Magical Girl of the End #1

 

Edición original: Mahou Shoujo of The End JAP (Weekly Shōnen Champion / Akita Shoten, 2012).
Edición nacional/ España: Editorial IVREA (2015).
Guión: Kentaro Sato.
Dibujo: Kentaro Sato.
Formato: Tomo rústica con sobrecubierta de 200 páginas.
Precio: 8,00€/u (Serie Abierta).

 

El género de las magical girls, o mahō shōjo, ha evolucionado y mantenido su popularidad en Japón durante los últimos años al reinterpretar sus premisas con historias como Puella Magi Madoka Magica, el anime de los estudios Shaft y Aniplex dirigido por Akiyuki Shinbo cuyo fenómeno ha generado todo tipo de secuelas, spin-offs, novelas y mangas. En cierta medida, esto ha producido una guerra abierta por contar la versión más sórdida y oscura de estas superheroinas, aunque también, por contra, hay quién ha preferido regresar a su esencia, como demuestra el éxito del reciente webanime de Pretty Guardian Sailor Moon Crystal producido por Toei Animation que adapta de forma más fiel la famosa obra de la mangaka Naoko Takeuchi que barría audiencias por televisión en los noventa. Pero, sin lugar a dudas, cruzar los extremos siempre ha sido una tentación para muchos autores, y sí la intención es la de traspasar todas las barreras, pervirtiendo en este caso el concepto original de las magical girls, Kentarō Satō y Magical Girl of the End parecen haber comprado todas las papeletas para llevarse el primer premio de la feria. Porque este trabajo supone toda una desmedida reacción y contraataque contra dicho género, atreviéndose a parodiarlo y ridiculizarlo hasta las últimas consecuencias.

Esta cabecera sigue actualmente publicándose en Japón en la revista Weekly Shōnen Champion de la editorial Akita Shoten y lleva ocho tomos recopilatorios a sus espaldas. En su sinopsis encontramos al estudiante de secundaria Kii Kogami cuya monótona y triste vida se convierte en una desconcertante orgía de sangre y vísceras cuando estando en el instituto una chica de aspecto extraño y dotada de letales poderes sobrenaturales provoca una auténtica masacre en su clase. Es el principio de una invasión a gran escala de «magical girls no-muertas» dispuestas a arrasar con nuestro mundo infectándolo con un virus que hace que sus víctimas se conviertan en dóciles y repulsivas marionetas obsesionadas con la muerte y la destrucción. En esta situación Kii Kogami hará obligada amistad con Tsukune Fukumoto y otros compañeros de clase para intentar sobrevivir juntos a la pesadilla desatada en las calles de Japón. Por lo tanto, como podemos apreciar por estas líneas, la propuesta de Magical Girl of the End acaba traspasando los límites del llamado dark mahō shōjo, o la parodia del género de magical girls, como la que podemos rastrear en el anime Puni Puni Poemi de Shinichi Watanabe o en el manga Magical Witch Punie-chan de Hideki Ohwada, porque se adscribe a un tono mucho más shōnen manga y, sobre todo, porque transforma sus premisas en un descarnado survival horror con ingentes dosis de gore y acción.

La portada del primer tomo de la serie, por si se nos escapa la sutileza del título, ya resulta bastante indicativa de lo que podemos hallar en las páginas interiores de Magical Girl of the End, la figura de una chica de aspecto gótico y siniestro, muy en la línea del estilo Tim Burton o la Lenore de Roman Dirge, con un vestido clásico de magical girl y unas estratégicas gotas de sangre que manchan su enigmático rostro. La deformación de la mitología habitual de estas historias deja paso en este manga a un espectáculo totalmente gratuito caracterizado principalmente por la casquería, no hay más guion que el presente en cualquier película de muertos vivientes al uso y, aunque su autor hace amago de tratar en más profundidad temas de calado social, como el acoso escolar y las relaciones personales, pronto queda claro que no son elementos que vayan a tener ningún papel destacado en la trama y el argumento de la obra. Más allá de los litros de sangre, las toscas mutilaciones, las cabezas reventadas y los hechizos mágicos con brutal y sanguinario desenlace, cualquier atisbo de dotar a sus personajes de un mínimo de calado o construir un relato más sólido y consistente acaba siendo un espejismo que cae por su propio peso. No es la intención de Kentarō Satō el complicarsela la vida, ni complicarse a sus lectores, Magical Girl of the End solo tiene sentido como la curiosidad que nos vende en su planteamiento de partida.

La perversión de la bondad y candidez que normalmente asociamos al género de las magical girls son el aliciente para acercarse a este manga que ya en su primer tomo deja entrever que posiblemente la broma sea demasiado pesada e infundada como para poder mantenerse y aportarnos algo diferente en próximos capítulos. La historia apuesta por el entretenimiento ligero, aunando las virtudes y los defectos de cualquier película de serie B del montón, demostrando que finalmente la presencia de magical girls en su historia no deja de ser un aspecto casi anecdótico pues podrían ser reemplazadas por cualquier otro tipo de amenaza. El dibujo de Kentarō Satō tiene igualmente sus peculiares contrastes, por un lado funciona a la perfección para el tono de la obra, con su trazo oscuro y desgarrado, pero por otro lado, evidencia una constante irregularidad, muy interesante en sus diseños y en los detalles de sus splash pages, pero contradictoriamente torpe, confuso y desinteresado en la narración de página, como si solo ciertas ideas e imágenes que pasan la cabeza de su autor mereciesen su completa atención. El experimento pues no pasa de ser una simpática rareza, simpática siempre que uno no le haga ascos al gore, y un capricho de su autor que no deja muy claro si su intención es la de parodiar los principios y valores propios del mahō shōjo, reírse de ellos o, simplemente, homenajearlos a su particular manera.