Símbolo de todo lo misterioso y oculto que nos acecha desde un mundo más allá de nuestra comprensión, los demonios y otras criaturas infernales nos han acompañado a lo largo de nuestra historia ofreciendo una rica mitología de la que se ha nutrido con suma frecuencia los relatos de ficción. Desde La Divina Comedia hasta Fausto, hace unos días destacabais en los comentarios como no fue hasta la llegada de la línea Vértigo (con personajes como Sandman, Muerte, Lucifer o Hellblazer) cuando estos temas se explotaron debidamente en la industria del comic mainstream de superhéroes. Sin embargo, otro de vosostros puntualizó acertadamente como muchos de los temas tratados por Gaiman, Carey y otros bebían de una tendencia temática que se puso de moda a principios de los años 70 con la proliferación de historias ligadas al ocultismo y las artes oscuras.
Sin olvidar las aportaciones tan ligadas al misticisimo como el Capitán Marvel de Fawcett Comics y otros personajes hoy en propiedad de DC, Marvel fue especialmente prolífica en este campo durante los últimos años del reinado editorial de Stan Lee y los años de Roy Thomas. No hay más que echar un vistazo a la obra del fundador de Marvel Comics y su compañero de parranda habitual Jack Kirby para darse cuenta de los padres de la editorial tenían un notable apego por estos temas. No en vano, Galactus y su heraldo plateado fueron creados como una suerte de encarnación divina que viajaba de mundo en mundo llevando consigo el apocalipsis y la condenación. Siguiendo una trayectoria bastante similar a la del ángel caído Lucifer dentro de la tradición occidental, Estela Plateada se vería condenado a vagar por la Tierra lejos de las maravillas del cosmos dando como resultado aquella primera serie regular en la que Lee dio rienda suelta a su vena metafísica y trascendental.
Fue en aquella colección en la que El Hombre consumaría su primer acercamiento al campo de la demonología pura y dura con la introducción de la versión marvel del señor de las mentiras. Fruto del folklore alemán, el Mefisto de Stan Lee haría su entrada por la puerta grande (literalmente, si no recuerdo mal aquella historia) con su faceta más faustiana tentando al surfista plateado por medio de sus malas artes. Con un diseño tan elegante como inspirador a cargo del histórico John Buscema, el personaje quedó desde entonces anclado a la mitología del Universo Marvel apareciendo en multitud de series como principal refresentante de los páramos infernales.
Pero Mephisto no venía solo y, en torno a dicha época comenzarían a proliferar los personajes ligados a las llamas del averno con creaciones como Satannish enemigo del Doctor Extraño, Marduk Kurios o el brutal Zom entre otros demonios con mayor o menor presencia como Olivier, Belcebú, Allatou, Baphomet, el cristalino Ikthalon, Thog, Ningal o el reptiliano Sligguth. Tampoco faltarían los demonios extradimensionales como Dormammu ni las deidades del inframundo como Hela, Pluto y Ogun. Quizás lo más interesante de dicho campo lo tendríamos con abstracciones tan deliciosamente lovecraftianas como Chthon, Set o Suma Gorath, pero la cuestión es que esta temática comenzó a ganar tanto peso que no tardarían en nacer los primeros «superhéroes» con vínculos puramente satánicos como el Motorista Fantasma como encarnación sobre la tierra del poder de Zarathos o Daimon Hellstrom y su hermana Satana.
Aunque esta temática fue perdiendo fuelle con el paso de los años conforme el ocultismo fue pasando de moda en beneficio de propuestas netamente superheroicas, nunca dejaron de surgir épocas en las que volvían a reivindicarse con incorporaciones como Blackheart, Belasco y sus dominios de El Limbo, los multiformes N’Garai, Lilith y su prole o Asmodeus. Siempre pendiente de las modas, durante los últimos años hemos visto como Marvel se veía plagada por zombies y vampiros. Sin embargo, parece que la editorial tampoco renuncia a sus propias tendencias y durante los últimos años el lado místico y demoníaco de la editorial parece estar muy presente a través de multitud de series.
El resurgir de este ámbito de la editorial podría tener su germen con la recuperación de la interconexión de su universo tras una etapa «agnóstica» presente en el período en el que Marvel apostó por un sistema de publicación similar al de Vertigo Comics. Cierto es que durante esta época también encontrábamos historias ligadas al misticismo con exponentes tan encomiables como la saga Impensable de los Cuatro Fantásticos de Mark Waid y Mike Wieringo, pero en general estos temas parecían haberse erradicado de la editorial sobreviviendo únicamente en reductos tan tangenciales como los Spellbinders de Mike Carey. Fijaros si era así que ni siquiera faltaron autores dispuestos a sentar catedrá desvelando que los ángeles y los demonios no eran sino mutantes «muy viejos» o que la magia del caos era ficticia. Eso por no hablar de como se pasó por completo de todo este campo en la tan éxitosa línea Ultimate o de como la desaparición de los dioses nórdicos tras el Ragnarok agravó todavía más esta situación en la que la ciencia y la política parecían la única ley y todo lo que sonase a magia y superchería se antojaba como algo naif y pasado de moda a lo que había que erradicar por completo perdurando únicamente en su enfoque más «telúrico» en tramas como las sagas totémicas del Amazing Spider-Man de Joseph Michael Straczynski.
Reapareciendo dubitativamente con miniseries que iban desde lo estimulante de El Juramento a desastres como Brujas, sería el guionista Roberto Aguirre Sacasa quien de verdad apostaría por dicho campo aprovechando los recien descubiertos lazos demoníacos de Rondador Nocturno para convertirlo en una suerte de investigador sobrenatural mientras habría camino para un presunto evento místico en colecciones como Marvel Kngihts: 4 o Spectacular Spider-Man. Sin embargo, Aguirre Sacasa no terminó de cuajar del todo en la editorial y aunque continuó desarrollando el tema cada vez que se le presentaba la oportunidad, aquella presunta saga nunca se llevaría a cabo. Pero por suerte había suficiente gente en la editorial con buen ojo para las ideas con potencial y sus tramas continuarían nutriéndose con las aportaciones de otros guionistas como C.B. Cebulski o James Asmus. Incluso el propio Bendis se sumaría al carro dejándose de zarandajas para apostar por la trama del Hechicero Supremo de sus Nuevos Vengadores con la que no solo recuperaría al bueno de Stephen Strange para bien, sino que además abriría las puertas para que Rick Remender revalorizase la figura del Hermano Vudú y para que pudiesen continuarse las tramas de Brian K. Vaughan en El Encapuchado. A esto hay que sumar que Christopher Yost y Craigh Kyle recuperasen esplendorosamente a Illyana Rasputin en su apabullante saga de La Búsqueda de Magik en New X-Men. Aquella historia no solo nos devolvería a la rubita como uno de los personajes más carismáticos y fascinantes de la cosmología mutante, sino también el olvidadísimo lado esotérico de los mutantes. Lado que no solo continuaría en boga ampliando la trama de Magik con series como la irregular X-Infernus o el lúcido uso que le daría Zeb Wells en sus Nuevos Mutantes, sino que continuaría creciendo con el cada vez más profundo enraizamiento de personajes como Hela, Mefisto o Saturnine a la mitología de los mutantes.
Tampoco hay que olvidar el nunca suficientemente valorado trabajo de Jason Aaron en Motorista Fantasma, lo que nos conduce directamente a la situación actual en la que -a pesar de no contar con colección propia- el lado «oscuro» de la editorial está cada vez más presente. No hay que ver si no como Illyana ha conseguido promocionarse hasta convertirse en miembro de la Patrulla-X (lástima que Gillen apenas la esté utilizando) o como Daimon Hellstrom se ha convertido en invitado habitual en infinidad de colecciones e incluso en Vengador de tapadillo. Con una gran relevancia en el spin off de Miedo Encarnado (The Fearless), no solo se las ha ingeniado para traer de vuelta a una hueste de personajes místicos traídos directamente de los rincones más oscuros de la editorial, sino que además tiene un importantísimo papel en la actual saga en curso de Journey into Mystery (por no hablar de la presencia de su hermanísima Satana en heroes de Alquiler Primero y Thunderbolts después).
Paseándose por esta misma colección hasta hace dos días (e incluso arrebatándole el papel protagonista a Loki en uno de los números), Mefisto es otro que está viviendo una fuerte revalorización desde que tomase parte en el acuerdo de divorcio entre Peter Parker y Mary Jane Watson hasta el punto de que en los tie ins del evento de Fraction e Immonen casi tiene más protagonismo que La Serpiente. El señor de los páramos infernales también vuelve a la carga esta semana precisamente para cobrarse la deuda que los Nuevos Mutantes adquirieron con él durante el evento. Acordando que él y Magma tendrían una cita si Mefisto les permitía salir de su reino, parece que la pupila de Xavier está dispuesta a cumplir su promesa probablemente sin saber bien donde se está metiendo (solo hay que ver La Semilla del Diablo para saber que el demonio no es de los que se conforman con una cena y un beso). Solo por las divertidas páginas de David López (con Lamborgini Diablo incluido, como debe ser) ya hay ganas de disfrutar lo que puede dar esta historia de si. Pero no acaba ahí la cosa, sino que el principal vástago de Mefisto Blackheart está siendo el gran villano al que se enfrentan Flash Thompson y sus improvisados «Cuatro Fantásticos» en el minievento Círculo de Cuatro. Tocándole esta semana hacerse cargo a Rob Williams de la segunda entrega de la saga con el siempre encomiable dibujo de Lee Garbett. Convirtiéndo Las Vegas en la nueva capital del Infierno (si no lo era ya antes), habrá que ver si el improvisado cuarteto de superhéroes se las ingenian para detener sus planes en la serie de Veneno. De lo que no cabe duda es de que alguien ha cambiado la cifra de enmedio en la denominación de «Universo 616» y que el número de la bestia está más vivo que nunca profundamente grabado en el Universo Marvel y que a su lado ocultista le queda cuerda para rato. Habrá que ver lo que da de si esta tendencia y si nos deja grandes historias a las que recordar durante un buen puñado de años.
El fin del mundo se ha adelantado.
Acutalmente Veneno es Flash Thompson, no Eddie Brock. De hecho, hace ya un buen rato que dejó de ser Brock, desde la etapa de Mark Millar en Marvel Knights Spiderman.
ES POR ESTO QUE MARVEL NO PROSTERA…
No puede ser que debas comprar 100 comics mensuales para poder estar al dia de lo que pasa en esta editorial. Si te gusta Spider-Man, Wolverine, Deadpool o Thor estas cocinado, porque aparecen en todas partes y es peor porque tiene ingerencia en su propia continuidad.
Es mas, si hacemos una guia de lectura de Wolverine necesitariamos una bibliotea y miles de paginas para explicar lo inexplicable… Es que Alonso y Quesada no ven que estas politicas aburren y acaban por colmar (el bolsillo) las ganas de seguir coleccionando comics?
Puedes entender perfectamente lo que está pasando sin comprar «100 comics mensuales» ni 100, ni 52. De hecho, existen más de 1 y más de 2 series a la venta tanto en marvel como en DC que tienen continuidad propia y los mínimos enlaces con otras series y que, además funcionan la mar de bien. (Independientemente de que el comic americano no se limita a Marvel y Dc y hay muchíiiiisimas opciones de calidad fuera de ambas). Que existan personajes que están hasta en la sopa lleva pasando décadas y ya no sorprende a nadie. En DC Batman aparece hasta debajo de las piedras. Por mucho que el personaje te guste nadie te pone una pistola en el pecho para que compres todos y cada uno de los comics en los que aparezca. Con respecto a que Marvel no prospera, me parece una afirmación, cuanto menos, injustificada. Ni estoy justificando las políticas editoriales de marvel y DC (que francamente me la soplan) ni entiendas esto como un ataque, Kurt, pero esta clase de comentarios tan gratuítos comienzan a ser cansinos. A mi entender.
Gracias, Highball. Desliz por mi parte, que se ve que me pudo el subconsciente.
Pd: Kurt, ¿entonces qué sugieres? ¿Qué renuncien a la continuidad y vuelvan a las historias autoconclusivas como la DC de la Silver Age en la que al final de cada historia los personajes volvían al mismo punto de partida en el que estaban en un principio? Lo de Lobezno tampoco te creas que es tanto, tengo la guía de lectura medio preparada para dentro de unas semanas y hay otras que me han salido bastante más largas 😛
Kurt, que a ti no te guste la actual política no nos importa. De echo, la mayor parte de tus comentarios son masoquistas. A mi, su ploítica me la trae al pairo.
Los lectores de ZN estan muy marvelizados ultimamente…
Hablas de DC, critican a DC. si hablas de Marvel, critican a DC. Si hablas de la pelicula de los avengers, critican a DC. Si hablas de la caida de megaupload, critican a DC.
Entiendo que DC esta para abajo, que vende menos que M y que no dan al blanco con sus peliculas…pero un poco mas de autocritica muchachos…
(me olvidaba…la manito para abajo es la de la derecha) ^_^
La política de marvel es una mierda, para que vale un universo coherente y interconectado? Mejor vivir en un reseteo constante, con crisis cada tres años, y orígenes de Superman cada dos. Y todo muy molón, eh. Y sin calzoncillos por fuera.
arriba, comentario prueba de lo que decia anteriormente…=_=
Ambas políticas son una mierda, olvidaros de todo lo que no sea disfrutar cada cómic que leas como si no hubiera otra cosa añadida (previamente o a posteriori)
A mi, gustandome la marvel actual, la que de verdad me encantaba era la del primer Quesada, con series totalmente independientes, y experimentación por todos lados. había cagadas, si, pero también cosas nuevas y diferentes a todo lo anterior.
pues yo no creo que la politica de marvel sea una mierda… llamadme raro.
Exttraño con ese bigote parece un camionero de la M30
Si son ustedes los DCeros los q precisamente critican en todos y cada uno de los Post dedicados al Universo Marvel, al parecer es lo unico que saben hacer, incluso el los post de DC hablan de Marvel, tal es la obsesion Enfermiza que tienen que no pueden dejar de Hablar de Marvel, si no les gusta pues es simple, quedense con DC y su politica que al parecer lo unico que saben hacer es RESETEAR el universo cada vez que se les da la gana, sin importarle nada mas..
Yo por mi parte seguire añorando esos grandes años de DC, la de los 80, 90 y los primeros años del actual Milenio..
Maravillosa serie Journey into Mystery, sin duda la colección que más estoy disfrutando de Marvel en la actualidad.
Por cierto, para añadir un dato más, si no me equivoco la primera superheroína Marvel, de cuando Marvel era Timely, encontraba sus orígenes en el mismísimo Satan; me refiero a Black Widow (la original, que JMS recuperó para sus Twelve), creada en 1940
«De lo que no cabe duda es de que alguien ha cambiado la cifra de enmedio en la denominación de “Universo 616″…»
curiosamente, actualmente hay quien dice que el número de la bestia es el 616 y no el 666.
Muy bueno el apunte, Spyder. Y muy cierto, que la había olvidado.
Pd: Acojona lo que comentas, Sierra. Y da que pensar 😆
Menudo ahorro en entintadores, madre mia.
Me reconozco de los que han agradecido las épocas en las que lo sobrenatural ha tenido escasa o nula relevancia en el UM: reconociendo que a nivel gráfico hay colecciones e historias de carácter sobrenatural que personalmente me encantan (diferentes etapas de Doc Strange, Drácula, Ghost Rider…) nunca se han contado entre mis favoritas, a nivel argumental, las historias ambientadas en entornos mágicos o sobrenaturales (y aquí meto incluso el Thor más místico) o en las que lo sobrenatural tenía un componente muy destacado en el devenir de la historia. Y me refiero a lo sobrenatural en sentido «abierto»: con los vampiros, en general, hay unas pautas, unas reglas asumidas por todos que mantienen a las historias dentro de unos límites que todos sabemos que van a respetarse. Pero cuando aparece peña como Dormamu o Mephisto, entes superpoderosos cuyo único límite es… la imaginación (o la desfachatez) de sus guionistas… el tema ya deja de motivarme. Al final, se plantean historias demenciales, en apariencia irresolubles (invasiones demoníacas sobre Nueva York, por ejemplo) que terminan solucionándose invocando a tal o cual, lanzando no sé qué hechizo, arrojando una piedra sangrienta a otro plano de la existencia… Nah, no me convence. No es lo mío: digamos que supera mi capacidad de suspensión de incredulidad.
Hay otro tipo de historias que me gustan aún menos: las que se desarrollan en planos astrales o en la mente de los protagonistas, tan habituales en las coles mutantes cuando ya no saben qué hacer. Y no me gustan exactamente por lo mismo: como en el plano mental se supone que no hay más límites que los autoimpuestos, queda margen libre para dar rienda suelta a cualquier gilipollez. Casi cada vez que Xabier aparece en bolas, brillante y castrado, en un entorno minimalista, sé que el cómic que tengo entre manos no me va a gustar. Y asumo que hay historias clásicas en las que es un recurso utilizado (mítica XMen vs Micronautas), pero es el típico recurso que un par de veces está bien, pero más, aburre.
Cierto es que los recursos presuntamente científicos que se emplean en los comics de pijameros acostumbran a ser tan inverosímiles como la vara de Watoomb pero… como que me tocan menos los cojones el Cubo Cósmico, el Nulificador Supremo o las Bandas Cuánticas. Cosas mías.
Incluso en Sandman, cuando los sobrenatural es exclusivamente hilo conductor y no recurso argumental, me tiende a molestar.
Los lectores de ZN estan muy marvelizados ultimamente…
Hablas de DC, critican a DC. si hablas de Marvel, critican a DC. Si hablas de la pelicula de los avengers, critican a DC. Si hablas de la caida de megaupload, critican a DC.
Didio se lo ha ganado a pulso…
Me hace gracia ver que en la portada se han recuperado ciertos personajes, que pertenecian al batallon sobrenatural de hidra, que no se veian desde la serie de nightstalkers de los hijos de la medianoche. «Malaspracticas creo que se llamaba uno de ellos…
Pero la verdad que no me pinta muy bieneste invento sobrenatural de Marvel