Con un poco de retraso con respecto a los volúmenes anteriores, ya tenemos por fin en las tiendas el cuarto Marvel Limited Edition, después de los Eternos, Rampaging Hulk y Pantera Negra. El protagonismo de este tomo recae nada menos que en Ka-Zar, uno de esos personajes que llevan rondando desde hace largo tiempo en la editorial como secundario recurrente, sin haber dado el salto necesario a la primera plana. Aquí nos encontramos los primeros seriales que protagonizó en Marvel Super-Heroes y Astonishing Tales, donde compartía historias con el Dr. Muerte. Unos números que permanecían inéditos en nuestro país, por lo que resulta un momento más que indicado para conocer las andanzas del segundo Ka-Zar.
¿Hemos dicho segundo? Pues sí, la historia del Señor de la Tierra Salvaje es un “remake” de un personaje ya presentado en la producción del editor Martin Goodman allá por los años 30. Aunque hay que decir que apenas les une el nombre y el concepto. El original hizo su debut en las revistas de corte pulp de la época y tomaba sus evidentes influencias del Tarzán de Edgar Rice Burroughs. Un salvaje criado en la inhóspita selva, en este caso, en una manada de leones, lo que hacía que su acompañante más fiel fuera uno de estos félidos, el león siempre dispuesto para la batalla Zar. Tras unas escasas apariciones, este Señor de la Selva desaparece de la vista de los lectores hasta que dos grandes del cómic deciden traerlo de vuelta, con una puesta a punto renovada para ser incluido en la recién instaurada Era Marvel. Hablamos de Jack Kirby y Stan Lee que en la bisoña primera etapa de la Patrulla X decidieron presentar un extraño paraje perdido en la Antártida, llamado la Tierra Salvaje, donde volveríamos a saber del bueno de Ka-Zar. Los Hombres X acuden allí en busca de su compañero el Ángel, descubriendo un enclave donde parece que el tiempo se ha detenido, poblado por todo tipo de dinosaurios y donde la naturaleza marca el tempo de sus habitantes. Aquí triunfa sobre la influencia del entorno el magnífico Señor de la Selva Escondida y su singular tigre Dientes de Sable, un animal antediluviano y único, además de compinche de aventuras, llamado Zabú (X Men#10).
Es obvio que para dos autores que se habían forjado en la Golden Age no era motivo de sonrojo bucear en aquellos tebeos para encontrar fuentes de inspiración para sus nuevas historias. Aunque de nuevo hay que decir que su referente más cercano es el Tarzán de Burroughs y las novelas que hacían suyo el conocido como el “mito del buen salvaje”, basado en las teorías de pensadores como John Locke o, sobre todo, Jean-Jacques Roosseau. Durante la Ilustración uno de los temas preferidos fue la contraposición entre civilización y salvajismo, discutiendo si el género humano es “bueno” por naturaleza y es la sociedad la que nos pervierte. Con la localización de tribus pérdidas durante la Edad Moderna este mito continuó expandiendo su leyenda llegando a la literatura popular, donde destacan las obras de Rudyard Kipling o el ya citado Burroughs en épocas más contemporáneas. Estudios antropológicos posteriores pusieron en tela de juicio esa visión ideal de la vida natural, aunque no se puede negar que la idea ha sido lo suficientemente sugerente para perdurar en el tiempo.
Poco a poco la figura de Ka-Zar fue perfilándose, adoptando algunos caracteres bastantes familiares para el lector versado. El verdadero nombre del Señor de la Jungla Escondida es Kevin Reginald Plunder y ese apelativo tan pomposo está en consonancia con su origen de alta cuna, ya que Kevin es todo un Lord inglés, descendiente directo del inquisitivo Robert Plunder, que en uno de sus viajes en busca de valiosos materiales todavía ignotos para la comunidad científica localizó el poderoso Anti-Metal. Pero este hecho, que debía comportarle fama y fortuna, le trajo importantes inconvenientes al intervenir elementos de dudosa moralidad en su interés por el citado material. Plunder, que había sufrido la pérdida reciente de su mujer tuvo que hacer frente al cuidado de sus dos hijos, Kevin y Parnival, por lo que decidió alejarse del mundanal ruido (en realidad, de los maleantes) y se trasladó con su hijo Kevin a la inexplorada Tierra Salvaje, mientras que Parnival quedaba bajo la tutela del mayordomo Willis. Allí le mostró a su rubio hijo las maravillas del entorno cuando una acción inesperada dejó al joven en una posición complicada. Maa-Gor y su tribu de Hombres Mono acaban con la vida del mayor de los Plunder, dejando al muchacho solo y desprotegido. Es en ese mismo momento cuando hace acto de aparición Zabú, el último de los Dientes de Sable, que la malvada tribu de Hombres Mono había diezmado hasta su práctica desaparición. Con la ayuda de este imponente felino Kevin se adaptará al medio y se transformará en Ka-Zar, Señor de la Tierra Salvaje. Así, damos comienzo a la leyenda.
Con estos antecedentes, podemos dar pistoletazo de salida a las historias individuales contenidas en este volumen. La primera de ellas es la puesta a punto del personaje en Marvel Super-Heroes, donde la dupla Arnold Drake-Steve Parkhouse nos recuerdan la complicada relación entre los hermanos Plunder, uno representando la bondad de la vida en armonía con la naturaleza; el otro como claro ejemplo de la nobleza más rancia. Las disputas por el Anti-Metal y la verdadera esencia del padre serán los ejes sobre los que se vertebre el relato. Tras esta avanzadilla comienza su periplo en Astonishing Tales, a cargo de diferentes autores, donde el bueno de Ka-Zar obtendrá el necesario espacio para expandir su mitología. Como ya hemos indicado, la variedad de artistas implicados, hace que las tramas difieran según sea el responsable, pasando de historias totalmente festivas e intrascendentes, a relatos con un punto de terror, hasta aventuras de corte urbano. Pero no adelantemos acontecimientos.
Los primeros en abrir fuego son el tándem mágico formado por Lee-Kirby, que ya lo trajeron de vuelta en X Men#10, y que se proponían darle la necesaria relevancia al personaje como tantas veces habían hecho en el pasado. Pero un detalle inesperado dio al traste con los planes iniciales, la salida del Rey dirección a DC Comics. Así pues, la lucha contra Kraven el Cazador que abrió la colección tuvo que ser terminada por el fiel escudero de Stan, Roy Thomas. Tras esta primera aventura, Gerry Conway nos lleva a la Tierra Salvaje para conocer a Zaladane y a Garrok, personificación del Dios Sol, de los que sacaría un buen partido años después Chris Claremont en su primera etapa en la Patrulla X. Regresa Thomas para hablarnos de los conflictos del ente cósmico Damon y sus carencias en los asuntos del corazón. El bueno de Roy continúa en la cabecera presentando la historia río más importante del tomo con la busqueda de Ka-Zar por parte de Bárbara Morse (sí, es Pájaro Burlón pero todavía le falta mucho para ser la súper espía de S.H.I.E.L.D.) y su prometido Paul. Ambos se dirigen a la Tierra Salvaje donde saben que se encuentra su objetivo cuando se ven inmersos en una recreación pleistocénica de la II Guerra Mundial. Interludio con el retorno de The Man, Stan Lee, para dejarnos un episodio autoconclusivo basado en la magia y la brujería, para luego redescubrir de la mano de Roy Thomas el origen desconocido de Ka-Zar.
A estas alturas, con los vaivenes y cambios de tono, Thomas, con la inestimable ayuda de Len Wein, decide enviar a nuestro protagonista a la civilización donde su primera parada es en los Everglades de Florida, en busca y captura del científico Ted Sallis. Como algunos ya habrán descubierto, es el alter ego del terrorífico Hombre Cosa. Vamos conociendo más datos de Bobbi Morse y su futuro marido Paul, que se identifican ya como gente de ciencia, mientras que I.M.A. se posiciona como enemigo en la sombra. Mike Friedrich termina por enfrentar a Ka-Zar con la dura realidad de los entornos conflictivos de la gran ciudad, donde el Señor de la Tierra Salvaje parece desenvolverse con la misma lucidez que en la selva, pues no dejan de ser ambas dos junglas solo que cada una está hecha de diferente material. Cierra el volumen dos especiales, uno de ellos un relato sin la presencia de nuestro protagonista mientras que el otro era una trama pensada para público adulto, en blanco y negro, publicado en Savage Tales, del que también hay su correspondiente versión suavizada y a color en Astonishing Tales.
Hay que decir que la característica principal de la obra es su irregularidad. Al contrario que otros MLE hasta ahora publicados, la cantidad y variedad de los implicados hacen que sea difícil comprenderla como una obra unitaria. Tal y como explica Roy Tomas en el prólogo del tomo, la historia de Ka-Zar parece ser un claro coitus interruptus por parte de Stan Lee y Jack Kirby, dejando la patata caliente al resto de integrantes del bullpen. De hecho, Lee no quiso ni siquiera guionizar el segundo número de Astonishing Tales al saber que Kirby abandonaba Marvel. Lo más destacado a nivel de guión lo pone el bueno de Roy en el elegante relato de sus orígenes o poniendo voz con una delicada prosa a los soliloquios interiores del Hombre Cosa. Y ahí es donde se puede ver el principal problema. Ninguno de los autores consigue que los lectores se identifiquen con el protagonista principal, ya que el Señor de la Tierra Escondida no pasa de ser un personaje plano como una tabla, cuyas líneas de diálogo al estilo “Ka-Zar ataca” o “Ka-Zar lo exige” no ayudan a empatizar con el receptor del mensaje. Ni Roy Thomas, ni Gerry Conway, ni Mike Friedrich, ni siquiera el legendario Stan Lee obtienen el resultado esperado, lo que denota que para estos autores este título, que tenía una cadencia bimestral, era el último de su larga lista de encargos (el propio Thomas apunta en el prólogo que cuando le entregaron a Ka-Zar ya guionizaba Conan, The Avengers, Incredible Hulk y The Sub-Mariner, más que suficiente carga de trabajo). El apartado referente a personajes secundarios tampoco es que destaque en demasía, ya que quitando los Hombres-Mono, Hechiceras, Hombres-Lagarto y demás fauna de Tierra Salvaje, lo único reseñable es su cruce con el Hombre Cosa y el debut de Bárbara Morse, donde también se advierte el carácter errático de la narración al presentarla inicialmente como damisela en apuros (además, insinuando un cierto tipo de poderes psíquicos) para ir pasando paulatinamente, aunque sin orden ni concierto, al papel de agente de SHIELD.
En el apartado gráfico, para no variar, tenemos un poco de todo. Desde un par episodios de un Jack Kirby como siempre pletórico, hasta el desarrollo de un primigenio Barry Windsor-Smith, pasando por la maestría de un gran John Buscema. Pero no hay que olvidar que por aquí también dejan sus aportaciones autores más limitados como George Tuska, Gil Kane, Herb Trimpe o Rich Buckler. Todos ellos embellecidos por una gran cantidad de entintadores y coloristas.
En definitiva, un volumen que tiene su valor como documento al ser material inédito en nuestro país, que agradará a interesados en la Marvel de los setenta, buscadores de lo antiguo y adoradores de personajes marginales. Porque para el resto de lectores no pasan de ser un puñado de historias como mucho correctas, algunas excelsamente dibujadas, pero poco más. Juzguen ustedes si el gasto merece la pena
Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 6
6.5
Valoración Global
Un tomo ideal para conocer a Ka-Zar, Señor de la Tierra Salvaje, si andas interesado en el personaje
La reseña es estupenda, pero cuando habeis dicho que George Tuska y Gil Kane son limitados por poco me da un patatús
Espero que venda bien y se publique la etapa de Bruce Jones y Brent Anderson. Recuerdo los números que publicó Surco con cariño. Ese Belasco y la recreación de la Divina Comedia.
Tiene pinta de ser una de esas colecciones clásicas (muy clásicas) con un encanto especial para los aficionados a los comics de la época, con su narrativa, sus temas y sus arte característicos. Pero al mismo tiempo, como cuentas, no pasa de ser una serie muy secundaria a la que nadie (ni siquiera sus autores) parece que le hayan prestado nunca demasiada atención.
Creo que, de momento, pasaré de este tomo. Me parece una curiosidad de museo a la que no me importaría echar un vistazo, pero necesito algo más para gastarme casi 38 €.
P.d. No sé si lo tenéis previsto, pero si alguien se decide a hablar un poco sobre Los Campeones, lo agradeceré. Parece ser que hay un tomo MLE de ese grupo en el horizonte y hay gente que lo pone como un imprescindible, pero para mi son unos completos desconocidos…
Señor Porras, hasta cuando hace una reseña con nota baja dan ganas de cogerlo.
Lo primero es lo primero, gratitud por sus comentarios.
J_C, matizo mis palabras a ver si me entiende mejor. Para nada quiero poner en tela de juicio la calidad de los dibujantes citados, estando Gil Kane que a mi me gusta bastante. En un tomo con tal cantidad de artistas se hace difícil valorarlo de forma unitaria. Solo que, segun mi modesto parecer Kirby, BWS y Buscema están algunos peldaños encima del resto. Repito, según mi opinión. Hay que decir que hasta Trimpe esta a buen nivel en sus números, por lo que no trato de infravalorarlos.
Jackknghit, me apunto a eso. Desconozco esa etapa por lo que habrá que echarle un ojo.
Tarambana, pués si, es un tomo durillo. Si yo que entro en el perfil(me gusta la Marvel clásica y los personajes marginales) no he salido muy allá, no me imagino a un lector estándar. De los Campeones se hablará en su momento, por lo menos así lo espero. Lo mas cercano es la Tumba y hasta ahí se puede leer 😉
Dynamo, gracias. Yo me lo tomado como un cumplido. Un saludo
Yo opino que esta fue una gran serie de Marvel. Con un Thamas y un Buscema a gran nivel.
Aquí está el espíritu de una época reflejada en números muy adictivos donde el dibujo es un arma extraordinaria que cautiva al primer vistazo.
Este es un cómic que junto a los de silver surfer guardo bajo 4 llaves y que de vez en vez los desempolvo para mirarlos.
Porque al contrario de nuestro crítico yo invito a leer pues este Kazar representa lo que Marvel hizo mejor.
Una gran obra. Yo lo compro seguro. Al menos para mantener en mejor estado los originales jajajaja
Pues yo pensaba que iban a empezar con el de Bruce Jones y Brent Anderson, que tendría más tirón comercial…
Mi acercamiento al personaje se fundamenta en todo lo publicado por Vértice, primero como complemento del vol.1, con Kirby y BW Smith y luego ya con serie propia, 8 números de vol.1 y 9 en el vol.2. Además de todas las apariciones como secundario de lujo en Patrulla-X (Kirby & Adams), Dan Defensor, La Masa, y Spiderman (juntos frente a Kraven)… De Bruguera y Surco, ya a color, nada de nada…
Comento todo esto porque, echando cuentas, el hipotético tomo 2 del Señor de la Tierra Salvaje, remataría el vol.1 e incluiría -con suerte- todo el vol.2 de Vértice (26 números americanos !!)… Lo de Bruguera y Surco tendría que quedar en dique seco, a menos que se editara un tercer tomo…
Veremos… Ya me contentaría si viese la luz el segundo…
Saludos.