CRUCE DE PODERES
«Por las hirsutas huestes de Hoggoth»
La colección de panini Marvel Must-Have se adentra en el terreno de los clásicos con la saga que enfrentó a finales de 1973 a dos de los grupos superheroicos más poderosos del universo Marvel, reseñamos hoy la inolvidable saga de La guerra Vengadores – Defensores. La mayoría de entregas de la colección nos han traído obras que podrían llamarse clásicos modernos, exceptuando la inclusión de algunos clásicos atemporales como La Saga de Fénix Oscura o El Guantelete del Infinito. Esta última entrega sin embargo, supone un adentramiento al pasado de la editorial como no habíamos visto en este sello, y el destino es la era de Steve Englehart al frente de Los Vengadores.
Los Defensores es un nombre con mucho recorrido editorial y muchos cambios de plantel, esta historia se sitúa tan solo dos años después de su primera aparición, siendo una de las primeras aventuras del grupo. La propuesta se diferencia de otros superequipos al presentarse como un grupo de individuos más que como un equipo al uso, mientras que los Vengadores se mostraban, en esta época y desde su concepción, como un equipo que además de luchar convive y trabaja junto en todo momento, los Defensores habrían de juntarse únicamente en casos de necesidad y estaban lejos de la camaradería que ya exhibían los Vengadores. Su plantel, al igual que su creación, respondía a una necesidad editorial. La cancelación de la serie de Dr. Extraño provocó que Roy Thomas tuviera que terminar su historia en otras colecciones, en concreto las protagonizadas por Namor y Hulk, ambas escritas por él. La inclusión oficial de Valquiria y Estela Plateada llegaría más adelante, con la llegada de una cabecera propia para el grupo. En esta saga encontraremos además a Ojo de Halcón, que habiendo dejado recientemente la alineación vengadora y sin ser aún miembro del equipo defensor es verá envuelto en la lucha contra sus antiguos compañeros.
Los Vengadores por su lado no necesitan introducción. El grupo se encontraba en este punto en su décimo aniversario y sus líneas ya habían sufrido múltiples variaciones. Aquí encontramos a un equipo liderado por la triada de Iron man, Thor y Capitán América y que incluye a Bruja Escarlata, La Visión, Pantera Negra, Mantis, esta última creación y personaje fetiche de Englehart, y a El Espadachín, antiguo enemigo del grupo y mentor de Ojo de Halcón.
Este tomo incluye el prólogo, desarrollo y epílogo de una trama que gira en torno al personaje de Caballero Negro. Antiguo vengador y amigo de los Defensores, el personaje se había convertido en piedra después de un batalla junto a estos últimos contra la Hechicera de Asgard. Sus antiguos aliados de los Vengadores, extrañados por su desaparición, visitan su castillo pero lo único que encuentran son pistas que asocian la desaparición con los Defensores. Alentados por las estratagemas y manipulaciones de Dormammu y Loki, viejos némesis de cada grupo, los héroes comienzan a luchar en una serie de enfrentamientos que tendrá lugar por todo el mundo.
La base de la premisa de Englehart es conocida, e incluso para la época tener a héroes enfrentarse por culpa de malentendidos no era novedoso. La labor del guionista destaca a la hora de delinear y transmitir las motivaciones de cada personaje individual, y eso es lo que hace que la historia funcione. De esta forma, lo básico de la obra se desarrolla por medio de una trama hilvanada con atención e inteligencia. El cómic queda además sujeto a costumbres de la época, como un alto número de bocadillos y en especial de cuadros narrativos que describen con alto grado de teatralidad lo que sucede en cada viñeta. El quid de este cruce está, por supuesto, en los enfrentamientos y en esto la obra no decepciona. Los emparejamientos son de nuevo resultado de un hábil planteamiento de Englehart y sus resoluciones dan la oportunidad a cada personaje de hacer gala de sus habilidades.
Sin un buen apartado artístico una obra de esta índole tendría poco recorrido, por fortuna, Bob Brown en los números de Los Vengadores y el legendario Sal Buscema en los de Los Defensores nos regalan un arte fantástico y con mucho aire a clásico. Las escenas de acción brillan con un gran sentido del espectáculo y aquellas viñetas en las que todos los personajes se reúnen son la joya de la corona de un arte que es, en el fondo, producto de su tiempo.
Esta obra es una precursora de los grandes eventos que vendrían más adelante, producto de un momento en el que era mucho menos frecuente que se dieran este tipo de cruces, y que se gana el apelativo de saga con una historia que se desenvuelve en capítulos de creciente intensidad. Este tomo sin duda hará las delicias de los fans de los Vengadores clásicos y quizá con más encanto que sorpresas para aquellos que no estén familiarizados con sus iteraciones primerizas.
Lo mejor
• Presenciar algunas de las primeras interacciones entre muchos de estos héroes.
• Las páginas en las que aparecen juntos todos los héroes.
Lo peor
• El epílogo está lejos del nivel de los demás números.
Clásico
Guión - 7
Dibujo - 7
Interés - 8.5
7.5
En definitiva, un cómic que sirve como cápsula del tiempo para viajar a la Marvel de los años 70 y que captura a la perfección una manera diferente de entender el universo compartido marvelita comparada con la que tenemos hoy en día.