Dave Hunt
Uno de los puntos fuertes de los universos compartidos como el de Marvel es poder jugar con un enorme plantel de personajes. La idea de lanzar una serie que tenga como premisa juntar a dos o más héroes no era nueva en los años 70. La novedad, a principios de 1972 era presentar una colección protagonizada por Spiderman, el héroe emblema de la Casa de las Ideas, en la que compartiera cada número con un héroe diferente (o la antorcha humana, que repitió como invitado en varias ocasiones en los primeros años). Marvel Team-Up se convirtió, así, en la segunda cabecera regular del lanzarredes, un espacio para contar historias más laxas con la continuidad, aventuras con la intención clara de entretener por encima de todo.
Panini nos trajo en 2023 el tercer volumen que recopila esta serie clásica, publicada en España por primera vez en formato “de lujo”, los Marvel Gold/Omnigold. Aquí se incluyen los #41-64, el primer Anual de la serie y más material complementario. El tomo abarca los años 1975 a 1977 y suponen no solo la consolidación de la serie sino alguno de sus mejores momentos creativos.
Para hablar de estos cómics, creo que lo mejor es dividir el volumen según el guionista. Bill Mantlo (de quien este humilde reseñador parece querer hablar de todos sus comics) aceptó el encargo en 1975 de escribir Marvel Team-Up como un importante salto adelante en Marvel. Además de fill-ins y colaboraciones menores, el trabajo más estable de Mantlo se había iniciado en 1974 escribiendo Deadly Hands of Kung Fu. El joven guionista, poco a poco, se iría convirtiendo en un valor al alza en Marvel llegando a ser pieza fundamental en recordadas etapas en Peter Parker, el Espectacular Spiderman, Hulk, Alpha Flight o, sobre todo Los Micronautas y Rom.
Sin embargo, en 1975, Mantlo es un guionista “en construcción”, buscando un estilo propio. Sus números aquí (#41-51 y 53-56) pecan de intentar ajustarse a una fórmula Marvel que seguía bebiendo mucho de la impronta que dieron a la editorial el trabajo de Stan Lee y Roy Thomas en lo literario. La revolución narrativa de los 80 quedaba lejos todavía. Los guiones de Mantlo son correctos, con voluntad en ocasiones de trascender la rígida fórmula del team-up (con sagas más largas que se extendían varios números) pero con diálogos muy mejorables y algunas decisiones creativas como poco cuestionables (la inclusión de algunos héroes en el relato como la de Dragón Lunar en el #44 rozan el ridículo).
Con todo y con eso, la etapa de Mantlo es recordada con cariño por muchos aficionados debido a los argumentos de viajes en el tiempo que ocupan tanto los #41-44 en el que Spiderman visitará los juicios de Salem en el siglo XVII, como los #45-46 con la aparición de futuros distópicos donde habitan Deathlock y Killraven. El inicio de la primera aventura ni siquiera es un team-up en sí puesto que Spidey acude al rescate de una Bruja Escarlata poseída. Después vendrán la Visión, Dragón Lunar y, como novedad, el mismísimo Dr. Muerte. La caracterización no será aquí el fuerte de Mantlo pero son cómics que se leen con el sabor añejo de la Edad de Bronce. Más interesante para mí, como fan de la ciencia ficción, son los siguiente números donde se muestran unos alternativos 2019 y 1990 que han terminado fatal para la humanidad pero que todavía cuentan con héroes como los mencionados más arriba. En aquella época, los 70, todavía era refrescante ver a un superhéroe de corte urbano como Spiderman, metido en líos temporales.
Tras un cross-over con Marvel Two-in-One coprotagonizado por la Cosa (#47), Mantlo se embarca en otra saga de larga duración (#48-51) donde lo importante no será la compañía de Iron Man y el Doctor Extraño sino el debut de un importante personaje secundario del universo arácnido: la capitana de policía Jean DeWolff. Presentada como una mujer moderna con su cigarrillo en la boca y un vestuario que reflejaba su personalidad, DeWolff acabaría siendo un importante apoyo de Spiderman en la década venidera. Quienes solo la hayan conocido como cadáver tras la excelente historia de Peter David “La Muerte de Jean DeWolff” se sorprenderán aquí con la profundidad de su conflicto familiar con su padre y su hermano (villano conocido como El Espectro).
Desgraciadamente, Marvel Team-Up también era utilizada como vehículo para promocionar otras series. Es el caso del #52, apropiadamente escrito por Gerry Conway ya que su historia, que incluye al Capitán América, apenas sirve como anuncio de la nueva serie arácnida, la tercera regular, El Espectacular Spiderman. Un poco lo mismo pasa con el Anual #1, uno de los peores números de Mantlo, una aventura intrascendente, aburrida y larga que se utiliza para vender a la nueva Patrulla X.
Hasta aquí, el dibujante que ha acompañado a Mantlo ha sido el siempre cumplidor Sal Buscema. Aunque me gusta mucho cómo el pequeño de los Buscema dibuja a Spiderman (y a la Visión y la Bruja Escarlata), este es uno de sus trabajos, para mi gusto, menos conseguidos. Quizás por los acabados de Mike Exposito, quizás porque le faltaban unos años para cogerle el punto al personaje y su particular dinamismo. En el #53 debuta nada menos que un tal John Byrne, siendo este no solo uno de sus primeros trabajos en Marvel sino la primera vez que dibujaría a la Patrulla X (aunque hay viñetas donde se ve que las caras no son suyas, parece ser que redibujadas por Dave Cockrum).
En el #56 el que está de estreno es Chris Claremont, que ya era un autor con cierto nombre debido a su trabajo en Iron Fist. Sus primeros números, todavía con Buscema a los lápices, son bastante intrascendentes (el #58 lo podríamos calificar de realmente flojo) pero la cosa cambiar cuando, a partir del #59, la dupla Claremont-Byrne se reencuentra. Ambos convierten Marvel Team-Up en una serie con personalidad propia. Su inicio conjunto (#59-62) es una emocionante historia con Chaqueta Amarilla, la Avispa, la Antorcha Humana y Ms. Marvel donde ambos brillan, tanto el ritmo de los diálogos de Claremont como la fluida y dinámica narrativa de Byrne.
El tomo se cierra con los #64-65 en los que Claremont y Byrne hacen de Spiderman un secundario en su propia serie y se dedican a cerrar cabos sueltos de la serie Iron Fist, cancelada por bajas ventas. Como cómic de Spidey no es gran cosa, ahora bien, como cómic de aventuras al estilo artes marciales Marvel, estos números se pueden disfrutar mucho (siempre y cuando se conozca el contexto del final de la serie protagonizada por Danny Rand). Con lo mucho que he criticado los manierismos de Claremont en sus últimos años en La Patrulla X, es refrescante verle escribir de manera mucho más fluida, como es este caso, antes de verse devorado (también creativamente) por el Leviatan mutante.
Es una pena que la etapa Claremont-Byrne quede cortada por la mitad al finalizar este volumen. Quedan todavía historias muy buenas como el encuentro con el Capitán Britania o la lucha contra el Monolito Viviente. Esta es la mejor etapa en la historia de Marvel Team-Up y se nota.
Lo mejor
• Claremont-Byrne
Lo peor
• El Anual
Gracias por la reseña.
Muy interesante este tomo ya que recopila muchas historias de gran calidad que de hace rato quería volver a leer.
Algo que tira atrás la compra es el tamaño del tomo y su precio, que hace pensar dos veces su compra.
El Viaje en el Tiempo de Bill Mantlo y Sal Buscema es para mí, de largo, lo mejor que ha dado Marvel Team Up.