Cuando Stan Lee y Jack Kirby crearon a
De hecho su nombre no era americano en absoluto, sino que respondía al nombre de
Por si fuera poco, Wakanda no era un país africano devastado por las guerras tribales y listo para ser arrasado por el colonialismo, sino que se trataba de una auténtica potencia tecnológica mucho más avanzada que cualquier otra del primer mundo, todo ello gracias al vibranium, imaginario elemento capaz de prácticamente todo (si nos ceñimos al Universo Cinematográfico Marvel, lo mismo hace que la energía cinética sea absorbida por el escudo del Capitán América que te eleva una ciudad a los cielos). Además, lo curioso de este régimen monárquico, era que a pesar de sus tribales tradiciones cuasisagradas, el pueblo era feliz y adoraba a su monarca, pues éste era justo y gentil.
Febrero es el mes de Pantera Negra, el mes en el que el héroe de Marvel debuta en el cine con película propia, tras haber hecho una primera y capital aparición en Civil War. Es por ello que, no es de extrañar que siguiendo la tónica habitual de Panini Cómics se reedite casi todo el material más relevante sobre el personaje entre el que lógicamente figura el Pantera Negra de
Si Christopher Priest convirtió a T’challa en un “tío molón” al ponerle un corte de pelo más actual y una actitud más badass, como la blaxplotation mandaba, fue Reginald Hudlin (Spiderman) el que incidió en algo que muchos habíamos olvidad de Pantera Negra, y que está en la propia génesis del personaje, el hecho ineludible de que T’challa no es sólo un héroe, sino que es también el Rey de Wakanda. Estamos por tanto ante un político, un diplomático con derecho a un asiento en la ONU y en otras cumbres internacionales, un monarca que es el símbolo de su pueblo por ser el que por el momento ostenta el manto de la Pantera Negra y por ser quien los gobierna.
Así, el arco argumenta con el que se abre esta etapa, ¿Quién es Pantera Negra? narra la codiciosa invasión de Wakanda a manos de distintos villanos del Universo Marvel, constituyendo una merecida crítica al colonialismo imperante, conquista a la que T’Challa como es lógico se opone pero no sólo como héroe, sino sobre todo como Rey.
El cómic continúa con una aventura conjunta con los X-Men, que de hecho tiene también lugar en la colección mutante, cuyos números son guionizados por Peter Milligan (Hellblazer), sobre las consecuencias que determinados experimentos genéticos están teniendo en Wakanda, sirviendo esta saga de excusa para comenzar a fraguar la relación entre T’Challa y Ororo Monroe, a.k.a. Tormenta.
Finalmente, Pantera Negra se enfrentará a los vampiros junto a Luke Cage, Blade, Hermano Vudú y Monica Rumbeau, en lo que constituye todo un antecedente a la tristemente cancelada Black Panter and the Crew, y es que, a principios del Siglo XXI los personajes afroamericanos de La Casa de las Ideas ya tenían identidad propia, siendo los cómics como todo, indiscutibles hijos de su tiempo.
En lo que respecta al dibujo, John Romita Jr. (Kick Ass, Amazing Spiderman), tiene este estilo constante que aunque no es de mi agrado personal, no puede negarse que le sienta bien a la colección, dando una sensación de cohesión muy necesaria. Scott Eaton (Lobo, Book of Death), por su parte, hace gala de un dibujo más efectista en el que las explosiones y la acción desenfrenada son los dos elementos en los que más destaca el ilustrador.
Una obra recomendable para aquellos fans del personaje, o para los que deseen acercarse a la futura e inminente película de T’Challa sin saber por dónde empezar.
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 7
7
Regio
Panini Comics nos ofrece el comienzo de una magnífica etapa al frente de la colección de T’challa, rey de Wakanda.
El tomo no está mal, pero me da a mí que Hudlin, o bien sabía poco de la continuidad Marvel, o bien la historia en un principio estaba pensada para estar fuera de continuidad, porque el Rino americano, el hombre radiactivo ruso, Klaw asesino a sueldo otra vez de carne y hueso en vez de sonido sólido y el Caballero Negro empleado del vaticano…
Así es. Iba a ser una miniserie fuera de continuidad, pero con el éxito que tuvo la convirtieron en serie regular dentro de la continuidad tradicional.