El Thor más glammer
«Y he ahí que en la oscuridad… sonó el trueno.»
Suceder a una etapa considerada grande entre las grandes en lo relativo a un personaje no es nada fácil. Recoger el testigo de aquel que llevó al superhéroe en cuestión a caminos nunca antes transitados por éste puede resultar una tarea muy complicada.
En este caso, y en lo relativo a Thor, nos referimos a la etapa de Jason Aaron. Sí, puede que el famoso guionista no se encuentre actualmente en su mejor momento creativo, pero si miramos a obras como Scalped, Paletos Cabrones o la propia Thor para Marvel, estamos ante lo mejor de su trabajo.
El Thor de Jason Aaron no solo se atrevió a sustituir al personaje principal por Jane Foster en unos cómics que exploraban el feminismo dentro de Asgard como nunca se había hecho antes, sino que además declaró indigno al personaje de sostener el sacrosanto martillo Mjorlnir y sumió al Universo Marvel en una Gerra de los Reinos que podría haber acabado con Midgar tal y como la conocemos.
Por si esto fuera poco, y para colmo, Jason Aaron no recogió los juguetes después de jugar con ellos, sino que situó a Thor en un nuevo estatus, el de Rey de Asgard una vez que Odín se había retirado, con Loki como Rey de Jottunhein tras la muerte de Laufey. Ahí es nada.
Pero la maquinaria mainstream debe seguir girando, y la historia del Dios del Trueno marvelita no podía acabar. Por ello, Marvel decidió confiar la nueva etapa de la colección, el volumen seis de la colección nada menos, en Donny Cates, guionista que ya había cosechado bastantes éxitos dentro de la Casa de las Ideas con grandes obras como Thanos, Guardianes de la Galaxia, La Muerte de los Inhumanos o en el terreno independiente con cómics clave como God Country.
Cates, escritor que gustaba de tramas grandilocuentes a la par que muy divertidas y con constantes referencias rockeras en sus obras, tenía dos opciones: Continuar la gran epopeya de Jason Aaron que de por sí estaba cerrada, o construir algo nuevo.
Afortunadamente, eligió lo segundo. Y es que, cuando se sucede a una gran etapa es mejor distanciarse de dicha grandeza aún a riesgo de caer en el olvido, que tratar de imitarla y ser juzgado con mucha más dureza.
En el caso de Cates, la colección parte de donde Aaron la había dejado, con ese Thor Rey de Asgard que gobierna sobre sus congéneres y que, acostumbrado como está a la aventura y a salvar los reinos que caen sobre su protección se aburre enormemente.
En dicho contexto, irrumpe la amenaza de el Invierno Negro, una mácula que según las leyendas acabará con Asgard y con el mundo entero si nadie hace nada, por lo que Thor decide dejar el gobierno en buenas manos y vagar de nuevo hacia la aventura.
Para ello, contará ni más ni menos que con la ayuda de Galactus, de quien Thor se convertirá en su nuevo heraldo (con un diseño que no puede ser más glam metal) con el fin de obtener el poder suficiente para parar esta amenaza que no se parece a ninguna otra.
Seguidamente, Cates decide traer de vuelta a la palestra Donald Blake, el que fuera el alter ego de Thor y que con el tiempo se trataba de un personaje muy olvidado dentro de Marvel, al que no veíamos desde la etapa de Joe Michael Straczynski, el cual le había dado más o menos un apacible final.
Pues bien, resulta que esa paz no era tal y que Blake estaba siendo sometido a un enorme sufrimiento, lo que hace que se convierta en el nuevo y curioso villano de esta etapa cuyos primeros catorce números podemos leer aquí.
Tras los mismos, Cates poco a poco fue dejando la colección debido a problemas personales por lo que la etapa en conjunto no resultó todo lo redonda que pudiera haber sido, pero sí que tuvo un comienzo muy prometedor que hizo ver a los lectores que, en lo relativo a Thor, había vida más allá de Jason Aaron.
En lo relativo al dibujo, la realidad es que Nic Klein, no solo realiza un gran trabajo al diseñar a este nuevo Thor que perfectamente podría formar parte de bandas musicales como Steel Panther o Motley Crüe, sino que en conjunto, su dibujo de líneas suaves pero muy efectivas resulta muy apropiado para esta obra en la que la acción desenfrenada lo es todo.
Un regreso del Dios del Trueno muy apropiado y divertido, que con un enfoque muy diferente del de su predecesor, nos hace ver que con el talento y dedicación adecuados, toda colección puede sobrevivir al final de sus grandes hitos de calidad, reinventándose a sí misma cuantas veces sea necesario.
Lo mejor
• Cates construye una muy buena historia original sin tratar de imitar a Jason Aaron.
• El dibujo de Nic Klein.
Lo peor
• Que la etapa en conjunto bajara de calidad al tener que retirarse Cates de la misma.
Guión - 7.5
Dibujo - 8
Interés - 8
7.8
Atronador
Analizamos el comienzo de la etapa de Donny Cates y Nic Klein al frente de Thor, Dios del Trueno.
