Presa del poder
«¡Cuando un grave peligro acecha a la humanidad, una fuerza enigmática elige a un campeón y le otorga el poder y la identidad del Capitán Universo!»
Tenía muchas ganas de volver a leer esta etapa para encontrarme con mi yo adolescente. Los recuerdos eran muy positivos y la verdad es que a diferencia de obras actuales recordaba muy bien muchos de los números que conforman esta entrega. No sé qué es lo que me está pasando, pero cada día que va pasando debo releer incluso el número del mes anterior porque no me acuerdo, si bien de los que leí en mi tierna juventud no pasa esto. Puede ser que en mi memoria selectiva de esa época quedase imprimada cual grafiti aventuras simplonas que me impactaban por su frescura y novedad a esa tierna edad. En concreto este tomo en formato Marvel Héroes incluye el primer número que supuso para mí el seguir a Spiderman ya de manera regular. Era un número no dibujado por McFarlane sino por Larsen, en concreto en el que Spidey imbuido en los poderes del Capitán Universo se enfrenta al Tricentinela (The Amazing Spider-Man vol. 1 #329). El volumen que tenemos entre manos incluye The Amazing Spider-Man vol. 1 #311-329, Annual vol. 1 #22 y 23 y The Spectacular Spider-Man Annual vol. 1 #10 USA.
Para mí también es un tomo muy importante porque supuso la llegada de otro de los grandes del trepamuros, el señor Erik Larsen. Para gustos los colores, y entiendo la defensa a ultranza de los que consideran a McFarlane un dios en el altar de los dibujantes del trepamuros, pero me decanto sin lugar a dudas por el dibujante de Savage Dragon (una de mis colecciones más deseadas y que no hay manera de que se publique con dignidad en nuestro país). En esta entrega lo que tenemos de este dibujante son números de relleno mientras el señor McFarlane hacía malabares con entregas semanales y se preparaba para pasar a su serie sucesora «Spider-Man«. El peso y la carga de llevar el dibujo de la colección todavía recae en el creador de Spawn.
Con el regreso de Spiderman a su traje original durante el número 300, el escenario estaba listo para lo que se sintió como un casi un relanzamiento para el personaje. Encontramos aventuras sencillas con Misterio, el Lagarto, el Camaleón, entre otros. Ese fue el tono que David Michelinie y Todd McFarlane impregnaron en la serie, siendo la tónica en los siguientes treinta números. La dinámica de la serie, y ya se consolida en esta entrega, es presentar varias historias del tipo «villano del mes» entremezcladas con interesantes hilos argumentales en curso, más o menos como viene haciendo Nick Spencer a fecha de hoy, para que nos entendamos. Por ejemplo, un hilo en curso involucra a Mary Jane siendo acosada por el adinerado arrendador de su vivienda, Jonathan Caesar.
El trepamuros se verá inmerso en dos grandes eventos que sacudieron el Universo Marvel. Por un lado, Inferno, y por el otro Actos de Venganza. Se trata de sagas muy entretenidas las dos, una de ellas centrada en los mutantes, y la siguiente interesante por enfrentar enemigos de distintos héroes con otros a los que no se habían enfrentado. Por ejemplo, Spidey se partirá la cara con Magneto y con Gravitón. Especialmente Actos de Venganza fue un evento muy chulo para un jovenzano de principios de los noventa, y ver a tus héroes «a palos» con villanos de otras colecciones molaba mucho. Los números en cuestión se podían leer de forma independiente. El número 328 presentó una aparición de Hulk en su personalidad de Mr. Fixit y fue dibujado a las mil maravillas, pese a que no soy fan de McFarlane. Por otro lado, de crio encontré en un kiosko el número en concreto en el que Spidey luchaba con el Tricentinela. Para mí fue lo más flipante en años. Erik Larsen desatado, un Spidey que se balanceaba y luchaba suelto, y sin la pesadez que cada viñeta del bueno de Todd transmitía. Lo barroco frente a lo sencillo y vistoso. En definitiva, una maravilla de cómic, un tebeo que costaba 175 pesetas (SPIDERMAN vol.1 nº 242 – Forum) allá por septiembre de 1991. Los años pasan, y estas cositas hacen que recuerde con cariño estos momentos. Desde ese momento me esforcé por convencer a mi madre para poder comprar esta colección. Mi padre era más fácil de camelar, pero, aunque algún número se me escapó, Spidey pasó a engrosar mi colección. Con los años conseguí el número en edición USA y el ciclo se cerró.
Siguiendo con esta reseña, ya que me voy por los cerros de Úbeda, por entonces las series mutantes estaban, o se estaban viendo inmersas en Inferno. Siendo que la llegada de demonios a nuestra dimensión se hacía sentir en todo el Universo Marvel, lógicamente Spiderman tenía algo que decir aquí. Si bien en Amazing los problemas cruzados con el evento fueron independientes, siendo notable la aparición de Harry Osborn como el Duende Verde. Por cierto, debo decir que se trata de una horrible versión de este personaje a manos de Todd McFarlane. Vemos aquí de soslayo lo que son las simientes de lo que será el nacimiento del Demoduende allá por Spectacular Spider-Man vol. 1 #147 y Web of Spider-Man vol. 1 #86. En una pugna por la vida de Normie, Harry comienza su camino de redención siendo un superhéroe. Lo que aquí se narra nada tiene que ver con el camino que finalmente tomará este personaje mucho más tarde en la mítica saga de “El niño que llevas dentro”.
El regreso de Veneno, fue otro punto alto de la colección. En aquella época era un reclamo en toda regla, y los lectores querían ver a este siniestro enemigo. Porque señores hace treinta años Eddie era chungo, muy chungo. Veneno estaba como unas maracas y era un enemigo en toda regla del arácnido. Con los años se fue maquillando al personaje, eso sí, hasta convertirlo en un personaje de grises, y finalmente “retconeado” por Cates de una manera que desde luego no está mal pensada, aunque no sea del gusto de todos. Sin embargo, las expectativas se quedaron en eso, en un deseo, en una simple aparición y vuelta al mismo círculo vicioso entre Peter y el simbionte. Su revancha contra Spiderman nunca estuvo a la altura de las expectativas, y ya nunca lo llegó a estar, salvo el maravilloso arco de la Isla que, si fue ciertamente emocionante, ya con Erik Larsen de dibujante oficial. Lamentablemente Veneno ya nunca más pareció una amenaza mortal. Veneno estuvo muchos años en el candelero pero sufrió en sus carnes un crecimiento demasiado rápido, y se propagó excesivamente, lo que acabó tras Matanza Máxima en un declive sin frenos.
También encontramos en este tomo “Assassin Nation Plot” (Conspiración para un magnicidio) esta vez en seis partes. Sin ser la bomba, es uno de los mejores arcos de esta etapa mano a mano con Todd McFarlane. Si bien el Trepamuros no casa mucho con estas aventuras, la verdad es que sin ser ambiciosos ambos autores consiguieron una aventura digna. Encontramos interesantes aportaciones con la aparición de personajes como Silver Sable y el Capitán América, Paladín y Cráneo Rojo. Nuevamente debo decir que me chirria la versión del Capi de manos de Todd McFarlane. Como elemento discordante de esta historia los lápices de Erik Larsen remplazando McFarlane. Se trata de su primera aportación a la serie. El Sr. Larsen tiene un trazo diametralmente distinto al de McFarlane, y el resultado supone un choque visual en toda regla. Ambos autores están ahí, y su aportación es indudablemente histórica en la vida del trepamuros. Para gustos los colores, pero me decanto por Erik Larsen sin duda alguna.
Como pega, las escenas «domésticas» entre Peter y Mary Jane, que a menudo se sentían como si el David Michelinie estuviera tratando de descubrir cómo hacer que ese matrimonio fuera creíble, sin dejar de mantener a Peter Parker identificable para lectores adolescentes. Michelinie finalmente descubrió formas de hacer que las vidas de Peter y Mary Jane fueran menos ideales y tan “pastiche” a lo largo de la segunda mitad de la colección recogida en el tomo que tenemos entre manos.
El arte de Todd McFarlane es lo que es. Frente a dibujos de corte más clásico como estábamos acostumbrados hasta la fecha su irrupción supuso un tsunami. Sin embargo, siendo uno de los artistas más populares en aquella época la revisión de su trabajo treinta años después no le sienta nada bien. Su estilo definió gran parte del arte del cómic que siguió en la década de 1990 pero su estilo «caricaturesco» me desconcierta, sin negar su importancia en el medio. Por supuesto, al volver a revisar estos números, era muy obvio que su carácter caricaturesco era lo que hacía que su estilo fuera tan único.
El trabajo de David Michelinie en Iron Man a finales de la década de 1970 y principios de la de 1980 es un prodigio, pero muchos se olvidan de su larga carrera en Amazing Spider-Man. Su paso entre telarañas no fue algo de encumbrar en el altar del que forman parte las obras maestras, pero bueno, dio buenos momentos, entretenimiento y por lo menos no causó ningún desaguisado.
La lectura de esta etapa es recomendable para los fans del trepamuros, pero desde luego considero que debe formar parte de nuestras bibliotecas, seamos o no seguidores del arácnido, solo por lo que supone el paso de una estrella que estuvo muy alto en el firmamento del mundo del comic y que dejó su huella imperecedera en la Casa de las ideas
Lo mejor
• El dibujo de Erik Larsen
• La evolución de Todd McFarlane
• Assassin Nation Plot
Lo peor
• Ver a Mary Jane dibujada por Todd McFarlane
• Los inicios tan pobres y planos del matrimonio de Peter y MJ.
Historia pura y entretenida
Guión - 6.8
Dibujo - 7.5
Interés - 7
7.1
Los primeros 30 números de una etapa que pasó a la historia de Spiderman, con Todd McFarlane en pleno apogeo, y un David Michelinie que sin arriesgar dotó al trepamuros de aventuras muy entretenidas. Un reclamo para coleccionistas del arácnico.
Más allá de otras consideraciones la revolución MCPollo y su consolidación por la vía Larsen fue un auténtico pelotazo gráfico. Y estos tebeos un ejemplo de oficio elevado a pura ambrosía al comparar con los (repetidos) esfuerzos de un tiempo acá, en la mente de todos.
Madre mía, un 7…
Un truñaco considerable. Hasta ese momento, la peor etapa de Amazing Spider-Man sin duda alguna. Y casi diría que la peor de Spider-Man en su totalidad.
Palabras mayores si no has leído al innombrable D.S. que se empeño en trasformar a Peter en un sosias de Tony Stark.
Por eso he dicho “hasta ese momento”. 😉
Bueno, por eso y porque luego llegó la saga del clon…
Yo me declaro aquí y ahora defensor de la saga del clon. Y no tanto en lo argumental si no en lo intencional: meterle un buen meneo al personaje.
Le sobran páginas? Si ( 4 colecciones mensuales, más las trimestrales, especiales…)
Se dan muchos tumbos? Si
Cabos sueltos? También
Pero se tomaron riesgos, no parece fácil cambiar al personaje principal de una de las series principales de la casa.
Gráficamente, pues hay páginas bastante buenas ( al menos para los estándares de la época), con un buen Mark bagley, la vuelta de Jr Jr, sal buscema (entintado a veces por sinkiewicz), skroce en el tramo final…
El número 400 de amazing, una joyita.
El desenlace? Bueno, clamamos contra la resurrección de Osborn en su momento, pero no se puede decir que no se haya aprovechado, solo hay que ver la evolución del personaje hasta reinado oscuro…
Desde luego no podemos decir que sea brillante, pero es una etapa a la que yo tengo en más estima que a esta de michelinie, y no lo calificaría como lo más bajo del personaje, honor que en mi opinión tiene el relanzamiento un par de años o tres después a cargo de byrne, en tan mala forma que hacía bueno a Howard mackie en la serie paralela ( con romita Jr en estado de gracia)
Toda entera para ti.
A mí me parece un tebeo tan repugnante, vomitivo, demencial, esperpéntico, nauseabundo y asqueroso que consiguió lo que parecía imposible: que dejara de leer a mi personaje de cómics favorito. Bueno, de hecho me hizo huir de tal forma que desde entonces lo único que he leído de Spider-Man ha sido la etapa de Extradegüiski.
Tal es el trauma que aquel puto engendro me causó.
Sí, lo comenté en otro hilo, hablamos de repescar una de las top ten historias de Spiderman de todos los tiempos, la saga del clon de los setenta, y de desarrollar a un personaje, el clon de Spiderman, que apenas apareció unas cuantas viñetas en aquella historia.
La idea era buena, y de haberse desarrollado de manera coherente, con planteamiento, nudo y desenlace, con salida A o salida B planificadas de antemano, sin improvisar sobre la marcha ni estirar la historia más de lo necesario, hubiese podido ser una etapa mítica de Spiderman.
Pero se hizo como se hizo, y salió como salió.
Larsen fue, es y será siempre mejor dibujante que mcfarlane, ya en su momento me parecía penoso. Para gustos los colores.
Me pasa un poco como a ti, me puede la nostalgia. Pero aquí hay poco que rascar, la verdad. Alimentan pero no engordan, simplemente correcto.
Me adhiero a esta opinión.
Yo también me adhiero totalmente
Como supongo que a mucha gente en esa epoca habia un Spiderman graficamente rompedor que era el de Mc Farlane (con un regreso a las telarañas tipo Ditko) uno cumplidor, Alex Saviuk) y uno horrible (Sal). Michelinie era molonidad y con Conway pasaban cosas (como la subtrama de la prima de Mary Jane) pero no era el subidon de Amazing.
Al hacerme mayor me fue pasando lo contrario: Michelinie mas mal que bien (en general, aunque con sus momentos), Conway lo que valia la pena releer, Buscema hacia muñequitos pero era el que mejor sabia narrar un guion de calle, McFarlane a ojos de hoy no mola ni la mitad y Saviuk quizas es el menos interesante porque es el mas anodino, esta en tierra de nadie.
Yo mucho mas fan de Larsen, tambien. Su arco para Spiderman a secas «La venganza de los Seis Siniestros» la guardo como oro en paño. Acepto la etiqueta de placer culpable, me da igual.
Ahora, reconozco que ves el Juggenaut de McFarlane o en este tomo, el Shaw con su traje de caballero yendo hacia un amenazante Hulk gris o el Hulk en orbita, y aun tengo esas imagenes en la cabeza. Y Peter todavia era Peter. En Spiderman cualquier tiempo pasado, incluso la saga del clon, fue mejor.
Yo de esta época los únicos comics que conservo son esos de Larsen al guión y el dibujo en Spiderman a secas.
Esta época de Spectacular Spiderman es el mejor trabajo de Sal Buscema sin duda. Saviuk coincido y molaba más en sus primeros números antes de que incorporaras influencias de McFarlane en el traje.
De todos modos ahora es la moda renegar de McFarlane, Lee y Liefeld y, en menor medida, Silvestri (al que se le reconoce su etapa ochentera). Bueno, Liefeld con toda la razón XD XD. Pero Lee y McFarlane fueron muy interesantes mientras estuvieron al servicio de guionistas. Luego vendría su «empoderamiento» pajillero y sus clones, que es lo que realmente odiamos.
Silvestri en la caida de los mutantes es brutal. Y en Inferno. Mc Farlane y Lee tienen sus cosas. Liefeld es el peor sin duda. Y si, degeneraron con el tiempo y con libertad absoluta… Aunque la saga de Rojo Omega todavia tiene un dibujo que entra mucho por el ojo (el final y demas ya es otra historia).
Yo tambien creo que Buscema tiene lo mejor de su carrera en Spectacular. Su mejor trabajo y del que no me deshare nunca es el Spectacular 200, ya con DeMatteis. Una de las mejores historias del lanzarredes a poco que conozcas el minimo de los personajes y sus relaciones.
La verdad es que le cogias cariño a esos personajes, era como ver o saber de un conocido. Ahora son extraños.
La verdad es que es curioso ver como ha cambiado el dibujo, y ver como les ha ido a todos los top de los 80 (John Byrne, George Perez, Frank Miller, Michael Golden, Arthur Adams, Walter Simonson) y los 90 (los chicos de Image)…
Matizaría: Larsen es mucho mejor dibujante DE COMICS que McFarlane. No hay duda. En narrativa se lo merienda. Como dibujante a secas no sería tan categórico. Para gustos. Sí, Larsen es mejor anatomista, pero McFarlane también tenía sus puntos fuertes en su estilo.
Para mi esto es un “noestamal” con aventurillas entretes y poco más. A McPosturas pues tampoco es que odie y entiendo que a algunos sobre todo en su epoca les molase su dibujo, pero soy más clásico en mis gustos. En esta apoca bastante más interesante estaba la serie Spectacular con Gerry Conway y Sal Buscema.
Y muy de acuerdo con el articulo en lo mal que escribía Michelinie a Mary Jane y más aún las escenas de matrimonio con Peter. Estos deben ser los responsables de la idea de “Spiderman no puede ser adulto y menos estar casado” que acabó en lo que acabó.
A mí McFarlane me molaba más cuando lo entintaba Bob McLeod. La sensación debía ser la misma que la de volver a andar después de un grave accidente de tráfico. Me imagino al editor de turno al ver aquellos lápices… ¡por amor de dios, traedme un entintador de la escuela de Joe Sinnot!