Los Vengadores vs El Zodiaco
«¡Desde el día que encontré la Llave Zodiacal, estáis muertos, humanos!»
Nos encontramos a finales de 1987. Los vengadores de la Costa Oeste acaban de finalizar la que, por muchos fans, es considerada su aventura más icónica: Perdidos en el espaciotiempo. Sin tiempo para descansar, el guionista Steve Englehart tiene que idear nuevas amenazas para este particular grupo de superhéroes. Y el escritor nacido en Indiana no piensa rebajar los niveles de extrañeza y bizarrismo que han acompañado al grupo desde su debut apenas unos años antes. Si hace falta, elevará aún más el nivel de extravagancia en la colección, buceando de nuevo en conceptos y elementos sacados tanto de cómics de la Marvel clásica como de historias casi olvidadas. Entra en juego El Zodiaco.
En un universo tan rico y con tantos años a su espalda como el de Marvel, no todos los grupos de villanos pueden ser igual de carismáticos. Y, si hablamos del Zodiaco, no podemos olvidar su historia, llena de giros y cambios de estatus a cuál más radical. El origen del Zodiaco se remonta a 1968, en concreto a la primera aparición de Escorpio en el debut de Nick Furia, Agente de Shield, a cargo, nada más y nada menos, que del legendario Jim Steranko. Escorpio no era otro que Jake Furia, hermano de Nick, quien, armado con la llave del Zodiaco (un artefacto mágico que obtiene su poder de otra dimensión), se enfrentó en varias ocasiones con el espía más famoso del Universo Marvel. Poco después, en 1970 y ya en las páginas de Los Vengadores #72, presenciaríamos la primera aparición del grupo al completo. El Zodiaco era introducido como una organización criminal sin más particularidad que la de basar el aspecto y los poderes de cada uno de sus integrantes, en los de los signos del zodiaco. El grupo había sido formado por la identidad civil de Tauro, Cornelius van Lunt, y contaba como primer líder con Aries. Serían derrotados en esa aventura y en una posterior en Los Vengadores #82, en la que, ayudados por un ejército propio, intentarían asaltar la isla de Manhattan. Entre 1971 y 1973, distintos miembros del Zodiaco, servirían de antagonistas en las cabeceras Iron Man, Daredevil y Tales to Astonish. En 1974, Tauro reuniría de nuevo al grupo al completo en Los Vengadores #120-121, tan solo para ver fracasar su nuevo plan para conquistar la ciudad de Nueva York, en la que sería la primera vez que Englehart utilizara a los personajes. Llegando al final de la década, 1977, Escorpio crearía una nueva encarnación del Zodiaco en la que todos sus miembros serían Señuelos Dotados de Vida (SDV). Esta historia, culminada en Los Defensores #50, terminaría con el aparente suicidio de Escorpio. Desde ese momento, en Marvel pulularían dos grupos del Zodiaco: uno formado por seres humanos y otro por SDV. Los Vengadores Costa Oeste, en su primer Anual, ya se habían enfrentado al “Zodiaco SDV” pero Englehart seguía teniendo ideas con respecto a estos personajes.
El guionista ya había demostrado conocer de sobra a los héroes que componían la sucursal vengadora con sede en la costa oeste de los Estados Unidos. Un grupo sólido conformado por el Hombre Maravilla, Ojo de Halcón, Pájaro Burlón, Iron Man, Hank Pym y el Caballero Luna. Englehart había sido capaz de dotar al grupo de una personalidad propia, enfrentando la seriedad y la épica de la colección hermana dirigida por Roger Stern, Los Vengadores Costa Oeste mezclaba la acción y el drama sin complejos, permitiéndose toques de comedia e incluso de absurdo sin miedo a caer en el ridículo. Los números incluidos en este tomo terminan siendo un conjunto muy irregular de aventuras, con ideas interesantes pero con demasiados cambios de rumbo y justificaciones, en ocasiones, realmente absurdas.
El grueso del tomo lo compone la saga del Zodiaco, en la que el Escorpio SDV, devuelto a la vida por la llave zodiacal con la conciencia de ser un androide, masacra al Zodiaco humano por completo excepto a Tauro, el ya mencionado Cornelius van Lunt. A partir de ese momento, se suceden una serie de batallas intrascendentes, giros rocambolescos pero con cierto sentido (Tigra y Ojo de Halcón como versiones SDV de Leo y Sagitario) y otros sin pies ni cabeza (los miembros de la secta La Hermandad, en la dimensión de la llave del zodiaco, se niegan a pelear con los héroes al final porque “buscan el conflicto” y derrotar a los Vengadores acabaría con “el conflicto” ¿?). En su último capítulo, la saga consigue redimirse en parte cambiando la escala de la batalla. Pasamos de enfrentamientos interdimensionales, a un duelo cara a cara entre van Lunt y el Caballero Luna. Milgrom está francamente bien en este número, mostrando con bastante rotundidad la persecución del Caballero Luna al fugado Tauro, especialmente la angustia y miedo de este último al sentirse acosado por el héroe.
El resto del tomo contiene una pelea entre el Hombre Maravilla y la Abominación (en realidad Tyrannus, atrapado en el cuerpo de la Abominación en el Anual #15 de Hulk) que se desata por una razón ridícula cuando Tyrannus/Abominación le suelta a un Simon agasajado en un programa de televisión: “Si yo no tengo la gloria, tú tampoco”. Un poco absurda será también la razón por la que Akron se enfrentará también a Simon, en este caso porque es el actor protagonista en las películas que en la tierra se han rodado sobre él. Mucho más seria y dramática es la evolución que le da Englehart a la subtrama relacionada con el asesinato del Jinete Fantasma a manos de Pájaro Burlón en el tomo anterior. Englehart retoma al Jinete, en este caso reencarnado en un descendiente de su familia, y que aparecerá para acosar a Bobbi, aumentando el conflicto interno de ella a la hora de confesarle a Clint que ha matado a un hombre a sangre fría.
Después del extenso e intrincado tapiz desarrollado por Englehart y Milgrom en la aventura de los héroes perdidos en el espaciotiempo, este siguiente tomo no consigue mantener el nivel de aquellos números. Hay ruidosas batallas y momentos de gran intensidad (como Pájaro Burlón descubriendo que su marido es un SDV) pero estos números se ven lastrados por momentos que no tienen demasiado sentido, cambios de planes demasiado abruptos (Espíritu pasa de ser propuesta como vengadora además de apuntar a un incipiente romance con Hank Pym a… desaparecer en dos páginas) y un tono demasiado camp que perjudica al conjunto. En este sentido, no podemos dejar de mencionar el #30, escrito y guionizado por Milgrom, un relato insustancial que incluye una de las imágenes más perturbadoras de toda la historia de la colección: ese megazord a lo Power Rangers conformado por trozos de los distintos miembros del grupo.
Leyendo estos cómics, se aprecia cómo Englehart estaba perdiendo fuelle en sus guiones, dejando al mínimo el desarrollo de personajes y generando conflictos entre ellos completamente arbitrarios como cuando el Caballero Luna y Iron Man están a punto de llegar a las manos porque ambos se encuentran en el mismo lugar al que habían ido “para estar solos”. En cuanto al dibujo, Milgrom, acompañado Mike Machlan, se mantiene en su línea. Poses estáticas y falta de dinamismo general. Al menos, no se puede negar que el tomo tiene una estética coherente de principio a fin.
El último número de esta recopilación, ya anuncia el cambio de estatus que iba a tener lugar en la colección. Iron Man acaba de ser expulsado de los Vengadores debido a lo acontecido en la primera Guerra de las Armaduras y Englehart iba a aprovechar esto para intentar recuperar el pulso a la colección. Y para ello contaba con dos ases en la manga, una pareja de héroes a los que conocía muy bien. El futuro de Los Vengadores Costa Oeste pasaba por la Visión y la Bruja Escarlata.
Lo mejor
• El enfrentamiento entre el Caballero Luna y Tauro.
Lo peor
• Todas las referencias astrales que justifican las acciones del Zodiaco acaban siendo un despropósito
Guion - 5.5
Dibujo - 5
Interés - 5.5
5.3
Confuso
Algunas buenas ideas pero, en definitiva, una saga fallida
Los costa oeste. Los mejores comics malos de la Marvel de los ochenta.
Que no haya manera de que se reediten determinados clásicos de prensa, Franco-belgas o DC y que algo como esto haya tenido una reedición con esta calidad es un misterio de difícil explicación.
Al final, es cultura popular, y los Nuevos Vengadores, para bien o para mal, fueron populares en su momento. Y es por eso que se han reeditado, porque Panini sabía que muchos fans con ataque de nostalgitis (entre los que me incluyo) íbamos a picar. Es verdad que son un despropósito y no podrían definirse como «buenos». Pero tienen algo inefable que los hace destacar, llámalo camp o como quieras. Yo creo que Englehart pensaba que estaba haciendo cómics serios y trascendentes, una especie de Uncanny X-Men sin mutantes, mezclando ciencia ficción y soap opera, y le salió esto, que de tan malo es bueno.
De tan malo, era infame. Como todo lo que hizo Engleheart en los 80, por otro lado.
En fin…
Para nada de acuerdo, estos Vengadores Costa Oeste siguen siendo bastante aprovechables, sus 4 Fantásticos también eran muy locos y disfrutables y su maxiserie de la Visión y Bruja Escarlata ha servido en buena medida de base para Wandavisión. Está claro que el tiempo ha puesto en su sitio al Englehart de los 80.
Estoy de acuerdo en que siguen siendo bastante aprovechables…como papel higiénico.
Lo único medio decente que hizo Engleheart en los 80 fue Estela Plateada (y siendo muy, muy, muy generosos). Sus 4F daban vergüenza ajena, sus Costa Oeste son lamentables y menos mal que no le dejaron meter mano en Daredevil y a cambio pudimos disfrutar de la etapa de Nocenti-Romita JR.
Y sí, el tiempo lo ha puesto en su sitio: autor de varios de los peores-peores cómics Marvel de los 80.
Absolutamente indefendible.
Léete el Spiderman de Dan Slott y ya veras como relativizas el valor artístico de estos Vengadores costa oeste como nosotros.
Mal de muchos…
En estos tiempos en los que se impostan los gestos feministas, por favor, apreciemos por un instante el inconmensurable trabajo de Englehart y su alucinante ZODIACO PARITARIO, con esas Tauro y Capricornio tan WTF. Si es que este señor era un visionario.
Yo tengo un recuerdo horroroso de estos Vengadores Costa Oeste.De adolescente no me gustaban absolutamente nada, y más en la época en que Zinco estaba publicando en España cosas como Crisis, Watchmen,Dk,Batman Año Uno,Sandman o Animal Man.
Si le sumamos a lo absurdo y ridículo de los guiones de Englehart el horripilante dibujo de Al Milgrom(muy probablemente el peor dibujante de cómics de superhéroes de la historia), creo honestamente que hay formas mucho mejores de invertir el dinero.
Por supuesto esto dicho con el máximo respeto para lo que opináis que estos tebeos son tan malos que terminan siendo buenos.
Si no hay que irse tan lejos, que al mismo tiempo que esto en la serie hermana de la costa este estaban Roger Stern y John Buscema haciendo época dejandonos una de las mejores etapas de los Vengadores de todos los tiempos.
No voy a defender a los costa oeste porque no puede ser y además es imposible. Ni por guión, ni dibujo ni valor artístico alguno.A mi me gustan por mezcla de nostalgia y por pasados de vueltas, pero eso que ahí entra la completa subjetividad. Son cosas que nos pasan. Cada vez que dan en televisión Commando con Arnaldo Schwarzenegger tambien la tengo que ver y es mala como pegar a un padre.
Te entiendo perfectamente. Supongo que la diferencia es que ver Comando en la tele te sale gratis y por esto hay que soltar pasta,y claro,ahí el tema cambia.
Pero sí,entiendo perfectamente el tema de la nostalgia y cómo nos afecta muchas veces haciendo que les podamos tener un cariño especial a productos que no resistirían un mínimo análisis.
Disiento completamente, el peor dibujante de superhéroes de la historia es Brett Booth.
Peor que Rob Liefeld no puede haber nadie. Como mucho, igual de malo.
Yo conservo las grapas porque tengo un síndrome de Diógenes de manual, pero vaya…no me acerco yo a una edición de lujo de esto ni harto de vino.
Lo dicho: absolutamente indefendibles, como casi toda la producción de Engleheart en los 80.
Comics malos de los 80 en papel satinado brillante. A ver quién se resiste.
Exacto, es como el Burguer King con resaca.