Marvel Héroes. Capitán América de Mark Gruenwald 4: La Estrategia Superia

4º tomo de la recopilación del Capitán América a cargo del legendario editor de Marvel

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Edición original: Captain America 372-397, Annual 9 y 10, Daredevil Annual 7 y The Punisher Annual 4 USA (Marvel Comics, 1990-1992)
Edición nacional/España: Marvel Héroes. Capitán América de Mark Gruenwald 4: La Estrategia Superia (Panini Cómics, 2023)
Guion: Mark Gruenwald, Ron Frenz, Fabian Nicieza, Tom DeFalco, Gregory Wright, Mike Baron, D.G. Chichester
Dibujo: Ron Lim, Mark Bagley, Don Hudson, Chris Marrinan, Ron Wilson, Dan Panosian, Jackson Guice, Ron Garney, Mike Manley, John Hebert, Don Heck, James Brock, Larry Alexander, Kieron Dwyer, Rick Levins
Entintado: Danny Bulanadi, Mike DeCarlo, Tom Morgan, Dan Panosian, D. Hedd, Bob Petrecca, Fred Fredrickson, Doug Hazlewood, Paul Mounts, Jimmy Palmiotti, Don Hudson, Jim Reddington, Tim Dzon, Al Williamson, Bud LaRosa
Color: Steve Buccellato, Evelyn Stein, Ed Lazellari, Nel Yomtov, Christie Scheele, Max Scheele, Paul Becton, Gregory Wright, John Constanza, Kevin Tinsley, Dan Slott, Marie Javins, Renee Witterstaetter
Formato: Tapa dura. 816 páginas. 66,00€

Di no a las drogas y al feminismo mal entendido

«Para que la leyenda viva, el hombre debe morir»

Panini, lenta pero sin pausa, continúa con la recuperación de la larguísima etapa de Mark Gruenwald como escritor de Capitán América. Estamos hablando de más de diez años (1985-1995) y un total de 134 cómics solo de la serie regular, en concreto del #307 al 443, exceptuando el #423. Sería, por tanto, la 5ª estancia más larga de un guionista en una serie en Marvel o DC. Por parte de Panini, este es el 4º tomo de la colección (mi compañero Juanjo Carrascón ha reseñado los dos primeros) e incluye Capitán América #372-397, y material de los Anuales #9 y 10. Para los más veteranos del lugar, recordar que parte de este material fue publicado por Forum en los años 90 en dos tomos de la colección Grandes Sagas Marvel. Sin embargo, y si la memoria no me falla, la saga «La estrategia Superia» y los cómics inmediatamente posteriores permanecían inéditos en España. Lo siguiente que se publicaría en nuestro país (Tormenta Galáctica aparte) sería la serie limitada Jauría de Lobos con el Capi-hombre lobo.

Para entender estos cómics hay que recordar que cada tebeo estaba dividido en dos partes: la historia principal (17/18 páginas) y un complemento de unas 5 páginas en las que el guionista ampliaba o preparaba tramas o le daba cancha a personajes secundarios casi siempre creados por el propio Gruenwald (USAgente, Estrella de Batalla, Iguana). Muchos consideran que la primera historia larga de este volumen, «Calles Envenenadas», es la última buena historia de Gruenwald en el título; que después iría poco a poco descendiendo en la mediocridad. Y razones tienen para pensarlo. «Calles Envenenadas» fue un evento que se publicó en verano de 1990 a razón de dos cómics por mes (igual que «La estrategia Superia» en 1991) y que lidiaba con uno de los principales problemas sociosanitarios de Estados Unidos en la década de los 80: la epidemia de las drogas, específicamente del crack. En la saga, el Capitán América inhala accidentalmente gran cantidad de “hielo”, una versión marvelita de metanfetaminas. Como resultado, aparte de ver cómo Steve Rogers se comporta como si fuera el Castigador, el suero del supersoldado es drenado de su cuerpo, convirtiéndole en “humano” aunque sin perder su musculatura. Esta condición sin poderes le durará poco, puesto que unos números después de terminada la saga, se confirmará que los efectos del suero (los rayos vita, no olvidemos) han quedado “imprimidos” en sus células y le acaban devolviendo su superfuerza.

«Calles Envenenadas» (#372-378) es una historia llena de acción que además plantea una analogía interesante (aunque fallida) entre los consumidores de drogas y que el Capitán obtuviera sus poderes de un suero. Y digo fallida porque la analogía correcta no sería con la metafentamina sino con los esteroides. Gruenwald hace al Capi preguntarse qué es lo que le hace ser el Capitán América, la superfuerza u otra cosa. Dilema que, los que han leído los tomos anteriores de esta serie ya saben que el propio guionista ya había contestado con la creación y desarrollo del Capitán -USAgente- John Walker. En cuanto a la acción, no hay número sin su pelea, notablemente coreografiadas por el dibujante Ron Lim, especialmente las que enfrentan a Bullseye primero con el Capitán y después con Calavera. De fondo, un enfrentamiento entre Kingpin y Craneo Rojo por el control de la distribución de la droga “hielo” y que llega a un climax un tanto absurdo con ambos supervillanos luchando en calzoncillos (Kingpin gana).

En los #380-382, Gruenwald retoma una de sus mejores ideas, la sociedad serpiente, quienes secuestran a Iguana y la someten a juicio porque piensan que les ha vendido al Capitán. Recordar que el tomo anterior, Iguana se había acabado convirtiendo en una aliada de Steve Rogers, además de posible interés romántico. Las consecuencias de esta historia serán importantes puesto que la sociedad quedará (temporalmente) disuelta y tres de sus miembros -Iguana, Mamba Negra y Aspid- tratarán de iniciar una carrera como vigilantes bajo el nombre de Chicas Malas. Un horror de nombre, sí. Y también vuelve Bernie Rosenthal, antigua novia de Steve Rogers en un frustrado intento del escritor de crear un triángulo amoroso entre ella, el Capi e Iguana.

El #383 es el especial 50 aniversario de la creación del personaje y es un, de nuevo, fallido intento de enlazar al Capi con otras leyendas o iconos de la historia americana como John Henry y Paul Bunyon. El Capitán se va encontrando a estas otras leyendas en un entorno onírico que termina con un encuentro con Ojo de Halcón y una fiesta de cumpleaños en el cuartel general de los Vengadores. Muy flojo para ser un cómic conmemorativo de tanta resonancia.

Los siguientes números serán de transición, con un intento no resulto de rescate de D-Man, el Hombre Demolición, supuestamente atrapado en el hielo antártico (#384); y un choque entre el Capi y los Perros Guardianes, grupo mezcla de milicia paramilitar y el KKK, de infausto recuerdo para el USAgente. El mismo USAgente hace equipo con Steve Rogers para detenerlos (#385-386). A continuación, el volumen presenta de forma íntegra «El Gambito von Strucker», saga en tres capítulos que tiene lugar en los anuales otoño/invierno de Capitán América, Daredevil y El Castigador. El Gambito es una historia sin demasiado interés en la que tres seres superpoderosos escapan de los laboratorios de Hydra y Strucker manda a otros tantos mercenarios con poderes para recuperarlos. Cómics aburridos, mal dibujados (John Hebert, Mike Manley) y sin trascendencia, perfectamente olvidarles.

Y llegamos al momento crítico del tomo y casi que diríamos de la estancia de Gruenwald en la serie: «La Estrategia Superia» (#387-392). Superia es una nueva supervillana cuyo plan es reunir a todas las villanas del Universo Marvel en una isla y lanzar una bomba a la atmósfera que libere un arma biológica que vuelva estériles a todas las mujeres del mundo excepto a las villanas de su isla. Tenemos, por un lado, a las Chicas Malas ex-sociedad serpiente en un yate solo para supervillanas (con su centro comercial y todo, porque ser supervillana no está reñido con ir de compras al Bershka… en fin); por otro, el Capi y Paladín en busca de Iguana y llegando al yate primero y a la isla de Superia después. Gruenwald no tiene el más mínimo interés en explicar cómo todas las supervillanas de Marvel aceptan el plan de Superia (¿Dinero? ¿TODAS?), que más parece una excusa para tener a todas esas mujeres en bikini durante 4 números. El plan es absurdo y su ejecución aún más y la saga nos deja momentos importantes de vergüenza ajena como el Capi y Paladín marcando curvas haciéndose pasar por mujeres (WTF!) con los disfraces de Mamba Negra y Aspid. Una historia floja, floja y donde el dibujante regular Rick Levins demuestra sus muchas carencias.

El final del tomo (#393-397) trae un cambio que poco a poco ha ido gestándose en la serie. Craneo Rojo pasa a ser un personaje recurrente de la misma. Bueno, Craneo y su troupe, en una línea argumental extrañísima. Lo que deberían ser las maquinaciones de uno de los villanos top de Marvel, acaba por ser un drama ¿romántico? en el que Madre Superiora llora por las esquinas porque Craneo no le hace caso y el mismo Craneo tiene experiencias BDSM con Víbora. Entre medias, Thor y el Capitán investigan la antigua casa de Craneo Rojo y se pegan con unos villanos de tercera. La colección, efectivamente, parecía haber perdido el rumbo.

El estilo de Gruenwald es inequívocamente clásico, no por nada había sido nombrado en 1987, director ejecutivo de Marvel, o como se le conocía popularmente, el “guardián de la continuidad”. Y Gruenwald entendía los cómics de una forma demasiado clásica o demodé para los primeros años de la década de los 90. Marvel, por aquel entonces, parecía realmente conformada por reinos de taifas, con las franquicias X y arácnida yendo a lo suyo; y la oficina de los héroes vengadores siendo controlada hasta la nausea por editores. Pensemos en Los Vengadores: Roger Stern fuera por temas editoriales, editores malogran la breve etapa de Walter Simonson, John Byrne aguanta, como siempre, hasta que se cansa y le tocan las narices, la serie da tumbos con Larry Hama o Fabian Nicieza, y solo encuentra la estabilidad con el editor Bob Harras. Iron Man, una historia parecida. Tras la segunda etapa de Micheleine y Layton, la serie está casi un año a base de fill-ins, después Byrne aguanta año y medio pero la estabilidad vendrá con otro editor como Len Kaminski. En Thor y Los 4 Fantásticos estaba un editor más, Tom DeFalco. En Capitán América, el editor ya estaba al mando. Malos tiempos para los escritores freelance en Marvel.

Una de las razones en el descenso de calidad también tiene que ver con la parte artística. Del muy eficaz Kieron Dwyer o el infravalorado Ron Lim, la serie pasó al limitadísimo Rick Levins o el espantoso Dave Hoover. Uno aprecia más el trabajo de Lim en este tomo cuando constata que al mismo tiempo que Capitán América, también estaba dibujando Estela Plateada. Y su nivel no se resentía ni cuando la serie se publicaba dos veces al mes. Chapeau, sin duda. Lim no era un hot artist y la forma de dibujar las caras nunca me acabó de gustar, pero es dinámico y tiene una narrativa fluida. Su sustituto, Levins, es lo contrario, anodino y estático; no comete grandes errores pero es insulso a más no poder.

Con la perspectiva del tiempo, el bajón de calidad es incuestionable. Capitán América pasó a ser publicada dos veces al mes en los veranos de, por ejemplo, 1989, 1990 y 1991, a estar en 1994 al borde de la cancelación por las bajas ventas. Si sientes añoranza por aquellos tiempo o quieres ver completa tu colección de cómics sobre el Capitán América, o si solo quieres disfrutar de los posiblemente últimos buenos cómics de Mark Gruenwald protagonizados por Steve Rogers; este volumen todavía tiene cosas salvables (y eso que para ser un tocho de más de 800 páginas va bastante escaso de contenido extra). Veremos dónde nos encontramos cuando Panini publique el tomo 5.

Lo mejor

• La acción casi sin freno de Calles Envenenadas

Lo peor

• El gambito von Strucker. Totalmente prescindible. Al menos La Estrategia Superia es entretenida.

Edición original: Captain America 372-397, Annual 9 y 10, Daredevil Annual 7 y The Punisher Annual 4 USA (Marvel Comics, 1990-1992) Edición nacional/España: Marvel Héroes. Capitán América de Mark Gruenwald 4: La Estrategia Superia (Panini Cómics, 2023) Guion: Mark Gruenwald, Ron Frenz, Fabian Nicieza, Tom DeFalco, Gregory Wright, Mike Baron,…
Guion - 5.2
Dibujo - 6.4
Interés - 5.7

5.8

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