Un hechicero no olvida sus venganzas… ni aunque transcurran mil años
The Magic Order resultó el primer título del Millarworld en lanzarse luego de la adquisición por parte de Netflix de este conglomerado de títulos e ideas creativas para su explotación, principalmente, audiovisual. Si bien la adaptación a este medio de la serie quedó (de momento) trunca por la pandemia y diversos factores, la historia continuó por el medio que más nos interesa aquí. La serie publicada por Image Comics también tuvo su bache en el 2020 luego de un primer volumen editado en 2019, y la segunda historia vio la luz entre finales del 2021 y comienzos del 2022. La publicación en castellano de Panini le siguió el ritmo, editando entonces el 1 en 2019 (reseñado por Edu Sesé oportunamente), y entrado el 2022 sacó a la venta el 2 (y recientemente el 3, mientras que en inglés ya se publicó hasta un cuarto recientemente).
Recapitulando para salvar la distancia temporal, The Magic Order presenta un mundo en el cual la magia existe en las sombras y es protegida por una organización (con aires de conspiración global internacional) tanto de no ser conocida por el público general como de quienes quieren utilizarla para intereses personales u oscuros, así como de criaturas ancestrales (en donde cae un dejo lovecraftiano y johnconstantinesco). Quienes lideran esta orden de magos son la familia Moonstone (conduciendo a otras familias) luego de haber decidido este paso a la clandestinidad hace mil años, y las historias presentadas en los primeros dos volúmenes tienen que ver directamente con cuestionamientos a sus decisiones y su liderazgo.
Mientras en el primer volumen se trataba de un asesinato directo de tinte mafioso a miembros de la Orden, en este segundo libro la amenaza llega de Europa del Este retomando una rivalidad milenaria. Además del núcleo narrativo de cada miniserie, The Magic Order presenta tramas que abordan las relaciones familiares de los personajes, con un reparto bien logrado, elaborado y desarrollado por Mark Millar. Ello le da a la colección un atractivo mayor que la mera acción y violencia del enfrentamiento entre magos, con temas muy humanos. El trabajo sobre la creación de los personajes es el contenido que lleva adelante a la serie superando los tópicos habituales que suele poner en juego el guionista para que no sea una cáscara vacía o una lectura demasiado vacua.
En este segundo volumen, además, el escritor comienza a ampliar la presentación del mundo más allá de los personajes del presente, indagando en los orígenes de estas historias que apenas se esbozaban o mencionaban en el tomo inicial. O siendo más precisos, la primera miniserie se ocupaba más del trasfondo directo y reciente de la familia Moonstone mientras que en la segunda profundiza y brinda más detalles de este mundo, a seguir elaborando en los próximos libros. Esto cumple la doble función de ofrecer un cómic más elaborado para los lectores y también de dar más contenido para una futura adaptación audiovisual, para cuando sea que se produzca.
Otro elemento que hace destacar a The Magic Order, y también común a todos los cómics de Millar, es el artista con el que se acompaña para realizarla. En este caso en particular el dibujante varía de un tomo a otro: en el 1 teníamos a Oliver Coipel en un gran nivel, y en el 2 la tarea la cumple Stuart Immonen de gran manera. También cambian los coloristas de uno a otro libro y en ese apartado sí se resiente algo más la obra, dado que en el primero contábamos con el maestro Dave Stewart y ahora con Sunny Gho y David Curiel, que a pesar de un buen trabajo no logran estar al mismo nivel.
Con puntos a favor y otros en contra en la comparación con el inicio de la serie, este segundo volumen de The Magic Order sin dudas invita a querer conocer más de este mundo y sus personajes, matizado con el entretenimiento del que es muy capaz Millar con sus guiones. Muy pronto estaremos comentando cómo continúa en el tercero y esperamos pronto la edición española del cuarto.
Lo mejor
• Un mejor y más desarrollo de personajes y de este mundo de ficción.
Lo peor
• El cambio de colorista de un volumen a otro, que resiente la calidad visual de la serie.