Maldad Eterna: La rebelión de los villanos

 

Edición original: Forever Evil: Rogues Rebellion núms. 1 a 6 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Brian Buccellato
Dibujo:Andre Coelho, Patrick Zircher, Scott Hepburn
Entintado: Andre Coelho, Patrick Zircher, Scott Hepburn
Color: Nick Filardi
Formato: Rústica, 144 págs. A color.
Precio: 13,95 euros

 

Siempre que hay un evento que afecta a la totalidad de las series de una editorial aparecen, paralelamente, miniseries cuya finalidad es la expandir la historia más allá de lo narrado en la propia saga. Normalmente se trata de productos manufacturados por autores por debajo de la media y que, editorialmente, buscan más despertar el afán coleccionista del aficionado que un mínimo de calidad que aporte algo a lo contado en la serie troncal.

Pues este no es el caso.

Reconozco que cuando me puse a leer la miniserie tenía mis dudas y recelos. No confiaba mucho en lo que iba a leer y cargaba sobre mis hombros los prejuicios del conocimiento acumulado tras años de lecturas de este tipo de historias. La verdad es que pensaba aburrirme y ya estaba cavilando en cómo plasmar, en este texto, la indiferencia con la que debían ser tratados estos cómics. No podría estar más equivocado y la razón, afortunadamente, se impuso sobre los prejuicios.

Los Rogues, esos villanos de segunda con los que debe lidiar Flash cada cierto tiempo retan al Sindicato del Crimen, la Liga de la Justicia Oscura, negándose a terminar el trabajo de destrucción llevado a cabo en Central City. Esto hace que tengan que sufrir las consecuencias de contradecir a los nuevos amos del mundo viendo como ponen precio a sus cabezas. Se enfrentarán contra todo un elenco de villanos que persiguen el favor del Sindicato midiéndose a Hiedra Venenosa, Mr. Frío, Clayface, Parasito o el mismísimo Grood, que los obligará a actuar más como héroes que como villanos.

Es curioso ver cómo puede uno sorprenderse. Esta galería personal de villanos afincados en Central City tienen el valor que otros villanos de mayor peso no tienen, demostrando que la línea entre el mal y el bien es en numerosas ocasiones, demasiado tenue. Juntos conforman un grupo variopinto que por alguna razón permanece unido, luchando por unos ideales que los distingue de otros villanos cuya máxima es la de acumular poder. Puede que muchos los vean como villanos de segunda o incluso tercera clase, pero se hacen querer y en esta miniserie de seis números, recopilados por ECC en este tomo, van a demostrarnos que pueden darnos lecciones de moralidad, compañerismo y sacrificio tan grandes como cualquiera de los héroes de esta editorial.

¿Quién es el encargado de mover los hilos de esta historia? Pues un autor que conoce bien a nuestro Capitán Frío y compañía, Brian Bucellatto, a quien podemos seguir disfrutando en Detective Cómic como colorista y coargumentista, que aquí se encarga en solitario del guion. Su labor con estos personajes no se limita a meterlos en una espiral de violencia, sacar cuantos más villanos por página pueda mejor, ni a decirnos una y otra vez que el Sindicato controla el mundo y que ha destruido su principales ciudades. Bucellatto sabe que debe mostrarnos todo lo anterior pero aprovecha la oportunidad para llegar más lejos. Tenemos muchos villanos, tenemos mucha acción y cantidades obscenas de destrucción, pero en medio de todo esto hay momentos para decirnos que el amor mueve a las personas, que el sacrificio es lo que nos permite seguir avanzando y que ser fiel a uno mismo tiene sus recompensas. En seis números vamos a ver a los villanos evolucionar de nuevo pero no individualmente sino en conjunto, lo que refuerza los lazos que hay entre ellos. La sensación de equipo es más grande que nunca. Es como ver una Liga de la Justicia con un lado oscuro más acrecentado, pero capaz de dar lo mejor de sí misma cuando las circunstancias así lo exigen.

La otra gran sorpresa de esta miniserie es el dibujante Scott Hepburn. Debo admitir que no lo conocía de anteriores trabajos pero puedo decir que, a partir de ahora, voy a seguirle la pista de cerca ya que tiene mucho más talento que otros autores que gozan de poder trabajar en series más mediáticas. Su trabajo dando forma a la destrucción de ciudades como Gotham, Metrópolis o Central City es soberbio. Con un solo dibujo nos deja claro que estamos en medio del caos absoluto y rodeados de muerte, con el fuego devorando los edificios, escombros que se amontonan, calles vacías de gente, cielos oscurecidos por el hollín… Y en medio de todo eso están nuestros villanos que lucen soberbios a los lápices de Scott Hepburn. Todo una lección de cómo deben lucir los villanos cuando son los principales actores de la historia.

Por lo tanto, dejad la mochila de los prejuicios en la percha de la tienda de cómics, id sin miedo a la estantería y pillad un ejemplar, compradlo y ya en casa sentados en el sofá, con un refresco, música de fondo (para el que le guste leer así), abrid el tomo y dejaos llevar por estos villanos de segunda que sin saberlo, al menos por esta vez, son héroes.