Los últimos días de Norrin Radd
Existen tantos Estela Plateada como autores han jugado con el personaje. Desde el trágico creado por Stan Lee y Jack Kirby al más iracundo del propio Lee y John Buscema. El de espíritu aventurero de Steve Eaglehart. El trágico de Jim Starlin. El cándido niño grande que nos presenta Dan Slott. El amoral pero en realidad más humano que nunca que descubrimos en la Parábola de Lee y Moebius.
Todos ellos son validos y recomendables, como suele ocurrir en este tipo de historias en la que cada autor imprime su sello a personajes que cuentan con décadas de historias a sus espaldas y que están ahí para jugar con ellos.
Pues bien, a estas obras y/o etapas debemos añadir otra capital para el personaje, la cual no es otra que Requiem de Joe Michael Straczynski y Esad Ribic.
El guionista que introdujera a Spiderman en el nuevo siglo, y el dibujante que diseñara al Carnicero de Dioses que tantos quebraderos de cabeza causó a Thor, unieron fuerzas para contarnos una historia que con ecos de La Muerte del Capitán Marvel narra los últimos días de Norrin Radd.
En efecto, al comienzo de la historia, y en un maravilloso plano en el que vemos a Estela Plateada navegar por la solemne inmensidad del espacio, Norrin nos cuenta mediante monólogos internos que… se muere. Parece que ha contraído un cáncer capaz de afectar a su biología alterada por el mismísimo devorador de mundos y que la curación es imposible.
En busca de ayuda y de respuestas, Radd acudirá a Reed Richards, patriarca de Los Cuatro Fantásticos y, posiblemente lo más cercano a un amigo que tiene Estela Plateada en el Universo Marvel.
Una vez que Richards descubre la imposibilidad de curar a Estela, comienza una preciosa interacción del protagonista con el Universo Marvel que le vio nacer y que tanto ama, con ese mundo humano por el que eligió desobedecer a su señor y perder su condición de Heraldo.
Norrin Radd recuerda su vida, su imperecedero amor por Shalla Ball, su pacífica existencia en Zenn-La, planeta de origen del personaje, sus primeros años al servicio de Galactus, como su heraldo implacable.
No se nos cuenta nada que no sepamos, ni se aportan detalles desconocidos a la para el momento de llegada de esta obra tan explotada biografía del personaje, pero de algún modo, todo parece nuevo y distinto al narrarse por JMS y, sobre todo dibujarse por Esad Ribic.
El magnífico ilustrador croata es capaz de hacer al espacio exterior tan melancólico como pocos antes que él, de imprimir tragedia a cada página de la historia, de, en definitiva, convertir a esta obra en algo distinto y único a pesar de que no nos cuente nada nuevo o de que se inspire en obras previas del personaje o de la editorial.
Una auténtico Must-Have de la línea Must-Have que no debes dejar de tener.
Lo mejor
• El dibujo de Esad Ribic.
• La sensación de novedad a pesar de lo manido del argumento.
Lo peor
• Que Marvel no realice más obras de este tipo y menos series regulares.
Guión - 7
Dibujo - 8.5
Interés - 8
7.8
Imprescindible
Joe Michael Straczynski y Esad Ribic narran una de las historias más trágicas del que fuera heraldo de Galactus.
Creo que es el único tebeo protagonizado por estela plateada que he leído y me gustó bastante. Ribic tiene tres series limitadas, dibujadas (pintadas) en este mismo estilo, muy disfrutables.
La de Loki es mi favorita.