Yo me dirijo a un punto final. Sin prisa, es cierto. Pero sé que llegaré. ¿Y tú?
José Ángel Labari Ilundain que firma sus trabajos como Jali es un historietista nacido en Pamplona en 1977. Comenzó su carrera a finales de los noventa colaborando en revistas y fanzines como Amaníaco, La Comictiva o Mala Impresión. En 1999 la editorial Amaníaco le publica Billete de ida al espacio que sirve de carta de presentación de su particular imaginario. Al año siguiente publicó Igor Mortis con la editorial Undercomic. En 2002 vio la luz El niño miope y al año siguiente la increíble A Berta le atormenta la tormenta, ambas editadas por Doble Dosis. Todas estas obras fueron recopiladas en 2012 por Astiberri dentro del cómic No despertéis al ser que duerme. En 2004 da el salto a las obras de gran extensión con Pl*xi*gls, de la mano de Astiberri con la que publica todas sus nuevas obras. El 2009 publicó El último gran viaje de Olivier Duveau. Desde el 2016 es uno de los colaboradores de la revista La resistencia publicada por Dibbuks. Además de al cómic Jali se dedica a la ilustración de libros infantiles.
Malaria es un personaje creado para la revista Tos, dirigida por Juanjo el Rápido editada por Astiberri en la que Jali colaboró entre 2003 y 2005. Era un personaje más oscuro que el que tenemos en este tomo y protagonizaba historias de dos o tres páginas. Jali comenzó una historia larga de ella en ese momento, pero no la acabo. Esa historia ya finalizada es la que da titulo a No despertéis al ser que duerme.
La historia mezcla dos ideas: el viaje de personajes infantiles como Alicia, Peter Pan, Dorothy, etc.. a mundos fantásticos y el miedo de los padres a perder a sus hijos y que acaben solos en mundos terribles. Aunque el inicio es similar al de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll sustituyendo al conejo por un cangrejo, a partir de ese momento sigue claramente el esquema de El maravilloso mago de Oz de L. Frank Baum de la que se podría decir que es una versión oscura y gótica. Malaria es una combinación entre el cuento infantil y el relato fantástico del siglo XIX a la que Jali consigue dotar del perfecto equilibrio entre lo tierno y macabro que tiene toda su producción.
Con estos ingredientes, Jali consigue una historia en la que trata varios de los temas que son habituales en su obra como la muerte, la marginación y la soledad, pero de una manera que nos llena de esperanza ya que a pesar del blanco y negro es una obra luminosa. Capaz de generar en solo cien paginas un torrente de emociones en el lector, desde tristeza a alegría pasando por la ternura o la esperanza. Porque a pesar de partir de un suceso terrible es una obra en la que hay un mensaje de esperanza. El sentido del humor que siempre puebla su obra se aleja del humor negro habitual para hacerlo totalmente blanco. Lo que no pierde es ese romanticismo y surrealismo que destila cada una de sus páginas.
Jali tiene un estilo gráfico que recuerda inevitablemente al de Edward Gorey y Tim Burton pero también se ven cosas de Javier Olivares y Sequeiros, con esa mezcla entre oscuridad y dulzura. Sus líneas poseen un trazo fino pero están cargadas de rotundidad, rectas que parece que no se curvan nunca sino que se doblan. Vemos como su estilo se ha suavizado desde sus primeras obras. Con un trabajo de grises muy delicado que llena a la obra de fantasía e irrealidad. Sus personajes adultos son estilizados y algo severos pero desprenden amabilidad. El punto fuerte es Natalia, y todos los niños que aparecen en la obra desprenden humanidad y expresividad. Con ellos Jali consigue una de las cosas en las que patinan gran parte de los dibujantes, consiguiendo unos niños que de verdad lo son, no unos adultos bajitos que es lo que suelen dibujar otros menos dotados para ello. Narrativamente Malaria es un prodigio, una obra con un estilo muy cinematográfico poblado de planos secuencia, planos cenitales, fundidos a negro, etc… pero además incluye gran cantidad de recursos que solo se pueden realizar en cómic, como la espectacular secuencia en la que Natalia pasa de un mundo a otro. En esta obra Jali demuestra todas las habilidades que ha adquirido a lo largo de los años consiguiendo un estilo propio que se reconoce al instante.
La edición de Astiberri es muy buena, como es habitual, con una reproducción de negros muy buena algo muy importante este tipo de obras. El formato elegido que recuerda a los cuentos es un acierto total. Una nueva joya que confirma la prolongada y exitosa apuesta por los autores de nuestro país, algo de lo que podrían aprender editoriales más poderosas.
Mi primera toma de contacto con Jali fue con Billete de ida al espacio que me encantó pero con esa maravilla que es A Berta le atormenta la tormenta me convertí en seguidor de todo lo que hace y como siempre que leo una obra con su firma me invade un irrefrenable deseo de darle las gracias por conseguir que no me olvide del niño soñador que llevo dentro. Esperando con muchas ganas sus nuevas obras, que tarden lo que tarden, seguro que merecen la pena, además para hacer más liviana la espera podemos releerlos sus trabajos ya publicados.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9.5
9.2
Magica
Maravilloso cuento para los adultos que no olvidan lo importante que es soñar e imaginar.
Grandioso comic que si lo llevase al cine Tim Burton seria la leche.
Dudo que lo mejorará aunque le daría más notoriedad.