¡Oh Capitán, mi Capitán!
«Tenemos un grupo de supersoldados terroristas llevando la bandera americana y las apariencias, hijo, importan.»
Hablar de Ta-Nehisi Coates es hacerlo de uno de los autores quizás más desconocidos (hasta hace unos escasos siete años) en el mundo del cómic, pero razonablemente famoso como periodista y novelista estadounidense.
Afroamericano de nacimiento, Coates ha trabajado en prestigiosos periódicos como el Time, The Atlantic o The Washington City Paper, publicaciones en las que escribe sobre asuntos sociales, culturales y políticos en su mayoría relacionados con la posición de la comunidad afroamericana de Estados Unidos.
Su padre, veterano de Vietnam y ex Pantera Negra, fue probablemente el que le inculcara como joven afroamericano la lucha por los derechos de aquellos que lo tienen más difícil solo por ser de un color de piel distinto en un mundo que les es hostil desde el nacimiento.
Como novelista, ha publicado varios libros, siendo uno de los más famosos Entre el Mundo y Yo, editado en el año 2015 y que le valió ese mismo año el Premio Nacional del Libro.
Es en el año 2016 cuando Coates irrumpe en Marvel Comics, y lo hace escribiendo la serie del personaje racializado por antonomasia de la Casa de las Ideas, Pantera Negra (con permiso de Luke Cage, Sam Wilson, Máquina de Guerra y otros tantos grandes personajes marvelitas).
Su etapa al frente del monarca de Wakanda, además de entretenida y repleta de acción estructuró perfectamente qué supone ser Rey en un Estado moderno y tecnológicamente imbatible en el que la democracia no es una posibilidad. Su T’Challa sin dejar de ser un monarca justo y bueno, se enfrentaba cada día al consejo y guía de sus principales rivales políticos, siempre poniendo los intereses de Wakanda y de su pueblo por encima de los suyos propios.
Además, para comparar una buena monarquía (algo que para este redactor es un claro oxímoron) en Wakanda con una mala, Coates creó el Imperio Intergaláctico de Wakanda, una sociedad futura en la que Wakanda había conquistado las estrellas y que esclavizaba a todo aquel que se opusiera a sus dictados. En resumen, un cómic más social y crítico de lo acostumbrado en Marvel Comics, que no deberíais dejaros pasar.
Pero no estamos aquí para hablar de la vida de Ta-Nehisi Coates, o de Pantera Negra, sino del Capitán América. Y es que, en el año 2018 con su etapa en Pantera Negra prácticamente cerrada, C.B. Cebulski puso a Coates al frente de la serie del Centinela de la Libertad. Porque, ¿Quién mejor para escribir a Steve Rogers que un autor afroamericano que entiende perfectamente la vida en los Estados Unidos desde la más total y absoluta otredad?
Por si esto fuera poco, no debemos olvidar que la etapa anterior de Capitán América, la de Nick Spencer, exceptuando esos ocho números precedentes a cargo de Mark Waid y Chris Samnee, había cerrado con un Steve Rogers nazi, líder de Hydra, que había traicionado a todos sus amigos durante años con el fin de conquistar el mundo y ponerlo bajo la bota del fascismo autoritario.
Por supuesto, aquel no era el verdadero Steve Rogers, sino un truco de Cráneo Rojo y de Kobik, el Cubo Cósmico sentiente, pero lo que los lectores de cómics nos tragamos sin agua ni aspirinas, quizás no sea tan sencillo para el ciudadano estadounidense medio, o así nos lo trata de mostrar la pluma de Coates.
Este es el punto de partida de este volumen, el de un Steve Rogers que hace todo lo posible por demostrar que sigue siendo el héroe que el sueño americano merece y necesita, mientras se defiende de los pecados de su otro yo, con los ciudadanos en su contra y el gobierno desconfiando de su papel ,en un Estados Unidos quizá más agitado políticamente que nunca, por supuesto, con claras referencias a la Administración Trump.
De este modo, Steve acude allí donde cree que se le necesita y por primera vez en mucho tiempo, teniéndolo todo en contra. Ya sea luchando contra soldados basados en Nuke (Frank Simpson, el patriota que precisamente es todo lo que el Capitán América ni es ni debe ser) desatado que solo buscan la destrucción de todo lo que les rodea, o contra un Supervisor que considera que el gobierno lo dejó a merced de Hydra, Rogers vive un auténtico Invierno en América (título del tomo y del primer arco argumental de la etapa) en el que por mucho que se esfuerce por ser cálido, siempre hace frío.
Pues bien, si a los villanos desatados y decepcionados los encarnan el ficticio país de Bagalia y el Supervisor, al gobierno poco confiado y temeroso de lo que Rogers pueda hacer le da vida nada más y nada menos que Trueno Ross, quien deja la obsesión por el Gigante Esmeralda a un lado para centrarse en este Capitán que hace muy poco fue el enemigo más temible de la América que supuestamente dice representar.
Dado este contexto político, los paralelismos con la etapa de Ed Brubaker y Steve Epting (entre otros dibujantes) son inevitables y Coates, en lugar de renegar de ello, lo abraza, realizando no pocas referencias (figuradas y literales) a esos cómics que pusieron a Rogers en el inicio del Siglo XXI para el Centinela de la Libertad y que muchos consideramos todavía hoy una de las mejores etapas del personaje.
En cuanto al apartado gráfico, tenemos principalmente a Leinil Francis Yu, ilustrador de sobra conocido por los lectores, que no suele gustarnos demasiado pero que aquí, aún pecando de sus habituales defectos (rostros exagerados de ojos vacíos y líneas poco precisas) realiza un trabajo algo mejor de lo acostumbrado que como mínimo consigue no empañar el fantástico guion de Coates.
Por el tomo también se predica Adam Kubert, quien realiza un trabajo mucho más solvente.
Este tomo marca el inicio de una etapa que a juzgar por su contenido, prometía tratarse de un gran cómic pero que, sin embargo, comenzó a desinflarse a partir del contenido que ya podremos ver desde el segundo tomo en adelante (en gran medida por un injusto y poco cuidado baile de dibujantes), sin que Coates supiera muy bien por dónde llevar su historia una vez que el Invierno en América dio paso a la Primavera Estadounidense.
Sin embargo, si nos circunscribimos a este tomo, estamos ante una compra que no dejará indiferente a nadie y que resulta muy recomendable tanto para los fans del Capitán América (gráfico o cinematográfico) como para aquellos que disfrutaron del Pantera Negra del mismo autor.
Lo mejor
• El contexto político-social desde el punto de vista del ciudadano que transmite Ta-Nehisi Coates.
• La forma de mostrar lo duro que es el camino a la redención para aquel que no ha cometido pecado alguno.
• La crítica a la Administración Trump.
Lo peor
• El dibujo de Leinil Francis Yu.
• Que la etapa no mantenga esta consistencia y calidad en tomos ulteriores.
Guión - 7
Dibujo - 5.5
Interés - 7.5
6.7
Recomendable
El prolífico periodista y escritor, Ta-Nehisi Coates deja la jungla de Wakanda y se adentra en la selva urbana de los Estados Unidos.
Una etapa que empezó muy bien con un gran primer arco y que luego cayó poco a poco hasta convertirse en un bodrio de considerables proporciones.
Había leído los tres primeros números y me gustaron bastante, pero ya sois varias personas las que indicáis lo del bajón. ¿Se puede pillar este tomo y dejarlo ahí?¿O se corta de mala manera? Es que, si es así, me paso de la de Spencer (que a mí me gustó) a la actual, saltándome ésta.
Yo si fuera tú, intentaría hacerme con el tomito que publicó panini de tapa blanda a modo de n.º1 de la etapa en España que recopilaba los 6 números del primer arco USA. No hace tanto tiempo que se publicó y seguro que tiene que haber librerías donde todavía lo tengan. En mi opinión no merece la pena gastarse 44 eurazos en un tomo donde solo los 6 primeros números son buenos. Eso sí, lo malo es que al final del primer arco quedan incógnitas por resolver, pero en el número 15 también.