El Hombre sin Miedo… y también sin rumbo
«Karen… quítame la máscara»
Los primeros 15 años de existencia de Daredevil no fueron fáciles. Aunque la idea inicial de Stan Lee tenía gran potencial (un abogado que luchaba como superhéroe allí donde su trabajo en el juzgado no alcanzaba), la serie tuvo serios problemas para conseguir un tono propio alejado de la alargadísima sombra de Spiderman, el héroe urbano por excelencia en la Marvel de los años 60. En este tercer Marvel Gold/Omnigold dedicado a Daredevil nos encontramos con la transición del personaje a la década de los 70 en un conjunto de cómics (#48-71 de la edición original USA) con muchos claroscuros.
Este tomo incluye la totalidad de la etapa de Roy Thomas como escritor de la serie. Thomas había llegado a Marvel en 1965 y en no mucho tiempo acabaría convirtiéndose en la mano derecha de Stan Lee en la Casa de las Ideas. Thomas es considerado, por derecho propio, como uno de los guionistas más importantes de la Silver Age marvelita, con trabajos tan recordados como los que realizó en Los Vengadores o Doctor Extraño. Para que los lectores de Zona Negativa se hagan una idea, Thomas estuvo en Daredevil desde abril del 69 hasta diciembre del 70. Pues bien, en mayo del 69 inició con Neal Adams una corta pero extraordinaria etapa en La Patrulla X; en mayo del 70 lanzó la primera colección de Conan el Bárbaro junto con Barry Windsor-Smith; y seis meses después de abandonar Daredevil, comenzaría la guerra Kree-Skrull en las páginas de Los Vengadores. Canela fina.
Por eso es especialmente frustrante comprobar, leyendo este volumen, que este es uno de los trabajos más flojos de Thomas en Marvel. Es paradójico porque crea escenarios y lanza ideas que serán de vital importancia para el futuro de la serie y el personaje pero su forma de escribir se siente hueca, sin alma, además de crear varias situaciones un tanto bochornosas (y eso dejando fuera el tratamiento condescendiente -alguno diría que un tanto sexista- de Matt hacia Karen).
¿Qué considero la mejor parte del trabajo de Thomas? Su intento de hacer evolucionar la relación entre Karen y Matt. Al final, era algo lógico porque la serie en ese momento apenas tiene secundarios. Foggy es casi marginado a partir del #48, todavía con Stan Lee a los mandos, al ser elegido Fiscal del Distrito de Nueva York. La importancia que va adquiriendo Karen en el título va pareja a su sufrimiento en las viñetas. Primero, la pobre debe lidiar con la -falsa- muerte de Matt Murdock (más sobre esto después), vemos cómo su padre se transforma en un monstruo para después morir (#56-57), para finalmente quedar en shock al descubrir no solo que Matt no estaba muerto sino que es Daredevil. Normal que decida marcharse a la costa oeste de EE.UU. para probar como actriz. Los que hayáis leído Born Again no hace falta que os diga la importancia que este último para de cosas van a tener para Daredevil/Murdock.
También me parece interesante el trabajo de reescribir el #1 de la serie que tiene lugar en el #54, una técnica a lo flashback que se repetiría más de una vez en la Marvel de los 70. Más allá de algunos diálogos entre Matt y Foggy o las interesantes interacciones entre Daredevil y Pantera Negra, poco más positivo puedo mencionar de la labor de Thomas. El mismo guionista reconoció años después que esta etapa en Daredevil no había sido su mejor trabajo… Por mi parte, tan solo quiero olvidar la lectura del #68, uno de los peores cómics de Marvel que haya leído nunca.
Por dónde empezar con los problemas de escritura. En primer lugar, el “plan” de Matt de fingir su propia muerte y así poder casarse con Karen. No solo es absurdo (ver a Daredevil con su traje andando por la calle en abrigo y sombrero como un mendigo es delirante) sino algo ya contado en la serie. Stan Lee, en el tomo anterior a este, ya había fingido la muerte de Murdock, en este caso para dar paso al falso hermano de Matt, Mike Murdock. En tres años, el personaje principal de la serie había fingido su muerte dos veces… Con respecto a los villanos a los que se enfrenta el héroe, el panorama es desolador. Nos encontramos con alguna buena historia -la saga en 4 partes con Starr Saxon, que pasaría en años posteriores a ser conocido como el Forjador de Máquinas- pero los enfrentamientos con los villanos dejan mucho que desear. Los rivales clásicos de Daredevil, Gladiador, el Zancudo, el Bufón se sienten inoperantes mientras que los nuevos son claramente fallidos -Ola de Crimen, Torpedo- o directamente llegan a dar vergüenza ajena como en el caso del Super-Especialista, un doble de escenas de acción subido a una moto y que aparece como antagonista en ¡tres! números del volumen.
El dibujo es la parte más destacada del tomo gracias a la labor de Gene Colan. Colan ilustraría Daredevil entre los #20-100 (excepto por tres números), en total 7 años de trabajo. Hoy en día es muy difícil ver un trabajo de Colan y no pensar en su indispensable aportación en La Tumba de Drácula. En Daredevil, el dibujante no brilla tanto como en sus cómics más de terror, la atmósfera es secundaria aquí, y también se echa de menos a Tom Palmer. La acción está bien planificada aunque tiene algunos problemas de ejecución (¿qué narices pasa con Hyde y Cobra en la última página del #61?). Colan destaca en momentos más intimistas como cuando Matt le revela su identidad secreta a Karen. Uno de los pocos números de su larga estancia en la serie que no dibujaría Colan serían los #50-51, donde nos encontramos a un primerizo Barry Windsor-Smith. Aunque faltarían un par de años para poder ver todo el potencial de Smith, hay planchas donde podemos ver cómo esa mezcla entre Jack Kirby y Jim Steranko apuntaba maneras.
Que Karen descubriera que Matt y Daredevil eran la misma persona no llevó la serie a ningún tipo de resolución. Matt marcha a Los Angeles para hacerle promesas vacías (“dejaré de ser Daredevil”) pero regresará a Nueva York solo y en parte lo tiene merecido porque el personaje llevaba portándose varios años con Karen como un cretino. En el #72, Thomas sería sustituido por un chaval de 18 años, Gerry Conway, que daría un giro extrañísimo a la colección con historias de ciencia ficción que casan bastante poco con Daredevil -el mismo #72 tiene como antagonistas a una raza de hombres-leopardo de otra dimensión-. Conway es sobre todo recordado por juntar a Matt con la Viuda Negra y sacarle de Nueva York durante una buena temporada. Pero eso será en un hipotético 4º volumen. Este Marvel Gold Daredevil #3 ayuda a explicar la tremenda crisis que sufrió el personaje durante una década. Al menos siempre nos quedará Gene Colan.
Lo mejor
• Gene Colan
Lo peor
• Roy Thomas y sus absurdas ideas como el plan de Matt para fingir su muerte que incluye meter un muñeco con su aspecto en un avión programado para explotar
Tenia muchisimas ganas de este tomo y los siguientes. El dibujo es de 9 minimo
Yo no sería tan duro con este volumen, vale que no tiene la fuerza de las ideas fundacionales pero se defiende como gato panza arriba.
Lee le deja a Thomas un fregao bastante gordo y difícil de enderezar, porque si alguien fue quien estancó al personaje fue Lee. Thomas decide arrancar por fin la historia de Karen más allá de estar en medio de un triángulo que no se creía nadie.
Decir que los villanos de este tomo son flojos, viniendo de ver a Daredevil pegarse con el hombre rana que no es un buzo y contra el torero, pues no se.
Más aún cuando cuando el tomo nos regala una historia con un villano que intenta reinsertarse y no solo sale con vida, sino que lo consigue(en principio).
Más miedo me da el posible cuarto tomo. O peor, la incertidumbre de la continuidad de este formato al haber biblioteca marvel de esto en curso.