Un nuevo equipo para los años 90
«¿Soy yo o esto es un increiblemente dramático y emocionante giro en nuestras vidas?»
Fabian Nicieza no estaba teniendo suerte en Marvel. Tras dos años escribiendo Psi-Force (1986-1989), el único trabajo que consigue en la casa de las ideas es encargarse de números de relleno e historias de acompañamiento en algún Anual. Nicieza se siente destinado a grandes cosas pero siente que la oportunidad no acaba de llegarle sin saber muy bien porqué. A principios de 1990, esa oportunidad llama a su puerta cuando el editor Danny Fingeroth le contacta. Fingeroth quiere dar cancha al talento joven de la editorial y ver qué tal funciona una colección centrada en un grupo de también jóvenes superhéroes. A finales de 1989, Tom DeFalco y Ron Frenz aprovechan el cruce con el evento Actos de Venganza en su serie El Poderoso Thor para presentar a un variopinto grupo de héroes de segunda e incluso tercera fila. Pocos piensan que este grupo tenga futuro. Nicieza no es uno de ellos. Lleva esperando este momento desde que entró en Marvel en 1985. Le pide a Fingeroth que el dibujante elegido para acompañarle en esta aventura sea Mark Bagley. Su trabajo en historias de complemento para Capitán América le gusta mucho. También ahí hay potencial. Nicieza tiene 29 años. Bagley, 32. Todo está listo para la llegada de los Nuevos Guerreros.
Marvel tiene su pequeña historia con los grupos de adolescentes. Hasta la década de los 90, los grupos juveniles se habían circunscrito casi exclusivamente al universo mutante, siendo la excepción más conocida la de Power Pack. La Patrulla X original, no lo olvidemos, estaba formada por estudiantes muy jóvenes. Ya en los años 80, Chris Claremont retomó la idea de la Escuela para Jóvenes Talentos con el desarrollo de los Nuevos Mutantes. Son los años del éxito en DC de los Nuevos Titanes, el equipo de adolescentes por antonomasia en la Distinguida Competencia (aunque a partir del tercer año de Wolfman y Perez en la colección poco quedaba ya de adolescente en los personajes). El cambio de década ve llegar a Rob Liefeld a Los Nuevos Mutantes, anticipando un traumático “rito de madurez” para los personajes. Los caminos de Liefeld y Nicieza no tardarán en cruzarse, pero a principios de 1990, el guionista está centrado en cómo convertir Los Nuevos Guerreros en la mejor serie posible. Quiere hacer algo parecido a los Titanes de Wolfman y Perez pero con un distintivo toque Marvel. Fingeroth ya le ha dicho que los miembros del equipo no se pueden tocar, vienen impuestos por su creador, DeFalco, que además en ese momento era el Editor en Jefe de la empresa. Nicieza mira los “cromos” que le han tocado en suerte y piensa qué puede hacer con ese material.
La alineación original de los Nuevos Guerreros estaría conformada por
– Night Thrasher: Dwayne Taylor, un joven afroamericano rico que se convierte en un justiciero disfrazado tras la violente muerte de sus padres. Sí, es una copia de Batman con armadura y monopatín. Nicieza suele referirse a él como Bat Castigador, no como una forma de burlarse del personaje sino para recordarle qué caminos no seguir para evitar contar historias muy trilladas.
– Kid Nova: Richard Rider, como Nova, había disfrutado de una serie escrita por Marv Wolfman durante la segunda mitad de los 70 pero, desde entonces, el personaje había caído en el olvido casi por completo. Nótese que su denominación como Kid Nova solo aparecía en las portadas como la del primer número. Esto se debe a dos razones: en primer lugar, por una cuestión de copyright. Marvel tenía que utilizar el nombre para no perder los derechos de uso. Por otro lado, desde la editorial se pensó que publicitar al personaje como Kid Nova evitaría confusiones con otro personaje llamado Nova que había aparecido en Los 4 Fantásticos (Frankie Raye). Afortunadamente, Nicieza rápidamente se deshizo de esta denominación y, para los Nuevos Guerreros, Rider es simplemente Nova.
– Estrella de Fuego: Para el público de la época, el personaje más reconocido aunque solo fuera por su aparición en la serie de animación Spiderman y sus asombrosos amigos (1981-1983) junto con el Hombre de Hielo y, por supuesto, el lanzarredes. A pesar de haber contado con una miniserie propia en los 80, Nicieza tuvo libertad absoluta para desarrollarla tanto psicológica como físicamente en lo que respecta a sus poderes.
– Marvel Boy: Creado por Gerry Conway y Don Heck en 1975 como mutante telequinético, Vance Astrovick apenas había compartido, hasta ese momento, unas pocas aventura con la Cosa y los Defensores. Nicieza lo convertiría, al menos en el primer año de la serie, en lo más parecido a un avatar del lector dentro de la historia. Solo hay que repasar las reacciones del joven Vance cuando los Nuevos Guerreros se crucen con héroes curtidos como los Vengadores o los 4 Fantásticos.
– Namorita: La prima de Namor, creada en 1972 por Bill Everett y cuya casi única función en los 70 y 80 era servir de personaje secundario o subordinado al Rey de Atlantis. Una figura de tercera clase dentro de Marvel y a la que Nicieza insufló nueva vida aprovechándose precisamente de la poca información que sobre ella se había mostrado en sus apariciones previas.
– Speedball: El personaje más moderno del grupo (Night Trasher aparte). Steve Ditko y de nuevo Tom DeFalco crearon a Robbie Baldwin en 1988 para un Anual de Spiderman y más tarde el propio Ditko, acompañado esta vez por Roger Stern, dibujó sus aventuras en 10 números publicados a caballo entre ese mismo año y 1989. Speedball, el más joven de los Nuevos Guerreros y el que mejor encaja en el molde de héroe adolescente, será utilizado por Nicieza sobre todo como alivio cómico aunque también crecería como personaje, especialmente a partir del tercer año de la serie.
Con fecha de portada de julio 1990 se publica el primer número de Los Nuevos Guerreros. En apenas 20 páginas, Nicieza y Bagley tienen tiempo de presentar a todos los personajes, abocetar sus dinámicas interpersonales y hacerlos pelear contra Terrax. Lo más flojo del debut quizás sean las razones por las cuales se forma el grupo. Básicamente, Night Trasher quiere ayuda en su lucha contra el crimen. Dejando de lado este detalle, el equipo funciona. Cada uno representa a su manera, exceptuando Namorita, un aspecto del Universo Marvel: Nova la Marvel galáctica, Marvel Boy la Marvel clásica de los 4 Fantásticos (y la futura de rebote dado su papel en los Guardianes de la Galaxia originales), Estrella de Fuego los mutantes, Speedball la Marvel “extraña” de personajes inadaptados o excéntricos. Nicieza, además, los escribe con voces distintivas, únicas. Cada uno tiene una agenda propia pero entienden el valor que les aporta el grupo. 30 años después, sigue siendo un excelente ejemplo de cómo presentar un grupo conformado por desconocidos y hacer que el lector quiera leer más sobre ellos.
En los 13 números de la colección que incluye este tomo, se ve claramente cómo Nicieza estructura el primer año de la serie. Nuevas amenazas, elementos del pasado de los personajes que acaben chocando con la dinámica del grupo y una decidida apuesta por la interacción con el resto del Universo Marvel (Vengadores, el Castigador, los Inhumanos) pero siempre integrado de forma natural dentro de la narración. Si en algo flaquea el guionista es en la creación de nuevas amenazas para los héroes. Ni Fuego de Medianoche (#2), Psionex (#4), el Ladrón de Estrellas (#5-6), Tigre de Bengala (#7) o la Fuerza de la Naturaleza (#8-9) tienen demasiado empaque o carisma. Nicieza brilla cuando utiliza villanos clásicos como Terrax (#1) -aunque nada comparado con el épico enfrentamiento del segundo año-, Emma Frost (#10), la nueva encarnación de la Esfinge (#11-13) y especialmente el tratamiento que dedica al Pensador y su androide (#3). Al mismo tiempo, se nos presentarán dos subtramas principales. La primera de ellas estará centrada en el entorno y el pasado de Night Trasher, sobre todo en las figuras de Silueta , Tai y Cuerda, y que se alargará hasta el #25. La otra será la preparación para el regreso de un villano clásico de Nova, la Esfinge, que desembocará en la fantástica historia que cierra el tomo, Ayer Eterno, donde Nicieza juega con versiones alternativas de medio Universo Marvel. La parte más noventera de estos cómics es la saga Rey del Dolor que se incluía en los Anuales de 1991 y que mezclaba a los Nuevos Guerreros con los X-Men, X-Force y Factor X en un intento de evitar que IMA resucitara a Proteus.
¿Por qué funcionan tan bien estos cómics? En primer lugar, la caracterización de Nicieza es excelente, sembrando además semillas que darán sus frutos en años posteriores. La mezcla de humor, drama y acción está brillantemente equilibrada. Se nota, además, que el guionista tiene un plan y lo va desarrollando a fuego lento pero con paso firme. Desde nuestra visión del siglo XXI, podemos encontrar incluso elementos nada comunes para la Marvel de la época en lo que se refiere al aspecto de la raza. Además de tener como líder del grupo a un afroamericano, uno de los principales secundarios es una mujer con discapacidad de origen asiático y afroamericano. Más radical incluso es la visión de Nicieza de la realidad alternativa creada en Ayer Eterno, un antecedente del afro-futurismo donde muchos de los héroes clásicos Marvel son recreados a partir de una visión norteafricana del mundo. Ni siquiera es un apuesta declarada de Nicieza por el multiculturalismo. Era su forma de demostrar que se podían hacer cosas ligeramente diferentes. Que otras visiones de lo que debería ser un cómic de superhéroes (o pequeñas variaciones de las mismas) eran posibles.
Nada de esto hubiera sido posible sin la fundamental aportación de Bagley, que se mantuvo al pie del cañón en todos los números de la serie regular incluidos en el tomo, así como en el Anual correspondiente al grupo. Inicialmente entintado por Al Williamson, será a partir del #3 acompañado por Larry Mahlstedt, cuando los lápices de Bagley brillarán en todo su esplendor. Bagley no solo es consistente, es un dibujante capaz de ser espectacular sin sacrificar claridad en la narración. El escaparate que supuso para él estos Nuevos Guerreros le sirvió para ser elegido como sustituto de Erik Larsen en El Asombroso Spiderman poco después.
Lo que parecía un experimento destinado al fracaso se convirtió en una serie que poco a poco iba mejorando sus venta. El boca a boca entre los aficionados estaba funcionando y cada vez más lectores querían leer esa colección que mezclaba la sensibilidad de los nuevos tiempos con los tropos de la Marvel de toda la vida. Esta vez me perdonarán los lectores de Zona Negativa pero estamos hablando de algo más que de nostalgia. Los Nuevos Guerreros no son una obra maestra del noveno arte. Pero son buenos. Muy buenos. Y esto no era más que el principio.
Lo mejor
• Fórmula Marvel destilada para paladares noventeros
• La fantástica conjunción artística entre Nicieza y Bagley
Lo peor
• Los villanos creados por Nicieza. Francamente mejorables
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 8.5
8.2
Recordado
Una de las mejores colecciones de los primeros años 90
Sigo esperando a que editen la etapa completa para leerlos del tirón. Inexplicable que sin película o serie en ciernes se demore tanto el siguiente volumen (no está anunciado para este año así que nos iremos a más de 3 años). No tiene ningún sentido.
Razón por la que yo no he comprado el tomo y sigo con mis grapas polvorientas.
Bastante fresco y entretenido. Muy mal dibujado.
Yo no le daría más de un 6.
Supongo que si no ha habido continuación es porque en Estados Unidos el segundo Ómnibus no sale hasta el próximo febrero.
A “Night Thrasher” digo no. Trillador nocturno es una de las mejores castellanizaciones que jamás se han hecho con el nombre de un personaje.
La serie es muy buena en su primer tercio especialmente, con un buen equilibrio entre desarrollo de personajes, el culebrón adolescente asociado a ellos y la acción y la aventura propia de supers. Además es ideal al ser los personajes de tercera en ese momento y por lo tanto apenas casi esbozos por lo que el lector no tiene el handicap de bagaje previo con ellos.
Que pena el devenir de casi todos ellos.