Amor a primera vista
«Oh, agente, haría cualquier cosa con tal que no me pusiera la multa»
¡Qué difícil me resulta escribir esta reseña! Me encuentro delante de lo que parece ser una obra maestra, y, claro, el sudor me recorre la frente cuando voy pensando lo que voy a transcribir y que a muchos no les va a gustar. Tenía unas ganas enormes de tener entre manos esta edición y me he quedado con un mal sabor de boca terrible. La ilusión con la que abordé esta lectura, que, para sorpresa de muchos, no había leído hasta la fecha, siendo que Daredevil es uno de mis personajes favoritos, se ha tornado en una pesadilla.
Esta edición recopila Marvel Graphic Novels. Daredevil: Love and War y los ocho números de Elektra: Assassin. Vamos primero a abordar esta segunda maxiserie. Después de escribir para Daredevil y lanzar esa maravillosa obra de amor ciberpunk que es Ronin, justo después del lanzamiento de The Dark Knight Returns, y poco antes del Year One, Frank Miller volvió a visitar a Elektra en esta miniserie dibujada por Bill Sienkiewicz.
Aunque Elektra: Assassin fue bien recibida en su momento, por ese toque innovador que destila, no es menos cierto que es una obra difícil de revisar. Creo sinceramente que mucho de lo que pudo haber atraído a los lectores de la época a leerla, y que la hizo famosa, se diluye en el tiempo; una época pasada en la que Frank Miller rompía moldes.
Sin embargo, ya desde el momento cero tenemos delante un compendio de tópicos propios del creador de Sin City. Mujeres locas, una protagonista que tiene problemas sexuales con su padre, un general ruso llamado Vladimir Jakkoff (no podía tener otro nombre), una trama con ninjas, un agente de S.H.I.E.L.D. llamado Garrett que habla con todos los clichés tóxicos que uno puede imaginarse… Pero lo mejor de todo es la historia.
La historia, que con semejante grandilocuencia parece importante, en realidad no lo es. Elektra necesita matar a un sirviente de la Bestia, un antiguo mal que controla la Mano, ese clan ninja de Marvel que aparece cada poco tiempo para divertir a Matt Murdock. La Bestia está planeando utilizar a Ken Wind para iniciar una guerra nuclear y limpiar la Tierra de humanidad. Elektra tiene que detenerlo. Es simple, ¿verdad? Sin embargo, cuando iba leyendo la historia me perdía una y otra vez. Un relato inconexo, a golpe de martillazos de una presuntuosa prosa que nada dice, que nada aporta, que no sigue ningún hilo conductor.
Llegados a este extremo me surge la duda de si realmente estamos ante una parodia. Puede ser. Sabemos que Frank Miller se divierte vinculando sexo, violencia e incluso religión; aspectos que podemos apreciar aquí. Garrett, uno de los protagonistas, está hipnotizado por Elektra y constantemente intenta sacársela de la cabeza, por ejemplo. Respecto a la política, sabemos cómo piensa el guionista y aquí se desnuda por completo. En fin, que puede ser que no debamos tomarnos muy en serio lo que nos cuenta, o más bien sea una especie de fábula, en la que la sátira política aborda una crítica que podemos trasladar al actual momento.
Por otro lado, Marvel Graphic Novels. Daredevil: Love and War es otra historia, literalmente. El tono es menos histriónico, lo cual dada su corta extensión se convierte en un relato que puede llevarse de mejor manera que lo que viene después. Miller puso a Wilson Fisk en el centro de los enemigos de Daredevil. Aquí la atención gira en torno a la esposa de Kingpin y su enfermedad. Se trata de una alegoría. Esa enfermedad es el propio esposo, y la cura no radica en la medicina, sino en la evasión de un mundo corrompido. Afortunadamente el relato no peca de tanto golpe de machete prosaico lo cual hace que la lectura sea amena.
La única constante, y por la que sube la nota global, obedece a uno de mis autores favoritos, Bill Sienkiewicz. Tanto en Marvel Graphic Novels. Daredevil: Love and War como sobre todo en Elektra: Assassin encontramos una explosión salvaje de colores manchados, con paneles poco ortodoxos, imágenes deformadas como si estuviésemos en un sueño, y explosiones de violencia que nos dejan desubicados. Las ilustraciones de Sienkiewicz combinan muy bien con ese aire que respira la obra, que podrá gustarte más o menos, pero lo cierto es que, sin el genial dibujante, estaríamos ante un verdadero bodrio. Sienkiewicz cambia de registro de una manera voluble y flexible, y podemos estar dentro de la psique de Elektra y también pegando tiros a diestro y siniestro. La versatilidad del maestro consigue que, gracias a esta edición, tengamos entre manos lienzos maravillosos cargados de emociones, sentimientos, colorido, y una pizca de locura.
Dejo para el final la edición de Panini Comics. Impresionante. Esa es la palabra. Para mí es lo que hace esta compra un imprescindible ya que nos permite disfrutar del arte de Bill Sienkiewicz como se merece, junto con un montón de contenido extra que enriquece el todo. El precio asusta, lo sé, pero no es menos cierto que lo que estamos pagando es un producto más selecto, que podrá ser innecesario, pero en este caso se trata de un cómic para un determinado sector que quiere un plus. Como conclusión, al margen de lo mal que me siento tras criticar (constructivamente) a Frank Miller, debo decir que el global me ha satisfecho. Este caso es de los pocos en el que me permito saborear una obra por su arte, y no por su argumento.
Lo mejor
• Bill Sienkiewicz.
• la maravillosa edición.
Lo peor
• todo lo malo de Frank Miller aquí se magnifica con un lenguaje tosco y tóxico.
• un argumento confuso en Elektra: Assassin
Ya no es innovador
Guión - 4.5
Dibujo - 9.5
Edición - 10
8
Una edición sublime que ensalza la labor de Bill Sienkiewicz
Coincido completamente en que la edición es de 10. Punto. Subiría también a 10 el trabajo de Sienkiewickz, aunque un 9.5 no es en absoluto una mala nota.
Pero, ay!, ese 4.5 al guión de Miller… duele. Ya sabemos cómo se las gasta Miller cuando está desatado. Hay un cierto tufo a conservadurismo ráncio en buena parte de su obra. Y algunos pasajes de «Elektra:Assassin» no escapan a esa apreciación, pero también hay mucha ironía y mucho humor gamberro que, en mi opinión, diluyen buena parte de esa «toxicidad» de la que hablas en tu comentario.
Dejando a un lado cualquier consideración ideológica, creo que que «Elektra:Assassin» sigue siendo un comic extraordinariamente bien escrito. Yo no encuento en absoluto confuso su argumento. Y es cierto que Miller se deja arrastrar por el exceso en muchos aspectos de la trama, pero el tono casi de comedia surrealista es lo que hace precisamente digeribles dichos excesos.
Entiendo la opinión d Juanjo pero lo has expresado muy bien ipso_facto. Precisamente ese tono irónico la hace genial. Ahora, cierto q sin Sienki no se sostendría, pero es q Miller tampoco la hubiera hecho así sin él