Nueva reunión para Los Vengadores
«Y allí, en el Amanecer del Hombre eramos todo lo que Midgar tenía. Y la salvamos más veces de las que soy capaz de contar»
Hay etapas de cómic super heroico que pasan a la historia por una serie de razones determinadas. A veces, por su increíble dibujo. Otras, por su inteligente guion. Algunas otras porque simplemente, llegan en el momento justo y necesario, dando al público lo que éste quería y necesitaba antes incluso de saberlo.
Sin embargo, hay otras que por desgracia, no terminan de dar con la tecla correcta, a pesar de que antes de leerlas, pensáramos por su equipo creativo que iban a ser mucho mejores. Este es el caso, sin duda alguna, de Los Vengadores de Jason Aaron.
Decir algo así de un cómic escrito por Jason Aaron es muy duro para quien esto escribe. Y es que, no fue hasta que comencé y continué durante varios números su etapa en Los Vengadores que me di cuenta de que todos los autores pueden tener traspiés, equivocaciones y bajadas de calidad en su trabajo, y de que Jason Aaron no era la excepción a dicha regla.
Pensar bien de Jason Aaron, imaginar que cualquier serie que éste toque será automáticamente un éxito de calidad media-alta indiscutible no es algo tan raro, y es que el autor se ha ganado con creces dichas alabanzas. Así, y si comenzamos por la escena independiente, tres grandes obras nos vienen a la cabeza:
La primera, Scalped, una obra de Vertigo DC que Aaron escribió, con dibujos de R.M Guera, que desde la perspectiva del género negro trataba la dura vida en las reservas indias de Estados Unidos, cuyos ciudadanos viven en la pobreza extrema, apartados por un gobierno que tras robarles sus tierras, decidió ningunearlos, relegándolos a unos lugares en los que el crimen a veces se convierte en la única forma posible de ganarse la vida.
La segunda, actualmente en curso, junto al mismo dibujante es Los Malditos, una revisión en clave de épica del Antiguo Testamento. Aaron da un repaso a Caín, Abel, Noé y otros tantos personajes bíblicos para convertirlos en seres de mentalidad sucia y actos reprobables que sobreviven en un mundo de reciente creación en el que su Dios Todopoderoso es tan real como cruel y vengativo.
Finalmente, Paletos Cabrones, con dibujo del hoy cancelado Jason Latour, muestra de forma similar a Scalped pero eligiendo un enclave diferente, la dura realidad de los estados sureños de USA, en los que el ciudadano medio lleva su racismo, machismo y odio hacia todo lo diferente hasta límites insospechables.
Acercándonos más a la obra objeto de esta reseña, si nos centramos en Marvel Comics, podemos hablar de Star Wars, serie en la que Jason Aaron trabajó al tiempo de la recuperación de los derechos de la franquicia por Disney, desenvolviéndose con bastante agilidad e ingenio para tratarse de una obra en la que todo estaba ya contado.
Pero desde luego, fue en la Marvel convencional donde Aaron brilló con luz propia durante años. Primero en Lobezno y la Patrulla X, serie surgida tras el evento Cisma (en el que también participa el propio Aaron) en la que el bueno de Logan se encargaba de instruir a los mutantes más jóvenes en el rebautizado como Instituto Jean Grey. Así mismo, Aaron estuvo bastante tiempo escribiendo la serie en solitario de Lobezno planteando argumentos muy interesantes y construyendo una etapa muy solvente para el mutante de las garras de adamantium.
Pero si hubo una serie que realmente puso a Jason Aaron en el pódium que merecía ésta fue sin duda Thor. Entre los años 2013 y 2019, Aaron desarrolló una auténtica epopeya nórdica en la que deconstruyó por completo al Dios del Trueno para partir de cero con él y volverlo a construir, al tiempo que traía de vuelta al personaje de Jane Foster como portadora del Mjorlnir y Thor por derecho propio.
Pocas veces un escritor ha comprendido tan a la perfección lo que significa ser un dios y la humanidad o falta de ella que va anudada a dicho cargo, al tiempo que se realiza un tratamiento desgarrador del cáncer como una de las causas de mortalidad más graves del Siglo XXI.
Pues bien, tras este extenso preámbulo, y cuando Aaron ya tenía su etapa en Thor prácticamente terminada llegamos al año 2018, con C.B. Cebulski inaugurando su periodo (aún en curso) como Editor en Jefe de Marvel Comics y con la consiguiente asignación de equipos creativos a las distintas series. Cuando en ese momento, en plena inauguración de la era Marvel Fresh Start, se anunció que Aaron sería quien se encargaría de Los Vengadores, a la mayoría de los lectores nos emocionó la idea, puesto que, ¿Qué podía hacer mal el guionista de una de las mejores etapas de Thor de la historia en los Héroes Más Poderosos de la Tierra?
La respuesta es todo. O al menos la mayor parte de dicha etapa si lo que se realiza es un constante aluvión de escenas de acción excesivas en las que la auténtica historia, la que se narra bajo dichos conflictos superheroicos, y que apela a la humanidad de los personajes, a sus pies de barro, brilla por su ausencia.
Y es que, aunque no podemos negar que Los Vengadores de Jason Aaron empiecen a toda pastilla, con banda sonora de Heavy Metal al máximo de su volumen e interminables solos de guitarra, el problema es que, siguiendo con el símil, esta estruendosa y metálica canción carece de letra, y excede de estribillo machacón.
Aaron comienza su etapa, por un lado, enfrentando a Los Vengadores a un Celestial renacido, cuyo cuerpo terminan por utilizar de sede, al tiempo que nos narra la existencia de Los Vengadores del Año 1000 000, una suerte de Vengadores Prehistóricos liderados por Odín, en aquel entonces portador del Mjorlnir.
Además, se trae de vuelta al Namor más villano, quien lanza un asalto contra la superficie al que Los Vengadores deben responder.
Por un lado, tenemos poderosos arranques de etapa, así como un equipo compuesto por la trinidad Vengadora (Capitán América, Iron Man y Thor) al que se unen la Capitana Marvel, Hulka, Pantera Negra como Líder o El Motorista Fantasma (Robbie Reyes), con inclusiones estelares de otros héroes como Blade o el Doctor Extraño.
Pero junto con esos arranques de puro impacto, no tenemos una trama interesante que sepa unir bien todo. La idea de Jason Aaron es convertir cada arco argumental en un evento multitudinario y más grande que la vida, en un blockbuster cinematográfico en viñetas, pero sin que consiga apretar las teclas correctas precisamente por hacer primar el impacto por encima de la consistencia de la trama.
Sin embargo, sería injusto decir que a pesar de que el argumento en muchas ocasiones carece de fuerza, Jason Aaron no sabía lo que se hacía con esta etapa de Los Vengadores. Y es que, desde el principio, el escritor tiene un plan. Al igual que ocurría en Thor, donde todo terminaba por conducir a La Guerra de los Reinos según se anunció casi desde el comienzo de la colección, todo lo narrado en esta etapa, comenzando por los Vengadores Prehistóricos va dirigido a una explosión final en la que Fénix o Mefisto, entre otros personajes serán de suma importancia, siendo los Vengadores del Paleolítico el origen, el Alfa, de un conflicto, un Omega, que se desatará en nuestra era y que implicará a todas las formaciones posibles de Vengadores, tanto las existentes, como las que están por llegar o aquellas que ni siquiera pertenecen a esta realidad.
Por otro lado, Aaron alumbra ideas interesantes, como el hecho de que la Tierra sea un lugar especialmente plagado de individuos con superpoderes porque un Celestial inoculó con su mera presencia un virus en el planeta que lo dotó de estas características.
Esta idea, sin embargo, no es totalmente original. Desconocemos si es así, pero da la impresión de que al plasmar la misma en su guion, Jason Aaron estaba pensando en Tierra X, obra compuesta por varios cómics en la que el planeta conocido precisamente, como Tierra X es el resultado de la eclosión de un huevo de un Celestial, que realizó la misma operación en otros lugares del espacio exterior.
Sin embargo, y a pesar de que el Universo Marvel es un cosmos en constante evolución, resulta un tanto vago y vergonzoso que se nos hable de Los Vengadores como una idea que siempre estuvo allí, cuando lo que se consigue con eso es restar importancia al papel que Loki tuvo en la creación del grupo cuando hizo enloquecer a Hulk.
Al mismo tiempo, Mjolnir como arma legendaria pierde valor, si resulta que no deja de ser un regalo que Odín le diera a Thor cuando se cansó del martillo en cuestión, algo que no solo afecta a la historia ficcional de Thor contada desde hace décadas, si no que de hecho, contradice al propio Jason Aaron y a la historia que nos contó del martillo en su genial etapa al frente del Dios del Trueno.
Lo que sí destaca, sin lugar a dudas es el plantel de dibujantes. Los primeros números están dibujados por Ed McGuinness, a quien pronto sustituye Sara Pichelli, consiguiendo ambos, con sobresaliente”, dar al lector ese impacto que Aaron busca. Acudiendo a un símil cinematográfico, estamos ante una película de acción superheroica carente de un guion interesante o solvente pero cuyos efectos digitales son los mejores del mercado.
El problema, como venimos diciendo a lo largo de todo este texto, es que a la hora de escribir cómics no vale con esto, y por mucho que estemos ante un dibujo que nos encante, éste, por desgracia, no nos dirá nada si el guion no le acompaña. Por tanto, podemos hablar maravillas del trabajo de Mcguinness, Pichelli, así como de quienes les siguen (Paco Medina, David Márquez, Frazer Irving, Adam Kubert, Andrea Sorrentino o Cory Smith entre otros) que sirve perfectamente para ilustrar una colección de cromos de Los Vengadores, o bonitos poster para colgar en nuestra habitación, pero no de un dibujo que consiga salvar la torpeza de su guionista.
Dada la vergüenza ajena que, tanto a este redactor, como a muchos de sus compañeros, nos produce este cómic, no es ni de lejos la primera vez que hablamos de él, encontrado varios ejemplos tanto en nuestro periódico WTF como en el habitual Magazine Marvel España.
Además, al tiempo de la salida de la obra en formato Marvel Premiere, nuestro querido Raúl López, nos deleitó con una reseña que abarcaba los seis primeros números de la obra y que podéis consultar aquí.
Por tanto, el contenido de este tomo Marvel Deluxe abarcaría lo que serían casi los dos primeros tomos (con un número más) en tapa blanda de Marvel Premiere. De este modo, si todo lo que motiva nuestra compra es el precio, está claro que debemos acudir al formato Marvel Premiere.
Sin embargo, si lo que queremos es tener este cómic en una edición que sobreviva mejor al paso del tiempo y que se reedite con mayor cadencia de tiempo, sin duda, debemos acudir al formato Marvel Deluxe.
La cuestión dependerá de cada tipo de lector, y lo que como aficionados agradecemos es que Panini Cómics nos permita acceder a un cómic tan actual en dos ediciones distintas, en lugar de obligarnos a acudir a una o a otra.
Si os gustan los cómics superheroicos más básicos, en los que todo lo que se ofrece es acción desmedida aderezada con una buena ensalada de tortazos, este es vuestro cómic. Si por el contrario, sois de aquellos que buscáis “algo más” cuando os hacéis con una colección concreta, quizás esta no sea la obra adecuada para vosotros
Lo mejor
• La presentación de ideas interesantes.
• La concepción de la serie como una concatenación de blockbusters.
Lo peor
• El exceso de acción diluye el sentido de la trama en varias ocasiones.
• La serie requiere actos de fe muy grandes para el entendimiento de los lectores más experimentados.
Guión - 6
Dibujo - 8
Interés - 6
6.7
Mejorable
Analizamos el comienzo de la reedición en tapa dura de Los Vengadores de Jason Aaron, Ed McGuinbess, Sara Pichelli y otros autores. ¡Qué comience el blockbuster!
Todavía no he superado la viñeta de cierto personaje conduciendo un tractor. Llevo años sospechando que esta serie la escribe un niño de 10 años mientras Aaron se va de billares.
Pues quedo claro que Jason Aaron no es ni Morrison ni Ellis para este tipo de relatos.
A mí estos primeros arcos no me desagradaron en su momento, me parecieron entretenidos, con sentido de la épica y bien dibujados, pero enseguida la cosa empezó a caer en picado…
En serio nadie vio venir este desastre, hubo muchos lectores entre los que me incluyo que sabiamos como iba a ser esta etapa y no nos equivocamos.
No quiero sonar reiterativo pero todo lo que hizo en Marvel fue de regular a muy malo y personaje que toca lo destroza, ese es su sello distintivo lamentablemente.
Yo leí hasta el arco de los vampiros (creo que el tercero)… y sumado al hecho que los Vengadores nunca me han gustado mucho, pues me bajé (o sea me gustan más los Vengadores tipo Bendis o Hickman, así que no soy buen referente tampoco).
Lo curioso es como Aaron escribió esto… pero también escribió Scalped. Será que Marvel y los superhéroes lo cambiaron tanto?
Puede que hayan sido demandas del editor que queria este relato. Claro que Aaron es el que tiene la opción de permanecer o no en el puesto. Realmente en estos dias no se que tanto control creativo tienen los escritores en los relatos. Que mira que ellos también facturan.
A juzgar por las barrabasadas de los últimos años diría que la mayoría de editores son figuras decorativas sin voz ni voto y que se limitan a actuar de relaciones públicas diciendo lo maravillosa que es su serie. El único caso donde parecen evidentes las imposiciones editoriales es Spiderman desde el famoso mefistazo.