A estas alturas de la colección, recopilada por el momento en tres tomos Marvel Collection (habiéndose reseñado aquí y aquí los dos primeros), y algunos más pendientes de publicación por Panini Cómics, queda claro que la etapa de
Así, Hudlin ya desde el principio, y tras situarnos en Wakanda tal y como el escritor entendía al misterioso reino y a su monarca, introdujo a los X-Men en la colección, lo que le sirvió a posteriori para afianzar (con un matrimonio, nada menos) la relación amorosa entre T’Challa y Tormenta, llevando poco después al personaje al centro de la Guerra Civil Superheroica, y también de luna de miel con Ororo por distintos rincones del Universo Marvel.
De este modo, y aprovechando el carácter regio de Pantera Negra que no es solo un superhéroe, si no que también es un regente, un jefe de estado que debe de tomar decisiones de calado para el gobierno del mismo, Hudlin fue introduciendo distintos personajes y elementos del Universo Marvel para así relacionar a Pantera Negra con el mismo en el Siglo XXI y, de este modo, convertirlo en un personaje trascendente para el Universo Marvel, que lo había dejado un poco de lado (si bien Geoff Johns le dio un papel muy importante en su corta pero interesante etapa al frente de Los Vengadores).
Pues bien, una vez sentadas las bases del personaje para una etapa lo suficientemente larga como para que Hudlin tuviera tiempo de contar lo que quisiera, el guionista decidió sumergirse ya de pleno en el aspecto superheroico del personaje, y lo hizo introduciéndole tanto a él como a Tormenta, como miembros de los Cuatro Fantásticos, sustituyendo a Reed Richards y a Sue Storm, que se daban unas vacaciones para recuperar su relación tras la debacle que para la misma supuso la Guerra Civil Superheroica.
Con esta sencilla idea, Hudlin tenía la excusa perfecta para llevar al personaje por todo tipo de espacio y tiempo, y por aventuras a cada cual más loca si cabe, en las que importaba más la figura superheroica que la monárquica, habiendo ya abordado Hudlin lo suficiente ésta última en los números precedentes.
Así, estos dos fantásticos de reserva viajarán junto a nuestra querida Cosa de ojos azules y el incorregible Johnny Storm por distintos tiempos y dimensiones paralelas explorando a la par que desfaciendo entuertos. Para esta ocasión, Hudlin retoma distintos conceptos clásicos de Marvel y de Jack Kirby, que recordemos introdujo a Pantera Negra por primera vez en Los Cuatro Fantásticos para después ocuparse de su colección en solitario.
Dichos conceptos son algunos como las ranas doradas que al accionarse pueden mandar a su portador a cualquier lugar del cosmos, lo que unido al uso cuasi pulp que hudlin hace de la tecnología wakanda, convierte estas páginas en un cómic muy divertido de agradable relectura.
También veremos por aquí a aquella civilación Skrull que había imitado los años 20 estadounidenses y el crimen organizado de la época en un planeta remoto, ideas todas ellas de Jack Kirby al que Hudlin rinde un más que digno homenaje en este tomo.
Por si esto fuera poco, Hudlin no se olvida de la moda de aquel momento en Marvel, y lleva a Pantera Negra y al resto de personajes a un planeta que está siendo atacado por los Marvel Zombies de Robert Kirkman, jugando esta alineación tan interesante de los Cuatro Fantásticos un interesante papel en la resolución del conflicto.
En cuanto al dibujo,
Sin duda, un cómic que no es un must, ni un imprescindible, pero que es ideal para fans del personaje wakanda o de la primera familia, y que a más de uno arrancará alguna que otra sonrisa.
Guión - 6.5
Dibujo - 7.5
Interés - 6
6.7
Entretenido
Reginald Hudlin continúa con su reinvención del Rey de Wakanda para el Siglo XXI en este el tercer tomo recopilatorio de su etapa.
