John Byrne, Rick Leonardi, Marc Silvestri, Michael Golden, Larry Stroman
Chris Claremont comenzó a escribir La Patrulla X en 1975. El británico no era un novato pero estaba lejos del estatus que alcanzaría en apenas un lustro. Se hizo cargo de relanzar un universo (mutante) dentro de otro universo (Marvel), con personajes en su mayoría de nueva creación, una mezcolanza de personalidades y nacionalidades pensado para atraer a un público que no hubiera leído los X-Men que fueron cancelados a finales de los años 60. La Patrulla X de Claremont fue viendo crecer su número de lectores hasta llegar a ser conocida como una de las series superventas de Marvel a partir de la entrada en el equipo creativo de John Byrne y Terry Austin. Pero con la marcha de estos dos artistas, Claremont quedó como el responsable principal, para lo bueno y lo malo, del destino de los mutantes. Los éxitos eran sus hijos, igual que sus errores (me resisto a llamarlos fracasos). Y aún así, los 17 años de Claremont como guionista de LA SERIE llegaría a su final en algún momento. Y la recopilación en tapa dura, por parte de Panini, de aquella etapa, llega a este (casi) final.
En 1990, Claremont ha ido siendo consciente de cómo su poder en la oficina mutante mengua por momentos. ¿De quién es la culpa? ¿Del propio, y hasta cierto punto natural, agotamiento creativo en la cabecera? ¿De un editor, Bob Harras, más pendiente de las cifras de ventas que en ningún otro aspecto creativo? ¿De la nueva hornada de jóvenes dibujantes que están dispuestos a reventar el viejo sistema de jerarquías, como Rob Liefeld? Lo cierto es que Claremont entra en la última década del siglo XX cada vez más aislado. Se queda sin aliados y amigos en Marvel. Louise Simonson, guionista de Los Nuevos Mutantes, harta de perder el control de la serie ante Harras y Liefeld, prepara su marcha a DC. El curriculum de Claremont no servirá para salvarlo de lo que se avecina. Y lo que se avecina es que Bob Harras está dispuesto a convertir al dibujante más hot del comic book americano del momento (con permiso de Todd McFarlane) , Jim Lee en coargumentista e incluso coguionista de La Patrulla X.
Lee entró en la serie en el tomo anterior y en el #268 se convierte en el dibujante regular de La Patrulla X. La cabecera lleva desde el cross-over Inferno vagando sin un rumbo definido. El fin del estatus de “desaparecidos en Australia” no ha dado lugar a nada argumentalmente consistente. De hecho, podríamos decir incluso que hace más de un año que no hay un “grupo” que protagonice la serie sino historias sueltas que presentan a héroes aislados de sus compañeros como la de Tormenta niña en la que conoce a Gambito. ¿Quiénes son ahora los miembros de La Patrulla X? Por estos primeros números y lo que sabemos del número anterior serían Tormenta, Banshee y Forja. Luego está el recién llegado Gambito al que la mayoría de sus compañeros ni conoce. Y por supuesto, Lobezno y Mariposa Mental. El #268 es una muy buena historia protagonizada por Lobezno, la Viuda Negra y el Capitán América/Mariposa Mental; mientras que el #269 está centrado en hacer avanzar dos de los subargumentos más importantes que Claremont manejaba en aquel momento: Pícara uniéndose a Magneto en la Tierra Salvaje y la amenaza del Rey Sombra. Lo más importante, sin embargo, es que se preparan cambios drásticos en las colecciones mutantes y Harras encabeza el nuevo cross-over mutante que servirá para despejar el camino a estos cambios: Operación X-terminio.
Sorprendentemente contenido en el número de colecciones que participan en él, Operación X-Terminio es un cross-over de 9 partes que cuenta con un hilo narrativo que va saltando entre La Patrulla X (Claremont y Lee), Factor X (Simonson y John Bogdanove) y Los Nuevos Mutantes (Simonson y Liefeld). En su último trabajo conjunto en la oficina X, Claremont y Simonson consiguen un alto grado de coordinación, con una historia en la que apenas hay agujeros de guion. La trama es, en lo esencial, bastante sencilla. La nación antimutante de Genosha ataca a los X-Men, secuestrando a varios miembros de los tres grupos mencionados más arriba. Esto llevará a la esperable partida de rescate del resto de los héroes. El villano tras el ataque es Cameron Hodge, antagonista de Factor X en sus primeros años de publicación y que aquí aparece con una forma monstruosa que recuerda sospechosamente a Mojo.
En lo narrativo, Operación X-Terminio es una historia de acción con una premisa interesante y elementos con potencial (las tensiones dentro del gobierno de Genosha) pero que nunca traspasa el umbral del mero entretenimiento, lo que no es poco, ojo. Hay momentos dramáticos como la muerte de Warlock, necesarios retornos del status quo como Tormenta de adulta y hostias, muchas hostias. De hecho, para ser un grupo tan numeroso de mutantes superpoderosos, sorprende que el método más repetido que usan para pelear es dar puñetazos (a “destacar” la pelea a tortazos entre Cíclope y Kaos espantosamente dibujada por Bogdanove). Sorprende, para mal, que el mismo guionista que presentó Genosha como metáfora del Apartheid sudafricano ahora no tenga nada que decir ni reflexionar sobre un conflicto entre los X-Men y un estado que oprime y esclaviza a mutantes. Así son los 90, dibujos molones y guiones que pueden resumirse en tres palabras.
El cross-over finaliza y el plan de Harras avanza inexorablemente. En el horizonte ya se prepara la publicación de X-Force #1 que, a su vez, llevará a X-Men#1 pero mientras tanto, el editor tiene claro el plan de ruta: la Patrulla X debe volver a la escuela de Wetchester y a estar dirigidos por Charles Xavier. Y esta vuelta a los orígenes incluye deshacer todo el trabajo realizado por Claremont con respecto a la evolución de Magneto y volver a convertirlo en un villano de opereta. Por lo que los #273-277 pavimentan el camino a todo esto. Primero, los mutantes van al espacio a enfrentarse a un complot skrull contra los Shi’ar. Al mismo tiempo, Magneto es atraído por el lado oscuro de la fuerza en la Tierra Salvaje. Es importante resaltar que el #274 tiene a Claremont únicamente como dialoguista, lo que parece (según Sean Howe) era el plan de Harras; es decir, convertir a Claremont en dialoguista de los plots creados por Jim Lee. Evidentemente, era cuestión de tiempo que el guionista se acabara plantando. Parece ser que entrando en 1991, Claremont y Harras llevaban semanas sino meses comunicándose solo por fax.
Es tanto el drama que está ocurriendo en ese momento de puertas adentro en la oficina x que el hecho de que el mismísimo John Byrne dibuje parte del #273 ha quedado como una mera anécdota. Con la vuelta a la tierra de los X-Men con Xavier, Claremont se preparaba para dar por finiquitado el asunto del Rey Sombra en la Saga de la Isla Muir pero él solo participaría en el primer número de la historia. La ruptura sobrevino preparando los primeros números de la nueva serie X-Men por lo que las incluidas en este volumen serían sus últimas historias completas en la serie madre.
Para sorpresa de nadie, la estrella del tomo es Jim Lee. Sea o no de gusto del lector, es difícilmente rebatible que el dibujo de Lee es, por lo que a escenas de acción se refiere, espectacular. Aunque se pueden ver sus limitaciones en las expresiones faciales, que tiende a repetir más de lo que parece en un primer vistazo, su capacidad de insuflar energía a cualquier clase de pelea es superlativa. Sus mujeres pecan de ser casi todas modelos y el nivel de “sexytud” de algunas roza el mal gusto (esa Pícara en harapos, sexys pero harapos al fin y al cabo). No soy fan de la idea de Lee de vestir a todos los X-Men con el traje amarillo, quedando los héroes al mismo tiempo y de manera extraña, como un grupo infantil y militarizado. No soy el mayor fan de Lee pero pocos han conseguido dibujar mejor a Magneto. El resto de dibujantes palidece ante el cocreador de WildC.A.T.S. Bogdanove ahoga las viñetas con un estilo demasiado exagerado, como un trazo exagerado sobre todo en lo que a musculatura se refiere. De Liefeld no podemos decir casi nada bueno. Poses extrañas, narrativa tosca, y además el color en sus números no le beneficia en absoluto.
Entiendo que el siguiente tomo sería ya en otro formato. ¿Marvel Héroes quizás? ¿Otra línea distinta dedicada íntegramente a la recopilación de etapas noventeras de la franquicia mutante? Al fin y al cabo, tanto Vengadores como Spiderman han llegado bien entrados los 90 en formato Marvel Héroes… En fin, solo el tiempo lo dirá. Por lo que respecta a este tomo, tenemos el casi adiós de Claremont en un cross-over que sin ser malo per se, es una aventura de puro entretenimiento que se siente más controlada por el editor que por los guionistas. Entiendo que muchos lectores piensen que es una mala historia, pero reconozco que no parece tan mala cuando uno piensa en lo que le esperaba a los mutantes en el futuro cercano…
Lo mejor
• El dibujo de Lee
Lo peor
• Comparar estos cómics con lo que había sido la Patrulla X de Claremont
Creo que si a Claremont le hubieran dado un poco de respaldo LA SERIE habría dado aún buenos momentos. El futuro ya sabemos como fue y no, no fue mejor.
Hay quien piensa que Inferno ya no valía la pena, no soy uno de esos, pero proyecto X-terminio siempre se me atraganto. Aquí ya no veo a Claremont tan claro como en la anterior.
«Sus mujeres pecan de ser casi todas modelos y el nivel de “sexytud” de algunas roza el mal gusto (esa Pícara en harapos, sexys pero harapos al fin y al cabo)».
Bueno, y los tíos casi todos guapos, con mandíbulas de granito y cuerpos hipertrofiados con cero grasa, imposibles de alcanzar de manera natural, etc… Pero aquí estamos, aguantando, sin rasgarnos las vestiduras…o los harapos.
Con esa historia de los skrull empecé yo en el mundo de los mutantes y de los cómics en general. Que buenos recuerdos al ver esa doble página de Tormenta en el espacio 🙂
En mi caso me pareció mucho mejor X-Terminio que Inferno, aparte siempre me gusto esa saga de los Skrulls, así que este tomo es por demás interesante.
Coincido plenamente, Inferno me parece de lo peor de la era Claremont. Sobrecomplicado e incoherente, solo se explica por la necesidad de arreglar algunos problemas que la franquicia X comenzaba a arrastrar. El lanzamiento de X-Factor había herido de muerte su coherencia interna. Y digo franquicia porque sí, el paso a franquicia ya estaba dado y la cuesta solo podía ser hacia abajo. Creo que está subestimado lo malo que es Inferno.
En ese sentido creo que proyecto X-terminio es menos ambicioso pero más honesto en su planteamiento.
Ese es un punto muy importante, Inferno en ningún momento le encontre coherencia argumental y eso que lo leí tres veces en distintos momentos de la vida y había que usar la imaginación y hacer concesiones para lograr captar la idea.
En cambio X-Terminio sin ser una maravilla logra su cometido.
Desde ya que todo el trasfondo que había en cuanto dejaba más dudas que certezas y la presión por lograr aumentar las ventas termina siempre jugando en contra de la calidad argumental.
En esta etapa se nota ya mucho que Harras metía cada vez más mano en el trabajo de Claremont y que, entre eso y Jim Lee (o Liefeld en los Nuevos Mutantes) aportando «sugerencias» para los argumentos, los mutantes empezaban a no ser lo que fueron en su época de mayor esplendor.
Siempre me preguntaré qué habría pasado si Claremont hubiera aguantado un año más en la Patrulla, hasta la marcha de los de Image. ¿Se hubiera quedado 15 años más? Después de la debacle de los dibujantes-estrella, ¿le hubiera dejado Harras hacer lo que quisiera? ¿Lo hubiera dejado de todos modos, harto de tanto crossover? ¿Nos habríamos ahorrado en su totalidad la bazofia Lobdellera o el muy pillo se habría hecho un hueco en las series secundarias? Nunca lo sabremos.
Es muy dificil saberlo, pero en mi caso pienso que era imposible seguir con la convivencia, sólo era cuestión de tiempo para que se marchara.
Es que estaba solo, a su amiga Simonson (Lousie) ya ROB pasaba de ella y dibujaba lo que venia en gana en nuevos mutantes.
La viaja guardia de guionistas ya no era «hot» y Harras no se molesto en contentarles.
¿Cuánto queda por recopilar de la etapa clásica de Claremont?
Creo que quedaría solamente un omnigold con la saga de la Isla Muir, supongo que aprovecharán para meter los 3 primeros números de X-Men. Leí hace tiempo en tuiter una previsión sobre el tema: https://x.com/hugo_drago/status/1675597763151527936/photo/2
Como son pocos números, se especulaba con que incluiría también la saga final de Factor-X en la que el pequeño Nathan Summers viaja al futuro para curarse del virus tecnorgánico y puede que los Annuals de Los Reyes del Dolor, que se reeditaron ya en el tomo de los Nuevos Guerreros. Veremos.
Ok, un tomo más, eso me parecía. A ver en qué queda al final.
Gracias!
Entendido como clásico nada. Este volumen llega hasta el 277 y el último número de Uncanny en el que se le acredita es el 279.
Los 3 primeros números de X-Men el que corta el bacalao es Jim Lee `por más que Claremont sea acreditado de guionista y en los de este toma tres cuartos de lo mismo.
Esto es…EL FIN.