Marvel Limited Edition. Pantera Negra de Jack Kirby

La marcha de los Marvel Limited Edition continúa implacable en su intención de ofrecernos obras largo tiempo olvidadas a los siempre inconformistas aficionados. En ese periplo volvemos a encontrarnos con Jack Kirby, el Rey de los cómics, que precisamente abrió la línea con los Eternos. En este caso tenemos otra de las obras que acometió como autor completo en su segunda estancia en Marvel. El bueno de Jack consiguió hacerse con el puesto de autor-editor que le permitía una gran libertad creativa y con ese paraguas pudo elegir los proyectos que mejor se ajustaban a sus gustos. Primero, recuperó las riendas del Capitán América, que ayudó a co-crear junto a Joe Simon en la década de los cuarenta. Luego se encargó de trasladar al noveno arte la película de Stanley Kubrick, la célebre 2001 A Space Odyssey. Por último, dio salida a proyectos originales como su particular cosmogonía Marvel con los Eternos o las aventuras de un dinosaurio en una tierra inhóspita. Lo que nos lleva a la serie de Black Panther. Aceptó ponerse al mando de las riendas de Pantera Negra en la que iba a ser la primera cabecera con su nombre como encabezado.

No es un secreto que Jack Kirby quedó bastante descontento con su segunda venida a la Casa de las Ideas. Los lectores de entonces no supieron apreciar las bondades de series como el Dinosaurio Diabólico o Eternos. Y muchos aficionados no compartieron el cambio de enfoque de cabeceras como Capitán América o Pantera Negra. Es cierto que con el tiempo estas obras del Rey han sido revalorizadas pero para Kirby era ya tarde. Aquel aparente desapego hacia su obra terminó por inclinar la balanza para tomar una difícil determinación, el abandono total de los cómics, dedicando sus esfuerzos al cada vez más emergente campo de la animación. Así que nos encontramos con una de las últimas aportaciones del bueno de Jack a la mitología de Marvel.

Ya hemos indicado que el enfoque escogido por Kirby llamó la atención de los fans. Para comprender esto en su justa medida vamos a echar un somero vistazo a la historia editorial del personaje y, sobre todo, a la etapa de Don McGregor, auténtico referente para el personaje de Pantera Negra.

T’Challa nace como tantos otros conceptos en las páginas del mejor cómic del Mundo, los 4 Fantásticos de Stan Lee y Jack Kirby. Debuta en el #52 de la serie (fecha de portada 1966) con la importante tarea de introducir un superhéroe de raza negra al imaginario marvelita. Si bien es cierto que el tándem creativo ya nos había dejado la creación de personajes como Wyatt Wingfoot, de origen nativo-americano, o Gabe Jones, el compañero afroamericano de Nick Furia en los Comandos Aulladores, primeros ejemplos de diversidad racial, también hay que decir que no eran para nada caracteres capitales en la editorial, más bien personajes de segunda fila. La sociedad americana estaba cambiando en los años 60 y, a pesar de que en muchos estados todavía quedaba un largo camino por recorrer, la plena integración de los afroamericanos avanzaba en la buena senda. Lee y Kirby no querían quedar fuera de la llamada integración de las minorías y pensaron en hacerlo a lo grande. Para empezar, eligen a un personaje africano, además poseedor de increíbles capacidades físicas pero también un alto coeficiente intelectual, con unos grandes conocimientos sobre ciencia, por lo que no tendría nada que envidiar a otros grandes cerebros como Reed Richards o Tony Stark.

La guinda del pastel supone la creación de Wakanda. Un enclave imaginario, hasta ahora desconocido, en el continente negro donde el tándem creativo desplegará todos los clichés más manidos de África a la vez que los mezclarán con una importante cantidad de imaginería pseudocientífica. Este legendario reino posee en exclusividad un material conocido como vibranium, un metal con unas cualidades asombrosas. Wakanda ha conseguido un nivel tecnológico muy avanzado debido a su trabajo con el vibranium pero a la vez son muy respetuosos con las tradiciones ancestrales. Esa mezcla tan especial entre tradición y tecnología hacen de este enclave un país increíblemente sugerente y sus gobernantes tienen que estar a su altura. Pantera Negra es su máximo mandatario, descendiente de una larga estirpe de reyes que han portado el manto al amparo del mítico Dios Pantera.

La historia de T’Challa comienza cuando el grupo de los 4 Fantásticos son invitados al estado de Wakanda. Cuál es la sorpresa de los Imaginautas cuando se dan cuenta de que en realidad han sido invitados a una cacería y ellos son la presa. La Primera Familia, con la ayuda de Wyngfoot, consiguen vencer al rey Wakanda, momento que pasan a ser tratados con respeto pero este instante también fue aprovechado por los autores para contarnos el camino que llevó al joven T’Challa al trono. Su padre, T’Chaka, era el gobernante más capaz de África pero fue asesinado por Ulysses Klaw, que ansiaba el preciado vibranium. A partir de aquí se crearán vínculos de amistad con los 4F, de los que será telonero en alguna que otra aventura, aumentando su popularidad hasta que llegó su momento cumbre, el ingreso en los Vengadores a petición del Capitán América. Como miembro de pleno derecho en los Avengers tuvo una gran relevancia durante la época de Roy Thomas en la franquicia, abandonando su continente natal para adaptarse a su nuevo rol como integrante de los héroes más poderosos de la Tierra.

A primeros de los 70 parecía un personaje ya asentado en el cada vez más poblado Universo Marvel. El paso necesario para la consolidación era el obtener vía libre para narrar sus aventuras en solitario. Esto ocurre en 1973 cuando la cabecera Jungle Action pasa a recoger sus peripecias a partir del número seis. El guionista encargado de la colección es Don McGregor, autor que va a elevar el mito de Pantera a niveles insospechados. De momento, prefiere ubicar sus historias en Wakanda y alrededores por lo que las tramas tendrán un cariz muy africano. En la parte gráfica el equipo se completa con Billy Graham (dibujante de raza negra) y el inefable Klaus Janson. Juntos nos embarcan en una historia río a través de la nación africana, explotando al máximo toda la mitología del personaje y dejando para la posteridad un tono mucho más adulto de lo acostumbrado en la narrativa superheroica de la época.

McGregor no quiere saber nada del Pantera Negra vengador, ni siquiera del T’Challa amigo y colaborador de los 4F. El mágico entorno de Wakanda será el que defina tanto al héroe como a los peligros que debe solventar. Era llamativo en aquellos tiempos que todos los protagonistas y secundarios de la serie fueran de raza negra. La historia más recordada de esta periodo es “Panther’s Rage” donde nuestro monarca se verá envuelto en una guerra civil en su amada nación propiciado por el inteligente Erik Killmonger. Una guerra de donde T’Challa no va a salir del todo impune. Mucho antes de la deconstrucción del héroe que se produjo en los años ochenta, tenemos este viaje al interior de Pantera Negra que supone el enfrentamiento con Killmonger y sus secuaces. Reflexiones acerca del poder y la autoridad abundan en este relato que marcan a fuego la consolidación de Pantera como monarca soberano del reino de Wakanda, marcando esta aventura un proceso de renacimiento para nuestro protagonista.

McGregor puso el listón tremendamente alto con esta “Furia de la Pantera”. Pero el guionista no pareció amilanarse pues retorno al personaje a los EEUU para enfrentarlo directamente contra las fuerzas racistas de los estados del sur. Nada menos que el Ku Klux Klan. Es obvio el carácter reivindicativo de esta historia donde el guionista puso entre la espada y la pared a Pantera Negra en la nación más avanzada del mundo, haciendo ostentación pública de una de las peores vergüenzas la América profunda. La polémica estaba servida y es evidente que fue uno de los motivos para que la trama quedara inconclusa, aunque el sempiterno tema de las bajas ventas fuese el que se pusiera sobre la mesa para finalizar la serie. Fin de camino para el bueno de T’Challa en sus aventuras individuales, por el momento…

Huelga decir que ya había planes para el monarca de Wakanda. La editorial se echó en los brazos del Rey de los cómics para que el mito de la Pantera llegara a nuevos niveles de calidad y dos meses después del último ejemplar de Jungle Action teníamos el debut de Black Panther#1. Kirby, al igual que había hecho previamente McGregor, decide ignorar todo el trabajo anterior realizado con el personaje ya que la senda que tenía planteada Jack se aleja del tono adulto y trascendente de la etapa previa. El artista concibe los cómics como puro entretenimiento, sin ningún tipo de ambages ni cortapisas por lo que la acción y la aventura pura y dura serán el leit motiv de Kirby en la cabecera.

Durante doce números el guionista-dibujante-editor va a enfrascar a T’Challa en varias tramas que se irán sucediendo como cual montaña rusa, además de rodearse de un renovado grupo de secundarios. El más llamativo es el llamado Mister Little, compañero y aparente aliado de Pantera que le guiará en sus primeros objetivos. Uno de ellos es el recuperar una peculiar rana de latón, buscada no solo por nuestros protagonistas ya que este inofensivo batracio es nada menos que una máquina del tiempo. Como decimos, T’Challa y Little no son los únicos que van tras ella y pronto tendrán noticias de la princesa Zanda, miembro de un extraño cónclave de personajes que se hacen llamar los Coleccionistas. El manipular erróneamente la máquina del tiempo puede traer consecuencias como que aparezca un ser superpoderoso venido del futuro. El grupo consigue reducirlo momentáneamente pero tienen que dirigirse a la Tumba del Rey Salomón para devolver al Hombre de Seis Millones de Años a su época. Consecuencia de visitar la legendaria tumba es que Pantera Negra se encuentra con los Coleccionistas que le obligan a buscar el Agua Sagrada de la Eterna Juventud para ellos, a cambio de que su país no sea borrado del mapa.

Efectivamente, si hasta ahora las historias de Kirby transmiten el clásico torrente de ideas marca de la casa la siguiente trama es el no va más. El Rey mezcla aspectos tan dispares como el sugerente entorno samurái, el legendario Yeti y el mito de la Fuente de la Eterna Juventud. Todo un tour de forcé al que será abocado nuestro protagonista, aunque Pantera se verá ayudado permanentemente por el ya recurrente Señor Pequeño. Pero claro, vemos al monarca fuera de entorno, embarcado en aventura tras aventura, mientras que en su reino comienzan los problemas. N’Gassi gobierna en nombre del rey pantera pero el vacío de poder es utilizado por un medio hermano de T’Challa, Jakarra, para apropiarse de la montaña de vibranium. Para Kirby es la ocasión idónea para contarnos más secretos acerca de la nación africana y del legendario metal, del que sabremos su origen y el porqué del que solo se localice en Wakanda. Mientras Pantera Negra intenta retornar a su hogar vemos que un curioso grupo de familiares del rey se calzan los hábitos de Pantera para intentar detener a Jakarra. La familia que permanece unida consigue vencer, eso es un hecho, por lo que la crisis de la montaña de vibranium consigue ser solventada.

Afrontamos el tramo final de Kirby en la serie con la amenaza de Kiber en el horizonte. Este peligroso enemigo se dedica a absorber energía de los incautos que caen en sus manos por lo que T’Challa tendrá que tomar cartas en el asunto. Lo cierto es que el bueno de Jack dejó inconclusa esta historia de Kiber el Cruel y tendrían que ser el dúo Jim Shooter-Ed Hannigan a los guiones y Jerry Bingham a los lápices los que den el necesario cierre a la trama. A la cabecera poco le quedaría, pues escasamente dos números después sería cancelada hasta nuevo aviso.

Es relevante la capacidad del Rey de los cómics para crear historia tras historia. Kirby nos somete a un viaje frenético donde el componente acción es fundamental. Para el autor no era relevante el camino transitado por Pantera Negra hasta ese instante y no dudó en dejarlo claro. El bueno de Jack no quería interactuar con el resto del Universo Marvel por lo que se apresuró a generarse un hueco propio donde los acontecimientos pasaban a su manera. Para muchos aficionados fue algo difícil de asimilar ya que era uno de los padres del universo interconectado creado a partir de Fantastic Four#1. Lo cierto es que en el correo de los lectores de la serie siempre se colaba alguna misiva contraria al enfoque de Jack Kirby. Aspecto que decididamente llegó a afectar al Rey de los cómics, llevándole a abandonar el mundo del noveno arte. En el aspecto gráfico el nivel es el esperado tratándose de unos de los grandes dibujantes del comic-book. Es el Kirby desatado de los setenta, donde, a pesar de su narrativa lineal, las prodigiosos diseños de personajes, las splash-pages y las viñetas repletas de acción todavía se pueden considerar de primer nivel. A esto contribuye también el excelente trabajo de Mike Royer a las tintas ya que este colaborador supo dar el suficiente lustre a los lápices del Rey, tanto como en tiempos hicieron Joe Sinott o Frank Giacoia. Si Royer es un colaborador fiel en esta andadura no se puede decir lo mismo en el color donde una pléyade de coloristas dejan su trabajo en estos números, destacando entre ellos nombres como Petra Goldberg o Irene Vartaroff.

Como conclusión se puede decir que este tomo de Pantera Negra de Kirby da lo que promete. Acción a raudales, tramas con abundante parafernalia pseudocientífica, que en manos de otro autor sería incomprensible pero que en el caso de Jack se vuelve hasta consecuente, y un dibujo a la altura de las expectativas, ya que hablamos del artista que más ha marcado el tebeo de superhéroes. Hace tiempo que el trabajo de Kirby fue redimido de la aparente incomprensión ante su segunda venida. Se torna un momento perfecto para recrearse en esas aportaciones de los setenta y para descubrirlo en el caso que nos sea desconocido.

Una última advertencia. Si por azares del destino localizan una extraña rana de latón huyan como alma que persigue el diablo. No tienen idea de las fuerzas que podrían desencadenar….