Una vez Vengador, siempre Vengador. Esta es una máxima hoy en día incuestionable si halamos de cualesquiera de los héroes Marvel que han formado parte del grupo definitivo de la editorial, de aquel que unió a los Héroes Más Poderosos de la Tierra una y mil veces para librar aquellas batallas que ellos, individualmente, no podían enfrentar.
Entre sus miembros han militado seres de gran poder y/o gran carisma como Iron Man, Capitán América, el Increíble Hulk, Thor, Pantera Negra, La Visión, Mercurio, La Bruja Escarlata… y luego están aquellos personajes, vengadores también, que pese a tener una dilatada andanza editorial, o a partir de un concepto como mínimo curioso y que invita a la exploración, no llegan a alcanzar esas cotas de fama que se reservan para otros Vengadores, sin llegar a tener nunca una colección en solitario o aún habiéndolas tenido, sin que éstas sean especialmente destacables. Entre los mismos podríamos hablar del Caballero Negro, de Tigra, del Hombre Maravilla y por supuesto, y pese a quien pese, también
Introducido como villano por Stan Lee y Don Heck en Tales of Suspense #57 (fecha de portada Septiembre de 1964) sería un villano adscrito a Iron Man que cometía robos para encadilar a una pérfida Natasha Romanov, la Viuda Negra, de quien estaba ciega y perdidamente enamorado. No sería hasta el mítico Vengadores #16 (fecha de portada de Mayo de 1965) en el que junto a Mercurio y La Bruja Escarlata, pasaría a formar parte de aquella segunda hornada de Vengadores liderada por el Capitán América que buscaba rehabilitar a antiguos criminales. Por lo tanto, podemos decir no solo que Ojo de Halcón es un personaje creado en la Marvel temprana, si no que además fue muy pronto un destacado miembro de Los Vengadores, por lo que no llega a comprenderse del todo que su fama nunca haya sido la de otros personajes de la editorial con una solera editorial similar.
Habiendo asumido distintas identidades a lo largo del tiempo como la de Goliath (al convertirse en una especie de Hombre Gigante, puesto que utilizaba las partículas Pym en los la década de los 70) o la de Ronin ya en el nuevo siglo de la mano de Brian Michael Bendis, y formando parte de grupos tan recordados como los Vengadores Costa Oeste o incluso los Vengadores de los Grandes Lagos, siempre me ha dado la impresión de que el bueno de Clint Barton, a pesar de tratarse de un personaje perteneciente a la Casa de las Ideas casi desde los inicios de ésta, había sido siempre un personaje con el que la editorial no sabía muy bien que hacer.
Y sí, quizás quienes leáis esta reseña penséis que este análisis no es justo, que Clint ha tenido momentos muy destacados dentro de Marvel, lo que nunca dejará de ser cierto, pero esta reflexión no va dirigida a eso, si no al hecho de que a pesar de todos esos grandes momentos en los que Ojo de Halcón ha brillado como personaje, su popularidad nunca le ha acompañado, siendo menor que la de muchos otros personajes con menos importancia editorial que él, lo que se ha traducido en pocas colecciones en solitario, y desde luego resultando prácticamente desconocido fuera del noveno arte.
Sin embargo, sea por lo que fuere, en el año 2012 los Héroes Más Poderosos de la Tierra saltaban a la gran pantalla, y en su alineación inicial, llamada a convertirse en la más popular merced a la fuerza fagocitadora del séptimo arte se encontraban por supuesto, Iron Man, el Capitán América, Thor, Hulk, una Viuda Negra con un papel destacado en la segunda película del Hombre de Hierro y un desconocido para le gran público Ojo de Halcón, que tan solo tenía un breve cameo en la primera película de Thor en el que tan solo era definido por su arco.
Así pues, se daba el momento idóneo para otorgarle una colección propia al personaje, o al menos una serie limitada en la que el mismo destacara, puesto que ahora su popularidad se vería renovada como nunca antes, y así fue como llegó el Ojo de Halcón de
Matt Fraction (conocido por su andadura en Thor o en El Inmortal Puño de Hierro) decidió otorgar al personaje un aspecto más actual, que bebía directamente de su apariencia dentro de Marvel Studios (que a su vez se inspiraba en el diseño del personaje para los Ultimates de Mark Millar y Bryan Hitch), pero no se limitaba tan solo a modernizar al personaje, si no a otorgarnos un concepto del mismo muy superior y rompedor con lo que se había hecho hasta entonces con Barton.
Como ilustrador principal de aquella nueva y fresca etapa se encontraba
Ambos autores trabajarían en perfecta simbiosis, con una unión muy íntima entre guión y dibujo que destacaría especialmente, en aquellas escenas mudas, en las que lo que cada personaje sentía o pensaba, se expresaba a través de una suerte de símbolos y señales, que otorgaban aún más originalidad al cómic objeto de del presente análisis.
Pues bien, como ocurriría con el Inmortal Puño de Hierro, lo que comenzaba como una serie limitada por la que nadie apostaba ni un triste centavo, acabaría por convertirse en una destacada y recordable etapa del personaje, merced al talento de sus dos autores, hasta el punto de que hoy podemos decir sin lugar a dudas, que el mejor de Ojo de Halcón que podemos encontrar en nuestras estanterías es sin duda el de Fraction y Aja, por lo que no es de extrañar que Marvel lo recopilase en un formato integral que ha heredado Panini Cómics sin dudarlo ni un segundo.
Pero ¿qué caracterizaba a esta etapa en particular? No os impacientéis, que ahora vamos a ello. El Ojo de Halcón de Matt Fraction y David Aja, nos presentaba a un Clint Barton que en no pocas ocasiones, disfrutaba en apariencia de tiempo libre, que no siempre era un Vengador y que por tanto vivía fines de semana en los que su vida día a día podía oscilar entre sucesos tan corrientes como programar un DVD y enfrentarse a una banda de mafiosos rusos que buscaban hacerse con el edificio en el que residía Clint, a costa de las vidas de sus amables y corrientes vecinos.
De este modo, Fraction y Aja más que de Ojo de Halcón, nos hablaban de Clint Barton, analizaban más al hombre que al superhéroe, formando parte de esa tónica tan habitual hoy en día (y que tan bien funciona) de acercar el superhéroe al ciudadano corriente, y por tanto al lector marvelita, en una maniobra que en el fondo, no es si no lo que ha caracterizado a Marvel Comics como editorial desde su fundación, y lo que la ha diferenciado marcadamente de DC.
Pero no solo de Clint Barton habla este volumen. Y es que, el Vengador del carcaj comparte protagonismo como
Tal es la importancia de Kate Bishop, desarrollada como personaje como nunca antes en esta colección (hasta entonces no era si no un miembro más de los jóvenes vengadores, sin que destacase especialmente dentro del grupo), que en la despedida de ambos autores en el último número de su etapa, el 22, se cierra el volumen otorgando como no podía ser de otra manera el título de Ojo de Halcón a ambos personajes por igual.
Pero no solo de Matt Fraction y de David Aja (así como de Annie Wu) podemos hablar en este volumen. Y es que, destaca especialmente el color, llevado a cabo por
A un precio barato si tenemos en cuenta que hablamos de veintiocho cómics todos ellos reunidos en un único tomo de gran calidad y con un amplio gramaje en sus páginas, esta es una obra que ningún lector de cómics debería dejar pasar, y una obra que nos demuestra una vez más, que no existe personaje mejor que otro, si no autores mejores que otros, que saben llevar a cualquier personaje al estrellato cuando ponen todo su esfuerzo y dedicación en el proceso.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 9
9
Obra Maestra
Analizamos el integral que Panini dedica a una de las más reseñables etapas protagonizada por el Vengador del Arco y las Flechas
Con esta obra tengo un problema y son precisamente los números dedicados a Kate Bishop dibujados por Annie Wu. En esos números es donde te das cuenta de lo importante que es el dibujo de David Aja en esta obra y que, en mi opinión, su aportación al conjunto es crucial para el status de obra de culto que tiene esta serie. El guion de Fraction está bien pero al final es una idea bastante sencilla que se alarga durante 22 números y si se sustenta es por el interés que despierta el arte de Aja, que es sencillamente magistral. Al menos esa es mi percepción.
Estoy de acuerdo, pero por otro lado el cambio de dibujo sirve muy bien como marcador del cambio de tercio.
Me pasa lo mismo. Entiendo los premios y buenas criticas al trabajo de David Aja pero el guión de Fraction sin estar mal en absoluto, es un poco chorra (en el buen sentido, divertido pero liviano) y con otro dibujante esto no hubiera trascendido nada, creo yo.
Otra es que podría haber estado protagonizado por cualquiera y hubiera funcionado exactamente igual. Si le pones una espada pues Caballero Negro, por citar un Vengador, o con otro pues “puño de hierro de bajón y su discípula”. En fin, que al personaje con identidad propia, a Clint, poco se le ve salvo por lo que nos dicen. Y es en esto donde le veo que falta un poco de “corazón” Marvel (y por no mencionar que si somos un poco estrictos con el universo al que pertenece la obra pues, ¡que Clint es un Vengador! y aquí le partían la cara dos por tres matones de barrio).
Con todo creo que merece ser vista.
Yo en mi humilde opinión me parece exageradísimo darle un 9 a esta etapa. Primero porque no es el ojo de halcón al que hemos visto liderar muchas veces en los vengadores, yo lo veo más como un elseworld, y esta etapa se recordará por solo los 10 números (si no me equivoco) en los que participa Ajá, el resto y el guión sin ser mala desde luego no es nada notable ni sobresaliente. Otra cosa es que la edición sube muchos enteros. Yo lo recomendaría para gente coleccionista y que quiere permitirse un capricho de 45€ y tenga ya todo leído y releido, por el contrario, creo que hay demasiada calidad en el mercado como para gastar 45€ aquí. Saludos
Solo indicaros que David Aja no es salmantino, sino vallisoletano. Estudió en Salamanca Bellas Artes, pero es nacido y residente en Valladolid.
No deja de asombrarme la trascendencia que le dan a esta obra, al día de hoy todavía no le encuentro lógica que le encuentran de especial.
El autor como nos tiene acostumbrados (y cosa que pasa con varios guionistas de Marvel) decida contar las aventuras de un personaje X, y por mandato editorial o vaya a saber uno el motivo decide emplear a Clint, cuando realmente poco tiene de la personalidad o historia del personaje, por lo que hace lo que se le canta las ganas sin importarle nada.
Al día de hoy este es un tema recurrente en la editorial y termina aburriendo bastante, lo único que se destaca sobre el resto son los dibujos de David Aja porque el resto hace agua.
Yo leí el primer TPB en su momento y aunque está bien, me supo y mucho a refrito de Year One. Y claro, con una obra así en el espejo Fraction se da de bruces, no tanto Aja, aunque desde luego no es Mazzucchelli. Lo mejor de todo en mi opinión es el color de Hollinsworth.
Eso y la campañaza de marketing que se marcaron para promocionar una obra que no es para tanto.