Máquina de Guerra se ha ganado sin duda un hueco especial en el universo Marvel, con los años se ha convertido en un personaje querido y respetado hasta el punto de aparecer en las primeras películas del llamado “Universo Cinematográfico Marvel”, al principio solo como James Rhodes, su nombre de civil, en Iron Man, donde ya se hacía algún guiño al futuro del personaje, y luego ya como Máquina de Guerra en la segunda parte de la misma película continuando como tal en posteriores películas Marvel, eso ya indica que Rhodes es, por lo menos, relevante para Marvel.
Es complicado definir a Maquina de Guerra por sí solo en el universo Marvel, para hablar de él hay que pasar antes por un pedazo de la historia de Iron Man. Side-Kick, compañero de aventuras o segundo de abordo no son calificativos adecuados para James Rhodes por mucho que el universo Marvel cinematográfico pretenda presentárnoslo así. Tampoco está tan ligado al gobierno como allí dicen, sí que es un militar y sí que tiene muchos contactos, hasta en ciertos momentos actúa como intermediario, pero no es un enlace que se dedique a vigilar que a Tony no se le vaya mucho la cabeza, aunque esto último sí que lo ha hecho en más de una ocasión pero es más bien en calidad de amigo, una amistad bilateral porque Tony Stark, Iron Man, lo ha demostrado en multitud de ocasiones.
“Amigo” es la palabra, pero denominarlo tan solo como el amigo de Iron Man que una vez llegó a cumplir como sustituto bajo la armadura roja y dorada es quedarse corto. Aquí veremos como Rhodes empieza apareciendo puntualmente, luego pasa a secundario, llega a ser Iron Man y acaba por tener su propia armadura sobre la que tomará sus propias decisiones sin que Stark tenga nada que ver, es decir, acaba adquiriendo una identidad propia y con un tipo de aventuras que difieren de las del Hombre de Hierro original en gran medida, pues lo bélico adquiere fuerza frente a lo tecnológico. Son precisamente esas aventuras en solitario en las que se centra el texto, pero es imposible no pasar por su vida previa para dar un poco de coherencia al conjunto.
DE DON NADIE A IRON MAN
No se puede decir que Rhodes fuese un don nadie precisamente, pero tardaremos un poco en conocer su historia desde que en el número 118 de la colección de Iron Man apareciese por primera vez casi como una simple figura servicial para Tony Stark.
Stark llega de una batalla, repara su armadura y se dirige a coger su helicóptero donde “Rhodey”, un hombre ataviado con un mono de piloto, le saluda y le informa que el aparato está listo para volar, Stark le da las gracias y le dice que esta vez pilotará él, vamos que es el que se ocupa del mantenimiento y pilota el helicóptero. Quién sabe si en la mente de sus creadores, David Michelinie, John Byrne y Bob Layton, estaba ya en esa imagen que el personaje llegaría a donde está ahora, lo que sí se puede destacar es ese apelativo “Rhodey” de tono cariñoso pueda conllevar cierta unión, aunque él siempre lo llama “jefe” y lo seguirá haciendo, no parece que sea en un tono jerárquico.
Un par de números después lo constatamos cuando Rhodey, ya con una etiqueta en su uniforme que pone “Rhodes”, protagoniza una página en el aeropuerto en cuyo diálogo ya nos deja ver que es amigo de Tony: “He estado con él desde Vietnam y creo conocerlo bastante bien”. En esa misma página le informan de que el avión de Stark se ha estrellado y se lanza a su rescate, en realidad estaba luchando contra Namor, con lo que sacamos en conclusión que no sabe nada de su identidad como Iron Man. De hecho es a partir de este pequeño arco argumental donde Rhodes empieza a tomar cada vez más protagonismo, es él junto a Bethany Cabe quienes descubren que detrás del ataque de Namor se encuentra una conspiración de la malvada empresa rival Roxxon, lo que nos hace ver que esa imagen inicial de Rhodes no era nada inocente, todo ello ya está dibujado por John Romita Jr..
Los siguientes números continúan un poco esta tónica, cada vez vemos a James Rhodes más presente y David Michelinie va incidiendo en su pasado mediante pequeños detalles en sus conversaciones. Su amistad se hace patente en estos números y Rhodes actúa no solo como piloto sino como compañero, es decir, tienen, por ejemplo, una historia contra Hammer en la que ambos luchan juntos contra los soldados de la compañía sin Iron Man de por medio ya que Tony no podía usar la armadura. En esta pelea se ve que no hay intención de meter un sidekick a calzador, simplemente un trabajador de la empresa que actúa como amigo (sí, está claro que Rhodey fue contratado a dedo, pero eso es otro tema), un compi al que recurrir para amenizar las aventuras y que no sean monótonas.
Aquí no podemos obviar la pregunta, la gran pregunta que se puede hacer y se hace en la actualidad con respecto a la igualdad y la diversidad, está claro que en la serie de Iron Man el hombre blanco predomina, el hombre blanco que es un triunfador como empresario y que viene de una estirpe de triunfadores, quizás no sea justo calificar de racista todo el tema de Vietnam, su origen y de su gran enemigo el Mandarín ya que hay demasiados factores que examinar pero si vamos a lo que nos interesa ¿es James Rhodes un intento de diversificar en un sentido social y racial la serie de Iron Man?. Evidentemente la respuesta no está clara, pero lo que sí podemos afirmar es que la forma en que el escritor crea al personaje hace que incluso leyéndolo desde el presente su desarrollo sea muy natural, hasta el punto de que nos dará igual la raza, nos dará igual el tema gracias a que se construye la historia de forma más que adecuada. Hay que recordar que hablamos de finales de los setenta, una época en la que la diversidad se iba luchando dentro y fuera del medio, el paso previo a lo que estamos viviendo ahora. Se tratará el tema y uno de los hombres más inteligentes del universo nos dará la respuesta, pero eso será más adelante.
La relación se desarrolla despacio pero cada vez está más presente como íbamos viendo, hasta el punto de que se van haciendo pequeños ejercicios de retrocontinuidad afirmando que ambos llevan muchos años juntos. El origen de esta amistad la conocemos en el número 144, con el mismo equipo creativo, bajo el curioso título “Apocalypse then!”, en él nos enteramos de que James Rhodes es la primera persona a la que se encuentra Iron Man, Tony Stark, tras escapar de sus captores en Vietnam, es decir, lo que ocurre justo después del origen del personaje. Al final de la historia Tony Stark, que en ningún momento revela su identidad como persona que está dentro de la armadura a Rhodey, decide darle trabajo. Así que se puede decir que Stark lleva tanto tiempo con Rhodes como siendo Iron Man.
Las historias siguen así durante un tiempo con lo que es mejor saltar a 1983 para ver otro punto importante en la vida de Rhodes. Durante una saga escrita por Denny O’Neil y dibujada por Luke McDonell Stark va recibiendo palos por gran parte de sus enemigos, a esto se le añade que Rhodes ha desaparecido y un estado mental cuanto menos difícil que le hace retomar sus viejos hábitos de darle a la botella, en ese momento Rhodes vuelve y Iron Man decide que debe mostrarle su verdadera identidad: ¡Es Tony Stark!, lo mejor es que Rhodes ni se sorprende, se lo imaginaba, lo cual por otro lado es normal si su amistad es tal y como se venía narrando. Lo que nos interesa en este punto es que se necesita a Iron Man y Tony está tan borracho que cae inconsciente, por lo que en la última página del número 169 Rhodes se pone la armadura y en el 170 es Iron Man. Todo ello es producto de la villanía inicial de su gran rival Obadiah Stane.
O’Neil sigue la línea de Michelinie y nos muestra un Rhodes leal, que se porta como debería un buen amigo e inteligente. Tony decide dejar de ser un héroe, afirma querer dedicarse a sus aficiones, beber y pasarlo bien de fiesta, con lo que cede la armadura a Rhodes, este lo primero que hace es hablar con los Vengadores para dejar el equipo por dos motivos, su amigo tiene un evidente problema y necesita de su ayuda además está claro que no quiere ver su nueva identidad vulnerada ni exponer a su amigo a ser descubierto, por lo que dejar el equipo parece lo más lógico.
Aquí ya se trasciende la idea de la raza como significado reivindicativo, O’Neil le consigue dar la misma naturalidad que su predecesor, donde el tema de “un afroamericano haciendo de Iron Man” apenas llama la atención frente a la idea principal de retomar los problemas de alcoholismo de Stark. También hay que tener en cuenta que hablamos del 83, Marvel ya llevaba mucho tiempo creando héroes de otras razas y otorgándoles importantes posiciones dentro de su universo, pero no podemos dejar de lado que uno de sus grandes sufra un cambio de tal magnitud, no deja de ser un reflejo de la empresa, pero un reflejo dado por la sociedad y la influencia reciproca del arte en ella, al igual que está sucediendo ahora con el papel de la mujer o la libertad sexual, pero ese es un tema para otra ocasión.
Con respecto a esto sí se dice algo en el gran evento Marvel de 1984, la famosa saga de doce números Secret Wars, donde Rhodes necesita de Reed Richards para reparar su armadura teniendo que enseñarle la piel de su brazo, la pregunta era obvia y la respuesta no puede ser más clara:
Siguiendo con el Iron Man de O’Neil, el guionista construye la historia a dos bandas, por un lado tenemos a Rhodes ejerciendo el papel de aventurero con la armadura, del cual conocemos un poco más de su historia personal y su familia, y por otro lado a Tony tocando fondo en el más puro sentido, lo que la hace doblemente entretenida.
Mientras Stark se recupera, primero solo y luego junto a Rhodes, este último sigue como Iron Man e incluso llega a formar parte de los aquí llamados Nuevos Vengadores (West Coast Avengers) duplicando sus apariciones.
A partir del número 186, con Stark recuperado y formando parte del equipo empiezan a discutir y a Rhodes no le hace gracia ver a Stark con el casco puesto ni por un minuto, Rhodes se muestra cada vez más antipático y violento, con constantes dolores de cabeza que le llevarán a Tony a ponerse su armadura original para luchar contra él, pero no acaba mal la lucha sino con una reconciliación. Con esto entramos en la recta final de Rhodey como Iron Man. Las jaquecas de James no paran, parece ser que los patrones mentales del casco no eran los adecuados y necesita ayuda de varios especialistas, como Hank Pym o Shaman de Alpha Flight, mientras que Tony ya viste su vieja armadura y ayuda a los Vengadores californianos. Con una aventura bastante metafísica, es gracias al miembro de Alpha Flight por lo que se soluciona el tema del dolor de cabeza y la actitud de desagradable que Rhodes venía teniendo últimamente, con ello, durante un breve periodo de tiempo tendremos dos Iron Man trabajando juntos.
Un ataque bomba de Obadiah Stane a la central de Stark causa muertos y deja a James Rhodes herido, con lo que Stark se lanza a combatir a Obadiah con una nueva armadura (la roja y plateada) en su número 200. A partir de aquí nuestro querido Rhodey deja de ser oficialmente Iron Man pero no de salir en la serie, aun así, lejos de desaparecer, su papel vuelve a ser el de antes, un amigo/asistente que tiene mucho protagonismo. Esto no quiere decir que deje la armadura del todo, de hecho se la vuelve a poner en varias ocasiones para ayudar a Stark pero, como decía, retoma su papel de secundario.
Pero, aunque siga por ahí, para ver lo importante de su vida debemos dar un pequeño salto en el tiempo.
ENTRA MÁQUINA DE GUERRA
Ese salto es a 1992 de nuevo en la colección de Iron Man, número 280, donde comienza un gran arco que en España fue publicado bajo el nombre de El origen de Máquina de Guerra en una serie limitada de seis grapas dobles, es decir, lo que viene siendo un año de la colección de Iron Man, todo ello bien escrito por Len Kaminski y dibujado por un correcto Kevin Hopgood que no destaca pero narra, que ya es bastante teniendo en cuenta que por esta época los mutantes eran los niños bonitos de Marvel y en los que se invertía lo que por aquel entonces se consideraba talento (más el nacimiento de Image y su influencia).
Empezamos con un Tony Stark al que le falla el cuerpo y la tecnología, como él mismo dice, ya que su sistema nervioso está destrozado. Se enfrenta a unos nuevos enemigos, los Amos del Silencio, y para ello crea una nueva armadura de color gris a la cual todavía se considera Iron Man pero que nosotros a día de hoy ya la conoceremos como Máquina de Guerra, es decir, el primero en llevar la armadura de Rhodes es Tony.
Rhodes sigue presente en la serie, pero como apoyo y sin armadura hasta que el cuerpo de Stark falla del todo, en el número 284 vemos la noticia emitida por televisión en la que se dice que Tony Stark está muerto. Pero no es del todo cierto, su cuerpo está efectivamente muy mal pero se trata de recuperar siendo conectado a una máquina, lo que nos importa aquí una vez más es que James Rhodes pasa de nuevo a protagonizar la serie de Iron Man.
Este no se entera de que Tony sigue vivo en un estado casi vegetativo y en suspensión criogénica, pero le llega una carta con un CD a modo de testamento en el que le pide que siga el como Iron Man, que “el mundo lo necesita” y ahí es donde Rhodes se viste con la armadura con la que todo el mundo lo conoce, pero aun mantendrá un poco el nombre de Iron Man. Len Kaminski es continuista, no hace que Rhodes lo acepte y punto sino que toma lo escrito anteriormente y le hace dudar, al principio es reticente debido a su anterior experiencia y a que se sentía más cómodo con su papel como ayudante pero su conciencia le puede.
El nuevo protagonista se hace cargo de la empresa con lo que los primeros con los que debe lidiar son sus accionistas, también entrarán en juego un grupo de villanos clásicos (Látigo, Espía Maestro, Escarabajo…) pero su primer prueba será contra los Vengadores de la Costa Oeste que saben que Iron Man es Stark y no les cuadra que haya alguien con su armadura, obviamente todo se resuelve tras una pequeña pelea.
Un par de peleas más, la interesante contra el Láser Viviente, y ya llegamos al punto en que Tony despierta y aunque no se puede mover, la colección continuará con él al frente. Rhodes discute con él, se siente utilizado por no ser informado de que seguía vivo y decide dejar la armadura, pero Stark se la regala y le dice que sea mejor que él. Así nace Máquina de Guerra.
SIMPLEMENTE RHODEY
James Rhodes consigue su propia serie pero no se aleja del resto del universo Marvel, de hecho lo primero que hace es unirse a esos Nuevos Vengadores. Estas aventuras de Máquina de Guerra en solitario difieren considerablemente de las de Iron Man, no solo de las clásicas de Stark sino también de las de Rhodey, ahora se muestra más agresivo, más militarizado, hace falta recordar que en esta época (ya en el 94) estaban en alza una especie de desviación hacia la fuerza bruta de los superhéroes más clásicos, así van naciendo el USAgente, Veneno, Thunderstrike… y aunque no sea justo, Máquina de Guerra entra en esta clasificación, en esta nueva moda, un detalle que nos hace verlo como tal son los cañones añadidos a sus hombros que le dotan de esa agresividad, tampoco se queda corto el lema que reza su primer número “Jim Rhodes: The armor and the attitude”. Evidentemente no es justo porque ya tiene un pasado importante como héroe, también lo tiene Veneno como villano, pero el karma es lo que es y por suerte es uno de los que seguirá más o menos en el candelero. También es cierto que sus series, de calidad variable, nunca han tenido demasiado éxito, pero es un héroe que se mantiene y al cual se le llama para formar parte de grupos.
Siguiendo con este primer volumen, el guión continua a manos de Len Kaminski, solo que acompañado de Scott Benson, el dibujo comenzará con Gabriel Gecko, luego Geof Senior y Tom Morgan, aunque será una tónica habitual el cambio de dibujantes a lo largo de los 25 números que dura la serie.
La colección, de la que en España solo veremos 14 números, comienza con un repaso fugaz de la vida de Rhodes sin aportar nada nuevo pero con la intención de romper con ese pasado y marcar un nuevo status quo para él. Primero le ofrecen trabajo en otra empresa y luego se pelea con SHIELD porque no quieren actuar frente a una crisis extranjera, eso le hace cansarse de ser el típico héroe (o mejor dicho la disculpa para convertirlo en el tipo de personaje que antes veíamos) enfundarse la armadura e ir a por el problema. Quizás por decisión de Marvel, este es el punto donde aparecen otros personajes de la editorial, el más famoso Cable, aunque Deathlock también se dejará ver, para amenizar la velada. La típica pelea entre ellos que luego pasan a unirse contra el villano, con dictador incluido, nos ocupan sin mucha fortuna los primeros números de la serie.
Un nuevo enemigo, Mortandad, asesino ligado a un argumento del trabajo nuevo de Rhodes nos da un arco flojo que nos llevará a un nuevo encuentro con sus antiguos compañeros de Los Vengadores que ahora actúan junto a Tony bajo el nombre de Fuerza de Choque, serie que tampoco tuvo mucho éxito por cierto, con un cruce llamado “Las garras del Mandarín” que lo único que se saca en claro para nuestro personaje es que se reconcilia con Tony Stark.
Un número más cierra la etapa algo mediocre de Len Kaminski, bastante inferior a su trabajo en Iron Man y, casi en el ecuador de la serie, entra Dan Abnett a escribir. Curiosamente hace poco que un servidor escribió una reseña sobre un libro de este autor que nos ha dado muchas alegrías, aunque esta no es su mejor historia. Abnett lo lleva a su terreno poco a poco, la ciencia-ficción bélica, de hecho sus primeras palabras son para describir una armadura que utiliza un enemigo con sus armas, su munición…, y sigue hasta que la serie es cancelada, evidentemente en 1995 no tenía la experiencia que tiene ahora y se nota.
La historia de Abnett comienza llevando a Rhodes con su familia de visita, sin dejar su trabajo en la empresa Vigía Mundial, justo allí, en Filadelfia, se encuentra a un grupo que visten armaduras tecnológicas y se dedican a pelearse entre ellos causando daños, con lo que aparece Máquina de Guerra para salvar la situación. Abnett no puede evitar el “compañerismo militar” haciendo que el perjudicado en la lucha sea uno de los exmarines amigos de Rhodes.
La siguiente parte lo lleva a Santiago de Chile donde los nazis tienen una base secreta con la que tratan de viajar en el tiempo y donde Rhodes acaba junto con SHIELD para viajar al pasado y sí, luchar junto al Capitán América y Bucky. En el viaje de vuelta Rhodes pierde su armadura, pero no dejará de ser Máquina de Guerra, aquí entra la parte por la que Abnett será recordado: la armadura Eidolon.
Después de que su armadura fuese destruida Rhodes se va de pesca, sí, de pesca, y allí se encuentra con Ojo de Halcón, ambos se dirigen a pescar tranquilos cuando se encuentra a una mujer gritando en el bosque que es perseguida por un monstruo alienígena, Burton cae y Rhodes corre hasta encontrarse con una extraña luz, la toca y aparece una nueva armadura, muy fea todo sea dicho,que le convierte en un nuevo Maquina de Guerra. Aquí es cuando a uno le apetece decir ¿en serio Dan Abnett?, ¿en serio?, pero, rompiendo una lanza a su favor, a día de hoy ya conociendo bien al escritor se ve que es todo un cúmulo de guiños a las clásicas historias de ciencia-ficción, el problema es que hubiese quedado mucho mejor en un personaje nuevo y no en James Rhodes. También hay que decir que está bien escrito, otra cosa es que se llene de tópicos hasta parecer incluso ridículo, pero la narración en sí no es mala, ahora bien los dibujantes no ayudan nada a que la historia nos entre, ninguno de ellos.
La armadura en cuestión, a pesar de que su aspecto no es agradable, sí que es potente y tiene muchas funciones, armas e incluso poder curativo, es en cierta manera similar al simbionte de Veneno ya que aparece y desaparece en las ropas del que lo lleva pero no tiene la consciencia de esta, ademas se supone que es tecnología, no un ser vivo. Quien se la da se manifiesta como Skye, nada que ver con la de Agentes de SHIELD, representante del imperio Eidolon, ya acabado, que selecciona a Rhodes como guerrero, lo que sí es muy Abnett es la idea de que mientras Máquina de Guerra lucha su nueva armadura canta canciones de antiguas batallas.
En esta parte seguiremos viendo pasar a miembros de Fuerza de Choque (que también escribe Abnett) prácticamente todos aparecerán en algún momento y habrá un nuevo cruce de series, lo que nos deja tres números para explicar más de la armadura y su propósito, que no es mucho así que Abnett nos deja caer que la idea del extinto imperio es que acabe con Stark por algo del futuro y el se niega, cierra las subtramas y adiós a la serie.
Después Marvel se mete de pleno en la saga de Onslaught, donde todos los grandes héroes desaparecen. La editorial abre Tales of the Marvel Universe en 1997, donde presenta nuevos los héroes que ocuparán el hueco de los desaparecidos, en ella nos da un final para la historia de la armadura alienígena: la empresa Fujikawa absorbe la de Stark, presuntamente muerto, con lo que Rhodey sacrifica su armadura para salvar los secretos de Tony y que los de Fujikawa no puedan usar su tecnología. Al quedarse sin armadura Rhodes se retira del trabajo como superhéroe.
SIN RUMBO APARENTE
No volveremos a saber de Rhodes hasta el volumen tercero de Iron Man, donde nos cuentan que ha montado su propia empresa que se dedica a recuperar objetos perdidos de alta importancia, ahí ayuda a Stark a luchar contra un mercenario, Parnell Jacobs, que ha encontrado la armadura perdida de Máquina de Guerra. Durante un tiempo irá apareciendo en la serie pero sin mucho protagonismo.
Un buen día, ya en 2003, la policía de Nueva York le informa de la sospechosa muerte de su hermana lo que le lleva a investigar y a formar equipo con otros héroes no muy conocidos, formando The Crew en una serie de Christopher Priest y Joe Bennett cancelada en su séptimo número. En ella descubrimos que la empresa que dirigía Rhodes estaba financiando bandas criminales que ellos mismos intentaban parar con lo que es él quien la destruye y entra en bancarrota.
La siguiente parada la hacemos en el sector mutante del universo Marvel, en 2005 Marvel lanza el evento Dinastía de M, tras él la Bruja Escarlata pronuncia la famosa frase “no más mutantes”, esto da lugar a que el número de mutantes se vea reducido a apenas unos 200 empezando así una etapa denominada “Diezmados”. Como consecuencia de esta etapa salen una serie de Spin-offs entre los que encontramos una miniserie de cinco números: Escuadrón Centinela O.N.E. (Oficina Nacional de Emergencias), estos centinelas son un nuevo modelo diseñado por industrias Stark que no son puros robots sino que necesitan un piloto y están controlados por el ejercito para vigilar y proteger lo que queda de la población mutante. Con la intención de liderar y entrenar a los pilotos el gobierno contrata a James Rhodes que también hará de mediador con los mutantes aunque esto ni se le da bien ni suele ser su trabajo.
Un poco más tarde llega la Civil War y a Rhodes con su escuadrón se les encarga detener a Pantera Negra y a Tormenta por no querer registrase. Está claro que su bando es el de Iron Man, pero sigue como centinela y no como Máquina de Guerra. De hecho en esta historia su centinela se destruye y es Pantera Negra quien lo salva.
REGRESO A LA ARMADURA
Después de la Civil War Stark lleva a cabo la iniciativa de los cincuenta estados, para ello se crea un campo de entrenamiento que tiene colección propia, Vengadores: La Iniciativa, escrita por Dan Slott. Rhodes será Comandante de campo en esta especie de academia para no mutantes, tampoco es que sea uno de los profesores protagonistas y eso sin contar que la mayor parte de historia recae sobre los alumnos, lo que sí vemos son dos cosas importantes: que vuelve a su armadura y que tarda unos cuantos números en enseñarnos su cuerpo por un motivo en principio desconocido, y es que ha sido gravemente herido y parte de su cuerpo es reconstruido con prótesis cibernéticas. Poco después, ya en la serie de Greg Pak, iremos sabiendo que estaba de consultor militar de Dubai y un ataque terrorista lo dejó destrozado, Stark es el que lo salva a costa de dejarlo pegado a una nueva armadura que parece muy similar pero no lo es del todo.
Y es que llegamos a Invasión Secreta, la saga en la que descubrimos que durante años los Skrulls habían suplantado a héroes y personalidades importantes de nuestro planeta para invadirnos. Por un lado Rhodes lucha contra el Skrull que suplanta a Hank Pym en la serie Vengadores: La Iniciativa y por otro está una importante historia para Rhodey y su amigo Tony en la serie de este último Iron Man Director de SHIELD con un arco argumental llamado “Máquina de guerra: arma de SHIELD”.
El arco de tres números (33 al 35) es un cruce y actúa como consecuencia directa de lo que pasa en Invasión Secreta, la tecnología de Stark que servía como defensa global es pirateada por los Skrulls con lo que, teniendo en cuenta que es el director de SHIELD pues deja las puertas abiertas a las naves enemigas. He aquí que Stark tenía un plan de contingencia estupendamente narrado por Christos N. Gage y Sean Chen: James Rhodes, en cuanto su sistema cae la armadura de Máquina de Guerra obliga a Rhodes a dejar su batalla en el campamento de la Iniciativa y lo dirige a un satélite donde se encuentra con Suzi Endo, Cybermancer, la que fuera miembro de Fuerza de Choque cuando Abnett y Lanning lo guionizaban.
Allí descubren que la armadura de Máquina de Guerra no se vio afectada por el pirateo porque no está construida con tecnología Stark por si sucedía algo así. El satélite en cuestión se transforma en una gigantesca armadura que ayuda a controlar el ataque de las naves Skrull. También baja a la Tierra y ayuda a los héroes rusos a repeler la parte de la invasión que les toca.
MÁQUINA DE GUERRA OBTIENE UNA NUEVA SERIE
A medio camino entre evento y organización del nuevo estatus de los personajes Marvel aparece Reinado Oscuro, donde Norman Osborn, gran héroe de la invasión, se hace con el puesto que antes fuera de Tony Stark. Aquí aparecen tres puntos importantes para el entorno de Rhodes, uno que Osborn se hace una armadura tipo las de Stark, la pinta de los colores de la bandera de los Estados Unidos y se hace llamar Iron Patriot, dos que Stark debe ir por solitario pues está siendo buscado por lo ocurrido en la invasión y tres que Marvel decide darle serie propia siguiendo la línea de lo visto en el arco argumental del que antes hablábamos en la serie de Iron Man, es decir, vigilando el mundo desde el satélite y actuando según le parece.
La nueva tanda dura doce números y está completamente escrita por Greg Pak con dibujo de Leonardo Manco en la mayoría de los cómics, aunque alterna con otros dibujantes. En España la serie se publicó dentro de la cabecera de Iron Man por completo.
Pak tira de historia, sorprende que cuente mucho de su pasado, que le haga encontrarse con parte de su familia y que, como había comentado antes, cuente el motivo por el que quedó hecho trizas. Pero lo más llamativo son los personajes secundarios que usa, Suzi Endo va y viene, el antiguo villano que le robara su armadura Parnell Jacobs reaparece para ayudarle y su ex, Bethany Cabe, regresa con la intención de fabricar un cuerpo clonado del suyo original para volcar sus recuerdos en él y que pueda prescindir de toda su parafernalia para vivir.
Se juega con el concepto de si es más máquina que hombre, en el primer arco ya se muestra muy agresivo, busca con su satélite a los típicos villanos que trafican con gente o asesinan sin piedad y baja desde el cielo para matarlos, sin dudar, su conexión le permite saber de cuántas victimas es culpable la persona y no le tiembla la mano al apretar el gatillo. En esta primera historia se enfrenta a un virus tecnológico que afecta a los humanos y a Ares, miembro de los Vengadores de Osborn, el cual acaba por considerarlo su guerrero al ver la violencia con la que se enfrenta a las situaciones.
En el segundo Arco, despierta la ira de mucha gente y forma un equipo paramilitar que le ayuda con sus propias armaduras. Junto a los Vengadores se enfrenta a Último, aparece Osborn, se pelean y luego se unen, solo que al final le traiciona, evidentemente, para quedarse con la tecnología de Último, pero no le sale muy bien pues Rhodes se hace con ella antes.
Todo ello desemboca en que el por aquel entonces omnipresente Osborn captura a Rhodes y le mete a juicio por todo lo hecho anteriormente. Rhodes muere en un ataque a la cárcel pero, como os podéis, imaginar la información de su cerebro pasa a ese clon hecho por Bethany, el cual acaba venciendo a Osborn y otorgando un nuevo cuerpo a Rhodes que reaparece con su vieja armadura, su equipo y la tecnología de Último en sus manos, cerrando las tramas pero dejando Pak un final bastante abierto. Hasta el momento estamos ante la mejor serie escrita sobre Rhodes en solitario, sin compartir cabecera, aunque tampoco era muy difícil y Pak es un guionista que cumple muy bien su propósito pero sin pasarse, que no es una genialidad.
JAMES EN EL RESURGIR DE LOS HÉROES
En el año 2010 Rhodes no tendrá serie propia pero seguirá pululando por el universo Marvel. Ahora estamos en un momento en que Osborn a perdido su estatus tras las saga de Asedio y los héroes de siempre vuelven a recuperar su posición tanto a nivel social como estatal. Máquina de Guerra vuelve a ser miembro de los Vengadores y desarrollará parte de su historia el la colección de Vengadores Secretos, un grupo formado por Steve Rogers para realizar misiones encubiertas, muy en la línea del personaje.
Aunque no se desarrolle mucho al personaje ya que las historias son más grupales no deja de ser una de esas series recomendables escrita por Ed Brubaker y con unos dibujantes a la altura. También seguirá apareciendo en algunos números del nuevo volumen de Iron Man de la llamada Edad Heroica, escrita por Matt Fraction, aunque su papel será de apoyo en la búsqueda de sus enemigos. Para volver a verlo con serie propia hay que esperar al siguiente evento: Miedo Encarnado.
IRON MAN 2.0
Bajo este nombre y no con el de Máquina de Guerra aparece la nueva colección de James Rhodes con armadura propia. La serie sale a raíz del evento de 2011 Miedo Encarnado, en el que el hermano de Odín se lanzaba a conquistar Midgard. Aquí se publicó como un especial relacionado con la saga que contenía los doce números de la que se compone, aunque solo algunos de ellos van relacionados con el evento.
En este caso el escritor es Nick Spencer y el dibujo varía entre Barry Kitson, Kano y Ariel Olivetti. El cambio que propone Spencer no es brusco, no sucede de un número para otro, se toma su tiempo. Rhodes continúa con su armadura de Máquina de Guerra, aquí está ligado a los militares e investigando una serie de extraños ataques terroristas. Uno de ellos le deja destrozada la armadura y habla con Stark quejándose de que su equipo está obsoleto por lo que Tony le ofrece una nueva armadura capaz de camuflarse, proyectar hologramas o atravesar paredes entre otras cosas. Tony la llama Iron Man 2.0, esa debió ser la mejor disculpa que se les pudo ocurrir para que el marketing se dirigiese en esa dirección, porque estamos ante una serie de Máquina de Guerra en toda regla.
El cruce con Miedo encarnado dura tres números en los que lucha junto a Puño de Hierro y las armas inmortales que lo único que consigue es interrumpir la trama general de la serie. Por el resto Spencer nos presenta un James Rhodes más parecido al anterior a las historias de Pak que busca quién es Palmer Adler, el nombre que todos los terroristas suicidas dicen antes de volar por los aires.
La historia resulta ser bastante original, aunque no deja de recordar en cierta manera a las historias de gente como Warren Ellis o Grant Morrison en cómo Palmer Adler logra hacer lo que hace alejándose de la simplicidad mientras que consigue ser más continuista que otros autores. El final requiere de la intervención de varios grupos de héroes ya que la infección que Palmer Adler logra provocar con su muerte se extiende muy rápido y todo ello desemboca en una (otra) pelea contra Tony Stark infectado al que le salva, junto al resto de Nueva York, el trabajo de Reed Richards y Suzi Endo.
ALL NEW ALL IRON ALL PATRIOT
Aunque mantiene la identidad de Iron Man en la serie de este un poco para que Tony acabe de arreglar sus asuntillos con el Mandarín, Rhodes tomará la armadura del patriota al poco de que Stark abandone la Tierra para formar parte de los Guardianes de la Galaxia de Brian Michael Bendis por petición del agente Coulson en la serie de Vengadores Secretos tras resolver una crisis relacionada con ella. Se la pone para aparecer por primera vez en la serie de Gambito y después en la de la Capitana Marvel, pero es en 2014 cuando consigue otra serie propia, más modesta ya que solo dura cinco números, bajo el nombre de esta armadura: Iron Patriot.
En este caso la pluma recae en Ales Kot y el lápiz en Garry Brown creando una serie rápida y corta que incide mucho en la vida familiar de Rhodes, esta vez contando con el secuestro de su padre y su sobrina mientras él se las ve con un villano relacionado con la empresa Fujikawa. En definitiva una historia emotiva que se deja leer bastante bien y con golpes como el del padre de Rhodes luchando con la armadura puesta.
AHORA
Tras su mala experiencia como Iron Patriot Rhodey vuelve a ser visto en la colección de los Vengadores cuando estos buscan a los miembros de los Iluminati en la larga historia que movió al universo Marvel hacia su evento Secret Wars, las terceras. En la actualidad Rhodes es visto en la serie de Iron Man, pero dejémoslo ahí pues parece ser que va a tener algún tipo de papel en la Civil War II, ejem.
¿Y QUÉ PUEDO LEER?
En general una parte muy importante de la vida de Rhodes ocurre en las páginas de Iron Man, por ello, aunque este texto se pretenda centrar en sus series, es imperativo recomendar toda su primera trayectoria como Iron Man. Tras ella la colección de Iron Man de Len Kaminski en la que vuelve a tomar la armadura y que aquí se llamó “El origen de Máquina de Guerra” es otra que se debería leer, por desgracia su continuación en forma de serie propia esta solo hecha para los mayores admiradores del personaje, vamos que deja mucho que desear, incluso la parte de Dan Abnett por mucho que me cueste admitirlo.
Obviando series de Vengadores, hemos de mirar solo las de Pak, que es pasable aunque a título personal no me entusiasma la forma en que trata al personaje, lo ve demasiado agresivo. Luego la de Spencer de Iron Man 2.0 que logra construir una trama mucho más interesante a pesar de tener que entretenerse con el evento de turno. Por último la de Iron Patriot de Kot que tratando una temática distinta consigue seguir la línea de Spencer, lectura rápida y entretenida.
Con ello ya nos ponemos en el final, a veces parece que hay autores que han maltratado un poco a Rhodes haciendo experimentos como si fuese un títere más pero se puede decir que ha sobrevivido a épocas duras y a personajes que parecía que iban a tener más importancia que él. Lo que le depare el futuro… la Civil War de este año nos lo dirá.
Otros artículos retrospectivos de personajes Marvel:
Alpha Flight
Puño de Hierro y Luke Cage
Cable
Caballero Luna
Halcón Nocturno
Quizás faltaría mencionar las dos series limitadas que se publicaron bajo el sello MAX a principios de siglo. Quizás no pertenecieran al universo marvel 616 pero por lo menos habría que mencionarlas. A pesar de Chuck Austen, claro 😉
Buenas, no eres el único que me lo ha dicho y en principio lo iba a poner al final pero decidí no hacerlo para ceñirme solo al universo 616 en este artículo. La verdad es que esas dos series (que a mi no me gustaron nada) dan para un buen análisis por si solas (y para un psicoanálisis de Austen xD), podría ser una buena idea para un artículo corto veraniego.
Con toda probabilidad uno de los personajes más desaprovechados y con el que menos han sabido que hacer de toda la historia de Marvel. Ahí ahí con la Viuda Negra. Pero vamos, de eso tu no tienes la culpa, Igor, así que enhorabuena por el repaso 🙂
La de Spencer y la de Kot son entretenidas, pero su mejor época es como Iron Man, es una pena que con lo que se podía hacer con él se desaproveche así, así que sí, jeje.
Gracias por el repaso, no conocía tan bien la historia de Máquina de Guerra. Ojalá algún día alguien hago algo chulo con el personaje. 🙁
Como quisiera que aprovecharan mas al personaje..