El Capitán América más Pulp
«No eres el campeón de la verdad y la justicia. Eres el guardián decepcionado de los ricos y avariciosos»
Hoy en día hablar de Rick Remender, es hablar de cómic independiente con mayúsculas. Es hablar de uno de los autores más candentes de la Image actual y, desde luego, es hablar de la escena hardcore, aunque esto último os lo explicaría mucho mejor mi gran amigo y compañero Igor Álvarez Muñiz, con gran conocimiento en el tema, por lo que no seré yo quien lo haga.
Clase Letal o Ciencia Oscura, entre otras, son series que han marcado un antes y un después en el cómic USA, y su autor, Rick Remender antes de embarcarse en la mismas ya con una fama consagrada como guionista de cómic, llevó a cabo una etapa muy disfrutable en la colección del Capitán América, la cual de hecho simultaneó en parte con Ciencia Oscura.
Tomar el testigo de Ed Brubaker en Capitán América no era tarea fácil. El bueno de Bru había permanecido desde el año 2004 al 2012 no solo en la colección principal si no en miniseries y especiales como Renacimiento, el Proyecto Marvels o la colección propia del Soldado de Invierno. Con un arranque que analizamos aquí, Brubaker había convertido la colección del Centinela de la Libertad en un thriller de espionaje que miraba cara a cara al mejor James Bond y a la saga de Jason Bourne, atreviéndose a traer de entre los muertos a Bucky, el sidekick eterno que regresaba reconvertido en el Soldado de Invierno, arma al servicio de la Unión Soviética, para después tomar el legado del Capitán América y hacerse a un lado tras el regreso de éste de su supuesta muerte.
Con una historia que tanto había marcado al fandom, que prácticamente nadie considera olvidable o mala, y que hoy en día, años después, se cita como la más definitoria y mejor del Capitán América en el Siglo XXI, sustituir a Ed Brubaker no era tarea fácil, y así llegamos a la etapa de Rick Remender, tan distinta de la de Brubaker en argumento como equiparable a ella en calidad, si bien resulta mucho más corta.
El autor de la escena independiente que ya se había labrado un nombre en la misma con obras como Captan Dingleberry (SLG Publishing, 1999) o Sea of Red (Image Comics, 2005-2006), y que ya había besado el santo en Marvel en colecciones como Uncanny X-Force y Punisher, llegaba en el año 2012 a una Marvel que ya había demostrado en la primera década del Siglo XXI que quien tuvo, retuvo.
Si Remender quería que el éxito en Capitán América no decayera y que la colección al menos mantuviera sus cotas de calidad, tenía dos opciones: Tratar de imitar a Ed Brubaker y realizar un cómic continuista respecto del de su predecesor, o romper definitivamente con él y llevar la colección por derroteros propios y, literalmente, jugarse el tipo.
Afortunadamente para los lectores, Remender optó por la segunda opción, la cual si bien era más arriesgada, podía convertir la etapa, en caso de tener éxito, en una pieza única de su autor que marcara la diferencia casi tanto como la de Brubaker.
De este modo, lo que antes fue un cómic de espías y misiones encubiertas en la que nada era lo que parecía, se convertía aquí en una obra de aventuras Pulp que no dejaba descanso o respiro al lector, que veía como ante él iban transcurriendo tramas a cada cual más maravillosas e inverosímiles que dejaban claro que, en manos de Rick Remender todo podía ocurrir en esta colección.
Y es que ¿Qué tiene un espíritu más Pulp que la idea de un soldado objeto de un experimento del que resulta ser la única prueba viviente que queda atrapado en hielo durante años y despierta en una época que no es la suya convirtiéndose en el héroe de toda una nueva era? Pocas, cosas desde luego, y Rick Remender nos lo dejaba bien claro desde el principio.
Así, en lo que parecía una misión rutinaria para Steve Rogers como Capitán América, éste perseguía al pérfido Arnin Zola, biofanático que tantos quebraderos de cabeza le había causado y quizás, su mayor enemigo si no existiera Cráneo Rojo, y quedaba atrapado en la Dimensión Z, un mundo muy distinto al nuestro en el que era sometido a todo tipo de experimentos que trataban de replicar la fuerza y resistencia sobrehumnas del capitán en una especie de mutantes creados por Zola que no eran si no Morlocks (literarios, no mutantes) sin apenas cerebro que se preparaban para una invasión a gran escala de la Tierra.
Cuando las cosas parecían no poder ir a peor, y como lectores estábamos convencidos de que esto de la dimensión Z se solventaría en un par de grapas, Remender daba un gran salto, en la colección y en el tiempo, al construir una saga de diez números que resultaría definitoria para el Capitán como personaje y que además traería dos nuevos secundarios a la colección: Jet Black e Ian, los hijos de Arnin Zola creados biogenéticamente por el pérfido biofanático en la Dimensión Z que desempeñarían un papel muy importante en la colección y que darían mucho que hablar a futuro.
Los spoilers de lo que esto supondría los trataremos en el análisis de futuros volúmenes, pero baste con decir que pocas veces nos hemos sorprendido o emocionado más con un giro argumental en Capitán América que durante la etapa de Rick Remender, y eso ya es decir mucho.
Al dibujo, durante estos diez números y algunos más que se prodigarían en el siguiente recopilatorio de Marvel Deluxe, tendríamos a John Romita Jr. un autor que no necesita presentación y que, aunque no sea del gusto de este redactor, realiza un trabajo impresionante construyendo la imaginería de la Dimensión Z, a la que da forma y color, convirtiendo las locas ideas de Remender en algo palpable y existente, y que quedará para el recuerdo en muchos fans de Marvel durante no pocos años.
Lo mejor
• El espírituo pulp y aventurero.
Lo peor
• El dibujo de Romita Jr. resulta repetitivo en no pocas ocasiones.
Guión - 8.5
Dibujo - 6.5
Interés - 8
7.7
Pulp
Rick Remender toma el testigo de Ed Brubaker en el comienzo de su fantástica etapa al frente de la colección del Centinela de la Libertad.
Muy buena etapa. Lo tenía jodido Remender después de Brubaker, pero aprobó con nota. De hecho, este es otro más de los ejemplos de que Marvel Now fue el relanzamiento de mayor calidad que ha hecho Marvel en los últimos años. Además de esta tuvimos a Los Vengadores de Hickman, a los Imposibles Vengadores de Remender, al, a los mutantes de Bendis (que tuvieron un par de años muy buenos antes de empezar a aburrir), incluso cosas como el Iron Man de Gillen o el Hulk de Waid, que sin ser magistrales resultaron ser etapas más que resultonas.
Muy cierto Ultron y no te olvides del Thor de Jason Aaron, que empezó con una pedazo de historia como fue El carnicero de los dioses.
Releyendo el articulo, me he acordado del hijo adoptado del capi que presentaban aqui. Parecia que palmaba luego no… escapo de la dimension Z. ¿Que se hizo despues de este personaje? aqui
jo no se me ponen los spoilers. Editad mi mensaje please.
Te lo he editado ya. Por lo que sea estaba peleón el sistema de spoiler.
Muy buena, altamente recomendable.
Ojo a los niños cabezones de Romita Jr. El crío de la miniatura tiene la mitad de altura que el Capi y casi 3 veces más cabeza. Cuidado lo mal que dibuja el tío…
Con lo que ha sido John Romita JR y la vergüenza de dibujante en la que ya hace años que se convirtió. Qué penita…
No me gusta Remender ni me gusta esta etapa ni es el mejor Romita Jr., pero en cada una de sus páginas hay más talento y sabiduría acumulados que en el 90% de lo publicado entonces y ahora. Y me quedo corto. Son páginas para estudiar en las escuelas de cómic. Y esos niños son los mismos de su DD con Nocenti o Miller, dos obras maestras del cómic, que remiten directamente al Peanuts de Schultz
Amén a eso. Añado el último Simonson y casi el último Byrne. Entre los tres dibujan mejor que casi todos los actuales (excepto Reis y alguno más, pero pocos).
El último Byrne, siendo una sombra de si mismo, dibuja mil veces mejor que el Romita Jr en su cenit. Si es que tal cenit existió alguna vez, porque a mi su Daredevil siempre me pareció una obra maestra de guión con un dibujo horrible.
XDDDDDDDD
Muy bueno, en serio.
A mi el dibujo de Simonson en Ragnarök me parece una maravilla. De lo mejor que ha hecho nunca.
No se si son los mismos o son sus primos hermanos, pero todos ellos son horrorosos. Y si no quieres fijarte en los niños (la referencia a Peanuts es chanante, la verdad) fíjate en la cara del Capi en esa misma imagen. Casi no parece ni un ser humano. Algún día entenderé porque ese hombre sigue dibujando cómics. Más allá de por su nombre y apellido, no veo demasiado motivo más. Que cosa más horrible por favor. Y mira que se puede dibujar caricaturesco, o con dibujos no realistas, pero que no parezca que lo ha hecho un niño de 6 años que no sabe dibujar, por favor.
No creo que un fan del lamentable Byrne de los últimos 25 años tenga la menor legitimidad para criticar a ningún dibujante. Ni siquiera al lamentable Romita JR de los últimos 20 años.
no creo que jrjr lleve tantos años malos, aunque sea una sombra de lo que fue. me parece que en su estado actual le favorece muy poco ser entintado por palmer o janson: necesita alguien que le arregle un poco.
para mi es el dibujante marvel por excelencia: ha dibujado a practicamente todos los personajes de la casa de manera excelente ( y ha dibujado a practicamente todos los personajes de la casa forma penosa)
Ni remotamente son los mismos. Es que ni se parecen.
Son los mismos niños cabezones
Ni remotamente.
¿El último Simonson? ¿El último Byrne? ¿Este Romita JR? ¿En serio queréis reivindicar algo tan lamentable?
Qué malo es el exceso de nostalgia.
Bueno, yo creo que hay dibujantes que han envejecido mejor que otros.
En el caso de Romita Jr yo creo que hay que remontarse a su Spiderman con Strac o Lobezno de Millar para encontrar sus últimas obras de nivel (si no hace 20 años de ellas poco le faltará)
En cuanto a Simonson, no digo que esté al nivel de su Thor u Orión. Pero su Ragnarok tiene un dibujo a años luz de los últimos 15 años mínimo de Romita Jr, da gusto ver que 35-40 años después de su “momento de gloria” se ve a un Simonson que ni mucho menos ha dicho su última palabra como dibujante en la industria.
En mi opinión ni comparación de cómo ha envejecido uno con respecto al otro.