Máquina de Guerra. El origen

 

Edición original: 1992 – Marvel Comics
Edición España: 2009 – Panini Cómics
Guión: Len Kaminski
Dibujo: Kevin Hopgood
Entintado: Andrew Pepoy, Mike de Carlo, Bob Wiacek
Color: s. d.
Portada: Kevin Hopgood
Precio: 9,75 € (Serie limitada de dos tomos en tapa blanda de la línea Marvel Gold)

 

En estos tiempos que corren resulta bastante habitual escuchar todo tipo de improperios respecto de los tebeos que inundaron el género superheroico y por extensión, el mercado de los días de la gran burbuja especulativa de los años noventa. La masa, tan veleidosa ella, tiene la insana costumbre de hacer leña de los mismos iconos que contribuyó a encumbrar. Sin embargo, ahora que nos aproximamos al cambio de década, se puede percibir con mayor distancia el conjunto de la obra publicada en aquellos tiempos. Al hacerlo, se puede comprobar que ni todo era tan magnífico como se prometía entonces, ni tan espantoso como se piensa ahora. Una buena prueba de todo ello está presente en este tebeo, donde hizo su aparición un personaje que ha sobrevivido hasta la actualidad: Máquina de Guerra

Máquina de Guerra. El origen recopila varios números de la serie del Hombre de Hierro, publicados en Estados Unidos a principios de los noventa. En aquellos días, Marvel se enfrentaba al hecho de que varios de sus más rentables artistas se hubieran convertido en feroz competencia, concretada en la forma del sello Image Comics. Su ejemplo había cundido y, de repente, el mercado se inundó de nuevas colecciones y editoriales que intentaban arrebatar a Marvel y DC una cuota de mercado, según los parámetros del “todo vale”. Las compañías veteranas reaccionaron intentando copar las estanterías con títulos de una calidad bastante baja, realizados por individuos cuyas cualidades estaban en muchos casos por descubrir (y así siguen). Entre tanto disparate, da que pensar el hecho de que estos números de la vieja colección de Iron Man aparecieran sin armar ruido y acabaran garantizando al nuevo personaje presentado en sus páginas una serie propia (bastante infumable, pero ésa es otra historia).

Cuando Len Kaminski se hizo con los guiones de Iron Man en sustitución de John Byrne, el personaje estaba en una situación poco menos que irrecuperable. Afectado por una enfermedad neurodegenerativa, Tony Stark afrontaba la penúltima cabronada que habían planeado los distintos equipos creativos desde finales de los ochenta (haciendo gala una vez más de su condición de sufridor marveliano por antonomasia). Kaminski imprimió a la colección un tono de depresión, marcado por el estado de ánimo de su protagonista, que asume lo que –parece- es un destino inevitable. Como consecuencia de ello, procede a la creación de una nueva versión de su armadura, la cual refleja en sus colores (negro y plateado) y en su diseño (pródigo en cañones y metralletas) la situación de su artífice y las modas imperantes en el mercado, donde los antihéroes eran los reyes del mambo. En la parte gráfica, don Len contó con los lápices del inglés Kevin Hopgood, totalmente olvidado en la actualidad, pero que en estos números realizó sus trabajos más célebres y celebrados. Su estilo, sencillo y limpio, contrastaba poderosamente con los excesos a los que acostumbraban los dibujantes de la generación imaginera, con lo que, sin ser especialmente atractivas, sus labores eran las de un artista competente.

Máquina de Guerra. El origen es un tebeo que gustará a quienes siguen habitualmente las aventuras del Hombre de Hierro, hará pasar un rato agradable a los más veteranos y servirá a los novatos para que conozcan de dónde ha salido ese personaje que pulula por la franquicia férrica.