A mí Martha me parecía encantadora. Aunque creo que, en relidad, era bastante corriente. Pero no para mí.
Emmanuel Guibert es un historietista francés nacido en 1964. Como sus compañeros de L’Association es uno de los renovadores de la BD. Es un autor capaz de brillar en varios géneros, tan bueno en el cómic infantil como en los más pensados para adultos. Además de las dedicadas a contar la vida de su amigo Alan, entre sus obras destacan: El fotógrafo (Astiberri) realizado en colaboración con Didier Lefèvre, El Capitán Escarlata (Glénat) con guion de David B., Las olivas negras (Ediciones Kraken) con guion de Sfar, Un viaje entre gitanos (Sins Entido) ó Brune (Edicions De Ponent). Dentro del cómic infantil en nuestro país se ha publicado cuatro tomos de Sardina del espacio (Planeta Cómic) dibujada por Sfar y acaban de aparecer dos álbumes de Ariol (Harper Collins) con dibujo de Marc Boutavant. Su larga y exitosa trayectoria le ha llevado a ganar diversos premios como el Alph-Art, Essentiel y Prix René Goscinny en el Festival de Angulema, Grand Prix de la asociación de críticos franceses ACBD y el premio Eisner. Sin duda es uno de los autores más destacados de los últimos 25 años.
Guibert lleva desde el 2000 contándonos la vida de su amigo Alan. Comenzó por sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial en La guerra de Alan y luego su niñez en La infancia de Alan. Ahora nos cuenta su relación con Martha, que fue su compañera de juegos infantiles y algo más. Es una historia distinta, como todas las de Alan, ya que al igual que La Guerra de Alan era un cómic sobre la guerra pero sin nada de lo que define a las guerras, este es un cómic de amor pero sin romanticismo. Alan ni es un héroe ni pretende serlo, simplemente es humano y Guibert consigue transmitirnos su tremendo humanismo.
Guibert consigue en todos los libros que le ha dedicado a Alan algo tremendamente difícil como es conseguir ser a la vez distante y emotivo. Los libros tienen distancia ya que son como un reportaje periodístico alejado de cualquier interpretación en lo que Guibert únicamente es el vehículo para transcribir las grabaciones de Alan. Permite que el lector se meta en su piel y nos convierte en la persona que escuchaba las historias de Alan y nos cede a nosotros la capacidad de juzgarlas. Pero aún así se puede apreciar el enorme cariño que siente hacia su amigo. Un cariño que se traslada al lector, que no puede sino sentirse cercano a él. Y ese es el gran homenaje que le rinde Guibert y uno de los grandes valores de la obra. Una obra que nos transmite la poesía de lo cotidiano.
Martha y Alan es posiblemente el libro más triste y melancólico de los dedicados a contar la vida de Alan. Durante toda la lectura se respira un halo de inevitabilidad y nostalgia. Estas sensaciones son reforzada por el tono de los colores empleados, que tiñen la obra de esa irrealidad que poseen los recuerdos. Por primera vez vemos algo de amargura en Alan y reproches a personas de su pasado. La única duda que me surge es si esta historia no hubiera tenido más sentido contarla como parte de La infancia de Alan, ya que es posible que le falte entidad y más bien parece un complemento a la infancia. Es un cómic que se disfruta mucho más habiendo leído los anteriores que por otra parte son imprescindibles.
Este cómic sirve también para reflejar una parte de América durante la Gran Depresión y lo que concierne a la iglesia presbiteriana pero sobre todo es la historia de Martha y Alan.
Guibert vuelve a demostrar que además de ser un buen dibujante es un excelente escritor y nuevamente nos encontramos ante uno de los cómics mejor escritos de los últimos tiempos. En la tercera parte las imágenes y los textos parecen caminar por separado pero lo que hacen es reforzarse mutuamente.
En el apartado gráfico vemos dos diferencias con el resto de los cómics sobre Alan: el color y las páginas dobles. En este todas la páginas son a color, cosa que no pasaba en los anteriores donde las páginas a color eran solo la que se desarrollaban en el presente siendo todas las del pasado en blanco y negro. Casi todo el cómic está formado por páginas dobles con una sola viñeta, algo que sirve para darle pausa a la lectura y también para alargarla. Estas páginas dobles recuerdan a los carteles de Norman Rockwell aunque sin ser tan idílicas. Esta mezcla de páginas grandes y color le sirven a Guibert para fijar nuestra vista en un elemento que quiere resaltar. Como en anteriores trabajos usa fotografiás para los escenarios, algo que con el color hace que por momentos observemos cierta sensación de estatismo con los personajes. La ambientación está muy lograda y nos transporta a la América de la Gran Depresión.
Salamandra Graphic hace una muy buena edición con buen papel y buena reproducción. Con el paso del tiempo su catalogo tiene cada vez más calidad, conviviendo autores distintos pero de gran calidad.
En Martha y Alan, Guibert nos sigue desgranando la historia de su amigo, con su capacidad para ser próximo y distante a la vez. No está a la altura de sus obras previas pero está muy por encima de la media. Por mi parte espero que nos siga trayendo más pedazos de la vida de Alan, a quien Guibert ha conseguido convertir en un amigo muy querido.
Guión - 8.5
Dibujo - 7.5
Interés - 8.5
8.2
Vida
Nuevo capítulo en la vida de Alan, más corto pero igual de emotivo.
Vuestro sistema de puntuación es la monda, hace poco le dabais un 10 a Ron Lim y a Guibert lo calificais con un 7,5 ¿en serio?
El tema de las notas se ha explicado hasta la saciedad. Esta página es un proyecto colectivo, cada uno de los articulistas tiene libertad para dar su opinión que es mucho más que una nota. Yo no comparto la que se dio a Rom Lim pero la respeto ya que en la reseña explicaba sus razones. Para mi un 10 sería por ejemplo Breccia en Mort Cinder, Giraud en Blueberry, Schuiten en Las ciudades oscura o Beà en Historias de la taberna galáctica, pero es mi opinión y es con lo que se deben comparar mis notas.
Entiendo que la nota es orientativa, que lo que hay que valorar es la argumentación previa, que la web es colectiva y coincido bastante en las obras que citas, pero es chocante que alguien pueda llegar a considerar como sobresalientes a determinados autores.