Adolescentes en estado puro
Creados en Abril de 2005 para el primer número de su propia serie por Allan Heinberg y Jim Cheung, los Jóvenes Vengadores irrumpieron con mucha fuerza en esa Marvel Cómics de principios del Siglo XXI inmediatamente anterior a Civil War.
El carisma de estas versiones adolescentes de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, era tal y estaba tan bien diseñada, que cada uno de los integrantes del grupo tenía sus propios problemas y forma de lidiar con ellos. Su forma de actuar era siempre independiente de la de sus predecesores, sin que su relación con los mismos fuera en todos los casos puramente genética.
Dado su éxito, era lógico que la historia de estos personajes continuara, pero en este caso, y en lugar de hacerlo con un nuevo volumen de su serie principal, o con el equipo creativo que les dio a luz, la continuación en cuestión llegaba mediante seis especiales, cada uno con un equipo creativo distinto, que se centraba en alguno o algunos de los miembros del grupo.
Por supuesto que Allan Heinberg y Jim Cheung volverían a trabajar con estos personajes que habían creado y a los que tanto querían, pero cuando lo hicieran seria en La Cruzada de los Niños, una colección contada en forma de evento autocontenido, que resultaría capital para cerrar algunas de las tramas abiertas en Marvel Comics desde Vengadores Desunidos. Pero ya habrá tiempo de hablar de ese cómic cuando Panini lo reedite en formato Must Have, debiendo ahora atajar el análisis de esta serie de seis especiales titulada Young Avengers Presents.
Como se ha explicado, estamos ante seis números, cada uno de ellos centrado en personajes distintos, y escrito y dibujado por equipos creativos distintos.
El primer número, con guion de nada más y nada menos que Ed Brubaker y dibujo de Paco Medina, se centra en la figura de Patriota, en el parentesco con su abuelo, Isaiah Bradley, y en su relación con el ominoso legado que porta, en la que por supuesto Bucky tendrá algo que ver.
Pasamos al segundo número, escrito por Brian Reed, y dibujado por Harvey Tolibao, en el que Hulkling, hijo de Mar-Vell y la princesa srkull Anelle se reencuentra con su padre, que si bien está muerto en la línea temporal de Teddy Altman, no lo está en el pasado desde el que este Capitán Marvel que interactúa con él procede.
De nuevo, el peso del legado y la dignidad del portador del mismo son explicadas y analizadas por un adolescente que en muy poco tiempo ha descubierto que su origen no es humano, que sus padres no son sus padres, y que sus padres biológicos podrían ser héroes legendarios.
Corresponde a Roberto Aguirre-Sacasa (autor que hoy día y por su papel de guionista televisvo además de en cómics está en boca de todos) y a Alina Urusov el tercer número, centrado en Wiccan y Veloz, quienes emprenden una curiosa búsqueda de su madre “biológica”, Wanda Maximoff. Este número servirá de importante precedente para lo que veremos en la ya mentada Cruzada de los Niños, y resulta muy entretenido e interesante, sobre todo por cómo dos adolescentes se enfrentan aquí a un problema similar al de Teddy Altman, el de la búsqueda de la madre biológica que no sabías que tenías, mientras comienzas a conocer a un hermano de cuya existencia tampoco sabías nada, y todo ello en plena adolescencia.
Pasamos a Paul Cornell y Mark Brooks, que se centran en la Visión y en su relación con Estatura, siendo esta Visión una especie de versión anterior de la que todos conocemos, debido al reinicio de su disco duro que sufrió tras su muerte en Vengadores Desunidos, contando además en parte con los patrones de Iron Lad, el primer amor adolescente de Estatura que al final de la primera aventura del grupo desapareció de la vida de esta.
Sentimientos amorosos complicados de gestionar entre adolescentes muy bien definidos, impregnan todas y cada una de las páginas de este número.
El quinto número, de Kevin Grevioux y Mitch Breitweiser está dedicado precisamente a Estatura, y a cómo ésta, lidia como adolescente con la muerte de su padre, la relación de su madre con su padrastro policía, y el reciente descubrimiento de sus poderes, que se ven afectados por su cambiante estado de ánimo.
Finalmente, Alan Davis (una auténtica leyenda cuya irrupción en este especial no puede dejar de sorprendernos) y Matt Fraction dedican el último número del tomo a Kate Bishop (en lo que sería la primera interacción de Fraction con la Ojo de Halcón más joven, inmediatamente anterior a su gran etapa al frente de la colección protagonizada por ambos arqueros) y a cómo ésta lidia con su relación con un Patriota con el que está a gusto pero que no le termina de gustar, y con el hecho de portar el legado de un Vengador recientemente muerto y vuelto a la vida que es para ella toda una leyenda.
Como vemos, seis números distintos, con seis dibujantes y guionistas diferentes, pero que en común tienen esa mirada absolutamente certera de lo que supone ser adolescente en un mundo hostil que no te comprende y te concede grandes dones que en sí mismos, son más una carga que algo a reivindicar.
Un tomo muy recomendable para los fans del grupo de los Jóvenes Vengadores, y para prácticamente todo adolescente que esté comenzando a leer cómics de superhéroes.
Lo mejor
• El tratamiento de superhombres con superproblemas pero desde un punto de vista adolescente.
• La variedad creativa.
Lo peor
• Al tratarse de un tomo de especiales autoconclusivos y únicos, la calidad del mismo es muy irregular.
Guión - 6
Dibujo - 6
Interés - 6
6
Irregular
Ed Brubaker, Paco Medina, Brian Reed, Harvey Tolibao, Roberto Aguirre-Sacasa, Alina Urusov, Paul Cornell, Mark Brooks, Kevin Grevioux, Mitch Breitweiser Matt Fraction y Alan Davis, aportan su propia visión sobre los Jóvenes Vengadores.
