La Venganza del Siglo XXI
Los primeros años del Siglo XXI fueron, para Marvel algunos de sus mejores y más recordados. Tras una década anterior, la de los noventa, en la que, con el permiso de grandes obras como las Historias Jamás Contadas de Spiderman de Kurt Busiek y Patrick Oliffe, o El Guantelete del Infinito de Jim Starlin y George Pérez entre otras, la calidad de los cómics producidos por Marvel era paupérrima; llegaba un nuevo siglo en el que la editorial salía de su zona de confort para producir obras más similares a lo que se podía ver en la escena independiente.
Fruto de aquellos primeros años de cambio de orden bajo la astuta y sabia mano de Joe Quesada, nacieron obras como Alias de Brian Michael Bendis y Michael Gaydos, New X-Men de Grant Morrison y Frank Quitely y otras tantas que requieren de reseña y análisis propio para poder ahondar un mínimo en lo que supusieron tanto en la editorial como en el mundo del cómic mainstream.
Motorista Fantasma: Autopista al Infierno, publicada entre los años 2005 y 2006 es una de esas obras que como las ya mencionadas, u otras como Daredevil o El Castigador de la línea MAX (también de Ennis), buscaban relanzar a personajes clásicos de la editorial que hacía años que no encontraban un hueco propio.
En el caso del Motorista Fantasma, su nueva colección había inaugurado la década anterior, en la que Howard Mackie y Javier Saltares presentaban a un nuevo Motorista Fantasma, Danny Ketch, el cual, tiempo después, se revelaría por continuidad retroactiva como hermano del original, Johnny Blaze, pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión, como diría Michael Ende.
De este modo, hacía ya unos añitos que el Espíritu de la Venganza no se pasaba por Marvel con serie propia, y era necesario que el personaje regresara a la editorial que le vio nacer gracias a un maltratado Gary Friedrich, pero con un tono nuevo y distinto que acercara a nuevos lectores que no tuvieran que tragar con décadas de continuidad para poder entender al pesonaje.
Y el elegido para esta tarea no fue otro que Garth Ennis, autor superventas archiconocido en el cómic USA por grandes obras como Predicador, su etapa en Hellblazer, El Soldado Desconocido, Battlefields y muchas otras.
Ennis era una gran elección, puesto que si el Espíritu de la Venganza era precisamente el avatar de un demonio del infierno en la tierra que cumplía la misión de éste, el autor irlandés tenía la excusa perfecta para volver a su temática favorita (además de la bélica), y que es aquella que analiza satíricamente los mitos bíblicos del cielo y el infierno.
De este modo, Johnny Blaze, el motorista fantasma original se nos presentaba en el Infierno, sufriendo una tortura eterna y constante, hasta que un Ángel se pone en contacto con él para que solucione ciertos asuntos en los que tanto el Cielo como el Infierno se están extralimitando y en los que la hueste del Señor no puede participar directamente.
Ni más ni menos, que en cierto modo, lo que Ennis ya nos había contado en Hellblazer primero, y en Predicador después, con ciertos ecos del Lucifer de Mike Carey.
Para el autor que no conozca al personaje previamente y que, sobre todo, no haya leído jamás a Garth Ennis, esta obra le aportará una versión gamberra del Cielo y del Infierno protagonizada por un personaje que aunque forme parte del amplio plantel de Marvel Comics, dista mucho de ser un héroe.
El resto de personajes que pueblan la obra así como el villano principal son los típicos antagonistas made in Garth Ennis: Seres totalmente inmorales, viciosos y mezquinos a más no poder que venderían a su madre por un par de dólares, y eso aunque los dólares estuvieran marcados y su madre fuera la mismísima Virgen María.
Ello hace que estemos ante una obra convencional y ramplona que si bien resulta entretenida palidece frente a las obras que del mismo tipo y condición tiene Garth Ennis fuera de Marvel.
Ello no supondría tanto si el dibujo fuera algo a destacar, pero el problema es que probablemente estemos ante uno de los peores trabajos de Clayton Crain. Este autor, que personalmente conocí en 4001 A.D. obra que firmó junto a Matt Kindt en Valiant, o en su etapa en Rai, conectada con la anterior, siempre ha tenido un estilo en el que trata de resaltar con composiciones de imágenes, lo fantástico o artificial de los personajes y mundos que dibuja.
Este estilo, que en Valiant perfeccionó y llevó a lo más alto, máxime si tenemos en cuenta que el mundo de Nuevo Japón era precisamente un lugar en el que la ciencia ficción formada por tecnología imposible y constructos artificiales eran la esencia de dicha obra.
Sin embargo, en Autopista al Infierno, lo que Clayton Crain construye es una especie de fotonovela artificial sin alma que no consigue que entremos en la obra en ningún momento. Por romper una lanza a favor del autor, no debemos de olvidar que en el año 2005 este tipo de dibujo, tan descaradamente artificial (en cuanto a la sensación que genera no en cuanto a que no haya sido dibujado por su autor) estaba a la orden del día, igual que películas como las precuelas de Star Wars utilizaban un CGI que estaba realizado en no pocas ocasiones de forma muy tosca y precisamente con ese propósito.
Sin embargo, sea por lo que fuere, estamos ante una obra que hace dieciocho años ya nació truncada en cuanto a que su aspecto visual envejeció muy rápido y muy mal, que es precisamente lo que no podía permitirse un personaje como el Motorista Fantasma que venía a ser relanzado y que se quedó con una mini serie de tan solo seis números.
En cuanto a las ediciones a tener en cuenta de esta obra, no solo podéis haceros con la de Panini Cómics, si no que quizás todavía y si no se ha agotado, tengáis el tomo de Carrefour, más barato que el supermercado lanzó en colaboración con Panini este año y que dentro de su línea Dark incluía un tomo del Motorista Fantasma que además de esta obra tenía más contenido.
Con la diferencia de precio, va, lógicamente la bajada de calidad en papel y cubiertas, pero eso ya es algo que el consumidor debe decidir.
Lo mejor
• Garth Ennis volviendo a lo que mejor se le da.
Lo peor
• El guión de Ennis es ramplón y manido.
• El dibujo de Clayton Craim convierte la obra en algo muy poco recomendable.
Guión - 5
Dibujo - 4
Interés - 3
4
Ramplona
Garth Ennis y Clayton Crain relanzaron al bueno de Johnny Blaze, el Motorista Fantasma, para un nuevo Siglo.