Marvel Gold. Longshot

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Edición original:.Longshot #1-6.
Edición nacional/ España:.Panini Comics
Guión:.Ann Nocenti
Dibujo:.Arthur Adams
Entintado:.Whilce Portacio y Brent Anderson
Color:.Christie Scheele
Formato:. Tomo en tapa blanda
Precio:.

19,95 euros

 

El trabajo en el comic americano ha sido, de forma tradicional, algo muy asociado al género masculino. No vamos a mentir, siempre hubo mujeres creativas laborando en el ámbito del noveno arte estadounidense, desde los lejanos comienzos, a principios del siglo XX. Si bien es cierto que su representación y visibilidad quedaban relegadas por la abrumadora mayoría del elemento masculino. En Marvel Comics, de manera concreta, tenemos nombres como Flo Steinberg, Marie Severin, Carla Joseph (luego, Carla Conway), Mary Skrenes, Linda Fite, Glynis Oliver, Petra Goldberg, Lora Byrne, Mary Joe Duffy, Louise Simonson o Ann Nocenti como destacadas colaboradoras de la editorial. En esta última nos vamos a centrar, pues no solo se puede tildar de caso particular entre todas ellas, sino que fue la ideóloga de la serie que tenemos previsto reseñar en líneas subsiguientes, Longshot. Un proyecto muy personal de una autora que a esas alturas, mediados de los años ochenta, ya tenía un cierto bagaje en la compañía y que confió, en el aspecto gráfico, a todo un novato en el negocio como es el protagonista de nuestro día, el gran Arthur Adams. Se puede decir que da comienzo una prolongada colaboración del artista en la editorial gracias al buen recibimiento que tuvo esta colección, publicada en formato serie limitada de seis números, y que forma parte del #ArthurAdamsDayZN que hoy tenemos el gusto de ofrecer. Así que, sin más dilación, vamos a observar cómo se conforman los rudimentos de la obra.

Como hemos dicho, la fuerza motora de Longshot es Nocenti. Sin su empuje, sin su energía, no existiría este cómic. Ann es una mujer forjada en los años setenta, de fuertes convicciones y un estructurado andamiaje intelectual. No era lectora de cómics, ni siquiera estaba interesada en ellos, pero respondió a una oferta de trabajo publicada en un periódico, el Village Voice, que le hablaba de un trabajo creativo, recién salida de la universidad. Como pueden imaginar, el ofrecimiento venía de Marvel Comics, que buscaba editores para aumentar sus filas. Fue Dennis O’ Neil el que aceptó a Nocenti y pronto se vio superada por lo que ella misma reconoce como bajas expectativas. Ya hemos comentado que no era seguidora del mundo del cómic, pero lo que vio en las oficinas de Marvel simplemente le fascinó. Así lo recuerda la buena de Ann: “una vez dentro de la fortaleza me vi arrollada por un maremoto de historias y personajes…..Era un enredo que mezclaba mitología y culebrón con licencias para toallas….un sitio tan lleno de energía y entusiasmo como las historias que manaban de allí. Y así es como quiero recordarlo”. Su primer propósito fue la edición, principal motivo para su contratación. Pero, conociendo las inquietudes intelectuales de aquella recién graduada, pronto daría el salto a la escritura, aunque fuera de manera esporádica. Ya hemos apuntado que Nocenti no tenía mucho interés en estos personajes, previa a su entrada en la Casa de las Ideas. Más interesada en la “alta cultura”, sobre todo en cuestiones literarias, cuyo mayor referente era su amado Dostoievski, aquella joven tenía intenciones de ser creativa, tal y como rezaba la aspiración del anuncio original. Sin dejar de lado su labor de edición, comenzó a dejar pequeñas aportaciones en el aspecto literario, ya que no es que tuviese habilidad para el dibujo. Bizarre Adventures#32 (fecha de portada, 1982) contiene su primera historia publicada. De ahí en adelante iría alcanzando metas como ser guionista regular en Spider-Woman (designada por Jim Shooter para poner fin a Jessica Drew) o hacerse cargo de mini series como Beauty and The Beast (protagonizada por Dazzler y la Bestia de los X-Men).

Diseño de Longshot por parte de Arthur Adams

En el periodo que va de 1982 a 1985, Nocenti aprendió mucho del negocio. Muchas veces en las labores de edición, pero también como guionista, en sus aciertos y fracasos. Una de esas conclusiones la extrajo de su periplo en Spider-Woman, un personaje al que apenas conocía, con el que no tenía ningún lazo emocional y que asumió únicamente para darle un obligado retiro. La respuesta negativa que vivió por parte de muchos de sus fans le puso en la senda correcta. Había que establecer una conexión entre el guionista y sus protagonistas para darse cuenta de lo vivos que estaban, como entes imaginarios. Ese tacto, ese mimo, lo desarrolló en una creación muy personal. Alguien que empezó a levantar desde sus mismos cimientos pues no existía de forma previa en el Universo Marvel. Ann comenzó por lo básico, el nombre, y de ahí que rápidamente optara por Longshot. Un caracter desconocido, al que nadie parecía importar…pues eso, un long shot (el juego de palabras viene porque en inglés es algo así como “un palo a ciegas”). El aspecto físico era otra cuestión capital y para la autora era primordial que se alejara de la imagen híper masculinizada que lucían el grueso de los superhéroes. Así que en su imaginación concibió a alguien de aspecto infantil, pese a que claramente hablamos de un adulto, hecho y derecho. Un pequeño detalle fue que la creadora quería que uno de sus ojos, solo uno, fuese brillante. La razón hay que buscarla en su compañero de piso de aquellos días, el gato tuerto que tenía como animal de compañía, del que a altas horas de la noche sabía de su existencia por el brillo de su ojo. Había que seguir perfilando al personaje y el siguiente paso es en qué consisten sus poderes. Obviamente, entrenado en la lucha cuerpo a cuerpo, su mayor atributo es que parece gozar de una extraña buena suerte. Un punto de partida desde el que comenzar. Por último, Nocenti pensó que sería divertido que el personaje no recordara quien es, que fuera una especie de tabula rasa como el mismo proyecto. Por aquellos días, un héroe amnésico era toda una novedad. La guionista sí sabría todo su trasfondo, por supuesto, pero el lector iría desgranando poco a poco todas las incógnitas. Pese a todo, una cosa si quedaba clara, Longshot no era de la Tierra, por lo menos de la 616; provenía de otro universo, que en pequeñas píldoras, sería introducido a lo largo de la mini serie. Como decimos, estos son los rasgos básicos, pero Nocenti trabajó y duro en esta colección. Se puede decir que se aplicó bien en el proceso de sentir apego hacia todo el background de Longshot ya que envió al dibujante encargado de la mini casi mil páginas de información sobre la misma. Y el afortunado fue nada menos que Art Adams.

Afortunado puesto que se trata de un artista novel, sin apenas experiencia, solo un pequeño paso por Pacific Comics en 1984, ni formación. Adams nunca ha ocultado su carencia de estudios y se siente orgulloso de ser autodidacta. Eso sí, se reconoce un entusiasta de Marvel Comics y más concretamente de autores como el Michael Golden de Micronauts, del Bill Sienckiewickz de Moon Knight o de cualquier cosa de Walt Simonson. Desde los 17 años, se dedicó a pasearse por las convenciones con su portafolio, tratando de agradar a algún editor. En una de ellas tuvo la oportunidad de enseñar su trabajo a Joe Rubinstein, en nómina de Marvel en aquella época, y éste se lo pasó a Denis O’Neil. Fue O’Neil, ejerciendo su potestad de editor, el que le ofreció su primer trabajo en la Casa de las Ideas. Una pequeña historia que debía publicarse en Bizarre Adventures y que, finalmente, nunca vio la luz. Pero Adams ya había metido la patita en una de las grandes. Era cuestión de tiempo que le fueran llegando encargos.

Y su gran oportunidad llegó no mucho más tarde. Carl Potts fue uno de los primeros en fijarse en sus muestras. Qué casualidad, puesto que Potts y Nocenti trabajaban juntos. Ann tenía la historia de Longshot en su cabeza y cuando vio unos dibujos de la Bestia, en una situación cotidiana, lavando platos y lanzándolos contra otro Hombre-X, enseguida sintió que Art era el dibujante perfecto para el proyecto. Según la autora, esas páginas “estaban llenas de un encanto embriagador, de payasadas, de energía fluida, de humor…”. Adams lo recuerda de una manera menos poética pues admite que el guion de Longshot fue ofrecido a prácticamente todo el staff artístico de la casa y nadie quiso embarcarse en la aventura. Un personaje desconocido, con una trama bastante alejada del corazón del Universo Marvel…. Muchos la veían como un fracaso casi asegurado. Pero nuestro dibujante quería dedicarse al mundo del comic-book y no estaba dispuesto a echarse atrás. Comenzó a organizar sus propios diseños, ya que recibió algo de trabajo previo realizado por Potts, en cuanto a la apariencia del protagonista, y rápidamente se hizo con el control del aparato artístico de la serie. Longshot, la mini serie, comenzaba a dar sus primeros pasos.

Hay que admitir que el proyecto tiene su miga. Por mucho que Nocenti tuviera una gran historia en mente y que hubiera en nómina un dibujante dispuesto a llevarla a término, el visto bueno debía darse desde las altas instancias y para ello necesitabas un valedor. Entra en escena Louise Simonson, que en sus funciones de editora, se ofreció a apadrinar el proyecto ante Jim Shooter. Sin esa labor, este Longshot jamás hubiese visto la luz. Weezie, apodo cariñoso con el que se la conocía en la redacción, era una de las máximas responsables de la franquicia mutante, auténtico estandarte de la Marvel de los ochenta. Shooter confió en el olfato de Louise y dio luz verde a este proyecto, que por cierto, no tenía ninguna referencia a cuestiones mutantes. Ni el personaje protagonista, ni los secundarios (aparecen héroes Marvel sin que ninguno tenga que ver con la Patrulla X), ni los antagonistas…. no hay rastro de ningún gen X en la mini serie original. El hecho de que Simonson fuese muy cercana a Chris Claremont es el motivo principal por el que el Patriarca Mutante acabase recogiendo todas las ideas que circulan en la obra (Mojo, Espiral, el propio Longshot) y se terminaran integrando en el entorno mutante. Pero en sus inicios, ni Nocenti ni Adams tenían intención de que la mini serie fuese enclavada en esa parcela del universo compartido.

Plancha original de la serie, a cargo de Adams, Portacio y Steele

Con el contexto de la obra más o menos claro, vamos a ver que tenía que ofrecer el equipo creativo. El #1 aparece en las tiendas con fecha de portada septiembre de 1985 y se extendería durante seis meses consecutivos, finalizando en febrero de 1986, con un número extra, de más de cuarenta páginas. Ya hemos dicho que el protagonista no recuerda nada; aparece en nuestra Tierra, huyendo de unos misteriosos acosadores, sin saber ni siquiera su nombre. Así pues, lo primero en que se centra la guionista en establecer la dinámica de un recién llegado a una realidad que apenas entiende. Se sabe que se ha traído a algunos incómodos acompañantes en su viaje interdimensional. Eso hace que el personaje principal, que se hace llamar Longshot, interactúe con los dos lados de la moneda; por un lado, humanos normales y corrientes, y por otro, restos de su mundo de origen. Entre ellos tenemos a una intrigante Espiral, una mercenaria de seis brazos muy diestra con las armas blancas, y también a una especie de demonio que Longshot se empeña en llamar “perrito”. Se establece una compleja relación entre ambos e incluso comparten la logoforma (dibujo característico de las portadas Marvel) en los números que van del #1 al #5, observando en ellas el progresivo aumento del tamaño de Gog, auténtico nombre de la criatura (y también, de paso, su peligrosidad).

Nocenti no era una autora al uso, como hemos advertido líneas arriba. No hace falta ser muy avispado para observar que la guionista sabe colar temas de índole social, a pesar de que el envoltorio es un cómic de ciencia ficción superheroica. Entre las primeras interacciones de Longshot, buscando un sentido en el nuevo mundo, en una Nueva York más bien caótica, se encuentra con Elliot, un hombre alejado de todas las influencias posibles; un superviviente en el que la guionista pone todas sus suspicacias acerca de las grandes empresas. Y es que los años ochenta fue un periodo que se vivía de cerca el peligro de un cataclismo nuclear. Próximamente, se encontrará con Rita Carambola, una especialista de cine que le servirá para poner en solfa al mundo del espectáculo. Este personaje secundario termina por implantarse como habitual en la mini serie, ya que pasa a convertirse en interés amoroso del protagonista, pese a que éste continúa su periplo en la Tierra, tratando de acordarse de quién es en realidad. En ese paseo se topa con los Torpones, un grupete de chavales de barrio, a los que Nocenti recuperará en su etapa en Daredevil. Pero la mayor genialidad de esta obra se esconde en el mundo de origen del protagonista, un espacio dominado por seres invertebrados, atados a sistemas autónomos de locomoción y enganchados al mundo de la televisión. Para que su estructura social funcione, deben crear todo un ejército de esclavos destinados a cumplir una pléyade de funciones, desde las más básicas hasta las puramente recreativas. Entre todos los habitantes de este desquiciado mundo destaca Mojo, el antagonista del muchacho sin memoria, y del que, a la postre, tomará su nombre esta realidad alternativa, al bautizarse como Mundomojo. Sin duda, la escritora disparaba con bala y directa a la línea de flotación con la presentación de estos personajes tan excesivos.

Ann Nocenti estaba planteando la dinámica de una realidad alternativa desde sus mismos cimientos. Y para ello estructura la narración en diversos segmentos: tenemos a Longshot en la Nueva York actual, vemos el Mundomojo y el discurrir de sus enemigos, observamos flashbacks que nos van desgranando información del pasado…. La estructura narrativa no es simple y la abundancia de texto, de intercambios entre los actores de la función, además de recuadros de apoyo y globos de pensamiento por doquier, hace que la obra se convierta en una lectura densa, con mucha información para procesar por parte del lector, como bien indicaba el memorándum inicial que desarrolló previo a la salida de la colección . Se puede decir que la autora sale bien librada del envite, pues la experiencia es totalmente satisfactoria, aunque nunca perfecta. Se nota una cierta descompensación en momentos puntuales. Algo que tuvo que sufrir la propia editora, Louise Simonson, a la que solicitaban aumentos puntuales de páginas de un número a otro, llegando a la extravaganza del número final, donde se alcanzaron más de cuarenta páginas. Uno de esos momentos de flojera se debe a la inclusión de personajes del Universo Marvel. No sabemos si por obligación o por propia iniciativa del tándem creativo, al tratar de atraer una mayor atención para la serie, pero por las viñetas de Longshot aparecen Spiderman, Hulka y el Doctor Extraño. Exceptuando a este último, que va a ser determinante en el segmento final, la aportación del Trepamuros y de la prima de Bruce Banner no añade absolutamente nada a la historia, y queda reducido a puro fanservice gratuito. Un buen puñado de espacio malgastado, que se podía haber utilizado para otros menesteres, y cuyo único valor reside en el envoltorio gráfico que supo dotar el dibujante a los mismos.

Art Adams tenía bajo su responsabilidad el llevar a buen término todos los conceptos desplegados por Nocenti. Buena papeleta para el de Massachusetts pues nos encontramos ante un dibujante novato. Y aun así, se puede decir que el artista hace suyo a Longshot desde el minuto uno. No tanto por el trazo, ya que todavía faltaba para la eclosión de las mejores capacidades del Adams dibujante, pero sí se muestra resuelto en cuanto a narrativa, composición, y diseño de personajes y ambientes. Lo cierto es que Mojo y su mundo eran un caramelo para cualquiera, una realidad alternativa donde desplegar fantasía sin control. No menos acertado es el diseño de Longshot, pese a que se advierte como un símbolo de toda una era, con su recargado atuendo y su peinado tan sui generis. También se pude hablar en positivo de secundarios como Espiral o Gog, gentes provenientes de Mundomojo. Todos ellos han resistido la prueba del tiempo pues sus diseños se han mantenido, sin apenas variación, durante los más de treinta años de vida editorial que llevan a sus espaldas.

Adams no se ha caracterizado por ser un dibujante regular; ni cuando se consolidó como estrella del medio, ni en sus orígenes. Aquí tenemos que agradecer, de nuevo, el mimo que puso la editora, Simonson, para que la mini serie dispusiera del timing necesario para no sufrir retrasos. Para ello, complementó el talento de Adams con las aptitudes para el entintado de Whilce Portacio, otro fichaje reciente que había demostrado sus capacidades de forma previa en Alien Legion, un proyecto para Epic apadrinado por Carl Potts (lo que le conecta con Nocenti). Portacio, más conocido por ser uno de los dibujantes estrella de la generación Image, comenzó su periplo en Marvel Comics en las labores de entintado y aquí cumple con creces, al darle una acabado profesional a los logrados lápices de Adams. Suyo es el encargo de las tintas para toda la mini serie, exceptuando el primer número, que cuenta con el propio Whilce más Brent Anderson como apoyo. Que un primer número necesite de la colaboración de dos profesionales del entintado nos da muestras del frenesí que se percibía ante los temibles plazos de entrega. Christie Scheele se haría cargo del color. Destacada colorista que se hizo un nombre en los años 80, a su llegada a Longshot ya tenía la suficiente experiencia para hacer un trabajo más que competente. En este caso, sabe cómo calibrar distintas ambientaciones, debido a la variedad escenarios (la Tierra 616, Mundomojo…), y sobre todo se muestra diestra al jugar con claro oscuros, gracias a las muchas escenas nocturnas en toda la mini serie. Lo cierto es que el tándem artístico (Adams, Portacio y Scheele) otorgan un acabado más que notable a Longshot.

Este tebeo ha contado con varias ediciones en España desde su publicación en USA. Forum lo publicó primero en Marvel Héroes en 1988, para luego reeditarlo, en el año 1993, en la colección Obras Maestras. Panini, actual licenciataria del material Marvel en nuestro país, recopiló toda la mini serie en formato Marvel Gold, el de tapa blanda con solapas, en 2016. Sin duda, es la mejor edición que podemos encontrar en el mercado, ya que recoge la última remasterización realizada por Marvel Comics. Además, incluye un extra muy particular, extraído de la versión americana, con montones de bocetos y páginas a lápiz de Adams, y extractos primigenios del guion original de Nocenti. Algo que nos ayuda a comprender mucho mejor la realización final de la obra.

En definitiva, nos hallamos ante un proyecto muy interesante por lo que propone. Se agradece la valentía de Nocenti, por ese salto sin red de tratar de lidiar con un personaje novedoso, envuelto en un halo de ciencia ficción, pero lleno de subtextos con el que el lector avispado no tardaría en conectar. Una obra de culto en una Marvel Comics en plena era de expansión. Art Adams no se equivocó al acometer un guion que había sido desestimado por prácticamente todo el staff artístico de la editorial. No solo por avalar el trabajo de la guionista, en la que se reconocían mimbres de algo grande, sino también por lo que el mismo dibujante podía aportar al conjunto. Como muestra tenemos el reconocimiento profesional del medio al otorgarle el Russ Manning Award en 1986, precisamente por su trabajo en Longshot. Pese a que la mini serie acaba con un final cerrado, el suertudo personaje atrajo los intereses de algunos elementos del Bullpen. Chris Claremont recupera a Mojo y a Espiral en el anual de ese mismo 1986 protagonizado por los Nuevos Mutantes. Y en el de sus hermanos mayores, los X-Men, reaparecía Longshot, además dibujado por su creador original, el gran Arthur Adams. Parecía que la historia de Longshot acababa de comenzar. Al final iba a resultar que sí tenía la suerte de cara.

Spiderman vs Longshot
  Edición original:.Longshot #1-6. Edición nacional/ España:.Panini Comics Guión:.Ann Nocenti Dibujo:.Arthur Adams Entintado:.Whilce Portacio y Brent Anderson Color:.Christie Scheele Formato:. Tomo en tapa blanda Precio:. 19,95 euros   El trabajo en el comic americano ha sido, de forma tradicional, algo muy asociado al género masculino. No vamos a mentir, siempre…

Longshot

Guion - 7
Dibujo - 8
Interés - 7

7.3

Valoración Global

Una obra innovadora como signo de una nueva época en uno de los primeros trabajos como profesional de Arthur Adams

Vosotros puntuáis: 8.34 ( 11 votos)
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AlbierZot
AlbierZot
Lector
25 marzo, 2018 11:44

Si no recuerdo mal, esto salió troceado en el Marvel Héroes de Forum… Lo que sí recuerdo bien es encontrármelo de casualidad y fliparlo mucho con los dibus de Adams que parecían los Mundos de Edena de Moebius… pero con Spiderman y Hulka dentro! Quien iba a pensar que se trataba de los balbuceos de un artista en progresión.

Drury Walker
Drury Walker
Lector
En respuesta a  AlbierZot
25 marzo, 2018 13:36

Sí, yo también lo recuerdo de Marvel Héroes de Fórum, fue mi primer Adams y el dibujo llamaba mucho la atención…

Por otro lado un posible epílogo temático de esta historia (que no de la trama de Longshot y su mundo) podría ser el Annual de Web of Spider-Man de 1986, también de Nocenti y Adams, con la experimentación con animales y la crítica a la televisión y sus informativos de temas de fondo. Aquí ya es un Adams pletórico y lúdico, no sé si lo reseñareis en la página. Además tenía una historia de complemento de Nocenti y Mignola que es de mis historias favoritas de Spiderman!

AlbierZot
AlbierZot
Lector
En respuesta a  Drury Walker
25 marzo, 2018 14:04

De ese Annual, McFarlane tiene viñetas calcadas (literalmente) en sus primeros trabajos para Amazing. No hay duda del impacto de Adams en los imageboys.
Nocenti siempre ha escrito muy bien a Parker, demasiado bien incluso, rozando la crueldad; esa está muy bien, a mi me gusta mucho la que hizo con Leonardi para el Spider-man de McPollo himself (nro 17), en la que además salía Thanos!

Drury Walker
Drury Walker
Lector
En respuesta a  AlbierZot
25 marzo, 2018 17:11

Pues sí, muy bien apuntado.

Igual era interesante que uno o varios redactores hiciesen una entrada sobre lo que supuso la etapa de Todd McFarlane (como dibujante y autor completo) para el lanzarredes. Los cambios creativos que trajo para el personaje, sus influencias (o calcos) y su legado, más que la visión económica (unidades vendidas) o lo que supuso para el salto a Image (que de eso sí que he leído por aquí). Igual un formato con alguien a favor y alguien en contra daría para un hilo muy interesante…

AlbierZot
AlbierZot
Lector
En respuesta a  Arturo Porras
25 marzo, 2018 21:33

Gracias por el enlace, Sr. Porras. Pasé por alto su referencia en una primera lectura antes de comentar. Tampoco había considerado las tintas de Portacio, otro que deslumbró en sus inicios (y ahí se quedó), pero el coloreado siempre me molestó en la forma de aplicar tonos uniformes sobre las figuras, fondos o viñetas enteras, de forma muy creativa e inteligente, creo yo, (me gusta el uso de los blancos) pero en nula sintonía con el dibujante, llevándose por delante su detallado dibujo en multitud de ocasiones con unos rojos saturadísimos que ni me imagino como quedarían en el pobrísimo papel yankie.
Un placer leerle, como siempre. Saludos

Bea Bordez
Bea Bordez
Lector
25 marzo, 2018 19:04

Aprovecho este espacio para felicitarte señor Porras, por todos éstos «artículos enciclopedia» que he tenido el placer de leer y releer, y que al terminarlos me entran ganas de leer los comics que reseñas, éste Longshot caerá pronto. Saludos

Bea Bordez
Bea Bordez
Lector
En respuesta a  Arturo Porras
25 marzo, 2018 21:22

Hasta la próxima será, cuente con ello 😉

Dynamo
Dynamo
Lector
25 marzo, 2018 20:36

Excelente artículo como siempre, Señor Porras. Desde aquí me uno a aplaudir la labor de Arthur Adams durante su carrera. Uno de esos artistas que me impacto desde el primer momento. A Nocenti por su parte reconozco haber leído poco y es una de mis deudas pendientes, pues es un nombre importantísimo en el mundo del cómic. Este Longshot me parece una buena lectura para empezar a saldarla.

TheQuestion
TheQuestion
Lector
25 marzo, 2018 23:31

Me hubiera gustado que Panini hubiese incluido el especial, que publicó en su día Forum, El retorno de Longshot. Y ya que estamos, los Marvel Fanfare Vol.2 nº 4 y 5.

Nippur
Nippur
Lector
27 marzo, 2018 1:15

Arturo, gracias por tu reseña. Espero que pronto nos regales un artículo del Daredevil de Nocenti y Romita Jr

Mimico
Lector
30 marzo, 2018 15:45

Gran artículo, sr. Porras, sobre una de mis deudas pendientes. Aunque me disculpo con la excusa de que ya conocía que esta miniserie de presentación del personaje no tenía nada que ver con la franquicia muti. Sí que disfruté a Longshot en su etapa como miembro de la P-X, con Claremont en modo p*#o amo «ON!». Aportaba ese escape cómico y naïf que resultaba un agradecido contrapunto al tono general serio y oscuro, tan típico de finales de los 80, que reinaba en la serie. Y a Adams en los Annuals, los Extras Invierno, Primavera, etcétera de Forum. Qué decir, era una gozada y más dibujando a mis personajes Marvel favoritos.

¡Un saludo, caballero!