciones se forma un conjunto de cómics de tono alegre, distendido y de fácil comprensión. Son guiones dirigidos a los más pequeños, pero no por ello deben despreciarse por sus padres. Igualmente, la parte gráfica también juega su papel, los autores llevan a cabo un trabajo en el cual sus dibujos, apoyados por una labor de colorista encomiable, llaman la atención de esa mentalidad difusa de los pequeños de la casa que pierden la atención en un segundo.
De los tres equipos me quedo sin lugar a dudas con el de la Capitana Marvel. Se trata de una colección muy amena, muy divertida y con momentos muy tiernos. Por otro, lado como fan de Spiderman, he leído las cuatro entregas que hay hasta la fecha y ante nosotros tenemos una versión muy fresca y cercana del trepamuros.
Por más extraña que pueda ser la existencia misma de la línea Marvel Action de IDW, uno no puede discutir los resultados: hasta ahora, Marvel Action: Avengers, Marvel Action: Spider-Man y Marvel Action: Captain Marvel han sido tan buenas colecciones o mejores que las propias series de Marvel. La ventaja adicional de ser para todas las edades y de fácil acceso para cualquiera que haya visto películas o dibujos animados de la Casa de las Ideas permite que su acceso sea más digerible.
Respecto a Marvel Action: Spider-Man, Delilah S. Dawson, una novelista, aprovecha la oportunidad que ofrece un nuevo cómic de Spidey, sin continuidad, para que Peter Parker comparta el centro de atención con sus compañeros: Miles Morales y Gwen Stacy. Esto supone un gancho a todas luces, siguiendo la estela de la exitosa de Spider-Man: Into The Spider-Verse.
Por otro lado, Marvel Action: Captain Marvel está escrito por Sam Maggs (The Fangirl’s Guide to the Galaxy) y con arte de Sweeney Boo (Archie Comics, Eat and Love Yourself). Esta colección está tan bien, que la recomiendo para cualquier fan de la Capitana Marvel. Su lectura es muy agradable y además es muy reconfortante mostrar a la Capitana Marvel como Carol Danvers, pasando un rato de inactividad y una noche normal con su mejor amigo, viendo una película y comiendo comida basura. Percibo en esta versión la falta del lastre de la película del Universo Cinematográfico Marvel (que humildemente me pareció poco acertada), este aspecto supone que tenemos delante una gran lectura y sobre todo un entretenimiento para nuestros niños.
Finalmente, Marvel Action: Avengers es la que considero que ha tenido el camino más difícil para llegar a un buen nivel. Matthew K. Manning lleva a cabo unos guiones donde se retrata como un completo niño gozando con sus juguetes nuevos y sin el lastre de soportar años y años de historia a las espaldas. Para los chavales se trata de una lectura fácil y el ritmo es excelente. Manning incluso mantiene el misterio y tenemos delante una colección que supera al trabajo tedioso de Aaron. El artista Joe Sommariva recuerda en su trazo a muchas series animadas de Marvel con su versión de Los Vengadores. En definitiva, otra colección que no podemos dejar de lado y que insisto hará las delicias de los críos y no tan críos.
Para muestra un botón como suele decirse y he optado porque mi hija haga su primera reseña para ZN y comprobéis que mis palabras, más sobrecargadas y con un contenido más extenso, no se alejan de la realidad. Tenemos delante un gran producto, una gran opción para nuestros niños, y no nos engañemos, también para nosotros.
Juicio a… Patrulla-X. Genesis Mutante 2.0
La Patrulla-X fue la colección a seguir, durante la totalidad de la década de los 80. Chris Claremont es el escritor responsable para que la tarea saliera adelante. Se colocó la responsabilidad bajo sus espaldas y puso gran parte de los esfuerzos para convertir un título de superhéroes en algo mucho más profundo, con gran cantidad de trasfondos y con un excepcional desarrollo de personajes. Llegado el año 1989, se incorpora al equipo equipo creativo un joven artista llamado Jim Lee. Este había dejado un muy buen sabor de boca en otras cabeceras, como Alpha Flight o The Punisher War Journal. Su estilo desenfadado, provocativo, aventuraba una nueva era de dibujantes, como pronto demostraría la formación de la generación Image. De momento, era un muchacho aprendiendo del negocio y con muchas ganas de despuntar.
Lee se fue haciendo muy popular, durante su etapa como artista titular en Uncanny X-Men. Su influjo en el aficionado fue creciendo, de manera exponencial. Los editores lo sabían, por lo que propusieron un desdoble de cabeceras en la franquicia, otorgando vía libre a una segunda donde el peso creativo sería llevado por el propio Jim Lee. Lacónicamente denominada X-Men, Chris Claremont quedaría reducido a ser el encargado de rellenar los diálogos, siguiendo los designios del artista. Demasiada falta de respeto para un autor que había aportando tanto, que terminaría saliendo la editorial. Este lanzamiento se considera el mayor éxito de la historia de Marvel, a nivel de ventas. Ocho millones de ejemplares justifican esa afirmación. A nivel creativo, es otra historia. Lo cierto es que se tratan de unos cómics que suelen dividir bastante a los aficionados. Ese es nuestro pie de entrada para montar un juicio a los tebeos de los mutantes que cambiaron la manera de hacer en la franquicia, para siempre.
A favor …. Robbie R.
¿Cuándo debe terminar una historia? La pregunta, formulada en el ámbito de los tebeos de súper-héroes resulta casi ridícula en su formulación, porque, mientras las ventas acompañen, el cuerpo y el papel -literal o figurado- aguantarán. Siempre habrá un continuará, siempre habrá una vuelta a los orígenes, siempre habrá una nueva etapa, siempre aparecerá un nuevo equipo creativo que, con mejor o peor fortuna, hará lo posible por dejar su huella.
Sin embargo, hay etapas que, por su carácter determinante, definitorio y arquetípico de una colección, tienen en su cierre una suerte de punto de ruptura, tras el cual se podría considerar «cerrada» la serie. Son esos números que, al correr del tiempo, se convierten en clásicos, en tanto que los publicados posteriormente caen prontamente en el olvido. Hay en esta afirmación una percepción generacional, en la que se combinan el aspecto objetivo que otorga la condición de etapa imprescindible con la dimensión subjetiva que da el cariño por esa época en la que se dio inicio a la lectura de cómics, pero, a la larga, es el tiempo, juez supremo que quita y da razones, el que dicta su inapelable sentencia. En el caso de la Patrulla-X es la larga etapa firmada por el guionista Chris Claremont la que resulta definitoria, por cuanto treinta años después de su conclusión, ninguna de las posteriores ha llegado a su altura, ni siquiera cuando el patriarca mutante volvió a casa, haciendo bueno aquello de que no siempre se puede volver al hogar. En este sentido, se puede afirmar que Génesis Mutante 2.0 es el epílogo a quince años de irrepetible historia.
Los tres primeros números de la segunda cabecera de la Patrulla-X son, a la vez, presentación de una etapa y conclusión de otra. Claremont se despide, muy a su pesar, de los personajes que convirtió en buque insignia de la Casa de las Ideas y lo hace, quizá también a su pesar, dando el testigo a uno de los niños mimados de la editorial, Jim Lee. Por obra y gracia de las imposiciones editoriales, el guion ha de ceder ante la espectacularidad de unos dibujos pensados para convertirse en pósteres o salvapantallas pero, todavía aquí, cuando los lápices del coreano-estadounidense están parcialmente canalizados por el veterano escritor, presenciamos una aventura donde los personajes implicados están bien caracterizados y protagonizan la que podría ser la batalla final entre Magneto y Charles Xavier.
Ocioso es decir el espectáculo continuó y continúa en la actualidad. Magneto vuelve periódicamente, a veces como aliado, a veces como enemigo. Los equipos oro y azul se organizan y reorganizan cada cierto tiempo. Xavier cede el liderazgo a Cíclope y Tormenta o toma la batuta. Todo acaba volviendo y todo acaba siendo reformulado y, de hecho, guionistas como Fabián Nicieza confesaban que se sentían como si Claremont fuera el que les susurraba las historias -debidamente «maquetadas» por el comité editorial mutante, pero esa es otra historia-. Las aventuras patrulleras han seguido adelante durante estas tres décadas y nuevas generaciones se han enganchado al carro mutante, convirtiendo la denostada etapa de Scott Lobdell en su Patrulla-X, pero, si hubiera que elegir la última historia de este imposible equipo, Génesis Mutante 2.0 sería una serie candidata.
La verdad, nada más que la verdad.
En contra …. J.J.J.
Qué mala es la nostalgia, niños. Muchos de vosotros pensáis que estos cómics, estos números de X-Men, son históricos. ¡Y lo son! Pero no por la razón que creéis. O un poco sí, al fin y al cabo siguen siendo algunos de los cómics más vendidos de la historia. Sin embargo, independientemente de las monstruosas cifras de venta (alrededor de 8 millones solo del primer número), vuestro yo de 15 años sigue pensando que estos cómics eran buenos cómics. Y quizás ha llegado el momento de tener una charla con ese adolescente que tanto amaba a Jim Lee.
Leer hoy en día el canto del cisne de la primera época de Claremont en la Patrulla-X puede hacerse un poco complicado. En primer lugar, si no habías leído unas cuantas de las historias anteriores escritas por el propio Claremont, hay muchas cosas que te van a resultar, como poco, extrañas (¿qué clase de relación tienen Pícara y Magneto?). Estamos hablando, además, de una historia en la que el protagonista es Magneto, con buena parte de los hombres X saltando de acá para allá, hablando constantemente, en especial Cíclope y Pícara, pero sin hacer mucho más que reaccionar a las acciones del amo del magnetismo. Entiendo que Claremont quisiera cerrar su ciclo tratando de contar la aventura definitiva de un personaje al que había hecho evolucionar muchísimo desde que cogió las riendas de la Patrulla-X en 1975. Y, sin duda, la forma de escribir a Magneto es lo mejor del escritor británico en estos números. Lo peor, sin duda, la desmedida extensión de los diálogos, más bien monólogos, que encontramos en casi cada página. Claremont prescinde de bocadillos de pensamiento y eso provoca un claro exceso de exposición que, por momentos, acaba siendo agotador. ¿Escribe Claremont tanto texto porque realmente tiene tanto que contar? ¿O era una forma de enmendarle la plana a su joven dibujante y a sus carencias a la hora de narrar?
En cuanto al dibujo, no vamos a negar la capacidad del por entonces joven Lee a la hora de dibujar prácticamente cualquier cosa de forma “molona”. Magneto recita un largo monólogo y Lee lo dibuja de la forma más molona posible, ya sea con su clásico traje o con una bata de estar por casa. Sin embargo, las páginas del dibujante de origen surcoreano están repletas de detalles noventeros que enfarragan la lectura: los trajes recargados de hombreras, chaquetas, cachivaches tecnológicos como los que portan los acólitos de Magneto o Forja. Eso por no hablar de la fijación por plasmar a los personajes literalmente posando de forma continuada, bordeando el mal gusto con Mariposa Mental en más de una ocasión.
La marcha de Claremont y los siguientes números ya controlados por Lee acompañado por, paradojas del destino, John Byrne, se quedan en tierra de nadie. Son aventuras tan entretenidas como intrascendentes, orientadas al lucimiento del dibujante. Se ha perdido la grandilocuencia propia de Claremont en favor de un simplismo narrativo y psicológico que sería el modelo a imitar en años posteriores cuando Scott Lobdell se hiciera cargo de la franquicia mutante.
He dicho.
Análisis de novedades (grapas y tomos)
Este mes, las novedades en grapa siguen la estela de las series que ya conocemos y que vamos adquiriendo periódicamente. Por eso mismo, no puedo destacar ninguna por encima de otras, puesto que supondría basarme en mis preferencias personales, en lo relativo a cada colección y no en novedades que tengan un interés especial por encima de otras. En ese sentido, es destacable, por supuesto, el número 1 de Los Eternos, de Kieron Gillen y Esad Ribic. Un equipo creativo de 10, para un grupo de ¿superhéroes? no demasiado conocido, incluso entre los fans que vuelve a primera plana gracias a la próxima película de dichos personajes dentro del Universo Cinematográfico Marvel.
Sin embargo, sobre Los Eternos os hablaremos a continuación en el apartado relativo al cómic destacado del mes, por lo que no puedo dedicarle unas breves líneas a su estreno en grapa.
Eso sí, en tomo tenemos curiosas e interesantes novedades que analizar, y que esperamos os ayuden un poco a configurar vuestra lista de la compra Marvel relativa a Mayo.
Marvel Premiere. Veneno 1. Rex
Sobre el formato Marvel Premiere ya hemos hablado largo y tendido en esta casa y, sobre todo en este Magazine, dedicándole incluso una columna de opinión cuando llegó por primera vez a las librerías. Sintetizando mucho, podemos decir que, Marvel Premiere supone la llegada del TPB USA (iniciales de Trade Paperback) a las librerías españolas, de forma y manera que por un precio muy módico, podemos comenzar las actuales series Marvel en tomo, desde el principio, sin esperar una media de cinco años a una recopilación Hardcover, que si bien llegará, incluyendo extras, y una mejor calidad de papel, tapas y gramaje, supone un mayor desembolso.
Quien no quiera esperar a dicha edición, y tampoco sea muy amigo de la grapa, puede por fin subirse al carro de los TPB que tan bien funcionan en Estados Unidos y que tan poco hacen sufrir a nuestro bolsillo.
En esta ocasión, dentro de la nueva remesa de tomos Marvel Premiere de 2021, llega el Veneno de Donny Cates y Ryan Stegman (que luego será sustituido por diversos dibujantes, volviendo a la serie en los hitos más importantes de ésta). Ahora que su etapa al frente del popular Protector Letal está próxima a acabar, resulta un buen momento para comenzar la colección desde el principio en este popular formato en el que Cates hace suyo al personaje desde el principio, un Eddie Brock que aúna lo mejor de los ochenta y los noventa en este Siglo XXI que no terminaba de cogerle el pulso al ex redactor del Daily Globe.
Juggernaut. Imparable
Grande, enorme, duro y… imparable. Ya lo decía Roger Stern en su mítica etapa al frente del trepamuros con John Romita Jr.: nada puede parar al Juggernaut. Ron Garney y Fabian Nicieza lo saben, y nos lo cuentan en esta mini serie limitada de cinco números que devuelve al Juggernaut a la actualidad Marvel, tras un tiempo más que dilatado sin protagonizar cómics propios y apareciendo, aquí y allá, como secundario en diversas historias.
Un cómic que resulta muy entretenido y que se lee con no poco divertimento y agilidad, que hará las delicias de aquellos fans del poseedor de la maldición del Rubí de Cyttorak.
Viuda Negra 1
Natasha Romanov está, quizás, más de moda que nunca, sobre todo debido a esa película protagonizada por la espía rusa en solitario, que venía a servir de despedida del personaje, tras su fallecimiento en Vengadores: Endgame, y que parece ser que, por fin, llegará a cines y a Disney + en un par de meses.
La buena de la Viuda ha tenido diversas etapas editoriales, así como novelas gráficas propias, pero no por ello pierde su interés, sobre todo cuando sabemos que Kelly Thompson (Capitana Marvel, Jessica Jones, Ojo de Halcón: Kate Bishop), toda una titán de los guiones, sobre todo cuando escribe a mujeres, se hace cargo de su actual serie.
Preparad vuestros dossieres secretos e informad a los Servicios de Inteligencia de vuestro país. La Viuda ha vuelto y no piensa permitir que la paren.
Marvel Omnibús. La Bruja Escarlata: La Senda de las Brujas
La Bruja Escarlata es otra de las mujeres Marvel que también ha subido de popularidad recientemente. Y es que la interpretación de Elisabeth Olsen en Bruja Escarlata y Visión, es simplemente maravillosa, dotando a un personaje que ya gozaba de no poco atractivo en la gran pantalla, de una dimensión mucho más profunda e interesante en la pequeña.
Pues bien, el renovado éxito de la mutante (o lo que quiera que sea ahora) en el MCU hace que sea esta una oportunidad perfecta para recopilar, en formato Marvel Omnibús, la etapa completa de James Robinson acompañado por diversos dibujantes, al frente de su serie.
Y es que fue este autor el que consiguió sacar algo positivo de aquel fiasco que supuso Axis, aprovechando el error (nunca suficientemente reparado y que esperamos se enmiende algún día) de que Pietro y Wanda no fueran hijos de Magneto, para que Wanda buscara sus orígenes por todo el globo, profundizando en su magia y en la brujería en un sentido más histórico que mágico, como nunca antes en su vida.
Ahora que los derechos de explotación cinematográfica de los X-Men vuelven a ser de Marvel y por tanto de Disney, quizás en algún momento, al menos en lo relativo a las viñetas (lo que están haciendo con el MCU debería seguir su curso porque de momento, funciona a las mil maravillas), los orígenes de Mercurio y la Bruja Escarlata vuelvan a ser retconeados en la dirección correcta, pero sea como fuere, para el recuerdo quedarán estos cómics de Robinson (JSA: La Edad Dorada, Starman), un guionista capaz de sacar oro a todo lo que toca.
El cómic destacado del mes
Eternos 1, de Kieron Gillen, Esad Ribić y Matt Wilson
Puede que los Eternos fuesen una de las creaciones más personales de Jack Kirby, padre fundador del Universo Marvel, pero estos personajes nunca han gozado de una gran popularidad entre los lectores. Si bien han tenido una amplia trayectoria como “secundarios de lujo”, las cabeceras que han protagonizado han sido en su gran mayoría de corta vida y, con frecuencia, han estado destinadas a un público de nicho. Ahora, con la película basada en ellos en el horizonte, Marvel ha decidido darles una nueva oportunidad para brillar y captar así a nuevos lectores. Este es un lanzamiento en mayúsculas, con un equipo creativo de primer nivel y un interés palpable por conseguir que la serie se convierta en lo mejor de dos mundos: por una parte se busca que resulte fresca, atractiva y accesible para todo tipo de lectores, mientras que por otra se busca la complicidad con los lectores veteranos que conocen bien a los personajes, se homenajea a las creaciones de Kirby y se busca actualizar su mitología. Su primer número es una buena muestra de lo que pretende conseguir esta nueva cabecera, pues está repleto de entornos asombrosos, personajes fascinantes, acción de alto voltaje, misterios retorcidos, un antagonista bien conocido por todos y un peculiar sentido del humor.
Kieron Gillen, guionista de la aclamada etapa de Viaje al Misterio protagonizada por el joven Loki, ha regresado a la Casa de las Ideas después de un tiempo gozando del éxito en el mercado independiente con series como The Wicked + The Divine para encabezar Eternos. El escritor se ha documentado bien sobre los personajes, pero también ha traído consigo algunas ideas subversivas para reformularlos y desafiar cualquier concepción previa sobre ellos. Además, Gillen plantea un interesante juego metanarrativo a través del propio narrador de la historia, que resulta ser el mismísimo planeta Tierra; pero no el planeta como cuerpo celeste poblado por diversos seres, sino el planeta como engranaje de una compleja maquinaria celestial diseñada por una inconcebible inteligencia alienígena y que funciona en conjunción con los Eternos, una raza de inmortales virtualmente perfectos e inmutables creados para mantener a raya a los Desviantes, otra raza de seres en constante mutación. Ahora la maquinaria se ha «averiado» por una serie de circunstancias, así que la Tierra está “funcionando mal”. Gillen aprovecha este hecho para mostrar el monólogo interno del planeta, salpicado por referencias a la cultura popular, delirios metafísicos y un humor bastante negro e irónico. ¿Quién iba a pensar que la Tierra era tan graciosa en realidad?
El apartado gráfico corre a cargo del espectacular ilustrador Esad Ribić, que no se ha prodigado mucho en la Casa de las Ideas pero nos ha dejado obras tan notables como Secret Wars o Rey Thor. Su dibujo logra transmitir una apropiada sensación de escala y magnificencia, al mismo tiempo que resulta dinámico y expresivo. Le apoya en las labores gráficas el colorista Matt Wilson, que usa el color de forma muy expresiva y le otorga una textura distintiva a los lápices del dibujante. Eternos se aleja de la estética habitual en los cómics de superhéroes y abraza un aspecto más propio del cómic europeo. Aún así, la influencia de Kirby aún se percibe en muchos de los personajes y escenarios.
La colección también se inspira en cierta medida en la Patrulla-X de Jonathan Hickman, en el sentido de que su diseño gráfico se ha cuidado con especial detalle. El típico recurso de las páginas de texto en las que se muestran diagramas o esquemas, tan habituales en las series de la franquicia mutante durante los últimos tiempos, se utiliza de forma similar en Eternos. En esas páginas se exponen datos importantes para la trama y se plantean preguntas, pero en ellas también hay cierto espacio para el humor. Esto ya es evidente desde la mismísima página de créditos, que ha sido diseñada por el rotulista Clayton Cowles, colaborador de Gillen en The Wicked + The Divine.
En cuanto al argumento, podríamos decir que nos propone un “borrón y cuenta nueva” para los Eternos, por lo que puede ser un estupendo punto de enganche para lectores poco familiarizados con Ikaris y compañía. Resulta que los Eternos han vivido durante milenios desempeñando el rol que se esperaba de ellos dentro de la compleja maquinaria creada por esas deidades cósmicas llamadas Celestiales, pero recientemente han descubierto que a los Celestiales les importa más bien poco lo que hagan los Eternos. Por tanto, pese a ser una raza de semidioses inmortales y perfectos, los Eternos están viviendo lo más parecido a una crisis existencial que puede vivir un semidios inmortal y perfecto. Proteger a los Celestiales, proteger a la Máquina y corregir el exceso de desviación: esos eran los tres principios que guiaban a la sociedad de los Eternos, pero hoy ya no significan nada. Ikaris, el mayor héroe de esta sociedad, se siente perdido ahora que ya no puede desempeñar su papel como engranaje de la gran Máquina. Sin embargo, eso está a punto de cambiar. Alguien está matando a los Eternos y ese alguien es Thanos, el Titán Loco. El más leal siervo de la muerte considera que una vida eterna es una blasfemia y los Eternos tendrán que alzarse para hacerle frente o perecer a sus manos. ¿Estará preparado Ikaris para el reto? ¿Superarán sus diferencias los demás Eternos, sumidos como están en sus propias intrigas y conspiraciones, y se unirán contra esta amenaza común?
Conviene mencionar que Gillen es posiblemente uno de los guionistas que mejor ha comprendido a Thanos en bastantes años. La caracterización del titán que nos ofrece bebe directamente de los cómics de su creador, Jim Starlin, y le muestra el respeto que se merece el clásico villano. Esto hace que Eternos sea una colección recomendada no sólo a los lectores que tengan curiosidad por la futura película o los que ya eran seguidores de estos personajes de Kirby, sino también para los lectores interesados en el personaje de Thanos. Todo el primer arco de la serie tiene a Thanos como antagonista principal y en cada una de sus apariciones queda clarísima su supremacía física e intelectual. Sin necesidad de recurrir a Cubos Cósmicos o Gemas del Infinito, Thanos resulta en estas páginas una amenaza temible y aparentemente imparable.
Eternos es, en definitiva, uno de los nuevos lanzamientos más contundentes que hemos tenido estos últimos meses y conviene seguirle la pista a la colección. Se trata de una serie accesible, escrita de forma inteligente, con un apartado gráfico impactante, una premisa interesante y un antagonista magnífico. Su primer número, que ya habíamos reseñado en Zona Negativa cuando se publicó en su edición original, supone un muy buen arranque para la propuesta de Gillen, Ribić y Wilson. A por él sin dudarlo.
No te puedes perder… Miles Morales: Spider-Man, de Saladin Ahmed y Javier Garrón
Hablar de Miles Morales es hablar de uno de los mayores fenómenos de popularidad y éxito en el público generalista de los últimos años. En tan solo una década, cuando este joven mitad afroamericano, mitad puertorriqueño fue llamado a sustituir al Ultimate Spiderman de Brian Michael Bendis, tras la muerte del Peter Parker de dicho universo, su éxito ha sido exponencial, subiendo su popularidad como la espuma y, convirtiéndose, por derecho propio, en el Spiderman de toda una nueva generación.
Miles es, hoy en día, lo que Peter Parker fue en la década de los sesenta, el Spiderman perfecto para el adolescente del Siglo XXI que, lógicamente, no se siente identificado con un Peter Parker treintañero que por muchos y muy buenos cómics que protagonice, encandila más a los lectores más veteranos. Una película, su propio videojuego… Marvel no daría tanto a un personaje tan nuevo si no tuviera claro que esa es la dirección correcta, y así lo prueban los números de ventas de todos los productos por él protagonizados.
Como decíamos (y como analizamos en este artículo), Brian Michael Bendis fue el creador del personaje, inspirado por la imagen del actor Donald Glover, vestido con un pijama de Spiderman en la serie Community, lo que le marcó profundamente, como padre de dos niñas afroamericanas que es, el guionista de Cleveland.
Como Jessica Jones, Morales es el hijo predilecto de Bendis, y así lo demostró guionizando su serie dentro del Universo Ultimate, y continuando las andanzas del personaje en Tierra Primordial cuando, tras las Secret Wars de 2015, fue el único elemento de este universo (junto al genial Hacedor) que sobrevivió a su destrucción. Sin embargo, en 2017 Bendis abandonaba el barco marvelita y dejaba a su más popular creación completamente huérfana, propiedad de una Marvel que sabía que tenía un diamante en bruto entre manos, pero que había perdido a uno de sus mejores orfebres.
Pues bien, Saladin Ahmed (Los Exiliados) fue el guionista seleccionado para sustituir a Bendis en la nueva cabecera protagonizada por el trepamuros de Brooklyn, y hoy, con doce grapas dobles a sus espaldas en su edición española, ha demostrado que no es ni mejor ni peor que Bendis, sino tan solo distinto, llevando al personaje a nuevas cuotas de calidad en una colección que cada mes resulta más entretenida y más personal, dejándonos claro que Miles no es un joven Peter; se trata de un personaje con idiosincrasia propia que lleva a cabo su papel como Spiderman de la mejor manera posible, aunque ello suponga en no pocas ocasiones actuar de forma distinta a como lo haría Peter Parker, quien por cierto, apenas si pasa por la colección, dejándonos ya claro Ahmed que las prácticas arácnidas terminaron y que Miles está graduado, y con matrícula de honor, en esto de balancearse por la ciudad y perseguir malosos.
Por si todo esto fuera poco, Ahmed no olvida de dónde viene el personaje, de ese Universo Ultimate que aunque destruido, todavía da mucho que hablar, y por eso, trae a Ultimatum, un villano que parece provenir de dicho mundo y que le recuerda a Miles sus orígenes, los cuales son metafísicamente complejos y nada fáciles de dejar atrás.
En el aspecto gráfico, tenemos a Javier Garrón, quien comenzó como dibujante titular de la colección y que, aunque no siempre forma parte de la misma, imprimió un aspecto nuevo y más maduro al personaje que, como ya hemos aclarado, en esta serie se independiza ya por fin de Peter Parker en su doble vertiente: la del joven Spiderman que se sacrificó para salvar a su Tía May en el Universo Ultimate, dejando una losa sobre Miles como legatario del héroe, y también la del maduro Peter Parker de Tierra Primordial, que hacía las veces de profesor y mentor de un Miles que estaba fuera de su universo y elemento, tras el último conflicto multiversal de la Casa de las Ideas.
Finalmente, hemos de hablar de esta serie como punto de entrada. Y es que, comienza por un número 1, y como todas las que así lo hacen, en principio sirve como puerta de acceso o llegada al personaje, sin tener que leer sus aventuras pasadas para poder comprender lo básico del mismo. En ese sentido, hemos de decir que la serie funciona a las mil maravillas. Ni siquiera cuando Ahmed entra ya en aspectos más propios de la continuidad del personaje (como Ultimatum y en lo que deriva para la serie), se echa en falta algo de información que el lector nuevo necesite.
Sin embargo, hemos de recordar que estamos ante un personaje que solo tiene diez años de edad editorial y que, por eso mismo, si leías esta colección, sigue manteniendo el mismo interés que en sus aventuras previas, por lo que no costará nada ponerse al día con Miles y ampliar nuestra visión de él.
Quién es quién: S.W.O.R.D.
La agente Abigail Brand abandonó el mando del programa espacial de Alpha Flight creyendo que ni su fuerza de respuesta interplanetaria ni ella misma estaban siendo utilizadas apropiadamente. Poco después, el programa fue superado por una amenaza inesperada y su estación espacial se dio por perdida. No obstante, los mutantes de Krakoa la encontraron durante una misión en Otromundo. Resulta que Krakoa tenía el correo de Brand. Resulta que Brand tenía algunas ideas. ¡Bienvenidos al programa espacial de Krakoa! ¡Bienvenidos a la nueva S.W.O.R.D.!
Aprovechando el reciente lanzamiento de S.W.O.R.D., serie regular escrita por Al Ewing con arte de Valerio Schiti, vamos a dedicar las siguientes líneas a conocer mejor a los personajes principales de la colección. La situación de esta cabecera es peculiar, pues además de formar parte de la franquicia mutante y de estar conectada con los acontecimientos que suceden en Krakoa también enlaza con la vertiente cósmica del Universo Marvel. Esto ha permitido a Ewing repescar tanto a viejos mutantes semiolvidados como a personajes procedentes del espacio, reuniendo así a un reparto muy diverso. Algunos de los personajes elegidos llevaban daños (¡incluso décadas!) sin gozar de un rol protagonista, así que hemos tenido que rebuscar en nuestros archivos para reunir información sobre ellos. Para facilitar la tarea vamos a seguir el organigrama de S.W.O.R.D. y a conocer a los representantes de cada una de las divisiones de la Estación Uno, más conocida como el Pico.
Presentada en Astonishing X-Men de Joss Whedon y John Cassady en 2004, Abigail Brand era la agente al mando de S.W.O.R.D., la subdivisión de S.H.I.E.L.D. dedicada a afrontar posibles amenazas extraterrestres. Brand es un híbrido nacido de padre alienígena y madre humana mutante, por lo que posee un poder mutante (piroquinesis táctil: la habilidad de generar llamas con sus manos) y algunos rasgos alienígenas (como una lengua ligeramente distinta a la humana que le facilita comunicarse en idiomas extraterrestres). Su relación con los mutantes fue bastante antagónica al principio, aunque pronto se convirtió en aliada y desarrolló una relación íntima con Henry McCoy, alias Bestia. Abigail Brand es una mujer con un fuerte temperamento y eso ha generado numerosos roces incluso con sus propios aliados, como Nick Furia y Maria Hill de S.H.I.E.L.D. o Henry Peter Gyrich del gobierno estadounidense. En tiempos recientes, cuando S.W.O.R.D. pasó a formar parte del programa espacial de Alpha Flight, Brand cedió el mando a la Capitana Marvel, sirviendo a su lado durante la segunda guerra civil superhumana (Civil War II) y durante la invasión Chitauri provocada por Hydra (Imperio Secreto). Cuando la herencia Kree de la Capitana Marvel se hizo pública y esta renunció a su puesto, Brand aceptó de nuevo el mando, pero para entonces el programa espacial de Alpha Flight ya había perdido relevancia, como quedó patente durante el ataque de los Cotati (Imperio). Brand abandonó el Pico y, poco después, una especie alienígena conocida como los Vescora provocó la caída de la estación espacial. Tras recuperarla durante X de Espadas, Krakoa contactó con Brand para hacerle una oferta que no pudo rechazar. Ahora, pese a sus intentos de permanecer como agente independiente, Brand está supervisada por Magneto, que actúa como enlace con el Consejo Silencioso que gobierna la nación mutante. Sobra decir que esta supervisión no es precisamente de su agrado.
Presentado en la clásica miniserie ochentera X-Terminators de Louise Simonson y Jon Bogdanove, las apariciones posteriores de Genio han sido muy escasas. Takeshi Matsuya, más conocido como Taki, perdió el uso de las piernas siendo niño durante el mismo accidente que acabó con la vida de sus padres. Poseía una excepcional inteligencia y tenía grandes dotes para la informática, además de ser un mutante capaz de alterar psiónicamente cualquier pieza de tecnología, cambiando su forma y función (poder que empleaba habitualmente sobre su propia silla de ruedas), pero tenía serias dificultades para sentirse integrado. Durante los acontecimientos de Inferno, cuando los demonios del Limbo invadieron Nueva York, Taki hizo equipo con otros jóvenes mutantes que habían sido acogidos por Factor-X (Artie, Sangui, Rusty Collins, Desliza, Ríctor y Boom-Boom) para formar los X-Terminadores. Junto a Factor-X, la Patrulla-X y los Nuevos Mutantes, los X-terminadores contribuyeron a la derrota de N’Astirh y sus demonios. Años después fue miembro de la Academia Vengadores, pero apenas le habíamos vuelto a ver desde entonces. Ahora, ya convertido en un veinteañero, es el tecnólogo de la Estación Uno y además forma parte de los Seis, seis mutantes cuyos poderes combinados son capaces de abrir portales a cualquier lugar del multiverso y que son fundamentales para los planes tanto de la nueva S.W.O.R.D. como de Krakoa.
Conocimos a Eden Fesi al comienzo de Guerreros Secretos de Jonathan Hickman y Stefano Caselli. Este mutante con poderes de teletransportación era el pupilo de Pórtico, aborigen australiano con habilidades similares que ayudó a la Patrulla-X mientras tuvo su base de operaciones en un remoto pueblo de Australia. Aunque rechazó a Nick Furia cuando acudió a reclutarlo por primera vez, poco después se unió a los Guerreros Secretos y más tarde a los Vengadores. Ahora, tras un tiempo ayudando a Pantera Negra en Wakanda, ha sido convocado para ocupar el puesto de quintician en el Pico (tendremos que preguntarle a Ewing en qué consiste exactamente ese puesto, porque nosotros aún no lo sabemos). Aunque frecuentemente se considera que Distribuidor es un teletransportador de gran poder, en realidad es un “moldeador universal”: en lugar de abrir portales para moverse de un lugar a otro del espacio, lo que hace es comunicarse con el universo y “moldearlo” hasta que se ajuste a sus necesidades. Eso es lo que le permite transportarse de una galaxia a otra sin problemas, por ejemplo. S.W.O.R.D. ha reunido a un equipo formado por otros mutantes con habilidades teletransportadoras para asistirle en sus funciones. Este equipo de teletransporte está compuesto por Clarice Ferguson (Destello), Lila Cheney, Pórtico, el Desvanecedor y Amelia Voght. Distribuidor también es uno de los Seis y, gracias a su equipo de apoyo, es capaz de romper el velo entre las dimensiones del multiverso para hacer que los mutantes lleguen a donde nadie había llegado antes.
Cortez debutó en el primer número de X-Men de Chris Claremont y Jim Lee y se convirtió en una presencia más o menos recurrente en las colecciones mutantes durante la década de los noventa. Miembro de los Acólitos de Magneto, el grupo de mutantes que abandonó el planeta para residir en la estación espacial Avalon y seguir las enseñanzas del Amo del Magnetismo, Cortez demostró muy pronto que no respetaba ninguna promesa ni alianza. Traicionó a Magneto siempre que tuvo ocasión y utilizó a los Acólitos para sus propios fines, llegando a enfrentarse con los Vengadores cuando secuestró a Luna Maximoff, hija de Mercurio y nieta de Magneto (véase Lazos de Sangre). Lo cierto es que siempre fue un chaquetero, pero su capacidad para aumentar los poderes de otros mutantes resultaba muy útil. El propio Magneto tuvo que recurrir a él cuando sus poderes se vieron disminuidos al tratar de alterar la magnetosfera terrestre. Tras recibir el control sobre la isla de Genosha, Magneto invitó a Cortez a su gabinete de gobierno… sólo para ser traicionado por él una vez más. Digamos que su mala fama siempre precede a Cortez y el hecho de proceder de una familia poderosa y adinerada no ayuda en nada a limpiar su imagen. Sin embargo, ahora que forma parte de S.W.O.R.D. y es uno de los Seis ha pasado a ser un recurso valioso para Krakoa. Aún así, Magneto sigue haciendo todo lo posible por menospreciarle… y con razón.
Joanna Cargill procede de los primeros tiempos de Factor-X, cuando el grupo estaba formado por los cinco Hombres-X originales. Empezó su carrera como villana, en concreto como parte de un grupo conocido como la Alianza del Mal. En realidad era poco más que una mercenaria que había puesto sus poderes al servicio de otro mutante: Apocalipsis. Gracias a su fuerza, resistencia y agilidad aumentadas resultó ser un rival muy duro para Factor-X. Tiempo después se unió a los Acólitos de Magneto y siguió enfrentándose a la Patrulla-X en numerosas ocasiones. Llegó a ser embajadora de Genosha cuando la isla fue entregada a Magneto por las Naciones Unidas y, tras la destrucción de aquel país y la desbandada de los Acólitos, se refugió en la nación mutante de Utopía. Incluso llegó a ser aceptada en las filas de la Patrulla-X durante una temporada. Ahora ha recuperado su antiguo rol de embajadora y se encarga de representar los intereses de Krakoa en la galaxia. Su labor consiste en servir de enlace con otros embajadores extraterrestres, como Paibok el Energo-Skrull, embajador de la Alianza Kree/Skrull residente en el Pico. Frenesí tiene a su cargo a una embajadora en formación: Hisako Ichiki (Armadura), que también es miembro de los Seis.
Nathaniel Summers es el hijo de Scott Summers (Cíclope) y Madelyne Pryor, el clon genético de Jean Grey (Chica Maravillosa). Fue infectado por un virus tecno-orgánico y enviado al futuro lejano, donde creció hasta convertirse en el hombre llamado Cable. No obstante, este no es el Cable que conocíamos sino la encarnación juvenil de ese hombre. Este joven Cable (prefiere no ser llamado Kid Cable) volvió al pasado para proteger su línea temporal, aunque eso significase eliminar a su yo adulto, tal y como vimos en la miniserie Exterminio de Ed Brisson y Pepe Larraz. Desde entonces ha ocupado el puesto del antiguo Cable en la franquicia mutante. En tiempos recientes ha sido un importante activo de Krakoa y ha actuado junto a la Patrulla-X y junto a los Ángeles Caídos. Además de contar con unos considerables poderes psiónicos, porta una espada conocida como la Luz de Galador, una antigua reliquia perteneciente a los Caballeros del Espacio. Cable desempeña la labor de jefe de seguridad en la Estación Uno de S.W.O.R.D. y su equipo de seguridad está compuesto por Marshall Stone (Random) y Gloria Muñoz (Risque), que también es uno de los Seis. Pero no todo pinta bien para el joven Cable, pues parece que su yo adulto ha regresado de alguna forma y ambos tendrán que ajustar cuentas más pronto que tarde.
Hasta ahora hemos mencionado cinco divisiones en este repaso. El Pico también cuenta con una sexta división dedicada a la observación y el análisis, pero no hablaremos mucho sobre ella porque está encabezada por un analista psiónico cuya identidad debe permanecer en secreto de momento. En esa misma división milita el analista visual Peter Quinn (Mirón), un antiguo miembro de una de las encarnaciones más desconocidas de la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto y quizá la incorporación más sorprendente que nos ha ofrecido Ewing, pues también forma parte de los Seis. Como hemos ido viendo en los párrafos anteriores, los distintos equipos de apoyo de la estación están formados por personajes de segunda y tercera división que ahora tienen la oportunidad de brillar en la nueva cabecera. No obstante, el organigrama de S.W.O.R.D. no está escrito en piedra y puede que cambie mucho antes de lo que esperamos. De hecho, tenemos el presentimiento de que alguno de los responsables de división de la Estación Uno no va a conservar su puesto durante mucho tiempo. ¿Quién será? Sólo hay una forma de averiguarlo: leyendo los siguientes números de la serie.
Hablemos de clásicos
Los Vengadores son el grupo de referencia de Marvel. Eso es algo que a muchos le puede parecer de lo más normal, pero lo cierto es que durante años no lo fue, cediendo ese protagonismo a la Patrulla-X mutante. Tiempo después y una gigantesca franquicia cinematográfica alrededor, los Héroes Más poderosos de la Tierra reclaman su espacio natural, papel para el que fueron designados. Eso conlleva que, a nivel editorial, sean una de las colecciones más mimadas de Panini Cómics. La recopilación de su vertiente clásica fue bautizada, llegado el momento, como el “proyecto 300”, es decir, el tener los trescientos primeros ejemplares del grupo, a tamaño completo y color, publicados en castellano. Este hito fue completado hace unos años, pero la editorial italiana ha decidido continuar la recopilación, tanto hacia delante como hacía atrás. La parte clásica de los Avengers se mantiene en formato Omnigold, en tapa dura y papel poroso, superando la anterior versión, el Marvel Gold tapa blanda con papel satinado. Hemos llegado al que hace ocho de la versión recopilada en OG, que viene a continuar la etapa de Jim Shooter al frente de los Vengadores.
Shooter fue un niño prodigio en su desempeño en el noveno arte. Consiguió vender sus primeros guiones cuando no era más que un tierno infante y en algo más de un año de estancia en Marvel, ascendió al más alto puesto editorial, iniciando una era de éxitos como hacía tiempo que no se veía en la compañía, aunque generaría algún que otro cadáver por el camino. No estamos aquí para hablar de su controvertida trayectoria como editor, sino de su más prosaica faceta de guionista.
Big Jim se hizo cargo de Vengadores a finales de 1976 (visto en el anterior Omnigold) y poco a poco fue afianzando su posición. Para los primeros números de este tomo, ya tenía la suficiente confianza para organizar una serie de ciclos con ciertas características que definen su escritura. Al guionista y editor le pirraba el concepto de poder, el hecho de que algunos poseyeran más de los necesario y cómo afectaría a su discurrir natural, ya fueran héroes o villanos. También le fascinaba la épica; tras muchos años de trabajar en DC, donde sus iconos se trataban con una grandeur que no era tan habitual en Marvel, trató de otorgar una gravitas mayor a lo acontecido en las páginas de sus tebeos. Sobre estos dos aspectos, poder y épica, le gustará reflexionar en abundancia y el mejor reflejo lo tendríamos en las célebres Secret Wars. Pero no es necesario avanzar tanto; en este volumen tenemos perfecta representación de tales tropos.
El guionista, unido a dibujantes de la calidad de John Byrne o George Pérez, nos presenta sagas muy recordadas. Empezamos por la llamada “Trilogía de Nefaria” en la que una subida de poder importante de este villano clásico, por parte del equipo creativo, va a dejar una de las batallas más duras y exigentes a la que se hayan enfrentado jamás los Vengadores, en toda su historia. A modo de interludio, se produce el regreso de Ultrón, con Yocasta como secundaria relevante, creación del propio robot genocida, que habían ideado Shooter y Pérez en la colección vengativa. Seguimos con la “Saga de Korvac”, en la que las apuestas aumentan al incluirse elementos de tipo cósmico. Como ven, un continuo crescendo de peligrosidad para que el lector sintiera el riesgo y la grandeza a la que los Vengadores deben enfrentarse en su día a día.
El resultado son unos cómics que impactan. El guionista sabe cómo generar esa sensación de epicidad, llevada a su máxima expresión, además con una escritura ágil y directa. A esto le añadimos que son tebeos prodigiosamente dibujados por artistas de la talla de John Byrne o George Pérez; pena que este último no pudiera seguir el ritmo y tuviera que ser sustituido por Dave Wenzel.
Esta elevación de las apuestas se corta a principios de 1978, cuando Jim Shooter ascendió a editor en jefe, lo que equivalía a supervisar 45 colecciones al mes. Por mucho que quisiera mantener su puesto de guionista titular, las obligaciones para con los grandes jefes le quitaban mucho tiempo, demasiado, podríamos decir. Tanto que al final tuvo que ceder la escritura de Avengers a alguien de confianza. Esa persona es David Michelinie, guionista con el que Shooter tenía una relación muy cercana y que ya tuvo que hacer remiendos a la “Saga de Korvac”, poniendo diálogos a la trama de Shooter en algún episodio, en los meses que el gran editor no pudo llegar a tiempo. En este tomo vemos esa continuación natural. Dado que el nuevo escritor venía muy respaldado, el relevo se siente como algo muy orgánico, en el mismo sentido que venía la colección, ya que mantiene a los dos artistas más importantes de aquellos días, Byrne y Pérez.
Michelinie, eso sí, introduce asuntos de su cuerda como el control gubernamental de los Vengadores. Le presentamos a Henry Peter Gyrich, enlace oficial con el gobierno, que les pondrá muchas cortapisas a la organización superheroica, entre ellas la limitación de miembros. Esto le servirá al guionista para probar savia nueva, como Ms. Marvel o el Halcón. Renovadas e interesantes dinámicas se preparaban para el futuro.
Sin duda, lo más relevante de la aportación de Michelinie a este tomo es el ciclo conocido como “Noches de Wundagore”. En él, aparte de una clásica de historia de Vengadores con villano de gran poder, tenemos la puesta en disputa de los orígenes de la Bruja Escarlata y Mercurio. La pareja de hermanos surgió en el Universo Marvel como parte de la Hermandad de Mutantes Diabólicos de Magneto, sin muchas notas biográficas sobre sus esencias, pero a no muy tardar pasaron a reformarse, incorporándose a los Vengadores. Su origen nunca estuvo claro y Roy Thomas, en un anual clásico de la formación, determinó que las leyendas de la Golden Age, Miss América y el Zumbador, eran sus progenitores. Esto se mantuvo como canon durante unos años, hasta que John Byrne sugirió el parecido entre Magneto y Mercurio.
Las ruedas editoriales comenzaron a girar, ya que esa asociación con el Zumbador no terminaba de cuadrar en la mente de muchos creativos, por lo que se organizó este ciclo como la primera parte de un retcon en toda regla, contradiciendo lo argumentado por Roy Thomas. En esta saga se presentan conceptos muy asociados a Wanda y a Pietro, como Django Maximoff, Bova, las montañas de Wundagore o el demonio Chthon. Así se concibe esta trama intensa, repleta de revelaciones, tensión narrativa y momentos tiernos, que pretendían dejar un pasado diáfano en los gemelos y que, como sabemos actualmente, ha dado mucho juego para la cuestión de los orígenes de estos dos personajes tan longevos.
En conclusión, puede que estemos ante el tomo de mayor calidad de la recopilación en Omnigold de Vengadores. Los grandes argumentos que se incluyen en el volumen han sido muy relevantes para la historia coral del supergrupo, por lo que lo resaltamos como una oportunidad de oro para hacerse con este material más que notable, editado en un formato a su altura.
Una de las grandes aportaciones de los años setenta en Marvel fue la constatación de que existía un multiverso. De ello se encargó Roy Thomas, haciendo uso del recurso en series regulares, pero muy especialmente en una colección específica titulada What If? Surgida por primera vez en febrero de 1977, fue un juguete demandado por Thomas, en su puesto de autor-editor, y es algo que se ha mantenido como tradición, a lo largo de los años. Solo hay que ver los abundantes volúmenes con ese encabezado, la creación de una serie de animación para Disney + y la reciente reactivación del concepto, a cargo de Chip Zdarsky. Todo ello denota la importancia de la asunción de que existen múltiples realidades en Marvel y que nosotros, como afortunados lectores, disponemos de herramientas para su disfrute.
La proclamación del multiverso marvelita, para el lector actual, puede sonar a obviedad. Hemos visto realidades como la de 2099, la Era del Apocalipsis, el Nuevo Universo, el Universo Ultimate….. hasta el evento Secret Wars de 2015 se basaba en ese componente multiversal. Pues bien, en los setenta era algo que no estaba tan establecido. Las líneas en Marvel se mantenían plegadas en una única realidad, la llamada Tierra 616 (definición posterior, pero que ha acabado por ser canónica). El propio Thomas daba lugar a situaciones como la llegada del Escuadrón Siniestro de otra tierra o una vista al mundo de Arkon, también en otro plano distinto de la realidad. Thomas, además, era el responsable de escribir a Conan, que quedaba separado del mundo Marvel, aunque se percibía un esfuerzo en crear lazos con la Era Hyboria.
El tema de fondo es que Roy se había criado leyendo tebeos donde se hablaba de multiverso, de tierras paralelas, y estaba convencido de que eso mismo se podía implementar en el terreno Marvel de los cómics. Lo hacía, de aquella manera, en esas historias que hemos comentado arriba, pero lo dejó implantado de manera definitiva con la serie de What If? La premisa de esta colección era coger un acontecimiento bien conocido al lector marvelita y plantearlo de manera bien diferente, observando sus consecuencias, lo que hacía que se vieran diferentes ramificaciones en las historias, según los actos de los protagonistas. Resultado, la gente comenzó a identificarlas como aventuras imaginarias, más o menos resultonas, presentadas por Uatu el Vigilante, donde se pasaba un buen rato viendo a un Hulk inteligente, a Spiderman siendo parte de los 4F o la disolución de los Vengadores.
Obviamente, esto no era la intención de Roy Thomas. Para el creador, su fin último es que el aficionado sintiera que estaba asistiendo a la visión de un multiverso. Para ello, siempre se buscaban historias imposibles en la continuidad tradicional (curiosamente, algunas se han cumplido, pero dejemos este pequeño dato para mejores momentos), para generar esa sensación de divergencia importante con el Universo Marvel, que a la larga, era el principal. Roy Thomas asumió el manto de escritor durante los números iniciales, pero luego tuvo que ceder la escritura a su pupilo, Don Glut, aunque se mantuvo largo tiempo como el editor responsable.
La recopilación de estas tramas se está llevando a cabo en Marvel Limited Edition, con un primer volumen ya publicado y un segundo presto a debutar. En este tomo contamos con el segundo año de publicación de la colección, con argumentos tan llamativos como la llegada de Conan a la realidad del 616, ver a Nick Furia como agente espacial, observar a distintos Novas que no son Richard Rider, variar el destino de diferentes héroes, ahora convertidos en villanos, saber que Stephen Strange es discípulo de Dormammu o echarnos las manos a la cabeza con un Spiderman dedicado al mundo de la televisión. Como decimos, todo este caudal de posibilidades está gestionado por Thomas en la edición, pero la mayoría está escrito por otra gente. El citado Don Glut, al que se añaden también otros autores que aceptaron el juego, gente como Marv Wolfman, Gary Friedrich o Peter Gillis. A nivel gráfico, cuenten con un buen surtido de artistas de la casa, demasiados para no hacer algo farragoso este pequeño avance.
Este voluminoso tomo tiene un pequeño inconveniente, puesto que nos deja la recopilación incompleta. El índice nos habla del #13 hasta el #23 USA, saltando el #16. Ese episodio corresponde a una historia alternativa de Shang-Chi, a cargo de Doug Moench y Rich Hoberg, que sí se publicó en los Limited del personaje, pero que aquí la cuestión de derechos ha impedido su inclusión. Una pena que conflictos ajenos a los cómics afeen esta recopilación. El material clásico del Maestro del Kung Fu siempre estará asociado a Fu Manchú, por ende a los designios de los herederos de Sax Rohmer y como tal, tendremos que aceptarlo, pese a que nos repatee y mucho esa cuestión.
Hablando de la idea What If?, este mes tenemos doblete en cuanto al concepto multiverso. La recopilación de la Biblioteca Conan hace un pequeño alto en el camino con las series regulares y se centra en todas las veces que el cimerio ha participado en el juego. Tenemos un ejemplar donde vemos a nuestro bárbaro preferido en situaciones del todo inverosímiles. Comenzamos con el #13, un episodio que se repite en el segundo Marvel Limited, con autores señeros con el personaje, Roy Thomas y John Buscema. Nuestro protagonista arriba a una tierra realista, que con el tiempo se ha identificado con la clásica, pero en la que no se atisba ningún rastro de superhéroes. Es más contrarrestar la visión de un bárbaro de una era mítica con una sociedad occidental de los setenta.
El siguiente tiene más chicha superheroica ya que tenemos el encuentro de dos figuras míticas, como son Conan y Thor, el Dios del Trueno, el canónico de la Era Marvel, configurado por Lee y Kirby. La herencia de la mitología nórdica es muy evidente en el trabajo de Robert E. Howard, por lo que, de todas las asociaciones con otros caracteres Marvel, es la menos polémica. Escribe Alan Zelenetz, guionista que había trabajo en las colecciones del cimerio durante años (Thomas estaba fuera de Marvel en 1983), y dibuja Ron Wilson, acostumbrado a este tipo de asociaciones interesadas, ya que se recuerda por su aportación a Marvel Two-In-One.
En ese año 83, repetimos aparición de Conan en What If?, con una historia muy de la época, con el lore de los años 80. La premisa es ver al bárbaro en las calles de un Nueva York moderno, donde tenemos una versión alternativa de los Vengadores. El guion lo firma Peter Gillis, un autor muy de esta década, y dibuja Bob Hall, un artista con un reconocible toque clásico.
El último de ellos pertenece al volumen dos de What If?, número 16, para ser exactos. En este caso, contamos con un programa doble, dos historias con el protagonismo compartido de Conan y Lobezno (los dos mejores amigos ahora en Salvajes Vengadores). Los equipos creativos son escaso relumbrón, desde luego no son aliciente de venta, y tenemos como único golpe de efecto el ver a dos auténticos superventas de estos años, dándose de tortas en los ambientes más inverosímiles.
Como ven, un tomo que recoge el paso del bárbaro cimerio por la mitología del Universo Marvel. Sobre todo, si les interesan los contenidos, recomendamos la adquisición de este volumen, ya que, en el caso de pérdida de derechos de Conan, serían unos cómics que quedarían colgando en el limbo de la luchas entre bambalinas editoriales.
Otras reediciones
En esta ocasión, el apartado destinado a reediciones viene un poco más vacío que de costumbre, pero ello es porque continúan las reediciones en tomo de las colecciones más punteras en dicho formato. Por ello, nos limitamos a destacar dos de esas continuaciones por la especialidad de las mismas.
Marvel Saga. Jessica Jones. The Pulse 3
Finaliza la recopilación en su última edición en tomo (tras su paso por Marvel Deluxe) de las andanzas de Jessica Jones como corresponsal especial del Daily Bugle. The Pulse termina, suponiendo la colección perfecta para, sin desdecirse de todo lo ocurrido en Alias, traer a Jessica Jones del sello MAX, en el que nació, a las publicaciones Marvel ordinarias que no podían prescindir de tan genial personaje.
En esta ocasión, el punto de mira de Brian Michael Bendis se centra en la boda de Jessica con Luke Cage y en el nacimiento de la hija de ambos, Danielle. Para este gran acontecimiento, Bendis vuelve a unirse con el otro padre de la criatura, Michael Gaydos, a quien siempre es genial tener de vuelta en los lápices de la detective noir más famosa del Universo Marvel.
Aniquilación Saga 6. Aniquilación Conquista Prólogo
Aniquilación Saga es, sin duda, una de las grandes apuestas de Panini como editorial, durante el año 2021. En un formato idéntico al de la genial Colección Jim Starlin, se recopilan todos los eventos cósmicos de la primera década del siglo XXI, que desembocaron en la nueva formación de Los Guardianes de la Galaxia, tal cual fueron orquestados por Keith Giffen, Dan Abnett y Andy Lanning.
Todo un reboot de la parcela cósmica Marvelita que necesitaba, claramente, de una verdadera puesta a punto.
En esta ocasión, le llega el turno al comienzo de Aniquilación: Conquista, el segundo gran evento cósmico de esta serie de historia río tras Aniquilación, en el que terminan de formarse los nuevos Guardianes.
Muchas veces, Conquista es recordado como el hermano menor o el primo feo de Aniquilación y dado que tal cosa no solo no es cierta, sino que Conquista tiene muchos buenos ingredientes que, como mínimo, la hacen igual de disfrutable o más que la primera aniquilación, por lo que reivindicamos esta opinión de la mejor manera que podemos hacerlo: recomendándola entre las reediciones del Magazine.
Prepararos para las horas más oscuras del Imperio Kree a manos de la temible Falange…
Aquellas maravillosas novedades
Aquí estamos otro mes más, cerrando otro de nuestros magazines con su correspondiente repaso a la actualidad marvelita. Pues bien, ahora que ya hemos hablado largo y tendido sobre el presente toca revisitar las novedades que tanto nos dieron que hablar en el pasado. ¿Recuerdas lo que pasó…?
¿… hace un año? En mayo de 2020, aún asustados por la pandemia, empezamos a salir de nuestras casas después de un largo confinamiento para acudir a las librerías en busca de alguna novedad. La sequía había sido muy larga y Panini se apresuró entonces a ofrecernos algunos lanzamientos, entre ellos el esperado tomazo integral de Estela Plateada de Dan Slott y Mike Allred. ¿Qué mejor para saciar el ansia de los lectores que llevaban varios meses sin ver una grapa nueva que este gigantesco tochal que el propio Estela podría haber usado como tabla para surcar el espacio? Siempre pensando en nosotros, Panini nos ofreció la oportunidad de recuperar la forma física que habíamos perdido durante el confinamiento… levantando este ladrillo de setecientas páginas. ¡Y además había que girarlo para poder leer una de sus historias! ¡Menudos brazacos se nos quedaron después de leerlo!
¿… hace cinco años? En mayo de 2016 teníamos a Brian Michael Bendis narrando las aventuras de Tony Stark como Iron Man. Ya sabíamos que al bueno de Bendis le iba la marcha, pero no estábamos preparados para encontrarnos con una portada como la de ese número en el que Mary Jane Watson se unía al reparto de la serie. Ese claro homenaje al clásico momento de “te ha tocado la lotería” que ilustró David Marquez parecía indicar que MJ y Tony podían tener algo más que una relación de amistad. Evidentemente, esto puso en pie de guerra a los lectores arácnidos más radicales, para los que no hay nada más sagrado que la relación entre Peter y MJ. Al final lo de Bendis se quedó en nada, como de costumbre, pero dejó muy claro que muchos lectores del trepamuros todavía no habían superado a la pelirroja. Una pena. ¡Con la buena pareja que habrían hecho MJ y Tony! Que conste que no lo decimos por provocar (bueno, un poco sí), pero… un playboy multimillonario, una supermodelo… ¡la historia se escribía sola!
¿… hace diez años? En mayo de 2011, una joven promesa del cómic indie llamada Jonathan Hickman nos ofreció la sorprendente historia oculta de la organización secreta por antonomasia del Universo Marvel: S.H.I.E.L.D. El proyecto de Hickman junto al dibujante Dustin Weaver era un tipo de cómic al que aún no estábamos acostumbrados; un cómic que había que descifrar más que leer. Desde luego era más ambicioso de lo que pensábamos… y tanta era su ambición que casi dejó la serie inconclusa. Ahora que disponemos de un cómodo ómnibus es difícil imaginar cómo fue esperar años (¡años!) para leer la conclusión de este drama cósmico de dimensiones bíblicas. Nos gustaría poder decir que los constantes retrasos nos sirvieron para comprender mejor los complejos conceptos que nos presentó aquí el guionista, pero tenemos que confesar que aún no tenemos muy claro qué es lo que sucede en los últimos números. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas, de que muchos otros lectores tampoco los entendieron en su día, pero hoy fingen que sí para no quedar mal. Amigo que no entendiste S.H.I.E.L.D. de Hickman, que sepas que no estás solo.
¿… hace veinte años? En mayo de 2001 nos llegó una historia de lo más peculiar protagonizada por los Inhumanos. Fue mucho antes de la existencia del MCU, del conflicto entre Disney y Fox y de todas esas cosas, así que los Inhumanos apenas eran tema de conversación por aquel entonces. Carlos Pacheco y Rafa Marín fueron los encargados de escribir esta novela gráfica ilustrada por el mexicano José Omar Ladrönn. La historia se adelantó a su tiempo, llevando a los Inhumanos al espacio Kree mucho antes de que la Marvel cósmica se pusiera de moda con Aniquilación y sus derivados, pero lo que realmente dejó a cuadros a los lectores fue el dibujo. Ladrönn era un auténtico discípulo de Kirby… y veníamos de los excesos estéticos de la década de los noventa, así que no estábamos nada preparados para este revival kirbyano con influencias de Moebius. La cara de patata que lucía Rayo Negro en la portada, más propia de esos excéntricos álbumes europeos que de un tebeo de superhéroes de toda la vida, ya nos daba una pista de que este cómic era distinto; raro; una de esas obras de culto que en su día no habríamos tocado ni con un palo y que hoy mencionamos para hacernos los sibaritas.
¿… hace la tira de años, en un mes de mayo como este? En mayo de 1994, hace veintisiete años, nos llegó la mejor historia de Spiderman jamás publicada: Matanza Máxima. Bueno, vale, que no cunda el pánico, que era broma. Si hiciésemos una lista con las mejores historias arácnidas Matanza Máxima estaría entre las primeras… ¡pero empezando por la cola! Lo cierto es que, teniendo en cuenta los abismos insondables que alcanzó el lanzarredes durante esa década, es posible que Matanza Máxima no fuese lo peor de lo peor. ¡Pero aún así era muy mala! Podemos engañarnos diciendo que en su día la disfrutamos porque éramos unos críos ingenuos o que le tenemos cierto cariño porque sirvió de base para un videojuego de la época de Mega Drive y Super Nintendo, pero no hay por dónde coger este evento. Cualquier intento de defenderlo hoy en día es absurdo… y aún así hay gente que se atreve a considerarlo un “clásico”. En serio, no hay quién entienda a los fans de Spiderman.